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Aditivos
La entrada en vigor,
el pasado mes de
enero, del artículo
11 del Reglamento
1831/2003
sobre aditivos en
alimentación animal,
ha supuesto la
prohibición de la
comercialización de
todos los aditivos
antibióticos distintos
de los coccidiostáticos
y los histomonóstatos.
Esta restricción
ha de aplicarse a
aquellos productos
que contengan estos
aditivos, tanto si se
trata de piensos, como
de premezclas.
Esta prohibición
tendrá importantes
repercusiones
económicas en el
sector, ya que conlleva
un aumento de los
costes de producción.
Se hace necesario, por
lo tanto, encontrar
alternativas eficaces y
seguras (para la salud
humana, la salud
animal y el medio
ambiente) al uso de
estos antibióticos.
Prohibición del uso de
monensina sódica en la
alimentación del ganado
vacuno: repercusiones y
alternativas
Antonio Jiménez, Veterinario
Dos hechos han motivado la regulación del empleo de aditivos en alimentación
animal y la prohibición del uso de antibióticos como aditivos en alimentos por
parte de la Comisión Europea: 1) La presión ejercida por las asociaciones de
consumidores y 2) Las recomendaciones establecidas en el Libro Blanco de la
seguridad alimentaria concebidas para reducir los riesgos de crear resistencias
microbianas y preservar la eficacia de ciertos antibióticos de uso humano.
No podemos olvidar que la sucesión de diferentes escándalos relacionados
con alimentos a lo largo de los últimos años (la encefalopatía espongiforme
bovina, la crisis de la dioxinas, los organismos genéticamente modificados, etc.)
contribuyeron a crear un ambiente de desconfianza entre los consumidores y
provocaron un cambio de rumbo de la política europea de protección de los
consumidores y de seguridad alimentaria. Con vistas a refundir la legislación, la
Comisión Europea publicó, en 1997, el Libro Verde sobre los principios generales
de la legislación alimentaria de la Unión Europea.
El debate público suscitado por el Libro Verde desembocó en la publicación, en
enero de 2000, del Libro Blanco sobre seguridad alimentaria, lo que supuso el
desarrollo de un marco jurídico para la totalidad de la cadena alimentaria, «de
la granja a la mesa», de acuerdo con un enfoque global e integrado.
El Reglamento (CE) no 178/2002, adoptado a finales de enero de 2002, es el
texto fundador de la nueva legislación en materia de seguridad alimentaria. Se
creó la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y un Comité de la Cadena
Alimentaria y de Sanidad Animal que sustituyó a los ocho comités científicos
permanentes que existían hasta la fecha. Se reforzó el sistema de alerta rápida
para la alimentación humana y animal, y se dotó a la Comisión de poderes especiales que le permiten tomar medidas de carácter urgente en caso de que los
Estados miembros no sean capaces de contener por sí mismos un riesgo grave
para la salud humana y animal o para el medio ambiente.
Además no podemos obviar que la seguridad y la calidad alimentarias, junto
con el desarrollo rural, pasan a ser los principales objetivos de la reforma de la
PAC en el marco de la Agenda 2000.
Las primeras autorizaciones de antibióticos como aditivos promotores del crecimiento incluyeron un total de 13 sustancias, que continuaron aumentando
hasta alcanzar la cifra máxima de 24 en diciembre de 1998. Esta lista se ha visto
reducida progresivamente y cerrada con la prohibición de estos últimos cuatro
productos, de los que, hasta la fecha, se permitía un uso restringido ya que su
principio activo no es utilizado en humanos.
Los Antibióticos Promotores del Crecimiento son uno de los aditivos más utilizados en la alimentación animal. Según un estudio de la Federación Europea
Aditivos
para la Salud Animal, en 1999 los animales de granja de la Unión Europea consumieron el 35 % del total de antibióticos utilizados, de los cuales un 6 % se
utilizaron como aditivos promotores del crecimiento.
La citada prohibición afecta, además de a la Monensina sódica (autorizada
como promotor de crecimiento sólo en vacuno de cebo), al Flavofosfolipol
(especies de destino: gallinas ponedoras, pavos, pollos de engorde, lechones,
cerdos de engorde, terneros, vacuno de carne y conejos ), la Salinomicina de
sodio (especies de destino: lechones y cerdos de engorde) y a la Avilamicina
(especies de destino: lechones, cerdos de engorde, pollos de engorde y pavos,
para los que se mantiene la autorización hasta el 20 de enero de 2013).
APLICACIÓN ACTUAL DE LA MONENSINA
El empleo de muchos aditivos, entre ellos los antibióticos promotores de crecimiento, se justifica porque mejoran la eficacia de los procesos digestivos y metabólicos
(que se traduce en un aumento de la eficiencia de la utilización de los alimentos y
en mejoras significativas de la ganancia de peso), los parámetros reproductivos y el
estado sanitario de los animales.
La mayoría de los antibióticos ionóforos son
producidos por Streptomyces spp., sin embargo Streptoverticillium, Nocardiopsis, Nocardia,
y Actinomadura spp.son también conocidos
por elaborarlos. Junto con los productos naturales de los microorganismos, existen numerosos ionóforos modificados químicamente.
Los ionóforos incorporados a la alimentación
animal pertenecen todos al grupo carboxílico. Estos antibióticos son activos contra
parásitos, incluyendo a coccidios (Eimeria) y
Fuente: Wood Mackenzie
Total :13.700 millones de dólares.
nº 6
Aditivos
La Comisión
presentará al
Parlamento
Europeo y al
Consejo, antes
del 1 de enero de
2008, un informe
sobre la utilización
de coccidiostáticos
y los
histomonóstatos
como aditivos
para alimentación
animal y
sus posibles
alternativas,
con vistas a la
adopción de
una decisión
con respecto
a la supresión
progresiva de su
utilización como
aditivos para
alimentación
animal como muy
tarde el 31 de
diciembre de 2012
Plasmodium, asimismo frente a bacterias Gram+ y mycoplasmas. En animales son
usados principalmente como promotores de crecimiento y coccidiostáticos.
Sólo la monensina en vacuno y la salinomicina en cerdos están registrados
como promotores de crecimiento en Europa. Los otros ionóforos registrados
pueden ser usados en la alimentación de aves como cocciostáticos.
La Monensina sódica, antibiótico ionóforo que modifica la permeabilidad de la célula
bacteriana, es producto de la fermentación de una cepa de Streptomyces cinnamonensis. La monensina es activa frente a bacterias grampositivas y frente a coccidios.
Cuando se administra a rumiantes incorporada al pienso en pequeñas cantidades
modifica la microflora ruminal, inhibiendo específicamente a bacterias gram-positivas cuyos productos de fermentación son principalmente el ácido acético, el ácido
butírico, el hidrógeno y el ácido láctico. Como resultado de esta inhibición, la eficacia de utilización de energía mejora debido al incremento en la producción de propiónico y la reducción de la producción de acético y metano. Además, los ionóforos
inhiben la proteolisis y la desaminación, resultando en una reducción de la concentración de amoníaco y una mejora en la utilización de la proteína. Estos cambios
resultan en una mejora en la utilización de los alimentos y de la producción.
Además, sus efectos en grupos bacterianos específicos reducen el riesgo de acidosis y
timpanismo. Ambas patologías, ligadas a la ingestión de grandes cantidades de carbohidratos fácilmente fermentables, aparecen frecuentemente en cebaderos.
ALTERNATIVAS A LOS ANTIBIÓTICOS
PROMOTORES DEL CRECIMIENTO
Podemos considerar dos aspectos en la búsqueda de alternativas al uso de
antibióticos promotores de crecimiento: la implantación de nuevas estrategias
de manejo y la utilización de otras sustancias con efectos similares sobre los
niveles productivos de los animales.
Las prácticas de manejo deben intentar prevenir o reducir el estrés de los
animales controlando la higiene, las condiciones medioambientales y la alimentación. La nutrición no sólo debe ser adecuada, lo que mejorará el estatus
inmunológico, sino que han de evitarse los cambios bruscos. Otras medidas
viables serían procurar la erradicación de algunas enfermedades y seleccionar
animales genéticamente resistentes a enfermedades. Una futura opción podría
ser la inmunización frente a grupos bacterianos específicos del rumen.
En cuanto a las posibles sustancias y en el caso de rumiantes, destacan como
principales opciones: los probióticos, las enzimas, los ácidos orgánicos y los
extractos vegetales.
PROBIÓTICOS
Los probióticos son cultivos vivos de una o varias especies microbianas que
benefician al hospedador mejorando las propiedades de la microflora digestiva
original. En la práctica suelen presentarse bajo formas destinadas a ser administradas en el agua o en el pienso.
No podemos dejar de mencionar el término Prebiótico, que se utiliza para hablar de
ciertos ingredientes no digestibles de los alimentos que estimulan selectivamente
el crecimiento y/o la actividad de determinados microorganismos beneficiosos del
tracto digestivo que, además, pueden impedir la adhesión de otros patógenos. Todo
parece indicar que se corresponden con los oligosacáridos, polisacáridos no amiláceos y almidones.
Los microorganismos que constituyen los probióticos son principalmente bacterias
Gram positivas, en su mayoría capaces de producir ácido láctico (Lactobacillus,
Bifidobacterium, Streptococcus, etc.) pero también se incluyen bacterias no lácticas (Bacillus), levaduras (Saccharomyces) y hongos (Aspergillus).
nº 6
Aditivos
Aunque la mayoría de los probióticos funcionan fundamentalmente por competencia, ya que al administrarlos establecemos una microflora beneficiosa que impide la
adhesión y colonización del tracto digestivo por microorganismos patógenos, en el
caso de las bacterias productoras de ácido láctico, éste también inhibe la proliferación de muchas bacterias potencialmente patógenas o indeseables.
El método de actuación de los probióticos es múltiple: compiten por los receptores que permiten la adhesión y colonización de la mucosa intestinal, compiten por determinados nutrientes y producen sustancias antimicrobianas.
Las levaduras (Saccharomyces cerevisiae) son uno de los probióticos más utilizados
en rumiantes. Sólo se consideran probióticos los productos a base de levadura viva.
Los cultivos de levadura desecada y los del hongo Aspergillus oryzae, que contiene
el medio de cultivo y sus productos de fermentación son otra alternativa de productos. No proporcionan un organismo vivo sino enzimas y otros metabolitos, como
aminoácidos y vitaminas, producto de su fermentación sobre un medio vegetal, que
son los que realmente producen los efectos positivos.
Los aditivos a base de levaduras ó cultivo de levaduras actúan a nivel ruminal
reduciendo la producción de metano, disminuyendo normalmente la concentración de amoniaco y, favoreciendo la estabilidad del pH, por lo que se recomiendan en raciones con mucho concentrado y riesgo de acidosis. Incrementan
la actividad de la flora celulolítica, lo que beneficia la degradación de la fibra,
aumentan la flora anaerobia total y favorecen la flora que deriva lactato a propiónico. Además, pueden considerarse como una fuente natural de vitaminas y
ácidos orgánicos (en especial málico) para la población microbiana del rumen.
En los rumiantes el uso de probióticos puede incrementar la producción de
leche entre 1-2 litros al día y la ganancia diaria de peso hasta en un 7.5%.
ENZIMAS
Las enzimas alimentarias son proteínas que eventualmente se degradan en el
tracto digestivo, por lo que no presentan riesgo de residuos en tejidos o en
leche. Tradicionalmente su uso como aditivo de alimentos para rumiantes no
ha estado muy extendido debido a su precio y a la idea de que se degradarían
rápidamente en el rumen antes de producir efecto alguno.
Sin embargo su empleo tiene interés para catalizar las reacciones degradativas
que ocurren durante la digestión tanto de los componentes de la pared celular
(celulasas, xilanasas, glucanasas, pectinasas...),como de su contenido (amilasas, proteasas...). La digestión eficiente de sustratos complejos en el rumen requiere de la
acción combinada de muchas enzimas. Los preparados enzimáticos para rumiantes
son comercializados fundamentalmente sobre la base de su capacidad para degra-
En los rumiantes el
uso de probióticos
puede incrementar
la producción de
leche entre 1-2
litros al día y la
ganancia diaria de
peso hasta en un
7,5%
Aditivos
Se han descrito
mejoras en la
digestibilidad de la
fibra en raciones
que contenían
principalmente
forraje en las que
se adicionaron
enzimas,
mientras que en
raciones ricas
en concentrado
podrían ayudar
a superar la
depresión en la
degradación de la
fibra que provocan
los descensos en el
pH ruminal
dar la pared celular de las plantas y, como tal, son frecuentemente referidos como
celulasas o xilanasas. Sin embargo, dependiendo de su origen pueden contener
enzimas como amilasas, proteasas o pectinasas. En el caso de los rumiantes no se
ha valorado el empleo de fitasas, usadas en alimentación de monogástricos porque aumentan la disponibilidad del fósforo y reducen la excreción de este mineral
potencialmente contaminante, ni de otras enzimas encargadas de degradar toxinas
presentes en la pared celular de algunas especies vegetales.
En el mercado existen una gran variabilidad de productos enzimáticos comercializados, aunque los mas utilizados se obtienen por procesos de fermentación
en cultivos de bacterias, levaduras y hongos, algunos de los cuales son también
utilizados como probióticos.
A la hora de elegir un aditivo enzimático debe tenerse en cuenta que una de las
principales características es su alta especificidad por el sustrato y que son termolábiles. El método de administración puede ser crucial, parece ser que la efectividad enzimática es más marcada si se aplica la mezcla de enzimas a la ración en
lugar de si se hace por infusión directa en el rumen. Asimismo, son más efectivos
sobre alimentos secos que sobre alimentos húmedos.
No se conocen con exactitud los mecanismos de acción de los aditivos enzimáticos, no obstante se considera que las enzimas exógenas pueden provocar efectos
de origen multifactorial: podrían actuar directamente sobre el alimento provocando una predigestión y facilitando su degradación posterior por las enzimas
del rumen, esto proporcionaría una disponibilidad adicional de carbohidratos que
estimularía el crecimiento y la actividad de la población ruminal. Algunos estudios
han descrito mejoras en la digestibilidad de la fibra en raciones que contenían
principalmente forraje en las que se adicionaron enzimas, mientras que en raciones ricas en concentrado podrían ayudar a superar la depresión en la degradación
de la fibra que provocan los descensos en el pH ruminal.
El efecto de agregar enzimas en la alimentación de vacuno de cebo puede provocar un aumento de la ganancia media de peso diaria de un 9%, sin afectar
a la ingestión de materia seca. En vacas de leche su adición consigue originar
un incrementó en el consumo de materia seca (según algunos autores no en la
proporción necesaria para mantener los porcentajes de grasa y proteína, que en
ocasiones aparecen reducidos) y en la producción de leche de entre un 10 y un
15%. Este efecto es más notable en las vacas que están en inicio de lactación,
porque al encontrarse en balance energético negativo los efectos beneficiosos
resultado del incremento de la digestibilidad de la fibra son mayores.
ÁCIDOS ORGÁNICOS
Los ácidos orgánicos se comercializan en forma de ácidos libres y como sales de sodio,
potasio o calcio. Éstas tienen la ventaja de ser generalmente inodoras y más fáciles
de manejar en el proceso de fabricación del pienso, como consecuencia de su forma
sólida y menos volátil. Son menos corrosivas y además, al ser más palatables, tienen
un menor efecto negativo sobre el consumo cuando se emplean en dosis elevadas.
Los ácidos orgánicos se revelan como sustancias seguras, ya que no abandonan
el tracto digestivo y por ello no pueden dejar residuos en los animales. Ciertos
ácidos orgánicos, como el aspártico, el málico o el fumárico, parecen inducir
cambios en el pH ruminal y la producción de metano y/o AGV de una forma
similar a los antibióticos ionóforos.
El aspártico, el fumárico y el málico favorecen la captación y utilización del ácido
láctico por Selenomonas ruminantium, lo que evita descensos acusados de pH.
Esta bacteria puede llegar a representar hasta la mitad total de las bacterias
viables en el rumen en animales que reciben raciones ricas en concentrados.
S.ruminantium metaboliza también estos ácidos hasta propiónico, por lo que
aumenta la proporción de este último. Además, los ácidos orgánicos pueden
actuar como aceptores finales de hidrógeno metabólico, reduciendo su disponibilidad para otras funciones metabólicas, particularmente la metanogénesis. La
disminución de la producción de metano , no sólo se traduce en menores pérdidas energéticas, sino en menos contaminación ambiental.
Aditivos
Ciertos ácidos
orgánicos parecen
inducir cambios
en el pH ruminal
y la producción
de metano y/
o AGV de una
forma similar a
los antibióticos
ionóforos
MICROORGANISMOS UTILIZADOS COMO PROBIÓTICOS
Microorganismos
Género
Especies
Hongos
Aspergillus
A.niger
A.oryzae**
Levaduras
Saccharomyces
S.cerevisiae**
S.boulardii
Bacterias lácticas
Sporolactobacillus*
S.inulinus
Bacterias no lácticas
Bacillus*
B.subtillis
B.coagulans
B.claussi
B.cereus
Bifidobacterium
B.licheniformis
B.bifidum
B.longum
B.thermophilus
B.infantis
B.adolescents
B.animalis
Enterococcus
E.faecali
E.faecium
Lactobacillus
L.acidophilus**
L.plantarum**
L.casei
L.rhamnosum
L.GG
L.delbraeckii bulgaricus
L.reuteri
L.fermentum
L.brevis
L.lactis
L.cellobiosus
Lactococcus
L.lactis
Leuconostoc
L.mesenteroides
Pediococcus
P.acidilactici
Propionibacterium*
P.freudenreichii
Streptococcus
S.thermophilus
S.lactis
S.cremoris
S.salivarius
S.intermedius
S.leuconostoc
*Bacterias esporuladas
**Microorganismos que a su vez son fuente de enzimas
Las celdas en color rosa corresponden a las especies más usadas en rumiantes
En definitiva, su incorporación a la dieta puede prevenir el desarrollo de acidosis y
según algunos estudios mejorar los índices de conversión e incrementar la ganancia
diaria de peso en terneros de cebo, especialmente durante el periodo de adaptación,
a su llegada al cebadero.
EXTRACTOS VEGETALES
Los extractos de plantas son metabolitos secundarios
entre los que se incluyen las saponinas, los taninos y
los aceites esenciales. Se incluirían dentro del grupo
de aditivos clasificado como “sustancias aromáticas y
saborizantes”.
Muchos de estos metabolitos tienen la capacidad
de modificar la actividad microbiana en el rumen,
originando un descenso de las bacterias Gram+ y de
los protozoos, y de reducir los niveles de amoníaco
en rumen.
INMUNIZACIÓN
El sistema se basa en la vacunación frente a grupos
bacterianos específicos del rumen, como S. bovis y
Lactobacillus, involucrados directamente en la producción de láctico. La administración del antígeno genera
anticuerpos que alcanzan el rumen mediante la saliva,
llegando a neutralizar dicha población bacteriana.
Tras la prohibición de los antibióticos ionóforos para
su uso en alimentación animal, los investigadores
tienen por delante el desarrollo de un interesante
trabajo. Según el camino que han emprendido distintas empresas del sector, parece que la solución
puede estar en la combinación de algunas de las
alternativas citadas previamente en este artículo.
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