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GLOBALIZACION Y CONDICIONES DE TRABAJO1 Isaac Sandoval Rodríguez Past Presidente de la Asociación Iberoamericana de Derecho del Trabajo La OIT en uno de sus últimos documentos oficiales, señala que al despuntar 2012 el mundo se encuentra ante un gran problema de desempleo y déficit generalizado de trabajo decente. Calculando el total mundial de desempleo en 200 millones en 2012, con proyección a aumentar a 206 millones en 2016, debido al proceso de desaceleración que se arrastra desde tres años atrás. Debido a que la recuperación económica fue más débil de lo previsto, es poco probable que los mercados de trabajo se recuperen de la tensión a la que han estado sometidos desde el inicio de la crisis. En el mundo, casi 27 millones de personas empezaron a buscar trabajo, sumándose al ya elevado número de 171 millones de desempleados que había antes de la crisis. Pudiendo preverse que esta brecha baya ensanchándose a medida que más gente se sume a la búsqueda de un empleo productivo. Dado que la crisis había comenzado en el ámbito financiero, en las economías avanzadas, el destino de los programas de apoyo fue el sector bancario, en algunos casos llegó a destinarse el 90 por ciento del gasto público al rescate de bonos y la compra de activos financieros en peligro. Como solución los gobiernos han estimado necesario adoptar medidas de austeridad que deprimen más el crecimiento del PIB y la creación de empleo. En este contexto de fuerte inseguridad, las empresas ajenas al sector financiero han acumulado cuentas sustanciales de efectivo, sin inyectar fondos en la economía. En lo que nos interesa, estas medidas de austeridad han realizado recortes del orden de los 8 millones de euros en los programas de la seguridad social en Alemania; recortes en las pensiones públicas, aumento de la edad de jubilación a los 62 años, en Francia; recorte en los salarios del sector público, de las pensiones e impuestos sobre las rentas, en España; para no hablar de los recortes presupuestarios en Grecia, Hungría donde se eliminaron determinados beneficios sociales, o la India, Rumania, Países Bajos, entre otros. 1 Conferencia inaugural del III Congreso Sudamericano de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, realizado en La Paz, Bolivia, del 16 al 18 de Agosto 2012. 1 Al decir de la OIT, tanto la crisis como las medidas estructurales desfavorables han afectado a la inversión. Cuya desaceleración es mala señal para el fortalecimiento de la creación de empleos, las rentas y en particular para los salarios. Pues, actualmente uno de cada tres miembros de la fuerza de trabajo está desempleado o es pobre. Agravándose la situación con el ingreso en los próximos 10 años de 400 millones de personas a la fuerza de trabajo. Conforme a las mismas fuentes de la OIT, en 2011, 74.8 millones de jóvenes en edades comprendidas entre los 15 y 24 años de edad estarán desempleados: cuatro millones más que en 2007. A escala mundial, los jóvenes tienen casi tres veces más probabilidades de estar desempleados que los adultos. La mala suerte de esta generación no sólo producen la actual sensación de malestar provocada por el desempleo, el subempleo y la tensión de riesgos sociales asociada por la falta de trabajo y la inactividad prolongada, sino que además podría tener otras consecuencias a largo plazo en términos de salarios más bajos y desconfianza en el sistema político y económico. Esta crisis de la globalización que viene a ser una tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepase las fronteras nacionales, coloca a las relaciones de trabajo, y por ende al derecho laboral, en una situación crítica. Esto es, de profunda preocupación sobre los habitantes del planeta, borrando la era del industrialismo para sustituirla por el ritmo de la producción robotizada y cibernética, trasladando a los servicios donde se encuentra la mayoría de la fuerza de trabajo. Y este tránsito de la producción agrícola a la industrial y de ésta a los servicios, no es obra del azar, sino de determinaciones históricas. Pues, repitiendo a Carlos Marx, el desarrollo de las fuerzas productivas genera cambios en las relaciones de trabajo, dando lugar a nuevos proyectos de vida en el conjunto de la sociedad. Tal el caso actual de la informática y las comunicaciones, que trascienden territorios, tiempos y espacios interplanetarios no imaginables hace una centuria. Por lo que estos fenómenos del centro del sistema capitalista, repercuten en la periferia globalizada de una u otra manera: Unos como países emergentes abriéndose espacio en el mercado mundial, a partir del mercado interno, población y territorio, como Brasil, la India, China; otros, organizados en bloques tal el caso de el ALBA, que agrupa a Cuba, Venezuela, Ecuador, 2 Nicaragua y Bolivia, con su prédica populista sublimacional, o socialista, pero incapaces de desequilibrar el poder hegemónico mundial hegemonizado por los Estados Unidos, o más propiamente por el Grupo de los ocho. Sin que en el conjunto se pueda observar un pacto social que genere estructuras nuevas acordes con las exigencias de la contemporaneidad, en orden al trabajo y la seguridad social. En efecto, las tendencias mundiales del empleo en 2012, señaladas por la OIT, en las economías emergentes de Asia Oriental y América Latina, no obstante la mayor resistencia a la crisis mundial, algunas repercusiones de las economías avanzadas ya son visibles. Pues, atendiendo a que las economías emergentes siguen dependiendo de las exportaciones a las economías avanzadas, también en ellas hubo una desaceleración en las tasas de crecimiento en el último trimestre de 2011. Haciéndose necesario impulsar otros recursos de política, para que haya una redistribución más rápida de los puestos de trabajo y de los trabajadores en toda la economía y, a su vez, un crecimiento más rápido del empleo. Según el mismo informe, en América Latina y el Caribe, la reducción del crecimiento de la producción entre 2008 y 2011 se vio visible en una desaceleración del crecimiento de la productividad y del empleo. Observándose el crecimiento del empleo vulnerable, que se define como la suma de trabajadores por cuenta propia y trabajadores familiares no remunerados. Llevándonos esta situación a constatar el caso boliviano, como espacio político adscrito al ALBA y su dramática situación socio-laboral expresada en los verosímiles indicadores de empleo. Señalando el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario, CEDLA, que durante el año 2009, los efectos de la crisis internacional se trasladaron a la economía boliviana a través de diferentes mecanismos. Entre éstos, la caída en la demanda de las exportaciones tradicionales y no tradicionales, de los precios de las materias primas, así como una moderada reducción de los ingresos que provienen de las remesas de los que trabajan en el exterior, y finalmente, la caída de la inversión privada nacional y de la inversión extranjera. En cuanto a las causas internas, la falta de una política socio-laboral y de productividad, sumada a las causas tradicionales, conduce a una situación de precariedad de las condiciones laborales y su persistencia en el tiempo. Pudiendo verificarse que ocho de cada diez trabajadores sufren estas 3 consecuencias. Seis de los cuales enfrentan tres déficit simultáneamente: inestabilidad laboral, bajos salarios y desprotección social. El estudio de la situación socio-laboral se complica en Bolivia, al identificarse cinco formas de organización del trabajo que configuran un mercado laboral segmentado. Así el sector empresarial o típicamente capitalista, que corresponde a segmentos del sector privado y del sector estatal; siguiendo el sector semi-empresarial en el cual los propietarios de los medios de producción participan también como productores directos junto a los trabajadores; el sector de trabajadores independientes que trabajan solos o con apoyo de su familia; y, las actividades del servicio doméstico, en hogares particulares. Según los estudios de CEDLA, la estructura económica en las ciudades del eje es predominantemente terciaria (servicios y comercios). El 2010, el 72 por ciento del empleo asalariado estaba en actividades terciarias, la proporción de la manufactura era de apenas el 16 por ciento y la actividad en la construcción llegaba al 11.3 por ciento del total. A esto hay que agregar la progresiva prevalencia de contratos en el sector público: becarios, consultores, interinos y provisorios, que perjudican a los funcionarios de carrera; así como los obreros de las nuevas empresas estatales contratados en calidad de funcionarios o servidores públicos, restringiendo sus derechos laborales individuales y colectivos. Sin olvidar, desde luego, el aumento de la ocupación en el sector informal, que en solo un año aumentó del 58.6 por ciento al 62 por ciento. Porcentaje que en un 42 por ciento corresponde al segmento familiar y el 20 por ciento al semiempresarial. El problema del trabajo en el sector informal se combina con la subutilización global de la mano de obra, que en las ciudades del eje llega al 52 por ciento de la población económicamente activa (PEA). Señalando Silvia Escobar de Pabón, que más de la mitad de la fuerza laboral quedaría desocupada si todos los trabajadores tuvieran un empleo adecuado. Al problema del trabajo informal y la subutilización de la mano de obra, se suma el desempleo abierto que en 2009 se elevó al 11 por ciento, recayendo el mayor porcentaje en las mujeres y jóvenes de 15 a 24 años. Computándose como trabajador ocupado al que realiza una labor de por lo menos una hora a la semana. Estos hechos son concomitantes con la desigual distribución del ingreso, pues mientras la parte del ingreso que queda a los trabajadores es del 24 por ciento en 2008, la ganancia o excedente que se apropian los capitalistas 4 se elevó del 49 por ciento al 55 por ciento en 2009. Dando lugar estos hechos a la emigración de 600.000 personas en los últimos cinco años, con destino a España, EE.UU., Argentina y Brasil. Teniendo razón Carlos Jahnsen Gutiérrez, en su estudio “De la miseria del neoliberalismo Gonista al miserabilismo del cambio masista”, cuando señala la ausencia de una economía diversificada y la acuciante situación de la clase media: “Existe el latente peligro que la economía de Bolivia se convierta en una economía de consumo apoyada sobre un enclave, en vez de que ésta este apoyada sobre una economía diversificada y productiva como se propuso el gobierno del MAS a su entrada al gobierno”. FUENTES BIBLIOGRAFICAS. OIT. Tendencias mundiales del empleo 2012. Prevenir una crisis mayor del empleo. Ginebra 22. Suiza. La relación de trabajo. Una visión global comparativa. OIT. 2011. Ginebra. Suiza. Los mercados al servicio del empleo. OIT. Instituto Internacional de Estudios Laborales. 2011. Ginebra. Suiza. Situación de los derechos laborales en Bolivia. CEDLA: Silvia Escobar de Pabón. Bruno Rojas Callejas. 2009. Más asalariados, menos salario. CEDLA. Silvia Escóbar de Pabón. Bruno Rojas Callejas.2010. Situación de los ingresos laborales en tiempos de cambio. CEDLA. Silvia Escóbar de Pabón. 2009. Jahnsen Gutiérrez Carlos. De la miseria del neoliberalismo gonista al miserabilismo del cambio. Crítica a los fundamentos neoliberalesindidgenistas. Hanoi- Vietnam .2011 5