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Rito de Transmutación
Como fue dado por el Arcángel Metatrón
Amados todos, vayamos ahora al espacio quieto de las cámaras de nuestro corazón, donde
somos Uno con Madre – Padre Dios, y más allá, donde somos Uno con la Conciencia Una en la
fuente de toda la Creación. Aquí se encuentra la puerta para el Templo de la Luz Externa,
donde todas las cosas se vuelven manifiestas.
Cada uno de nosotros pongamos ahora a un lado nuestras inquietudes y preocupaciones de
nuestra vida humana, y permanezcamos quietos en la Unidad con la Mente y el Corazón de
Madre – Padre Dios. Entremos ahora por la puerta del Templo, siendo bienvenidos por el Ángel
de la Presencia.
Purificados por el Pilar del Fuego Arcoíris y lavados en las Aguas del Amor Eterno que fluyen del
manantial del corazón de Madre – Padre Dios, venimos nuevamente ahora al Templo para
transmutar nuestro ser humano en ser humano divino.
Amados todos, entremos una vez más ahora al salón interior del Templo, donde el Pilar del
Fuego Arcoíris ilumina y sostiene toda la Creación.
Amados todos, al interior del Pilar del Fuego Arcoíris, arrojamos todos nuestros miedos y juicios.
Arrojamos en los Fuegos Arcoíris todos los patrones kármicos de nuestras líneas genéticas y todo
el karma no resuelto que hemos creado a través de vivir esta vida o cualquier otra. Arrojamos
en los Fuegos Arcoíris toda nuestra vergüenza, culpa, culpabilidad y arrepentimiento y nuestra
indignidad ante Dios y ante los demás humanos. Arrojamos en los Fuegos Arcoíris toda nuestra
enfermedad, padecimientos y disfunciones de nuestro cuerpo físico.
Arrojamos en los Fuegos Arcoíris todo lo que alimenta nuestro ego en vez de nuestra alma y
espíritu. Arrojamos en los Fuegos Arcoíris todas las limitaciones y restricciones que hemos puesto
sobre nosotros mismos en algún aspecto de nuestro ser. Arrojamos en los Fuegos Arcoíris todo lo
que nos mantiene encerrados en la ilusión de estar separados de otros humanos, de la
naturaleza y la Tierra, y de los cielos y la experiencia de la unión divina.
Cuando todo lo que ya no nos sirve se derrite, queda solamente el oro de la conciencia divina
iluminada. Cuando es transmutado nuestro karma, ya no estamos separados unos de otros.
Ahora nos es dada la libertad de conocer y explorar nuestra divinidad, y de conocer y explorar
sin miedo nuestra humanidad. Nos es dado el regalo de la Gracia.
Amados todos, ahora somos iluminados en nuestra divinidad así como en nuestra humanidad.
Renacemos en la conciencia superior a través de la Luz y el Amor de Madre – Padre Dios.
Somos Muchos que son Uno y Uno que es Muchos. Que el Cielo y la Tierra se unan, ahora y
siempre.
Amados todos, recibamos ahora la bendición y la sacralización de Madre – Padre Dios, como
Uno con Ellos, dentro de nosotros mismos y unos con otros. En Gracia, abracemos nuestra
humanidad y nuestra divinidad. Como Uno y Muchos, Muchos y Uno, moremos en la Luz y el
Amor, ahora y siempre.
Y así es, en el Nombre de Madre – Padre Dios.