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 Carlo Petrini, Fundador y presidente de Slowfood Conferencia en Citilab el 12 febrero de 2016, 19.00 h Gracias por vuestra amabilidad, antes de todo quiero presentarme: yo soy un gastrónomo y para explicar qué es esto de manera clara y en este lugar, Catalunya, donde en los últimos 20 años se renovó el concepto de Gastronomía muy profundamente, me gustaría explicar qué es la Gastronomía. ¿Por qué? Nosotros tenemos la impresión de que todo el mundo habla de Gastronomía pero verdaderamente no sabemos qué es. En cualquier lugar del mundo, también en África, a cualquier hora del día o de la noche enciendes la televisión y te encuentras con alguien con una cacerola que habla, habla, y habla. Esto no es Gastronomía, esto es una parte de la Gastronomía, la receta es una idea, es un arte para hacer comestible lo que la madre naturaleza da, pero es sólo una parte de la Gastronomía. La Gastronomía es una ciencia compleja y multidisciplinar, esta no es una idea de Carlo Petrini, es una idea de uno de los padres fundadores de la Gastronomía, de Jean Anthelme Brillat-­‐Savarin, que escribió en 1825 el libro “Fisiología del gusto”. En la Fisiología del Gusto, en la meditación tercera, a la pregunta ¿qué es la Gastronomía? Brillat-­‐Savarin respondía que la Gastronomía es todo lo que interesa al hombre cuando va a comer; es física y química, porque cuando voy a utilizar el fuego y a cortar los productos, voy a realizar un proceso físico químico; la Gastronomía es biología, es agricultura y zootecnia, es genética, es salud. Es muy importante la conexión con la salud, el padre de la medicina occidental Hipócrates decía que la comida es la primera medicina del mundo, la más importante medicina del mundo. Bajo el frente humanístico, la Gastronomía es historia, es antropología, es identidad cultural de una nación, de un pueblo, de una comunidad, la Gastronomía es economía y, ya en 1825, Brillat-­‐Savarin escribía “la gastronomía es economía política”. ¡¿Economía política?! Todo el mundo habla de Gastronomía, a mi me encanta que aquí tengáis un alcalde sensible, porque muchas veces los políticos cuando hablan de Gastronomía cambian el semblante, se divierten, no comprenden la importancia de la gastronomía como economía política. En la historia de la humanidad, antes de la construcción de las naciones, las tribus tenían guerras para conquistar la tierra, y ¿para qué querían conquistar la tierra?, porque la tierra produce la comida, y el verdadero poder es dominar el estómago de las personas, ahí reside el verdadero poder, quien domina el estómago tiene el poder. Ahora, ustedes me dicen, “ya no hay mas guerras para conquistar la tierra”, no es verdad, en los últimos cinco años, en África, 80 millones de hectáreas han sido compradas por China, la India, los Emiratos Árabes, o las multinacionales, con la complicidad de los gobiernos “canallas” que venden de forma muy barata esta tierra. Usted saben que en África no existe el catastro, la propiedad se traspasa de padres a hijos, por tradición. Por lo tanto en un momento un joven que trabaja la tierra o que va a llevar sus animales a pastar, de repente ya no es propietario de la tierra, el propietario de la tierra pasa a ser una multinacional, es la India, es China o los Emiratos Árabes. ¿De qué hablo? Hablo de Gastronomía, esa es la verdadera realidad de África. Y cuando en el Mar Mediterráneo nosotros tenemos miles y miles de hombres y de mujeres que mueren ahogados en este mar, nosotros no comprendemos que por encima está esta violencia, el acaparamiento de la tierra, esto es Gastronomía. Otra parte de la Gastronomía Para entender el movimiento slowfood de la Gastronomía. El 80% de las semillas son propiedad de 5 multinacionales. Algunos de vosotros tenéis una huerta, ustedes pueden actuar de dos formas: -­‐ pueden comprar las semillas de grandes multinacionales y producir por ejemplo tomates; y si piensan realizar una práctica milenaria de todos los campesinos y productores como es coger una semilla del fruto y plantarla, no obtendrá resultados, no crecerá otro tomate, sólo nacerá hierba. Necesitan comprar otra semilla. -­‐ otra opción, si tienen semillas autóctonas pueden seguir la práctica milenaria de recoger la semilla y continuar con la producción. En este momento la producción de semilla autóctona solo supone un 20%. Por eso es importante que la comunidad defienda la semilla autóctona, con los bancos de semilla, con la comunidad. Es también importante que tengan la hortaliza normal, la huerta normal, pero el 80% de la producción de las semillas está en manos de las multinacionales, y el día que consigan el 100% del mercado, se terminará la agricultura. ¿De qué hablo? Hablo de Gastronomía. Si queremos hablar de los productos transgénicos, hablamos de Gastronomía. Esta visión compleja y multidisciplinar, se utiliza también el término visión holística de la Gastronomía, en este momento tiene muchísima atención a nivel planetario porque la producción alimentaria en todo el mundo está en una dimensión de profunda crisis, porque la actual dimensión del sistema alimentario a nivel global es un sistema criminal. Uso esta palabra para ser directo: criminal y ahora lo explico, voy a compartir las 5 cosas mas importantes de este sistema alimentario. El primero es que vamos a perder la fertilidad del suelo en todo el mundo. En Italia en los últimos 20 años entró más química en el suelo que en los 100 años anteriores. Ustedes saben que la introducción de la química en la agricultura tiene 120 y 140 años, es épica. En un primer momento esto ayudó a la producción, después la tierra se volvió tóxico-­‐dependiente y siempre pedimos mucho más, mucho más a la tierra. Una lógica hiperproductiva que lleva a la tierra a estar hambrienta de química donde el siguiente paso es que la tierra pierde fertilidad, con mucha química se pierde fertilidad. En este momento la pérdida de fertilidad es el verdadero problema a nivel mundial. Hablo de Gastronomía. Entonces si esta es la situación de la fertilidad del suelo y nosotros vivimos en un momento histórico, único de la historia de la humanidad, donde el problema demográfico es un problema inimaginable para nuestro abuelo. ¿Por qué? En 1800 en todo el planeta había 300M de habitantes, cuando yo nací hace 67 años, en la tierra había 1.000M de personas, cuando tenía 30 años 3.000M, a final de siglo estamos estábamos en 5.000 M y ahora somos 7.300M. En 2050 seremos 9.000/10.000 M de personas, esto significa que estos niños que estarán vivos en el 2050 formarán parte de una población de 10.000M de personas, que es el mismo número de personas de toda la humanidad precedente, Es increíble que en una situación como esta vayamos a perder la fertilidad del suelo, pues mal tiempo se aproxima. Segundo.-­‐ Esta producción alimenticia está hambrienta de agua, hoy fui a visitar El Prat. Es una maravilla, tiene agua en abundancia, pero no es así en toda España. El 78% del agua disponible se utiliza para la agricultura, de una forma irrespetuosa. El agua será el verdadero problema de la guerra en el futuro, no el petróleo, será el agua. Si quieren comprender el conflicto Israel-­‐ Palestina en este momento, deben saber que es el conflicto del agua del rio Jordán, tanto la comunidad israelita como los palestinos necesitan agua. En estos momentos el agua del río Jordán llega a los tobillos. En la iconografía clásica nuestro señor Jesucristo se sumergía en el Jordán, hoy si nuestro señor Jesucristo va al Jordán se baña hasta los tobillos… y el día que Turquía realice una presa sobre el Tigris y el Eufrates será una guerra contra Irak, contra Siria… la cuestión del agua es la verdadera cuestión. La producción intensiva está hambrienta de agua, los productos transgénicos necesitan mucha, mucha agua… ¿de qué hablo?, hablo de Gastronomía. Tercero.-­‐ Esta condición “productivista”, que va a provocar mayor producción, va a destruir la biodiversidad en el planeta. En los últimos 120 años hemos perdido el 75% de la biodiversidad. Miles y miles de especies de frutas y verduras, de animales, se han perdido, han desaparecido. Es por eso que la idea que voy a presentar al final de esta charla, la idea del Arca es un movimiento de resistencia, es un movimiento político de resistencia. Más o menos creo que debo ser el más viejo de esta reunión, si hay otro de mi edad recordará que existía también aquí en Catalunya fruta que ahora no existe, verdura que ahora no existe, ¿por qué? Porque la concesión de producción intensiva destruye las especies más débiles. Si hay una especie que es poco productiva, se puede perder, en la producción intensiva siempre se va a defender a la especie más fuerte. En mi país esta condición “productivista” realizó una locura increíble. Voy a poner dos ejemplos que para mí significaron el cambio de mentalidad del movimiento slowfood. Un día regresaba a mi casa y en una Trattoria donde se come una “pepperonata”, una sanfaina con pimiento fantástica. Fui a probarla y ya no era buena. Pregunté: “¿dónde compraste estos pimientos?” “el pimiento llega de Holanda”, me dijo el chef: “se ha criado en vitrocultura, es estéticamente perfecto, en una caja hay 28, ni 29 ni 31, 28, es ecodiseño, y dura mucho más que los pimientos locales, mucho más…es muy barato, lo único que le pasa es que no es bueno, pero es muy barato”. Le dije: “aquí hay un pimiento llamado pepperoni cuadrato de asti, carnoso y bueno… ¿por qué no lo compras?”. “Porque el de los holandeses es muy barato”, me respondió. Nuestra conversación siguió y le pregunté de nuevo: “En el invernadero donde estaba el pimiento, ¿qué hay ahora?” y me respondió: “hay cultivos de bulbo de tulipán”. Nosotros los italianos vamos a comprar el pimiento de Holanda, con el TIR, y después con el TIR vamos a llevar el bulbo de tulipán a Ámsterdam porque en Italia no se vende tulipán, aunque lo regales. Y así vamos a perder la especie de pepperoni cuadratto de asti. Escuchen bien porque si yo me quedo aquí quince días, ejemplos como este seguro que también encuentro cerca de aquí, estoy completamente seguro. Hay una vaca en la península sorrentina que ya no existe. Esta vaca se llama o se llamaba muca agerolesse, producía leche, con esta leche se producía un queso llamado provolone del Mónaco. En 1500, cuando la mayor metrópolis del mundo no era Roma, sino Nápoles, barcos de provolone del Mònaco partían de Sorrento para llegar a la metrópolis de Nápoles. Esta vaca produce 12l. de leche por día, en Italia se paga al campesino 32 cts el litro de leche, como aquí. Cuando esta leche llega a las grandes concentraciones lo primero que se les quita es la grasa, porque la grasa se utiliza para la industria del dulce. Esto hace que la leche no sepa a nada, pero la grasa de la leche se mete en un cartón y se vende a 1€ el litro, y si usted quiere vitaminas es mejor que tome el cartón porque en el litro de leche no hay nada, nada de nada. Pero nos damos cuenta de que existe gente que tiene dinero, perfecto, entonces piensan con esta leche empobrecida vamos a utilizar el Omega 3. Ah el Omega 3, que fantasía. Así el resultado es que se paga 1,60€ por un litro de leche con restailing, 1€ por leche empobrecida y 32cts de € se le paga al campesino la leche natural de la vaca. Esta es la realidad, no de Italia, sino de aquí, de toda Europa, bien. Los ganaderos de Sorrento ¿cómo pueden vivir con la vaca agerolesse? con 12 litros al día y a 32 cts. el litro es imposible, no se puede vivir. Entonces dicen hay la vaca frisona holandesa –siempre Holanda, Cristo, siempre Holanda-­‐ que produce 40 l. de leche por día, pues el problema ya se ha resuelto pero no es cierto. El problema no está resuelto porque con la leche de la vaca frisona holandesa no se puede producir el queso provolone del Mónaco. Nosotros, los italianos, que acuñamos la marca “Made in Italy”, hemos perdido una vaca y un queso, ésta es la dura realidad, ésta es la Gastronomía. Cuando voy a ver todos los espectáculos que hacen los maitres franceses… veo la anticapa que tienen por un lado los chefs y por otro lado la política. Estoy convencido de que vamos a perder la biodiversidad y esto es una gran injusticia intergeneracional. Perder la biodiversidad significa que lo que tenemos de nuestros abuelos no podremos dejárselo a las futuras generaciones y es un desastre increíble. Cuarto.-­‐ Usted sabe que todos hablan de comida pero no existen campesinos, no hay campesinos. Todos ustedes que han venido aquí hoy, son Mies van der Rohe, trabajan en el campo que es muy duro, su lucha es muy dura, porque se trabaja todo el día y el resultado no existe. En mi país, piensen que al final de la Segunda Guerra Mundial el 50% de la población era campesina, ahora son un 3%, y el 60% de este 3% tiene más de 60 años. Nosotros no vamos a comer computadoras, ni comunicación, nosotros vamos a comer productos que nacen de la tierra y si no hay productos la posibilidad de que los jóvenes vuelvan a la tierra es más que difícil. Es un problema verdadero, esto es política. La última de este sistema criminal. El motivo es que no hay remuneración para los jóvenes que vuelven al campo. En una charla con universitarios en Romale pregunté a 500 estudiantes “¿cuántos de vosotros quereis ser campesinos?”, 2 confirmaron, y les dije: “el resto de ustedes piensan comer sólo con el trabajo de estos dos y eso no es posible”. Lo más interesante de esta pregunta es que también la formulé en la universidad de Madrid y salieron los mismos porcentajes. En Estados Unidos los resultados son diferentes. Fui a la universidad de Harvard, ante 400 estudiantes; a Yale, con 500, y a Princeton, con 300. En Yale les formulé la misma pregunta, y entre 40-­‐50 alumnos confirmaron que se dedicarían a la agricultura, ¿ustedes piensan que los jóvenes americanos son estúpidos, que están locos? No, esto significa que viene un cambio de paradigma, en el momento en que Europa perdía sabiduría y realidad agrícola, en EEUU, que está en zona de desastres, se empiezan a reconstruir, es increíble. En 1997 abrí el primer mercado de campesinos en Chicago, el mismo año, abrí el mercado de campesinos en New Orleans, en todo Estados Unidos en el 97 había más o menos entorno a 50 mercados campesinos y de productos biológicos. En el 2000 la realidad es que había en torno a 500-­‐600-­‐700, la mitad del año 2005…hay 4.000 y ahora en 2016 en Estados Unidos hay 12.000 mercados de campesinos. No solo en los barrios con dinero, en Harlem también hay un mercado campesino, y en el barrio hispánico de San Francisco. Es realmente una revolución, es la novedad. La semana pasada cuando leí el programa de uno de los candidatos demócratas a la presidencia de EEUU, Bernie Sanders, en su programa electoral el apartado del programa agrícola de Bernie Sanders plantea reconstruir la economía rural contra la agroindustria, primero; fortalecer la economía rural y la agricultura familiar de pequeños productores, segundo; defender la biodiversidad, tercero; cuarto, luchar contra el tratado internacional que destruye a los pequeños productores. Yo debo ser de otro mundo, y pensé, ¿qué es esto? esto es el candidato de Estados Unidos. Entonces llegué a mi periódico. Venía de California, donde hablé con muchos jóvenes y todos me hablaban de Sanders. Llegué a Italia y hablé con mi periódico La Repubblica y les dije, este es un fenómeno extraño, este es el programa agrícola de Bernie Sanders, y mi director me dijo: “es poesía, él habla así pero Hillary es más fuerte, no puede ganar alguien así en Estados Unidos”. Ayer el periódico La Repubblica tenía dos artículos, en uno explicaba que Hillary y Clinton han defraudado, porque son el emblema de Wall Street, Hillary por hacer una charla en Goldman Sachs cobra 250.000$, democrática, fantástica; en el otro artículo explicaba que Bernie Sanders remonta resultados en toda América, donde la población de 17 a 35 años está toda a su favor, alcanzando un 80%. ¿Qué significa este cambio? yo no sé cual es el programa agrícola en mi país, en Italia el programa agrícola de la izquierda y de la derecha es nada de nada, y yo voy a escuchar a Berni Sanders, es increíble. Otra persona que habla así, puedo decir que esto es un motivo de esperanza, es un hombre que llegó de Argentina a Roma, ¡madona que argentino!. Voy a hacerles una pregunta: ¿cuantos han leído la encíclica “Laudato Si”?, 5 personas. Carlo Petrini es agnóstico, no soy creyente, soy radical de izquierdas convencido, voy a decir una cosa: este documento es el mejor documento, en este momento histórico, político, que habla de medio ambiente, de nuevo paradigma, de nueva economía, de defensa de los pobres en el mundo. Mi amada izquierda habla otro lenguaje y yo voy a escuchar al Papa de Roma que habla así. Por favor, lean la encíclica, se lo dice un no creyente, yo no soy creyente pero esta es la realidad. Esto es el desastre. La última cosa del desastre alimenticio es el desperdicio. Producir mucho mas porque cuesta barato, porque se necesita vender y debe ser barato; en toda la historia de la humanidad no hay ningún momento en el que el desperdicio haya llegado a las cotas que hay actualmente, millones y millones de toneladas de productos que se pueden comer van a la basura, esto tiene un coste. El 30% de la producción biológica en Europa va en el compost, ¿por qué? Porque la zanahoria no tiene el calibre exacto, porque la patata tiene un tubérculo que estéticamente no va bien; la gran distribución no puede tener esto, y se tira en el compost. Esta es la locura general, ¿de qué hablo? Hablo de Gastronomía y hablo de política, se necesita un cambio de paradigma. El papa Francisco dice en ese texto que esta economía mata. Mata el medio ambiente, mata a los pobres del mundo, mata a nuestra comunidad, mata nuestra felicidad, esta economía mata, necesita cambiar el paradigma. Y lo más interesante es que el paradigma cambia a partir de la primera acción, la única acción que nos permite estar vivos. Nosotros estamos vivos porque comemos, el acto de comer es el primer acto agrícola. Si yo como el producto de las multinacionales ayudo a la agricultura intensiva, si yo como productos de campesinos locales yo ayudo a la economía local, este es el concepto y el momento en que los ciudadanos deben ser aliados de los productores. En este momento los productores no tienen fuerza electoral, no son muchos, trabajan mucho por su dignidad, y si no hay una alianza entre los ciudadanos y los campesinos los resultados son inferiores. Yo uso la palabra ciudadanos, no consumidores. Para mi, consumidores es una palabra mala, nace hace 300 años, cuando nace la revolución industrial, consumidor significa consumir, consunción. Nosotros somos ciudadanos y necesitamos ser coproductores. Cuando voy a comprar ayudo a la economía local y por eso a nivel local las instituciones son muy importantes para defender los mercados de campesinos. Durante 40-­‐50 años toda la comunidad ayudó a las grandes distribuciones, “oh que maravilla, en mi lugar hay una gran distribución”, pero llega el momento del nuevo paradigma, porque la gran distribución mata la agricultura local, la gran distribución va a distribuir productos que no son locales, que no es economía local. Organizad mercados de campesinos también aquí, porque la idea que el mercado de la tierra está en Barcelona donde están los ricos, es justo y funciona, pero cuando lo realices aquí tu trabajarás para tu economía local, por el cambio de paradigma. Cornellà tiene más de 80.000 habitantes, no es un pequeño pueblo, tiene un alcalde importante, Antonio: te voy a dar esta idea, te la regalo, gratis…. un mercado de la tierra aquí, de la comarca…y también panaderos que van a utilizar la harina de grano al pico, esto para mi es nuevo paradigma, pienso que los mercados apoyan a las comunidades y lo más importante es trabajar para la comunidad. La única manera de ser feliz es trabajar para la comunidad, todo el resto no cuenta nada, trabajar en armonía con tu propia comunidad es lo más importante, es el principio fundamental de la política. Ahora vamos a hablar del arca del gusto, no es un catálogo, es aportar valor a los productos locales y difundir la conciencia de que estos productos son patrimonio cultural de la comunidad. Es difícil pensar que una cebolla sea patrimonio cultural, pero una concreta cebolla de calidad que es de aquí, es patrimonio cultural, como una iglesia; un queso que tiene 300 años, que es la identidad del territorio es patrimonio cultural, así ¿qué vamos a hacer? Vamos a conseguir que estos productos tengan valor. ¿Por qué? Porque la verdadera vergüenza de este periodo histórico es que la comida ha perdido valor; todo el mundo habla de precio, de cuánto cuesta, no de cuánto vale, es una gran diferencia cuánto cuesta y cuánto vale. El valor significa que cuando yo tengo el producto veo al campesino que trabaja, los artesanos que trabajaron, el comerciante que lo trasladó. Esto significa valor, si solo tengo el precio de la comida ha perdido valor. Les invito a reflexionar, nuestros abuelos tenían conciencia de que la comida tenía valor, tenían muchísima conciencia. Si ustedes pudieran hablar con su abuelo, yo por ejemplo le diría al mío: escucha abuelo tu sabes que yo vivo en una sociedad donde se gasta mucho más para adelgazar que para comer, mi abuelo me diría tu estás loco; pero es así, en esta sociedad todos vamos a pagar mucho mas para adelgazar que para comer. La comida no tiene valor, todos hablan de Gastronomía pero nadie comprende que este es el valor, que esta es la expresión de la creación, de la naturaleza. Nadie entiende que esta es la puerta de su relación espiritual, y lo dice un agnóstico porque la espiritualidad no es exclusiva de los religiosos, no, no, no; también un laico tiene su propia espiritualidad, si vive en harmonía con la naturaleza, tiene su propia espiritualidad, si va a combatir por la justicia, tiene su propia espiritualidad. Entonces, es posible que en estos momentos, si todo el mundo habla de comida, de Gastronomía y nadie sabe ver que la situación es dramática para el medio ambiente, para nuestra socialización, para nuestros hermanos que en África morirán de hambre cuando aquí, millones y millones de toneladas de alimentos van a la basura. ¿De qué hablamos? En el Mar Mediterráneo, cuando los italianos moríamos, nos fuimos a América y ahora Europa tiene muros, ¿nosotros construimos Europa con esta idea? En estos momentos la ciudad de Alepo es constantemente bombardeada, qué le vamos a preguntar a quien tiene un hijo que vive en Alepo. Sobre estar bajo las bombas y morir con su propio hijo, y ahora ¿no pueden entrar en Turquía? Nosotros pagamos 3.000M a Turquía para que no pasen, esta es la Europa que nosotros tenemos, esta es la Europa de la solidaridad y del egoísmo. Les pido disculpas si ustedes pensaban que venía a ver al gastrónomo que venía a hablar de spaguetti, no, no, no, la Gastronomía es esto y, si no vamos a comprender esto, no hay problema, si la política duerme y habla de otra cosa, pues nada, tranquilos, por el momento tenemos al Papa y a Bernie Sanders, pronto irán llegando los otros, todos llegarán a esta idea porque nosotros estamos vivos porque comemos, es la única realidad y nostros a través de la comida tenemos el pacto más importante que es un pacto de amor. Cuando nacimos, salimos del vientre materno, no hablamos, no oíamos nada, teníamos los ojos cerrados pero la boca iba a buscar el pecho materno como primera acción, es un acto de amor, de amor de la madre que da leche, el amor del hijo que toma la energía de la vida. ¿Por qué hablamos de comida como hablamos de zapatos?… no debemos hacerlo. Se trata de un hecho muy diferente, esta es la idea de slowfood, es la idea a partir de la cual slowfood en un momento concreto cambio toda su filosofía y realizó las redes de tierra madre. Hoy, después de 10 años implementando esta red tenemos más de 7.000 comunidades en 170 países. Estamos en África, donde se sufrirá de hambre; en las favelas de Rio, donde tenemos cursos de cocina para jóvenes y chicas que aprenden a cocinar; en Sao Paolo. Con un concepto de Gastronomía solidaria construimos una realidad comunitaria, todo el resto no importa, lo importante es la comunidad y una cosa importante es conocer que el cariño mueve estas comunidades. A Mark Twain al final de su vida le preguntaron porqué vivimos, él utilizó 5 palabras, que para mi son la síntesis: la estima de nuestro vecino, el cariño de nuestros vecinos es lo más importante. No la estima del mundo, que es efímera, la de nuestros vecinos porque conocen nuestros defectos, saben si eres verdadero o mentiroso. Morir con la estima de nuestros vecinos es el motivo de nuestra vida y para poder realizar esto necesitas tener respeto por la comunidad, respeto y honestidad por la comunidad. Esto es muy importante ahora porque este sistema va a destruir el valor de la comida, por eso yo voy a terminar pidiéndoles a ustedes que sean constructores de valores. Necesitamos reconstruir valores, por ese motivo el Arca es importante, porque la recuperación de estos productos: la pera castells, el melón del Prat, el trigo forment, la cebolla de Figueras, el conejo del Matarraña permitirá reconstruir una nueva economía y usted cocinero, con su alianza y dándole valor a estos productos conseguirá en su restaurante, primero una buena nota y segundo la conexión con su economía local. En este momento ¿por qué el pollo pota blava del Prat no puede ser un valor económico?, ¿por qué un buen queso no puede mantenerse? Yo no voy a morir con Philadelphia, no me interesa nada, yo estoy aquí para comer el queso de aquí, yo vengo de Italia no para comer los spaguettis de aquí, vengo aquí para conocer esta comida y comprender esta comida como ustedes, este es un acto político. El Arca entre hoy y el mes de septiembre, cuando vamos a hacer el gran encuentro de terra madre, querrá tener información recogida de unos 10.000 productos. Hoy sólo tenemos 40 de Catalunya, me parecen muy pocos. Les pido, por favor, que entre vosotros vamos a descubrir la realidad de un mínimo de 100 porque esta contribución será la contribución del movimiento de resistencia de Catalunya en el mundo. Nosotros estamos contra el concepto de transferir la economía capitalista al interior de la agricultura, sabemos que no funciona. La agricultura tiene un sistema económico de 10.000 años, la economía capitalista tiene 300 años y nació con la revolución industrial. En estos momentos no funciona la revolución industrial, ¿por qué? La financiación, la distorsión, Wall Street, no son nuestro objetivo, nosotros trabajamos para reconstruir una economía de comunidades, una economía civil, una economía participativa, local. En lo local nosotros somos protagonistas, si vamos a realizar una economía global no contamos nada. Entonces lo que Bernie Sanders dijo de interesante, estoy contra los tratados intercontinentales que destruyen la economía de los pequeños productores. En estos momentos UE y EEUU va a construir el nuevo tratado interatlántico en secreto. Nadie sabe nada, ¿por qué? Porque el derecho a viajar de la mercancía es “supremo”, es un “altar supremo”. Así, nosotros, que tenemos ganadería de vacas que no usan hormonas ni otros productos, vamos a abrir la puerta a la carne americana que llega aquí llena de hormonas. Es una forma de suicidio, yo espero que la reacción de todos sea rechazar esta iniciativa en cada país, tenemos herramientas para defender la salud de nuestro pueblo y se necesita realizar de forma higiénica los productos. Otra cosa, yo he dicho higiénica, no hiperhigiénica, vemos que son dos cosas diferentes. Voy a realizar un movimiento de defensa de los microbios, sin los microbios no hay procciutto, no hay queso, no hay nada, pero la Unión Europea, donde está el lobby de “agrobussines” dice que no se puede hacer viajar el queso de leche cruda sobre madera, ¿cómo puede vivir un queso de leche puro si no respira?, después de 300 años…este es el hiperhigienismo de la industria. Debemos luchar por nuestros productos, por los productos naturales que nunca dieron problemas de alimentación. Muchas veces un producto industrial, que tiene un defecto en la cadena productiva, hace que 4.000 o 5.000 personas tengan problemas. La última, en los Alpes tienen ganadería y producen queso, la UE dice: cualquier laboratorio necesita azulejos y dos servicios higiénicos, uno para las mujeres y otro para los hombres. Ustedes saben que en los Alpes tienen un pastor, que lo único que puede hacer es ir primero a un servicio y después a otro. Esta es la locura del hiperhigienismo, no la higiene, que no tiene en cuenta la sabiduría que después de 100-­‐200-­‐500 años ha sobrevivido. Les explico la última, hablo de mi país pero estoy convencido de que también pasa aquí. En mi país tenemos buen vino, en mi zona hay un Barolo, pero el vino no lo producen los piamonteses, sino 10.000 macedonios que van a cortar la uva en el campo; el parmigiano regiano, que buen queso, es posible porque 10.000 familias de indios van a ordeñar las vacas, porque a los italianos eso de ordeñar la vaca no les va. El tomate, en el sur de Italia, lo van a recoger los africanos con contratos que son muy similares a la esclavitud, ¿de qué hablo? Hablo de Gastronomía. Si tú que produces esto no eres justo con los trabajadores, estos productos no son validos, no quiero comer tomates obtenidos con la esclavitud de nuestros hermanos africanos. La calidad alimentaria necesita de tres adjetivos: bueno, limpio y justo. Bueno, limpio porque una producción intensiva que destruye el medio ambiente no va bien, justo porque necesitas pagar al campesino y al trabajador, y si falta una de las tres cosas no existe la calidad alimentaria. Para conocer esto nosotros necesitamos trazabilidad, conocer y compartir la información. Muchas gracias.