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Serie Documentos de Trabajo – Informes Destacados de Terreno
NTI Antropología de la Ciudad y el Territorio – Escuela de Antropología UAHC
“Migrantes y lo urbano en el Barrio Yungay"1
Javiera Alarcón Ossa, Nicole Chávez González y Michelle Covarrubias Laterra
1
Documento de Trabajo: NO CITAR SIN AUTORIZACIÓN DE LAS AUTORAS.
1. Introducción
En el siguiente trabajo vamos a abordar el tema de las transformaciones urbanas que ha
experimentado el barrio Yungay, a raíz de las migraciones, dentro del ámbito que se conoce
como el estudio del espacio y el uso social que a este se le da. El espacio para Massey
(2012) es un elemento fundamental y esencial para explicar la realidad y complejidad
social, contiene una serie de relaciones históricas, simbólicas, distancias y movimientos que
se manifiestan en lo territorial. Las nociones de lugar y las diferenciaciones geográficas,
varían tanto dentro como fuera de una sociedad particular, todo esto conjugado muy de
cerca con el tiempo y el lugar.
Este proyecto de investigación parte sobre la base de que lo urbano condiciona la inserción
de los migrantes, al mismo tiempo que los grupos de migrantes transforman el espacio
urbano, encontrando lugares y espacios constituidos por la dinámica propia del fenómeno
de migración, ya sea en espacios privados, semi-públicos y públicos. La migración es un
fenómeno importante en la ciudad y su presencia la podemos ver a nivel residencial (barrios
o “cites”), como también en el ámbito comercial (restaurantes, locales de venta de
alimentos) y/o en el espacio público de la calle. Espacios en los que podrían reproducirse
social y económicamente además de configurar redes migratorias, es decir, este se vuelve
un recurso para poder sobrevivir y mantenerse en él, con vínculos de parentesco, amistad o
comunidad.
Hemos escogido el barrio Yungay, el cual se ubica en el cuadrante formado por las calles
Sotomayor, Rosas, Santo Domingo y Libertad. Este lugar se ha ido transformado y ha
dejado visible a un nuevo actor que mediante sus acciones y dinámicas, exige ser
participante de aquel espacio público. Es así, como se investigarán los usos y apropiaciones
del espacio urbano en el que se desenvuelven los migrantes. Estudiando también
brevemente el aspecto económico-político como el cultural, basado en la construcción de la
memoria y de un espacio en común de reunión o asociación, transformándose así, una
nueva territorialidad dentro del espacio urbano, que adquiere vida por medio de distintas
configuraciones, dinámicas y prácticas de ocupación que van caracterizando la identidad e
interacciones sociales de la comunidad móvil.
2
2.- Objetivos
Objetivo general
Comprender las relaciones sociales y usos del espacio público que se dan dentro del barrio
Yungay por la población migrante residente.
Objetivos específicos
•
Identificar los espacios que utiliza la población migrante al barrio Yungay.
•
Describir las prácticas y las redes sociales asociadas al uso del espacio del barrio
Yungay.
•
Estudiar los usos y las apropiaciones del espacio urbano en el que se desenvuelven
los migrantes en el barrio Yungay.
•
Conocer la percepción de la población no migrante sobre la ocupación migrante en
el barrio Yungay.
3.- Marco conceptual
A partir del tema escogido, se argumentarán algunos conceptos claves y autores principales
que han trabajado el tópico en cuestión.
Antropología y la ciudad
La autora Josepa Cucó (2004) señala los cambios que ha atravesado la antropología al
comenzar a estudiar la ciudad, y cómo la situación histórica de la globalización ha
replanteado su objeto y metodología. La autora expone la posición reciente de la disciplina
en lo urbano y así mismo las reflexiones que han realizado, entre las cuales se encuentra la
noción de “islas” y “ghetos” en la metodología de la investigación urbana. Dicho
3
planteamiento alude a nuestra investigación por su forma de entender la ciudad y el estudio
de migrantes en el Barrio Yungay.
Por un lado la propuesta de J. Cucó (2004) viene a responder a la Escuela de Chicago, la
cual instalaba fundamentos organicista y conceptos propios de la biología para comprender
la dinámica en la ciudad, así nociones como adaptación a los estímulos del medio eran
fundamentales (Cátedra Antropología Urbana: 2014). No obstante, la autora vuelve a
acercar a la antropología al estudio de la urbe, modificando la teoría y metodología.
El rol de la antropología era volver a delimitar con su metodología tradicional, los espacios
que conforman la urbe tal como si fuesen las islas, apartadas del resto de la ciudad. Este
punto, más el cuestionamiento a otros aspectos de la antropología tradicional, lleva a la
autora a plantear que la metodología debe ser triangular, reuniendo la metodología
cuantitativa, histórica y etnográfica.
Finalmente, está el método “desde arriba” y “desde adentro” que consta en la focalización
del fenómeno que se estudiará. Es el último método señalado al que se le dará mayor
énfasis, ya que la autora rescata que el estudio de lo urbano debiese servir para dar cuenta
de fenómenos que se presentan en la urbe y que a su vez responden a una mirada más
holística de la ciudad (Cucó, 2004), además señalando el desafío que enmarca el debate de
los estudios EN la ciudad y DE la ciudad. En otras palabras, al estudiar las relaciones y uso
de espacios de los migrantes en el Barrio Yungay se plantea un fenómeno que se presenta
en un espacio y que describe una forma de la ciudad. Consiguiente a lo previamente
mencionado, llegamos al concepto que se quiere retratar en el trabajo el cual apela a la
“diversidad sociocultural” o “multiculturalidad”:
“Hablar de multiculturalidad es ciertamente otra forma de nombrar a la
diversidad sociocultural y a la alteridad (…). Sin embargo, el otro ya no es
aquel que es extraño está territorialmente alejado, sino el multiculturalismo
constitutivo de la ciudad en la que habitamos” (Canclini en Cucó, Ibíd.: 10).
4
El migrante, el otro y la alteridad, es constitutivo de la formación de la ciudad, y por ende,
debe ser entendido en su contexto y en su particularidad. Pues así lo explica la autora “el
boom de lo urbano es el resultado de la emigración de los rurales y los indígenas (…) en
las ciudades” (Ibíd.: 8) como también de la emigración entre naciones.
Una de las particularidades que tiene el Barrio Yungay es que su historia está descrita por
su conformación por medio de la migración rural y ahora en la actualidad, la presencia de
migración extranjera. Todo esto corresponde a un fenómeno que se manifiesta de forma
particular dentro de la ciudad, que expone cómo esta alteridad de migrantes empieza a
hacer uso de un espacio que corresponde a contextos anteriores, que se expresa en la idea
de multiculturalidad urbana.
Espacio Urbano
Para hacer referencia y definir lo que entendemos por espacio urbano tomamos los
conceptos de Manuel Delgado (1999) que nos ayudaran a entender el fenómeno del uso del
espacio de la población migrante dentro del barrio Yungay, el cual está constituido por una
convergencia de diferentes actores que se encuentran transitando y usando el sector donde,
a su vez, se ven obligados a compartir. El barrio Yungay corresponde a un espacio
urbanizado en el cual los sujetos que se desenvuelven en el lugar establecen relaciones
entre sí de manera casual, estas interacciones se dan entre “desconocidos y conocidos de
vista” (Ibíd.:23).
El autor en base al análisis de lo que es lo urbano aprecia una analogía entre la antropología
urbana y la antropología de los espacios públicos, para nosotros este último concepto
adquiere total importancia ya que nos remite a ciertas prácticas en el actuar social dentro de
lo que es el barrio Yungay, donde el anonimato y heterogeneidad de sus actores poseen en
común solo estos espacios de encuentro que son públicos, al respecto Delgado nos dirá que
los protagonistas de éste espacio son una “alteridad generalizada” en la cual encontramos
“paseantes a la deriva, extranjeros, viandantes, trabajadores y vividores de la vía pública,
disimuladores natos, peregrinos eventuales, viajeros de autobús, citados a la espera”
(Ibíd.:26).
5
Si bien el autor contradice entender en el análisis lo urbano como una territorialización,
tomamos en cuenta la concepción de territorio en la medida que son los sujetos quienes
significan el lugar, proponiendo que son los mismos transeúntes que desde una perspectiva
émic dotan de territorialidad el espacio urbano, en este caso existen ciertos eventos que
aportan una identidad del espacio, ya sea por un conceso social histórico o por las actuales
redes sociales que aportan a la constitución de este barrio:
“La territorialización viene dada sobre todo por los pactos que las personas
establecen a propósito de cuál es su territorio y cuáles los límites de ese
territorio. Ese espacio personal o informal acompaña a todo individuo allá donde
va y se expande o contrae en función de los tipos de encuentro y en función de un
buscado equilibrio entre aproximación y evitación” (Ibíd.:30)
Para el autor, específicamente la población migrante, corresponde a sujetos altamente
dinámicos que deben cotidianamente desplazarse por la ciudad como un “visitador nato”
(Ibíd.:44), sin embargo, es específicamente en el barrio Yungay en la medida que
actualmente es un lugar ocupado por migrantes, ya sea de manera laboral o residencial,
donde descansa en lo privado la pérdida del anonimato, a pesar de que manera ambivalente
en el espacio público se da lo contrario, de manera inmediata se concibe como un espacio
en disputa donde el sujeto migrante en el lugar en sí debe enfrentarse al reconocimiento y
no reconocimiento de sus prácticas, que van determinando el modo de ocupar el espacio
como “alteridad” o “miembro de”.
Una definición rescatable del autor es el ver la antropología urbana como una “ciencia
social de las movilidades” (Ibíd.:45), donde el sujeto que se desplaza dentro de la urbe va
proporcionando características dentro de su propia personalidad “todas ellas hechas de
transbordos y correspondencias, pero también de transpiés y de interferencias”(Ídem.), es
justamente lo que llama la atención en la presente investigación, ya que entendemos que
nos interesa abordar las dinámicas situacionales que se dan dentro del espacio del barrio
Yungay.
6
Es de este modo que en este trabajo veremos cómo el Barrio Yungay se va definiendo, tal
como plantea la autora Josepa Cucó (2004), por su historia, el contexto actual, las redes que
se establecen tanto dentro del barrio como en su extensión hacia la metrópolis, y por los
significados y sentidos que se le otorgan a los espacios de diversidad cultural. Es en lo
último donde encontramos coincidencias con el planteamiento de M. Delgado (1999), al ver
cómo los sujetos que conforman estas alteridades y dinámicas depositan su identidad en los
espacios que habitan, es decir, el inmigrante viene a situarse y significar espacios de la
metrópoli, a hacer uso de ella, enfrentándose al reconocimiento de sus prácticas dando
cuenta de la noción de territorialidad en la urbe.
4.- Marco metodológico
Este trabajo se enfoca en una realidad social, por lo cual se debe tener conocimiento del
fenómeno desde los discursos de los mismos sujetos protagonistas del proceso, las
percepciones sobre sí mismos, los otros y el espacio. Se utilizó este método explicativo y
cualitativo, para explicar el fenómeno en cuestión y su relación con distintos ámbitos
sociales, culturales, políticos e históricos. Adquiriendo especial relevancia los lazos y las
relaciones sociales entre unos y otros, dentro de una estructura determinada.
Enfoque y técnicas de investigación
En primer lugar, se debe dar cuenta que el enfoque que se utilizó es el cualitativo, con este
método podemos comprender el objeto de estudio por medio de un análisis descriptivo que
posibilita la confrontación del campo reflexivo del investigador con la realidad práctica que
se está estudiando (Delgado y Gutiérrez, 1995). Este método da lugar a técnicas
etnográficas de observación participante, entre otros recursos que permiten acercarse al
grupo seleccionado, como las entrevistas semiestructuradas. De esta forma se pueden
explicar los fenómenos relacionados con el tema tratado, enfatizando en el discurso y las
relaciones de los actores o sujetos sociales. Estos últimos serían seleccionados a partir del
criterio de utilización del espacio público, es decir, vendedores, residentes (y) transeúntes.
7
Es relevante la extracción de información por medio del método cualitativo, principalmente
la práctica etnográfica que se realizó, la cual nos entregó datos no sólo de la esfera de lo
urbano sino que de todo un conjunto de esferas de la realidad de los migrantes. La
etnografía, sirve para adentrarse en una cultura y para dar cuenta de ésta en todos sus
ámbitos, es de gran utilidad para ver las dinámicas del grupo de migrantes que se
investigará. La etnografía tiene un carácter holístico, ya que en la descripción de una
sociedad debemos ser capaces de ver los distintos elementos para entender a la sociedad,
distintas dimensiones para ver la totalidad, en el cual interesa la dinámica.
Las técnicas utilizadas para dar respuesta a los objetivos de este trabajo fueron las
siguientes;
La “observación participante” permitió acercarse a la realidad que viven los migrantes,
compartiendo con ellos, frecuentando sus puntos de encuentros y residenciales, para
entender la manera en que se desenvuelven. El “estar ahí” da cuenta de una realidad que
permite atar cabos sobre verdades desconocidas, ya que sólo estando “dentro” de su
cotidianeidad y participando de sus dinámicas durante un período de tiempo, la interacción
con las personas se hace enriquecedora la investigación misma (Bogdan y Taylor, 1980).
Por otro lado, la “observación sistemática”, permitió que las investigadoras vieran la
manera en cómo se desenvuelven y cómo actúan los migrantes, desde una perspectiva más
externa a través de pautas de observación. Con esta técnica se puede observar los flujos de
gente, su manera de moverse, su forma de comportarse en los espacios públicos, etc. Esta
técnica se utilizó principalmente en los espacios de tránsito (veredas) y en los espacios de
encuentro (plazas).
También se realizaron “entrevistas informales” para comenzar a relacionarse con estas
personas y establecer así, lazos de confianza. Posteriormente, se hicieron “entrevistas semiestructuradas” y “entrevistas en profundidad”; para lograr una conversación entre iguales,
aprendiendo y aprehendiendo de los informantes. Las entrevistas se realizaron a la muestra
escogida (se señala posteriormente).
8
Entre las herramientas que se utilizaron para registrar la información recopilada, se pueden
nombrar la grabadora y el diario de campo. Gracias a todas estas técnicas se pudo reunir la
información suficiente para realizar el presente estudio, sin dejar de lado la recopilación
bibliográfica obtenida.
Delimitación espacial y muestra
El universo de esta investigación estuvo conformado por los siguientes criterios: 1) grupos
de hombres y mujeres entre 20 y 50 años aproximadamente que hagan uso tácito del
espacio público y que sean de nacionalidad extranjera; 2) grupos de hombres y mujeres
entre 20 y 50 años aproximadamente no migrantes que residan en el barrio. La cantidad de
sujetos entrevistados no corresponderán a un porcentaje representativo de la población del
Barrio Yungay, más bien se sostendrán en un estudio de caso que ejemplifique los tipos de
usos y percepciones que se generan sobre la alteridad de migrantes y no migrantes.
9
Análisis
“Desde hace mucho tiempo el Inca caminaba a Chile, la vinculación ya era parte del
contacto que ha tenido siempre su país con el nuestro. Los motivos han sufrido
modificaciones en el tiempo, en sus comienzos el Inca se dirigía a colonizar, ahora se veían
marcados por una fuerte crisis en sus países de orígenes, que por medio de las deudas con
los Bancos los obliga a buscar mejores expectativas económicas”.
Extracto de Diario de Campo. Conversación con una mujer peruana.
Antiguamente lo que hoy comprende el Barrio Yungay tenía características rurales; una
hacienda de 350 (has) pertenecientes a don José Portales Larraín (padre de Diego Portales)
llamada “el llanito de portales” ubicado a las afueras de la ciudad. A su muerte, las tierras
heredadas por sus descendientes paulatinamente fueron vendidas, de las cuales tanto
particulares como el Estado adquirieron, siendo este último quien administró el futuro
barrio.
El barrio Yungay como tal, tiene sus antecedentes en la construcción de un proyecto
habitacional bajo el gobierno del presidente José Joaquín Prieto, quien brinda un
homenaje a la batalla del 20 de enero de 1839, en la cual se le da el triunfo al ejército
chileno sobre las tropas de Perú y Bolivia en el pueblo de Yungay. Posterior a esto, en base
a la construcción de un ágora y una escultura que primeramente se llamó “el defensor de
la patria” y que popularmente fue bautizada como “el roto chileno” (en homenaje a los
soldados participantes de la guerra) se comienzan a establecer las primeras reuniones
sociales que toda plaza de la época tendrían: un espacio de dispersión y encuentro que van
dotando de urbanidad el lugar.
De esta forma se comienza a conocer el barrio Yungay, que en un primer momento es
ocupado por la alta aristocracia que se desplaza a esta zona construyendo grandes casas y
elegantes cités, embellecidos a sus afueras por aromáticos naranjos que daban una
acogedora sombra. Así también, el barrio se poetiza haciéndolo una atracción para distintas
intelectualidades que veían en él un espacio relajo. Sin embargo, Santiago comienza
10
expandirse, y el barrio Yungay que en sus comienzos formaba parte de la periferia, fue
adquiriendo poco a poco sus cualidades; actores heterogéneos que conforman el espacio,
zonas fronterizas integradas por masas proletarias tales como trabajadores ferroviarios que
pernoctaban dentro de las calles Mapocho y San pablo2; Como también las migraciones
provenientes de las zonas rurales, principalmente protagonizada por pobladores mapuches
que buscaban trabajo en reconocidas panaderías del lugar que a su vez daban techo dentro
el barrio y coincidentemente aún mantenían un aspecto provincial (Cátedra Antropología de
Chile: 2013)
De este modo, el Barrio Yungay comenzó a acoger a una pluralidad de habitantes de clase
media y baja a medida que fueron integrándose a la ciudad, desplazándose de ésta forma la
aristocracia a nuevos espacios generados en la capital. Además, con el transcurso del
tiempo y el deterioro del barrio debido a los terremotos se devaluó el espacio en el
mercado, sumándole la intervención de los sujetos propietarios que subdividieron las
grandes casonas para ser habitadas de forma colectiva
por familias o sujetos
independientes, siendo ahora un sitio apto para otro tipo de habitante que demandara un
lugar de bajo costo. Esto formó el actual atractivo habitacional para los migrantes que han
llegado en las últimas décadas, que vienen en búsqueda de oportunidades. Lo dicho fue
materializado en nuestra investigación a partir de una observación preliminar al notar que la
mayoría de los entrevistados residía en el barrio Yungay durante sus primeros años de
llegada en el país, y al conseguir estabilidad económica migraban de los cité, y otras
propiedades de uso colectivo, con el deseo de independizarse de sus familias que estuviesen
fuera del núcleo primordial (primos, yernos, tíos, etc) y/o alcanzar el sueño de la casa
propia.
Sí lo urbano condiciona la inserción de los migrantes, al mismo tiempo que los grupos de
migrantes transforman el espacio urbano, el barrio Yungay como parte constitutiva de
Santiago, el cual es un escenario y espacio público por antonomasia, que se ha ido
transformado y ha dejado visible a un nuevo actor que en sus acciones y relaciones sociales
exige ser participante de aquel espacio público, donde encontramos lugares desbordados
2
Datos obtenidos de la página Memoria Chilena (2014) www.memoriachilena.cl/602/w3-article-3372.html
11
por la dinámica propia del fenómeno de los migrantes (en su mayoría peruanos). Dichos
espacios serían la calle y los espacios semi-públicos (Garcés, 2007).
Es por tanto, la ciudad un espacio de alteridad y territorialidad, cuya refracción se
constituye de pequeños espacio barriales con límites imaginarios, que a partir de sus usos y
sentidos de las redes sociales, se dota a lo metropolitano una pluralidad de discursos
interconectados entre sí.
1) Espacio-recurso
En algunos sectores específicos de la Capital, como en las comunas de Santiago centro,
Independencia y Recoleta, la presencia peruana alcanza tal nivel que han ido transformando
el espacio urbano, la que es muy visible a la vista de todos los habitantes. Esto se ve
reflejado en el comercio y las diferentes tiendas que van orientadas al público connacional.
Existen autores que incluso sostienen la teoría de que la “migración peruana transforma y
se apropia de la ciudad”. Esta llamada “apropiación” de lugares de concentración
residencial y comercial se puede entender como un “espacio-recurso” para poder
reproducirse social y económicamente además de configurar las redes migratorias, es decir,
el espacio se vuelve un recurso para poder sobrevivir y mantenerse en un espacio al que no
se sienten adaptados, y a veces más bien rechazados. Por esto también, la creación de redes
de cooperación entre ellos mismos, entendido según Garcés (2011) como conjuntos de
vínculos interpersonales que conectan a migrantes, antiguos migrantes y no migrantes en su
área de origen o de destino a través de los lazos de parentesco, amistad y comunidad de
origen compartida.
Un ejemplo de esto se da en la plaza del roto chileno, como un lugar de tránsito, agrupación
y de socialización está rodeada por el lado norte y sur por locales comerciales dirigidos
principalmente por sus dueños. “La perla” es un local de venta de abarrotes, dirigido por
una pareja de nacionalidad peruana. El lugar se caracteriza principalmente por algunos
productos que son base en la gastronomía y consumo extranjero, como plátanos verdes,
leche evaporada de marcas peruanas, bebidas de fantasías como Inca Cola. A raíz de esto,
el comercio se vuelve tan importante no sólo por lo económico sino que también como un
12
mecanismo localizador para poder encontrarse entre compatriota como también ser un
atractivo que relacione a otros latinoamericanos con su cultura.
A diferencia de otras grandes urbes el comercio y residencias inmigrante sólo se concentran
en el centro de la ciudad, y no se expande al resto de la gran capital. Wilson y Portes,
llaman a esta concentración del espacio físico de comercio y trabajo étnico como “enclave”.
Según Garcés, es muy interesante estudiar las razones que mueven estos “enclaves”, ya que
se trata de negocios que poseen dinámicas internas, relacionadas con el crecimiento y
gestión familiar, como también externas en tanto a la competencia y el influjo de otros
inmigrantes. Ahora bien, estas dos fuerzas se unen para consolidar el emprendimiento, el
trabajo autónomo e independiente.
Aquella situación la vemos en los carritos de comida peruana ambulante, ubicados en los
márgenes de la feria que se desarrolla entre el parque portales por la calle esperanza hasta
topar con la calle Erasmo Escala. En nuestra visita servían platos de fideos picantes, papas
a la huancaína, y ceviche, con el valor de $1500. En ese momento nos dispusimos a
conversar con quienes atendían uno de los carritos. La mujer, que estaba acompañada de su
esposo, nos contaban que vivían en el barrio Yungay y que los otros carros que estaban a su
repartidos a lo largo de la feria eran parientes de ellos, los cuales se dedicaban a preparar
los mismos platos pero con diferente estilo, de manera organizada lo cual les permitía tener
un ingreso extra y de forma menos competitiva
Además el mismo caso da cuenta de la solidaridad entre ellos, pues no suelen ser relaciones
conflictivas ni competitivas, sino que más bien, se fomentan los procesos de creación de
empleo e inserción en el ámbito urbano. Estos espacios públicos también forman parte de la
reproducción social y económica-política de estos grupos.
2) Apropiación y campo transnacional
Ahora bien, estos espacios de concentración de los migrantes no se convierten en lugares
cerrados sobre sí mismos, reducido por el conjunto de relaciones y funciones actualizadas
al interior de sus fronteras. Los espacios de la migración, provocan y son parte de una
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territorialidad que adquiere vida en el conjunto urbano, por medio de distintas
configuraciones, dinámicas y prácticas de ocupación que van caracterizando la identidad e
interacciones sociales de la comunidad móvil que los enlazan a un territorio imaginario y a
una cohesión grupal dentro de distintos tiempos. Vinculando los lugares de orígenes con el
lugar de destino.
Finalmente estas prácticas y los distintos discursos van dando vida al espacio y lo van
configurando según la experiencia de los migrantes dentro de un “campo transnacional”,
donde la “circulación de cosas o bienes” construyen el paisaje de los migrantes, evocando a
los recuerdos de un espacio geográfico distante pero que está presente en otro espacioterritorio elaborado por ellos mismos (Stefoni, 2004), como lo hacen por ejemplo con el
comercio de productos de su país de origen. Esto se demuestra al ver a los comerciantes
con sus carros de comida rápida peruana, junto con una aglomeración de ellos en torno a él,
comiendo y conversando. Los olores y los rostros hacen que un santiaguino se sienta en
otro país, ya que los peruanos en este espacio escenifican ciertas tradiciones. Es en
definitiva, un nuevo relato de un espacio físico en movimiento donde confluye elementos
del mundo peruano y del mundo chileno y/o latinoamericano (Garcés, 2007).
Además de la experiencia etnográfica destacamos lo siguiente:
“En el momento que se estableció los registros en el local de abarrotes “La Perla”, se
encontraba trabajando un hombre adulto de aproximadamente 50 años, el cual llevaba 6
años trabajando los fines de semana en ese lugar, ya que durante los días hábiles laborales
lo dirigía su esposa, de quien está a nombre el negocio. Ambos provienen del norte costero
de Perú, el cual ya no han visitado hace mucho tiempo principalmente porque la vida que se
tienen en el país siendo inmigrante latinoamericano consiste en llevar una vida de trabajo
arduo y constante. Que en sus comienzos consistía en obtener trabajos obreros
dependientes. Posteriormente, instaló su negocio de maderería ubicado en la avenida Matta.
Dos años después, siguiendo con el pensamiento de ahorro, él le otorgó el negocio a su
pareja para que trabajara, con el fin de seguir acumulando ingresos para tener su casa
propia, la cual ahora se encuentra en la comuna de Recoleta. (Diario de Campo: 2014)
14
De la etnografía podemos extraer que además de cuestiones identitarias explotadas a favor
del empoderamiento del espacio, el migrante viene con un sentido y condición
socioeconómica al país de destino, como tal hemos dicho previamente, para sobreponerse a
las crisis que fueron vividas en su país de origen, generando estrategias de vida que constan
en un trabajo arduo y constante posterior al éxodo. De este modo, es el trabajo de los
migrantes peruanos es un tipo de orgullo y emprendimiento que ellos mismos recalcan de
su condición esforzada, de haberse ganado el espacio que ahora habitan. Haciendo la
diferencia entre los nuevos grupos migratorios provenientes de países como Colombia,
Haití, República Dominicana, entre otros que han llegado a residir en el barrio dentro
oleadas migratorias más recientes. Sin embargo, recalcan una relación de empatía de clases
producto de ser migrante en busca de mejores expectativas económicas.
“Todo este episodio de largo trabajo comenzó desde su inmigración hace 14 años, en el
tiempo que estaba Fujimori en el poder en Perú. No obstante, el acceso a bienes,
específicamente a una residencia estable es algo que se destaca en la información en
términos de discriminación institucional. Al conversar sobre discriminación y hostilidad de
chilenos a migrantes, dijo que en gran parte las personas no están conformes con lo que
son, los que desean tener pelo no lo tienen, y los que quieren ser pelados se rapan. Pero a su
vez señaló que a la hora de buscar un sitio para vivir los corredores de propiedades
mostraban rechazo a su nacionalidad. Entonces, ante todo el ambiente social que forma la
metrópoli está compuesto por segregación institucional principalmente, lo cual genera que
el entorno en el cual conviven estén enmarcados por los mismos aspectos. Por ello,
pareciese decir que en el momento de vivir en el barrio Yungay la situación no es de
hostilidad sino de comunidad extranjera latinoamericana que se reencuentra en un sistema
de empatía de clases” (Diario de Campo: 2014).
Las condiciones sociales, económicas y políticas que han surgido en Latinoamérica, han
significado para los migrantes una necesidad de salir de su país de procedencia. En ese
sentido, el éxodo de su país de procedencia ha sido a partir de problemas socioeconómicos
y en búsqueda de mejores alternativas, por lo que al llegar a Chile los sitúa en gran parte en
la misma clase socio-económica, y la misma clase segregada en nuestro país. La estrategia
consta en la permanencia y las altas oferta de trabajo obrero, más iniciativas de ahorro que
15
permitiesen generar un piso de estabilidad. Pero las mismas condiciones que Chile le
entrega a la clase baja, están circunscritas a un tipo de discriminación institucional. Un caso
de ello es la relación con Carabineros y las multas hacia los vendedores ambulantes, es
decir, no todo tipo de iniciativa laboral tiene un respaldo o protección hacia los migrantes.
Lo que nos llevaría al siguiente punto que se trabajará a continuación, la clausura y
segregación socio-económica.
3) Clausura nacional, segregación
No sólo se puede entender la migración como espacios de concentración y fronteras hechas
por ellos y para ellos, sino que también hay otra manera en la cual ellos se localicen dentro
de sus límites. Estamos hablando, de la manera en que actúa el país y la sociedad que recibe
el flujo migratorio, las que por medio de discriminación van segregando a este grupo
delimitándoles un espacio-territorio urbano, es lo que varios autores llaman la “clausura
nacional”. En este punto, deja de existir, según Delgado (1999) el denominado “espacio
anónimo” de una planificación urbana ya que los migrantes devienen públicos, se despojan
de su identidad individual para formar parte de una identidad colectiva y nacional, además
de romper con la supuesta movilidad indiferente de y entre los habitantes dentro de un
espacio urbano, rescatando al mismo tiempo, la sociabilidad. Lo cierto, es que la población
migrante peruana quiebra estos esquemas ya que ellos dan diferentes usos y ocupaciones al
territorio en cuestión. Es una anomalía dentro de la planificación urbana y del espacio
“disciplinado”, pues se produce una “otra urbanidad” y espacios “indisciplinados”.
En nuestra visitas constantemente nos llamaba la atención ver a los migrantes utilizando las
cuadras de las calles (como Cueto) como un punto de encuentro y dispersión, los ancianos
sentados en sillas compartiendo un juego de carta o adultos tomando alguna cerveza
mientras los niños juegan. Tanto la plaza como las cuadras hacen un punto de reunión entre
las parentelas y amistades extranjeras, abriendo ámbitos privados hacia lo público tal como
es escuchar la música de su país de procedencia, como huaino, chicha, cumbia, que
emplazan su remembranza y nostalgia de su identidad interrumpida por la migración. Lo
cual es extraño a los ojos del Santiaguino, y altera las percepciones y apreciaciones del
16
chileno, el cual reconoce en la alteridad un estado de exacerbación de su condición, y no
logra percibir que es un intento de hacer comunidad con otros que residen en el barrio.3
Lo que mencionamos con anterioridad es un tipo de uso de espacios “indisciplinados” que
se circunscriben a la relación de alteridades en la convivencia del barrio, no obstante, hay
situaciones en las cuales la rebeldía ante la normativa que es entregada en Chile los sitúan
al margen de lo institucional y establecido. Así se manifiesta en las llamadas “colas” de la
feria que se sitúa en el parque portales, vemos una fuerte presencia de personas de
diferentes nacionalidades, bolivianos, ecuatorianos, peruanos, dominicanos, entre otros. Los
cuales tanto se encontraban paseando como atendiendo sus puestos de venta que contenían
productos como ropas usadas, zapatos, artículos de ferretería y electrónicos (cables de
celulares, carcasas, etc).
Situación que se presenta también a lo largo de la feria ubicada en las cercanías del parque
Portales, ya que sólo unos pocos puestos eran atendidos por extranjeros, por lo que la
ubicación de los migrantes y su venta se encontraban al margen de la feria, como en las
esquinas hacia atrás de los puestos, o al medio vendiendo helados de sabores como
maracuyá, frutilla, y plátano. Lo cual nos da la sensación de que los espacios habitados
siempre se circunscriben a la marginalidad de espacios institucionalizados en los cuales
ellos pueden explotar comercialmente su identidad, a la vez que es un punto de interés y
acogida para los mismos migrantes, pero siempre bajo la clandestinidad y el riesgo de
perder todo cuando se enfrentan a entes reguladores como Carabineros.
Estamos hablando de prácticas de apropiación de un espacio-territorio urbano, entre una
constante conflictividad entre el migrante y el autóctono del lugar, intentando estos últimos
poner disciplina por medio de la “clausura nacional”, como diría Foucault “el arte de la
distribución de los individuos en el espacio se realiza por la técnica de otorgar a cada
individuo un lugar y a cada emplazamiento un individuo” (2002). Ahora bien, al ser
identificada la presencia migratoria, los autóctonos ponen sobre ellos distintos dispositivos
para resaltar las diferencias entre ambos grupos. Una de las manera más comunes es la de
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Este es un símil de una de las respuestas de uno de los chilenos entrevistados, cuando se les preguntó
cómo era vivir en el Barrio Yungay desde la masificación de oleadas extranjeras.
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“criminalizar el espacio”, dándole incluso por parte del Estado una conflictividad mayor al
tema de la población migrante, fomentando los prejuicios y la discriminación, aumentando
los controles policiacos contra ellos con la excusa de querer ordenar la situación de
residencia de los mismos. Finalmente, el estereotipo se construye en un espacio donde se
reproduce como hecho social, en el cual vemos una exclusión social urbana desde la
perspectiva de la movilidad cotidiana urbana.
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Conclusiones
Es así, como hemos investigado los usos y apropiaciones del espacio urbano en el que se
desenvuelven y la transformación de éstos en “locus” (Garcés, 2011) que proveen recursos
para las comunidades migratorias. Estudiando también el aspecto económico-político como
el cultural, basado en la construcción de la memoria y de un espacio en común de reunión o
asociación, transformándose así, una nueva territorialidad dentro del espacio urbano físico
(un barrio) y otro virtual (movimientos y desplazamientos del flujo migratorio).
Al estudiar estas masas migratorias, nos damos cuenta de que la confluencia peruana y la
gran mayoría de inmigrantes en Chile pertenecen a este país, según el Censo 2002, la cifra
se eleva a 37. 860 personas y la mayoría viven en Santiago. El por qué de esta migración,
tiene diferentes respuestas aunque la más reiterada es por la búsqueda de mejorar la
situación económica en la que se encuentran.
Ésta presencia la podemos ver tanto a nivel residencial (existiendo incluso, barrios o “cités”
en la que sólo habitan inmigrantes) como también en el ámbito comercial (restaurantes,
locales de venta de alimentos, entre otros) o en el espacio público de la calle. Esto se
enmarca en una reproducción social, ya que es un motor de circulación de personas y
también por aspectos netamente de beneficio económico para este grupo, al mismo tiempo
que de tipo simbólico relacionada con la búsqueda de un sentido de pertenencia a un lugar,
como también la lucha contra la discriminación, segregación y estigmatización de la
población migrante en la capital.
Existen nuevas formas de organización espacial en Santiago de Chile a través de la
migración , en específico la peruana, ya sea por los distintos espacios de concentración en
las zonas de comercio, en las zonas residenciales o en el uso de las zonas públicas, los
denominados espacios-recursos que van superponiéndose a las existentes en la ciudad.
Ahora bien, todos estos territorios confluyen en uno solo, conectándose los distintos tipos
de espacio-territorio que supuestamente son diferentes y distantes entre sí, pero que
cohabitan al mismo tiempo, formándose también dinámicas transnacionales. Sin dejar a un
lado, las sanciones territoriales que realizan los Estados-nación sobre estos grupos que van
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configurando la “clausura nacional”, dando pie a la segregación y creando un imagino
sobre la comunidad migrante que se ratifica en lo urbano (Delgado, 1999).
Dentro de este mundo globalizado, los grupos migrantes forman una nueva “cultura
urbana” en tanto como proceso de crear y reelaborar distintos tipos de contactos y
conocimientos por el choque con otras culturas de otros grupos sociales que van y vienen
dentro del globo. Es sobre todo, una reelaboración de las distintas prácticas culturales.
Finalmente la nueva territorialidad de la migración en el Barrio Yungay, crea un referente
de identidad en la comunidad migrante, mientras que al mismo tiempo se forma una
heterogeneidad en el conjunto urbano, entonces se desborda, se articulan nuevas dinámicas
y nuevas significaciones vinculadas a los migrantes, configurándose en conjunto una nueva
territorialidad. De esta manera, se entiende el efecto de las migraciones en tanto a los
cambios socio-espaciales, modificando el territorio y su distribución.
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Bibliografía
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investigación”, Editorial Paidos, España.
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Santiago y la emergencia de nuevos ciudadanos. FLACSO, N°43, p. 319-336.
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