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Estudio del Salmo 27 Iglesia Cristiana Ríos de Agua Viva J.L. Guedes Título: Como orar en tiempos de prueba Introducción: El autor de este salmo es el rey David. Algunos piensan que David escribió este salmo antes de ascender al trono, cuando era perseguido por Saúl. C.H. Spurgeon piensa que específicamente lo escribió cuando huyó de la cueva de Adulam a Mizpa de Moab, llevándose a sus padres y dejándolos bajo la protección del rey de Moab (1 Sam. 22). Otros, especialmente los judíos, piensan que David escribió este salmo en su vejez. Quizás no lo escribió pensando en ningún evento en particular, ya que la vida de este hombre que tenía un corazón conforme al de Dios, estuvo llena de dificultades, persecuciones y enemigos. No obstante, Dios lo acompañó hasta el final y murió en paz en su vejez. En todo, caso este salmo es una excelente guía de como orar efectivamente en tiempos de dificultad, ya que quien lo escribió era un experto en pruebas y dificultades. Finalmente, este salmo puede ser meditado desde la óptica personal (David), de la iglesia y de nuestro Señor Jesucristo, dado que las tres personas sufren persecuciones y dependen absolutamente de Dios.
Texto: BTX NTV RVR‐1960 Salmo de David Jehová es mi luz y mi salvación
Salmo de David Salmo de David 1 YHVH es mi luz y mi salvación, ¿De quién temeré? YHVH es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme? 2 Cuando se juntaron contra mí los malignos para devorar mis carnes, mis adversarios y mis enemigos tropezaron y cayeron. 3 Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón, Aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado. 4 Una cosa he demandado a YHVH, ésta buscaré: Que esté yo en la casa de YHVH todos los días de mi vida, 1 El Señor es mi luz y mi salvación, entonces ¿por qué habría de temer? El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro, entonces ¿por qué habría de temblar? 2 Cuando los malvados vengan a devorarme, cuando mis enemigos y adversarios me ataquen, tropezarán y caerán. 3 Aunque un ejército poderoso me rodee, mi corazón no temerá. Aunque me ataquen, permaneceré confiado. 4 Lo único que le pido al Señor —lo que más anhelo— 1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? 2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. 3 Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado. 4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; 1 Para contemplar la hermosura de YHVH, e inquirir en su templo. 5 Porque El me esconderá en su refugio en el día del mal, Me ocultará en lo reservado de su Tienda. Me pondrá en alto sobre una roca. 6 Y mi cabeza será levantada sobre mis enemigos en derredor, Y en su Tienda ofreceré sacrificios con voz de júbilo. Cantaré, sí, cantaré salmos a YHVH. 7 ¡Escucha, oh YHVH, cuando clamo con mi voz! ¡Ten piedad de mí y respóndeme! 8 Sobre ti dijo mi corazón: ¡Buscad mi rostro! Tu rostro buscaré, oh YHVH. 9 No escondas tu rostro de mí. Ni rechaces con ira a tu siervo. Has sido mi ayuda, no me dejes ni me desampares, Oh Dios de mi salvación. 10 Aunque mi padre y mi madre me abandonen, YHVH me recogerá. 11 Enséñame, oh YHVH, tu camino, Y guíame por senda llana, a causa de los que me acechan. 12 No me entregues a la voluntad de mis adversarios, Porque se han levantado contra mí testigos falsos, Y aquellos que respiran violencia. 13 Creo que veré la bondad de YHVH en la tierra de los vivientes. 14 Aguarda a YHVH; ¡Esfuérzate, y aliéntese tu corazón! ¡Sí, espera a YHVH! es vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida, deleitándome en la perfección del Señor y meditando dentro de su templo. 5 Pues él me ocultará allí cuando vengan dificultades; me esconderá en su santuario. Me pondrá en una roca alta donde nadie me alcanzará. 6 Entonces mantendré mi cabeza en alto, por encima de los enemigos que me rodean. En su santuario ofreceré sacrificios con gritos de alegría, y con música cantaré y alabaré al Señor. 7 Escúchame cuando oro, oh Señor; ¡ten misericordia y respóndeme! 8 Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, Señor». 9 No me des la espalda; no rechaces a tu siervo con enojo. Tú siempre has sido mi ayudador. No me dejes ahora; no me abandones, ¡oh Dios de mi salvación! 10 Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me mantendrá cerca. 11 Enséñame cómo vivir, oh Señor. Guíame por el camino correcto, porque mis enemigos me esperan. 12 No permitas que caiga en sus manos. Pues me acusan de cosas que nunca hice; cada vez que respiran, me amenazan con violencia. 13 Sin embargo, yo confío en que veré la bondad del Señor Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. 5 Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto. 6 Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová. 7 Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo; Ten misericordia de mí, y respóndeme. 8 Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová; 9 No escondas tu rostro de mí. No apartes con ira a tu siervo; Mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación. 10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá. 11 Enséñame, oh Jehová, tu camino, Y guíame por senda de rectitud A causa de mis enemigos. 12 No me entregues a la voluntad de mis enemigos; Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad. 13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes. 14 Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová. 2 mientras estoy aquí, en la tierra de los vivientes. 14 Espera con paciencia al Señor; sé valiente y esforzado; sí, espera al Señor con paciencia. NTV: BTX: Biblia Textual 1999, Nueva Traducción Viviente y RVR‐1960: Reina‐Valera 1960 Estructura del Texto 1.
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Declaración de Fe (v.1) Meditación en Experiencias y en la fidelidad de Dios (v.2‐6) Oración (v.7‐12) Declaración de Confianza y auto‐exhortación (v.13‐14) Análisis de Texto 1. Declaración de Fe (v.1) a. La primera palabra de este salmo es YHVH, Jehová o Señor b. Luego dice que YHVH es. El verbo ser en presente. Nunca deja de ser, siempre es. c. Tres atributos de Dios: Luz, Salvación y Fortaleza. i. Cada uno de estos atributos está precedido del adjetivo posesivo mí. Lo cual denota no sólo una relación entre este Dios con sus atributos y el salmista, sino también un lenguaje de pacto (Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Jer.31:33 NTV). No es lo mismo decir, Dios es x, y o z, Tu Dios es x, y o z, a decir MI Dios es x, y o z. ii. Luz es el primer atributo. Fue creada antes que el sol (Gen. 1:3) y siempre está en contraposición a las tinieblas (Gen. 1:4). La luz es sinónimo de verdad, santidad y conocimiento, mientras que las tinieblas es sinónimo de mentira, maldad e ignorancia. El Señor Jesucristo dijo “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” Jn.8:12, y le dijo a sus discípulos: “Vosotros sois la luz del mundo.” Mt.5:14. En tal sentido, la expresión YHVH es mi luz, implica que Dios es la fuente de verdad, santidad y conocimiento del salmista. iii. Salvación. Segundo atributo. Aquí el salmista no se refiere solamente a que Dios es quien lo puede salvar de sus enemigos, de quienes habla más adelante, sino a la redención final. El Señor Jesucristo le dijo a sus apóstoles: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” Mt.10:28. El salmista parece estar consciente de que aunque muriera en ese momento a causa de sus enemigos, éstos sólo podrían matar su cuerpo, pero la redención final de su alma estaba a salvo en Dios. iv. El tercer y último atributo que aparece es el de Fortaleza. Fortaleza es sinónimo de una ciudad amurallada, impenetrable por los enemigos. Este atributo no sólo 3 es una fuente de protección sino también de aliento y esperanza. Al igual que las murallas de una ciudad ofrecían protección a sus habitantes, también aunque la batalla fuera larga y durara días, meses o años, las murallas eran fuente de esperanza porque mientras se mantuvieran erguidas había esperanza. De igual forma, Dios era la fortaleza de David y es para cada creyente. Dios es la única fuente de protección y esperanza para el creyente. d. Dos preguntas retóricas i. El salmista hace dos preguntas retóricas. Una después de los dos primeros atributos y la otra después del último. Son retóricas porque están precedidas de la respuesta y a su vez invitan a la reflexión basada en la verdad declarada anteriormente (YHVH es mi luz y mi salvación… y es la fortaleza de mi vida). ii. Como dijimos anteriormente, solo Dios puede salvar el cuerpo y el alma y por eso la primera pregunta retórica habla de temor (¿de quién temeré?). Adicionalmente, Prov.1:7 dice que “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová” donde la sabiduría está relacionada con la luz (conocimiento) que proviene de Dios. iii. La otra pregunta retórica habla de atemorizarse o sentir miedo. Aunque esta vida está llena de dificultades, el creyente no debe darle rienda suelta al miedo, el cual es una emoción que paraliza e impide actuar, sino que debe depositar su confianza en Dios (siempre y cuando Dios sea su fortaleza). Por ello en Fil.4:6 dice: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” e. Basado en lo anterior, podrías asegurar al igual que el salmista David que Dios es tu luz, salvación y fortaleza? 2. Meditación en Experiencias y en la fidelidad de Dios (v.2‐6) a. De los versos 2 al 6 el salmista presenta un monólogo, meditando en sus experiencias pasadas con Dios, en su carácter y en las respuestas de Dios. b. En los versos 2 y 3 el salmista recuerda un evento de liberación de enemigos del pasado que le produce fe para confiar en el presente y futuro (v.2‐3) i. En el verso 2 el salmista trae a su memoria un evento en que enemigos muy despiadados se juntaron en una ocasión para destruirlo. La expresión “para comer mis carnes” denota enemigos como bestias feroces que no solamente deseaban destruir a David físicamente, sino también moralmente a través de la calumnia y difamación. ii. Sin embargo, el destino de estos enemigos malignos fue que tropezaron y cayeron. Esta doble afirmación indica la total destrucción de los enemigos. No sólo tropezaron, sino que también cayeron. Cuando Senaquerib rey de Asiria invadió Judá y sitió a Jerusalem, el rey Ezequías clamó a Dios “y aquella misma noche salió el ángel de Jehová, y mató en el campamento de los asirios a 185.000…Entonces Senaquerib rey de Asiria se fue, y volvió a Nínive, …Y aconteció que mientras él adoraba en el templo de Nisroc su dios, Adramelec y Sarezer sus hijos lo hirieron a espada.” 2 Reyes 19 4 iii. Al recordar ese evento pasado, el salmista se convence que aunque venga una dificultad del tamaño de un ejército, él permanecerá confiado y su corazón no tendrá temor porque Jehová es su luz, su salvación y su fortaleza. iv. Meditar en la Biblia acerca de las hazañas de Dios por sus hijos, escuchar testimonios de otros creyentes, y especialmente recordar las experiencias personales de cuando Dios nos ha librado de nuestras dificultades pasadas son una fuente increíble para fortalecer la fe del creyente en medio de una prueba. c. En los versos 4 al 6, el salmista recuerda una oración del pasado que le permite declarar su confianza en Dios para el presente y futuro, así como asegurar que alabará y se gozará en Dios al estar seguro de su liberación (v.4‐6) i. En el verso 4 el salmista medita en sus oraciones anteriores y recuerda que su principal y más frecuente y anhelada oración es: 1. Que Jehová le permita morar en su casa de todos los días de su vida a. Morar se refiere a tener comunión íntima con Dios. Es habitar en la presencia de Dios. b. La comunión con Dios que desea el salmista, es diaria (todos los días de su vida) 2. El fin por la cual el salmista desea tener este tipo de comunión con Dios es para: a. Contemplar su hermosura b. Escudriñar en su santuario (conocerlo cada día más) ii. El salmista no sólo se conforma con pedirle a Dios que le permita tener comunión con El todos los días sino que dice “ésta buscaré”. No basta con pedirle a Dios, hay que buscarlo con afán. “y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.” Jer.29:13. Por ejemplo, La mujer con flujo de sangre de Lucas 8:43‐48 se abrió paso entre la multitud, se arrastró entre los pies de las personas, estiró su mano hasta que pudo tocar el borde del manto de Jesús, y quedó sana. iii. Si el Señor le concede su petición (habitar en su templo, es decir tener comunión íntima con El), entonces (verso 5): 1. Dios lo protegerá en su morada cuando venga el día malo porque Él es su fortaleza. 2. La expresión “Y mi cabeza será levantada sobre mis enemigos en derredor” indica que Dios lo pondrá en un lugar donde sus enemigos no podrán alcanzarlo y que el creyente será exaltado delante de sus enemigos, a la vez que estos será humillados. iv. Luego en el verso 6 dice que una vez que Dios lo libre de sus enemigos, en agradecimiento, el salmista se gozará en la presencia de Dios y lo adorará con todo tipo de alabanzas. 3. Oración (v.7‐12) a. Clamor (v.7) 5 i. David comienza su oración con un clamor en voz alta pidiendo dos cosas en específico: 1. Piedad 2. Respuesta b. Luego David le recuerda a Dios que es El quien toma la iniciativa de acercarse al necesitado. La voz del Espíritu Santo le dice en su interior que busque el rostro de Dios, a cuya invitación el salmista responde positiva y determinadamente “Tu rostro buscaré, oh YHVH.” (v.8) El Espíritu Santo siempre motiva al creyente a buscar el rostro de Dios y tener comunión con El. Por el contrario, satanás y sus demonios siempre intentarán mantener al creyente alejado de Dios, tentándolo para no orar, leer la palabra, e ir a la iglesia. El tentador siempre proveerá un sinnúmero de actividades y distracciones que mantengan al creyente lejos de Dios. c. Basado en el argumento anterior (v.8) solicita una audiencia con el Dios Altísimo y refuerza su argumento, recordándole a Dios que no es la primera vez que le solicita ayuda apelando al pacto de Dios (mi salvación) (v.9). Probablemente el salmista tenía tiempo en medio de la prueba y buscando a Dios sin recibir respuesta, por esa razón el salmista le dice “No escondas tu rostro de mí, ni rechaces con ira a tu siervo.” A veces Dios tarda en responder y en traer su liberación. A través de esta aparente tardanza, Dios forma el carácter de sus hijos, incrementa su fe y los enseña a perseverar. Seguidamente, David usa un argumento poderoso, le recuerda a Dios que no ha sido la primera vez que David clama y Dios lo ayuda al decirle: “Has sido mi ayuda”. Basado en ese poderoso argumento, le pide “no me dejes ni me desampares, Oh Dios de mi salvación.” d. Apela al amor y fidelidad de Dios (v.10) i. No hay seres en esta vida que sean más fieles y que tengan más amor por sus hijos que los padres. Es casi inimaginable que una madre olvide y abandone a su hijo. No obstante, se han visto casos producto del pecado. Pero aun si esto sucediera, el salmista reconoce que Dios nunca lo abandonará. ii. El no puede negarse a sí mismo. “Si fuéremos infieles, él permanece fiel;” 2 Tim.2:13 e. Solicitud i. Enséñame tu camino y guíame por senda de rectitud. Aquí habla de ser iluminado por Dios en cuanto a una vida de justicia. ii. No me entregues a la voluntad de mis enemigos. En esta afirmación David reconocía que sus enemigos tenían el poder para destruirlo, pero a la vez reconoce que él es propiedad de Dios, quien está en control de la situación, y que sus enemigos no podrán alcanzarlo a menos que Dios lo permita. Por tal razón, su oración es “No me entregues a la voluntad de mis enemigos” 4. Declaración de Confianza y auto‐exhortación (v.13‐14) a. Una vez concluida su oración en el verso 12, el salmista lleno de fe ministrada por el Espíritu Santo mientras oraba, hace una declaración de confianza de que su oración fue escuchada y que Dios lo librará de estos poderosos y crueles enemigos y finalmente, toma la determinación de esforzarse, cobrar ánimo y esperar por la respuesta de Dios. 6 b. Declaración de confianza en que la oración fue escuchada y será contestada por Dios (v.13) i. Quizás, al terminar su oración, David abrió sus ojos y se dijo a sí mismo “Creo que veré la bondad de YHVH en la tierra de los vivientes.” Esto muestra un absoluto convencimiento de que la oración será contestada. Es como un cheque emitido por Dios mismo a nombre del creyente, quien no tiene duda de que podrá presentarlo en la taquilla celestial y cobrarlo sin problema. c. Finalmente, el salmista hace una auto‐exhortación y se compromete a: i. Esperar en el tiempo y voluntad de Dios ii. Perseverar en la prueba y a cobrar ánimo porque Dios responderá en el tiempo perfecto. “Señor bendícenos, santifícanos y ayúdanos a perseverar hasta que nos llames a tu santa presencia. En el nombre de Cristo Jesús oramos. Amén.” Bibliografía 1.
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Santa Biblia versión Textual 1999 Santa Biblia Nueva Traducción Viviente 2010 Santa Biblia traducción Reina‐Valera 1960 Los Tesoros de David, C.H. Spurgeon (http://www.spurgeon.org/treasury/ps027.htm) Comentarios de la Biblia de Matthew Henry Nuevo Diccionario de la Biblia, Editorial Unilit 7