Download juan carlos jaurena

soy lo que pienso
estoy donde amo
piensa. busca entendimiento a tu alrededor. busca algo que no exista y
que sin embargo te pertenezca. busca un rumbo. busca dejar de ser o
hazte para allá un poquito. busca y respira; porque no existes del todo, no
sin tu memoria, no sin la memoria del otro. siente. te aprieta el pensamiento como la ropa interior. te aprietas tú. hazte para allá para que no te duela
recordar. si la realidad fuese mujer, juan carlos jaurena sería ginecólogo.
él sabe muy bien que el espacio es un plano subtextual; una trampa para
verbos. en su trabajo siempre se reflejan –epistolarmente- condiciones
existenciales duras; simbologías anímicas, ironías y otras formas del
aliento humano cuando se enfrenta a a realidad, y pierde. él sabe cómo
darlas a nacer, cómo tratarlas, procesarlas y divertirse con ellas como si
fueran criaturas. lo son. como artista, él siempre ha sido un tenaz narrador
contextual y un experto domador de objetos. el tiempo y sus atmósferas,
las dimensiones de lo emocional y sus contextos, el ser y sus nombres, y
los espacios habitados son parte de su instigante imaginario creativo.
esta vez invierte la fórmula objeto-narración-objeto para buscarse en lo
contrario: un objeto domador de narraciones. narraciones tuyas. en su
ejercicio disposicional (y dispositivo), el querido autor hace un esfuerzo
por salvar al mundo (no el mundo), tu mundo. propone que te deshagas de
tus recuerdos en un ritual “cósico”. porque, convicto en el plano material,
el recuerdo se acurruca infeliz, y nos persigue –nos caza- por toda la vida.
no lo dejes, hazte para allá. confiando en que todo símbolo sucumbe a su
materialidad, el autor encuentra un modo de evacuar los estragos de la
memoria. “nada es bueno, nada es malo” connota la pieza de juan carlos;
pero ahí de ti si te quedas inmóvil frente a la memoria y cargas con tus
recuerdos para siempre... se disfrazan de ti, de cosa. de realidad. se
quedan para siempre en el inventario de tus posesiones. destrúyelos.
Luis Ramaggio.