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Transcript
APORTE A LA IGLESIA CATÓLICA:
La ruta del 1%
Claudia Tzanis
La falta de compromiso monetario
de los creyentes con el trabajo de
la Iglesia tiene a la institución en
crisis: el dinero alcanza apenas
para mantenerse y el trabajo de
misiones está totalmente
restringido.
CLAUDIA TZANIS
Es muy distinto dar
limosna en la misa o tener
algún compromiso con una
institución de caridad que
aportar el 1%. El dinero
está destinado a cosas
diferentes.
Foto:Ap
El aporte que católicos hacen a la Iglesia
para su funcionamiento ha pasado por
varios momentos críticos. En los '80, la
cesantía y la inestabilidad en el país. Con
la vuelta a la democracia, el fin de las
ayudas extranjeras. Esto ha supuesto para la Iglesia Chilena un
desafío administrativo.
Campañas como la "Iglesia está en deuda" aún resuenan. ¿Cómo era
eso posible, si Chile es un país sobre todo católico, solidario,
generoso, siempre dispuesto a ayudar? Según monseñor Camilo Vial,
obispo de Temuco, y miembro de la Comisión de Financiamiento de la
Iglesia, es por falta de pertenencia, por ignorancia. No se valora el
trabajo de la Iglesia. Basta ver las cifras: sólo un 8,4% da el 1%. Vial
se pregunta: "¿Vale el servicio de la Iglesia, los sacramentos, la misa
dominical, el acompañamiento espiritual, una cajetilla de cigarrillos al
mes?".
Hace 12 años, en la Carta Pastoral "Mi hora, mi compromiso con
Cristo", los obispos trataron sobre lo económico en la vida de la
Iglesia. Monseñor aclara que "no se partió pidiendo plata, sino que se
buscó reflexionar, ya que se estaba contando con demasiada ayuda
extranjera, de EE.UU. y Europa, y esa ayuda se había acabado".
A pesar de los esfuerzos, el 90% de católicos aún no contribuyen.
Pocos saben que los ingresos del 1% se reparten del siguiente modo:
50% para pagar sueldos al personal laico, 30% para las
remuneraciones o congruas de sacerdotes y religiosos, y 20% para
gastos generales de administración. Actualmente, las platas apenas
alcanzan para la mantención y el trabajo de misiones está totalmente
restringido.
Transparencia y formación
Monseñor Alejandro Goic, obispo de Rancagua y presidente de la
Conferencia Episcopal en Chile, en su carta pastoral de noviembre de
2005, dice que a no pocos cristianos les parece complicado hacer el
aporte y que resulta más cómodo evitarlo.
Goic explicita que todos los recursos materiales en la Iglesia deben
estar al servicio del anuncio del Evangelio, para proyectos pastorales,
vida material de la comunidad, asistencia y servicio a los necesitados.
"En esto debemos ser muy transparentes", enfatiza.
Los mecanismos con que cuentan las parroquias para regular el buen
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uso de los recursos que provienen del 1%, colectas, donativos y
actividades, son los consejos económicos, presididos por el párroco y
por un grupo de laicos.
Según fuentes eclesiásticas, éste era el mayor problema, ya que no se
tenía un control de los ingresos y egresos de la comunidad. Hoy es
vital que tengan un sistema contable y recursos tecnológicos. Desde
hace unos años, gracias a un convenio con Inacap, se está formando
en el tema administrativo tanto a los futuros sacerdotes como a los
párrocos de las diócesis del país. La idea es que cada parroquia pueda
dar cuentas de sus platas, tanto a la comunidad como a su diócesis, a
través de balances e informes periódicos.
Desde hace unos años, gracias a un convenio con Inacap, se está
formando en el tema administrativo tanto a los futuros sacerdotes
como a los párrocos de las diócesis del país. La idea es que cada
parroquia pueda dar cuentas de sus platas, tanto a la comunidad
como a su diócesis, a través de balances e informes periódicos.
En Santiago se ha contado desde siempre con un Consejo Económico
al igual que en las diócesis. Si bien hay una línea nacional respecto del
tema económico, cada diócesis es independiente de administrar sus
recursos.
Guillermo Villaseca -miembro del Consejo Económico del Arzobispado
de Santiago, organismo que tiene como función asesorar al arzobispo,
resolver en materia de bienes y aprobar el presupuesto anual de la
diócesis de Santiago- señala que los laicos no sólo pueden aportar
dinero. "Factores como talento y tiempo de trabajo también son
sustento de la Iglesia. Pero hemos avanzado mucho en mejorar la
calidad de la información. El párroco, la secretaria y el consejo
económico deben lograr tener un orden y entregar un balance
confiable". Esto permitió que en 2005 hubiera un presupuesto
operacional equilibrado.
CONTRASTES:
Sector por sector
Una parroquia de la zona Oriente, que atiende a 1.000 feligreses, sólo
tiene 268 personas que contribuyen con el 1%, lo que significa un
aporte de $350.000 pesos al mes, de los cuales el 50% se va para el
Arzobispado de Santiago. Sólo en luz esta parroquia gasta
mensualmente $120.000 pesos. Reconocen que tienen un déficit
mensual de $300.000, que pueden paliar gracias a donativos de la
gente, pero que cada mes es una preocupación.
En la zona Sur de Santiago, una parroquia que atiende a unas 300
personas de un barrio popular tiene gastos mínimos -luz, gas y
hostias- por algo más de $240.000, y recibe por concepto de 1%,
$150.000.
TESTIMONIO:
Vuelva mañana
Melinda Ortega lleva 18 años como visitadora del 1%. Es coordinadora
en su parroquia, San Francisco de Asís de La Cisterna, en la comuna
de El Bosque. Reconoce que durante estos años las mayores
dificultades han sido la cesantía, y el que la gente crea que las obras
de caridad, es decir lo que entrega a instituciones de beneficencia, es
un aporte para la Iglesia. "Es un trabajo muy duro, mucha gente dice
'yo ya doy a tal institución' o 'vuelva mañana' y uno sabe que la están
tramitando", señala. Otra dificultad es hacer entender a la gente que
la plata va en beneficio de la comunidad, para pagar la luz, el agua, el
gas, el aseo. Ella trabaja directamente en la capilla "La Milagrosa" y
orgullosa señala: "Aquí siempre está todo impecable y eso cuesta
plata: las flores, las hostias, el material pastoral. Hay que tener la
iglesia y los salones muy limpios y agradables, ya que se atiende a
más de 300 personas".
Melinda explica que la capilla se queda con el 55% de los ingresos del
1%, algo así como $100 mil pesos mensuales. El 14 % es para la
parroquia y el 30% para el Arzobispado de Santiago. El milagro,
aseguran, lo terminan de hacer con la colecta, que no supera los 12
mil pesos dominicales.
Entregar el aporte puede ser a través de una visitadora que mes a
mes recauda en el domicilio, directamente en su parroquia, o vía
cuenta corriente, tarjeta de crédito y CMR.
EN CIFRAS
El 70 % de los habitantes de quince años o más se declaró católico en
el último censo, esto corresponde a 11.222.939 de chilenos. El 51 %
son mujeres.
262.057 hogares católicos pagaron el 1% el 2004. Esto equivale sólo
al 8,4% de los católicos.
En diciembre de 2004, a través del sistema bancario, se recibió un
aporte de $124.700.722, de 10.278 contribuyentes, lo que equivale a
un aporte de $12.133 mensuales.
El Arzobispado de Santiago da empleo a 210 laicos, que trabajan en
vicarías zonales, ambientales, Conferencia Episcopal y sus sueldos son
pagados con el 1%.
Los sacerdotes diocesanos reciben una congrua, que es una renta
mínima para poder sostener dignamente a su titular y que en Chile es
de $114.000 mensuales.
Los gastos administrativos de la parroquia son solventados por el 1%
mensual y la colecta que aporta la comunidad cada domingo.
Religiosos y religiosas reciben $75.000, al mes por su trabajo
pastoral, ya que su orden religiosa los apoya económicamente.
La formación de un sacerdote dura 10 años y tiene un costo de 30
millones de pesos.
La Zona Cordillera entrega más del 75% de sus recursos al
Arzobispado de Santiago. Con esto se subvencionan capillas más
pobres de la ciudad.
Sólo en luz una parroquia gasta al mes un promedio de $125.000
pesos.