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Un estudio diacrónico sobre la negación asimétrica en las oraciones que
incluyen cuantificadores
Ksenia Lamina
Universidad Estatal de San Petersburgo
El estudio diacrónico de las oraciones negativas en español, realizado sobre la base de
un amplio material idiomático de los ss. XII–XX, ha demostrado que en determinadas y más
o menos previsibles circunstancias del contexto lingüístico la estructura de estas oraciones
entra en contradicción con su contenido significativo. La negación que aparece en tales casos
puede llamarse asimétrica, porque la partícula preverbal “no” no afecta lógicamente al verbo
predicativo, sino a algún otro elemento oracional. De este modo, una negación
semánticamente parcial adopta la forma de negación general: En el entierro no lloramos
mucho (Justina, 104); ...no vive más el leal / de lo que quiere el traidor (Tirso, 376).
La negación asimétrica en las oraciones de este tipo es una de las particularidades más
antiguas de la sintaxis española; es un fenómeno que confirma, una vez más, la teoría del
dualismo asimétrico del signo lingüístico.
La atracción de la negación por el verbo, común a todas las lenguas románicas, se
debe a un conjunto de causas y tendencias generales, unas heredadas del antiguo estado
indoeuropeo y otras más recientes, características de la época de la transición del latín al
romance. Entre estas últimas podemos señalar el desplazamiento del verbo desde su posición
final en la frase latina a la inicial o cercana al comienzo en la frase románica; la disminución
de la autonomía de la palabra en las lenguas románicas en comparación con el latín (debido a
la pérdida de la flexión casual) y, finalmente, la cohesión creciente de los grupos sintácticos
(sintagma verbal y sintagma nominal), unidos por estrechas relaciones semánticas y formales.
El influjo de estas poderosas tendencias ha contribuido a la fijación del término negativo ante
el verbo, quedando en un segundo plano sus complementos al perder estos últimos su
partícula negativa. La colocación de la negación ante el verbo como núcleo semántico y
estructural de la oración ha supuesto el aumento cuantitativo de las oraciones formalmente
negativas generales, en menoscabo de las oraciones negativas parciales.
Subdividimos las oraciones de negación asimétrica en tres grupos:
I. Oraciones que incluyen los cuantificadores todo, siempre, mucho, poco, más, menos
y otros.
II. Oraciones con las conjunciones adversativas sino, mas y salvo.
III. Oraciones que no tienen indicadores léxicos ni gramaticales determinados y se
caracterizan por la ausencia de cuantificadores y conjunciones adversativas.
En el presente estudio nos limitaremos a investigar la negación asimétrica del I grupo,
omitiendo el cuantificador todo, cuyo funcionamiento fue estudiado en una publicación
anterior1.
En el grupo integrado por mucho, poco, más, menos, muy, tanto, mayor, menor, sólo,
siempre, solamente, harto, demasiado y totalmente se incluyen también varias palabras
1
Xenia V. Lamina, “Sobre la asimetría de la forma y el contenido de las oraciones negativas en
español”, en Linguistique générale et linguistique romane. Histoire de la grammaire. Actes du XVIIe Congrès
international de linguistique et philologie romanes (Aix-en-Provence, 29 août–3 septembre 1983). Vol. Nº 1.
Marseille, 1986, pp. 243–248.
calificativas (el adverbio así, el pronombre tal, los comparativos mejor y peor), que en sus
relaciones con la negación asimétrica revelan tendencias parecidas.
Conviene señalar que la negación que dentro de una oración coincide con un
cuantificador o con una palabra calificativa no ha de ser necesariamente asimétrica, ya que
puede afectar tanto a estas últimas, como al núcleo predicativo. Si la negación semántica
recae sobre el cuantificador, pueden darse dos estructuras formales: 1) La partícula negativa
precede al verbo y 2) La partícula negativa se coloca ante el cuantificador. De acuerdo con lo
dicho repartimos nuestro material en tres grupos:
1) Oraciones en que la negación es general lógica y formalmente.
Según hemos observado, la aparición del término negativo preverbal no lleva,
automáticamente, a que la negación sea asimétrica, ni a que la acción verbal se presente al
entendimiento como afirmativa. A pesar de la presencia del cuantificador, la negación puede
recaer sobre el predicado: ... muchos que cayeron non podieron levantarse (Anemur, 347).
La negación no afecta al cuantificador que depende inmediatamente del infinitivo y no
del verbo finito: Non pudo mucho durar la amistad entre ellos (Victorial, 25). Tampoco le
afecta la negación preverbal de la proposición subordinada, que se neutraliza por la negación
explícita o la oración principal: ...no era tan señalado en ninguna destas cosas que no
hubiese muchos que pudiesen llevalle en todas ellas gran ventaja (Cortesano, 197). Este es
uno de los pocos casos en que en español tiene cabida la regla del latín clásico duplex negatio
affirmat.
La negación pertenece al verbo que, junto con el cuantificador, forma una locución
fija, cuya unidad semántica no permite relacionar la negación sólo con el cuantificador:
Quando el rey don Fernando oyo que don Aluar Perez era muerto, et ouo y mostrado gran
pesar, et non teniendo en poco la mengua que don Aluar Perez fazia en la frontera /.../ salio
luego muy apresuradamiente de Burgos (PCG, 739).
Hemos encontrado en español antiguo algunos casos interesantes en que el
cuantificador aparece separado del verbo con que más tarde ha de formar una palabra
compuesta: Por essa serraniella menos non se preciaba (Berceo, Soria, 51d) (esp.ant. menos
preciar > esp.mod. menospreciar).
2) Oraciones con negación preverbal (formalmente general) que afecta
al cuantificador y semánticamente es parcial.
El alcance de la negación se conoce gracias a diferentes procedimientos que permiten
poner de relieve el elemento negado, concentrando en él la fuerza de la negación.
Entre estos procedimientos figuran: a) La anteposición del elemento que normalmente
se pospone al verbo: ... commo quier que muchos non eran (PCG, 743) (muchos es la parte
nominal del predicado, que suele posponerse a su cópula: non eran muchos); b) La oposición
de dos elementos análogos, uno de los cuales es el cuantificador: ... no eran muchos, pero
tan escogidos (Clavijo, 513); c) La frecuente correlación del cuantificador tanto con el
adverbio cuanto, que los convierte a ambos en palabras correlativas: ... la bondad de las
cosas no consiste tanto en la sustancia de ellas cuanto en menudencias de ornatos y atavíos
(Justina, 332); d) El paralelismo entre las oraciones vecinas, que sirve para recalcar los
cuantificadores tanto en las oraciones afirmativas, como en las negativas: Marido. – Vm. los
despedirá, o yo podré poco. Mujer. – No podrá Vm. mucho, y crea ésta a quien la sabe de
buena tinta (Clavijo, 498). El paralelismo enfatizador, siendo tan usual, se presta fácilmente a
juegos estilísticos: Aunque forastero, no soy tonto; y si lo soy, no lo soy tanto que tenga tales
tragaderas (Diario de las Musas, 633).
La negación asimétrica se realiza también en ausencia de los procedimientos arriba
mencionados, aunque el valor afirmativo del predicado queda bien patente:
...y ellos no lo
sintieron menos (Cabeza de Vaca, 412); ...no me costó muy caro (Justina, 354); ...no
merecemos menos su atención (Mercadal, 466).
Como demuestra la evolución histórica del español, el uso frecuente de la negación
asimétrica produjo la aparición de locuciones estereotipadas del tipo no tardó mucho que...
(Amadís, passim; Díaz del Castillo); no ha muchos días (Cortesano, 55, 221); no ser (estar)
muy lejos (Díaz del Castillo); no ha mucho que... (Zamacola, 652).
En los ejemplos citados, la construcción “no + verbo” ocupa el primer lugar de la
oración y el cuantificador le sigue. La posposición del cuantificador, normativa en tales
oraciones, se hace obligatoria al asociarse con términos de comparación: ... non sofrya mas
golpes que si fues (el) vna penna (PFnGz, 512); ...non valian guarniçiones mas que otros
vestidos (Lalix, 1986); ... non fuer assi como ellos cuedaron (PCG, 562); ... los fijos /... / non
los amara tanto como deuie (Castigos, 124).
Una particularidad presente ya en el español desde los primeros momentos de su
formación, consiste en dar una forma negativa a las ideas que podrían expresarse
afirmativamente. Esto se percibe claramente, sobre todo, en las oraciones cuyos
cuantificadores aparecen acompañados en la frase por sus correspondientes antónimos:
mucho / poco; más / menos. La oración negativa con uno de estos cuantificadores equivale a
una oración afirmativa con su antónimo. El primer caso de negación asimétrica de este tipo lo
encontramos ya en el “Cantar de Mío Cid”: Dentro en Valençia non es poco el miedo
(v.1097) = el miedo es mucho (grande); Do non te quieren mucho non vayas a menudo
(LBAmor, II, 172) = Do poco te quieren non vayas a menudo. La expresión negativa sirve
para evitar una afirmación categórica y puede interpretarse como un procedimiento estilístico
especial.
En muchos casos observamos la negación asimétrica cuando la noción verbal entra en
estrecha unión con su complemento cuantificador dentro del sintagma verbal. Estas oraciones
pueden interpretarse de dos modos: 1) como oraciones donde la negación afecta sólo al
cuantificador y 2) como oraciones en que la negación afecta al grupo “verbo + cuantificador”.
En el último caso, la negación recae sobre el verbo, pero no como un verbo aislado, sino en
relación con su medida, gradación o intensidad.
Para ilustrar la segunda de las interpretaciones posibles citaremos las locuciones fijas
que aparecen con bastante frecuencia:
a) No tardar mucho (más), que en los textos de los ss. XIV–XV significa,
habitualmente, pronto: Al gigante fueron las nuevas y no tardó mucho, que luego salió en un
caballo (Amadís, 117); La doncella entró por el camino y no tardó mucho que vieron en la
ribera las tiendas (ibid., 86); E non tardó mucho quela dicha galeota fuese desfecha
(Tamorlán, 65).
b) No andar mucho (tanto): ...mas non andó mucho cuando començó a pensar una
grant trayción (Ottas, 426); ... y no anduvieron mucho que encontraron con Uganda la
Desconocida (Amadís, 114); ... el palafrén de Galaor no andaba tanto, porque llavaba a él y
a su escudero (ibid., 214).
c) No durar mucho (tanto): Es verdad que esta exactitud no duró mucho (Clavijo,
506).
d) No ser así: Ella quando lo uio, fizo les semeiante quel plazie con ellos, como quier
que no era assi (PCG, 33).
La atracción de la negación asimétrica al verbo en los ejemplos citados es el resultado
de una estrecha cohesión semántica y gramatical que se produce dentro del sintagma
predicativo.
3) Oraciones en que la negación afecta al cuantificador y se le
antepone.
El cuantificador conserva su negación cuando:
a) Se relaciona con el verbo finito a través de una serie más o menos larga de
elementos oracionales. Se entiende que separar la negación del cuantificador en este caso y
anteponerla al verbo sería difícil, sino imposible: Et desque estos todos sus fijos, que y
estauan, derredor de sy vio, et todos sus ricos omnes con ellos, et la reyna su muger çerca de
sy muy triste et muy quebrantada, et non menos todos quantos otros y estauan, /.../ fizo
açercar a si don Alfonso su fijo (PCG, 772).
b) Es parte de un giro circunstancial separado por comas del resto de la oración: ... lo
mataron a traición, no muy lexos de tierra de Roma (ibid., 163);
c) Hace función de elemento análogo: Avien los companneros grant rencura, non
poca (Berceo, SDomingo, 293d); Lloré la muerte de mamá algo, no mucho (Justina, 109).
d) Forma parte de estructuras comparativas: ... había hecho mención dél, honrándole
no menos que a los otros (Cortesano, 234); Hero somos y Leandro, / no menos necios que
ilustres (Góngora, 106);
e) Tiene palabras correlativas no tanto – como (cuemo), no tanto – cuanto, no tan –
como: ... les quiero contar muy de espacio, no tanto lo que vi en León cuanto el modo con
que lo vi (Justina, 277).
En las oraciones del tercer grupo observamos un fenómeno que ya hemos visto al
analizar el material del segundo grupo, es decir, una tendencia muy acusada a usar la
negación cuando la misma idea podría expresarse con una forma positiva: ...con no poco
gusto de Sancho (DQ I–31) = con mucho gusto de Sancho; con no poco trabajo (DQ I–35) =
con mucho trabajo; Parósele delante una forma non poca (Berceo, SDomingo, 681c) = una
forma grande; ...no poco se holgó nuestro capitán y todos nosotros (Díaz del Castillo, 334) =
mucho se holgó.
Para determinar cuán fuerte es en español la tendencia a generar oraciones de
negación asimétrica, hemos hecho una comparación cuantitativa de todas las oraciones que
incluyen negación y cuantificadores.
Los resultados de esta comparación confirman una tendencia antigua y muy arraigada
a anteponer la negación al verbo predicativo. A lo largo de los siglos este uso poco a poco va
perdiendo terreno: las oraciones de negación asimétrica en los textos estudiados nos han
proporcionado los datos siguientes: en el siglo XII constituyen el 100%, en el s. XII – un
78%, en el s. XIV – un 77%, en el s. XV – 86,5%, en el s. XVI – un 84,3%, en el s. XVII – un
47,2%, en el s. XVIII – un 76,2%, en los ss. XIX–XX – un 58%.
En su conjunto, la situación de la negación asimétrica en español resulta bastante
estable – un 68,6% en los textos de los ss. XII–XX.
Los textos modernos (ss. XIX–XX) han demostrado que esta tendencia antigua se ha
ido reduciendo progresivamente, ya que un 42% de las oraciones llevan la negación
antepuesta al cuantificador, lo cual prueba que en la historia del español se va
abriendo camino la tendencia a crear una estructura lógica de la oración.
Cabe señalar también que la tendencia a generar negación asimétrica es selectiva:
diferentes cuantificadores pierden en diferente grado la negación que les pertenece (mucho –
90%, más – 86%, tanto – 73%, tan – 78%, así – 91%, siempre – 56,2%, menos – 54,5%, muy
– 51%, poco – 40%).
Ya a partir del s. XIII las oraciones de negación asimétrica ofrecen una larga lista de
cuantificadores, y en este sentido los textos modernos no se diferencian de los antiguos.
Mención aparte merecen los textos del siglo XIV, en que este empleo se da poco.
Para concluir, podemos decir que en la historia del español se observan dos tendencias
encontradas – anteponer la negación al verbo o al cuantificador. Ahondando más en este
tema, hemos tratado de determinar los factores que facilitan la realización de una o de otra
tendencia, centrando nuestra atención en el lugar que ocupan “no + verbo” y “no +
cuantificador” dentro de la oración (posición inicial / no inicial).
El análisis del orden de las palabras nos permite extraer las conclusiones siguientes:
1) En las oraciones de negación asimétrica el grupo “no + verbo” suele ocupar el
primer lugar de la oración (un 97,3% de los casos analizados) y el cuantificador que ha
perdido su negación se coloca detrás del verbo (sólo un 2,7% de las oraciones tiene el
cuantificador antepuesto a la construcción “no + verbo”.
2) Cuando el cuantificador conserva su negación (que es simétrica en este caso), el
grupo “no + cuantificador” ocupa la posición inicial en un 32,9% de las oraciones estudiadas
(Cps. este dato con el 2,7% de ocasiones en que aparece en posición inicial, cuando la
negación es asimétrica).
Estas observaciones significan que el orden de las palabras en la oración depende de
la fuerza con que la negación se atrae al verbo finito. Si el verbo, por causas diversas, no
puede atraer la negación que pertenece semánticamente al cuantificador, ésta precede al
cuantificador.
Una ley de alcance más general sería aquélla en que, independientemente de la fuerza
con que la negación se atrae al verbo, la construcción negativa (sea “no + verbo”, sea “no +
cuantificador”) tiende a aparecer encabezando el inicio de la oración.
Esto quiere decir que en la historia de la lengua española sigue viva la antigua
tendencia indoeuropea a encabezar la oración con un elemento negativo 2.
2
Delbrück B. Vergleichende Syntax der indogermanischen Sprachen, Theil II, Straßburg, 1897, S. 522;
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