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“JNuasdtaicmiáas.,
pero tampoco
nada menos”
A Trabajar
En el Aula
Lota 1960, la Huelga Larga del Carbón
Autor: Alexis Figueroa
Ilustraciones: Claudio Romo,
Ibi Díaz, Elisa Echeverría,
Vicente Plaza, Fabián Rivas y
Francisco Muñoz.
Nébula - Lom, 2014.
120 páginas.
Manuel Guerrero
A 30 años de que José Manuel Parada,
Santiago Nattino y Manuel Guerrero
fueran secuestrados y cruelmente
degollados por la Dirección de
Comunicaciones de Carabineros
de Chile, una vez más el
Colegio de Profesores rinde
homenaje a estos tres
valiosos hombres que
perdieron sus vidas por
creer y luchar por una
sociedad más justa
y democrática.
Lota, pequeña ciudad del
sur de Chile, nació a mediados del siglo XIX junto con la minería del carbón. Durante un siglo, en torno a sus
yacimientos se acumularon grandes
fortunas, creció una industria asociada y el ferrocarril. Hacia mediados del
siglo XX la demanda de carbón fósil
decae a favor del petróleo y la electricidad, lo que, junto a las relaciones de
explotación que sustentaron la extracción carbonífera, configuraron progresivamente un escenario de crisis que
golpeó duramente a los obreros y sus
familias.
Lota 1960 consiste en seis
historias entrelazadas que giran en
torno a la huelga que mantuvo paralizada la minería del carbón por 96
días y que se apagó con el terremoto
de 1960; una epopeya que terminó en
frustración y abandono, pero que dejó
en los hijos del carbón la huella de una
identidad rebelde, luchadora y orgullosa de la cultura del carbón.
Su formato es la novela gráfica, es decir, una obra literaria escrita
o adaptada para ser ilustrada en forma
similar a un cómic, pero que, a diferencia de este, se trata de una historia
completa (con principio, desarrollo y
final) en la que se desenvuelven todos
los personajes y argumentos, mante-
niendo el protagonismo de la imagen
en la construcción de la atmósfera y la
acción. Estas características lo hacen
muy atractivo para lectores adolescentes, por lo que lo recomendamos para
el trabajo con estudiantes desde séptimo básico en adelante.
El poeta y escritor Alexis
Figueroa hizo una investigación de la
memoria popular sobre la huelga, enfocándose en aquellas voces por lo general ausentes en la historiografía: los
niños y las mujeres. A partir de testimonios, Figueroa estructura una serie
de relatos –cada uno ilustrado por un
artista diferente– donde emergen los
recuerdos de personas de carne y hueso que, cincuenta años después, dan
cuenta de las huellas que dejó en ellos
la Huelga Larga del Carbón.
Así, las historias nos acercan a cómo veían los niños el trabajo
y la organización de sus padres, sus
condiciones de vida en esas grandes
familias de siete u ocho hermanos,
las ollas comunes o la preocupación
de los adultos. Por ejemplo, nos encontramos con el relato del viaje que
emprendieron miles de niños, hijos de
los obreros del carbón, desde Lota a
Santiago, donde fueron acogidos por
familias de trabajadores gráficos que
se hicieron cargo de su alimentación
y cuidado hasta el fin de la huelga. O
cómo fue vivida por una pequeña niña
la gran marcha de los mineros y sus
familias, desde Lota a Concepción.
El trasfondo de estos relatos es una reflexión sobre la memoria
y la trasmisión generacional de esta,
con sus sujetos, hitos y valores. ¿Qué
rol tiene cada uno de nosotros (niños,
adultos, viejos) en mantener esa cadena que nos da identidad y raigambre,
orgullo y dignidad?: “¿Para qué recordar? Los padres de los padres de
mis padres no sabían leer ni escribir,
pero recordaron. Los padres de mis
padres no sabían leer ni escribir, pero
recordaron. Hijos del carbón, de la
piedra. Sé leer. Y escribir. Y recuerdo.
Para mantener obstinada la memoria,
hay que recordar”.
El último de los relatos,
“Lota 2018”, cierra esta reflexión
proyectando una catástrofe en la que
el pueblo desaparece producto de un
accidente nuclear. Los kilómetros de
túneles subterráneos han sido usados
como basural de desechos radiactivos
que, tras una grave explosión, terminan con Lota y su gente. La ciudad es
cercada con enormes muros de concreto. Así mismo, el olvido, el abandono, forman zonas vedadas, pérdidas
irreparables de la memoria histórica,
que reflejan a su vez una catástrofe
social y cultural.
Por Equipo Revista Docencia