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INTRODUCCIÓN:
“Dondequiera y en todo lugar, a toda hora y
en todo tiempo, los hermanos y las hermanas crean
sincera y humildemente, y tengan en el corazón, y
amén, honren y sirvan, alaben, bendigan y glorifiquen
al Altísimo y sumo Dios eterno, Padre, Hijo y Espíritu
Santo. Adórenle con corazón puro, porque es
necesario orar de continuo y sin desfallecer”
Mujer profundamente creyente hacía de la fe la luz de
sus pasos. Su autenticidad la lleva a comprender, que aun lo más
efímero está para amar, sufrir y alabar a Dios y en ello encontró
su felicidad…su oración era lo prioritario en ella…y no sólo oraba,
daba razón de su oración…con su testimonio que interpelaba a
otras y las hacía entrar en lo profundo de su ser.” (Rasgos p. 47)
(Regla y Vida TOR cap.3, Nº 9)
Este cuadernito quiere ser una ayuda para
mantener viva la fe y el espíritu de oración al estilo de María
Ana, Clara, Francisco… y hemos optado por un lenguaje
adaptado a nuestra realidad para que todas y todos
podamos sentirnos en sintonía con nuestros testigos de la
Fe. Ellos son ejemplo vivo de oración. Su forma de expresar
la plegaria, ayudará, sin duda a elevar nuestro corazón a
Dios con la misma confianza y certeza que ellos lo hacían:
Dame mi Dios, un corazón puro y limpio.
Acompañado de aquella recta intención, sin la cual no hay
verdadera virtud.
Señor, me enseñaste a a creer bien, enséñame
también a obrar bien.
Dirigidme, Señor, por el verdadero camino de tu
Santa ley y enséñame a practicar la verdadera virtud.
Siempre tendré fijos mis ojos en el Señor. Vos sos
mi Dios y en todo cuanto haga atenderé siempre a tu gloria.
Dame, Señor a conocer mi último fin, para que en
adelante trabaje por él mejor que lo hice hasta ahora.
Tuya soy, Dios mío, por tantos títulos y motivos; y
no quiero vivir para otro sino para Vos.
Perfecciona, Señor, asegura los pasos que
comencé a dar en el camino de tu servicio, de tal manera
que ninguna cosa de este mundo sea capaz de hacerme
volver pies atrás.
B. María Ana
Santa Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo; yo te
adoro, reverencio, alabo y amo con toda mi alma, te doy
infinitas gracias por tu ser inmutable y perfecciones infinitas
Te doy gracias porque me creaste de la nada y por
otros beneficios que me diste, singularmente porque me
redimiste, sufriste y conservaste hasta la hora presente.
Te suplico, oh, gran Dios, no permitas que te
ofenda en toda mi vida, especialmente en este
día:…procuraré ser agradable con todos, humilde, casta,
paciente, caritativa, resignada como Vos.
Te ofrezco en honra y veneración de tu unidad en
esencia y trinidad en personas, todo cuanto haré, diré y
pensaré: de manera que es mi voluntad que ni una sola de
mis operaciones queden en el ser natural e indiferente,
porque, no sólo en cada respiración, renovar mis propósitos
y ofrecimientos, sino también, hacer con el deseo cuanto
bien te sea agradable en la tierra y en el cielo.
Todo, Señor, lo dirijo a tu mayor gloria y salvación
de las almas. Amén
Recibí, Señor, mi libertad toda entera, dígnate a
acertar mi memoria, mi entendimiento y mi voluntad. Ya
nada tengo que no sea un don de tu liberalidad: Todo te lo
devuelvo y lo abandono sin reserva a tu voluntad, a fin de
que dispongas de ello a tu agrado.
La única cosa que te suplico me otorgues, junto
con tu gracia, verdadero amor hacia Vos. Si esto me das ya
soy bastante rica y nada más te pido.
Bien sabes, Señor y Dios mío de qué materia me
formaste; no soy nada, ni puedo nada,; esto es, cosa buena
de mi misma; de Vos, sí, de Vos proviene todo bien. Ya que
enviaste, oh, gran Dios a tu Hijo para que iluminase a los
que estaban en tinieblas y descansaban a la sombra de la
muerte ¡Yo, soy esta!
Hazme conocer con claridad que veré en mi juicio
todas mis culpas, para que, confesándolas y llorándolas,
merezcan de Vos el perdón por los méritos de nuestro Señor
Jesucristo. Amén
Oh Corazón Divino de Jesús todo abrasado en mi
amor!...Acá, estoy, pequeña criatura que tan ingrata
respondió a tu amor. Arrepentida de mi ingratitud, olvido,
tibieza en tu servicio, llego hasta Vos.
¡Oh Corazón Dulcísimo! ¡Trono de toda piedad!... y
penetrado mi corazón de dolor, imploro humildemente el
perdón.
Mas, para merecer, oh corazón amabilísimo! Tu
amor, deseo y protesto ser siempre toda tuya. Te consagro
mis sentimientos, mis potencias, mi alma, mi vida, mis
acciones, mis trabajos y cuanto yo haga; hasta la última
respiración de mi vida.
Deseo, dulcísimo Jesús mío, llegar a ser una
víctima consagrada a tu amor y estar unida con todas
aquellas almas fervorosas que viven unidad y consagradas a
tu Divino Corazón.
Corazón inocentísimo…se ya siempre centro de mi
corazón y mi vida. Y mi dulce amor por quien vivo y por
quien muero.
Ven y lléname acá de tu gracia y en la otra vida de
gloria. Amén
Padre nuestro que estás en los cielos.
¡Qué dicha es la mía por tener al rey de reyes, que
habita en los cielos…! ¡Y qué contento el saber, que, con su
ayuda y gracia, podré ir a verle allá algún día…!
Santificado sea tu nombre. Todo nuestro
aprovechamiento y perfección consiste en hacer bien hechas
las cosas particulares, ordinarias y cotidianas.
Santo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
El Señor las dé su bendición y las guarde, las
muestre su rostro y tenga de ustedes y de mí misericordia.
Convierta su rostro y las dé la paz, a ustedes
hermanas e hijas mías y a todas las que han de venir y
permanecer en nuestro Instituto y compañía, así presentes
como futuras y que hasta el fin perseveren en todas las
casas o monasterios de las hermanas terciarias bajo la
advocación de la Divina Pastora. Amén
(Inspirada en la Bendición de Santa Clara)
Altísimo Dios de infinita Majestad, yo aunque
pequeña y débil, me comprometo delante de tu Divina
Presencia, que es mi voluntad, ahora y para siempre,
cumplir todo aquello a que estoy y estaré obligada. Así, ante
vos, te adoro, confieso y reconozco por Dios y Señor
universal mío y de todas las criaturas.
Acto de fe
Creo en Dios Padre; creo en Dios Hijo; creo en
Dios Espíritu Santo; tres personas distintas y un solo Dios
verdadero…Creo en la segunda persona de la Santísima
Trinidad, que es el Hijo, se encarnó, padeció y murió para
salvar a nosotros pecadores. También creo todo lo que la
Iglesia Santa propone como revelado por Dios que es
infalible verdad, no puede engañarse ni engañarnos, y con
esta Santa Fe, quiero vivir y morir.
Acto de Esperanza
Creo en Dios; espero en Dios y espero por su
poder infinito, y por los méritos de su Hijo que perdonará
todos mis pecados y me dará la bienaventuranza que me
tiene prometida y los medios para alcanzarla.
Acto de Caridad
Creo en Dios, espero en Dios; amo a Dios por ser
El quien es, y por su bondad infinita, me pesa de haberle
ofendido. Amo a Dios, por ser el es quien es, con todo mi
corazón, con toda mi alma y quisiera amarle con aquel amor
con que espero amarle en la eterna bienaventuranza. Amén
Señora mía, si vos rogás por mí, yo me salvaré,
porque con tus súplicas alcanzas todo lo que quieres. Ruega,
por mí, oh gran Madre de Dios, ya que tu hijo te escucha y
te concede todo lo que le pedís. Es verdad que yo no soy
digna de tu protección, pero vos nunca abandonaste al que
recurrió a vos. Oh, María, a vos entrego mi alma, vos la
salvarás. Alcánzame la perseverancia en la Divina Gracia y
el amor para con tu Hijo y para con vos.
Te amo Reina mía y confío amarte siempre,
ámame también vos, recíbeme bajo tu manto y tenme
piedad de mí. Hazlo, te lo pido, por el amor con que amas a
tu Hijo. Mira la confianza que tengo en tu misericordia y no
dejes de ayudarme en todas mis necesidades. Ya que vos no
dejarás de socorrerme siempre que me encomiende a vos;
mas esta gracia también me alcanzarás, que siempre acuda
a vos en todas mis tentaciones y peligros de perder a Dios.
Asísteme especialmente en la hora de mi muerte y
haz que yo espire pronunciando tu nombre y el de tu Hijo
diciendo: Jesús y María a ustedes encomiendo el alma
mía. Amén
Eterno Padre, tu Hijo nos prometió que Vos nos
darías todas aquellas gracias que pedimos en tu nombre,
confiando en esta promesa, yo, en nombre de tu Hijo y por
sus méritos, te pido las siguientes gracias, las cuales intento
pedirte, no solo para mí sino también para todos las
personas.
Te pido primeramente el perdón de todas las
ofensas que hice de las cuales me arrepiento de todo
corazón, sobre todo mal, por haber despreciado tu infinita
bondad y propongo antes morir mil veces que volver a
ofenderte.
Te pido en segundo lugar tu divina luz que me
haga conocer la vanidad de los bienes de este mundo y la
grandeza del bien infinito que sos vos.
Te pido en tercer lugar tu santo amor, el cual me
despegue de todas las criaturas y especialmente de mi
misma para no amor otra cosa que a Vos y a tu Santísima
voluntad: enciende, Dios mío, en mi corazón el fuego de tu
amor.
Te pido en cuarto lugar que me des la confianza en
los méritos de Jesucristo y en el patrocinio de María,
Te pido por último la santa perseverancia en tu
gracia.
Señor, Vos sabés mi debilidad y cuántas veces te
fallé. Si vos no me socorrés siempre con tu ayuda yo volveré
a perder tu gracias. Dios mío, no permitas que yo me separe
de Vos. Propongo recurrir a Vos en todas mis tentaciones y
necesidades. Estoy segura que siempre que me encomiende
a Vos, me atenderás, pero esto es lo que yo temo.
Padre eterno, por el amor que tienes a Jesucristo,
concédeme la gracia de orar, esto es, de pedirte siempre
que me des tu ayuda clamando siempre: Dios mío ayúdame,
Jesús mío misericordia.
María, Madre mía socórreme. A vos me vuelvo en
fin; oh abogada, esperanza mía, vos alcanzás de Dios todo
lo que le pedís, por el amor que tienes a Jesucristo,
alcánzame lo que te pido, la santa perseverancia y la gracia
de encomendarme siempre a vos y a tu Hijo Jesús. Así sea.
Indiferentemente quiero de tu mano, Jesús mío, lo
dulce que lo amargo. Lo alegre que lo triste, ¿si de la mano
de Dios recibimos los bienes, por qué no hemos de recibir
los males?
Dios mío, qué misericordia y qué bondad la de
haberme sufrido tanto tiempo, qué sensible impresión hace
en mí tu paciencia…no te canses Señor, de esperarme y de
asistirme con tu gracia.
Bendito eres, Señor, sólo deseo que me des a
entender tu voluntad y te suplico me concedas gracias para
obedecerla.
¿Quién soy yo, mi Dios para sentir los desprecios
cuando vos así fuiste despreciado?
Dios, mío, yo me escandalizo del menor agravio Y vos
estás silencioso y mudo en toas desprecios?
OH suma bondad que merece ser amada con infinito
amor de infinitos amadores, si los hubiera. ¡Oh si llegase el
día en que te vea claramente para sumamente amarte!
Porque no es posible verte sin poseerte de amor.
Querido de mi corazón, todo eres amable para mi,
porque es tuyo cuanto hay en Vos! ¡Oh si también fuese
para Vos todo cuanto hay en mi!.
Corazón de Jesús. Vos me buscaste cuando yo huía de
Vos; ¿Te alejarás de mi ahora que te busco?
Amor del Corazón de Jesús, que siempre ardes y
jamás te apagas, abrasa mi corazón.
Corazón de Jesús, fortaleza de los débiles, revestidme
de tu poder.
Encontré el Corazón de mi Rey, de mi Hermano, de mi
dulce amigo Jesús. ¿Qué más puedo apetecer en el cielo ni
buscar en la tierra?
Jesús, ¡Quien me diera entrar en el interior de tu
Corazón!
¡Qué daré yo al Señor por el amor que me muestra en
la Eucaristía!
Dame a gustar, Corazón de Jesús la dulzura de
sacrificar a tu amor mis inclinaciones.
Divino Corazón de Jesús, ten compasión de nosotros.
Mírame, Señor, con ojos de misericordia, consume con
tu vista mis aficciones terrenas y levántame a desear las
cosas celestiales.
Señor, no podré amarte ni servirte; si no me abrazo,
si no me desposo con tu cruz, si no me niego por amarte a
Vos solo.
Corazón amante de mi Dios querido! Que no cese de
amarte ni un instante.
¡Virgen Santa, dulce y tierna Madre, Patrona de
esta Familia. Que por un favor especial tuviste a bien
recogernos para hijas tuyas. Acá estamos humildemente de
rodillas para renovar nuestros homenajes y la promesa de
obedecerte en todo.
Madre amantísima, te veneramos, te bendecimos y
nos entregamos, después de Jesús, tu Santísimo Hijo, a tu
santo servicio, deseando servirte, amarte e imitarte en todas
tus virtudes.
Mira compasiva cuidadosa a tu rebaño, no apartes
de él tu maternal mirada, atrae a las ovejas de tu redil que
están enfermas y débiles…cúralas, ¡Madre mía! Y guíalas y
condúcelas a las saludables praderas de la devoción y del
fervor; aliméntalas con esos pastos tan saludables y aguas
confortantes que Vos sabes dar a las ovejas dóciles al silbido
de tu voz.
Enséñanos, ¡Madre mía!, a amar a Dios, a Vos y a
nuestros semejantes por Vos; a fin de que te agrademos en
todo y sepamos cumplir su divina voluntad. Bendice, ¡Madre
mía! a tu rebaño, haz que se robustezca en toda clase de
virtudes y que crezca, aumente y se multiplique delante de
Dios y de los hombres, para gloria del Todopoderoso y
salvación de las almas; alcánzale esta gracias particular que
tanto anhela.
A fin de que Dios bendiga nuestros deseos, votos y
peticiones; recíbelas vos bajo tu protección, Madre
bondadosa, y dígnate ofrecerlas a tu Divino Hijo Jesús, a
quien pedimos la gracia de participar en la bondad y méritos
de tus obras y tengamos la dicha de amarte y alabarte por
los siglos de los siglos. Amén
Adoro, Jesús mío, la llaga de tu mano derecha
juntamente con el coro de los serafines y te pido me concedas
el divino amor con todo fervor, como te aman los serafines.
Amén
Padre Nuestro y Ave María
Adoro, Jesús, mío, la llaga de mano izquierda
juntamente con el coro de los serafines y te pido me concedas
la sabiduría a fin de poderte conocer y amar como te
conocen los querubines. Amén
Padre Nuestro y Ave María
Adoro, Jesús mío, la llaga de tu pie derecho
juntamente con el coro de los Tronos y te suplico me
concedas la paz y tranquilidad interior, afin de que mi
corazón sea verdadero trono en que descases, vos que eres
Rey de Paz, como descansas en el coro de los Tronos.
Padre Nuestro y Ave María
Adoro, Jesús, mío la llaga de tu pie izquierdo
juntamente con el coro de las dominaciones, y te pido me
concedas la gracia de poder dominar todas mis pasiones y
que me haga superior a todas ellas, y te ame y te sirva como
te aman y te sirven las dominaciones. Amén.
Padre Nuestro y Ave María
Adoro, Jesús, mío, la llaga de tu corazón juntamente
con el coro de las virtudes y te pido me concedas la gracia
que necesito para ejercitarme con generosidad en todas las
virtudes teologales y morales. Amén
Padre Nuestro y Ave María
Te adoro, Jesús mío, tu corona de espinas juntamente
con el coro de las Potestades y te suplico me concedas el
poder, gracia y fortaleza para pelear legítimamente contra
mis enemigos del alma y así conseguir la corona de la gloria.
Amén.
Padre Nuestro y Ave María
Venero, Virgen y Madre de Dios tu sagrado corazón
juntamente con el coro de los Principados, y te pido me
alcances de tu Hijo Jesús la gracia de ser siempre paciente y
humilde de corazón. Amén
Venero, Virgen Madre de Dios, tu sagrado corazón
juntamente con el coro de los arcángeles y te suplico me
alcances de tu hijo Jesús la pureza de mi cuerpo y alma y la
limpieza de mi corazón. Amén.
Venero, virgen y Madre de Dios tu sagrado corazón,
juntamente con el coro de los Ángeles y te suplico me
alcances de tu Hijo Jesús la gracia de saber y poder ejercitar
la caridad, celo y demás obras de misericordia con mis
prójimos. Amén
Dios eterno, Omnipotente, Sabio, Incomprensible e
Inmenso; sé por la fe que estás presente; yo la más pequeña,
me pongo en tu presencia para tratar con tu divina Majestad,
aunque soy polvo y ceniza y conociendo ser la cosa menos
importante del mundo al haberte tantas veces ofendido; me
pesa de todo corazón por ser vos quien sos con firme
propósito de nunca más ofenderte.
Te ofrezco esta oración (…), teniendo intención
rectísima de no buscar en este rato gusto ni consuelo propio,
sino sólo amarte con todo el afecto y hacer puramente tu
santa voluntad; propongo echar al olvido todo pensamiento
que me impida este rato de oración. Pues considero que esta
hora es un rato de tiempo precioso que, perdido una vez, no
se puede recuperar, e imagino que puede ser que sea esta la
última hora que me concedas para hacer oración y para
conseguir tu divina misericordia.
Por tanto, renuevo los propósitos que tengo de hacer
bien esta oración con todo el cuidado posible y para ese fin, te
suplico en esta oración, seas Maestro mío y que me enseñes,
comunicándome la gracia de tu divino Espíritu. Amén
Pongámonos en la presencia de Dios y adorémosle. Te
adora, oh Dios mío con la humildad que me inspira tu
grandeza, yo creo en vos que eres la misma, espero en vos,
porque eres infinitamente bueno; te amo con todo mi corazón
porque eres amable, y amo al prójimo como a mí misma por
amor tuyo.
¡Qué acciones de gracias te debo, dios mío por tanto
beneficios como recibí de Vos. Vos pensaste en mi desde la
eternidad, me sacaste de la nada dando tu vida por
redimirme, y me colmas aun todos los días de una infinidad
de favores.
¡Dios mío…cuanto desearía no ofenderos nunca, pero
como tuve la debilidad de ofenderte, quiero probarte el dolor
que siento por ello, con una conducta enteramente opuesta a
la que tuve hasta ahora.
Renuncio desde este momento al pecado y a la
ocasión de pecar, particularmente a aquel en que tuve la
debilidad de caer más a menudo, y si te dignás concederme tu
gracia, así como la deseo y espero, procuraré cumplir mis
obligaciones y nada será capaz de pararme cuando se trate de
servirte.
Padrenuestro, Ave María, Credo.
Bendice, Dios mío el descanso que voy a tomar para
recuperar mis fuerzas y servirte mejor.
Virgen Santa, Madre de Dios y después de Él mi
única Esperanza. Ángel de mi guarda, mi santo patrón,
intercede por mí y protégeme en esta noche y todo el
tiempote mi vida y en la hora de mi muerte. Amén
Dios mío, siempre en las mismas faltas; después de
tantas promesas de cambiar…Yo no lo sufriría de un amigo
mío, y Vos lo sufrís por mí, que soy una débil criatura.
(…)¿A dónde tenía, Señor, mi entendimiento, a dónde
mi juicio y mi corazón cuando te ofendía?... O bondad
inmensa; oh amor no conocido; oh fineza despreciada… ¡Oh
Dios eterno, no más ingratitudes; no más desprecios.
Yo solo pido amarte desde este instante por tus
infinitas perfecciones y por ellas me pesa de ofenderte y
detesto todas mis abominaciones.
¡Ay de mí si Vos, que conoces mis debilidades, no me
brindases y me convidases a tu Mesa, jamás me atrevería a
acercarme a Vos. Pero vengo, Señor, como el publicano,
confesando de continuo con el centurión, que no soy digna de
que entres dentro de mi interior. No, Señor mío, no soy digna
de que tu Divina Majestad entre en mi pobre morada, mas por
tu divina Palabra, mis pecados sean perdonados y mi alma
sea sana y salva.
Dulce Jesús, Hijo del eterno Padre, verdadero Dios y
hombre, por las tres horas que estuviste en la cruz y
especialmente por las congojas y agonía que padeciste al
arrancarse tu santísima alma de tu sagrado cuerpo, te pido
tengas misericordia de mí, y me des tiempo de verdadera
penitencia. No permitas, único bien mío, que mi alma salga
de este mundo sin ser santificada por los sacramentos.
Concédeme que el último aliento me halle en tu
amistad y amor. Así lo espero de tu misericordioso corazón y
por el dulce corazón de María sea todo para mayor honra y
gloria tuya. Oh santísima, amabilísima y misericordiosísima
Trinidad.
Oh, Redentor mío, pues con tanta liberalidad premias
la obediencia a tu llamamiento, justo es que yo te siga en
esta vida para que llegue a estar donde vos estás gozando
de tu gloria. Amén
Escucha, Señor piadoso, los ruegos de tu Iglesia, y
concédenos que todos los justos perseveren en gracia tuya
hasta el fin, que los pecadores se conviertan y hagan
penitencia, que nuestro padre el Papa y todos los obispos,
párrocos, confesores y predicadores, se apliquen con acierto
y fruto al bien de las almas: que todas las autoridades de la
tierra, se dediquen a defender nuestra santa fe católica,
que los no creyentes y todos los enemigos de la Iglesia se
conviertan y vengan al seno de ella. Para que, así todas las
criaturas del mundo se salven.
Te lo pedimos por los méritos de Jesucristo tu hijo y
señor nuestro, que con vos vive y reina por los siglos de los
siglos. Amén
Misericordioso, Jesús, abrasado en ardiente amor de
las almas! Te suplico por tu sagrado corazón, por los dolores
de tu madre inmaculada, que purifiques con tu sangre a
todos los pecadores de la tierra que están ahora en agonía y
hoy tienen que morir. Amén
Corazón agonizante de Jesús, ten misericordia de los
moribundos
1.
2.
3.
4.
5.
Haciendo el bien al necesitado.
Socorriendo al pobre por amor a Jesucristo.
Visitando al enfermo con amor de madre.
Cuidando de la niñez, especialmente desvalida.
Manifestando su amor a la cruz entre los
desprecios y humillaciones. (B. Mª Ana Mogas)
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Conserven siempre sus corazones limpios de todo
pecado y de toda imperfección.
Huyan de la soberbia y aborrezcan la vanidad como
sus principales enemigos.
Sean humildes y sencillas de corazón, como el Divino
Esposo, y estas virtudes las elevarán a Dios.
Gócense en las tribulaciones y trabajos de esta vida,
recordando que cuando nos prueba el Señor, más de
cerca nos consuela con su protección divina. Si de su
santa mano recibimos lo próspero, recibamos también
lo adverso y trabajoso.
Ámense con verdadera caridad las unas a las otras, y
así florecerá el seráfico vergel de la Divina Pastora.
La caridad sabe disculpar las faltas ajenas, dulcifica
las asperezas de caracteres opuestos y une las más
encontradas inclinaciones en un solo centro:
Jesucristo.
Sean humildes de corazón y muy amantes del
silencio, no dejándose dominar por la curiosidad.
¡Señor húndase todo si hemos de ofenderte!
Fuera de ustedes rencillas y divisiones; sopórtense en
sus imperfecciones con ese amor fraternal que todo la
sufre y todo lo disimula. No se quejen nunca de nada
ni de nadie.
Hijitas mías: en el modo de hablar y andar seamos
imitadoras de nuestra Santísima Madre María.
… Si amamos sólo a Jesús, nuestro único bien, nos
dará cuanto El vea nos hace falta.
Amor y Sacrificio ha de ser nuestro lema.
Amar a Dios, despreciarse a sí misma, no despreciar a
nadie ni juzgarle.
CARIDAD
…rodeaba a sus hijas enfermas de solícitos cuidados
materiales, aun a fuerza de sacrificios y sin atender a sus
dones naturales.
…Sembraba la paz en los corazones
…Daba al pobre cuanto ella necesitaba, dándoselo con
aquella encantadora dulzura que cautivaba , sorprendiendo
los favores recibidos.
HUMILDAD
…Manifestaba una humildad tan maciza, correspondiendo
con su sonrisa a los insultos recibidos.
…De su humildad daba en todo tiempo los más luminosos
ejemplos, considerándose la más indigna e inferior de todas.
…Ganaba los corazones de las alumnas más traviesas
arrodillándose a sus pis, animándolas a ser buenas por amor
de Dios.
Fundadora: …venciendo obstáculos, dirigiendo ella misma
por algún tiempo la marcha de las fundaciones…en todas
ellas, resplandece su amor al pobre, ya sea en el apostolado
de la enseñanza o en el cuidado de los enfermos… con su
ejemplo y acertada dirección hace que las niñas de mejor
posición hermanen con las de clase más humilde, buscando
su trato.
Superiora: Observaba y hacia observar con entereza y
hasta en los menores detalles la Santa Regla y las
constituciones…reprendía con entereza de superiora y
perdonaba con amor de madre, considerando la debilidad
humana..cuanto más amonestaba, más se la quería y a
través de los años transcurridos después de su muerte, sus
hijas parecen escuchar sus santas y saludables advertencias.
Educadora: Se afanaba en visitar las clases con frecuencia,
premiando a las alumnas buenas y aplicadas con palabras
cariñosas, y a las traviesas y desaplicadas, con promesas y
frases alentadoras…diariamente llevaba a las niñas ante la
Virgen Dolorosa, consagrándolas a Ella todos los
sábados…los días que comulgaban las niñas, hacían que
fuesen a su lado, y, ante la imagen del Niño Jesús, les hacía
dar repetidas gracias por el beneficio recibido…
I. Invocación inicial: En el nombre de Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén
V. Dichosos los que con vida intachable.
R. Caminan en la ley del Señor.
II. Oración: Míranos, Señor, nos hemos reunido para
orar en el nombre de tu Hijo, Jesús. Queremos darte las
gracias por tu sierva la Beata María Ana Mogas y
Fontcuberta y aprender de ella a recorrer el camino de las
virtudes. Que su ejemplo nos estimule a buscar, ante todo y
sobre todo, tu Reino. Enséñanos qué debemos hacer para
que todo sea de tu agrado. Que seas Vos quien guíe
nuestros pasos. Únenos a Vos con la fuerza de tu Espíritu
para que nunca nos desviemos del “CAMINO, LA VERDAD Y
LA VIDA”
Escucha, Señor, las súplicas que te dirigimos. Por
nuestro Señor Jesucristo. Amén
III. (A continuación se reza lo correspondiente a cada
día de la novena)
IV. Oración final: Padre, lleno de amor y misericordia,
te damos gracias porque infundiste en la Beata María ana el
espíritu de “Amor y Sacrifico”, enriqueciéndola con una
intensa vida de oración y contemplación y una exquisita
caridad para con todos, especialmente los niños, los
enfermos y los pobres.
Humildemente te rogamos nos concedas la gracia de
convertir nuestra vida en ocasión de amarte y servir con
alegría y sencillez a nuestros hermanos y, por su
intercesión, las gracias y favores que necesitamos, así como
su pronta canonización. Te lo pedimos por Jesucristo
Nuestro Señor. Amén
V. Bendigamos a Dios
R. Demos gracias a Dios
DÍA PRIMERO: LA VIRTUD DE LA FE
“Siempre tendré mis ojos fijos en el Señor; Tú
eres mi Dios y en todo cuanto hiciere atenderé
siempre a tu gloria”
(Beata María Ana Mogas)
Reflexión: “La fe fue para ella el faro que alumbró su
camino y dio solución a todos sus problemas”. La Beata
María Ana, mujer de profunda fe y continua oración, atiende
y busca siempre en sus obras la mayor gloria de Dios,
conduce su vida de acuerdo a su divina voluntad.
Confiándose a su amorosa Providencia.
Texto bíblico: Mateo 15, 21-28 ó Lucas 17, 5-6
Oración: Señor y Dios Nuestro, por la fe que adornó la
vida de la Beata María Ana concédenos, por su intercesión,
el favor que humildemente te pedimos (…) y las gracias que
necesitamos para vivir según tu voluntad. Te lo pedimos por
Jesucristo, Nuestro Señor. Amén
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DÍA SEGUNDO: LA VIRTUD DE LA ESPERANZA
“Mírame, Señor, con ojos de misericordia;
consume con tu vista todas mis aficiones terrenas y
levántame a desear las cosas celestiales”
(Beata Mará Ana Mogas)
Reflexión: La Beata María Ana busca, siempre y en
todo, la conformación y unión de su voluntad con la de Dios;
desea y espera estar unida a él en la eternidad. El abandono
de las riquezas y honores de este mundo y la aceptación de
las privaciones, contrariedades y penurias la hacen maestra
de esta virtud.
Texto bíblico: Lucas 12, 22-32 ó Lucas 12, 35-47
Dios
y
Señor
nuestro,
míranos
Oración:
amorosamente como Padre y ayúdanos a desprendernos de
los bienes terrenos para que amemos, a ejemplo de la Beata
María Ana, más intensamente los celestiales y, por su
intercesión, concédenos el favor (…) que te pedimos y las
gracias que necesitamos para vivir según tu voluntad. Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DÍA TERCERO: LA VIRTUD DE LA CARIDAD
“La caridad sabe disculpar las faltas ajenas,
dulcifica las asperezas de caracteres opuestos y une
las más encontradas inclinaciones en un solo centro:
Jesucristo”
(Beata María Ana Mogas)
Reflexión: La virtud más sobresaliente en la Beata
María ana es la CARIDAD. En sus relaciones con las personas
es muy caritativa; se desvive por los más débiles y
necesitados, con desinterés y sin límites de ningún tipo. Una
caridad abierta a todos, según la necesidad de cada uno;
“dar, dar siempre, nunca recibir”. Su regla de conducta
es la caridad en todo: en la corrección de las faltas, en el
servicio y en la misión.
Texto bíblico: i Juan 4, 7-21 ó Rm. 12, 12-21
Oración: Señor y dios Nuestro, por la caridad y
entrega generosa de la Beata María Ana Mogas,
manifestadas en la ayuda y servicio a los que más la
necesitan, condésenos, por su intercesión, el favor que
humildemente te pedimos (…) y las gracias que necesitamos
para vivir según tu voluntad. Te lo pedimos por Jesucristo,
Nuestro Señor. Amén
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DÍA CUARTO: LA VIRTUD DE LA CASTIDAD
“Dame, Señor, un corazón puro y limpio
acompañado de recta intención”
(Beata María Ana Mogas)
Reflexión: La Beata maría ana Mogas apoya si
castidad en un actitud interior de fe, la acepta y vive como
un don preciado para mejor amar a Dios y vivir con mayor
entrega y gratitud el amor fraterno y servicio a sus
hermanas.
Su porte es sencillo, dulce y modesto en su trato y su
ideal: “amor y sacrificio”
Texto bíblico: Rm. 15 21-28 ó Mateo 19, 10-12
Oración: Dios y Señor nuestro, hace que crezca en
nosotros el atractivo por la pureza de corazón y, a ejemplo
de la Beata maría Ana, nuestras obras y palabras sean fruto
de la recta intención. Por su intercesión, humildemente te
pedimos el favor (…) y las gracias que necesitamos para
vivir según tu voluntad. Te lo pedimos por Jesucristo,
Nuestro Señor. Amén
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DÍA QUINTO: LA VIRTUD DE LA POBREZA
“Yo nada tengo, nada poseo que no sea don de
tu liberalidad; todo lo depongo en Vos y lo abandono
sin reserva a tu voluntad a fin de que dispongas de
ello a tu agrado”
(Beata María Ana Mogas)
Reflexión: La actitud interior de desprendimiento y
pobreza de la Beata María Ana es consecuencia de su
fidelidad en el seguimiento de Jesucristo “que siendo rico se
hizo pobre”. Se abandona a la voluntad de Dios, se
despende de los bienes terrenos y comparte lo que es y lo
que tiene “dando aún de lo que necesita” con los más
necesitados. Busca el Reino de dos como única riqueza.
Texto bíblico: Lucas 9, 23-26 ó Lucas 16, 9-15
Oración: Señor y Dios nuestro, despierta en nosotros
el atractivo por los bienes celestiales y ayúdanos a seguir el
ejemplo de la Beata María Ana para compartir también
nuestros bienes personales con los que tienen mayor
necesidad fiándonos, como ella, de tu amorosa providencia
y, por su intercesión, concédenos el favor (…) que
humildemente te pedimos y las gracias que necesitamos
para vivir según tu voluntad. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DÍA SEXTO: LA VIRTUD DE LA OBEDIENCIA
“Dirígeme, Señor, por el verdadero camino de tu
santísima Ley, y enséñame a practicar la verdadera
virtud”
(Beata María Ana Mogas)
Reflexión: a ejemplo de Cristo “que vino a cumplir la
voluntad del Padre y se hizo obediente hasta la muerte”, la
Beata María Ana, entiende y vive la obediencia a la luz de la
fe y con el dinamismo de la caridad de Cristo, acepta
situaciones dolorosas y penosas, las vive con serenidad y en
la seguridad de sentir y obrar en todo conforme a la divina
voluntad.
Texto bíblico. Marcos 14, 32-42 ó Juan 5, 30
Oración: Dios y Señor nuestro, dispón nuestra mente
y nuestro espíritu para obrar en todo rectamente y conforme
a tu voluntad, según el ejemplo de la Beata María Ana
Mogas que vivía lo que oraba y, concédenos, por su
intercesión, el favor que humildemente te pedimos (…) y las
gracias que necesitamos para vivir según tu voluntad. Te lo
pedimos por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DÍA SEPTIMO: LA VIRTUD DE LA HUMILDAD
“Dios mío, cuanta verdad es que soy aquel
sarmiento que solo sirve para ser arrojado al fuego.
“Qué misericordia y que bondad la tuya por haberme
sufrido tanto tiempo”
(Beata María Ana Mogas)
Reflexión: Consciente de la infinita grandeza de Dios,
la Beata María Ana Mogas, dotada de cualidades que la
podían hacer persona brillante en este mundo, prefiere
escoger la vida pobre y humilde según el espíritu de San
Francisco de Asís. Reconoce la liberalidad de Dios y su
pequeñez. Su humildad se nutre de la continua
contemplación de Dios-Amor.
Texto bíblico: Filipenses 2, 1-11 ó Lucas 17, 7-10
Oración: dios y Padre nuestro, enséñanos a conocer
tu grandeza y nuestra pequeñez para que imitando en
nuestra vida las actitudes de humildad y sencillez de la
Beata María Ana, fruto de la contemplación del
anonadamiento de Cristo, nos concedas, por su intercesión,
el favor que humildemente te pedimos (…) y las gracias que
necesitamos para vivir según tu voluntad. Te lo pedimos por
Jesucristo, Nuestro Señor. Amén
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DÍA OCTAVO: LA VIRTUD DE LA ALEGRIA
“Dios te dé siempre mucha paz y alegría, alma
mía”
(Beata María Ana Mogas)
Reflexión: El equilibrio armónico, la sensibilidad y
ternura de la Beata María Ana Mogas crean en torno suyo
una atmósfera de paz y serenidad de las que brotan la
ALEGRÍA que refleja en su rostro y exterioriza con gestos
muy humanos y delicados. “La continua contemplación del
Dios-amor la hacían exteriorizar el gozo siempre
nuevo…contagioso”
Texto bíblico: Lucas 10, 21-24 ó Lucas 15, 4-10
Oración: Dios y Señor nuestro, te pedimos que la
inhabitación de tu Espíritu en nosotros, el sabernos tus hijos
y hermanos de Cristo, sea nuestro gozo y nuestra alegría y,
como la Beata maría ana Mogas, la exterioricemos como
fruto maduro de la fe y la contemplación y, por su
intercesión, el favor que humildemente te pedimos (…) y las
gracias que necesitamos para vivir según tu voluntad. Te lo
pedimos por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DÍA NOVENO: VIRTUD ES ESPÍRITU MARIANO
“Señora mía, si Vos ruegas por mí, yo me salvaré,
porque Vos con tus súplicas alcanzas todo lo que
quieres, Ruega, por mí, oh gran Madre de Dios, ya que
tu Hijo te escucha y te concede todo lo que le pedís”
(Beata María Ana Mogas)
Reflexión: el amor a la Santísima Virgen María está
profundamente arraigado en la vida de la Beata María Ana
Mogas, “…no sensiblero, sino muy hondo…lo denunciaba en
sus palabras. Extraordinario y contagioso este amor en
cuantos hablaban con ella”.
María, es para María ana su gran estímulo, después
de Dios, su gran amor.
Texto bíblico: Lucas 1, 26-38 ó 1, 39-56
Oración: Señor y dios nuestro, que diste a Madre de
tu Hijo como Madre y Señora de todos los hombres,
ayúdanos a conocer, amar y confiar en Ella con la misma
intensidad que la Beata María Ana y, por su intercesión,
concédenos el favor (…) que humildemente te pedimos y las
gracias que necesitamos para vivir según tu voluntad. Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
María Ana Mogas y Fontcuberta, nació en Corró de
Vall (Barcelona), España, el 13 de enero de 1827, recibió las
aguas bautismales al día siguiente.
Sus padres, Lorenzo y Magdalena forman un hogar
eminentemente cristiano. Proporcionan a sus hijos en
testimonio de sus vivencias religiosas, en un clima
humanamente cálido de afectos y económicamente
desahogado.
En temprana edad le tocó vivir muy dolorosos
acontecimientos familiares; la muerte de su padre cuando
solo contaba con siete años y la de su made a los catorce.
Necesariamente fue un profundo corte en su vida afectiva
familiar y un trasplante de su lugar de nacimiento a la
populosa ciudad de Barcelona para vivir bajo la tutela y
custodia de su tía y madrina. Ésta le procura una educación
y cultura esmeradas, pretendiendo que ocupe un puesto
distinguido en la sociedad barcelonesa, de acuerdo a su
posición social.
Al ritmo de los diversos acontecimientos, la gracia va
labrando en ella una obra de acabada artesanía.
La Basílica de Santa María del Mar de Barcelona es
punto de encuentro con el Señor Sacramentado, con la
Santísima Virgen y con la mediación de se director
espiritual, Mosén Gorgas, que la va orientando en lo
espiritual e integrado en la vida parroquial.
A los 21 año de su personalidad,
forjada en la
oración, en el trato con María, en su particular inclinación a
hacer el bien a quienes lo necesitan, ha madurado
suficientemente para expresar con claridad la evolución
operada en su interior, efecto de la especial llamada que
Dios le hace.
En los comienzos de su vida religiosa al dar cauce a
su vocación, concurren un conjunto de circunstancias, dos
religiosas capuchinas, exclaustradas por las leyes vigentes,
tratan de vivir en comunidad con el fin de educar a la niñez
y establecen relación con María Ana. Quedan prendadas de
ella por su carácter, virtud y cultura. Ellas tienen como
director al P. José Tous Soler, sacerdote capuchino
exclaustrado por los mismos motivos, que las orientan en
sus propósitos.
Tras varias entrevistas y salvando muy diversas
dificultades, María Ana se une al grupo fundacional después
que su director espiritual le dijera: “María Ana, vete, et
llaman para fundar”
El 13 de junio de 1850 llega a Ripio (Gerona), lugar
elegido por las capuchinas, orientadas por el Obispo de Vic.
El 10 de septiembre de 1850, según consigna ella misma en
la “Memoria de las fundaciones” le confiaron la Congregación
y el 23 de junio de 1851 hace su profesión de acuerdo a la
Regla Tercera de San Francisco.
En febrero de 1853 obtiene el título de maestra que le
permite regir la escuela de Ripoll, dando solución a las
graves situaciones sufridas por el naciente Instituto. Gracias
a su acertada dirección y animación espiritual, es creciente
el número de jóvenes que se van uniendo con la misma
vocación y así se va extendiendo por Cataluña y después por
Castilla.
Los últimos ocho años de su vida los pasó en
Fuencarral (Madrid), en ambiente propicio para la oración y
el recogimiento, anhelando la misericordia del Señor y el
encuentro definitivo con El. Era el mediodía del 3 de julio de
1886 cuando entregó su alma al Padre. Las religiosas
testigos recogieron de sus labios los grandes ideales de su
vida, legado en el tiempo, para sus seguidoras:
“HIJAS MÍAS, AMENSE UNAS A OTRAS COMO YO LAS
HE AMADO Y SUFRANSE COMO YO LAS HE SUFRIDO.
CARIDAD, CARIDAD VERDADERA, AMOR Y SACRIFICIO”
La Congregación por ella fundada inició su Proceso de
Beatificación y Canonización el 5 de marzo de 1949. Fue
Beatificada en Roma por Juan Pablo II el 6 de Octubre de
1996. Día en que se celebra su fiesta.
TRÁNSITO DE NUESTRA MADRE MARÍA ANA MOGAS
3 de julio de 1886-2003
Como sencilla y fraterna memoria,
En el 117º aniversario de su muerte,
Sus hijas con gratitud ofrecen a la Iglesia
Lo que se constituyó a la hora de partir hacia el Padre,
En el legado espiritual de nuestra Madre Fundadora.
Hnas. Junioras
Argentina _ Bolivia, 2003
4 DE JULIO DE 1886…
El pueblo de Fuencarral pasa conmovido ante sus
restos. Llegan sacerdotes, religiosas, alumnas y amigos de
Madrid. Todos quieren conservar una reliquia porque dicen
entre lágrimas “Ha muerto una santa”, “Ha muerto la
madre de los pobres” y a su cuerpo se tocan medallas,
rosarios y pañuelos.
Sintiéndonos parte de esta familia convocadas/os
para vivir el seguimiento de Jesús con el carisma y
espiritualidad de la B. María Ana Mogas, comenzamos la
celebración de su Tránsito.
Canto: Nos une dios Padre en el amor Nº 4
I.- HACIENDO MEMORIA,
OCHO AÑOS DE LARGA ENFERMEDAD…
Guía 1:
La muerte no fue un acontecimiento imprevisto en la vida de
la Beata de dios; llegó precedida de una larga preparación
de ocho años de lenta enfermedad.
Aquella salud, necesaria para llevar adelante su objetivo
fundacional, se vio quebrada, justamente, al producirse dos
hechos significativos en su vida:
• El rechazo sufrido por segunda vez por parte de sus
antiguas hermanas e hijas de Barcelona, al visitarlas
siguiendo el dictado de su afecto y humildad.
• Los preparativos de una nueva fundación en Córdoba,
para ejercer la asistencia a enfermos, objetivo tan
deseado por María Ana.
Guía 2:
Era el año 1878, contaba 51 años de edad, se encontraba en
el coro rezando con la comunidad, cuando cayó perdiendo el
sentido. El diagnóstico médico la declaró herida de muerte,
sitien el proceso de la enfermedad, con alternativas de
notable mejoría, hacía olvidar por temporadas, la realidad
del mal que minaba poco a poco su organismo.
allí el ambiente propicio para una más intensa vida de
oración.
A pesar de su quebrantad salud, era la primera que se
levantaba a la oración, la hacía de pie con el crucifijo en
las manos. También se quedaba hasta altas horas de la
noche ante el sagrario y mientras sus hijas dormían,
depositaba ante el sagrario sus penas, pidiendo que las
bendijera sus esfuerzos y concediera sus gracias al Instituto.
Dos hermanas afirman que, al despedirse de su celda de
Madre, fijó sus ojos en M. Dolcet y, como vislumbrando el
porvenir, le dijo: “sufrirás lo que he sufrido; te espera lo
que a mí. Ten ánimo” Sus palabras eran referidas al
desprecio y desestima que sufriría M. Dolcet, tiempo más
tarde.
Canto: Ama a quien tanto te amó Nº 9
(Música de fondo)
Se acerca la cruz y una luz al centro de la celebración.
Hacemos nuestra oración repitiendo juntas.
“Señor, no podré amarte , ni servirte, si no me abrazo,
si no me desposo con tu cruz, si no me aborrezco, por
amarte a vos solo”.
Guía 2:
Durante su estancia en Fuencarral, viendo la comunidad
cómo se agravaba por momentos, temían un desenlace sin
estar presente M. Dolcet, comprendiendo su temor, la Madre
las tranquilizó con palabras que también se cumplieron
puntualmente: “No teman, no moriré hasta que llegue y
bendiga a M. Dolcet, y ella, al Instituto entero”
II.- LOS DIAS CERCANOS A SU MUERTE
Canto: Ama a quien tanto te amó Nº 9
Guía 1:
Si bien todas las hermanas tenían la certeza de que el
Instituto estaba encauzado y protegido por valiosos
bienhechores, flotaba en el ambiente la impresión de
desamparo que tiene un viajero cuando va a dejarles el
guía; pensando que iba a peder tal madre, el sufrimiento era
evidente.
La residencia de María Ana era la casa de la calle Sagunto,
en Madrid, pero después de la ultima ceremonia de profesión
que presidió, el 26 de mayo de 1886, se retiró a la de
Fuencarral, por el singular aprecio que tenía a la capilla de
aquella casa, consagrada al Sagrado Corazón de Jesús y las
mejores condiciones de la vivienda. La M. Mogas encontró
III.- MUERTE DE LA SIERVA DE DIOS
Guía 1.El sábado 3 de julio de 1886, confortada con todos los
auxilios espirituales, nuestra Madre María Ana Mogas
Fontcuberta, sólo le resta realizar el legado que ha sido
nuclear en su vida y lo hace como última entrega con una
intensidad viviencial, en el crucial momento en que su alma
está a punto de dejar este mundo nacen sus últimas
palabras:
Lector/a 1:
“Hijas mías: Ámense unas a otras como yo las he
amado y súfranse como yo las he sufrido.
Caridad, caridad verdadera.
¡Amor y Sacrificio!
Guía 2:
Las religiosas que presenciaron su muerte la describen con
todos los signos de la serenidad, de su rostro había
desaparecido las huellas del sufrimiento y presentaba la
sonrisa propia del alma que goza de la amistad de Dios. Su
cuerpo fue amortajado con el hábito de su Instituto, según
las costumbres establecidas y tal como lo había expresado
ella misma: “quería morir con el traje propio, que es su
divisa religiosa”
Canto: Ama a quien tanto te amó Nº 9
Guía 1:
Jesús encomienda a su Padre la Iglesia pues a ella le confía
su misión que tiene sentido desde la unidad, “sean uno…”
Lector/a 2: Juan 17, 9-20
Canto: Como el Padre me amó
Guía 2:
La misma Madre Dolcet relata al Instituto los últimos
momentos de la vida de nuestra Madre Fundadora.
(Se entrega la carta de la M. Dolcet)
“En la villa de fuencarral –escribe- y casa local de nuestro
Instituto de Religiosas Terciarias de N.S.P. San Francisca de
Asís, bajo la advocación de la divina Pastora, la Rvda. M. Sor
María Ana Mogas y fontcuberta, primera superiora General
de todo el Instituto de la Divina Pastora, con una
laboriosísima existencia, toda su vida venciendo con
sobrehumana constancia obstáculos que fuera prolijo
enumerar, en lucha continua para abrir paso a su santa
empresa que medio de sinsabores y privaciones de todo
género, lo cual era otra parte de prueba de la última misión
que el Señor le confiara; abrumada en el cuerpo, cnotrajo
hace ocho años ataque de apoplejía cerebral que la privaba
del conocimiento horas enteras, terrible enfermedad que,
minando poco a poco aquella vigorosa naturaleza de otros
tiempos, la tenía reducida en los últimos años a un estado
de tristísimo inacción material por más que siempre dio vida
al Instituto con irreparable prestigio moral. Así las cosas,
permitió el Señor que el día 28 de junio último le repitiera
uno de los ataques con parálisis general e iniciando en
derrame seroso. El cielo le otorgó unos tres días de lucidez
para recibir todos los sacramentos –aunque conservó hasta
lo último su conocimiento- y empezando la agonía que casi
duró tres días, entregó su alma al Criador pronunciando los
dulcísimos nombres de Jesús y María y expirando en brazos
de sus amadas hijas el sábado 3 de julio del año mil
ochocientos ochenta y seis, cuando se estaba terminando en
la capilla de la casa el mes del Sagrado Corazón de Jesús, y
en vísperas del día en que celebra la Iglesia la fiesta del
Inmaculado Corazón de María. Mientras su vida, que duró
aquí sesenta y tres años, enjugó muchas lágrimas y fue la
legítima esperanza de la prosperidad de nuestro Instituto.
En el estado religioso que abrazó desde muy joven, fue
siempre modelo de todas las virtudes y particularmente de
la caridad y humildad que tan bien cuadran a nuestras
religiosas. Celosísima por el bien espiritual y temporal de sus
hijas, supo aunar la energía de la superiora con el amor en
Cristo y de la madre; así ha dejado a sus hijas, las
religiosas, altos ejemplos que imitar e indelebles recuerdos
suyos para nunca olvidarla delante de Dios. Yace, con las
bendiciones de todas sus hijas y una envidiable memoria
para todos sus deudores y admiradores en santa ana del
cementerio de dicha villa de Fuencarral”.
La figura de María Ana es de gran actualidad, puede
construir un modelo para una apremiante invitación a las
jóvenes a sacrificarse por los demás, un ejemplo y un
estímulo para las almas de vida consagrada”.
(Música de fondo)
Meditación silenciosa
Guía 2:
Como ayer, hoy nosotras realizamos el simple gesto del
puñadito de tierra depositado sobre el hábito franciscano, en
él renovamos nuestra fidelidad a Carisma recibido. Y como
último testimonio, recogemos el sonido de las campanas que
anunciaban la resurrección, la vida para siempre.
Canto: Al final de su vida nos legó Nº 10
Guía 1:
La vivencia de su carisma hoy en nosotras/os, en cada
comunidad, en cada fraternidad, nos invita a la acción de
gracias, a la alabanza, a la súplica.
A cada oración respondemos cantando: Hoy como ayer
Guía 2:
El Promotor General de la Fe, Sandro Corradini con motivo
del reconocimiento de los teólogos, de las virtudes heroicas
de María Ana, presentadas para su estudio en la causa de su
Beatificación, sintetiza así la personalidad espiritual de la
Beata.
Lectora/or 2:
“La unión con el señor era el centro de toda su vida; quería
ser un altar vivo para la Santísima Trinidad, quería
desaparecer para hacerse toda para todos…para ella el amor
era saber compartir para apareciese sólo Cristo. De ahí, la
serenidad y el gozo que acompañaron sus servicios,
adornados de ternura que infundía paz y alegría.
Vivía con espíritu contemplativo, de modo que descubría
constantemente a Dios en cuantos se acercaban a ella.
Enamorada de Jesús trataba de llevarlo a los demás.
(Nos acercamos para arrojar el puñado de tierra con la
certeza de que ella sigue siendo nuestro ejemplo y nuestra
guía).
Canto: La Bendición de María Ana Nº 11
Para preparar la ambientación:
• Cuadro de María ana o/o reliquia
• Cruz
• Tierra
• Vela, flores
• Vasija
• Hábito, cordón franciscanos
María, Madre del Divino Pastor, la llena de gracia:
Madre de nuestra fe, esperanza de los que confían en
Dios.
Envuélvenos en el manto de tu cariño de Madre y
comunícanos:
• La fortaleza de tu fe
• La altura de tu esperanza
• La profundidad de tu amor
•
Que seamos respuesta en sencillez para el hombre
de hoy que pregunta dónde encuentra a Dios, que
irradiemos por el mundo la paz y la alegría de la salvación.
Bendice al pueblo elegido por Dios para que sepa
ser fiel a la voluntad de tu Hijo, nuestro divino Pastor. Amén
María; Madre de Jesús, Buen Pastor, y Madre Nuestra,
acudimos a Vos con la confianza de los hijos, traemos amor
en el corazón y esta plegaria en los labios:
* Vos eres la Madre buena que cuida y se preocupa de sus
hijos, con amor solícito y personal:
MARÍA, DIVINA PASTORA, DANOS TU AMOR.
* Tus manos de madre, guían y orientan nuestros pasos en
el difícil camino de la vida.
MARÍA, DIVINA PASTORA, DANOS TU MANO
* Vos recibís con infinita ternura a todos tus hijos. Tienes
predilección por los que se pierden, por los pequeños y los
desvalidos:
MARÍA, DIVINA PASTORA, RECIBINOS BAJO TU MANTO.
* Vos ofreces apoyo y ayuda a nuestra cansancios, a
nuestras fatigas y dificultades, eres fortaleza en el camino:
MARÍA, DIVNA PASTORA, GUIANOS CON TU CAYADO.
A tu lado, Madre, el camino se hace corto, Vos nos
conducís con misericordia y ternura. Queremos sentir
siempre, en la limpieza de tu mirada, el amor maternal de tu
corazón de Madre, la acogida de tus manos maternales, la
fortaleza de tu cayado, para dirigir nuestros pasos hacia tu
Hijo Jesús. Amén
Con vos, María oramos:
Sentimos que vuelves a recorrer estos caminos con
nosotros, que llevas el paso ligero hacia las fuentes de la
vida…
Para que las grandes dificultades de esta vida nuestra,
no nos alejen de Bien…alcánzanos del Señor las VOCACIONES
necesarias para que la vida de entrega de sacerdotes,
religiosos, religiosas y laicos/as, comprometidos con la
historia, continúe presente y visible entre nosotros.
Te pedimos, en especial, el crecimiento del Instituto
fundado por la Beata María ana Mogas Fontcuberta.
Con vos, María, con este refuerzo espiritual en el
atardecer del tiempo, estaremos todos junto al Buen Pastor.
Que así sea.
Señor, Dios nuestro, que infundiste en tus Siervas
ASUMPTA, ISABEL Y GERTRUDIS el espíritu de AMOR Y
SACRIFICIO y la fortaleza para soportar los sufrimientos de
una muerte violenta por fidelidad a Jesucristo.
Concédenos su pronta beatificación y por su
intercesión, la gracia de vivir y manifestar la fe y la caridad
que las animó hasta entregar sus vidas y los favores que te
suplicamos.
Te o pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
2.- Mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto y
dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo
recostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada”
(Lc. 2, 6-7)
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén
4.- Le entregaron a Jesús el libro del profeta Isaías, y
al abrirlo encontró el pasaje: el Espíritu del Señor está sobre
Mí, porque me ha ungido para anunciar la buena noticia a
los pobres. (Lc. 4,17-18)
Oración inicial: (de Fray Isidoro de Sevilla)
Dios te salve, María, Pastora soberana del mismo dios
hecho hombre, que apacentaste al Cordero de Dios, Cristo
Jesús, Hijo del Eterno Padre en cuanto Dios y en cuanto
hombre.
Dios te salve, porque lo diste a luz quedando siempre
virgen, más pura y limpia que los encumbrados serafines.
Dios te salve, porque lo alimentaste a tus purísimos
pechos como verdadera Madre y mística Pastora.
Ruega por nosotros, Pastora del mismo Vervo
Encarnado, para que seamos dignos de alcanzar lo que
llenos de fe te pedimos. Amén
Palabra de Dios para cada día
1.- El ángel le dijo: no temas, María porque hallaste
gracia ante Dios; darás a luz un hijo primogénito y le
pondrás por nombre, Jesús. (lc. 1,30-31)
3.- Jesús decía: el plazo se ha cumplido: El Reino de
Dios está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio. (Mc.
1,15)
5.- Jesús dijo: Yo soy el Pan vivo bajado del cielo, el
que come de este pan, vivirá para siempre. Y el pan que yo
daré es mi carne para la vida del mundo. (Jn. 6, 51)
6.- Junto a la cruz de Jesús estaba su madre… Jesús
viendo a su madre y junto al discípulo a quien tanto quería,
dijo a su madre. Mujer, ahí tienes a tu hijo (Jn. 19, 28-29)
7.- El ángel habló a las mujeres: Ustedes no teman,
ya sé que buscan a Jesús el crucificado. No está aquí. Ha
resucitado, como había dicho. (Mt. 28, 5-6)
8.- Si hemos muerto con Cristo, confiemos en que
también viviremos con Él. Considérense muertos al pecado,
pero vivos para Dios, en unión con Cristo Jesús. (Rm. 6, 811)
9.- Todos perseveraban unánimes en la oración, con
algunas mujeres, con María la madre de Jesús. Hch 1,14)
Invocación final a la Virgen
Bendito sea eternamente el Eterno Padre, porque crió
a María Santísima para hija suya, y porque le dio tanto
poder. Amén (Un Ave María y Gloria)
Bendito sea eternamente el eterno Hijo, porque crió a
maría Santísima para madre suya, y porque le dio tanta
sabiduría. Amén (Un Ave María y Gloria)
Bendito sea eternamente el eterno Espíritu Santo
porque crió a María Santísima para esposa suya, y porque le
dio tanto amor. Amén (Un Ave María y Gloria)
Bendita sea eternamente la Santísima Trinidad porque
crió a María Santísima para que fuese templo y Morada
suya, y porque nos la dio adornada de tanto poder, sabiduría
y amor. Amén
Que te bendigan eternamente, Señor Padre, Hijo y
Espíritu Santo, todas las criaturas y te den honra y alabanza
por todas las gracias y favores que concediste a María,
nuestra Pastora. Amén
Oración final: Señor Jesucristo, Pastor bueno, que
entregaste la vida por tus ovejas y, elevado en la cruz nos
diste a la Virgen por Madre, concédenos por su intercesión,
seguirte ahora como pastor nuestro en la tierra y llegar
después a la Pascua eterna en el cielo. Tu que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén
“No tengamos otro deseo, otra voluntad, otro gusto y otro
gozo que nuestro Creador, Redentor y Salvador, el único verdadero Dios
que es el Bien cumplido, entero, total, verdadero y soberano; que sólo es
bueno, misericordioso, y amable, suave y dulce, que sólo es santo, justo,
verdadero y recto, sólo benévolo, inocente y puro; de quien, por quien y
en quien está todo perdón, toda gracia y toda gloria”. (I Re., XXIII, 2730)
Altísimo, Omnipotente, buen Señor, tuyas son las
alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición. A Ti solo,
altísimo, te corresponden y ningún hombre es digno de
pronunciar tu nombre.
Alabado seas, Señor por todas las criaturas,
especialmente el señor hermano sol, él es el día y por él nos
alumbras y es bello y radiante con gran esplendor, de Ti,
altísimo lleva significación.
Alabado seas, mi Señor, por la hermana luna y las
estrellas en el cielo las has formado claras y preciosas y
bellas.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento, y
por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo por el cual
a tus criaturas das sustento.
Alabado seas, mi Señor, por la hermana agua que
es muy útil y humilde y preciosa y casta.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego por
el cual alumbras la noche y el bello y alegre y robusto y
fuerte.
Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana la
madre tierra que nos sustenta y gobierna y produce frutos
con flores y hierbas.
Alabado sea, mi Señor, por los que perdonan por
tu amor y sufren enfermedad y tribulación.
Dichosos aquellos que las sufren en paz pues de ti
altísimo, coronados serán.
Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana la
muerte corporal de la cual ningún hombre vivo puede
escapar. ¡Ay de aquellos que morirán en pecado mortal!.
Felices los que encontrará en tu santísima voluntad, pues la
muerte segunda no les hará mal.
Alaben y bendigan a mi Señor, y denle gracias y
sírvanle con gran humildad.
Oh alto y glorioso Dios. Ilumina las tinieblas de mi
corazón. Dame fe recta, esperanza cierta, caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor, para que cumpla tu santo y
veraz mandamiento.
¡Oh, qué glorioso y santo y grande es tener en los
cielos un Padre!
¡Oh, qué santo, consolador, hermoso y admirable
es tener un esposo!
‘Oh, qué santo y que tierno, placentero, pacífico,
dulce, amable y sobre todas las cosas deseable, es tener un
tal Hermano y un tal Hijo!, que ha dado la vida por sus
ovejas y ha orado al Padre por nosotros diciendo: Padre
santo, guarda por tu nombre a las que me diste en el
mundo. (Cta. F. II,54-57)
Tu eres el Santo, Señor Dios único, el haces
maravillas, tu eres el fuerte, tu eres el grande, tu eres el
altísimo, tu eres rey omnipotente, tú Padre santo, rey del
cielo y de la tierra.
Tu eres el trino y uno, Señor Dios de dioses, tu
eres el bien, todo bien, el sumo bien, Señor Dios, vivo y
verdadero.
Tu eres amor y caridad, tu eres sabiduría, tu eres
humildad, tu eres la paciencia, tu eres la belleza, tu eres la
mansedumbre, tu eres la seguridad, tu eres el descaso, tu
eres el gozo, tu eres nuestra esperanza y alegría, tu eres la
justicia, tu eres la templanza, tu eres toda nuestra riqueza a
satisfacción.
Tu eres la belleza, tu eres la mansedumbre, tu
eres el protector, tu eres nuestro custodio y defensor; tu
eres la fortaleza, tu eres el refrigerio; tu eres nuestra
esperanza, tu eres nuestra caridad, tu eres nuestra dulzura,
tu eres nuestra vida eterna, grande y admirable Señor, Dios
omnipotente, misericordioso salvador.
¡Salve, Señora, santa reina, santa madre de Dios,
María, virgen hecha Iglesia, elegida por el santísimo Padre
del cielo, consagrada por él con si santísimo Hijo amado y el
Espíritu Santo defensor; en ti estuvo y está toda la plenitud
de la gracia y todo Bien.
Salve, palacio de Dios, salve, tabernáculo de Dios,
salve casa de Dios, salve vestidura suya, salve esclava suya,
salve, Madre suya.
Y salve todas ustedes, santa virtudes que, por la
gracia e iluminación del Espíritu Santo. Son infundidas en las
corazones de los fieles, para hacerlos, de infieles, fieles a
Dios.
Santa Virgen María: no ha nacido en el mundo una
semejante a ti entre las mujeres; hija y esclava del altísimo
sumo Rey, el Padre celestial.
Madre de nuestro santísimo Señor Jesucristo;
Esposa del Espíritu Santo. Ruega por nosotros,
junto con el arcángel San Miguel y con todas las virtudes del
cielo y con todos los santos, ante tu amado y santísimo Hijo,
Señor y maestro. Gloria al Padre…
Omnipotente, eterno , justo y misericordioso Dios,
concédenos por vos mismo a nosotros, débiles, hacer lo que
sabemos que quieres y querer siempre lo que te agrada, a
fin
de
que
interiormente
purificados,
iluminados
interiormente y encendidos por el fuego del Espíritu Santo,
podamos seguir las huellas de tu amado Hijo, nuestro Señor,
Jesucristo, y llegar, por sola tu gracia, a vos, que en
perfecta Trinidad y en simple unidad vivís y reinas y eres
glorificado, Dios omnipotente, por todos los siglos de los
siglos. Amén (Carta a toda la Orden 50-52)
El Señor te bendiga y te guarde; te muestre su rostro y
tenga piedad de ti.
Vuelva a ti su rostro y te conceda la paz.
El Señor te bendiga, hermano León.
Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios,
todo bien, sumo bien, tu eres el solo bueno; a ti te
tributamos toda alabanza, toda gloria, toda gracia, todo
honor y toda bendición, te devolvemos todos los bienes. Así
sea. Así sea. Amén
¡Señor, hacé de mí un instrumento de tu paz!
Donde haya odio, ponga amor,
donde hay ofensa, ponga perdón,
donde haya discordia, ponga la unión,
donde haya error, ponga verdad,
donde haya duda, ponga fe,
donde haya desesperación, ponga esperanza,
donde haya tinieblas, ponga la luz,
donde haya tristeza, ponga la alegría.
Oh, Maestro,
Que no busque tanto ser consolado como consolar,
ser comprendido como comprender, ser amado como amar.
Porque: Dando se recibe, Olvidando, se encuentra,
Perdonando se es perdonado y muriendo se resucita a la
Vida Eterna. Amén
“Clara no sólo refleja a Francisco
sino lo prolonga, más, es su primera
interprete y realización carismática
Verdadera “plantita de San Francisco”
Sus escritos nos reflejan la profundidad de su alma, su experiencia
contemplativa y su visión de la vocación evangélica” (Esc. BAC)
“…Alégrate también vos siempre en el Señor y no te
dejes envolver por ninguna tiniebla ni amargura (…)
Fija tu mente en el espejo de la eternidad, fija tu alma
en el esplendor de la gloria, fija tu corazón en la figura de la
divina sustancia, y transfórmate toda entera, por la
contemplación, en imagen de su divinidad.
Así experimentarás también vos lo que experimentan
los amigos al saborear la dulzura escondida que el mismo
Dios ha reservado desde el principio para sus amadores.
Deja de lado absolutamente todo lo que en este
mundo engañoso e inestable tiene atrapados a sus ciegos
amadores, y ama totalmente a quien totalmente se entregó
por tu amor; a Aquel cuya hermosura admiran el sol y la
luna, cuyos premios no tienen límite ni por su número, ni
por su preciosidad, ni por su grandeza. A Aquel, Hijo del
Altísimo, dado a luz por la Virgen.
Adhiérete a su Madre dulcísima, que engendró un tal
hijo; los cielos no lo podían contener, y ella, sin embargo, lo
llevó en el pequeño claustro de su vientre sagrado, y lo
formó en su seno de doncella.
(Carta III, 3 a Inés de Praga)
En el nombre del Señor, Amén.
Del Padre de las misericordias, del que lo otorga todo
abundantemente, recibimos y estamos recibiendo a diario
beneficios por los cuales estamos nosotras más obligadas a
rendir gracias al mismo glorioso Padre. Entre ellos cuenta el
de nuestra vocación; cuanto más perfecta y mayor es ésta,
tanto es más lo que a Él de debemos. Por eso dice el
apóstol, conoce tu vocación. El Hijo de Dios se ha hecho
para nosotras camino, y nuestro bienaventurado padre
Francisco, verdadero enamorado e imitador suyo, nos lo ha
demostrado y enseñado de palabra y con el ejemplo.
El mismo Señor nos puso a nosotras como modelo para
ejemplo y espejo no sólo ante los demás, sino también ante
nuestra hermanas, las que fueron llamadas por el Señor a
nuestra vocación, con el fin de que ellas a su vez sean
espejo y ejemplo para los demás; estamos muy obligadas a
bendecirle, alabarle y a confortarnos más en Él para obrar el
bien.
Amonesto y exhorto en el Señor Jesucristo a todas mis
hermanas, presentes como futuras, que se esfuercen
siempre en imitar el camino de la santa sencillez, humildad y
pobreza (…), Mediante todo esto, no por méritos nuestros,
sino por sólo la misericordia y gracia de su benignidad, el
Padre de las misericordias difundió la fragancia de la buena
fama tanto para las que están lejos como para las que están
cerca.
Y amándose mutuamente con la caridad de Cristo,
muestren exteriormente por las obras el amor que
interiormente las alienta, a fin de que, estimuladas las
hermanas con este ejemplo, crezcan siempre en el amor de
Dios y la caridad recíproca.
En el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
El Señor las bendiga y las guarde; las muestre su faz y
tenga misericordia de ustedes; las vuelva su rostro y las dé
la paz, hermanas e hijas mías, a ustedes y a todas las que
han de venir y permanecer en su comunidad y a todas las
demás, tanto presentes como futuras, que han de
perseverar hasta el fin en todos los monasterios de las
Damas Pobres.
(…) Las bendigo en mi vida y después de mi muerte, en
cuanto puedo y más aun de lo que puedo, con todas las
bendiciones con que el Padre de las misericordias bendijo a
sus hijos e hijas y los bendecirá en el cielo y en la tierra, y
con las que el padre y la madre espirituales bendijeron a sus
hijos e hijas espirituales. Amén.
(…) El Señor esté siempre con ustedes y ojalá ustedes
con Él. Amén
1. RECIBÍ, SEÑOR, mi libertad toda entera; y dígnate
aceptar mi memoria, mi entendimiento y mi voluntad.
Yo nada tengo, nada poseo, que no sea don de tu
liberalidad. Todo te lo devuelvo y abandono sin reserva a tu
voluntad, a fin de que dispongas de ello a tu agrado.
La única cosa que te suplico me otorgues es, junto con tu
gracia, verdadero amor hacia Vos. Si esto me das ya soy
bastante rica y nada más te pido.
2. HOY YO TE LLAMO, te invito a seguirme, María Ana
ven junto a mí. Deja tu mundo el pobre te espera, el
enfermo, el joven también. Anímate y no tengas miedo de
empezar a caminar, tu Madre Divina pastora te guiará.
Vivirás mi Palabra en fraterna comunión, con amor
y sacrificio al mundo darás luz. Cantarán que sos
amor y caridad, cantarán canciones nuevas,
cantarán felicidad y el fuego de mi amor en tu vida
arderá. Cantarán que sos templanza y humildad.
Hoy yo te llamo, te invito María Ana a hacer de tu vida un
don, ve por el mundo y grita a la gente “loado seas mi
Señor”. Busca el bien de los hermanos en justicia y dignidad
y anímalos a vivir en la verdad.
hacer. Cada día sembraremos nuevo amor con gozo,
esperanza y alegre sencillez.
4.. NOS UNE DIOS PADRE en el amor, nos llama a vivir
la fraternidad. Tu fuerza el apoyo del hermano, su riqueza y
su pobreza, nos hacen crecer.
Como Maria Ana respondió con amor, marcando el
estilo fraternal. aceptar las fallas comprender,
perdonar, compartir la vida y la fe.
Queremos así como Francisco, formar una hermandad
universal. María, nuestra Madre y Pastora, anime nuestros
pasos hacia el ideal.
Ha pasado el tiempo María Ana y viniste virtuosa a vivir
junto a mí. Hoy tus hijas siguen andando el camino que te
trajo a Vos hasta aquí: camino de esperanza, entrega,
alegría y libertad, camino que las llevará a la unidad.
Abramos el corazón al mundo entregando alegría y
sencillez. Demos razón de la esperanza y el gozo de vivir
nuestra vocación.
3. LA MANO GENEROSA como vos, dispuesto el
corazón como vos. Y crecer, si, cada día más y más,
más en el amor.
De camino, María Ana como vos, con el alma y la vida a
flor de piel, paso a paso, tras las huellas de Jesús, para
amar, servir y hacer el bien. De camino como aquellos de
Emaús, que buscaban ser y no tener. Celebrar la Palabra
que da luz, compartir la mesa, el pan, la fe.
5. QUIERO CANTAR a una gran mujer que vivió
comunicando al mundo el gozo y la paz de vivir en Dios//
María, María Ana, tu huella permanece en nuestro
corazón, el amor y el sacrificio reflejan una entrega radical a
Dios//
Vivió amando y al morir nos dijo ”ámense”, como vos a
Jesús queremos serle fiel, amar y más amar, con más y más
amor y llenos de alegría dar y darnos a la vez. Ahora es
tiempo de ser y de servir, porque aún queda mucho por
Ámense entre Ustedes, sean testigos, //Caridad
Verdadera, yo se lo pido//
Fue tu deseo, estrechar los lazos de la hermandad. En
Cristo está nuestra fuerza, avancemos unidas hacia el ideal//
Ha pasado el tiempo, abriste un nuevo surco en el pueblo
de Dios. Fieles a tu carisma, queremos dar respuesta al
mundo de hoy. //
Hace algún tiempo su vida nos dejó una gran huella por
donde avanzar. Su fortaleza es digna de imitar, María Ana
Mogas impulsa el caminar.
6. YO QUIERO CANTAR UNA ZAMBA a una mujer todo
amor, // Ella es María y es Madre, la primera en darnos al
Salvador. //
María, Dulce Pastora, encanto de juventud, // deseo gritar
a los hombres que todos tenemos una Madre en común. //
Maria eco de amor, no abandones a tus hijos. // soy
la voz de tu pueblo que quiere ser fiel al Divino
Pastor. //
8. HOY COMO AYER, su semilla en mis manos//. Me
comprometo a hacerla vida, me comprometo, Señor,
ayúdame.
Sencillamente, con alegría reparte esta, tu semilla, al
hombre que espera una entrega sin medida, que marque el
rumbo a su vida.
María, Tierna Pastora, María consuelo y luz, // enséñanos
Madre buena a darnos a todos como hizo Jesús. //
Unidos en esta familia rezamos hoy ante Ti, // mantennos
siempre muy fieles que seamos fermento en este redil. //
7. MARIA ANA TESTIGO FIEL, con tu actuar
sembraste el bien//
Con gran amor, María Ana se entregó, con ilusión abrió su
corazón. Para servir su vida consagró a Cristo y los
hermanos que en su vida encontró.
De la oración la fuerza recibió, para enfrentar el mundo
con valor, porque ella fue mujer de decisión y con su
entrega comenzó la gran misión.
Ella vivió confiando siempre en Dios y la pobreza siempre
la practicó, Manos abiertas a todos derramó los dones y
carismas que el Señor le regaló.
Fraternidad fue siempre su ideal y la alegría expresión del
amor, como buen líder supo conducir a todas sus hermanas
hacia el bien de los demás.
9. AMA A QUIEN TANTO TE AMÓ, ama a Jesús sin
medida, sólo dios sea tu amor, sólo Dios sea tu vida.
Sean almas de oración, ámense en sinceridad, sean
humildes, sencillas para vivir siempre en paz.
Conserven el corazón limpio de toda impureza, huyan de
la vanidad y gusten de soledad.
Nada lleven con ustedes, sean pobres de verdad, haya
respeto entre todas, soportando en caridad y la Divina
Pastora nuestra obra bendecirá.
10. AL FINAL DE SU VIDA NOS LEGO, un mensaje de
amor: “Como Yo las he amado ámense, sean mi portavoz.
Caridad, Caridad verdadera, Amor y Sacrificio”//
Testamento una vida que se entrega muriendo en el surco
de amor, hoy el fruto va surgiendo, sintiendo su protección.
11. EL SEÑOR LES BENDIGA y les guarde, y su rostro
resplandezca sobre ustedes y de todos tenga Él misericordia,
el Señor los bendiga amén.
El convierta su rostro y les de la paz a ustedes hijas mías
y hermanas y a las que han de venir y permanecer aquí y
hasta el fin perseveraren. Amén. Con María Divina Pastora.
Amén.
12. VIRGEN DIVINA PASTORA, Madre del Salvador,
derrama tus bendiciones Divina Madre de Dios//
Virgencita milagrosa, patrona de nuestro hogar, no
permitas Madre mía la tristeza y el dolor//
Cuando me sienta perdido tal vez oprimido, Madre
ayúdame no permitas te lo ruego mándame el
consuelo de tu bendición//
Madre de Fruto bendito, criatura escogida por Dios,
muéstrame siempre el camino, camino del Salvador//
13. MARIA ANA RUEGA POR NOSOTROS Cuando sientas
vacía tu vida, cuando creas que llega tu fin, cuando tus
amigos te abandonen, cuando quieras llorar de tristeza.
No te olvides que Cristo te ama, que su Madre
intercede por ti, que María Ana desde las estrellas
ruega a Dios por ti y por mí.
Háblales, pídeles que en el cielo escuchen tus
ruegos. Donde estés, cada vez, el Señor estará junto
a ti//
Cuando veas que todo es tinieblas María Ana te dará la
luz. Cuando sientas que no hay alegría Maria Ana te hará
sonreír.
14. QUE EL SEÑOR TE BENDIGA Y TE GUARDE y su
rostro resplandezca sobre Ti. Y de Ti tenga Él misericordia,
que el Señor te bendiga amén.
El Señor los bendiga y los guarde y su hogar sea abierto
para ÉL y su gozo y su alegría reinen siempre, que el Señor
los bendiga amén.
Y por eso hoy cantamos a su nombre, honra y gloria
expresamos a Jesús, porque Él nos ha dado de su Gracia.
Que el Señor nos bendiga amén.
15. LIBRES COMO FRANCISCO ir por el mundo
sembrando amor, pobres como Francisco ser los
menores de corazón
El sol que a todos sale a alumbrar es nuestro guía al
marchar, luz y amistad por el mundo dar, siempre a todos
por igual.
Ver una flor que sabe adornar, ser un adorno de Dios, ver
a las aves y oír su cantar, ser instrumentos de paz
Canto a la Gloria del Creador, canto mi alegre canción,
canto al hermano canto al amor, canto a la gloria de Dios.
Somos el resto del gran Israel, somos porción del Señor,
somos los pobres del Dios de Jacob, somos amigos de Dios.
16. LOADO SEAS MI SEÑOR
Por todas tus criaturas, por el sol y por la luna, por el
viento y las estrellas, por el agua y por el fuego.
Por la hermana y madre tierra que alimenta y que
sostiene, por la hierba flor y frutos por los montes y los
mares.
Que el sentido de esta vida sea cantarte y alabarte y
porque esta nuestra vida sea siempre una canción.
17. ALABADO SEAS MI SEÑOR, alabado seas mi Señor, el
sol y las estrellas proclaman tu grandeza, //las flores y la
luna nos cantan tu poder//
Alabado seas mi Señor// cantando el universo te
ofrece su hermosura,// pues toda criatura es cántico
de amor//
Alabado seas mi Señor//los pájaros y el bosque, los
árboles y el viento, //los ríos y los mares nos cantan tu
poder//
Alabado seas mi Señor// por todos los hermanos que
acogen y perdonan por todos los que sufren en su
tribulación//
18. LA IGLESIA SE ESTÁ CAYENDO ya ves sus muros
rotos están, así le habló a Francisco el Señor en la ermita de
San Damián.
Iglesia humana y divina a la vez, en luz y sombras
la ves, //viviendo el Evangelio, más pobre y libre has
de ser//
La Iglesia que nos preocupa no es de piedra ni es
material, la iglesia somos los hombres y Dios, no la ermita
de San Damián.
Queriendo ser hoy mejores que ayer la vamos a reparar,
cumpliendo lo que el Señor nos pidió en la ermita de San
Damián.
19. CLARA ES TU NOMBRE, claro tu vivir, trigo tus
cabellos, miel tu sonreír. Frágil como un mimbre, sol de
eternidad,// Dios te da su fortaleza sol de claridad//
Clara, Clara, Clara, trigo vida y luz. Clara, Clara,
Clara, Esposa de Jesús. Clara, Clara, Clara, alma de
cristal; en invierno y en la nieve floreció el rosal.
Alma franciscana, llama de oración, búsqueda constante
en tu sed de Dios. Flor que nos ofrecer la fraternidad. //Dios
te da su fortaleza, sol de claridad//
20. LAS HUELLAS DEL CRUCIFICADO
Rosas de sangre han florecido, reviven en tu cuerpo la
pasión, Francisco de amor estás herido, las manos, los pies
y el corazón.
Tus manos que acogen a los pobres y parten el pan con el
mendigo. Yo quiero también amar a todos ya puedes Señor
contar conmigo.
Sembrando la Paz y el Bien caminas, y yo sembrador iré a
tu lado. En Ti el Evangelio es carne viva y Cristo también
crucificado.
21. SEÑOR, FUENTE DE AMOR, haz que vivamos en
caridad.
Que allí donde exista el odio, llevemos el amor, que
donde exista el error, llevemos la verdad.
Que allí donde exista la ofensa, llevemos el amor, Que
donde exista la duda, despertemos la Fe.
Que allí donde exista discordia, llevemos la paz, Que
donde exista la angustia llevemos la esperanza.
Que allí donde exista tristeza llevemos la alegría, Que
donde existan tinieblas llevemos la luz.
allí
allí
allí
allí
22. HACE TIEMPO
Hace tiempo pasó por este mundo un hombre bueno y
simple que vivió el evangelio como lo quiere Dios. Ese
hombre amaba a Dios su Padre, dejo su casa y vida y la
entregó a los pobres, les regaló su amor.
Con sus manos rodeadas por las aves, sufrió el dolor más
grande, el de Jesús su amigo, las llagas del Señor.
No tiene límite, su entrega es total, era Francisco
Mira hermano, mira su ejemplo y vive, se franciscano
siempre, tu vida es su camino, empréndelo con fe. Yo te
digo, soy muy feliz aquí Él está entre nosotras, ese hombre
que hace siglos dejó la Paz y el Bien.
23. NUESTRA SEÑORA DE LOS ANGELES
Hoy quiero cantarte Señora de los Ángeles, reina
soberana, Madre celestial. Yo soy una alondra que ha puesto
en ti su nido y viendo tu hermosura, te reza su cantar.
Luz de la mañana, María templo y cuna, mar de toda
gracia, fuego, nieve y flor, Puerta siempre abierta,
rosas sin espinas, yo te doy mi vida, soy tu trovador.
Salve surco abierto, donde Dios se siembra. Te eligió por
Madre Cristo el Redentor. Salve, esclava y reina, Virgen
Nazarena, casa, paz y abrazo para el pecador.
24. DULCE ES SENTIR cómo en mi corazón,
humildemente nace el amor. Dulce entender que no estoy
más sólo y que soy parte de una inmensa vida, que
resplandece hermosa en torno a mí, don del Señor de su
inmenso amor.
El nos dio el cielo, las bellas estrellas, hermano sol y
hermana luna, la madre tierra, con frutos, campos, flores, el
fuego, el viento, el aire, el agua pura, fuente de vida para
sus criaturas; don del Señor, de su inmenso amor.
Sea alabado nuestro buen Señor que ha creado el
universo entero, sea alabado nuestro buen Señor nosotros
somos obras de sus manos, don del Señor de su inmenso
amor, humildemente sirvamos al creador.
25. TODO HOMBRE simple, lleva adentro un sueño, con
amor y humildad, podrás realizarlo. Si con fe tu sabrás vivir
humildemente, tanto o más feliz serás aunque nada tengas.
Si pusieras cada día con sudor y esfuerzo, una
piedra y otra más llegarás muy alto.
Y los gozos simples, son los más hermosos, son aquellos
que al fin, son los más grandiosos.
26. HAZME UN INSTRUMENTO DE TU PAZ, donde haya
odio lleve yo tu amor, donde haya injuria tu perdón Señor,
donde haya duda fe en Ti.
Maestro ayúdame a nunca buscar, querer ser
consolado como consolar, ser comprendido como
comprender, ser amado como yo amar.
Hazme un instrumento de tu paz, que lleve tu esperanza
por doquier, donde haya oscuridad lleve tu luz, donde haya
pena tu gozo Señor.
Hazme un instrumento de tu paz, es perdonando que nos
das perdón, es dando a todos que tu te nos das y muriendo
es que volvemos a nacer.
27. A TU PASO ALEGRAS EL CIELO y nos traes luz y
calor, por tu sol de alegre vuelo, loado mi Señor. Te deslizas
por las praderas y en los campos pintas verdor, por tus luces
placenteras, loado mi Señor.
Hermano sol, tu nos traes alegría y del Señor el
amor, por tu bello día loado mi Señor
Tú maduras frutos y mieses y a las flores das el color, por
el paso de los meses loado mi Señor. En los campos haces
fecundos los sudores del labrador, que da pan a todo el
mundo, loado mi Señor
No distingues malos ni buenos, para todos es tu calor,
quieres tu que nos amemos, loado mi Señor. Con tu manto
todos los días, pobre y rico cubren dolor, aprendamos tu
alegría, loado mi Señor.
Recorriendo la hermana tierra a los hombres ves sin
amor, por los que no quieren guerras, loado mi Señor. Por
aquellos que son pacientes y perdonan sin rencor, por la fe
de los valientes, loado mi Señor.
28. SALMO DE CLARA Sol-mi-Do-ReAmo al Señor porque Él escucha el clamor de mi súplica
inclina su oído hacia mi cuando yo lo invoco.
Los lazos de la muerte me envolvieron, me alcanzaron las
redes del abismo, caí entre la angustia y la tristeza, invoqué
al Señor sálvame.
El Señor es justo y bondadoso, nuestro Dios es
compasivo, el Señor protege a los sencillos, yo estaba en la
miseria y me sacó, alma mía recobra ya la calma, Dios ha
sido bueno conmigo, Él libró mi vida de la muerte, de
lágrimas y caídas.
Tenía confianza cuando dije, qué grande es mi desgracia.
Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo, alzaré el
cáliz de la salvación e invocaré el nombre del Señor.
Cumpliré mis votos al Señor en presencia de todo el pueblo.
29. PADRE BUENO, DIOS ALEGRE, primavera y
manantial. Dios hermano, Dios amigo, padre nuestro
celestial.
Tú Señor, que enciendes las estrellas, Tú que al sol le das
su resplandor. Tú que cuidas al pájaro perdido que va
buscando un nido guiado por tu amor.
Tú, que siembras rosas y trigales, Tú que al lirio vistes de
esplendor, nos proteges, Señor con más cariño, pues
quieres más a un niño que al pájaro y la flor.
Tú Señor, que velas por el pobre y al humilde das tu
protección. al que amas le ofreces un tesoro que vale más
que el oro le das tu corazón.
Tú Señor, que alumbras mi camino, Tú que escuchas
siempre mi oración, en tu amor pongo yo mi confianza,
renace mi esperanza, se acuna mi canción.
30. Tú eres el Santo, Señor Dios único, el que haces
maravillas. Tú eres el fuerte, tú eres el grande, tú eres el
Altísimo, tú eres Rey omnipotente, tu Padre Santo, rey del
cielo y la tierra. Tú eres Trino y Uno, Señor Dios de dioses,
tú eres el Bien, Sumo Bien.
Señor Dios vivo y verdadero, tu eres el amor, la caridad,
tu eres la sabiduría, tu eres la humildad, tu eres la
paciencia, tu eres la hermosura, la mansedumbre, tu eres la
seguridad, tu eres la quietud, tu eres el gozo, nuestra
esperanza y alegría.
Tú eres la justicia, tú eres la templanza, tú eres toda
nuestra riqueza a saciedad, tu eres la hermosura, tu eres la
mansedumbre, tu eres el protector, nuestro custodio y
defensor, tu eres la fortaleza, tu eres el refrigerio. Tu eres
nuestra esperanza y nuestra fe, tu eres nuestra caridad, tu
eres toda nuestra dulzura, tu eres nuestra vida eterna,
grande y admirable Señor, omnipotente Dios, misericordioso
Salvador.
31. ALMA FRANCISCANA enséñame, Señor a ser sencillo,
como fue Francisco de Asís. Enséñame, Señor a ser humilde,
como fue Clara de Asís.
Renuévame, Señor, en la esperanza, haz de mi un
instrumento de tu amor. Enséñame, Señor como alabarte,
con amor, cariño y mucha fe.
Regálame, Señor, un corazón sencillo, para poder
amarte con toda devoción. Regálame, Señor, un alma
franciscana, que lleve tu mensaje de vida, paz y bien.
(bis)
Introducción
La oración de María Ana Mogas
1.- Oración confiada
2.- Ofrecimiento de la mañana
3.- Recibí, señor mi libertad
4.- Examen
5.- Oración al corazón de Jesús
6.- Referencia la Padrenuestro
7.- Bendición de María Ana
8.- acto de Fe, Esperanza y Caridad
9.- Señora mía, si vos rogás…
10-Padre eterno
11-Para mantener viva la presencia de Dios
12-Virgen Santa, dulce y tierna Madre
13-Adoración de las llagas
14-Para hacer oración
15-Acción de gracias para la noche
16-Dolor
17-De la Santa Comunión
18-Oración para pedir la buena muerte
19-Oración por la Iglesia
20-Oración por los agonizantes
21-Escaló la santidad
22-Consejos de la Beata maría Ana
23-Sus virtudes predilectas
24-Su vida ejemplar
Oraciones de tradición Congregacional
25-Novena a la Beata María Ana Mogas
26-Biografía
27-El Tránsito
28-Oración a la Madre del Divino Pastor
29-Oración a María, Divina Pastora
30-Oración por las vocaciones
31-Oración por nuestras hermanas mártires
32-Novena a la Divina Pastora
Así oraba San Francisco
33-Cántico de las criaturas
34-Oración ante el Cristo de San Damián
35-Oh qué glorioso
36-alabanzas al Dios altísimo
37-Saludo a la Virgen maría
38-Oración de San Francisco a la Virgen María
39-Oración al Padre
40-Bendición al hno. León
41-Oración
42-Instrumento de paz
Consejos de Santa Clara para hacer oración
43-Consejos a Inés de Praga
44-Del Testamento de Santa Clara
45-Bendición de Santa Clara
Cancionero
1.- Recibí, Señor
2.- Hoy yo te llamo
3.- La mano generosa
4.- Nos une Dios Padre
5.- Zamba a María Ana
6.- Zamba a la M. del Divino Pastor
7.- Canción de las virtudes
8.- Hoy como ayer
9.- Ama a quien tanto te amó
10-Testamento
11-La bendición de M.A.
12Virgen Divina Pastora
13-María Ana, ruega por nosotros
14-Bendición de S.F.
15-Libres como Francisco
16-Loado seas
17-alabado seas mi Señor
18-La Iglesia se está cayendo
19-clara es su nombre
20-Rosas de sangre
21-Señor, fuente de amor
22-Hace tiempo
23-Ntra. Sra. De los Ángeles
24-Dulce sentir
25-Todo hombre simple
26-Hazme un Instrumento
27-a tu paso
28-Salmo de Clara
29-Padre bueno
30-Tú eres el santo
31-Alma franciscana
FRANCISCANAS MISIONERAS DE LA MADRE DEL
DIVINO PASTOR