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2013 ARTÍCULO TÉCNICO Aplicación de luces monocromáticas en avicultura La luz es un elemento ambiental que afecta al desarrollo de los organismos. En concreto, en el caso de la avicultura esta afecta el comportamiento de las aves, la producción de huevos y a la salud de las ponedoras. Es por este motivo que se usa iluminación artificial en las granjas, para mejorar las producciones y el bienestar. En este sentido conviene valorar qué luz afecta a los animales y cómo los afecta. L a luz puede definirse en base a dos magnitudes: longitud de onda e intensidad. Si bien el control de la longitud de onda hasta hace poco era limitado, el desarrollo de luces LED ha permitido estudiar con mayor precisión el efecto de las distintas naturalezas de la luz sobre distintos animales y parámetros productivos. Pero en los últimos años la producción ganadera industrial ha ido más lejos con el uso cada vez más extendido de luces monocromáticas, las comúnmente conocidas como “luces de colores”. A diferencia de la luz del día o de lámparas estándar que contienen todos los colores, la luz monocromática emite únicamente la luz de un color concreto para el cual está fabricado: rojo, azul o verde. Es importante adquirir luces de colores de fabricantes reconocidos que aseguren su calidad. Muchas veces la adquisición de productos de bajo coste y procedente del mercados de importación asiáticos, no aseguran que la luz sea específicamente monocromática. Estos productos de segunda calidad emiten cierta cantidad de colores diferentes para el cual están fabricados, imperceptibles para el ojo humano, pero perceptibles para las aves, impidiendo aprovechar eficazmente de las ventajas de la luz monocromática. Por lo que se refiere a las aves hay que considerar la mayor complejidad de su ojo respecto a otros animales de abasto. El ojo de gallinas y pollos discrimina colores, incluso en un espectro más amplio que el humano. De hecho perciben un espectro de luces ultravioleta que nosotros no llegamos a discernir. Además, en lugar de presentar un único pico de sensibilidad lumínica en mitad del espectro al que son sensibles (como ocurre en nuestro caso), presentan tres picos (uno en el rojo, otro en el verde-amarillo y otro en el azul). Luego, además de los ojos hay que considerar que existen otros receptores de la energía luminosa, captan esta energía más allá de la retina, que se sitúan en distintos sitios del cerebro, como por ejemplo en el hipotálamo. La longitud de onda en la visión de los pollos está entre 380 y 570 nm. Comparación de la sensibilidad a diversas longitudes de onda entre el humano y el ave. 2 Por esta razón el uso de luces monocromáticas tiene un especial interés en la producción ganadera y en la avícola en particular. El sistema de funcionamiento de las luces monocromáticas que realiza una lámpara de este tipo ORION, es proyectar emitir sólo el color deseado del espectro lumínico. Veamos que usos son los recomendados. Los mecanismos por los cuales la luz producen sus efectos tan solo empiezan a vislumbrarse. Así, la luz parece tener un efecto regulador sobre el sistema nervioso vegetativo, además de incrementar su capacidad de regeneración. Igualmente también modula la producción y liberación de distintas sustancias biológicamente activas: enzimas, vitaminas, hormonas... Existen diversos estudios del efecto de la luz monocromática sobre los distintos parámetros productivos avícolas. Como con cualquier aspecto biológico, se da una complejidad que determina distintas estrategias de gestión de la luz para optimizar nuestros resultados. No existe una luz ideal que satisfaga todos nuestros intereses de forma simultánea. Conviene pues analizar cual es nuestro necesidad prioritaria para saber elegir el tratamiento lumínico más interesante. En ponedoras se ha valorado los efectos de la luz sobre la forma del huevo. Así, la luz azul parece promover que los huevos se vuelvan más redondos con la edad de las gallinas. Mientras que la luz roja tiende a hacerlos más cortos y ovalados. La luz monocromática emite únicamente la luz de un color concreto para el cual está fabricado: rojo, azul o verde. En pruebas de campo con lotes de gallinas en producción donde se describían problemas de canibalismo, ya alcanzado el pico de puesta, con la aplicación de luz azul durante 2 o 3 días, desapareció la tendencia al picaje, no apreciándose ningún efecto negativo sobre producción. En general se recomienda el uso de luz roja para gallinas de puesta debido a los efectos que produce en el animal y la producción de huevos. Estos efectos vienen determinados en primer lugar por el aumento del nivel de estrógenos en la gallina. Esta hormona producida naturalmente por el animal, influencia directamente sobre el pico de puesta, consiguiendo mantener más tiempo este pico en la producción de huevos y por consiguiente la cantidad de huevos producidos por animal. Asimismo, estudios realizados demuestran un incremento significativo en el tamaño del huevo, una mejor conversión pienso/huevo y una reducción de la mortalidad y/o estrés debido al canibalismo. Aún así debemos tener en cuenta que la mejor resistencia de la cáscara se consigue con luz verde, a pesar de que el mayor número se consigue con luz roja. Así que la elección del tipo de iluminación dependerá de a lo que demos prioridad. Otra aplicación de los tratamientos lumínicos refiere su efecto sobre el desarrollo embrionario y post-embrionario. Distintos tratamientos durante la incubación y la eclosión pueden repercutir en la calidad de los pollitos. La exposición a la luz durante la incubación puede acortar el periodo de desarrollo embrionario a la par que mejorar los índices de eclosión. En reproductoras, las luces de colores juegan un papel importante. La instalación cada vez mayor de naves de reproductoras totalmente cerradas y con el control ambiental regulado por un ordenador, favorece el uso de luces monocromáticas. El efecto sobre la producción hormonal afecta a la gallina (al igual que en el caso de ponedoras) y también al gallo, con una mayor producción de testosterona. Los efectos beneficiosos sobre las reproductoras se traduce en un pico de puesta conseguido más precozmente y con un repunte que perdura más tiempo en la curva de puesta. Asimismo se ve claramente beneficiada la fertilidad debido a la producción de estrógenos en las gallinas y testosterona en los gallos, elemento clave en este tipo de producción. Se han observado otros efectos de menor trascendencia pero no menos importantes para el productor e integradora como es la reducción en la mortalidad, mejor control de la agresividad debido al efecto tranquilizador sobre los animales de la luz roja y menor despilfarro de pienso y agua (luz adaptada a la visión de las aves). Luego está el efecto de la luz sobre el crecimiento del broiler. Los pollos engordados con luz verde o azul acaban siendo más pesados que los engordados con luz roja o blanca. De hecho, el efecto del tipo de luz parece variar con la edad de los animales: la luz verde estimula el crecimiento en edades tempranas ya que favorece el crecimiento celular. La azul lo hace en edades más avanzadas favoreciendo un efecto multiplicar de las células y en definitiva de pechuga. En este sentido parece ser que lo ideal es combinar durante el crecimiento de los pollos (toda manada) la luz verde y azul. De La luz verde estimula el crecimiento en edades tempranas, la luz azul lo hace en edades más avanzadas. esta forma se optimiza la velocidad de crecimiento controlando el índice de conversión y el rendimiento en pechuga. A nivel práctico, desde el punto de vista de control que tenemos sobre la luz que incide en nuestros animales tenemos que considerar distintos parámetros: la intensidad de la luz, su longitud de onda y el fotoperiodo. La cuestión de los fotoperiodos escapa al objetivo de este artículo pero en referencia a la intensidad cabe destacarlo puesto que tiene una importancia no siempre conocida. Cuando un productor decide utilizar luces monocromáticas suele hacerlo por los beneficios anteriormente indicados pero en el uso de luces monocromáticas juega un papel muy importante la intensidad lumínica. Las luces monocromáticas inciden de diferente forma sobre los receptores visuales de las aves, por ello con una misma intensidad lumínica a la luz blanca, con luces monocromáticas la percepción del animal puede ser de hasta 13 veces mayor según el color. Este punto es clave sobretodo al principio del lote, ya que un pollito recién llegado a la granja tiene una visibilidad muy reducida. La cuestión de la longitud de onda se ha intentado esbozar someramente. Sin embargo, hay que recordar una vez más que el ojo humano no es igual al de las gallinas o los pollos. De forma que el modo como nosotros percibimos la luz no es el mismo en el que lo hacen las aves. Conviene revisar una buena distribución de las bombillas para que éstos emitan a la intensidad y homogeneidad adecuada sobre los animales. Esto es especialmente importante ya que las aves apreciar una deficiencia en la luz bastante más fácilmente que el humano. Del mismo modo, la naturaleza de la bombilla (CFL -Fluorescente Compacta-, CCFL -Fluorescente Catódica Fría-, LF -Fluorescente Linear-, MH -Haluro Metálico, o LED -Diodo Emisor de Luz-) condiciona la naturaleza de la luz emitida, y por lo tanto la naturaleza de su efecto sobre las aves. Tenemos que considerar distintos parámetros: la intensidad de la luz, su longitud de onda y el fotoperiodo. Se recomienda el uso de luz roja para gallinas de puesta debido a los efectos que produce en el animal y a la producción de huevos.