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LA ETNIA COLLAGUA Y LOS
CAMBIOS SOCIOECONÓMICOS
Máximo Neira Avendaño
Alejandro Málaga Medina
Juan Gómez Rodríguez
Introducción.El pueblo etnia Collagua se extiende a lo largo del área ecológica
meridional del departamento de Arequipa.
Actualmente existen varios intentos de definir la comunidad
Collagua, fundamentalmente a través de investigaciones históricas y
antropológicas tendientes a distinguir los procesos de cambios en los
variados aspectos de la vida social de la etnia Collagua.
La presente ponencia ha sido dividida en tres partes: la primera, los
orígenes prehispánicos de la etnia Collagua y los aspectos
demográficos y diferenciados en la estructura económica; la segunda,
la historia agraria colonial que trata de explicar la formación de la
hacienda y los cambios poblacionales; la tercera, los problemas del
cambio por la penetración del capitalismo en la región en relación
con la ampliación del mercado capitalista y el problema de las
migraciones.

Investigación inédita presentada como Ponencia a la II Reunión de las Jornadas Peruano
Bolivianas de Estudio Científico del Altiplano boliviano y del sur del Perú, realizado en la
Casa Municipal de la Cultura “Franz Tamayo” La Paz, Bolivia 17-24 de agosto de 1978.

Doctor en Arqueología, Profesor Emérito de la UNSA.

Doctor en Historia Profesor Emérito de la UNSA. Fallecido en diciembre de 1995

Doctor en Antropología, en la actualidad radica en el Canadá.
HISTORIA Nº6 (2003): 59-78 / ISSN 2220-3826
Universidad Nacional de San Agustín, Arequipa-Perú
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El modelo de las transformaciones estructurales será analizado
dentro de la dinámica de la larga duración del desarrollo histórico de
la etnia de los Collaguas.
PERIODO PREHISPÁNICO.En la última década, las investigaciones arqueológicas se
intensificaron en los Andes Meridionales, particularmente en el
periodo de los “Cazadores Superiores Alto Andinos” del Sur del
Perú, pero los problemas precoloniales de la etapa histórica
inmediatamente anterior al Imperio Incaico, ha sido desatendido en
los últimos años; es por esta razón que en esta oportunidad
presentamos algunos problemas prehispánicos del grupo étnico
Collagua, que ocupó la zona nororiental del grupo Arequipa.
Los datos históricos registrados por los diferentes cronistas, que nos
ayudan a esclarecer los elementos culturales y la vida cotidiana de la
etnia estudiada, son muy deficientes y raros. A manera de ejemplo
vamos a citar algunos de ellos:
El discutido cronista mestizo, Garcilaso Inca de la Vega, refiriéndose
a las conquistas del cuarto Inca Mayta Cápac, dice: “De Parihuana
Cocha pasó el Inca adelante y atravesó el poblado de Coropuna,
donde hay una hermosísima y eminentísima pirámide de nieve que
los indios con mucha consideración llaman Huaca, que entre otras
significaciones que este nombre tiene, aquí quiere decir admirable
(que cierto lo es), y en su simplicidad antigua la adoraban sus
comarcanos por su eminencia y hermosura, que es admirabilísima.
Pasando el despoblado entró en la provincia llamada Aruni; de allí
pasó a otra que dicen Collagua, que llega hasta el valle de Arequipa,
que según el padre Blas Valera quiere decir Trompeta Sonora”.
Pedro Cieza de León, calificado como el más imparcial, de mayor
serenidad y veracidad en la narración de los hechos, nos proporciona
solamente un dato muy breve al referirse a la ciudad de Arequipa y
dice: “Los Hubinas y Chiquiguanita y Quinistaca y los Collaguas,
son pueblos de los subjetos a esta ciudad, los cuales antiguamente
fueron muy poblados y poseían mucho ganado de sus ovejas”.
Antonio Vásquez de Espinoza en su monumental obra “Compendio y
Descripción de las Indias Occidentales, refiriéndose a los valles de
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Camaná y Majes dice: “12 leguas al río arriba, está el famoso valle
de Majes, de los más fértiles de este reyno, donde se coge cantidad
de vino muy bueno que sacan a las provincias de los Aimaraes.
Collaguas, Condesuyos y a otras comarcas”. Más adelante
describiendo a la ciudad de Arequipa, dice: “Junto a esta provincia
de los Condesuyos, está la gran provincia de los Collaguas toda muy
poblada (de gente, y muchos pueblos), provee el consejo para su
buen gobierno Corregidor, que asiste en el pueblo de Yanque que es
la causa de esta provincia, hay en ella grandes crías de ganado de la
tierra que la haze muy rica, es muy abastecida de maíz, papas, carne
y pescado, tiene muy buenas minas de plata, esta provincia es del
Obispado de Arequipa, y está repartida a los vecinos de ella, y tiene
obligación de servir (a los vecinos) por sus mitas”.
Por último Vásquez de Espinoza enumera a los habitantes de la
provincia, había cinco repartimientos y 16 doctrinas, con una
población de 6,103 indios tributarios, 2,279 indios viejos, 4,921 de
indios jóvenes y 9,566 de mujeres.
Con exepción de Vásquez de Espinoza, los demás cronistas son muy
lacónicos en sus descripciones sobre el área estudiada.
Merece especial mención un documento publicado por Marcos
Jiménez de la Espada en “Relaciones Geográficas de Indias-Perú”,
con el título de “Relación de la provincia de los Collaguas para la
descripción de las Indias que su Magestad manda hacer” (sic),
efectuada por el Corregidor Juan de Ulloa Mogollón ene. Año 1586,
a solicitud del Virrey Fernando de Torres y Portugal Conde del
Villar. Esta relación es uno de los mejores escritos con que contamos
para el análisis histórico de un pueblo en tradición pre-inca.
El núcleo central de la etnia Collagua, fue la cuenca del río que nace
en las cercanías de Condoroma, su recorrido es complejo, pues en
sus nacimientos sigue una ruta de norte a sur, para formar luego una
dirección este a oeste y al juntarse con el río Orcopampa se desvía de
norte a sur, así mismo toma diferentes nombres, desde sus orígenes
hasta la confluencia con el río Orcopampa, se denomina Colca, luego
toma el nombre de Majes y por último el de Camaná antes de
desembocar en el Pacífico.
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Particularmente en la cuenca del Colca abrupta y bella, las
investigaciones precoloniales han determinado el hallazgo de
numerosos centros habitacionales aborígenes y la mayoría vestigios
de poblaciones de carácter netamente rural. La relación es la
siguiente: Las ruinas de Huacallúa, Kumurani, Uscallacta en el
distrito de Chivay; los centros arqueológicos de Kiparani, Coporaque
y Maucoporaque en el distrito de Coporaque; el gran sitio
prehispánico de Uyu Uyu en el distrito de Yanque, las ruinas de
Pillonipata y Achonani en el distrito de Achoma; los lugares
precoloniales de Peña Blanca y Malata en el distrito de Maca; los
sitios precolombianos de Jatún Kallimarka y Uchic Kallimarca,
Tucuchasi y Chusquila Trinchera o Hayna Kcale, Antisana y
Umahuasi en el distrito de Huambo, las ruinas de Jayaquina, San
Miguel y Cupuraime.
Es muy importante señalar que la mayoría de los 20 sitios
precoloniales enumerados corresponden a patrones de poblamiento
netamente de carácter rural, es fácil de explicar esta distribución de
la población aborigen, si contemplamos las maravillosas andenerías
que todavía constituyen el emporio de riqueza agrícola de la región.
La arquitectura de la cuenca del río Colca es compleja, anotaremos
simplemente algunas de las características más fundamentales.
Inconfundiblemente se halla arquitectura Inca, localizada
directamente en las ruinas de Yanque, explicable si consideramos en
primer lugar que dicho pueblo fue cabeza principal de la Etnia
Collagua. La estructura arquitectónica es sólida, la mampostería a
base de piedras con figuras de felinos en alto relieve.
Así mismo los fragmentos de cerámica recolectados, evidentemente
demuestran no solamente cierta influencia en la cerámica local, sino
que también hallamos fragmentos de procedencia cusqueña. Otro
tipo es el representado por piedras labradas y alargadas, sobre los
ángulos de las habitaciones y que constituyen estructuras
habitacionales sólidas y empleadas y que posiblemente represente la
arquitectura local o sea Collagua. Otro elemento diagnóstico son las
puertas caracterizadas por ser muy altas y muy angostas, y que lo
hallamos en las ruinas de Uskallacta, Uyu Uyu, Malata y Coporaque.
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El grupo étnico Collagua, fue eminentemente agrícola y que está
demostrado por la presencia de los andenes que son los mejores
conservados de toda la región, el sistema de distribución de las aguas
que hablan a las claras de la alta ingeniería Collagua. Cultivaban el
maíz, las papas y ocas.
Esta economía se complementaba con el pastoreo de las llamas y
alpacas que abundaban en las zonas de abundante pasto. Los
documentos escritos no hablan de la existencia de animales no
domésticos como el guanaco, el suri avestruz americano, pumas,
zorros, vizcachas, perdices, patos, halcones, cernícalos, aguiluchos y
el cóndor.
Por lo tanto los Collaguas se dedicaron también a la caza, ya sea para
el aprovechamiento de la carne, como de las pieles y los huesos,
indudablemente que esta última actitud era la menor.
En lo que respecta a la cerámica, la Etnia Collagua está directamente
relacionada a la serie Chuquibamba, posiblemente contemporánea
con los estilos Tiahuanacoides, y sin lugar a dudas inmediatamente
anterior al estilo Inca y contemporáneo en el proceso histórico
imperial.
Las formas predominantes de la cerámica Collagua, son
preferentemente platos en forma de “mate” o lagenaria cortada,
cántaros con cuello y de diferentes variedades y la forma
denominada pata. La decoración presenta características propias,
intervienen como base fundamental el color rojo muy fino y brillante
que sirve de engobe o slip, y sobre el intervienen el color negro como
elemento decorativo, por esta razón se le denomina negro sobre rojo.
El tratamiento de los diseños es a base de simples líneas y en algunos
casos se utiliza también el color blanco, mediante líneas o bandas
horizontales o verticales. Los dibujos más complicados son las
representaciones zoomorfas, particularmente las que presentan aves
en diferentes actitudes; estas representaciones recuerdan mucho a las
que aparecen en el Tiahuanaco expansivo.
La decoración más saltante es la estrella de ocho puntas, sello
distintivo y peculiar de la cerámica Collagua y que aparece también
en el estilo Inca. Los motivos geométricos están dados por los
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escaques, los círculos con puntos al centro, las bandas con líneas
onduladas al centro líneas quebradas paralelas, cuadros formando
cruces “estrellas” circulares con rayos y punto al centro.
Los estudios ceramográficos arquitectónicos nos demuestran que la
Etnia Collagua, presentó en etapas prehispánicas concentraciones de
gran densidad de habitantes, particularmente en la cuenca del río
Colca, en la cuenca del río Ocoña, en la de Majes, Sihuas, Quilca,
Vítor y Yura, tal como lo demuestran los grandes centros
habitacionales estudiados por los especialistas, y que demuestran a
las claras establecimientos permanentes y no una población flotante
como se ha sugerido para la Etnia Collagua; así mismo la
distribución de la cerámica y analizada de la etnia materia de este
estudio, nos sugiere llegar a la misma conclusión.
La influencia y la difusión de la etnia tantas veces citada, alcanzó a
las provincias actuales de Caylloma, Castilla, Condesuyos, Camaná y
Arequipa. Hay un dato histórico de Arequipa, comprendía las
provincias: Arequipa, Camaná, Collaguas, Moquegua y Arica. Y la
primitiva provincia de Collaguas tenía los siguientes límites: por el
norte con la provincia de Canas y Canchis; por el sudoeste con la
provincia de Lampa, por el sur con la provincia de Arequipa, y por el
oeste con la provincia de Camaná, la demarcación señalada parece
que respetó el original territorio que ocuparon los Collaguas.
A pesar de que los documentos del colonial temprano expresan que
la Etnia Collagua comprendía tres grupos principales: Yanque
Collaguas, Lari Collaguas y Cabana, las informaciones arqueológicas
demuestran que constituyeron una etnia altamente unificada y con
establecimientos permanentes en los valles de la costa arequipeña, tal
como lo podemos demostrar con las ruinas de Vetancour en la
cuenca alta del río Sihuas, o las ruinas de Pampa de Timirán en la
parte media del mismo río, margen derecha, altura de la localidad de
Tambillo.
La unificación a que nos hemos referido en tiempos prehispánicos de
la etnia Collagua, está comprobada porque fue uno de los pocos
pueblos, que mantuvieron sus elementos culturales prehistóricos, casi
en forma intangible durante la dominación Incaica y posteriormente
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durante el colonial temprano, a pesar del choque violento con el
invasor europeo.
Es increíble cómo los habitantes de la cuenca del río Colca,
mantuvieron casi sin alteraciones sus costumbres agrícolas, el
pastoreo de los camélidos sudamericanos, sus ritos de la gentilidad,
sus bailes, canciones, mitos y leyendas, que constituyen una veta
inagotable para futuras investigaciones etnológicas y arqueológicas.
PERIODO DE DOMINACIÓN HISPÁNICA.Durante el periodo colonial se ponen en contacto dos civilizaciones
radicalmente diferentes; ahora bien por el solo hecho de que los
hispanos traen consigo un sistema extraño al mundo precolombino
(la economía de mercado); elementos hasta entonces desconocidos,
penetran y alteran la organización indígena tradicional, lo que se
puede ver a través de las nuevas formas de tributo y por la
introducción de la moneda.
En el periodo Incaico la “reciprocidad” y “redistribución” eran los
principios que normaban el funcionamiento económico, en cambio
en el periodo colonial, sólo subsiste la reciprocidad, arruinándose la
redistribución estatal, y fundándose una economía que descansaba en
la explotación de los indios.
La dominación hispánica determina los rasgos característicos de la
economía colonial. Los españoles aprovecharon algunas de las
instituciones preexistentes, pero la organización tradicional fue
transtornada. La ruina de la redistribución provoca una reorientación
fundamental del espacio económico. Si en el incanato el Cusco fue
centro de convergencia y divergencia de las riquezas, en la colonia la
capital se traslada a Lima, y las minas de Potosí se convierten en la
otra zona de atracción. Los alcances religiosos y cosmológicos del
sistema económico incaico fueron rotos en el periodo colonial.
La desorientación geográfica también se manifiesta a nivel regional y
local. El denominado control vertical de los pisos ecológicos sufre
graves alteraciones. Son los invasores quienes atacan directamente al
sistema andino, repartiéndose encomiendas y separando colonias de
su centro de origen, pero muchas veces estos mitimaes, con los
disturbios de la conquista, abandonaron las zonas donde fueron
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reubicados y volvieron a sus antiguos pueblos de origen, o
desaparecieron en la catástrofe demográfica que surgió a la llegada
de los españoles.
La constante disminución de la población ocasionó el abandono de
las tierras menos fértiles y productivas así como de las marginales;
de suerte que se produjo una baja considerable en el rendimiento de
las tierras cultivables.
Las andenerías exigían una abundante mano de obra y una disciplina
rigurosa. Los transtornos de la conquista trajeron consigo una baja en
la producción indígena, tanto por la reducción del espacio cultivado,
como por la disminución del rendimiento; es en estas circunstancias
que los funcionarios reales recomiendan conservar ciertas
instituciones indígenas.
Los conquistadores se apoderaron tanto de las tierras como del agua,
la dominación colonial despoja a los indios de los medios esenciales
de producción. Este proceso se favorece tanto por la baja
demográfica como por el aumento de tierras eriazas. Los
conquistadores hispanos siempre buscaban las mejores tierras, de
manera que siempre despojaban a los indios de las suyas. Pero en la
mayoría de los casos, los españoles se apropiaban de las tierras
ocupándolas de hecho, por medio de la violencia.
Las encomiendas representaban, por una parte una relación especial
de dependencia en que se hallaban grupos de indios con respecto a
los españoles y, por otra constituía una institución capital en el
desarrollo de la colonización americana siendo la modalidad a través
de la cual se encausó la utilización de los indios en la explotación de
los territorios descubiertos. Su proceso formativo fue largo laborioso,
enlazándose con los grandes problemas cruciales de la empresa
colonizadora y dando lugar a resonantes campañas en el orden
doctrinal, y no menos ruidosas conmociones en su aplicación y
práctica. Su origen se vincula estrechamente con los “repartimientos”
de indios que efectuaron los primeros descubridores, desde el tiempo
de Colón, reduciéndole a una efectiva esclavitud. Desde inicio del
siglo XVI se autorizaron repartimientos de indios entre los
descubridores con carácter temporal, para que estuvieran en
encomienda de los mismos, si bien como personas libres.
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Pizarro después de la ejecución de Atahualpa, procedió a repartir
indios entre sus compañeros de conquista, entregándolos en calidad
de depósito, luego continuó con estos repartos a todos los españoles
que desearon avecinarse en las ciudades recién fundadas; finalmente
en 1540, efectuó el primer reparto general de encomiendas, al que
siguieron el de La Gasca, del Virrey Mendoza y al Marqués de
Cañete, de Toledo y otros de menor importancia.
La etnia Collagua durante el incanato estuvo dividida en las
parcialidades de Hanan y Hurin, división que respetaron los
conquistadores y tuvieron en cuenta para realizar los repartimientos.
Hanan comprendía los territorios de Yanque Collagua, y Hurin los de
Lari Collagua (Recollaguas) y Cabana Conde. Yanque era la cabeza
de etnia y como tal el poblado más importante de la región, tanto por
su riqueza ganadera y agrícola como por la densidad de su población,
fue encomendada por Pizarro a su hermano Gonzalo y después de las
guerras civiles pasó a poder de Francisco Noguerol de Ulloa y por
ausencia de este a la Corona Real.
El segundo poblado en importancia era Lari, el mismo que se
encomienda a Francisco Hernández Retamozo y a Alonso Rodríguez
Picado. El tercero, Cabana Conde fue encomendado a Cristóbal
Pérez y a su hijo Juan de Arbes.
Toledo al ser designado Virrey del Perú recibió instrucciones
precisas para visitar el territorio de su virreynato con una doble
finalidad: por una parte, reducir los indios a poblados y; por otra;
fijarles las nuevas tasas tributarias. Antes de Toledo se hicieron
ciertos intentos para reducir a los indios, lo que no fue posible, de
suerte que a este Virrey le correspondió llevar adelante la tarea que
sus antecesores no habían podido efectuar. Toledo realizó la
“Reducción General” de los indios a centros urbanos con un criterio
político y con una finalidad económica.
El corregimiento de Collaguas fue el más rico y el más densamente
poblado de Arequipa. Comprendía los territorios situados desde
Caylloma por el Este, hasta Lluta y Yura por el oeste; además
controlaba varios poblados y en estancias en los valles de MajesCamana; Siguas, Vítor y Arequipa. En el Repartimiento de Yanque
se fundaron las reducciones de Caylloma; Oropesa deTisco, Utrera
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de Cibayo, Alcántara de Callalli, Espinar de Tute, Villanueva de
Alcaudete de Coymo; Martín Muñoz de Chivay; Villacastín de
Coporaque, Corral de Almoguer de Yanque y Achoma. En el
Repartimiento de Lari-Collaguas se establecieron las de Talavera de
Lari, las Brocas Paradines, Madrigal, El puerto de Arrebatacapas y
Miraflores. En Cabana-Conde se fundaron las de Hontiveros, Las
Brocas, Oviedo, La puente del Arzobispado Pampamico, Guanca,
Lluta y Yura. La principal actividad económica de los nativos era la
ganadería y el cultivo de papas, maíz, cebada, ocas y habas, además
comerciaban con los pueblos de la costa y el Collao. Cabeza de todo
el corregimiento era Yanque, donde se edificó un gran tambo con
mesón y pulpería. Los franciscanos fundaron un convento y
levantaron un hermoso templo.
Lope de Suazo, Visitador de los Collaguas, tropezó con una serie de
dificultades, pues, los indios opusieron tenaz resistencia al traslado
masivo a las nuevas poblaciones; además; la destrucción de ídolos y
huacas; así como el incendio de chozas y viviendas ocasiono el
descontento general y se mudaron a las denominadas “reducciones”,
fue porque, los curacas y principales para conservar sus curacazgos y
principalazgos brindaron todo su apoyo y colaboración al visitador.
Las reducciones se hicieron con una finalidad económica. Estando la
población concentrada en estos poblados fue relativamente fácil
fijarles las nuevas tasas tributarias en pesos ensayados, así como
disponer de verdaderos depósitos de mano de obra, para lo que
restablecieron la mita incaica pero conservando de esta institución
sólo la organización del turno y haciéndola servir al propósito de
intensificar la producción minera bajo el control más directo del
Estado; por otra parte facilitaba al reparto que efectuaban los
corregidores y gobernadores españoles y permitían a los clérigos y
religiosos el adoctrinamiento y evangelización de los nativos con
menor esfuerzo y con mayor provecho.
Las reducciones destruyeron la organización económica y social de
la sociedad andina y ocasionaron verdaderos transtornos ecológicos
en la población nativa que tuvo que soportar con estupor y espanto la
destrucción de sus dioses y templos así como de sus pueblos y
viviendas. Abandonaron sus tierras y ganados y fueron sometidos a
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unas nuevas formas de trabajo y explotación, es decir, fueron
sometidas una nueva organización económica que les trajo consigo
una serie de problemas e inconvenientes.
Las reducciones establecidas en la Etnia Collagua, así como las que
se fundaron en todo el Perú; tuvieron una vida fugaz después de 20
años la mayor parte del ellas fueron abandonadas y otras
desaparecieron. Las causas del fracaso y ruina son muchas; sin
embargo podemos considerar entre ellas: los excesivos tributos en
que fueron tasados; el servicio de mitas ya sea en centros mineros, en
las plazas de pueblos de españoles; en los tambos y mesones; en el
servicio de chasquis, en la guarda de ganados y trajines de
sementeras, en los obrajes, en la reedificación de la ciudad de
Arequipa después de cada terremoto, en el servicio de iglesias y
conventos, etc., el abandono de sus pueblos y su traslado al de
españoles para aprender algún oficio mecánico; su traslado a
chacras y estancias de españoles, los servicios domésticos que
prestaban a los corregidores y españoles en general. Al finalizar
el siglo XVI prácticamente habían desaparecido o se encontraban en
plena decadencia las reducciones toledanas.
En el periodo prehispánico el grueso de la población Collagua se
encontró distribuida en la zona comprendida entre los tres y cuatro
mil metros de altura, zona propicia para el desarrollo de la
agricultura y ganadería. Los poblados de Yanque, Lari y Cabana eran
las más importantes y controlaban no sólo la zona de Puna sino
también la Yunga por el sistema de mitimaes. Es decir que estos tres
poblados controlaban diversos pisos ecológicos, es que a su vez les
permitió desarrollar un intensivo intercambio de productos agrícolas
y disponer de abundantes pastos por su ganado.
Los mitimaes Collaguas que se encontraban en la Chimba, Tiabaya,
Cayma, así como en San Lázaro y Santa Martha, dependían
directamente de sus repartimientos principales y sólo por la distancia
fueron empadronados en dichos lugares. Lo mismo ocurría con los
que se encontraban en los valles de Majes y Camaná, Siguas y Vítor.
En la visita general de Toledo se dispuso que los mitimaes
Collaguas, no sólo se destinará a la agricultura y pastoreo sino
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también el trajín de vinos y aguardientes desde los valles de la costa
de Arequipa hasta el Cusco y después hasta Potosí. Asimismo fueron
destinados en la ciudad de Arequipa la construcción de obras
Públicas como caminos y puentes, alhóndiga, casa del corregidor y
del cabildo, cárcel, escuela, etc., así como la fábrica de iglesias,
conventos y monasterios. Por otra parte, sus encomenderos las
alquilaban para labrar sementeras, guardar ganados, servir en los
tambos y mesones; para servicios domésticos, para los servicios de la
alhóndiga así, como el servicio en panaderías, molinos, carnicerías, y
pulperías. Finalmente se dedicaban a reconstruir la ciudad después de
cada terremoto, al igual que los indios mitayos.
La ciudad de Arequipa, desde su fundación, se convierte en el centro
de las operaciones comerciales entre Lima y la región interandina,
especialmente el Cusco en un comienzo y Potosí después. Por otra
parte, surge la industria vinícola en los valles de Majes, Siguas y
Vítor; actividades económicas que requerían de abundantes de
operarios, los mismos que eran tomados de la Etnia Collagua, por ser
la más poblada de la Región de Arequipa. Asimismo el surgimiento
de la minería a partir de la tercera década del Siglo XVII, ocasionó
serios cambios en la economía de la región.
Al iniciarse la explotación de los yacimientos mineros de Caylloma,
se observó un notorio decaimiento de la agricultura y la ganadería.
Los mineros de la región se oponían a que la población Collagua
fuera dedicada a las actividades antes señaladas tanto en la ciudad de
Arequipa como en los valles Costeños; también se oponían a que
fueran trasladada a las minas de Potosí y Porco, así como a las de
Huancavelica. La importancia que hasta entonces tenía los pueblos
de Yanque, Lari y Cabana les fue arrebatada por los de Caylloma,
Callalli, Cibayo y Tisco.
PERIODO COMTEMPORÁNEO
La Etnia Collagua ha significado en el espacio regional de Arequipa
una sociedad de desarrollo desigual. La economía rural ante la
expansión del mercado interior determinó el cambio en la producción
y la diferencia entre la ciudad y el campo por la mayor
especialización en la producción y la consecuente fragmentación de
la población.
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La producción agropecuaria supuso un mayor intercambio y el
despojo de los medios de producción de los campesinos,
obligándolos a migrar y a vender su fuerza de trabajo en la ciudad de
Arequipa.
Desde la época de la expansión y consolidación de la hacienda las
relaciones de producción estuvieron orientadas al mantenimiento de
relaciones precapitalistas articulados al predominio de relaciones
mercantiles precapitalistas existentes a un sistema económico
predominante.
La ley de reforma agraria aparece como el principal elemento de
destrucción del precapitalismo del campo; esto se debe a que la
reforma estructural del agro contribuye a la difusión o extensión del
capitalismo en la región. Este proceso expresa la continuación del
desarrollo del capitalismo en el agro, con el mantenimiento de
relaciones precapitalistas de producción en el proceso de cambios
que opera la reforma agraria en Caylloma.
Los cambios en profundidad por el desarrollo del mercado giran
sobre el aumento del consumo del sector campesino de bienes de
capital, de insumos y materias primas para la industria y de bienes de
consumo que no producimos, dada la insuficiencia de nuestro aparato
productivo de nuestra economía dependiente.
Esto significa, que el sector campesino recurre a la importación de
maquinaria agrícola; fertilizantes, pesticidas etc., para producir los
productos alimenticios de la población necesita en la región. Lo más
grave es que para sostener a esta población necesitamos importar
alimentos.
La producción agrícola de los Collaguas es deficiente para su
población, el predominio de la pequeña propiedad significa el
deterioro del intercambio para el consumo, salvo la producción
pecuaria concentrada por las CAPS y SAIS que han concentrado a la
mayor parte de las tierras aprovechables para la ganadería,
anteriormente fueron unos cuantos terratenientes 1.
1
El estudio de formación de haciendas ganaderas y concentración de tierras antes y después de
la Reforma Agraria está explicitado con mayor detalle teórico y contrastación empírica en mi
libro sobre Reforma Agraria y Campesinado de Caylloma.
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Lo que indica que la concentración de la tierra y el minifundio se
mantienen sin mayores cambios después del proceso de Reforma
Agraria. La producción se encuentra concentrada en la producción
pecuaria o lanar para las exigencias del mercado externo,
vendiéndose parte de nuestra producción con el fin de tener los
recursos necesarios para importar los productos que no producimos.
El problema de las migraciones por la expansión del mercado
interior, ante una mayor división del trabajo, supuso la
especialización de la producción entre el campo y la ciudad, la
política agraria profundiza y extiende el proceso de proletarización
del trabajador agrícola. La difusión del dominio capitalista en el agro
acentuará las diferencias entre sectores agrarios, con la consiguiente
aparición de nuevas clases sociales. La reforma agraria no frena la
relación diferencial de campo y ciudad, la distribución de tierras no
contribuye a la solución del desempleo y del subempleo.
La rapidez del crecimiento del mercado interno en los Collaguas está
desplazando a la población campesina hacia ocupaciones
comerciales e industriales nuevos en la región, aumento de pequeñas
industrias como artesanías y derivadas de la ganadería.
La etnia Collagua determinada y cerrada en un territorio dado, ha
sufrido la ruptura del rápido dominio del capitalismo en la extensión
o colonización agraria propuesta por la programada irrigación de
Majes.
El proyecto Majes pretende regular y aprovechar por medio de
represas las aguas de los ríos Apurímac y Colca, principal afluente
del Majes. Por un sistema de tomas, túneles y canales, llevar este
volumen hasta la quebrada de Huasamayo, tributario del río Siguas y
de ahí hasta las pampas de Majes y Siguas.
El objetivo es regar y hacer producir 60 mil hectáreas y generar un
potencial eléctrico o hidroeléctrico de 600 mil kw.
Los objetivos del proyecto significan: el desarrollo integral y
aumento de la producción, la migración de 150 mil habitantes o
colonos, que para 1995 se contará con dos nuevas grandes ciudades
que serían Majes y Siguas con un total de 200 mil habitantes cada
una; y la producción energética de más de 600 mil Kw., que
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permitirán la expansión de la minería, industria y servicios de
Arequipa.
Los problemas que está ocasionando este proyecto de colonización
en la región es de palpitante interés y expectativa, al desarrollo
intensivo de la agricultura la convertirá en una gran despensa
regional.
El pueblo de Caylloma está sufriendo los avances tecnológicos de la
penetración desarrollista del agro del proyecto Macón. Un proceso
rápido de modernización y dependencia por los cambios sociales y
culturales impactados por la colonización. Una desintegración del
sistema económico, una reestructuración del agro ante la destrucción
de tierras por la penetración de carreteras al servicio del proyecto y el
empleo eventual de los campesinos sin tierras en la construcción de
túneles en calidad de asalariados. En cambio aquellos que han
sufrido la destrucción total de sus tierras abandonan definitivamente
el pueblo para vender su fuerza de trabajo en la ciudad de Arequipa.
Acelerando una fuerte proletarización de la región.
El proyecto dentrote las grandes inversiones públicas en el agro, está
modificando la estructura económica de la región. Si la Reforma
Agraria en su proceso de distribución ha consolidado la
concentración de tierras en las empresas campesinas y minifundismo
a lo largo del Colca, la expansión del capitalismo en la colonización
de Majes continúa manteniendo la concentración de tierras y agudiza
la situación de los minifundistas ante la pérdida de tierras por la
ampliación y construcción de carreteras y por el sistema de tomas,
túneles y canales para llevar el agua del río Colca hasta las pampas
de Majes.
La situación planteada es dar prioridad a los campesinos de
Caylloma para ocupar en calidad de colonos las tierras irrigadas en
las pampas de Majes. El problema está en que la mayoría de ellos
son dedicados al pastoreo y no a labores agrícolas, salvo aquellos que
todavía permanecen en la cuenca del Colca en calidad de
minifundistas y que no han perdido tierras por la avanzada del
proyecto o que han sido afectadas y mantienen pequeñas unidades o
parcelas en comunidades o pueblos alejados el área de penetración de
Macón.
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Campesinos que emplean su fuerza de trabajo por obtener un salario
superior al obtenido en el agro. Al abandonar sus tierras son
trabajadas por familiares o eventuales de la región, aunque han
disminuido por emplearse en el proyecto o han migrado a la ciudad.
El proceso migratorio ha sido acelerado en Caylloma. Los
campesinos naturales ante la ante la pérdida o disminución de sus
tierras bajan a vender su fuerza de trabajo a la ciudad o han sido
desplazados a ocupar actividades comerciales e industriales en la
zona, aperturando tiendas de negocios en la venta de abarrotes o
mercaderías en general, obteniendo mayores ingresos.
El empleo de mano de obra en el proyecto, en sus inicios fueron
contratados de zonas diferentes a Caylloma. Pero ante los problemas
suscitados por la destrucción de tierras y protestas de la Liga Agraria
de Caylloma fueron incorporados en calidad de asalariados en el
proyecto, pero después retirados.
Los diferentes campamentos de trabajadores de Macón y los
principales distritos por donde se ejecuta el proyecto han sido
invadidos por trabajadores que han variado la producción, consumo y
hábitos de inversión de la población.
El proyecto en su avance de desarrollo económico en la región
implica un proceso tecnológico y económico estrechamente
relacionado con la dinámica de la estructura demográfica,
económica, educativa, religiosa.
En otro tiempo estas unidades existían levemente afectadas, ahora
aparecen diferenciadas por el proceso de modernización decisivo en
la provincia por los efectos de la Reforma Agraria y la irrigación de
Majes.
Las reformas estructurales han transtornado su economía y la
sociedad sin llegar a integrar a la población, respuesta al tipo de
economía e industria racionalizada del sistema imperante en el país.
El proyecto Majes ha implicado un aumento de población flotante
constituida fundamentalmente por trabajadores asalariados de
diferentes provincias de la región Sur del Perú, tendencia hacia la
concentración cada vez mayor en la capital de la provincia (Chivay),
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aperturando un sistema de clases diferenciadas, con el predominio de
una burguesía rural y de grandes comerciantes.
Grupo que se mueve hacia la concentración del poder y la
modificación excesiva en los niveles de consumo dentro de una
economía de mercado, debilitando la unidad de la familia nuclear y
los lazos de parentesco, con el frecuente enriquecimiento del proceso
educativo y disminución de la influencia religiosas tradicional en las
diferentes manifestaciones folklóricas típicas de la Etnia Collagua.
El grupo social de campesinos minifundistas, de escasos recursos,
asalariados rurales u obreros en el proyecto Macón experimentan una
débil tendencia a los cambios bruscos aperturados por la penetración
del capitalismo en la región.
Debilitamiento neutralizado por el constante bloqueo de la elite
dominante en la no participación en las esferas sociales del grupo
social Collagua.
Condiciones estructurales oyese mantienen difusas por la
articulación de factores o normas tradicionales antiguas y modernas
que reajustan los cambios de valores y consumo en la nueva
ideología campesina constantemente influida por elementos que se
relacionan a la expansión del capitalismo en la región.
CONCLUSIONES.1. Las evidencias arqueológicas y etnológicas demuestran que
la Etnia Collagua que en el Periodo prehispánico
constituyeron un solo grupo étnico altamente unificado
2. La ceramografía nos prueba que el dominio estilo
Chuquibamba pertenece a la Etnia Collagua.
3. Las maravillosas andenerías de la cuenca del río Colca son
evidencias tangibles de una economía básicamente agrícola
complementando con la economía pastoril de las zonas altas
de esta área.
4. Los estudios etnohistóricos nos prueba que el grupo étnico
Collagua mantuvo casi intangibles sus elementos culturales
prehispánicos hasta periodos más tardíos.
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5. Francisco Pizarro que conocía la riqueza agropecuaria de la
Etnia Collagua, no vaciló en repartir sus tierras a soldados
que se habían distinguido en la conquista del Imperio
Incaico; así; a su hermano Gonzalo encomendó la región de
Yanque; a Francisco Hernández Retamozo y Alonso
Rodríguez Picado, la región de Lari; y, a Juan de la Torre y
Diego Hernández de la Cuba Maldonado, la región de
Cabana-Conde.
6. La visita General de Toledo permitió que la población
Collagua diseminada en Múltiples aldeas y poblados a lo
largo del río Colca y sus afluentes fuera reducida en solo 24
pueblos; así; se facilitó la recaudación del tributo y se
dispuso de abundante mano de obra; que permitió restablecer
la mita incaica modificándola de acuerdo a su interés: los
encomenderos pudieron repartir con suma facilidad sus
mercaderías y los religiosos y doctrineros evangelizaron con
mayor provecho y menor esfuerzo a los nativos.
7. Las Reducciones destruyeron muchos aspectos del “Ayllu” y
produjeron cambios radicales en su organización económica,
social y administrativa. El traslado masivo de la población
produjo verdaderos trastornos y desajustes ecológicos.
8. Las Reducciones Toledanas tuvieron una corta duración; los
nativos regresaron a sus antiguos poblados y aldeas o
huyeron porque no podían pagar la tributación o no resistían
los trabajos inhumanos a que eran sometidos; sin embargo;
fueron la base de las que se establecieron en los siglos XVII
y XVIII.
9. La explotación de los yacimientos mineros de Caylloma,
modificó la economía de la Etnia Collagua y de Arequipa.
Mitimaes y mitayos que se dedicaban al trajín de vinos y
aguardientes de los valles costeños de Arequipa a la región
interandina de Cuzco a Potosí; así como aquellos otros que
cumplían labores agrícolas y ganaderos fueron destinados al
y trabajo en las minas. Por otra parte, los encomenderos
preferían alquilar sus indios a los mineros que a los
comerciantes. La importancia de Yanque, Coporaque, Lari y
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Cabana fue arrebatada por Caylloma, Callalli, Cibayo y
Tisco.
10. El control vertical de los diversos pisos ecológicos se
conservó en el periodo colonial, como la institución de los
mitimaes sólo con las modificaciones que interesaban a los
españoles.
11. La formación del mercado interior ocasiona en la Etnia
Collagua el desplazamiento de los campesinos hacia la
ciudad de Arequipa, disgregando a la población en clases.
12. Los cambios estructurales que operan la Reforma Agraria y
el proyecto de irrigación Majes han experimentado rupturas
y permanencias en la estructura económica y social
Collagua.
13. Los cambios del sistema han transtornado las estructuras
económico, poblacional e ideológico en dirección de no
restablecimiento de lo tradicional, planteado innovaciones
propias del crecimiento agrario de la región
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