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CUIDAR LA MEMORIA, UNA TAREA DIARIA
Respirar pausadamente, hacer juegos de palabras, comer y dormir bien
ayuda a guardar la información.
Mario Martínez sintió que estaba perdiendo la memoria por los años, o más
exactamente desde que se pensionó.
Sebastián Espinoza, 28 años, administrador y chef, considera que tiene mala
memoria para los nombres y fechas.
Y Santiago Peña, diseñador de 27 años, piensa que ha perdido capacidad mental
para memorizar cosas como nombres, lo cual –dice– no es conveniente para sus
negocios.
Los tres asistieron a un taller sobre entrenamiento mental y memoria para
solucionar esos problemas y dejar de pronunciar esas frases tan frecuentes como
“lo tengo en la punta de la lengua”, “dónde dejé las lleves, si las tenía en la mano”
o “me dio alzheimer”.
Después de tres días de información y ejercicios con la abogada Esperanza Ávila,
quien ha estudiado el tema del entrenamiento mental, se dieron cuenta que más
que un problema cerebral, o de edad, lo que tienen es falta de atención o
dispersión mental, sobre todo a la hora de aprender.
“Para estimular la memoria tenemos que fomentar la atención. Somos dispersos
por naturaleza y cada vez hay más información, más distractores y vivimos más de
afán, lo que no nos permite grabar la información que recibimos”, comenta Ávila.
Según la especialista, para fijar la información en nuestra memoria y luego poder
recuperarla cuando la necesitamos, es vital la respiración consciente. “Cuando
estamos acelerados respiramos de la misma forma. La respiración es un
instrumento para tranquilizarnos y poder estar atentos. Cuando se respira
conscientemente, el oxígeno entra bien y los neurotransmisores funcionan mejor.
Cuando respiramos de esta manera (con el cuerpo recto, inhalando y exhalando
despacio y profundo), nos estamos mirando y esto permite que la atención
perdure”.
Otro punto que resalta Ávila es que tenemos problemas de memoria porque no
sabemos cómo funcia esta. “Para alimentar la memoria se necesitan tres pasos.
La adquisición, estar presente, consciente cuando se está fijando un nuevo dato.
Esto es poner atención, no dispersarse mentalmente. La consolidación: una vez
entró la información, hay que hacer repasos y desechar lo que no vale la pena. Y
luego la recuperación: si ha hecho lo anterior, el dato llega”.
Esto de entrenar y preservar la memoria permite crear el capital cerebral o reserva
cognitiva, que es la capacidad del cerebro para utilizar vías alternas o dar
respuesta cuando se presenta un daño por envejecimiento o por accidente. “Es un
ahorro que tengo para que siga funcionando lo mejor posible”, dice Ávila.
Mantenerse hidratado ayuda más
Últimas investigaciones develan otras formas para ayudar a que nuestra memoria
se mantenga activa y ágil.
Según una revisión de estudios científicos, dirigida por la doctora Ana Adan, de la
Universidad de Barcelona (noreste de España), y publicada en Journal of the
American College of Nutrition,, mantener una hidratación adecuada es un factor
decisivo para memorizar y recordar, ya que perder más de un dos por ciento de
agua corporal basta para disminuir la capacidad de memoria a corto plazo.
Por muy leve que sea la deshidratación, implica un desequilibrio del medio interno
que puede repercutir negativamente en la capacidad cognitiva e interferir en la
correcta realización de actividades laborales o académicas que requieran la
utilización de habilidades mentales concretas, según esta psicóloga experta en
psicobiología.
Según la doctora Adán “los cambios en la cantidad de sales y electrolitos
corporales producidos por la deshidratación pueden alterar la actividad cerebral y
el correcto funcionamiento de diversos sistemas de neurotransmisión, que
intervienen en el procesamiento cognitivo favoreciendo la pérdida de
concentración y menor rendimiento”.
Disciplina para ejercitar el cerebro
Mantenerse aprendiendo, retar al cerebro, ser curiosos, dormir bien, alimentarse
sanamente, hacer ejercicio aeróbico (caminar, nadar, bailar, correr, montar en
bicicleta, etc.) por lo menos tres veces a la semana, no fumar, tener actividades
sociales, plantearse metas en la vida son actividades que ayudan a aumentar la
reserva cognitiva. Cuando se está recibiendo información y la mente se dispersa,
hay que hacerse comentarios mentales. “Es decirse a uno mismo y darse la orden
de concentrase y fijar la atención. „Me estoy distrayendo, enfócate‟, „estoy
guardando las llaves en el bolsillo derecho‟”.
Fuente: Esperanza Ávila.