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Sean mis primeras palabras, además del cordial saludo a todos ustedes, la expresión de mi gratitud a la dirección de la Editorial Prensa Ibérica por su amable invitación a intervenir en este Encuentro 2003 de la Economía Gallega, jornada que con excepción de mi modesta persona, reúne un conjunto de destacadas personalidades del mundo de la política y de la empresa privada que garantizan un análisis profundo de la rica temática desarrollar. El tema objeto de esta ponencia “la actividad empresarial como motor de la economía gallega y de la creación de empleo” puede presentar en su enunciado aspectos que hoy por hoy resultan obvios, insertos en un grado de evidencia que ya casi nadie discute. No obstante, no solamente esta circunstancia resulta casi una novedad en el tiempo, sino que además existen matices que creo resulta conveniente resaltar. En primer lugar parece indiscutible que la economía gallega, con sus características peculiares, dimanadas de sus condicionamientos geográficos, sociales y culturales, está plenamente inserta, como filosofía y como sistema en el ámbito español, como consecuencia en el europeo, y finalmente en lo que se ha dado en llamar el mundo occidental. En estos ámbitos no sin un devenir Página 1 de 1 histórico al que me parece oportuno hacer alguna referencia, la empresa, y me atrevo a decir que la pequeña y mediana empresa, es factor absolutamente fundamental del desarrollo económico y por ende de la creación de riqueza y la creación de empleo. Pero esta realidad, hoy prácticamente indiscutible, es la consecuencia de una larga marcha, resultado en ocasiones, utilizando la famosa frase de Sir Winston Churchil, de sangre, sudor y lágrimas, como consecuencia del enfrentamiento dialéctico, y político, de dos formas diametralmente opuestas de entender el mundo y de conformar a la sociedad. De un lado el sistema liberal democrático que desde el punto de vista del basamento doctrinal se asienta en tres fechas que a mi modo de ver son claves: en 1748 Montesquieu publica sin ningún éxito su “Espíritu de las Leyes”, en 1761 Rousseau lanza su obra fundamental “El Contrato Social” y en 1776 el padre de la economía liberal, Adam Smith, publica la biblia de la economía de mercado bajo el título “Investigaciones sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones”. Página 2 de 2 Se ha plantado ya la semilla que germinará en Julio de 1789 en donde la toma de la Bastilla es el símbolo de una trasformación fundamental: el súbdito pasa a convertirse en ciudadano. Pocos años antes nacían los Estados Unidos de América. De otro lado en 1867 Carlos Marx publica “El Capital” y en Octubre de 1917 los bolcheviques toman al asalto el Palacio de Invierno en San Petersburgo. Estos acontecimientos van a marcar el destino de Europa hasta hace apenas dos décadas: por una parte el protagonismo del mercado como árbitro de las relaciones económicas, por la otra el Estado como protagonista exclusivo. De un lado el Estado al servicio del individuo, de otro, la anulación de la iniciativa personal, aplastada por el totalitarismo estatal. Europa, el mundo occidental, conoció durante las últimas décadas, en base a la empresa privada como motor de la economía, el mayor desarrollo social, económico y cultural imaginable. La estrepitosa caída del muro de Berlín, dejó al descubierto la vergüenza de un presunto paraíso donde solo existía herrumbre y miseria. El mercado, la libertad de empresa, basada en las iniciativas, en la Página 3 de 3 tensión permanente entre riesgo-beneficio, había triunfado para siempre, sobre la estatalización burocrática ineficaz y aniquiladora del espíritu emprendedor y creativo. Esta realidad europea es en la que progresivamente se está insertando la economía gallega y los empresarios tenemos conciencia de que constituimos el motor que genera riqueza y puestos de trabajo. Esto nos confiere una grave responsabilidad que junto al riesgo económico hemos asumido ante la sociedad, situación que no siempre es correspondida con el reconocimiento social de una función indispensable para el desarrollo. No obstante, a pesar de todo lo expuesto, es necesario admitir el hecho de que los empresarios con mucha frecuencia volvemos nuestra mirada hacia el Estado, haciendo llegar nuestras demandas, con frecuencia insistentes, a las Administraciones Públicas, desde Bruselas al Concello, pasando por Madrid y Santiago de Compostela. Página 4 de 4 Esto no supone en absoluto ninguna contradicción, puesto que en el sistema de economía libre de Mercado, al Estado le compete una función importante siempre, y trascendente a menudo. Las Administraciones Públicas deben de generar las condiciones para que la dinámica empresarial alcance su mayor rendimiento. No se trata de intervenir en las fuerzas del mercado sino de procurar que las mismas se desenvuelvan de forma que el sistema optimice sus resultados. No, al Estado Providencia, sino a la justa demanda del clima político, social, económico y cultural adecuado para que el motor de la iniciativa, el impulso de la creatividad, se plasmen en empresas competitivas y eficientes. Las empresas precisan y demandan infraestructuras adecuadas a los tiempos que vivimos para que la competencia se desarrolle disponiendo de los mismos instrumentos. Las empresas gallegas han valorado lo que ha supuesto el disponer de comunicación por autovía con la Meseta, esperan impacientes la revolución que debe suponer un ferrocarril de alta velocidad, precisan de suelo industrial urbanizado a precios competitivos, demandan una mayor interrelación con los ámbitos universitarios para aprovechar las oportunidades que confiere la Página 5 de 5 puesta al día en investigación, apelan a que la legislación no cercene sino que impulse la actividad empresarial (en estos momentos existe el peligro que la legislación portuaria que se tramita obligue a los empresarios del congelado a utilizar trabajadores portuarios en una incomprensible vuelta a tiempos pasados de infausto recuerdo) Demanda inversiones portuarias acordes con la evolución técnica del transporte marítimo, precisa de aeropuertos con alto grado de operatividad, tanto para el transporte de pasaje como de mercancías. Las empresas, el motor de la economía, quieren sentir cerca el aliento benéfico de las Administraciones, en lugar de enfrentarse a los vericuetos laberínticos de una burocracia, a menudo insensible a la problemática de cada momento. Todo esto permitirá que el motor de la economía gallega, la cual justo es decirlo, ha dado un salto cuantitativo y cualitativo en el último decenio sin precedentes, tal y como demostraba fehacientemente hace unos días el profesor Velarde Fuertes, permitirá digo, un rendimiento cada vez más acorde con las demandas sociales generando un mayor nivel de empleo, y propiciando niveles crecientes de bienestar para el conjunto de los ciudadanos. Página 6 de 6 El esfuerzo infraestructural realizado por nuestra Administración Autonómica, está rindiendo sus frutos. Valoramos los esfuerzos que se están desarrollando en innovación, tenemos una industria del automóvil que es un ejemplo y que, con su entramado de empresas conexas, constituye el soporte económico y social de una amplia comarca. Galicia ha irrumpido con fuerza en el mundo de la producción textil y en el ámbito de la moda. Pese a toda la problemática existente somos una potencia pesquera, pioneros en una acuicultura que marca pautas de desarrollo a nivel mundial. Nuestra riqueza en el sector del granito se limitaba hasta anteayer a un proceso puramente extractivo, y hoy mismo constituye un sector industrial dinámico, altamente tecnificado, con lo cual la economía gallega aprovecha la totalidad del valor añadido. El Plan Foexga de la Consellería de Industria y las Cámaras de Comercio Gallegas, impulsan la dinámica exportadora de nuestras empresas al tiempo que se destinan importantes recursos a formación. El último cuarto de siglo ha supuesto una profunda metamorfosis en el panorama económico de nuestra comunidad autónoma, impulsada por el esfuerzo de sus empresarios. Página 7 de 7 En definitiva, la perfecta sintonía, la fecunda relación osmótica, entre la iniciativa privada, la fuerza emprendedora de la empresa, y las Administraciones Públicas es una condición necesaria para que el motor, la ilusión del empresario, que afronta el proceloso camino del riesgo, pueda obtener el máximo rendimiento, generando riqueza incrementando el bienestar social y logrando crecientes tasas de empleo, cada vez mas cualificado, para lo cual, quiero hacerlo constar expresamente, resultan indispensables, programas dinámicos de formación, tanto a nivel universitario como profesional que sintonicen con las demandas de la sociedad y concretamente con las necesidades de los distintos sectores del mundo empresarial. La empresa como ser vivo, afronta las contingencias, los avatares de todo ente viviente, y así normalmente nace, se desarrolla, a menudo se transforma y finalmente en muchos casos desaparece. El tejido empresarial se renueva con insistencia y resulta fundamental el que el alumbramiento de nuevas empresas, de nuevos motores que generen mayor impulso económico, sea lo más cómodo posible, mediante la supresión de trabas burocráticas, facilitando trámites y eliminando barreras y duplicidades a Página 8 de 8 menudo innecesarias. La Cámara de Comercio de Vigo, dispone de todo lo necesario para ofrecer el servicio de Ventanilla Única, y así lo viene solicitando con insistencia de la Administración, del mismo modo que ya existe este servicio en veintiséis Cámaras Españolas, allanando el camino a nuevos emprendedores. El motor se cuida también, teniendo la previsión de sustituir con piezas de recambio, las que la dialéctica del mercado haya declarado inservibles. Muchas gracias. Página 9 de 9