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THE ECONOMIST (Reino Unido)
“¡VIVA ZAPATERO!”
Publicación: mañana día 28
Editorial
Valorando de nuevo al Presidente de Gobierno español. Una historia inesperada de éxito en Madrid.
Pocas veces puede un primer ministro europeo tener un comienzo menos propicio. Fue pocos días después de los
atentados de los trenes el día 11 de marzo de 2004 cuando los socialistas, inesperadamente, ganaron las
elecciones en España, lanzando a su líder, José Luis Rodríguez Zapatero, hasta el cargo más alto. Zapatero era un
hombre sin experiencia, poco preparado y no muy atractivo; se le apodaba “Bambi”, ya que con frecuencia miraba
como un cervatillo asustado y deslumbrado por las luces de los faros. Su primera acción fue la de retirar las tropas
españolas de Irak, enfureciendo a los estadounidenses y provocando que se le acusara de dar satisfacción al
terrorismo.
Qué distintas son las cosas hoy. Ningún otro líder europeo es tan popular o tan inamovible en su país como
Zapatero. Es cierto que, en la época de sus predecesores, la Unión Europea consideró la España post franquista, al
igual que Irlanda, como uno de sus grandes historias de éxito: moderna, democrática e incesantemente próspera.
Los españoles son maestros a la hora de conseguir dinero de Bruselas. Y, de forma cuidadosa y gradual han
liberado una economía que estuvo (y que en cierto modo sigue estando) excesivamente atascada en los números
rojos.
Zapatero ha añadido tres logros a esta lista. El primero, y quizás el más importante, fue no tirar todo por la borda .
Su experimentado ministro de Economía, Pedro Solbes, ha mantenido en orden las cuentas públicas. El Gobierno
no ha sucumbido a la tendencia de los gobiernos de izquierda a las nuevas regulaciones excesivas o a la
interferencia en el mercado laboral o, de hecho, en el desempleo, que, aunque sigue por encima del 8%, es la tasa
más baja desde hace 25 años. Dentro de la UE, la España de Zapatero ha estado normalmente, si no siempre, al
lado de los liberalizadores y a favor de la Agenda de Lisboa para alentar la competitividad, al igual que otros tres
grandes miembros de la eurozona, Francia, Alemania e Italia.
El segundo logro del jefe de Gobierno español ha sido negociar con las regiones inquietas de España. Su
predecesor, del Partido Popular, José María Aznar, se mostró verdaderamente castellano en su determinación de
sujetar las riendas de Madrid y rechazar la negociación. Pero Zapatero comenzó muy pronto a iniciar una nueva
forma de tratar con Cataluña, también alargó la mano a los vascos, ofreciendo incluso hablar con ETA si el grupo
terrorista declaraba un alto el fuego permanente. El Partido Popular le ridiculizó por ceder ante las armas, y, de
forma más general, por arriesgar la ruptura de España. Aunque Zapatero ha concedido ahora un nuevo estatuto a
Cataluña que utiliza la palabra “nación”, ata corto la autodeterminación. Una vez que se garantice el alto el fuego
permanente, también se dispone a hablar con ETA. Las perspectivas de un arreglo en el País Vasco parecen ser las
mejores de toda una generación.
En todos ello, Zapatero ha tenido que enfrentarse a la oposición despiadada del Partido Popular, también éste ha
sido el caso en su tercer logro: la modernización de la sociedad española. Antes de su llegada al poder, la Iglesia
Católica seguía teniendo gran influencia en temas como la actitud ante el sexo o la educación religiosa en las
escuelas; y un debate abierto sobre la Guerra civil española seguía siendo tabú. El Gobierno de Zapatero ha
aprobado algunas de las leyes más liberales en Europa, incluyendo la legalización del matrimonio de homosexuales.
También ha abierto un debate sobre la Guerra civil en la que su propio abuelo fue ejecutado por los nacionalistas. Si
España ha sido capaz de reconciliarse con su pasado, con toda seguridad, será más capaz aún de enfrentarse a su
futuro.
“La economía, estúpido”. Hay algunos motivos de preocupación. Como la experiencia británica sugiere respecto a
Irlanda del Norte, las conversaciones con ETA pueden ser largas, dolorosas y quizás infructuosas. Otras regiones
pueden insistir en tener una mayor autonomía. La hostilidad de la Iglesia podría perjudicar a los socialistas. Lo más
preocupante de todo es que la prosperidad de España es precaria: el déficit de las cuentas corrientes es importante,
la economía depende en gran medida del auge inmobiliario y de la construcción, la inflación está aumentando y,
encerrada en el euro, la industria española está perdiendo prácticamente su competitividad (véase pagina 49).
THE ECONOMIST (Reino Unido)
“¡VIVA ZAPATERO!”
Publicación: mañana día 28
Editorial
La economía necesita claramente más desregulación y no la acogida de campeones nacionales que Zapatero ha
adoptado. Por encima de todo ha demostrado ser un presidente mejor de lo que los críticos esperaban. El Partido
Popular en la oposición se muestra desordenado, de modo que su partido está bien situado para volver a ganar las
elecciones en 2008. Otros líderes, y no en último lugar George Bush, con el que las relaciones de Zapatero siguen
estando congeladas, deberían tomar nota: su presidente de Gobierno, que preside la novena economía más
importante del mundo, estará ahí durante mucho tiempo. Debería ser tratado con la debida seriedad a pesar de
aquel “apaciguamiento” en Irak.