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“DAME DE BEBER”
Celebramos el Domingo Mundial de las Misiones, día en que se nos invita a alegrarnos con todos los misioneros del
mundo y a vivir el gozo de nosotros ser parte de estos testigos en nuestros ambientes. Somos misioneros cuando nos
abrimos a Jesús y a los hermanos. Por eso, te pedimos Señor, que nos permitas mirar la realidad que conocemos y te
podamos preguntar, en comunidad, cuál es la misión que nos confías.
Señor, deseamos comprender la misión al verte a Ti y queremos escuchar lo que nos quieres decir detrás de los
acontecimientos de la vida.
En una cita del Evangelio San Juan, Jesús se acerca a una mujer samarita, habla con ella junto al pozo de Jacob. Él le
pide agua y ella no entiende el por qué de ese pedido. Nosotros muchas veces reaccionamos como esta mujer,
cuando Jesús nos pide ayuda en la misión. La mujer samaritana aunque no comprendió y se sorprendió, se quedó ahí
junto al pozo y quiso responder a Jesús, el diálogo de ellos dos continua y la mujer empieza a decirle que Él no tiene
con qué sacar el agua y el pozo es hondo. Jesús hoy vive la misma situación y necesita de nosotros para colmar la sed
de tantas personas de esta humanidad.
Hoy Jesús se sienta junto al pozo para atraernos con su presencia. Él te pregunta en cada momento de tu día:
¿Quieres darme de beber? Él quiere saber cómo estás viviendo tu trabajo, a veces cuando sientes la inseguridad
frente al futuro, cómo estás viviendo las relaciones familiares, las relaciones con tus amigos. Como lo hizo con la
samaritana hace con nosotros, no quiere pasar por encima de lo que vivimos, quiere llegar hasta el fondo de
nuestras vivencias para capacitarnos para la misión. Jesús te mira y te pregunta, ¿Cómo estás tú en todas las
situaciones que te tocan?
Muchas veces tenemos que reconocer que el cansancio, las responsabilidades que nos competen, no nos permiten
escuchar la voz de Jesús que se interesa por cada paso que damos; otras veces oímos, pero estamos demasiado
ocupados buscando soluciones para nuestros problemas; otras veces las voces del desánimo nos quieren convencer
de que no podemos hacer nada, que nuestro pequeño aporte de nada sirve.
Y Jesús permanece ahí junto al pozo. A través de muchos acontecimientos y de personas Él continúa diciendo que
está esperándote, te dice: Mi corazón espera poder encontrarte junto al pozo de cada hombre y cada mujer de esta
humanidad. Soy Yo, quien sacia la sed, Yo respondo a los deseos más profundos de tu corazón. Yo asumo todo lo que
vives. Nada te faltará si aceptas beber del pozo de la vida, si abres tu vida a mi amor y te experimentas amado en lo
que eres. Entrégame lo que eres y ama con mi amor. Este es el centro de la misión, el conocimiento de Cristo, el
reconocernos mirados profundamente por Él. Esto es lo que impulso nuestras vidas y nos hace salir de nosotros
mismos y anunciar a Alguien que puede saciar nuestra sed, como hizo la samaritana.
Señor tal como esta mujer, deseamos caminar en Ti y correr para anunciar la Buena Nueva de la Vida en Abundancia.
Ayúdanos a comprender que lo que tenemos y somos es lo necesario para vivir lo que tú nos haces intuir en el
corazón. Mira con nosotros Señor este mundo y danos la humildad para ser instrumentos de tu amor y verdad.
Lunes (Lc 12,49-50) «Yo viene a lanzar fuego sobre la tierra; y como deseo que arda ya! Tengo que
ser bautizado con un bautismo, y que angustia hasta que se realice!”
Señor, queremos darte gracias por las vidas que se dejaron incendiar por el fuego de tu amor, que se entregan por
los hermanos. Gracias por los misioneros que a lo largo de la historia llevaron y llevan la Buena Nueva con su
testimonio y su palabra. Ayúdanos a conocerte más, a amarte más, para que muchas personas te encuentren.
Martes
(Jn 4,9-10) “La samaritana le dice: ¿Como tú siendo judío, me pides de beber a mí, que soy
una mujer samaritana? Es que los judíos no se trataban con los samaritanos. Jesús le respondió: si
conocieras el don que Dios tiene para darte y quien es el que te dice: dame de beber, tú le pedirías a Él y
Él te daría agua viva!”
Te pedimos Jesús por aquellos hombres y mujeres que sufren la soledad, la discriminación, la injusticia. Que puedan
saberse incondicionalmente amados, como la mujer samaritana por Ti Que todos puedan disfrutar de su condición
de hijos y herederos de los tesoros de tu amor y de tu entrega.
Miércoles
(Mc 10,13-15) “le presentaron unos pequeñitos para que los tocase; pero los discípulos
los reprendían. Viendo esto, Jesús les dijo: Dejad que los niños vengan a Mí, no se lo impidáis, porque el
reino de los cielos es de los que sean como ellos”
Queremos Jesús, colocar en tus manos el don de tantos niños que nacen y crecen, ayúdanos a dar valor a sus vidas
como Tú lo haces, a tener un corazón como ellos. Ayúdanos a aprender de los niños la sencillez de corazón, danos
esa alegría y confianza infantil, pero sobre todo, que podamos descubrir el valor que Tú le das a nuestras vidas, el
valor que Tú le das a nuestra entrega de cada día, a nuestro intento diario en la misión.
Jueves
(Jn 14,5-7) Tomás le dice: Señor, no sabemos para dónde vas, ¿cómo vamos a saber el
camino? Jesús le respondió: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sin por Mi”
Señor, Tú que eres el camino, la verdad y la vida, muéstranos el camino para que podemos llegar a
nuestros hermanos. Danos esa actitud humilde para dejarnos guiar por Ti, para así reconocer lo que
necesitan las personas que Tú nos confías.
Viernes
(Jn 17,21-23) “No ruego solo por estos, sino también por aquellos que creerán en mi por
medio de su palabra, para que sean uno como Tú Padre en Mí y yo en Ti: para que así ellos estén en
nosotros y el mundo crea que Tú me enviaste”
Danos tu mirada Señor este día, te pedimos por el camino de comunión dentro de la Iglesia, por el camino
de comunión en las familias, en la humanidad. También rezamos por el camino ecuménico enséñanos a
amar las diferencias, para crecer y empeñarnos por vivir y anunciar el reino, donde todos somos uno en Ti
Sábado
(Lc5,4-6) “cuando acabo de hablar le dice Simón: Boga mar adentro y lanzad las redes para
pescar. Simón le respondió: Maestro, trabajamos toda la noche y no pescamos nada, pero en tu nombre
echaré las redes (…) desde ahora serás pescador de hombres”
Señor al finalizar esta semana y desde el profundizar en la misión, recibe nuestras vidas agradecidas por
el don de conocerte, por el anuncio que recibimos un día- señor, ayúdanos a dejarnos atraer cada vez más
por tu reino de vida y de paz. Gracias porque nos reafirmas en la llamada que nos hiciste un día, de ser
Contigo pescadores de hombres.