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“Carta entre hermanos”
CATEQUESIS POR CORRESPONDENCIA
ENCUENTRO Nº 7
La oración que nos enseñó Jesús
El Padre Nuestro
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
TEMARIO
1- Meditando el Padre Nuestro......................................................pág. 4
2- El poder del Padre Nuestro …………………………………...pág.17
3- Corazón de hermanos………………………………………...pág.18
4- Resumen………………………..............................................pág. 19
5- Preguntas para responder…………………………………….pág. 23
Nihil Obstad
Pbro. Claudio Castricone
Coordinador del Área Adultos
de la Junta Nacional de Catequesis
25 de abril del año 2010
Imprimatur
Monseñor Héctor S. Cardelli
Presidente de la Comisión Episcopal
de Pastoral Penitenciaria
2 de junio del año 2010
Contenido: Ana María Terradas.
Ilustraciones: Carlos Julio Sánchez
Queda hecho el depósito
que establece la Ley 11.723
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ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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Querido hermano:
En el Encuentro pasado hemos visto las más importantes enseñanzas de Jesús
resumidas así: Orar. Amar. Perdonar. Pertenecer a una comunidad de discípulos
misioneros de Jesús.
Ahora vamos a meditar la oración que nos enseñó Jesús: El Padre Nuestro.
A los discípulos de Jesús les llamaba
mucho la atención la manera de orar
que tenía el Señor.
Jesús no oraba como ellos, que
rezaban largas oraciones puestos de
pie.
Él, en cambio, se pasaba horas en
silencio en compañía de Su Padre.
Curiosos, un día le dijeron:
“Señor, enséñanos a orar”.
Lucas 11, 1
“Entonces, Jesús les dijo a sus
discípulos, cuando oren digan
así:
Padre nuestro que estás en el
Cielo. Santificado sea tu
Nombre. Venga a nosotros tu
Reino. Hágase tu Voluntad así en
la tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada
día. Perdona nuestras ofensas
así como nosotros perdonamos a
los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la
tentación, y líbranos del mal”.
Mateo 6, 9-13
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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Esta oración es muy sencilla y fácil de aprender de memoria para decirla todos
los días. Es una oración completa. La más importante de las oraciones…porque la
enseñó Jesús.
1-MEDITANDO EL PADRE NUESTRO
Veamos por partes lo que nos enseña esta oración de Jesús:
Padre nuestro que estás en el Cielo
Nadie es huérfano o está solo en este mundo. Porque si nos falta una madre o
un padre humanos, Jesús nos enseña que tenemos a Dios como Padre que nunca
nos falta y siempre nos protege porque nos ama.
Hay en la Biblia muchas Palabras de Dios en las que nos habla de Su Amor de
Padre. Veamos algunas:
“Antes de que te formaras en el vientre de tu madre ya te
conocía”
Jeremías 1,5
“Si hasta tu padre y tu madre te abandonan, Yo, tu Dios,
nunca te abandonaré”
Salmo 27,10
“Eres valioso para mí y yo te amo”
Isaías 43,4
“Quiero que me llames Padre y no te apartes de mi lado”
Jeremías 3,19
Jesús nos dice que Dios Padre es nuestro, es decir que nos pertenece, que
tenemos derechos de hijos para con Él, así como Él tiene derechos de Padre para
con nosotros.
Si nos damos cuenta de esta fuerte unión que tenemos con nuestro Padre Dios,
siempre podremos decir que somos felices. Aunque nos pasen mil dolores por el
alma y por el cuerpo, tenemos un Padre que nos ama como ningún padre
humano nos puede amar.
Un Padre que siempre será la roca firme sobre la que se asienta nuestra vida.
Nunca estamos solos ni desprotegidos.
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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¿Por qué Jesús dice Padre nuestro y no dice Padre mío? Porque quiere
sacarnos de nuestro egoísmo. Porque quiere que nos sintamos unidos a todos los
hermanos. Porque quiere que no vivamos aislados.
Jesús es Maestro de oración y me enseña que, aunque yo esté orando solo el
Padre Nuestro, siempre estoy unido a los demás.
Cuando rezo el Padre Nuestro, me estoy uniendo a los que viven cerca de mí
y a los que están lejos. A los que me hacen el bien y a los que me hacen el mal.
Unido a todos. Porque todos somos hermanos…
Jesús nos dice que nuestro Padre es Dios y está en el Cielo. ¿Y qué es el
Cielo? El Cielo no es ningún lugar. ¡El Cielo es Dios! ¿Y dónde está Dios? Dios
está en todas partes. No hay lugar donde Dios no esté.
“En Dios vivimos, nos movemos y existimos”
Hechos de los apóstoles 17, 28
Dios vive unido a cada uno de nosotros porque somos sus hijos. Por lo tanto,
si estamos unidos a Dios, ¡todos vivimos ya en el Cielo!
Todos nosotros, querido hermano, hemos venido de Dios, vivimos ahora
unidos a Dios y vamos a seguir unidos a Dios cuando pasemos al otro mundo.
Dios no ha creado hijos para largarlos al mundo y olvidarse de ellos. Dios no es
indiferente a lo que nos pasa. Dios está siempre con cada uno de nosotros. Nada
ni nadie puede quebrar esa Alianza que es eterna.
¿Los pecados que cometemos pueden destruir esa unión? Al contrario,
cuanto más hundidos estamos en el mal, más se aferra Dios a nosotros.
¡Así de grande es el Amor de Dios!
La pena es que a veces creemos que no merecemos el Amor de Dios. Pero
Dios no nos ama porque nosotros hayamos hecho cosas para merecerlo. El
Amor de Dios es gratuito. Y ese Amor nos envuelve de día y de noche.
Siempre.
“Porque los montes podrán correrse y las montañas podrán
moverse; pero mi Amor de tu lado no se apartará jamás. Mi
alianza de paz contigo no se moverá, dice el Señor, que tiene
compasión de ti”
Isaías 54,1
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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Santificado sea tu Nombre
Santificar el Nombre de Dios quiere decir reconocer que nuestro Padre es
Santo, que está separado de todo mal. Santificar quiere decir también: respetar,
honrar, bendecir.
¿Cómo santificamos el Nombre de Dios? Escuchando sus enseñanzas y
haciéndoles caso. Dios es nuestro Padre y debemos respetarlo y hacer que los
demás también lo respeten.
¿Cómo hacer para que los demás respeten el Nombre de nuestro Padre? En
primer lugar, mostrándoles con el ejemplo cómo vive un verdadero hijo de Dios.
Porque nadie cree al que dice una cosa y hace otra.
En segundo lugar, meditar sus Palabras y enseñarlas a los demás.
“El que cumpla la Palabra de Dios y la enseñe, ese será grande
en el Reino de los Cielos”
Mateo 5,19
Hay personas, querido hermano, que piensan que respetar a Dios quiere decir
tenerle miedo. Les parece que siempre saca un látigo para castigarlos cuando
obran mal.
Hay que enseñarles que no es así para nada. Que Dios no es un Padre
castigador como suelen serlo los de este mundo. Dios es el mejor de los Padres,
por eso debemos bendecir Su Nombre desde lo profundo del alma.
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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“Bendice, alma mía, al Señor y desde el fondo de mi ser alabe su
Santo Nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno
de sus beneficios. Él perdona todas tus ofensas y te cura de
todas tus dolencias. Rescata tu vida de la fosa y te cubre de
amor y de ternura”.
Salmo 103, 1-4
Venga a nosotros Tu Reino
Cuando pedimos: Venga a nosotros tu Reino, estamos orando para que Dios
reine en el mundo.
Jesús vino al mundo para enseñarnos
a vivir y trabajar para que todos
entremos en el Reino de Dios.
Porque Jesús mismo es la puerta de
entrada al Reino de Dios.
“Conmigo el Reino de Dios ha
llegado a ustedes”.
Cf. Mateo 12, 28
Jesús nos muestra con una parábola cómo es el Amor y la Justicia en el Reino
de Dios… para que aprendamos como debe ser el amor y la justicia entre sus
hijos.
“El Reino de Dios es parecido al dueño de un campo que salió a la
madrugada a contratar obreros para su viña. Se puso de acuerdo
con ellos para pagarles un denario al día.
Salió de nuevo hacia las nueve de la mañana y al ver a otros que
estaban parados en la plaza, les dijo: Vayan también ustedes a
trabajar a mi viña, y les pagaré lo que es justo. Y ellos fueron.
Salió otra vez al mediodía, y luego a las tres de la tarde, e hizo lo
mismo. Salió otra vez a la última hora de la tarde y vio a otros, y
les dijo: ¿Por qué están aquí todo el día parados? Le contestaron:
Es que nadie nos ha contratado. El dueño del campo les dijo:
Vengan ustedes también a trabajar en mi viña.
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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Al anochecer, dijo el dueño de la viña a su administrador: Llama a
los obreros y págales el día de trabajo, empezando por los
últimos y terminando por los primeros. Vinieron, pues, los que
habían ido a trabajar a la última hora y recibieron un denario
cada uno.
Cuando llegó el turno a los primeros, pensaron que iban a recibir
más, pero también recibieron un denario cada uno. Por eso,
mientras se les pagaba, protestaron contra el propietario
diciendo: ¡Estos últimos no han trabajado más que una hora y les
pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso y el calor
de todo el día!
El dueño contestó a uno de ellos: Amigo, no te hago ninguna
injusticia. ¿No quedamos de acuerdo en que pagaría un denario?
Pues toma lo que es tuyo y te vas. Si por mi parte, quiero dar a
este último lo mismo que a ti, ¿es que no puedo hacer con lo mío
lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno? Así,
los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos”.
Mateo 20, 1-16
En esta parábola de Jesús, la viña es el Reino de Dios. Nuestro Padre es el
Dueño de la viña y los trabajadores somos sus hijos.
Jesús nos enseña que todos, unos antes, otros después, vamos a entrar y
vamos a trabajar en el Reino de Dios. Que es también nuestro Reino, porque
somos hijos del dueño. El Señor nos dice que, para todos, habrá igual
recibimiento y el mismo Amor. Es más, los que llegaron últimos, porque no
pudieron o no supieron escuchar antes su llamado, serán recibidos con mayor
alegría que los que llegaron primero. En el Reino de Dios, donde todos somos
invitados a entrar y a trabajar, los mejor recibidos son los que más tarde llegan.
¿Por qué son mejor recibidos los que llegan a última hora? Porque son los
que más han caminado el dolor. Los que no han sabido o no han podido
encontrar el verdadero sentido para sus vidas. Los que anduvieron a la deriva.
Hasta que al final, de tanto andar buscando el mejor Camino, encontraron la
puerta de entrada al Reino. La inmensa alegría del Padre es… ¡¡¡Porque esos
hijos llegaron!!!
“Porque este hijo mío estaba perdido y lo he encontrado”
Lucas 15, 24.
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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Esta justicia de Dios, que busca el bien de todos y en especial de los que están
más hundidos, puede parecer incomprensible para el mundo. Pero es la única
justicia verdadera.
La verdadera justicia, querido hermano, es el Amor que viene de Dios. Porque
busca el bien de todos. La que se ocupa en primer lugar de los que están más
caídos. Para que se levanten, no para hundirlos más.
¡Sin amor no puede haber una verdadera justicia!
Hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el Cielo
¿Cual es la Voluntad de Dios?
“La Voluntad de Dios es que todos los hombres se salven y
lleguen al conocimiento pleno de la verdad.
Porque Dios no quiere que ninguno se pierda sino que a todos
alcance la salvación”
1ª Timoteo 2,3-4; 2ª Pedro 3, 9
La Voluntad de Dios, querido hermano, es que vivamos desde ya y para
siempre en Su Reino de Amor y Justicia….donde no existe la venganza.
Viendo tantas guerras, tanto odio entre los hombres, nos damos cuenta de que
no cumplimos siempre la Voluntad de Dios. Porque si la cumpliéramos, reinaría
la paz en el mundo. Nadie haría daño a su hermano.
Hay personas que culpan a Dios de las cosas malas que pasan. Olvidan que el
hombre ha sido creado con libertad. Y así como puede elegir el bien, puede
elegir el mal. Y tanto el bien como el mal se desparraman porque son
contagiosos.
¿Qué nos toca hacer a nosotros?: Trabajar como hijos de Dios para que Dios
reine en este mundo. Esto es lo que nos pide Jesús:
“Para que viendo las buenas obras que ustedes hacen los demás se
acerquen a Dios”.
Mateo 5,16
Danos hoy nuestro pan de cada día
Si el pan es nuestro, ¿por qué el Señor nos dice que lo pidamos?
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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Para que todos sepamos que los bienes de este mundo pertenecen a todos.
Para que no seamos acaparadores egoístas privando a otros de la parte
que les corresponde. Para que recordemos que todos somos hermanos y
debemos aprender a compartir.
“Si alguno tiene bienes de este mundo y cierra su corazón cuando
ve a un hermano padecer necesidad, ¿cómo puede decir que está
unido a Dios? Hijos míos, no amemos de palabras ni de la boca
para afuera, sino con obras y con verdad”.
1ª Juan 3, 17-18
Jesús nos enseña también que así como debemos dar de comer al cuerpo,
también debemos dar de comer al alma.
“No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de
la boca Dios”
Mateo 4, 4
Jesús nos dice que pidamos el pan de cada día. ¿Qué quiere decir con esto?
Que nos preocupemos de vivir HOY, este día, lo mejor posible. Nos pasamos la
vida pensando en el pasado, que es eso, ¡pasado! Un pasado que sólo debemos
mirar para dejar lo que no sirve y hacer crecer lo que sirve.
A Jesús no le importa lo que hicimos en el pasado, le importa hacia donde
vamos. Quiere que nos preparemos hoy para vivir lo mejor posible el futuro.
Que nos preparemos ¡AHORA! ¡YA!. Es decir en el presente.
Porque en cada momento que vivimos se va construyendo nuestro futuro.
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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Jesús nos pide que dejemos nuestro pasado y lo sigamos.
Nosotros, querido hermano, que estamos buscando conocer a Jesús. Que
estamos siguiendo Su Camino, nos estamos preparando ya, ahora, para vivir con
Jesús nuestro futuro.
¡Jesús es el Pan nuestro de cada día que nos alimenta en el Camino!
“Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre
y el que cree en mí nunca tendrá sed”
Juan 6,35
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que
nos ofenden
Antes de morir en la cruz, Jesús, mirando a sus enemigos, dijo:
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”
Lucas 23,34
¿Se da cuenta, querido hermano, lo libre que se fue Jesús con su Padre cuando
perdonó a quienes lo condenaron a muerte?
Si nosotros aprendemos a perdonar
como Jesús perdonó, seremos libres
como Jesús fue siempre libre.
Una persona se hace libre de
verdad, cuando sabe perdonar.
El odio y la bronca son
esclavitudes terribles que no dejan
vivir en paz a nadie.
Quien saca el odio de su corazón
rompe las cadenas de su esclavitud…
Y para hacer esto necesitamos la
ayuda de Jesús….
Un corazón que está cerrado por el odio no deja entrar el Perdón de Dios, por
más gratuito que sea. A medida que ese corazón se va liberando de la bronca, se va
haciendo lugar para que pueda entrar el Perdón de Dios.
Esto que nos dice Jesús, una y otra vez, es para grabarlo a fuego:
”Si ustedes perdonan a los demás sus ofensas, también el Padre
los perdonará a ustedes cuando lo pidan”.
Mateo 6, 14
Viene bien recordar ahora lo que vimos en el Encuentro pasado donde dijimos
que, para perdonar las ofensas que nos hacen, basta dar con ganas o sin ganas,
estos tres pasos:
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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• Devolver bien por mal.
• Hacer un favor a quien nos ha hecho daño.
• Orar por quien nos ha ofendido.
Nos será más fácil perdonar si comprendemos que quienes hacen daño, son
enfermos. Por eso, debemos decir nosotros lo mismo que dijo Jesús:
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”
Lucas 23,34
¿Recuerda, querido hermano, a Jacques Fesch? Hablamos de él en el
Encuentro pasado.
Vamos a leer ahora lo que escribió sobre la libertad que el perdón deja en el
alma, en su Diario íntimo llamado “En cinco horas veré a Jesús”, dedicado a su
hijita Veronique. Tiene fecha del 19 de agosto de 1957:
Hijita querida:
Ahora quiero decirte algo muy importante, y es que una llave de la libertad
interior es el perdón. Hay gente que está atada, cautiva, encadenada por
negarse a perdonar. Negar un perdón a alguien que te ha hecho mal, eso te
encadena, te encierra en tu pasado.
Si tú guardas rencor a alguien, estás masticando ideas de venganza y
entonces ya no tienes el corazón libre para pensar, rezar, para mirar hacia el
futuro.
Taponas tu futuro puesto que quedas atado al pasado. Arruinas por
adelantado tu porvenir y además, arruinas tu presente. Pues estás tan
obsesionado por tu pasado que no puedes aprovechar el presente.
Pues bien, es necesario que tu puerta esté abierta para el porvenir.
Tu padre
No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal
¿Qué es la tentación? La tentación es sentir deseos de obrar mal. Y esto es
algo que no debe asombrarnos, porque está en la naturaleza humana.
¡Todos somos tentados todos los días! Lo que nos cuesta, muchas veces, es
darnos cuenta cuando somos tentados. Esto pasa cuando no pensamos antes de
actuar. Cuando nos dejamos dominar por nuestro egoísmo.
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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¿Por qué somos tentados a
obrar mal?
Porque somos libres, querido
hermano, y es decisión nuestra
elegir el camino de nuestra vida.
Si nuestro Padre nos obligara
a ser buenos, no seríamos sus
hijos sino sus esclavos.
“Ante los hombres está
el bien y el mal, lo que
elija cada uno eso
tendrá”.
Eclesiástico 15,17
Vencemos la tentación
cuando la rechazamos.
Nos domina cuando dejamos
que nos esclavice.
Veamos un ejemplo:
Un hombre casado mira a una mujer que no es su esposa y piensa: ¡Qué
bueno sería tener relaciones con ella! Si el hombre se dice: ¡No puedo hacer
esto! No ha caído en la tentación.
Pero si busca a la mujer, sin importarle el amor y respeto por su esposa, ha
caído en la tentación.
Hay una frase muy fuerte en el Antiguo Testamento que dice:
“Mira que el pecado es una fiera que te codicia y a la que tienes
que dominar”.
Génesis 4,7
Para no caer en la tentación, debemos descubrir cuál es nuestra mayor
debilidad. Cuál es el defecto que más nos domina. Y estar atentos para no
repetirlo.
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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Jesús también conoció la tentación en el Huerto de los Olivos, antes de ser
tomado preso. Cuando sentía que su Espíritu estaba unido a Dios pero que,
humanamente, no quería aceptar el terrible sufrimiento que se le venía encima.
Por eso oraba una y otra vez, diciendo:
“Padre mío, todo es posible para ti; aparta de mí esta copa de
dolor; pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú
quieres”.
Marcos 14, 36
Porque Jesús conoció la tentación en carne propia y la venció, puede
aconsejaros cómo debemos actuar nosotros cuando una tentación nos ataca:
“Estén atentos y oren para no caer en la tentación; porque el
espíritu es fuerte, pero la carne es débil”.
Marcos 14,38
El Señor nos dice que nuestro espíritu es fuerte. Esto quiere decir que tenemos
fortaleza interior para vencer cualquier tentación que se nos presente. Y que la
receta es la oración…
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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San Pablo nos alienta:
“Ustedes no han sufrido tentaciones superiores a la medida
humana. Dios es fiel y no permitirá que sean tentados más allá de
sus fuerzas. Al contrario, en el momento de la tentación, les dará
el medio para librarse de ella y los ayudará a vencerla con éxito”.
1ª Corintios 10,13
Así como Jesús oró en el Huerto de los olivos frente a la tentación, así también
debemos orar nosotros.
ORACIÓN
Jesús,
Dame en este momento
el poder de renunciar
a mi actitud de fracaso
y a mi actitud de derrota.
Libera mi alma
de toda la fuerza
negativa del mal.
Que el poder de tu Espíritu
me fortalezca y me llene
de Tu sabiduría.
Madre de Jesús
y Madre mía,
quédate siempre a mi lado.
Amén
Una forma de estar atentos para no caer en esa tentación que sabemos puede
dominarnos es hacer lo siguiente:
• Todas las mañanas, apenas nos despertemos, debemos decirnos a nosotros
mismos: Hoy me voy a cuidar todo el día para no caer en esta tentación
que es tan fuerte en mí.
• Todas las noches repasamos el día que hemos vivido para ver si hemos
caído en esa fuerte tentación que puede dominarnos, y nos hacemos la
firme promesa de cuidarnos al día siguiente.
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
17
Amén
Al final del Padre Nuestro le agregamos una palabra que Jesús no dijo: la
palabra Amén. Es una palabra pequeña que significa mucho. Significa decirle al
Señor:
“Yo me comprometo a cumplir
todo lo que me pides en el Padre Nuestro”
Orar con el Padre Nuestro, es hacer un compromiso de vida. No debemos rezar
esta oración sagrada de la boca para afuera.
Debemos dejar que cada Palabra penetre adentro nuestro para que nuestra
Conciencia se vaya iluminando con su mensaje… y nuestra voluntad la cumpla.
2- EL PODER DEL PADRE NUESTRO
Siempre recordemos, querido hermano, que el Padre Nuestro es la oración
que nos enseñó Jesús. Que salió de Su Corazón para entrar en el nuestro. Que es
una oración que tiene mucho poder para sanar nuestras heridas del alma.
La mejor manera de orar con el Padre Nuestro es ir repitiendo lentamente
cada una de sus palabras para que se vayan metiendo en el corazón. Si hay una
palabra que me llega más, no sigo rezando, me quedo repitiéndola hasta que le
haya sacado el mensaje que tiene para mi vida.
Luego continúo, pero si encuentro otra palabra que me llega más, me detengo
y me quedo diciéndola todo el tiempo que haga falta. Y así sigo rezando hasta el
“SI, quiero vivir así” del Amén final.
Un Sacerdote salesiano y un grupo de jóvenes fueron a un pueblo metido en
medio de las sierras cordobesas para predicar la Palabra de Dios. Al final de
una de las reuniones se acercó doña Clotilde al Sacerdote y le dijo:
— Padre, ¿me puede enseñar a rezar el Padre Nuestro?
El Sacerdote se lo hizo repetir varias veces hasta que la señora lo aprendió
de memoria. Hay que aclarar que Doña Clotilde es analfabeta.
Al año siguiente volvieron el Sacerdote y los jóvenes al pueblo serrano a
predicar la Palabra de Dios. Cuando el Sacerdote vio a Doña Clotilde le
preguntó cómo le había ido con la oración del Padre Nuestro, la señora le
respondió:
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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— Lo olvidé, Padre, porque siempre que quiero rezarlo como usted me
enseñó, me quedo enganchada en las primeras palabras y me paso el día
repitiendo: “Padre nuestro” y es tanto el amor que brota de mi corazón por
Dios cuando digo “Padre” y por los hermanos cuando digo “nuestro”, que no
puedo seguir adelante. El Sacerdote, emocionado, le contestó:
— Siga rezando así, Doña Clotilde. ¡Nunca escuché orar mejor el Padre
Nuestro!
REZA SIEMPRE EL PADRE NUESTRO
Reza el Padre Nuestro a la noche antes de dormir
y cuando no puedas dormir.
Reza el Padre Nuestro a la mañana apenas te despiertes.
Reza el Padre Nuestro a lo largo de todo el día.
Reza el Padre Nuestro siempre que estés viviendo
un momento de dolor o de alegría.
Reza el Padre Nuestro cuando seas tentado
para que Jesús te ayude a no caer en la tentación.
Reza el Padre Nuestro para que Dios proteja
a tus seres queridos.
¡Reza siempre el Padre Nuestro!
3- CORAZÓN DE HERMANO
La oración del Padre Nuestro nos saca de
nuestro egoísmo y nos enseña a tener
corazón de hermano.
Corazón de hermano que se une a otros
corazones de hermanos adentro del Sagrado
Corazón de Jesús. Donde se acaban las
diferencias y los privilegios, porque todos
somos por igual hijos de Dios.
En el Sagrado Corazón de Jesús hay un
lugar para cada uno de nosotros.
Lugar que ocupamos el día en que
aprendemos de verdad a decir Padre
Nuestro…. con el mismo amor de
Doña Clotilde.
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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Siempre que rezamos el Padre Nuestro, querido hermano, nos unimos a todos
los hermanos del mundo. Estamos unidos a toda la familia de los hijos de Dios.
Con los que ya se fueron al Cielo, con los que aún viven en el mundo, con los
que están por nacer o morir. Con todos
Es bueno y necesario que los hermanos se reúnan siempre en algún momento
para orar unidos esta oración Sagrada. Cuando la rezamos en comunidad,
formando un solo corazón, el Señor viene a orar con nosotros.
“Porque donde dos o más están reunidos en mi nombre, allí estoy
yo en medio de ellos”.
Mateo 18,20
________________________________________________________________
RESUMEN
El Padre Nuestro es la oración que nos enseñó Jesús. Es la más importante
oración del cristiano. Por eso es necesario que entendamos bien las palabras que
vamos rezando.
Padre nuestro que estás en el Cielo: Jesús nos enseña que Dios es nuestro
Padre y que siempre está unido con inmenso Amor a cada uno de nosotros,
porque somos sus hijos. Nos dice que Dios está en el Cielo. Si nosotros estamos
unidos a nuestro Padre también estamos viviendo en el Cielo aquí en la tierra.
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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Santificado sea Tu Nombre: Santificar el Nombre de Dios quiere decir
reconocer que nuestro Padre es Santo, que está separado de todo mal. Santificar
quiere decir también: respetar, honrar, bendecir. ¿Cómo santificamos el Nombre
de Dios? Cumpliendo Su Voluntad y buscando que los demás también las
cumplan.
Venga a nosotros Tu Reino: Pedimos que el Amor y la Justicia de Dios reinen
en el mundo. La justicia de Dios busca salvar a todos y comienza siempre por el
más hundido porque es el más necesitado. La justicia de Dios es dar a cada uno
lo que necesita para que nadie pierda su dignidad de hijo de Dios.
Hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el Cielo: “La Voluntad de Dios es
que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento total de la verdad”.
(Timoteo 2,3-4). “Dios no quiere que ninguno se pierda sino que a todos alcance
la salvación”. (2º Pedro 3, 9)
Danos hoy nuestro pan de cada día: Así como alimentamos nuestro cuerpo,
debemos alimentar nuestro espíritu. “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda
Palabra que sale de la boca Dios”. (Mateo 4, 4).
Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos
ofenden: Perdonar a los demás pasa por la voluntad. El que perdona a su hermano
se hace libre, porque no deja que el mal entre a su corazón. Un corazón que está
libre de resentimientos tiene lugar para recibir el Perdón de Dios.”Si ustedes
perdonan a los demás sus ofensas, también el Padre los perdonará a ustedes
cuando lo pidan”. (Mateo 6, 14).
No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal: Todos somos tentados a
obrar mal. El mérito nuestro está en darnos cuenta cuándo somos tentados para
no caer en la tentación. Jesús, que conoció la tentación y la venció, nos pide:
“Estén atentos y oren para no caer en la tentación; porque el espíritu es fuerte,
pero la carne es débil”. (Marcos 14,38). Y Pablo nos señala: “Ustedes no han
sufrido tentaciones superiores a la medida humana. Dios es fiel y él no permitirá
que sean tentados más allá de sus fuerzas. Al contrario, en el momento de la
tentación, les dará el medio para librarse de ella y los ayudará a vencerla con
éxito”. (1ª Corintios 10,13)
Amén: Esta palabra la agregamos nosotros. No la dijo Jesús. Quiere decir: Voy
a vivir de ahora en adelante como Jesús lo pide en el Padre Nuestro.
La oración del Padre Nuestro nos saca de nuestro egoísmo y nos enseña a tener
corazón de hermanos. Cuando la rezamos en comunidad, formando un solo
corazón, el Señor viene a orar con nosotros. “Porque donde dos o más están
reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”(Mateo 18,20)
ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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Querido hermano:
En el próximo Encuentro: “Jesús ilumina mi Conciencia”, verá cómo Jesús
habla a nuestro corazón en cada momento de nuestra vida para guiarnos por Su
Camino.
No olvide compartir con los demás lo que ha aprendido en este Encuentro.
Que Dios lo bendiga y bendiga a sus familiares y personas más queridas.
Me despido de usted con mucho cariño.
Ana María
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MIS NOTAS
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ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
CARTA DE DIOS
PARA LOS QUE REZAN EL PADRE NUESTRO
Queridos hijos míos que están preocupados, solitarios,
tentados. No, no están solos, porque yo estoy adentro de
cada uno de ustedes. Yo voy diciendo sus nombres y los voy
bendiciendo.
Cuento con ustedes para que sean los mensajeros de mi
hijo Jesús entre los que no lo conocen. Para construir un
mundo mejor, un mundo donde reine la paz y la justicia.
Me gusta que hagan mi Voluntad. Si la cumplen, serán
felices porque yo los llevo por el camino del bien y de la paz
y esa es la verdadera felicidad para mis hijos.
Cuenten siempre conmigo y tendrán el pan de cada día. El
pan que les alimenta el cuerpo y el pan que les alimenta el
alma. Sólo les pido que sepan compartirlo con los demás.
Ustedes saben que perdono todos sus errores y los perdono
desde antes que los cometan. Pero quiero que se les abra el
corazón para perdonar a sus hermanos y así mi perdón los
curará de todos sus males.
No quiero que caigan en la tentación. Tómense fuerte de
mi mano y los libraré de todo lo malo.
¡Queridos hijos míos!
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ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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“Carta entre hermanos”
ENCUENTRO Nº 7: La oración que nos enseñó Jesús.
El Padre Nuestro
PREGUNTAS PARA RESPONDER
(Contestar y mandar las hojas con la carta)
1- ¿Qué significa para usted sentir a Dios como Padre?
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2- ¿Por qué en su oración Jesús dice Padre nuestro y no dice Padre
mío?
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3- ¿Por qué cree usted que debemos cumplir la Voluntad de Dios?
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ENCUENTRO N: 7: LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS. EL PADRE NUESTRO
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4- ¿Cuál cree usted que es la mejor manera de vencer una tentación?
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5- ¿Qué significa para usted pedir que venga el Reino de Dios a su vida?
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6- -¿Qué temas le han interesado más de este Encuentro? ¿Por qué?
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7-¿Puede darnos los nombres de compañeros que quieren escribirse con
uno de nosotros Gracias.
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