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18 de enero de 2009 HERALDODOMINGO 11 ● ● Historia Antropología El Papa Luna mira a Goya El cráneo de Benedicto XIII descansa en el Museo de Zaragoza tras pasar ocho años en manos de la Justicia, por el robo en el palacio de Saviñán Por Ramón J. Campo e convivir ocho años con los muertos a compartir habitación con obras de Goya. El cráneo del Papa Luna ha cambiado su morada en el Instituto de Medicina Legal de Aragón, en el barrio de San Gregorio, a un almacén del área reservada del Museo de Zaragoza, metido en una caja que lo conserva con tela de polietilano de la humedad, en compañía de estampas del genial pintor de Fuendetodos. Este es el último viaje del cráneo del Papa Luna, el aragonés (Illueca, 1328-Peñíscola, 1424) que tanto trajín ha sufrido en siete siglos. Merecía un tiempo de descanso, como tesoro arqueológico, o así debió pensarlo el juez del Penal 6, quien ordenó al forense Salvador Baena entregar el 6 de noviembre la calavera y la urna de madera (con el escudo familiar) a la Dirección General de Patrimonio de la DGA. Los restos de Benedicto XIII, el insigne aragonés acusado de promover el Cisma de Occidente, han vuelto a cambiar de manos, pero este no será su último destino. El magistrado que juzgó a un vecino de Saviñán por el robo de la calavera en el palacio de Argillo en 2000 determinó en la sentencia que debía devolverse a su dueño, la familia Olozábal-Martínez Bordiú. D El palacio de Argillo, su casa El juez pidió opinión a Patrimonio para decidir qué hacer con el cráneo con el fin de exonerar de su custodia y cuidado al Ministerio de Justicia. Los restos del Papa Luna fueron declarados Bien de Interés Cultural (BIC), cuando se produjo el robo, para evitar su salida de Aragón y protegerlo. La DGA conoce también que el palacio de Argillo de Saviñán, la estancia donde los restos del Papa pasaron muchos años, no está en condiciones de habitabilidad. La familia Olazábal-Martínez Bordiú había emprendido movimientos para derruirlo, parcelarlo y vender el terreno para construir pisos. Pero Patrimonio frenó esa posibilidad al incluir el pala- El cráneo del Papa Luna, fuera de la caja con polietileno, en unas dependencias del Museo de Zaragoza, adonde llegó en noviembre. cio en el inventario del patrimonio aragonés en mayo de 2007. El Gobierno aragonés se encuentra ahora con una calavera identificada del Papa Luna, merced al trabajo ímprobo que dirigió el forense Salvador Baena durante seis años, hasta que se celebraron dos juicios por el robo a dos hermanos (uno tenía 17 años cuando ocurrieron los hechos y fue juzgado como menor). Primero, el forense envió muestras del cráneo a un laboratorio de Florida (Estados Unidos), que certificó su antigüedad con la prueba del carbono 14 (entre 1310 y 1440). Después de un fallido análisis de ADN, por falta de muestras de descendientes por la línea materna (la familia Gotor que buscaron en la zona de Calatayud), un equipo integrado por especialistas en Neurocirugía, Antropología y Medicina Legal rehizo la cabeza del Papa Luna con varios escáneres sobre el relicario de San Valero de la Seo. El Vida y muerte “en sus trece” El aragonés Pedro Martínez de Luna fue elegido pontífice en 1394 en Aviñón y tomó el nombre de Benedicto XIII. Francia se opuso a su nombramiento por no ser influenciable. Con una actitud muy aragonesa se negó a abandonar el papado. La historia lo recuerda con el dicho de que “siguió en sus trece”. Hubo tres papas simultáneamente y el Papa Luna adujo que el suyo era el válido porque fue elegido cardenal antes del Cisma de Occidente. Pero al final, las tesis conciliaristas dejaron a Martín V como pontífice único en Roma. Murió casi solo a los 95 años en el castillo de Peñíscola el 29 de noviembre de 1422. El cuerpo fue embalsamado y en 1430, un sobrino suyo logró la exhumación de sus restos y trasladarlos a su castillo natal, en Illueca. Blasco Ibáñez cuenta en ‘El Papa del mar’ que fue venerado como un santo en su pueblo hasta mediados del siglo XVI cuando un sacerdote italiano destrozó la urna al entender que era un hereje. Luego sufrió los efectos de la Guerra de Sucesión en el siglo XVIII entre los partidarios de Austrias y Borbones. Las tropas francesas, que servían a Felipe V, asaltaron el edificio en busca de un supuesto tesoro que no hallaron y, en desagravio, profanaron el cadáver del Papa, separando la cabeza del resto del cuerpo, que arrojaron al río Aranda. Unos labradores de la casa de los Luna hallaron el cráneo y luego fue llevado al palacio de los Argillo, en Saviñán, de la familia Olazábal-Martínez Bordiú. Un juez de Zaragoza entregó a la DGA la calavera y la urna, robadas en 2000 Están depositadas como Bien de Interés Cultural, pero serán devueltas a los dueños JOSÉ MIGUEL MARCO orfebre reprodujo la cara de Benedicto XIII porque lo regaló en 1420 a su tierra durante un viaje papal. “Informé a los responsables de la DGA de las mejores condiciones para que la humedad no lo perjudique”, explica el forense y antropólogo Salvador Baena, quien confía en la posibilidad de hacer un ciclo de conferencias y un libro con la historia de este cráneo en lo que va del siglo XXI. Los conservadores del museo avalan las condiciones óptimas de conservación en temperatura constante y la vigilancia del edificio. Está por ver si al tener en depósito el cráneo cabría la posibilidad de hacer una exposición sobre el Papa Luna en el Museo de Zaragoza. Estos restos del pontífice aragonés que se disputan Illueca, Saviñán y Peñíscola, por fin tiene una morada pacífica, un museo que sigue recibiendo grupos de jóvenes y mayores para ver la exposición ‘Goya y el mundo moderno’.