Download Objetivo: la mayor limpieza religiosa de la historia

Document related concepts

Estado islámico wikipedia , lookup

Guerra contra Estado Islámico wikipedia , lookup

Mosul wikipedia , lookup

Abu Bakr al wikipedia , lookup

Bajdida wikipedia , lookup

Transcript
PERSECUCIÓN RELIGIOSA
Objetivo: la mayor limpieza
religiosa de la historia
(Fernando de Haro) Va a ser la segunda entrega. Vamos a contar una auténtica limpieza
étnica. Este mes de enero el equipo que estamos rodando una serie de documentales
sobre cristianos perseguidos (con el patrocinio del Instituto CEU de Estudios Históricos
y la Fundación Ignacio Hernando de Larramendi) ponemos rumbo al Líbano. Desde allí
podremos ver y relatar uno de los éxodos más trágicos que se han producido en el
mundo durante los últimos años. Los seguidores de la cruz desde hace meses escapan
de Siria y de Iraq, muchas veces con lo puesto, para vivir como desplazados en el
Kurdistán, en Jordania o en el país de los cedros. Oriente Próximo se queda sin
cristianos. El cristianismo de todo el mundo pierde así la memoria viva de lo que
sucedió en sus orígenes. Y los países de mayoría islámica pierden una minoría decisiva
para construir una sociedad más plural, más democrática. En 2003, antes de la
intervención de los Estados Unidos, había en Iraq 1.600.000 de cristianos. Ahora ya
solo quedan 300.000. En poco tiempo pueden verse reducidos a 50.000. Hay ciudades
donde la cruz estaba presente desde los primeros siglos. En los últimos meses han
perdido a todos sus bautizados. Hace diez años un obispo greco-católico aseguraba
que el modelo de convivencia entre cristianos y musulmanes de Siria era modélico. La
situación, con algunos altibajos, se mantuvo estable hasta marzo de 2011 cuando
estallaron las protestas contra Bashar al Assad. Luego llegó la guerra civil. Y Siria ha
pasado de 1.750.000 cristianos a poco más de 400.000. El éxodo de bautizados
iraquíes, que se ha producido a lo largo de diez años, en el caso de Siria ha tenido lugar
en poco más de tres años.
La limpieza étnica comienza en 2004 y se ha acelerado con la rápida expansión del
autodenominado Estado Islámico (EI). El EI controla en estos momentos una
importante zona en Siria (las provincias de Raqqa y Deir al Zor, lo que incluye la ciudad
de Alepo) y otra en Iraq (región de Al Anbar y Nínive). El avance del EI y la fuerza del
yihadismo en estos dos países han sido provocados, en gran parte, por los errores de
Occidente, especialmente de «Estados Unidos». Las estrategias de nation-building
(construcción nacional) en Oriente Próximo se han diseñado en alejados despachos de
Washington sin escuchar a los cristianos de la zona y al islam popular, el
verdaderamente religioso.
No se atendió a los cristianos caldeos y asirios (iraquíes) y se invadió Iraq para
destituir a Sadam Husein. En ese momento comienza la tragedia. Estados Unidos
desmantela el Ejército y la Policía de Sadam. En pocos meses aparece en el país el
yihadismo internacional, hasta ese momento ausente. El islamismo ataca a los
cristianos que ya en 2004 se ven obligados a suspender un sínodo. Ese mismo año,
según estimaciones hechas por «Time», salen de Iraq entre 10.000 y 20.000
bautizados. Son miembros de una de las comunidades más. Ya en el siglo II la nueva fe
se había extendido por todo el territorio y sus misiones llegan hasta China. Fueron
cristianos iraquíes los que transmitieron la filosofía griega al mundo musulmán.
Los primeros movimientos migratorios conducen a los cristianos de Bagdad y de
Mosul (noroeste) hacia la diáspora exterior pero también hacia la llanura de Nínive
(norte) y hacía el kurdistán iraquí. No siempre la vida entre los kurdos, que tienen otra
lengua y otras tradiciones, les resulta fácil. Desde esas fechas hasta el pasado verano
los ataques a iglesias, asesinatos y secuestros se suceden sin que respondan a un plan
sistemático. Se trata de sembrar el terror entre los bautizados de forma
indiscriminada. El atentado más significativo es el que sufre la catedral de Bagdad el 31
de octubre de 2010. Mueren 45 fieles que asisten a misa. Es evidente que la debilidad y
el sectarismo de los sucesivos gobiernos del chiita Al Maliki (incapaz de integrar a la
minoría suní que se siente atraída por el yihadismo) no garantizan la mínima libertad
para los cristianos. La salida de las tropas estadounidenses en 2011 se produce cuando
el país está lejos de haber conseguido estabilidad. Todo cambia a peor en 2014. El EI
realiza importantes conquistas y la persecución se hace sistemática. Este grupo, que
surgió en 2004 como Al Qaeda de los Dos Ríos, tras varias mutaciones y después de
enfrentarse a la dirección de Al Qaeda, consigue crear un Estado dentro del Estado. Lo
logra por la inconsistencia del Ejército iraquí. A eso se suma la financiación del
wahabismo (rama del islam suní) de Arabia Saudí y de Qatar, la toma de pozos de
petróleo de los que obtiene importantes ingresos y un proyecto ideológico que habla
en nombre de la grandeza perdida del islam. El 10 de junio de 2014 fue un día negro en
la historia de Iraq. El EI toma Mosul, tercera ciudad del país. En 2003 había en la
localidad 60.000 cristianos, llevaban allí desde el siglo VII. Ahora no queda ninguno. Se
fueron marchando y a los 5.000 que vivían aún en sus calles el EI les hace imposible la
vida. Primero les dio un ultimátum: o se convertían, o pagaban el tradicional impuesto
exigido a los que no siguen a Mahoma o se marchaban. Luego no hubo elección: todos
fueron expulsados. La historia es conocida: la puerta de sus casas fueron marcadas
con la N árabe de Nazarenos. Sobre la sede del obispado de Mosul ondea hoy la
bandera del califato, su obispo no ha podido volver a entrar en la ciudad. Una vez
tomado Mosul, el EI avanza hacia la llanura de Nínive donde hasta ese momento vivían
100.000 cristianos. La mayoría de ellos huye a Erbil (Kurdistán) y el Líbano. En los
meses del pasado verano, sumando cristianos y musulmanes, un total de 500.000
personas abandonan sus hogares.
El Estado Islámico se aprovecha también de la crisis en Siria y compite en terror
sectario con Al Nusra, la facción yihadista que sigue fiel a la dirección de Al Qaeda. La
oposición que combate contra Bashar el Asad y que Occidente apoya sufre una
importante mutación a lo largo de 2012. En esos meses el yihadismo le quita el
protagonismo al Ejército Libre de Siria (oposición) y pone entre sus objetivos a los
cristianos. Buen ejemplo es lo que sucede en la batalla encarnizada que se libra por el
control de la ciudad de Homs (en el centro del país). De las 800 familias que vivían en
sus calles al inicio de año no queda ni una. Todas las iglesias son arrasadas. En
Damasco (sur) y en Alepo (norte) la historia es similar aunque los rebeldes no
consiguen eliminar del todo a los seguidores de la cruz. Hasta que Bashar el Asad no
retoma casi por completo el control de la capital (finales de 2014) los secuestros de
bautizados para obtener fondos y los ataques con coche bomba son frecuentes. En
Alepo la situación no se ha estabilizado. Un 65 por ciento de sus cristianos ya se ha
marchado.
Lo sucedido en Malula, al norte de Damasco, es también paradigmático para
comprender el cambio de Siria. En este pueblo, de mayoría cristiana, todavía se
hablaba la lengua de Jesús, el arameo. En septiembre de 2013 sufre el ataque conjunto
del EI y de Al Nusra. Sus 5.000 habitantes abandonan sus hogares y todas las iglesias
son profanadas. Ante este cuadro de limpieza étnica, los bombardeos primero de
Estados Unidos y más tarde de la coalición internacional constituyen una respuesta
insuficiente. Estados Unidos ataca ahora a la oposición siria que en su momento
apoyó. El Estado Islámico que reproduce y aumenta la guerra de siempre en Oriente
Próximo (sunníes contra chiítas, chiítas contra suníes) exige una respuesta más
contundente. La guerra contra el EI no se puede ganar si no se secan sus fuentes de
financiación. Mientras no se corte el grifo de los ingresos que obtiene a través de la
venta de petróleo y las donaciones privadas que le llegan de Qatar y Arabia Saudí esta
forma de wahabismo violento no podrá ser detenida.
Los frentes para responder a la eliminación sistemática de cristianos de Iraq y Siria son
varios. A medida que el Ejército sirio y el Ejército iraquí recuperen ciudades y regiones
tomadas por el yihadismo es necesario que los cristianos vuelvan a sus casas. No se
puede dar por bueno el status quo creado por la violencia. De igual modo es necesario
que los dos países desarrollen un proyecto político estable. Y en tercer lugar es
necesario que el islam verdaderamente religioso, como ha dicho el papa Francisco, sea
más contundente en la condena del EI. Los pronunciamientos de la mezquita de Al
Azhar (referente de los suníes) y la carta de 120 ulemas que critican sus pretensiones
pero no suficientes. El mundo no puede aceptar esa limpieza étnica.
Publicado en La Razón