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Transcript
CALMATRON
Lorazepam
Comprimidos 1 y 2,5 mg
Venta bajo receta archivada
Fórmula cuali-cuantitativa:
Comprimidos 1 mg
Cada comprimido contiene:
Lorazepam................................. 1 mg
Excipientes: Povidona CL 3 mg; lactosa 59,75 mg; celulosa microcristalina
59,75 mg; estearato de magnesio 1,50 mg.
Comprimidos 2,5 mg
Cada comprimido contiene:
Lorazepam................................. 2,50 mg
Excipientes: Povidona CL 3 mg; lactosa 59 mg; celulosa microcristalina 59
mg; estearato de magnesio 1,50 mg.
Acción terapéutica:
Ansiolítico.
Indicaciones y uso:
Comprimidos – vía oral: está indicado:
∙ Para el corto tratamiento de los trastornos de ansiedad moderada a severa en
adultos.
· Como premedicación antes de procedimientos odontológicos y/ o quirúrgicos.
Acción Farmacología:
El lorazepam es un derivado del grupo de las benzodiazepinas y posee propiedades
ansiolíticas, sedantes e hipnóticas.
No se ha podido determinar con exactitud cual es el mecanismo de acción de las
benzodiazepinas. No obstante estas parecen actuar a través de diversos
mecanismos. Presumiblemente, las benzodiazepinas ejercen su acción biológica
mediante la unión de receptores específicos en diversos sitios del Sistema Nervioso
Central, ya sea potenciando los efectos de la inhibición sináptica o presináptica
mediada por el ácido gamma-aminobutírico o afectando directamente el potencial
de acción que generan dichos mecanismos.
Farmacocinética
Con posterioridad a la administración por vía oral, el lorazepam se absorbe rápida y
casi completamente con una biodisponibilidad del 90%. Las concentraciones pico
en plasma se obtienen aproximadamente 2 horas posteriores a su administración.
La vida media de lorazepam no conjugado en plasma humano es de alrededor de 12
a 16 horas. A concentraciones clínicamente relevantes, lorazepam está unido en un
85% a las proteínas en plasma.
La principal vía de transformación metabólica del lorazepam es la conjugación con
el ácido glucurónico para formar el glucurónido inactivo. El lorazepam no posee
metabolitos activos. Del 70 al 75% de la dosis administrada se excreta en la orina
como glucurónido.
Los niveles de plasma de lorazepam son proporcionales a la dosis dada. No hay
evidencia de acumulación de lorazepam en la administración hasta los 6 meses.
Desde el punto de vista clínico, las propiedades cinéticas del lorazepam no sufren
alteraciones importantes a medida que avanza la edad. En un estudio se registró una
disminución estadísticamente significativa del clearance total en pacientes de edad
avanzada; no obstante la vida media de eliminación no se vio mayormente afectada.
No se han registrado alteraciones en el clearance del lorazepam en pacientes con
enfermedades hepáticas (hepatitis, cirrosis alcohólica).
Los estudios sobre la farmacocinética del lorazepam administrado en dosis única a
pacientes con insuficiencia renal de leve a grave no registraron cambios significativos respecto de la absorción, el clearance o la excreción de la droga. Sin embargo la
eliminación del glucurónido inactivo se vio significativamente reducida.
En pacientes bajo tratamiento de hemodiálisis, no se registraron efectos significativos sobre la farmacocinética del lorazepam íntegro; sin embargo removió en forma
sustancial el glucurónido inactivo en el plasma.
Dosis y administración:
CALMATRON se administra oralmente. Para resultados óptimos, la dosis, la
frecuencia de administración y duración de la terapia debería ser individualizada de
acuerdo a las necesidades de cada paciente. Deberá prescribirse la dosis efectiva
más baja, durante el menor tiempo posible. Por lo general la duración del tratamiento no deberá exceder los dos o tres meses, incluyendo el período de adecuación de
la dosis. No deberá prolongarse el tratamiento sin antes haber efectuado una nueva
evaluación respecto de la necesidad de continuar con este tipo de terapia. La
discontinuación del tratamiento deberá efectuarse en forma gradual.
La dosis usual puede ser de 2 a 6 mg/día dividida en dosis, siendo la dosis más alta
tomada al acostarse, pero la dosis diaria puede oscilar desde 1 a 10 mg/día.
Para ansiedad, la mayoría de los pacientes requieren una dosis inicial de 2 a 3 mg/día,
administrados en dosis fraccionados.
En los casos de insomnio resultante de estados de ansiedad o de situaciones
transitorias de estrés, puede administrarse una dosis única de 1 a 2 mg, preferentemente a la hora de acostarse.
Para pacientes debilitados o mayores, se recomienda una dosis inicial de 1 a 2
mg/día en dosis divididas y ajustarla a las necesidades y tolerancia.
Cuando se indica un aumento en la dosis, la dosis de la noche debería ser incrementada antes que la de la mañana.
Contraindicaciones:
Hipersensibilidad a otras benzodiazepinas o al lorazepam, incluyendo a los excipientes
de la forma inyectable (polietilenglicol, propilenglicol, alcohol bencílico).
Miastenia gravis.
Insuficiencia respiratoria severa.
Apnea del sueño.
Insuficiencia renal y hepática graves.
Coma, colapso.
Toxicómanos o en casos de dependencia a medicamentos o alcohol.
En casos de intoxicación aguda de alcohol, sedantes u otros psicotrópicos.
No está establecida la efectividad de este medicamento en niños menores de 12
años, por lo que no se recomienda su utilización.
Pacientes con glaucoma de ángulo estrecho.
En pacientes con insuficiencia respiratoria severa, excepto los casos que se requiera
alivio del estado ansioso, mientras son mecánicamente ventilados.
Advertencias:
Al igual que los pacientes tratados con otras benzodiazepinas, los que reciben
lorazepam deben ser advertidos de no operar maquinarias complejas o manejar
vehículos y no debe asociarse su uso con la ingestión de alcohol.
Debe considerarse la posibilidad de un paro cardiorrespiratorio y que el paciente
pueda padecer de una obstrucción parcial de la vía aérea. Por lo tanto debe
disponerse de las medidas y equipos de soporte de la respiración y/o ventilación en
caso de ser necesario.
Se tendrá también precaución en pacientes en estado epiléptico, especialmente
cuando el paciente recibe otros depresores del SNC.
Este medicamento no está destinado al tratamiento primario de las enfermedades
psicóticas o de desórdenes depresivos y no debe ser utilizado de manera
independiente en pacientes con depresión.
El uso de benzodiazepinas podrían producir un efecto desinhibitorio y liberar
tendencias suicidas en pacientes deprimidos. Una depresión preexistente puede
emerger durante el uso de benzodiazepinas. Con el uso de lorazepam podría ocurrir
dependencia física y psicológica. El riesgo de dependencia es bajo cuando se utiliza
a las dosis recomendadas durante el tiempo recomendado, pero incrementa
cuando se incrementan las dosis o el tiempo de uso. El riesgo de dependencia
incrementa en pacientes con historia de alcoholismo y abuso de drogas o en
pacientes con alteraciones de la personalidad. Por lo tanto se desaconseja el uso en
pacientes con historia de alcoholismo o abuso de drogas.
En caso de existir dependencia, el retiro abrupto de la droga puede producir un
síndrome de abstención. Por lo tanto, la droga será lentamente discontinuada
pasando, de ser necesario, a la vía oral.
Los síntomas que se han reportado como discontinuación a las benzodiazepinas
orales incluyen: cefalea, dolor muscular, ansiedad, tensión, depresión, insomnio,
cansancio, confusión, irritabilidad, sudoración, fenómeno de rebrote donde los
síntomas que se trataron con las benzodiazepinas aparecen en forma incrementada.
Estos síntomas son difíciles de distinguir de los síntomas originales para los cuales la
droga fue descripta.
En casos muy severos podrían ocurrir los siguientes síntomas: desrealización; despersonalización; hiperacusia, tinnitus, hormigueo o cosquilleo en las extremidades.
Hipersensibilidad a la luz, ruido y al contacto físico.
Movimientos involuntarios; vómitos; alucinaciones; convulsiones. Las convulsiones
pueden ser más comunes en pacientes con alteraciones convulsivas preexistentes o
en quienes están ingiriendo otras drogas que reducen el umbral convulsivo, tales
como los antidepresivos.
La ansiedad o el insomnio pueden ser síntomas de otros desórdenes severos y esta
posibilidad debe ser considerada a los fines de encontrar padecimientos físicos o
psiquiátricos que tengan un tratamiento más específico.
Debe tenerse mucha precaución en pacientes con glaucoma de ángulo estrecho.
Los pacientes con falla renal o hepática deben ser monitoreados frecuentemente
y deben tener sus dosis ajustadas de acuerdo a su respuesta. Podrían ser
suficientes dosis menores que las habituales. Lo mismo podría ocurrir en pacientes
gerontes o debilitados o en pacientes con insuficiencia respiratoria crónica.
Igual que otros depresores del SNC, el uso de benzodiazepinas puede precipitar
encefalopatía en pacientes con insuficiencia hepática severa. Por lo tanto, el uso en
estos pacientes está contraindicado.
Algunos pacientes que ingieren benzodiazepinas han desarrollado discrasias
sanguíneas y algunos han presentado elevaciones de las enzimas hepáticas. Se
recomienda controles periódicos de la función hematológica y de la función
hepática durante el tratamiento.
Se ha reportado con el uso de las benzodiazepinas amnesia anterógrada transitoria
y alteraciones de la memoria. Este efecto podría ser una ventaja en aquellos casos en
que este medicamento es utilizado como premedicación.
Ocasionalmente se han registrado reacciones paradojales durante el uso de
benzodiazepinas. Tales reacciones ocurren con mayor frecuencia en niños y en
gerontes. En caso de que las mismas ocurran, discontinuar la terapéutica.
Si bien la hipotensión debido a las benzodiazepinas ocurre excepcionalmente, debe
administrarse con precaución en pacientes en los cuales una caída de la presión
arterial podría producir complicaciones cardiovasculares o cerebrovasculares. Esto
es particularmente importante en pacientes gerontes.
Dependencia física y psíquica:
El consumo de benzodiazepinas puede resultar en dependencia física y psicológica.
En el tratamiento de la ansiedad a corto plazo, y siempre que se administre en las
dosis adecuadas, el potencial de dependencia del lorazepam el bajo. El riesgo de
dependencia aumenta con las dosis mas altas y con plazos de administración más
prolongados aumenta aún más, en pacientes con antecedentes de alcoholismo o
abuso de drogas o en pacientes con trastornos importantes en la personalidad.
Entre los síntomas registrados con posterioridad a la suspensión repentina de las
benzodiazepinas se incluyen: cefaleas, dolor muscular, ansiedad, tensión, depresión,
insomnio, inquietud, confusión, irritabilidad, sudoración y la aparición del fenómeno
del rebote, que resulta en la recurrencia de los síntomas que condujeron al
tratamiento con benzodiazepinas, aun con mayor intensidad.
Los síntomas de abstinencia más severos son pérdida de juicio de realidad,
despersonalización, hiperacusia, tinnitus, entumecimiento y hormigueo en las
extremidades, hipersensibilidad a la luz, al ruido ya los contactos físicos, movimientos involuntarios, vómitos, alucinaciones y convulsiones.
Los síntomas de abstinencia, especialmente los más graves, ocurren con mayor
frecuencia en los pacientes que han recibido altas dosis durante un período de
tiempo prolongado.
Consecuentemente, se debe evitar una interrupción abrupta luego de una terapia
por tiempo prolongado y seguir una dosis gradual.
Precauciones:
Generales:
Los efectos aditivos de otras drogas que actúan sobre SNC tales como las
fenotiazinas, analgésicos narcóticos, barbitúricos, antidepresivos, escopolamina e
inhibidores de la MAO deben tenerse presente durante el uso concomitante de esta
droga o inmediatamente luego de haber finalizado su uso.
Se recomienda precaución cuando se administre lorazepam inyectable a pacientes
gerontes, pacientes enfermos o paciente con reserva pulmonar limitada debido a la
posibilidad de hipoventilación y/o hipoxia.
Se recomienda tener disponible equipos y medidas de soporte ventilatorio.
Cuando se administra lorazepam inyectable como premedicación previo a anestesia
local o regional existe la posibilidad de que el paciente padezca un sueño excesivo
o mareos que puedan interferir con su cooperación en el acto de la anestesia. Esto
es más frecuentemente posible que ocurra con dosis mayores a 0,05mg/kg de
lorazepam o cuando se asocia a analgésicos narcóticos concomitantemente.
Al igual que con otras benzodiazepinas, las reacciones paradójicas pueden ocurrir
en raras circunstancias y de manera no predecible. En estos casos, se utilizará con
precaución en este tipo de pacientes en futuras ocasiones.
Existen reportes de toxicidad posible de intoxicación por propilenglicol (ejemplo
acidosis láctica, hiperosmolaridad, hipotensión) y polietilenglicol (necrosis tubular
aguda) durante la administración de lorazepam inyectable a dosis elevadas. Estos
síntomas parecen más fácilmente de desarrollar en pacientes con deterioro de la
función renal.
Test de laboratorio:
No se han registrado anormalidades de ensayos de laboratorio incluyendo análisis
de orina, GOT, GPT, bilirrubina, fosfatasa alcalina, LDH, colesterol, ácido úrico, BUN,
glucosa, calcio, fósforo y proteínas totales.
Interacciones con drogas:
El lorazepam, como otras benzodiazepinas, puede provocar depresión aditiva a
nivel de SNC cuando se administran con otros agentes depresores del mismo, tales
como alcohol etílico, fenotiazinas, barbitúricos, IMAO y otros antidepresivos.
Se ha observado cuando se utilizan conjuntamente escopolamina y el lorazepam
inyectable en la incidencia de la sedación, alucinaciones y conducta irracional.
Existen algunos reportes de depresión respiratoria significativa, estupor y/o
hipotensión cuando se administra conjuntamente lorazepam y loxapina.
Cuando se utiliza junto con clozapina, se ha registrado sedación, salivación excesiva,
ataxia y de manera rara, muerte.
Junto con el haloperidol, se ha registrado apnea, bradicardia, arritmia, paro cardiaco
y muerte.
No ha sido sistemáticamente evaluado el riesgo del lorazepam en combinación con
escopolamina, loxapina, clozapina, haloperidol u otras drogas depresoras del SNC.
Por lo tanto se recomienda precaución en el uso concomitante del lorazepam con
estas drogas.
La administración de lorazepam junto a las drogas que se describen a continuación
no ha demostrado tener efectos sobre su farmacocinética: metoprolol, cimetidina,
ranitidina, disulfiram, propranolol, metronidazol y propoxifeno. No es necesario
ajustar la dosis cuando se administra lorazepam con algunas de estas drogas.
Interacción lorazepam – valproato: se ha observado que el valproato podría
incrementar las concentraciones plasmáticas del lorazepam, por lo tanto, se
recomienda reducir las dosis del lorazepam un 50% cuando pacientes que estén
recibiendo valproato, deban recibir lorazepam.
Interacción del lorazepam con anticonceptivos esteroides orales: se ha observado
en pacientes bajo tratamiento con anticonceptivos, que podría reducir hasta en un
55% la vida media e incrementar el volumen de distribución del lorazepam en un
50%, por lo tanto, podría ser necesario incrementar la dosis de lorazepam a las
pacientes femeninas que estén recibiendo concomitantemente contraceptivos
orales.
Interacción lorazepam – probenecid: la administración conjunta de probenecid con
lorazepam i.v. en algunos individuos ha producido un aumento de la vida media del
lorazepam no observándose variaciones en el volumen de distribución. Por lo tanto
podría requerirse la reducción de la dosis de lorazepam hasta en un 50% cuando se
administra junto al probenecid.
Carcinogénesis, mutagénesis y trastornos de la fertilidad:
En estudios realizados en ratas y ratones, no ha habido potencial de carcinogénesis
durante 18 meses con lorazepam de uso oral. No se ha realizado estudios referidos
a la mutanégesis. En estudios realizados en ratas respecto a la preimplantación se
observó que las dosis de lorazepam de 20mg/Kg demostraron que no altera la
fertilidad.
Uso en pediatría:
Estado epiléptico: la seguridad del lorazepam en pacientes pediátricos como
también en algunos adultos con un estado epiléptico petit mal atípico, se han
descrito crisis tónico-clónicas breves luego de la administración de lorazepam. Este
efecto paradójico ha sido también descrito para el diazepam y el clonazepam. De
todas maneras, el desarrollo de convulsiones luego del tratamiento con benzodiazepinas es raro, basada en los datos que se registraron hasta el presente.
Preanestésico: no hay suficientes datos como para recomendar el uso de lorazepam
inyectable como preanestésico en pacientes con menos de 18 años de edad.
Los pacientes pediátricos pueden mostrar sensibilidad al alcohol bencílico, al
polietilenglicol y al propilenglicol que contiene este medicamento en su
composición inyectable.
Un síndrome de respiración jadeante caracterizado por: depresión del SNC, acidosis
metabólica, respiración jadeante y altos niveles de alcohol bencílico y sus metabolitos en sangre y orina ha sido asociados con la utilización de alcohol bencílico en
neonatos en dosis mayores a 99 mg/kg/día de bajo peso al nacer. Además de estos
signos o síntomas podrían presentarse deterioro neurológico, convulsiones,
hemorragia intracraneal, anormalidades hematológicas, anormalidades hepáticas y
falla renal, hipotensión, bradicardia y colapso cardiovascular. Alteraciones o
toxicidad al SNC tales como convulsiones, hemorragia intraventricular, además
taquipnea, taquicardia, diaforesis se han asociado a la toxicidad por el propilenglicol, si bien este preparado contiene estos compuestos a muy bajas dosis, podría
suceder que niños muy pequeños o incluso prematuros puedan ser más
susceptibles a padecer los fenómenos de toxicidad de sus excipientes.
Uso geriátrico:
La edad pareciera no tener un efecto significativo sobre la cinética del lorazepam.
Algunas circunstancias clínicas tales como un deterioro hepático o renal deben ser
consideradas en este grupo de pacientes.
Además debe tenerse en cuenta la posible sensibilidad incrementada en algunos
individuos gerontes. En general las dosis en este grupo de pacientes pueden ser
cuidadosamente seleccionadas y se iniciarán con la dosis más baja posible.
Embarazo y lactancia:
El lorazepam inyectable no debe administrarse durante el embarazo, especialmente
durante el primero y el tercer trimestre, excepto que a juicio del médico esta
administración esté clínicamente justificada. Las benzodiazepinas pueden producir
daño fetal cuando se administran a mujeres embarazadas.
En caso de que el lorazepam sea administrado a una mujer en edad fértil, ella
deberá contactar a su médico para terminar con el uso de la droga si ella estaría
intentando embarazarse o sospecha que está embarazada.
El uso del lorazepam inyectable en las fases tardías del embarazo puede requerir la
ventilación del recién nacido al nacimiento.
Si por razones médicas el lorazepam se administra durante las fases terminales del
embarazo, durante el trabajo de parto a altas dosis, podrían ocurrir en el recién
nacido efectos tales como hipotermia, hipotonía y depresión respiratoria
moderada, debido a la acción farmacológica de esta droga. Se ha visto que niños
nacidos de madres que han ingerido benzodiazepinas durante varias semanas o
más precedentes al parto, podrían presentar signos de síndrome de retiro
durante el período postnatal. Entre ellos se ha observado hipotonía, hipotermia,
depresión respiratoria, apnea, problemas de la alimentación y/o alteraciones de la
respuesta metabólica al frío.
No existen datos suficientes del uso seguro obstétrico de este medicamento,
incluyendo su uso durante la cesárea. Por lo tanto su utilización no está
recomendada.
Ya que el lorazepam ha sido detectado en la leche materna humana, no debe
administrarse en el periodo de lactancia.
Si el médico resuelve suministrar la droga en este periodo, suspenderá la lactancia.
Uso en insuficiencia hepática y renal:
Utilizar con precaución en el tratamiento de pacientes con insuficiencia de la
función renal o hepática. En pacientes con insuficiencia hepática grave puede
desencadenar un cuadro de encefalopatía.
Interacciones con otras drogas:
Benzodiacepinas, incluyendo lorazepam: producen depresión aditiva a nivel del
SNC cuando se las administra en forma concomitante con otros depresores del SNC
tales como alcohol etílico, fenotiazinas, barbitúricos, inhibidores de la monoaminoxidasa, y otros antidepresivos.
Valproato: la administración conjunta del lorazepam con valproato puede provocar
la disminución del clearance del lorazepam respecto de la administración del
lorazepam solo. Por lo tanto, las concentraciones plasmáticas del lorazepam
podrían incrementarse. Se recomienda reducir las dosis del lorazepam cuando se
utiliza junto con el valproato.
Esteroides anticonceptivos orales: la administración de lorazepam con esteroides
anticonceptivos orales puede producir un incremento de la vida media y una
reducción del volumen de distribución del lorazepam e incrementar el clearance del
mismo, por lo que podría ser necesario incrementar la dosis de lorazepam en las
pacientes femeninas que están recibiendo concomitantemente anticonceptivos
orales.
Probenecid: la administración de lorazepam con probenecid puede incrementar la
vida media del lorazepam e incrementar su clearance total. No se ha observado
cambios en el volumen de distribución. Se recomienda reducir en un 50% la dosis de
lorazepam cuando se coadministra con probenecid.
Escopolamina: cuando se usa en forma concomitante escopolamina con lorazepam
inyectable, se ha observado una incidencia creciente de la sedación, de alucinaciones y del comportamiento irracional.
Loxapina: se ha reportado raramente depresión respiratoria significativa, estupor y/o
hipotensión con el uso concomitante de lorazepam y loxapina.
Clozapina: una notable sedación, salivación excesiva, ataxia y raramente muerte, se han
reportado cuando se administra en forma conjunta lorazepam y clozapina.
Haloperidol: se ha reportado apnea, coma, bradicardia, arritmia, ataques cardiacos y
muerte con el uso concomitante de lorazepam y haloperidol.
El riesgo de usar lorazepam en combinación con escopolamina, loxapina, clozapina,
haloperidol u otras drogas depresoras del SNC no ha sido evaluado sistemáticamente. Por lo tanto, si se requiere la administración concomitante de Lorazepam y éstas
drogas, se aconseja precaución.
La administración concomitante de cualquiera de las siguientes drogas con
lorazepam no tuvo efectos sobre la farmacocinética de lorazepam; metoprolol,
cimetidina, ranitidina, disulfiram, propanolol, metronidazol, propoxifeno. No es
necesario cambiar la dosificación de CALMATRON cuando se administre en forma
concomitante con alguna de éstas drogas.
Reacciones adversas:
Efectos adversos: el lorazepam en general es bien tolerado, y la pérdida de equilibrio
o la ataxia son síntomas de dosificación excesiva.
También puede observarse somnolencia.
Ocasionalmente puede observarse: confusión, resaca, cefalea al caminar, mareos,
visión borrosa, náuseas, vómitos, cansancio, depresión, tendencia al llanto, sollozos,
alucinaciones, y diplopía.
Además se han observado discrasias sanguíneas e incremento de las enzimas hepáticas.
En raras ocasiones: disturbios visuales, hipotensión, hipertensión, alteraciones
gastrointestinales, y rush cutáneo transitorio. Se ha observado crisis convulsivas
durante o luego del tratamiento con lorazepam, pero su causalidad no ha sido
definitivamente establecida.
En general la tolerancia al inyectable es buena y solo raramente se ha detectado
dolor o rubicundez en el sitio de aplicación.
Puede ocurrir, a dosis terapéuticas, una amnesia anterógrada transitoria o alteraciones
de la memoria, las que pueden incluso incrementar a dosis mayores.
Muy ocasionalmente se reportado durante el uso de benzodiazepinas reacciones
paradójicas que incluyen: inquietud, agitación, irritabilidad, agresión, enojo,
pesadillas, alucinaciones, psicosis y conductas inapropiadas. Estas reacciones son
más fáciles de ocurrir en niños y en adultos.
Sobredosis:
En el tratamiento de una sobredosis con cualquier droga, se debería considerar que
múltiples agentes pueden haber sido tomados.
Síntomas: la sobredosis de benzodiazepinas se manifiesta usualmente mostrando
diferentes grados de depresión desde somnolencia hasta coma. En los casos suaves, los
síntomas incluyen somnolencia, confusión mental y letargia.
En los casos más severos, y especialmente cuando se tomaron otras drogas o alcohol,
los síntomas pueden incluir ataxia, hipotonía, hipotensión, estado hipnótico, estado
de coma 1 a 3 y muy rara vez la muerte.
Tratamiento: si la ingestión ha sido reciente, deberá provocarse vómitos y se
efectuará un lavaje gástrico cuando se considere apropiado, para continuar, luego,
con un tratamiento general de mantenimiento, el control de los signos vitales y la
cuidadosa observación del paciente.
Si se considera que el lavaje de estómago no ofrece los beneficios requeridos, podrá
administrarse carbón activado con el objeto de reducir la absorción.
El flumazenil, una droga antagonista de las benzodiazepinas, puede resultar de
utilidad en el tratamiento de la sobredosis de pacientes hospitalizados.
Ante la eventualidad de una sobredosificación, concurrir al Hospital más cercano o
comunicarse con los Centros de Toxicología:
Unidad Toxicológica del Hospital de Niños
Dr. Ricardo Gutiérrez Tel.: (011) 4962 6666 / 2247
Centro Nacional de Intoxicaciones Policlínico
Prof. A. Posadas Tel.: (011) 4654 6648
Centro Toxicológico de la Facultad de Medicina (UBA)
Tel.: (011) 4961 8447
Presentación:
Comprimidos de 1 mg: envases conteniendo 50 comprimidos.
Comprimidos de 2,5 mg: envases conteniendo 50 y 90 comprimidos.
Conservación:
Mantener a una temperatura entre 15° C y 30° C, lejos de luz directa.
MANTENER ÉSTE Y TODOS LOS MEDICAMENTOS ALEJADOS DEL ALCANCE DE LOS
NIÑOS.
Este medicamento debe ser usado exclusivamente bajo prescripción y vigilancia
médica y no puede repetirse sin nueva receta médica.
1003808
Emisión: 07/14
Revisión: 07/07
Elaborado en SAVANT PHARM S.A.
Complejo Industrial RN N° 19, Km 204
Córdoba, CP: X2432XAB
Director Técnico: Cristián Dal Poggetto, Farmacéutico
E.M.A.M.S. Certificado N° 53911
Elaborado en Argentina