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CAMBIADOS
DE
GLORIA
EN
GLORIA
EL DON DEL ARREPENTIMIENTO
por
Robert A. Tucker
Título en Inglés: “Changed from Glory to Glory”
Copyright © 1994 by Robert A. Tucker.
Libro de Texto de Zion Christian University
Usado con permiso.Todos los derechos reservados.
Título en Español: “Cambiados de Gloria en Gloria”
Traducción: Verónica Lozada de Roque.
Segunda Edición: Equipo de IBJ - Guatemala, 2007.
Primera edición en español impresa en julio 2004
Segunda edición en español impresa en febrero 2007
Impreso en Los Estados Unidos de América.
A menos que se indique lo contrario,
todas las citas bíblicas fueron tomadas de la versión
Reina-Valera en su revisión de 1960, © 1960
Sociedades Bíblicas Unidas.
Para mayor información o copias adicionales,
diríjase a:
Zion Christian Publishers
P.O. Box 70
Waverly, New York 14892
Teléfono: 607-565-2801
Fax: 607-565-3329
www.zionfellowship.org
ISBN 1-59665-213-6
ÍNDICE
CAPÍTULO
1
Tiempo para avivamiento
Tiempo para arrepentimiento
5
2
¿Qué es el arrepentimiento?
17
3
Continuar con el proceso de la
transformación
33
4
La obra de la tristeza según Dios
47
5
El proceso de cambio en hombres piadosos 59
6
¡Preparad el camino!
77
7
El programa de Dios para la restauración
87
8
La evidencia del verdadero arrepentimiento
103
9
Cambiados de gloria en gloria
123
APÉNDICE
126
BOSQUEJOS AL FINAL DE LOS CAPÍTULOS
Al enseñar el tema del arrepentimiento en diversos países,
me he dado cuenta de lo útil que resultan los bosquejos para
que los pastores y maestros estudien o enseñen. Qué estos
bosquejos le den un marco de referencia con el que pueda
construir sus propios mensajes.
“Por tanto,
nosotros todos,
mirando a cara descubierta
como en un espejo
la gloria del Señor,
somos transformados
de gloria en gloria
en la misma imagen,
como por el Espíritu del Señor”
2 Corintios 3:18
5
Capítulo 1
TIEMPO PARA AVIVAMIENTO
TIEMPO PARA ARREPENTIMIENTO
Cuando yo tenía siete años, mi padre se graduó de la
escuela bíblica. Regresamos a nuestro pueblo y mi padre
instaló una carpa para reuniones evangelísticas. Los
recuerdos son aún muy vívidos, el olor a aserrín fresco
esparciéndose por el aire húmedo y caliente de un atardecer
de agosto, las sillas plegables de madera en las que los
niños pequeños podían quedar enredados si se sentaban
mal, y la música cristiana se tocaba en el órgano. ¡Una
emocionante expectación llenaba el lugar! Pero el detalle
más memorable fue el resultado de la prédica. El mensaje
fue sobre el arrepentimiento. Conforme la reunión
avanzaba, la convicción del Espíritu Santo se intensificaba
y el temor de Jehová llenaba el corazón de la gente.
Hoy en muchos lugares, las reuniones en carpas pueden
parecer una idea que ha pasado de moda y que desde hace
mucho ha perdido su utilidad. Tal vez, en la mente de
muchos el mensaje del arrepentimiento está fuera de época,
es irrelevante e intrascendente; pero ¿realmente podemos
darnos el lujo de guardar en el desván esta verdad esencial
y fundamental?
Juan el Bautista vino a preparar el corazón de las personas
para la venida del Señor Jesús. La voz de Juan resonaba
en el desierto:
6
Cambiados de Gloria en Gloria
“Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha
acercado” (Mt. 3:2).
Cuando Jesús entró en escena, Su mensaje fue el mismo
(Mt. 4:17). En el día de Pentecostés, el día del comienzo
de la Iglesia, Pedro predicó del arrepentimiento dando
como resultado que tres mil personas se volvieran al Señor
(Hch. 2:37-38). En su enseñanza y en su prédica, también
el apóstol Pablo hablaba con frecuencia sobre el tema del
arrepentimiento.
HECHOS CONFORME A SU IMAGEN
Pablo declaró el propósito de Dios en Romanos 8:29:
“Porque a los que antes conoció, también los
predestinó para que fuesen hechos conforme a la
imagen de Su Hijo, para que él sea el primogénito
entre muchos hermanos”.
¿Cómo se logra en nosotros la obra de ser hechos conformes
a la imagen de Jesús en una manera práctica? Esta
transformación ocurre mientras le permitimos a Dios que
nos guíe al arrepentimiento, y una conversión llega a nuestra
vida. Cuando recibimos a Jesucristo como nuestro Señor y
Salvador, el castigo de nuestro pecado se borra
instantáneamente. Sin embargo, Dios está interesado en algo
más que en el castigo por nuestro pecado. Él también pretende
que nuestra naturaleza pecaminosa muera, transformándonos
a la imagen y carácter de Jesús mediante un proceso continuo.
En 2 Corintios 3:18, Pablo habla del proceso de ser
transformados mientras contemplamos al Señor:
Capítulo 1
7
“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria del Señor,
somos transformados de gloria en gloria en la
misma imagen, como por el Espíritu del Señor”.
Como veremos más adelante, este proceso va junto con el
don del arrepentimiento, como veremos más adelante. Si
rechazamos la obra de la gracia de Dios en nuestra vida a
través del arrepentimiento, nos descalificaremos nosotros
mismos de ser conformados a Su imagen, y nuestros
propios caminos nos conducirán al desastre. El profeta
Ezequiel, le da al pueblo de Dios este mensaje idéntico:
“Convertíos, y apartaos de todas vuestras
transgresiones, y no os será la iniquidad causa de
ruina” (Ez. 18:30).
Hoy, es desesperadamente necesario un avivamiento por
toda la Tierra. Sin embargo, si el avivamiento ha de
producir algún resultado perdurable, el arrepentimiento
tiene que ser su principal piedra de fundamento. El capítulo
uno de Joel ilustra la terrible condición del pueblo de Dios
cuando el profeta les suplica a todos que invoquen al Señor.
Debido a los juicios espantosos que vendrían; Joel clama:
“Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid; ministros
del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de
mi Dios” (Jl. 1:13).
Más adelante, en el capítulo dos él invoca:
“Perdona, oh Jehová, a tu pueblo” (Jl. 2:17).
8
Cambiados de Gloria en Gloria
En el recordatorio del capítulo dos, Joel profetiza un
tremendo derramamiento del Espíritu Santo. Sin embargo,
este avivamiento está precedido por un sincero
arrepentimiento. Este patrón puede verse también en los
grandes avivamientos que ocurrieron en la época de varios
reyes de Judá. Después de un tiempo de arrepentimiento
y de poner las cosas en orden con Dios, Josafat, Ezequías
y Josías experimentaron un maravilloso avivamiento y la
bendición del Señor. ¡Cuán importante es que el espíritu
de arrepentimiento prepare al mundo para el avivamiento!
La Iglesia de los últimos tiempos necesita el poder y la
presencia de Dios conocidos por la Iglesia primitiva. Dios
quiere que la Iglesia del fin de esta era sea llena con Su
poder y Su gloria. Con frecuencia vemos que, en lugar
que la Iglesia se mueva hacia los propósitos de Dios, lo
que está obrando es algo diferente. Jesús dijo:
“Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de
muchos se enfriará” (Mt. 24:12).
Este versículo podría traducirse de la siguiente manera:
“Y por haberse multiplicado el desorden, el amor y el
celo por el Señor se enfriarán, así como se enfría una
cucharada de sopa caliente cuando se le sopla”. Hay
muchos que no están persiguiendo de cerca al Señor, y
que han perdido ese vehemente deseo para hacer la
voluntad de Dios. Esa condición se da, debido a que la
gente no ha sido libre de la iniquidad en su vida. Jesús
pagó el precio para que fuésemos libres de todas nuestras
iniquidades (Tit. 2:14). Esta libertad viene cuando el don
del arrepentimiento obra en nosotros.
Capítulo 1
9
En Joel capítulo 1, en un día similar de degradación y
rebelión, el profeta habló de los juicios de Dios sobre Su
pueblo. Hordas de insectos devoraron el producto de la
tierra. Los árboles frutales y las cosechas del campo se
secaron. Toda su economía fue grandemente empobrecida.
Los enemigos hormigueaban alrededor del pueblo de Dios.
La miseria remplazó las bendiciones que habían conocido
cuando anduvieron en los caminos de Dios. ¿No hay sobre
la tierra juicios similares por parte de Dios, mientras le
pide a Su pueblo que se vuelva a Él? ¡Las recientes
devastaciones por inundaciones, huracanes y terremotos
hacen que nos demos cuenta que Dios está tratando de
llamar nuestra atención! En Isaías 42:24-25 Dios dice:
¿Quién dio a Jacob en botín, y entregó a Israel a
saqueadores? ¿No fue Jehová, contra quien
pecamos? No quisieron andar en sus caminos, ni
oyeron su ley. Por tanto, derramó sobre él el
ardor de su ira, y fuerzas de guerra; le puso
fuego por todas partes, pero no entendió; y le
consumió, mas no hizo caso”.
¿No está la Iglesia de hoy en una situación similar? Los
cristianos están experimentando problemas que son el
resultado de haber dejado los caminos de Dios. Sin
embargo, ¡el profeta Joel nos da esperanza!
“Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí
con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento.
Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y
convertíos a Jehová vuestro Dios; porque
misericordioso es y clemente, tardo para la ira y
grande en misericordia, y que se duele del castigo...
10
Cambiados de Gloria en Gloria
Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes
ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu
pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que
las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de
decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?”
(Jl. 2:12-13, 17).
En medio de este sonar de la trompeta y del llamado al
arrepentimiento, Dios comenzó a mostrar lo que haría por
ellos si se arrepentían:
“Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos
en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la
primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre
vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.
Las eras se llenarán de trigo, y los lagares
rebosarán de vino y aceite. Y os restituiré los años
que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la
langosta, mi gran ejército que envié contra
vosotros. Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el
nombre de Jehová vuestro Dios; y nunca jamás será
mi pueblo avergonzado. Y conoceréis que en medio
de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios,
y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será
avergonzado. Y después de esto derramaré mi
Espíritu sobre toda carne” (Jl. 2:23-28).
Esta promesa de restauración y bendición permanece para
la Iglesia hoy, si cumplimos las mismas condiciones de
arrepentimiento, y nos volvemos al Señor en las áreas de
nuestra vida en las que somos contrarios a Él. Tiene que
haber un avivamiento del don de arrepentimiento si
Capítulo 1
11
queremos experimentar el derramamiento del Espíritu de
Dios sobre toda carne.
“El Señor no retarda su promesa, según algunos la
tienen por tardanza, sino que es paciente para con
nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que
todos procedan al arrepentimiento” (2 P. 3:9).
LAS FIESTAS DE ISRAEL NOS MUESTRAN EL
PROPÓSITO DE DIOS
Ahora es el tiempo para que el mensaje de arrepentimiento
venga a estar al frente en la Iglesia. Al estudiar las siete
fiestas principales de Israel en Levítico 23, uno puede ver
el orden y propósito de Dios para la Iglesia. Estas fiestas
son las siguientes: La Pascua, los Panes sin Levadura, Las
Primicias, Pentecostés, Trompetas, Día de Expiación y
Tabernáculos.
Las primeras cuatro fiestas se celebran en la primavera, al
comienzo del nuevo año religioso. Cuando uno estudia el
origen de estas fiestas en el libro de Éxodo, se hace
evidente que representan los propósitos de Dios que habían
de venir después en la Iglesia Primitiva. Aún más, estas
fiestas son un tipo de experiencias personales a las que
Dios quiere conducirnos. Por ejemplo, consideremos la
fiesta de la Pascua:
“Porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue
sacrificada por nosotros” (1 Co. 5:7).
Aquí, Pablo expone claramente la idea de que la muerte
12
Cambiados de Gloria en Gloria
de Jesús en el Calvario fue el cumplimiento literal de la
fiesta de Pascua. En Juan 1:29, Jesús es descrito como el
Cordero de Dios:
“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y
dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el
pecado del mundo”.
Claramente, Juan reconoció a Jesús como el Cordero
Pascual que había de ser sacrificado por la nación de Israel.
La muerte de Cristo en el Calvario es el cumplimiento de
la fiesta de la Pascua. Trasladando esto a nuestra
experiencia personal, la Pascua habla de la salvación
provista para nosotros por medio de la muerte, sepultura
y resurrección del Señor Jesucristo.
La fiesta de Pentecostés fue instituida en el monte Sinaí
cincuenta días después que Israel cruzó el mar Rojo. Allí,
en el monte Sinaí, Dios le habló a la nación de Israel. Les
dio Sus leyes básicas. Su intención original fue que Israel
siempre respondiera a Su voz. Sin embargo, vemos que el
pueblo se rehusó a oír la voz de Dios (Dt. 5:22-27).
Entonces, debido a que rechazaron escuchar Su voz y
entrar a una relación más cercana y personal con Él, Dios
le dio a Israel una gran cantidad de leyes para dirigirlos.
Cincuenta días después que Jesús fue resucitado de la
muerte, los discípulos se reunieron en el aposento alto. El
Espíritu Santo se derramó sobre ellos y todos fueron
bautizados en el Espíritu Santo, con la evidencia de hablar
en otras lenguas. El propósito de Dios era escribir Sus
leyes sobre las tablas de carne de sus corazones, para tener
Capítulo 1
13
hijos que respondieran a Su voz (Ez. 36:27; He. 3:7-10).
Nuevamente, trayendo el concepto de la fiesta de
Pentecostés a nuestra propia experiencia, Dios quiere
bautizar a cada creyente en el Espíritu Santo. Quiere
enseñarnos a ser sensibles a oír Su voz, responderle a
Él, y obedecer Sus leyes.
Las primeras cuatro fiestas son un tipo de la salvación,
santificación, bautismo en agua y bautismo en el Espíritu
Santo. Estas fueron cumplidas al comienzo de la Edad de la
Iglesia. (Para mayor explicación y estudio, vea por favor la
tabla del Apéndice). Las últimas tres fiestas se celebran en el
otoño, y aún no han sido cumplidas en la Edad de la Iglesia.
Israel había vagado por el desierto cerca de treinta y ocho
años, hasta que se muriera la generación incrédula. La
fiesta de Trompetas apuntaba a un tiempo en el cual Dios
proclamaba un nuevo comienzo. Había llegado el tiempo
para que ellos comenzaran a entrar a la tierra de Canaán y
poseer su herencia.
El Día de Expiación señalaba el tiempo en que Israel cruzó
el Jordán y llegó a Gilgal, en donde fueron circuncidados.
Era también un tiempo de profundo arrepentimiento. Ésta,
la más solemne de las fiestas, se celebraba con ayuno y
oración, permitiéndo que Dios escudriñara su corazón. Antes
de seguir y poseer su herencia, tenían que poner todo en orden.
Por último venía la fiesta de Tabernáculos. Era la más
grande fiesta del año. ¡Qué tiempo tan maravilloso era
celebrar la tremenda cosecha que se recogía! ¡Durante la
14
Cambiados de Gloria en Gloria
fiesta de Tabernáculos, Israel se llenaba de gran gozo!
Hace varios años, mi esposa y yo regresábamos en un vuelo
desde París, pues veníamos de un seminario para líderes
cristianos celebrado en Nepal. Tuve el privilegio de sentarme
junto a una mujer judía de Israel. Al preguntarle acerca de la
vida, costumbres y conceptos de los israelitas modernos,
entablamos una conversación muy interesante, la cual duró
varias horas. Al finalizar nos invitó a visitarla algún día.
Cuando le pregunté cuál era el mejor tiempo para visitarla,
contestó enfáticamente: “¡Oh, ustedes tienen que venir para
la fiesta de Tabernáculos. No hay mejor tiempo de gozo y
celebración que éste!” Hasta este día, la fiesta de Tabernáculos
es reconocida como la más grande de todas las fiestas, y
represente el gozoso avivamiento que Dios quiere derramar
por toda la tierra al final de la Edad de la Iglesia.
Es de notar que los días de arrepentimiento deben preceder
a este tiempo de gran gozo después de la cosecha. Parece
que el tiempo para que las tres últimas fiestas se hagan
una experiencia real para la Iglesia es al final de esta era.
Ciertamente, es tiempo de seguir caminando en una nueva
visión y propósito con Dios. Aún queda mucho territorio
espiritual por poseer. ¡La trompeta ha sonado! Dios espera
derramar el don de arrepentimiento a un pueblo que esté
listo para moverse con Él y experimentar la fiesta de
Tabernáculos. Está por brotar sobre nosotros el más grande
avivamiento que la tierra jamás haya visto. El Día de
Expiación, que es un día de arrepentimiento, debe preceder
a este avivamiento.
Capítulo 1
15
TIEMPO PARA AVIVAMIENTO
TIEMPO PARA ARREPENTIMIENTO
I. Arrepentimiento – Predicación del Nuevo
Testamento
A. Juan el Bautista (Mt. 3:2).
B. Jesús (Mt. 4:17).
C. Pedro (Hch. 2:37-38).
D. Pablo (2 Co. 7:9-11).
II. Conformados a Su Imagen
A. El propósito de Dios de transformarnos mientras
Lo contemplamos a Él (Ro. 8:29; 2 Co. 3:18).
B. Resultados de rechazar la obra del Espíritu Santo
1. Quedar en la ruina (Ez. 18:30).
2. Perder el amor por el Señor (Mt. 4:12).
3. Destrucción (Is. 42:24-25).
C. La bendición del arrepentimiento
1. El arrepentimiento trae liberación de Dios
(Jl. 2:12-13, 17).
2. Restauración y avivamiento
(Jl. 2:23-28; 2 P. 3:9).
III. Las fiestas de Israel muestran el propósito de Dios
A. Las siete fiestas – tipo de experiencias espirituales
(Lev. 23).
1. La Pascua (1 Co. 5:7; Jn. 1:29).
2. Pentecostés (Dt. 5:22-27; He. 3:7-10).
3. La fiesta de Tabernáculos - avivamiento
precedido por arrepentimiento.
4. Día de Expiación - tiempo de
arrepentimiento fresco para avivamiento.
17
Capítulo 2
¿QUÉ ES EL ARREPENTIMIENTO?
Esencialmente, el mensaje de este libro es enseñarnos cuál
debe ser nuestra respuesta cuando el Espíritu de Dios se
mueve trayendo arrepentimiento. Dios es Quien inicia el
arrepentimiento en nosotros. En Romanos 2:4, Pablo declara:
“…su benignidad te guía al arrepentimiento”.
Por iniciativa propia, nunca nos arrepentiríamos. Seríamos
incapaces de hacerlo. Dios debe guiarnos al
arrepentimiento. El apóstol Pablo también hace referencia
a esto en 2 Timoteo 2:25:
“por si quizá Dios les conceda que se arrepientan
para conocer la verdad”.
Ciertamente, el arrepentimiento es un maravilloso don de
Dios. Nunca debemos tomar a la ligera cuando Dios viene
a nuestra vida con convicción y espíritu de
arrepentimiento.
Vemos un claro ejemplo de la bondad de Dios al llevar
arrepentimiento a la vida del profeta Isaías. En Isaías
capítulo seis, él recibe una revelación del Señor
entronizado en los cielos. Los serafines están declarando
la santidad de Dios. Es entonces, mientrs tiene una fresca
revelación de la santidad de Dios, que puede ver su propia
condición inmunda.
18
Cambiados de Gloria en Gloria
“¡Ay de mí! Que soy muerto; porque siendo hombre
inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo
que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al
Rey, Jehová de los ejércitos” (Is. 6:5).
Uno de los serafines limpió sus labios, quitó su iniquidad
y purgó su pecado. Dios había propiciado esta situación.
Isaías respondió como era necesario. Después de eso, Dios
comisionó a Isaías para Su propósito. ¡Que nosotros, como
Isaías, respondamos adecuadamente cuando Dios nos
revele que nuestro camino es contrario al Suyo!
¿Qué clase de respuesta se necesita cuando Dios se acerca
a nosotros de esa manera? Muchos cristianos consideran
que el arrepentimiento sólo es necesario en el paso inicial,
al recibir a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.
Mientras vemos juntos el significado escritural del
arrepentimiento, veremos que el don de arrepentimiento
es esencial durante toda nuestra vida. Después de un ciclo
tras otro ciclo de arrepentimiento, seremos conformados
a la imagen de Cristo. Que nunca nos cansemos de los
ciclos de arrepentimiento, sino que abracemos
continuamente la visión de llegar a ser como nuestro Señor.
Para ver lo que realmente implica el arrepentimiento
estudiemos juntos Hechos 3:19-20 . Observe el orden de
eventos que contienen estos versículos:
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean
borrados vuestros pecados; para que vengan de la
presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe
a Jesucristo, que os fue antes anunciado”.
Capítulo 2
19
MANIFESTACIÓN DEL CARÁCTER
Y LOS CAMINOS DE DIOS
En Hechos 3:1-18, Jesucristo fue manifestado al pueblo a
través de un poderoso hecho de sanidad y por la
predicación de Pedro. Llegaron a la conclusión que Jesús
es el Hijo de Dios, el Mesías. Este evento de hechos
ejemplifica el patrón de Dios obrando en la vida de Isaías.
Vemos una situación similar en Isaías capítulo seis:
“Entonces dije: ¡Ay de mí! Que soy muerto,
porque siendo hombre inmundo de labios, y
habitando en medio de pueblo que tiene labios
inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de
los Ejércitos” (Is. 6:5).
Debido a que los ojos de Isaías contemplaron al Rey,
Jehová de los Ejércitos, Dios tuvo un encuentro fresco
con él, y este encuentro introdujo cambios en su vida. A
menos que Dios se mueva y se nos manifieste de alguna
manera, será imposible proceder al arrepentimiento. ¡Qué
maravilloso es que Dios desee que seamos cambiados y
conformados a Su imagen! Así, el primer paso al
arrepentimiento se da cuando Dios, de una u otra manera,
nos revela un aspecto de Su carácter, o de Sus caminos.
ARREPENTIMIENTO
La palabra arrepentimiento significa pensar diferente o
cambiar una decisión. El arrepentimiento es el proceso
por el cual Dios cambia nuestra forma de pensar acerca
20
Cambiados de Gloria en Gloria
de Él, de nosotros mismos, de otros y de las
circunstancias de la vida. En Isaías 55:7-9, el Señor nos
muestra por qué debemos cambiar nuestros caminos y
nuestra manera de pensar:
“Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus
pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá
de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será
amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no
son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos
mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos
los cielos que la tierra, así son mis caminos más
altos que vuestros caminos, y mis pensamientos
más que vuestros pensamientos”.
Uno de los problemas en el matrimonio es el obstáculo de
tener diferentes perspectivas. Generalmente, el hombre y
la mujer tienen una perspectiva muy diferente de las cosas.
Es una verdadera revelación para un esposo recién casado
enfrentarse con la realidad de que su pareja no ve las cosas
de la misma manera que él. De esta falta de conocimiento,
pueden venir muchos conflictos y heridas no intencionales
(1 P. 3:7). Un esposo puede tomar una decisión en la que
no ve posibles causas para un conflicto. Sin embargo,
cuando su esposa responde: “mi papá nunca hizo algo así”,
inmediatamente se da cuenta que existen diferencias. Por
supuesto, cuando una pareja permite que Dios obre en
sus vidas, ambos cambian. Cada uno empieza a considerar
la perspectiva del otro.
Nuestra relación con Dios comienza cuando recibimos a
Jesucristo como nuestro Señor y Salvador. Comúnmente
Capítulo 2
21
asumimos que Él verá las cosas a nuestra manera. Sin
embargo, mientras Él se nos revela, empezamos a darnos
cuenta que hay diferencias. Como una esposa que trata de
cambiar a su esposo, con frecuencia pensamos que
podemos cambiar la mente del Señor y que podemos
conformarlo a nuestra imagen. Ésta es un área en la cual
nuestro pensamiento es incorrecto, porque Él nos dice:
“Porque yo Jehová, no cambio” (Mal. 3:6).
Sus caminos y pensamientos son perfectos. ¡Él no puede
ser mejorado! ¡Somos nosotros los que tenemos que
cambiar! La verdadera transformación ocurre cuando
cambiamos a la forma de pensar de una perrsona. Si su
manera de pensar permanece sin ser cambiada, su forma de
vida nunca cambiará. Podremos pensar que nuestro camino
es correcto, ¡pero solamente Su camino es perfecto! Por
consiguiente, Dios tiene que trabajar en nuestra vida para
transformar a Su manera nuestra forma de pensar.
“Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, el
cual anda por camino no bueno, en pos de sus
pensamientos” (Is. 65:2).
“Hay camino que al hombre le parece derecho;
pero su fin es camino de muerte” (Pr. 14:12).
En Isaías 14:12-15, Dios nos muestra la causa de la
rebelión de Satanás. Lucifer comenzó a pensar de sí mismo
con más superioridad de la que debía. Su rebelión comenzó
en sus pensamientos, y en la manera en que percibió la
situación y su propia importancia.
22
Cambiados de Gloria en Gloria
Satanás se propuso engañar a Eva en el jardín del Edén.
Lo logró al desviar sus pensamientos de lo que Dios había
mandado. Comenzó a influenciarla a pensar que podía
tener posición y conocimiento, independientemente de
Dios. Por medio de pensamientos erróneos, Adán y Eva
cometieron actos erróneos, y la muerte entró al mundo.
Fue un camino que a ellos les pareció correcto, pero que
produjo muerte. Por esta razón, la doctrina de
arrepentimiento de Hebreos 5:1, es llamada
“arrepentimiento de obras muertas”. Cualquier obra que
brote de nuestro pensamiento, se produce en una mente
carnal y produce muerte.
¿Puede incrementarse nuestra relación con Dios si nuestro
pensamiento no se transforma a la manera en que Él
piensa? ¿Podemos continuar gozando de Su Presencia y
compañerismo si nuestros caminos son contrarios al Suyo?
El profeta Amós propone una pregunta:
“¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de
acuerdo?” (Am. 3:3).
Mientras el Señor nos va revelando Sus caminos, tenemos
que estar dispuestos a arrepentirnos de nuestra manera de
pensar (o de nuestra perspectiva), a fin de llegar a ser uno
con Él. De esta manera, nuestro comperismo con Él, puede
seguir creciendo.
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos
por medio de la renovación de vuestro entendimiento,
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de
Dios, agradable y perfecta” (Ro. 12:2).
Capítulo 2
23
Dios ha llamado a Su Iglesia a ser conformada a la imagen
de Cristo y a despojarse del pensamiento mundano. La
palabra renovación que Pablo usa, significa una completa
renovación. El propósito de Dios es que nuestra manera
de pensar, tenga un cambio gradual pero completo y que
veamos todo en esta vida como en la eternidad. No
podemos colocar una fachada sobre nuestros antiguos
patrones de pensamiento; Dios quiere renovar
completamente nuestra mente:
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo
también en Cristo Jesús” (Fil. 2:5).
Un corazón sin arrepentimiento producirá una actitud que
nos estorbará para alcanzar el propósito que Dios ha
ordenado para nuestra vida. Este asunto sobre nuestra
manera de pensar, afecta cada área de nuestra vida y
nuestro destino eterno. Por muchos años, los relojeros
suizos dominaron la mayor parte del mercado de relojes.
Producían con exactitud las partes de un reloj mecánico,
convirtiendo su producto en el más codiciado por la gente.
Pero no hace muchos años, se introdujo el concepto de
los relojes electrónicos. Debido a que los suizos se
encerraron en la idea del uso de resortes y engranajes,
fueron incapaces de hacer la transición necesaria hacia
los relojes electrónicos. Los japoneses fueron flexibles en
su manera de pensar sobre este asunto, y ahora dominan
el mayor porcentaje del mercado.
El avivamiento desencadena cambios tremendos.
Debemos permitir que Dios obre en nuestro corazón por
medio del arrepentimiento para que nuestra manera de
24
Cambiados de Gloria en Gloria
pensar sea transformada. Él quiere que seamos ciudadanos
de una nación santa: el Reino de Dios. Si nos encerramos en
patrones de pensamiento personales, familiares o nacionales,
podemos perder nuestra espiritualidad, como le sucedió a
los suizos con la fabricación de relojes.
Nuestra manera de pensar es totalmente contraria a la
manera de pensar del Señor. Por medio del
arrepentimiento, somos llamados a caminar el camino de
la cruz que Jesús siguió. Al leer Filipenses 2:6-11, vemos
que, sin una transformación completa de su manera de
pensar, el hombre jamás podría abrazar el camino e la
Cruz. Dios se ha propuesto transformar nuestra manera
de ver las cosas. ¡Pero veamos la victoria que Jesucristo
obtuvo cuando abrazó la voluntad del Padre!
CONVERSIÓN
El siguiente paso que vemos en Hechos 3:19 es ser
convertidos. El concepto básico de la palabra convertido
en el griego es darse la vuelta. Ibamos en una dirección y
ahora nos convertimos y vamos en otra dirección. La
conducta de un hombre nunca podrá ser cambiada a menos
que primero ocurran cambios en su manera de pensar. Nos
arrepentimos, y nuestra manera de pensar cambia. Para
expresar que han recibido a Jesucristo como Señor y
Salvador, muchos cristianos usan la palabra convertido
como sinónimo del término salvo o nacido de nuevo. Sin
embargo, convertido implica realmente un concepto
diferente.
Capítulo 2
25
En Lucas 22:31-32, Jesús le habla a Pedro justo unas horas
antes de la crucifixión. Es importante entender que antes
de esto, Pedro había estado siguiendo a Jesús. Él había
respondido al llamado del Maestro: “sígueme”. Pedro fue
enviado al ministerio con los otros, a predicar el evangelio,
sanar a los enfermos, resucitar a los muertos, y echar fuera
demonios en el nombre de Jesús. Todos nosotros estaríamos
de acuerdo en que Pedro era creyente. Pero había un área
de la vida de Pedro que aún no se había convertido. En su
fuerza natural, Pedro debió parecerse a una columna, una a
la que la gente respetaba y sobre la cual podían apoyarse.
Aunque el nombre Pedro significa roca, Jesús vio la
necesidad de conversión de Pedro. El Señor sabía cómo
respondería Pedro al tipo correcto de presión:
“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí
Satanás os ha pedido para zarandearos como a
trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y
tú, una vez vuelto[convertido], confirma a tus
hermanos”.
Pedro insistió que él nunca abandonaría a Cristo, sin
importar lo que fuera a pasar. Entonces Jesús, profetizó la
negación de Pedro, refiriéndose a él no como Pedro, sino
como Simón. Jesús se estaba refiriendo al Pedro
inconverso, autosuficiente y casi arrogante. Aún así, Jesús
le dio a Pedro gran esperanza de que sería cambiado, que
sería convertido.
Mientras Jesús era llevado a juicio, ciertamente Pedro fue
zarandeado como Jesús había dicho. Estando ante el fuego
26
Cambiados de Gloria en Gloria
tratando de calentarse y negando tres veces ser discípulo
de Jesús, Pedro recibió la revelación de su verdadero nivel
de fuerza y estabilidad.
Después de la resurrección, los discípulos estaban
flaqueando en la fe y llenos de duda, habían
malinterpretado totalmente los eventos que habían
ocurrido esa semana. Antes de ascender de nuevo al Padre,
Jesús les dijo que regresaran a Jerusalén a esperar la
promesa del Padre, haciendo referencia al bautismo en el
Espíritu Santo. Esto fue diez días antes del día de
Pentecostés. Aunque la Escritura no da muchos detalles
sobre este evento, ellos deben haber tenido varias
reuniones de oración en esos diez días. Quizá fue un
tiempo de arrepentimiento y de escudriñar el corazón,
mientras buscaban juntos al Señor. Fueron necesarios
muchos cambios en los discípulos. Tal vez fue éste el
tiempo en que Pedro tuvo una nueva convicción de su
negación de Jesús. ¿Pudo haber pasado que Pedro se paró
delante de sus hermanos en humildad y confesó su fracaso
y el deseo de ser cambiado? Sabemos que en el día de
Pentecostés hubo una conversión mayor en la vida de
Pedro, cuando él se levantó delante de la multitud y predicó
a Jesús. No obstante, podemos haber sido salvos durante
muchos años y tener muchas áreas de nuestra vida que
aún no han sido convertidas y que Dios quiere cambiar y
conformar a Su imagen.
Capítulo 2
27
BORRADOS LOS PECADOS
¿No es verdad que nuestros pecados son borrados cuando
recibimos a Jesucristo como Señor y Salvador?
Ciertamente, el castigo por los pecados pasados ha sido
borrado. Sin embargo, a menudo encontramos que en
nuestra vida todavía hay problemas con la vieja naturaleza
de pecado. Ser creyentes no significa que el pecado cesa
automática e inmediatamente en nuestra vida.
Es necesario que entendamos el significado escritural
de la palabra pecado. La palabra griega del Nuevo
Testamento hamartia significa errar el blanco. Tendemos
a categorizar ciertos actos como pecado: mentir, robar o
la inmoralidad. El concepto escritural es mucho más
amplio. Todo lo que nos hace errar el blanco de los
propósitos de Dios, se llama pecado.
Isaías habla de Cristo y de los que desean imitarlo:
“Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió
con la sombra de su mano; y me puso por saeta
bruñida, me guardó en su aljaba” (Is. 49:2).
Esto nos habla del proceso de hacer una flecha, recta y
bruñida, para que, cuando sea lanzada, dé en el blanco.
Dios hace una obra similar en nuestra vida, a través del
arrepentimiento y la conversión. Lo torcido es enderezado,
y lo áspero es allanado (Lc. 3:5). Mientras Él cambia
nuestra manera de pensar y de actuar, el pecado que nos
hace errar el blanco, es borrado. La obra que Jesús
consumó para nosotros en el Calvario, no es solamente
28
Cambiados de Gloria en Gloria
remover el castigo por nuestro pecado. Por medio de la
obra del arrepentimiento, Él borra ese pecado de nuestra
vida completamente, de manera que podamos continuar para
dar en el blanco y ser conformados a la imagen de Jesús.
TIEMPOS DE REFRIGERIO
“Para que vengan de la presencia del Señor
tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os
fue antes anunciado” (Hch. 3:19-20).
Cuando permitimos que el Espíritu Santo haga Su obra en
nosotros, Él nos conduce a un tiempo maravilloso de
refrigerio o literalmente avivamiento (en griego). De nuevo
encontramos aquí un repaso del orden: recibimos una nueva
revelación de Jesús, nos arrepentimos, nos convertimos, y
nuestros pecados son borrados. Entonces estamos listos para
un avivamiento personal en la presencia de Dios:
“Humillaos delante del Señor, y él os exaltará”
(Stg. 4:10).
En este punto, Dios puede elevarnos a una nueva dimensión
de Sí mismo y de Su presencia. Somos refrescados, y ahora
podemos experimentar el gozo del Señor sobre nosotros:
mientras caminamos en armonía con Él en ésta área de
nuestra vida con la cual Él ha tratado. Después de completar
este ciclo, comienza la preparación para la siguiente
revelación del Señor Jesús, que nos conduce a un nuevo
proceso de arrepentimiento en otra área de nuestra vida.
Consideremos este ciclo en el siguiente diagrama:
Capítulo 2
29
EN
A
A
B
Convicción
C
Arrepentimiento
D
CA
M
BI
AD
OS
DE
D
GL
OR
IA
Revelación
Avivamiento
GL
OR
IA
HIJOS MADUROS DE DIOS
B
C
A. Dios toma la iniciativa de cambiarnos. Él se nos revela
de alguna manera, como lo hizo con el profeta Isaías.
B. Dios usa circunstancias para obrar en nosotros y para
mostrarnos que nuestros caminos son contrarios a los
Suyos. La convicción del Espíritu Santo y la tristeza
que es según Dios obran en nosotros. Emocionalmente,
podemos sentir como que hemos tocado fondo en
nuestra vida.
C. La benignidad de Dios nos guía al arrepentimiento.
Confesamos y abandonamos nuestro pecado. Nuestro
pecado es borrado. Somos convertidos.
D. Dios nos refresca en Su presencia. Podemos caminar
con Él en un mayor nivel de armonía. Después de un
tiempo, estamos listos para regresar al punto A, en
donde Dios repite todo el proceso en nuestra vida. Así
pues, nosotros “somos transformados de gloria en
gloria en la misma imagen”.
30
Cambiados de Gloria en Gloria
¿QUÉ ES EL ARREPENTIMIENTO?
I. Dios propicia el arrepentimiento
A. Dios propicia el arrepentimiento
(Ro. 2:4; 2 Ti. 2:25).
B. Pasos para el arrepentimiento (Hch. 3:19-20).
II. Manifestación del carácter de Dios y Sus caminos
A. Jesucristo se reveló a la gente por medio de la
predicación de Pedro (Hch. 3:13-18).
B. El arrepentimiento de Isaías comienza con la
revelación del Señor (Is. 6:5).
III. Arrepentimiento (Hch. 3:19)
A. Definición: cambio de pensamientos.
B. Los pensamientos de Dios son diferentes a los
nuestros (Is. 55:7-9).
C. Dios quiere cambiar nuestro pensamiento.
1. Él no cambia (Mal. 3:6; Pr. 14:12).
2. A menos que cambiemos, Dios no continuará
Su comunión con nosotros (Amós 3:3).
3. La transformación de nuestros
pensamientos por medio del arrepentimiento
(Ro. 12:12; Fil. 2:5-11).
IV. Conversión (Hch. 3:19)
A. Definición: darse la vuelta e ir en otra dirección
B. Pedro era salvo, pero no convertido (Lc. 22:31-32).
C. Pedro convertido antes de Pentecostés.
Capítulo 2
31
V. Borrados los pecados (Hch. 3:19)
A. El castigo por el pecado es borrado por la sangre
de Jesús.
B. Definición de pecado: errar el blanco.
C. El arrepentimiento borra el pecado, no
solamente el castigo.
D. La saeta recta y bruñida que da en el blanco (Is. 49:2).
VI. Tiempos de Refrigerio (Hch. 3:19)
A. El Arrepentimiento prepara el camino para el
avivamiento (Stg. 4:10).
B. Definición de refrigerio: avivamiento.
C. Listos para una nueva revelación del Señor y un
nuevo ciclo de arrepentimiento.
D. Transformados de gloria en gloria (2 Co. 3:18).
“Tú los introducirás
y los plantarás
en el monte de tu heredad,
en el lugar de tu morada,
que tú has preparado,
oh Jehová,
en el santuario que tus manos,
oh Jehová,
han afirmado”.
Éxodo 15:17
33
Capítulo 3
CONTINUAR CON EL PROCESO DE LA
TRANSFORMACIÓN
Este proceso de cambio continúa obrando en nuestra vida
mientras que no llegamos a ser plenamente conformados
a la imagen de Cristo, y hata que permitamos que Dios
obre en nosotros. Dios quiere transformar nuestra vida
familiar, nuestra ética de trabajo, nuestra moral, muchos
aspectos de nuestra cultura, nuestra música, nuestra vida
en la Iglesia, nuestros objetivos, motivos y actitudes. ¡Él
quiere transformar todo lo que respecta a nosotros! La
obra de arrepentimiento y conversión es el proceso
mediante el cual Dios produce esos cambios. Debemos
permitir que Dios ejecute Su obra en nuestra vida. Es una
obra progresiva en la que Dios continúa revelándose a
nosotros. Mientras que continuamos diciendo: “Sí, Señor,
hazlo a Tu manera”, seguimos avanzando en Dios. Pero
siempre que resistimos a Dios, cerramos nuestros oídos,
y decimos: “No, a mí no me gusta eso”; nuestro corazón
se endurece, y la cegera y la negligencia se establecen
dentro de nosotros.
Muchos han sido cristianos por años sin progresar y
desarrollarse en su relación con el Señor. Puede que en el
pasado hayan permitido que Dios los guiara al
arrepentimiento en algunas áreas de su vida, pero han
llegado a cansarse de esta preciosa obra del Espíritu de
34
Cambiados de Gloria en Gloria
Dios. Han dejado de responder con arrepentimiento, y no
han permitido que Dios cambie su vida. Llegaron a un
punto en el que dicen: “Quiero vivir a mi manera”. Esto
no quiere decir que necesariamente van a caer en gran
pecado, sino únicamente dejan de ser transformados.
Debemos darle la bienvenida y recibir el don del
arrepentimiento siempre que Dios quiera venir y obrar en
nosotros. Así seguiremos avanzando en Dios. Si hemos
de tener parte en el avivamiento venidero tiene que haber
una preparación. El arrepentimiento es un don de Dios;
por nosotros mismos nunca podríamos llegar a él. Es
iimposible sin la intervención de Dios en nuestra vida.
Jamás podríamos cambiar nuestra propia manera de
pensar. El don de arrepentimiento nos suaviza, nos
quebranta, nos rinde y transforma nuestra mente. Es un
acto soberano de la gracia de Dios. Si Dios no nos lo
concede, no podemos cambiar. Es la benignidad de Dios
la que nos guía al arrepentimiento.
UNA IGLESIA QUE PERMANECE CON VIDA
Las iglesias se estancan y se añejan porque dejan de oír lo
que Dios está diciendo. Muchas congregaciones llegan a
un lugar donde pierden la gloria de Dios. El fuego de Dios
los abandona debido a que el arrepentimiento deja de fluir
en esa iglesia.
En Apocalipsis capítulo 2, Dios está hablando a las siete
iglesias de Asia. Primero se dirige a la iglesia de Éfeso.
Pablo pasó cerca de tres años allí, preparando un buen
Capítulo 3
35
fundamento. Probablemente, Éfeso fue la iglesia matriz
usada por Dios para alcanzar a otras ciudades de Asia
Menor. Es muy probable que las otras seis iglesias hayan
nacidoZ de la iglesia de Éfeso. En algún tiempo, Éfeso
fue una iglesia muy espiritual, pero observe lo que Dios
les dice ahora en Apocalipsis 2:1-5:
“Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que
tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en
medio de los siete candeleros de oro, dice esto: Yo
conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y
que no puedes soportar a los malos, y has probado
a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los
has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido
paciencia, y has trabajado arduamente por amor de
mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra
ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por
tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las
primeras obras”.
En algún punto, esta iglesia se desvió de la senda que
Dios había escogido para ellos. Habían resistido los
continuos cambios que el Espíritu Santo trataba de obrar
en su vida. Esto hizo que la revelación progresiva del Señor
Jesucristo cesara. Cuando Pablo escribe a la iglesia de
Tesalónica, (1 Tes. 1:3), los alaba por sus obras de fe, su
trabajo de amor y su constancia en la esperanza. La iglesia
de Éfeso tenía obras, pero no obras de fe; trabajo, pero no
trabajo de amor; constancia, pero no constancia en la
esperanza. El avivamiento sólo podía venir a ellos si tenían
un encuentro fresco en arrepentimiento con el Señor.
36
Cambiados de Gloria en Gloria
La clave para que una iglesia se mantenga vibrante y llena
de vida es tener una respuesta continua al don de
arrepentimiento. La gente de una iglesia así, debe estar
dispuesta a ser transformada. Dios dice: “Si no te
arrepientes, quitaré el candelero, la unción y Mi presencia.
Quitaré el fuego del Espíritu Santo si te rehúsas a permitir
que Yo te transforme”.
RESISTENCIA AL CAMBIO
En Jeremías 48:11, Dios habla del juicio a Moab, y la
razón por la cual Él estaba tan desagradado de ellos:
“Quieto estuvo Moab desde su juventud, y sobre
su sedimento ha estado reposado, y no fue
vaciado de vasija en vasija, ni nunca estuvo en
cautiverio; por tanto, quedó su sabor en él, y su
olor no se ha cambiado”.
Moab no aceptó los cambios. Se acomodó en su zona de
reposo y se quedó allí, contento y feliz de dejar las cosas
como estaban. Hay patrones de comportamiento en los
que la gente tiende a caer durante las diferentes etapas de
su vida. Conforme la gente se va haciendo vieja, llega a
caer en la misma tendencia que Moab.
Atravesar ciclos de arrepentimiento, vez tras vez, puede
llegar a ser desgastante para aquellos que apartan sus ojos
de la meta. La gente se cansa de los problemas por los que
Dios los conduce con el fin de provocar los cambios que
se producen por medio del arrepentimiento.
Capítulo 3
37
¿Causa problemas el proceso de arrepentimiento? ¡Sí,
causa PROBLEMAS! Un cristiano enfrentará problemas
que otros jamás conocerán. Hace muchos años, siendo
cristianos jóvenes, mi esposa y yo llegamos a sentirnos
muy frustrados. Estábamos caminando en obediencia y
permitiendo que el Señor obrara en nuestra vida. Sin
embargo, parecía que entre más nos sometíamos a la obra
del Espíritu Santo, más aumentaban nuestros problemas.
Entre otras dificultades que estábamos enfrentando, mi
esposa había estado sufriendo por más de un año y
necesitaba ser operada. Anteriormente ella había
experimentado la sanidad divina, pero ahora, al buscar al
Señor, Él indicaba cirugía. Esto es lo que Él nos habló en
ese tiempo “Debido a que Me han buscado y Me han
permitido cambiarlos, han calificado para esta prueba”.
Nos sentíamos desalentados por este problema, pero Él
dijo que estábamos calificando para avanzar. Comenzamos
a entender que, a menos que permitiéramos que el Señor
obrara cambios en nosotros por medio de estos problemas,
no ibamos a calificar para una obra más profunda del
Espíritu Santo. Hemos aprendido, en gran medida, a
aceptar los problemas, y a no huir de ellos.
Cuando Dios nos vacía de una vasija a otra, cuán
incómodos nos sentimos en la forma y el color del nuevo
vaso. Pero por medio de esa situación, Dios comienza a
obrar Sus cambios en nosotros. Esta cualidad divina de
aceptar las circunstancias que Dios permite en nuestra
vida a fin de transformarnos, se llama mansedumbre.
Solamente podemos aceptar circunstancias desgraciadas
38
Cambiados de Gloria en Gloria
si realmente creemos que Dios tiene el control y que
puede obrar todo para nuestro bien. En Romanos 8:28,
Pablo dice:
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las
cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme
a su propósito son llamados”.
Si amamos a Dios y caminamos en obediencia a Él,
podemos estar seguros que Él obrará todo para nuestro
bien. Muy pocos cristianos saben que esto es realmente
cierto. Ellos huyen de los problemas, esas circunstancias
orquestadas por Dios que provocan estos cambios
maravillosos. Que seamos mansos como el Señor
Jesucristo y aceptemos de corazón cualquier cosa
diseñada para obrar a nuestro favor. ¡Que no nos
acomodemos para seguir el camino de la carne,
volviéndonos duros de corazón, fríos e indiferentes hacia
Dios! Si queremos avanzar en los propósitos de Dios,
debemos estar dispuestos a aceptar los cambios. Eso es
todo lo que quiere decir arrepentimiento. Moab no quería
cambiar. Se sintió a gusto en su cómodo reposo y se
instaló allí, año tras año. Fue por esto que Dios trajo
juicio sobre él.
En el Salmo 55:19, la Escritura dice: “Por cuanto no
cambian, ni temen a Dios”. Si dejamos de responder al
don de arrepentimiento, perderemos el temor del Señor.
Después es fácil apartarse de Dios. Un día, llega la
destrucción repentina, y nos preguntamos por qué
ocurrió.
Capítulo 3
39
RENOVADOS PARA AVIVAMIENTO
En Lucas capítulo cinco, Jesús habló algo que tiene mucho
que ver con arrepentimiento:
“Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra
manera, el vino nuevo romperá los odres y se
derramará, y los odres se perderán. Mas el vino nuevo
en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se
conservan. Y ninguno que beba del añejo, quiere luego
el nuevo; porque dice: El añejo es mejor”
(Lc. 5:37-39).
Esta no era una botella de vidrio como la que conocemos,
mas bien, era un odre hecho de piel de animal. El mismo
que aún se usa en algunos países para llevar líquidos. Jesús
dijo que nadie pone vino nuevo en odres viejos. El vino
nuevo debe ponerse en odres nuevos. El griego dice
literalmente, odres renovados, o rehechos. Es necesario
cierto proceso para renovar un odre que se ha vuelto viejo,
duro y quebradizo. Después de una serie de cambios, está
listo para el vino nuevo.
En cierto sentido, el avivamiento que vendrá es como el
vino nuevo. La respuesta de algunos será como la del
versículo 39:
“Y ninguno que beba del añejo, quiere luego el
nuevo; porque dice: El añejo es mejor”.
A muchos no les gustan los cambios porque ya se
afianzaron en un lugar. Han caminado con Dios solamente
lo necesario para recibir de Él lo que querían. Están listos
40
Cambiados de Gloria en Gloria
para quedarse donde están. Tal vez digan que desean el
avivamiento, pero su corazón está endurecido y débil como
un odre viejo. Son incapaces de contener el vino nuevo y
los cambios que éste conlleva.
Si hemos de ser llenos de vino nuevo, es necesario que
Dios nos renueve a través del proceso de arrepentimiento.
Él quiere que seamos flexibles, no rígidos o estancados
en cierto nivel. ¡Debemos movernos con Dios para poder
tener parte en el más grande avivamiento que la tierra haya
conocido jamás!
VISIÓN PARA IR A SION
Si queremos alcanzar la meta final que Dios ha escogido
para nosotros, es muy necesario que tengamos una
voluntad que busque el don de arrepentimiento y el
cambio. Como mencionamos anteriormente, muchas
personas e iglesias se acomodan en un lugar debido a que
no tienen la voluntad de continuar buscando una revelación
mayor del Señor Jesucristo. Estamos propensos a
responder como Israel respondió cuando Dios trató de
introducirlos a su herencia. Que aprendamos de sus errores
a no ser pasivos e incrédulos, sino que permitamos que
Dios nos cambie y nos mueva hacia lo mejor de Él.
“Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y
están escritas para amonestarnos a nosotros, a
quienes han alcanzado los fines de los siglos”
(1 Co. 10:11).
Capítulo 3
41
Dios obró milagrosamente para liberar a Israel de la
servidumbre de Egipto. Lamentablemente, cuando las
circunstancias no fueron las que la gente esperaba,
hablaron de regresar a Egipto o de morir en el desierto.
Finalmente, esa generación murió en el desierto, como lo
habían declarado (Nm. 14:2).
Cuando la siguiente generación se preparó para moverse hacia
Canaán, las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés,
le pidieron a Moisés que los dejara quedarse al este del Jordán
(Nm. 32). Ellos escogieron su propia herencia, o lugar de
reposo, el cual estaba muy lejos de ser lo que Dios había
escogido para ellos. El río Jordán los separaba de sus
hermanos, quienes se movieron en los propósitos de Dios.
Después de la muerte de Moisés, Josué condujo a Israel
a través del Jordán y comenzaron a poseer la tierra que
Dios les había dado. Al final de la vida de Josué, gran
parte de la herencia permanecía aún sin poseer (Jue. 1).
Israel comenzó a establecerse y a cohabitar en la tierra
con los enemigos de Dios. No fue sino hasta que David
se convirtió en rey, que Israel reasumió la conquista de
la tierra. ¿Por qué David pudo conducir a Israel a
avanzar en los propósitos de Dios, cuando muchos otros
habían fallado? Hechos 13:22 nos muestra el secreto
de la grandeza de David:
“Quitado éste [Saúl], les levantó por rey a David,
de quien dio también testimonio diciendo: He
hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi
corazón, quién hará todo lo que yo quiero”.
42
Cambiados de Gloria en Gloria
David amaba al Señor y deseaba cumplir todos los propósitos
de Dios. Una de las primeras cosas que David hizo después
de ser coronado rey sobre Israel, fue desposeer a los jebuseos
de la fortaleza de Sion (2 S. 5:6-10).
Cuando Israel atravesó el mar Rojo, Moisés cantó un
canto profético de lo que Dios había hecho, y de lo que
iba a hacer:
“Tú los introducirás y los plantarás en el monte de
tu heredad, en el lugar de tu morada, que tú has
preparado, oh Jehová, en el santuario que tus
manos, oh Jehová, han afirmado” (Ex. 15:17).
Al comienzo del viaje de Israel, se hizo mención del monte
de Su heredad. Unos cuatrocientos años después, David
entró en escena. David tenía un corazón que quería saber
lo que había en el corazón de Dios. Por lo tanto, David
entendió el propósito de Dios de hacer de Sion la capital
espiritual del Reino. En efecto, Sion es el monte de la heredad
de Dios. Desde el principio, el propósito de Dios era poseer
Sion. Dios nunca pretendió que ellos se establecieran en algún
lugar sino hasta que poseyeran lo más alto de Dios.
“Porque Jehová ha elegido a Sion; la quiso por
habitación para sí. Este es para siempre el lugar de
mi reposo; Aquí habitaré, porque la he querido.
Bendeciré abundantemente su provisión; a sus
pobres saciaré de pan. Asimismo vestiré de
salvación a sus sacerdotes, y sus santos darán voces
de júbilo. Allí haré retoñar el poder de David; he
dispuesto lámpara a mi ungido. A sus enemigos
vestiré de confusión, mas sobre él florecerá su
corona” (Sal. 132:13-18).
Capítulo 3
43
“Su cimiento está en el monte santo. Ama Jehová
las puertas de Sion más que todas las moradas de
Jacob. Cosas gloriosas se han dicho de ti, Ciudad
de Dios. Yo me acordaré de Rahab y de Babilonia
entre los que me conocen; he aquí Filistea y Tiro,
con Etiopía; este nació allá. Y de Sion se dirá: Este
y aquél han nacido en ella, y el Altísimo mismo la
establecerá. Jehová contará al inscribir a los
pueblos: Este nació allí” (Sal. 87:1-6).
“Dios es conocido en Judá; en Israel es grande
su nombre. En Salem está su tabernáculo, y su
habitación en Sion. Allí quebró las saetas del
arco, el escudo, la espada y las armas de guerra”
(Sal. 76:1-3).
En distintos lugares geográficos, Dios se encontró con
Israel en una forma maravillosa. Estos lugares llegaron a
significar distintos grados de crecimiento espiritual y
relación con el Señor; así como de ser los lugares para
recibir gracia para tener un mayor grado de responsabilidad
para hacer Su volluntad. David pagó un gran precio para
poseer Sion. En cualquier tiempo, él pudo haberse
establecido en un lugar confortable y quedarse allí. Esto
le habría ahorrado grandes dificultades, pero en el corazón
de David había nacido algo que lo impulsaba a seguir. Su
corazón lo conducía al camino de Sion:
“En cuyo corazón están tus caminos. Atravesando
el valle de lágrimas lo cambian en fuente, cuando la
lluvia llena los estanques”
(Sal. 84:5-6).
44
Cambiados de Gloria en Gloria
¡Sion valía la pena! David llevó a Sion el Arca del Pacto,
la cual era símbolo de la presencia manifiesta de Dios.
Promesas maravillosas les pertenecen a aquellos en cuyo
corazón están los caminos de Sion:
“Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será
confirmado el monte de la casa de Jehová como
cabeza de los montes, y será exaltado sobre los
collados, y correrán a él todas las naciones. Y
vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos
al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y
nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus
sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén
la Palabra de Jehová” (Is. 2:2-3).
Que deseemos ser como aquellos que conocen a Dios y
Sus caminos, teniendo Sus leyes en nuestro corazón. Dios
busca a aquellos que madurarán y tendrán la
responsabilidad de enseñar a otros el potencial que Él tiene
disponible para los que le aman. Por toda la tierra, de toda
clase de gente, Dios se hará de reyes y sacerdotes:
“Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno
eres de tomar el libro y de abrir sus sellos;
porque tu fuiste inmolado, y con tu sangre nos
has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y
pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro
Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la
tierra” (Ap. 5:9-10).
Este no es un mensaje exclusivo dado sólo para pocas
personas. Dios está extendiendo Su llamado a todas las
Capítulo 3
45
naciones, tribus, lenguas, y a todo grupo cultural. Él se
ha propuesto que de todas partes haya gentes en cuyo
espíritu hayan nacido los caminos de Sion. Su respuesta
será evidenciada por una disposición continua de
permitir que el Espíritu Santo obre el arrepentimiento
en su vida, de manera que sean cambiados de gloria en
gloria. En su corazón habrá una negativa de estancarse
y acampar alrededor de cualquier otra verdad o
experiencia. ¡Que presionemos hacia Sion, el monte de
la morada de Su presencia!
46
Cambiados de Gloria en Gloria
CONTINUAR CON EL PROCESO
DE LA TRANSFORMACIÓN
I. Cómo mantener una relación vital con Jesús
A. Por medio de ciclos continuos de arrepentimiento,
Dios nos transforma completamente.
B. Si resistimos el cambio, empezaremos a
endurecernos hacia Dios.
II. Resistencia al cambio
A. La indisposición de Moab al Cambio (Jer. 48:11).
B. La aceptación del problema produce el cambio
(Ro. 8:28).
C. El arrepentimiento nos trae el temor de Jehová
que nos ayuda a mantenernos en el camino
(Sal. 55:19).
III. Renovados para avivamiento
A. Odres renovados (Lc. 5:37-39).
B. Definición de renovados, rehechos.
C. Vino nuevo, tipo del avivamiento.
IV. Visión para Sión
A. El Viaje de Israel, nuestro ejemplo.
B. Israel no entró a su herencia bajo el liderazgo de
Moisés.
C. El rey David condujo a Israel hacia Sion.
D. Dios desea llevar a Su pueblo a Sion espiritual.
47
Capítulo 4
LA OBRA DE LA TRISTEZA QUE ES
SEGÚN DIOS
LA BENIGNIDAD DE DIOS
SE NOS MANIFIESTA
¿Cómo obra el don de arrepentimiento en nuestra vida de
una manera práctica? Pablo nos dice:
“la benignidad de Dios te guía al arrepentimiento”
(Ro. 2:4).
Dios es Aquel que inicia el arrepentimiento en nosotros.
¡Es Su benignidad¡ Con frecuencia, cuando Dios
comienza a obrar en nuestra vida para traer
arrepentimiento, nuestra tendencia es pensar que Él está
en nuestra contra. Isaías clamó:
“¡Ay de mí, que soy inmundo!” (Is. 6:5).
Cuando uno lee del arrepentimiento de David, se da cuenta
que no fue una experiencia agradable. El Salmo 6 es
considerado uno de los salmos de arrepentimiento de
David. Dios había estado tratando con él en circunstancias
concretas. Sin embargo, el resultado final probó que todas
las dificultades por las que David atravesó, valieron la
pena, porque fue restaurado en la presencia de Dios.
48
Cambiados de Gloria en Gloria
La obra de arrepentimiento en nuestra vida, es una
manifestación de la benignidad de Dios hacia nosotros.
Dios no se deleita tomando medidas severas para
finalmente capturar nuestra atención. Él no va a retener
ninguna cosa buena a aquellos que lo aman, pero algunas
veces el proceso que nos conduce al cambio parece muy
doloroso y miserable. A veces también podemos sentir
una gran culpabilidad. Pero es necesaria cierta medida de
tristeza en el proceso de arrepentimiento. ¡No obstante,
es la benignidad de Dios la que nos guía al
arrepentimiento!
RESPONDER EN EL TIEMPO DE DIOS
La obra de arrepentimiento es un don de Dios que jamás
debe ser tomado a la ligera. El arrepentimiento nunca
debiera rechazarse como si no fuera importante. Tampoco
debemos buscar evadir los cambios que Dios está tratando
de producir en nuestra vida:
“Porque dice: en tiempo aceptable te he oído, y en
día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el
tiempo aceptable; he aquí ahora el día de
salvación” (2 Co. 6:2).
Cuando Dios trata con nosotros es necesaria nuestra
respuesta inmediata porque Él ha escogido este tiempo
especial para señalar áreas problemáticas que traerán nueva
liberación. Él siempre escoge el mejor tiempo para todo
en nuestra vida. Cuando el Espíritu Santo se acerca a
nosotros con una fresca oportunidad para el
Capítulo 4
49
arrepentimiento, podemos estar seguros que Él llega “en
el tiempo perfecto”. En el tiempo de Dios podemos
encontrar que la gracia de Dios está fluyendo para nosotros,
con el fin de que cambios importantes puedan ser
realizados en nuestro ser.
El don de arrepentimiento nunca debe ser menospreciado
o rechazado. Pablo le da a Timoteo esta exhortación:
“Porque el Siervo del Señor no debe ser
contencioso, sino amable para con todos, apto para
enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a
los que se oponen, por si quizá Dios les conceda
que se arrepientan para conocer la verdad” (2 Ti.
2:24-25).
Pablo le deja claro a Timoteo que Dios no les concede a
todos el don del arrepentimiento. Dios es justo, pero hay
ocasiones cuando el arrepentimiento no es ofrecido. Por tanto,
cuando sintamos la convicción del Espíritu Santo, debemos
apreciarla porque Dios está extendiéndonos el don de
arrepentimiento. Está ofreciéndonos la habilidad de cambiar,
para recibir nueva bendición.
El faraón de los días de Moisés es una imponente
advertencia para cada uno de nosotros. En Éxodo capítulos
7-11, se nos muestran las numerosas oportunidades que
se le ofrecieron a Faraón para que se arrepintiera. Sin
embargo, en cada ocasión él endureció su corazón contra
Dios y contra Moisés, el hombre que Dios había enviado
a Faraón. Finalmente, Dios endureció el corazón de Faraón
y fue imposible que se arrepintiera.
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Cambiados de Gloria en Gloria
LA TRISTEZA QUE ES SEGÚN DIOS
COMPARADA CON LA TRISTEZA DEL MUNDO
Dios inicia el arrepentimiento. Este es el primer paso. En
segundo lugar, hay un proceso que debe ocurrir en
nosotros, Pablo expresa esto en 2 Corintios 7:9-10:
“Ahora me gozo, no porque hayáis sido
contristados, sino porque fuisteis contristados para
arrepentimiento; porque habéis sido contristados
según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis
por nuestra parte. Porque la tristeza que es según
Dios produce arrepentimiento para salvación, de
que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del
mundo produce muerte”.
Aquí Pablo nos presenta dos clases de tristeza: la tristeza
que es según Dios y la tristeza del mundo. La tristeza que
es según Dios obra en nosotros después que Dios nos
revela nuestros caminos rebeldes. Tristeza no es lo mismo
que arrepentimiento, pero la tristeza que es según Dios
nos conduce al arrepentimiento:
“la tristeza del mundo produce muerte”.
No es bueno estar tristes por algo. El arrepentimiento
significa que Dios cambia nuestra manera de pensar. El
tener nuestras acciones transformadas es estar convertido.
A veces la gente está triste, y sin embargo, no está dispuesta
a ser cambiada. Ellos dicen cosas como esta: “¡Lo siento,
pero así son las cosas!” No cambian por nada su forma de
pensar. Solamente se preocupan por que usted se disguste
Capítulo 4
51
o esté en desacuerdo. Lamentan que exista un conflicto.
Pero, esto no es arrepentimiento.
A veces, los cristianos responden a Dios de esta manera. Su
única tristeza es que hay un conflicto y que Dios está en
desacuerdo con ellos. “Dios, siento mucho que Tú no lo veas
a mi modo”. Su actitud no cambia, su mentalidad no cambia,
su estilo de vida no cambia; y no avanzan a una comunión
más profunda con Dios, y a una madurez espiritual.
LA TRISTEZA PROFANA DE ESAÚ
Consideremos varios ejemplos de la tristeza del mundo
que produce muerte. En algunas situaciones, pareciera
como si Dios no le concediera el don de arrepentimiento
a algunas personas. Sin embargo, debemos entender que
Dios es omnisciente. Él sabe como responderá la gente
cuando se le dé la oportunidad de cambiar. Sus elecciones
son conocidas de antemano por Dios, y eso hace la
diferencia crítica.
Hebreos 12:16-17 nos habla de Esaú. Fue el primogénito de
Isaac y hermano de Jacob; el derecho de primogenitura le
pertenecía a él, ¡y qué primogenitura era aquella! Esta gran
herencia espiritual tenía un tremendo potencial y
posibilidades, le fue heredada por su abuelo, Abraham. Pero
vea lo que dice la Escritura de él:
“No sea que haya algún fornicario, o profano,
como Esaú, que por una sola comida vendió su
primogenitura” (He. 12:16).
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Cambiados de Gloria en Gloria
Génesis 25:29-34 nos relata sobre la cacería de Esaú. Él
regresó a su casa con mucha hambre, deseando comer algo
inmediatamente. Jacob había hecho una sopa, con la que
negoció con Esaú por su derecho de primogenitura. Esaú
vendió su primogenitura por un plato de sopa y despreció
la bendición:
“Porque ya sabéis que aún después, deseando
heredar la bendición, fue desechado, y no hubo
oportunidad para el arrepentimiento, aunque la
procuró con lágrimas” (He. 12:17).
Esaú se entristeció por perder la primogenitura, pero su
corazón y su mente jamás fueron cambiados. Suponga que
Dios extendió su vida por otros setenta y cinco años y le
dio nuevamente la misma oportunidad. Esaú hubiera
respondido de la misma forma. Nunca cambió. Su tristeza
y sus lágrimas solamente fueron una demostración de la
tristeza de este mundo. Esta fue una tristeza producida por
la carne y no por el Espíritu de Dios. No hubo un verdadero
cambio de corazón en Esaú. La búsqueda de lo temporal
fue su única visión, no la herencia espiritual de Abraham.
Muchos del pueblo de Dios son como Esaú. No tienen
una visión de largo alcance. No tienen idea de la eternidad.
Esaú vivió solamente para el presente. Así que tomó
decisiones desastrosas, que lo llevaron a perder su
bendición. El corazón de Esaú jamás fue transformado,
solamente tuvo la tristeza del mundo que produce muerte.
Las Escrituras nos dan muchos ejemplos de otros que
tuvieron la tristeza del mundo.
Capítulo 4
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ANANÍAS Y SAFIRA
El juicio de Dios sobre Ananás y Safira pareció bastante
cruel. Acordaron engañar a la gente para que pensaran
que le habían dado todo, cuando en realidad se quedaron
con una parte para ellos. Ciertamente, no tuvieron temor
de Dios al mentir a la gente. Pero Pedro, bajo la unción
del Espíritu Santo, los confrontó:
“Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al
Espíritu del Señor?” (Hch. 5:9).
Su corazón carecía de convicción, y de la tristeza que
es según Dios. Sí hubo algo de tristeza, esta fue
solamente porque su pecado había sido expuesto. La
Escritura no da alguna indicación de que les haya sido
ofrecido el don del arrepentimiento.
Algunas personas son como Ananías y Safira. Su única
tristeza es que han sido expuestos. Esta es la razón por la
cual Dios no concede el arrepentimiento en cualquier
situación. En Apocalipsis 9:17-21, Dios habla de los
juicios terribles que vendrán sobre los impíos. Aún con
todo eso, muchos no se arrepentirán. Dios les ruega que
se vuelvan, pero ellos no lo hacen.
EL REY SAÚL
La vida del rey Saúl es un claro ejemplo de la tristeza del
mundo, más que de la tristeza que es según Dios, la cual
produce arrepentimiento. El profeta Samuel se presentó
54
Cambiados de Gloria en Gloria
ante Saúl con un mensaje de parte de Dios. A Saúl se le
mandó destruir completamente a los amalecitas.
“Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo
mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los
animales engordados, de los carneros y de todo lo
bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que
era vil y despreciable lo destruyeron” (1 S. 15:9).
Samuel se apenó en extremo y lamentó toda la noche la
desobediencia del rey Saúl. Al día siguiente, Samuel fue a
desafiar a Saúl por su desobediencia, y pronunció sobre
él la Palabra del Señor:
“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en
holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a
las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es
mejor que los sacrificios, y el prestar atención que
la grosura de los carneros. Porque como pecado de
adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría
la obstinación. Por cuando tú desechaste la palabra
de Jehová, él también te ha desechado para que no
seas rey” (1 S. 15:22-23).
Cuando leemos la respuesta que Saúl le da a Samuel, parece
como que inicialmente tenía un corazón arrepentido:
“Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; pues
he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus
palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz
de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado, y vuelve
conmigo para que adore a Jehová”.
(1 S. 15:24-25).
Capítulo 4
55
Saúl confesó que había pecado, pero realamente su corazón
no estaba lleno con la tristeza que es según Dios. Su única
tristeza era que había sido despojado de su reinado. Su
corazón queda manifestado en el versículo 30:
“Y él dijo: Yo he pecado; pero te ruego que me
honres delante de los ancianos de mi pueblo y
delante de Israel, y vuelvas conmigo para que adore
a Jehová tu Dios”.
Esto deja muy claro que la verdadera preocupación de Saúl
era ser honrado ante el pueblo. En el versículo 24, vemos
que la razón por la cual Saúl transgredió el mandamiento
del Señor, fue que tenía temor del pueblo. Saúl estaba más
preocupado por agradar a la gente que por agradar al Señor.
Procuró la reverencia y el respeto del pueblo antes que la
aprobación de Dios. Inicialmente, cuando fue confrontado
por su desobediencia, aparentó tener un corazón arrepentido.
Incluso confesó su pecado, pero jamás se entristeció para
arrepentirse o cambiar. Solamente se entristeció porque
Samuel no lo honraba delante del pueblo.
En el versículo 31, Samuel fue a Saúl, y Saúl adoró a
Jehová. Sin embargo, nunca vemos arrepentimiento
verdadero en el corazón de Saúl. Aunque Saúl tuvo un
largo reinado de cuarenta años, este patrón prevaleció
durante toda su vida. Saúl nunca experimentó el verdadero
arrepentimiento. Jamás fue verdaderamente restaurado en
la presencia de Dios. Cuando llegó al final de su vida, su
corazón estaba lleno de rebelión contra Dios. En su
desesperación, consultó a una bruja para que le diera
56
Cambiados de Gloria en Gloria
dirección y consejo. Nunca más pudo oír de Dios. No tuvo
relación con Dios, debido a que rechazó permitir la obra
del arrepentimiento en su corazón. Después de un fallido
intento de suicidio, usando una espada, un amalecita
terminó con la vida de Saúl.
El corazón del rey David era muy diferente. Si tuviéramos
que comparar el pecado de Saúl con el pecado de David,
diríamos que el pecado de David era peor. Sin embargo,
la diferencia estuvo en la respuesta de David haciaDios:
arrepentimiento. Fue totalmente diferente a la del rey Saúl.
Después, veremos el corazón arrepentido de David.
LA ANGUSTIA DE LA TRISTEZA
QUE VIENE DE DIOS
La tristeza que viene de Dios hace una obra maravillosa
en nosotros al conducirnos al verdadero
arrepentimiento. Cuando la tristeza que viene de Dios
ha completado su obra, de todo corazón confesamos
que nuestro camino era incorrecto. Reconocemos que
Dios está totalmente en lo correcto. Deseamos
abandonar nuestro camino y volvernos a Su camino.
Jeremías 31:19 nos muestra cómo obra en la vida del
profeta la tristeza que es según Dios:
“Porque después que me aparté tuve
arrepentimiento, y después que reconocí mi falta,
herí mi muslo; me avergoncé y me confundí, porque
llevé la afrenta de mi juventud”.
Capítulo 4
57
A muchos cristianos no les gusta ese incómodo sentimiento
que produce la tristeza que es según Dios. Tratan de expulsar
los “sentimientos de culpabilidad” para ser felices. Sin
embargo, si no permitimos que la trsteza que es según Dios
obre en nosotros, nuestro corazón se extraviará de Dios, y
jamás entraremos a la plenitud del gozo y del contentamiento
en el Señor. Debemos permitir que este maravilloso proceso
cumpla su obra, para que seamos llevados a un tiempo de
refrigerio en la presencia de Dios.
Cuando Esdras estaba orando y arrepintiéndose en nombre
de su nación, clamó a Dios:
“Díos mío, confuso y avergonzado estoy para
levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti, porque
nuestras iniquidades se han multiplicado sobre
nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido
hasta el cielo” (Esd. 9:6).
Cuando en el corazón de Esdras, estaba obrando la tristeza
que es según Dios, él se sentía confuso y hasta
avergonzado. ¿Alguna vez se ha sentido así? ¿Alguna vez
se ha sentido totalmente avergonzado y apenado por haber
ofendido a Dios? La respuesta de Esdras fue sanadora.
Dios busca y respeta esta clase de actitud en nuestra vida.
Como lo demuestran los ejemplos anteriores, los
hombres y mujeres que responden a la corrección con la
tristeza del mundo, nunca tienen un buen final. Por el
contrario, ¡mucha paz y alegría es la porción que Dios
da a los que permiten que la tristeza según Dios obre
efectivamente en su vida!
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Cambiados de Gloria en Gloria
LA OBRA DE LA TRSTEZA
QUE ES SEGÚN DIOS
I. La benignidad de Dios manifestada a nosotros
A. Dios inicia el arrepentimiento en nosotros (Ro. 2:4).
B. Muchas veces el proceso nos hace sentir mal
(Is. 6:5; Sal. 6).
C. Dios no se deleita en causarnos sufrimiento
innecesario.
II. Respondiendo en el tiempo de Dios
A. El arrepentimiento no debe ser despreciado.
B. Dios obra en nosotros en el tiempo perfecto
(2 Co. 6:2).
C. El don de arrepentimiento no está siempre disponible.
D. Faraón llegó a un punto en el que no pudo
arrepentirse (Ex. 7-11).
III.La Tristeza según Dios comparada con la tristeza
del mundo
A. La tristeza que viene de Dios, parte esencial del
arrepentimiento (2 Co. 7:9).
B. La tristeza del mundo produce muerte, no
conduce el cambio.
C. Ejemplos:
1. Esaú: incapaz de ver el valor de las cosas
espirituales (He. 12:16-17; Gn. 25:29-34).
2. Ananías y Safira: tristeza solamente por
haber sido expuestos (Hch. 5:9).
3. El rey Saúl, buscó el honor de la gente antes
que el de Dios (1 S. 15:9, 22-31).
D. La angustia de la tristeza que viene de Dios
1. La angustia de Jeremías (Jer. 31:19).
2. La angustia de Esdras (Esd. 9:6).
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Capítulo 5
PROCESO DE CAMBIO
EN HOMBRES PIADOSOS
JOB
En las Escrituras, Dios ha incluido excelentes ejemplos
del arrepentimiento obrando en la vida de Su pueblo. Job
es uno de los principales exponentes de esto. El libro de
Job nos muestra a Dios trabajando en la vida de éste. Tras
completar el ciclo, Dios trajo arrepentimiento a una de las
áres más importantes de su vida. Lo que Dios declaró con
respecto a Job fue:
“Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era
este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y
apartado del mal” (Job 1:1).
Cuando la Escritura dice que Job era perfecto, significa que
él estaba viviendo en obediencia al completo conocimiento
de la verdad que Dios le había dado hasta entonces.
Esto puede ejemplificarse con el crecimiento de un árbol
de manzano. Cuando el árbol es joven, lo vemos y está
perfectamente sano. Todo está creciendo correctamente y
podemos decir: “Es perfecto”. Con esto queremos decir
que el árbol es perfecto para esa etapa de crecimiento. Sin
embargo, continuará desarrollándose, y debe ser perfecto
60
Cambiados de Gloria en Gloria
en cada etapa del crecimiento hasta que llegue a la
madurez, el tiempo en que debe dar fruto. Job era perfecto
en esta etapa de crecimiento en su vida. Pero Dios deseaba
llevar a Job de gloria en gloria. Aunque antes Job había
tenido muchos encuentros con Dios, Él ahora tenía mucho
trabajo para hacer en la vida de Job.
Dios vio que este poderoso hombre tenía profundas actitudes
que debían ser cambiadas. Mientras se va desarrollando la
historia de Job estas actitudes se hacen manifiestas en su
conversación. Él sentió que era más justo que Dios cuando
contendió con Él por la forma en que lo había conducido.
Fueron necesarias muchas pruebas a fin de que Dios guiara
a Job al arrepentimiento. Perdió su riqueza, sus hijos, su
reputación, y su propia salud. Los tres amigos de Job
vinieron a él para consolarlo, pero después de un tiempo, la
visita difícilmente podría considerarse un consuelo. Después
que terminaron de hablar, un joven llamado Eliú comenzó
a hablar en nombre de Dios. Al final, Dios mismo le habló
a Job. Es ahora, cuando el proceso de la tristeza que es
según Dios y el arrepentimiento comienzan a obrar en la
vida de Job. Dios se reveló a Sí Mismo a Job, en una forma
que nunca antes había conocido. En Job 42:5-6, Job
finalmente le responde al Señor:
“De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te
ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en
polvo y en ceniza”.
Job procedió al arrepentimiento por las actitudes que había
en su corazón. Tuvo una fresca revelación del Señor, y
por eso dijo:
Capítulo 5
61
“Me aborrezco, y me arrepiento en polvo
y en ceniza”.
Job pasó por una severa prueba que lo ayudó a llegar a
este lugar de revelación, arrepentimiento y vida nueva.
Enfrentó circunstancias extraordinarias que, literalmente,
lo humillaron en cada área de su vida.
Hay ocasiones en que atravesamos por circunstancias
difíciles que resultan en una nueva revelación del Señor.
Es entonces cuando Él obra cambios en áreas vitales de
nuestra vida. Sin embargo, éste no fue el caso en la vida
de Job. Luego que Job enfrentó estas pérdidas, él se
inclinó, adoró al Señor y mantuvo su integridad. Aún
así, no fue cambiado en el área a la cual Dios estaba
apuntando. Por lo tanto, la prueba continuó y Dios trajo
estos amigos que ayudaron a que los problemas de Job
salieran a la superficie. Muchas veces, otros se darán
cuenta de problemas en nuestro carácter que necesitan
ser ajustados. Con un corazón puro, y preocupado tratarán
de exponer áreas de nuestra vida que necesitan ser
cambiadas. Generalmente, esto no nos lleva al genuino
arrepentimiento. Fue solamente cuando Dios mismo se
reveló a Job que sus ojos fueron abiertos a su necesidad.
Fue entonces, y sólo entonces, que él llegó al verdadero
arrepentimiento.
Finalmente el propósito de Dios al llevarnos al
arrepentimiento es bendecirnos abundantemente.
Ciertamente, podemos ver este principio en la vida de Job.
Al final de la prueba, después que se arrepintió, Dios pudo
62
Cambiados de Gloria en Gloria
darle a Job el doble de lo que tenía antes. Uno podría
decir que, al igual que Eliseo, Job fue un santo que recibió
la doble porción. Sabemos que Eliseo deseaba una doble
porción del espíritu que reposaba sobre Elías antes que
éste fuera llevado al cielo. Job también obtuvo una doble
porción de lo que tenía antes de llegar al arrepentimiento
en esa área de su vida.
Esta doble porción, llamada la porción del primogénito,
es una herencia maravillosa que el Señor ofrece a Su
pueblo. El primogénito recibía una doble porción debido
a que sobre él recaía la gran responsabilidad de cuidar al
resto de la familia. Verdaderamente, en estos días Dios
quiere levantar un pueblo que, como Job, califique para
recibir la doble porción. Hebreos 12:22-23 dice así:
“Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la
ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la
compañía de muchos millares de ángeles, a la
congregación de los primogénitos que están
inscritos en los cielos. . .”
En el griego original, primogénitos está en plural. Hebreos
12:23 se restá refiriendo a un grupo de primogénitos.
Somos llamados a ser la Iglesia de los primogénitos.
Aquellos que son primogénitos reciben la doble porción,
así como la recibió Job. Pero, ciertamente, debemos como
Job, calificar para recibir esa doble porción o bendición
de los primogénitos. Si permitimos que el Señor obre este
proceso de arrepentimiento en nuestra vida, podemos
llegar a ser poseedores de la herencia de los primogénitos.
Capítulo 5
63
La última parte de Hebreos 12:23 dice:
“...a los espíritus de los justos hechos perfectos”.
Agradecemos a Dios haber sido justificados mediante la fe y
la obra que Jesús consumó para nosotros. Pero Dios ha
provisto para nosotros mucho más que la justificación por la
fe. Su propósito para nosotros es que lleguemos a ser “justos
hechos perfectos”. Esta palabra perfección expresa la idea de
llegar a la plenitud de la madurez. Al leer el libro de Job, es
obvio que en su vida había una obra progresiva del Señor, la
cual finalmente lo llevó a la madurez. Ser hombres justos,
que lleguen a la madurez completa, es la visión que debemos
mantener delante de nosotros. Para lograr esto, debemos
permitir que el Señor obre mediante ciclo tras ciclo de
arrepentimiento y conversión. El Espíritu Santo sabe
exactamente cuáles son los cambios que deben manifestarse
en nuestra vida a fin de que lleguemos a la perfección.
ISAÍAS
Anteriormente, dimos un vistazo a la vida del profeta Isaías.
Considerémolo nuevamente en este punto; Isaías 6:1
comienza así:
“En el año en que murió el rey Uzías vi yo al Señor
sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas
llenaban el templo”.
Isaías fue bien conocido en la corte del rey. Pareciera como
que la muerte de Uzías fue una pérdida personal para el
profeta. Debe haber habido cierto sentri en el corazón,
64
Cambiados de Gloria en Gloria
cierto luto en la vida de Isaías al sentir la pérdida de su
querido amigo, el rey Uzías. En medio de esta situación,
el Señor comenzó a revelarse a Sí Mismo a Isaías en una
forma nueva. La gloria de Dios llenó el templo, los ojos
de Isaías fueron abiertos, Vio al Señor desde una
perspectiva que nunca antes había visto. Entonces, a la
luz de la gloria de Dios, Isaías se vio a sí mismo.
Observe la respuesta de Isaías al encontrarse con esta nueva
revelación del Señor:
“Entonces dije: ¡Ay de mí! Que soy muerto; porque
siendo hombre inmundo de labios, y habitando en
medio de pueblo que tiene labios inmundos, han
visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos”
(Is. 6:5).
Cuando Isaías experimentó esta nueva revelación del Señor,
también vio su propia condición. Él clamó: “¡Ay de mí!”.
Obviamente, en Isaías estaba el deseo de arrepentirse.
Vemos entonces cómo obró el Señor en la vida de Isaías.
Uno de los serafines tomó un carbón encendido del altar
y cuando tocó la boca de Isaías, sus labios fueron limpios.
Nuevamente, es importante señalar que Isaías no era un
cristiano recién convertido. Él era un profeta del Señor.
Era la voz de Dios para la nación, se paraba delante de la
corte del rey. Y cuando contempló al Señor de una nueva
manera, vio su propia necesidad. Aunque jamás se había
dado cuenta, en su corazón habían cosas que necesitaban
ser cambiadas. Isaías necesitaba arrepentirse. Sin embargo,
no era capaz de cambiar por sí mismo en esta área de su
Capítulo 5
65
vida. Cuando Dios nos habla, mientras le respondemos,
hay algunas cosas que podemos cambiar, pero hay otras
áreas que tienen que ser cambiadas por Dios.
“Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí”
(Is. 6:8).
Cuando Isaías tuvo este encuentro fresco con el Señor,
esta fresca limpieza, este fresco arrepentimiento,
podemos ver que Dios lo comisionó en una nueva manera
para que le hablara a Su pueblo. Dios desea darnos una
unción fresca, y una comisión fresca para cumplir Sus
propósitos. Generalmente, esto va precedido por un
arrepentimiento fresco en nuestra vida. Es entonces
cuando podemos cargar con la responsabilidad de esa
nueva unción y comisión del Señor.
¡Cuán importante es que nunca rechacemos al Señor
cuando viene a obrar en nuestra vida con el don de
arrepentimiento! Debemos clamar al Señor como Isaías:
“¡Ay de mí, que soy muerto!”.
Permitamos que el Señor venga y obre los cambios
necesarios en nuestra vida, para que podamos tener esa
fresca unción y comisión del Señor. Después de este
tiempo de arrepentimiento, el ministerio de Isaías fue
ensanchado poderosamente, recibió una mayor revelación
del Señor Jesucristo, registró para nosotros muchas
profecías mesiánicas y grandes promesas. Esta nueva
forma de ser fructífero vino solamente después de que
sus labios fueron purificados.
66
Cambiados de Gloria en Gloria
ABRAHAM
Abraham recibió una maravillosa promesa de Dios. Él le
dijo que sería padre de muchas naciones. Abraham trató de
ver cumplida esta promesa por su propia fuerza, y el resultado
fue Ismael. Por esta razón, fue imposible que Ismael fuera el
cumplimiento de la promesa que Dios había dado. Fue
solamente después que Abraham obedeció en la circuncisión,
cuando estuvo en la capacidad de dar a luz a Isaac. Abraham
pudo dar a luz a la simiente prometida luego de obedecer a
Dios al cortar la carne. En este sentido, Isaías es similar a
Abraham. Hasta que Isaías cortó ciertas cosas de su vida,
pudo declarar las grandes glorias del Señor. Con sus labios
purificados, Isaías fue capaz de dar a luz una nueva forma de
ser fructífero en su vida. Lo mismo ocurre en nuestra vida:
para podernos llevar a una nueva forma de ser fructíferos,
Dios debe cortar ciertas cosas mediante la obra de revelación
y de arrepentimiento. Recuerde, la circuncisión espiritual es
esencial antes de que recibamos nuestra herencia.
JACOB SE CONVIERTE EN ISRAEL
No hay duda que existían serios problemas en la familia
de Isaac y Rebeca:
“Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza;
mas Rebeca amaba a Jacob” (Gn. 25:28).
Por alguna razón, la Escritura no nos revela que la relación
en el matrimonio de Isaac y Rebeca se había vuelto
distante. En lugar de comunicarse el uno con el otro, cada
Capítulo 5
67
uno se inclinaba hcacia un hijo: Isaac hacia Esaú y Rebeca
hacia Jacob. Siempre ha sido el propósito de Dios que el
esposo y la esposa trabajen juntos, con un mismo sentir
para educar a los hijos. Si Isaac y Rebeca hubiesen fluido
juntos en el matrimonio, podrían haber trabajado en unidad
para resolver los problemas de sus hijos. En lugar de eso,
estaban divididos; y eso fortaleció la iniquidad en sus hijos.
“Isaac amó a Esaú, porque comía de su caza”. ¡Qué
terrible razón para amar a un hijo más que al otro! No
sorprende que Esaú desarrollara un corazón por las cosas
temporales. Debido a que Isaac apreció la caza de su hijo
más que las cosas espirituales, Esaú desarrolló un amor
un amor por las cosas que perecen. Este patrón se repitió
en la vida de Esaú, llegando hasta menospreciar su
primogenitura. En su corazón había poca disposición a
ser cambiado y a arrepentirse.
“Rebeca amaba a Jacob”. El verdadero significado del
nombre Jacob es suplantador, alguien que siempre está
tratando de tomar el lugar de otro. Siempre tiene la
connotación de engaño. En Su Omnisciencia, Dios sabía
como sería el carácter de Jacob, y por esto lo llamo así.
Rebeca, en lugar de corregir esta iniquidad en Jacob, la
fortaleció más.
En Génesis capítulo 27, Rebeca guió a su hijo y lo presionó
para que engañara a su padre, Isaac. En realidad, estos
padres contribuyeron en los problemas de sus hijos. Dios
quiere padres que trabajen en unidad para tratar con las
deficiencias en el carácter de sus hijos. Es para los hijos
68
Cambiados de Gloria en Gloria
una bendición maravillosa ser corregidos cuando son
pequeños y así, no tener que experimentar años de
sufrimiento para hacer los cambios necesarios.
JACOB Y SU TÍO LABÁN
Debido a que en la vida de Jacob no se aplicó una
corrección temprana, Dios planeó una serie de eventos
que lo conducirían a la tristeza que es según Dios. Debido
a los malos matrimonios de Esaú (Gn. 26:34-35), Isaac y
Rebeca enviaron a Jacob lejos de Canaán, a fin de que
encontrase una esposa en la tierra de Padan-aram. Cuando
Jacob llegó a Padan-aram, se encontró con el hermano de
su madre, su tío Labán. Al encontrarse, se abrazaron, y
Labán dijo estas palabras a Jacob:
“Y Labán le dijo: Ciertamente hueso mío y carne
mía eres” (Gn. 29:14).
¡Qué frase tan cierta! Eran más parecidos de lo que ellos
mismos podían imaginar. En este tiempo, Jacob ya era un
adulto; el engaño y el ser un suplantador estaban bien
enraizados en su vida. Sin embargo, estaba entrando a una
relación con un tío que probó ser más engañador de lo
que Jacob alguna vez fuera.
La primera vez que Jacob fue engañado por su tío Labán,
fue después que trabajó siete años para recibir a Raquel
como esposa. La mañana siguiente después de la boda, se
dio cuenta que le habían dado a Lea en lugar de Raquel.
Fue necesario trabajar siete años más para poder pagar el
Capítulo 5
69
precio por Raquel. Más adelante, trabajó otros seis años
para tener rebaños de ovejas y cabras. Al final de veinte
años, el testimonio que dio Jacob a sus esposas acerca de
Labán fue éste:
“Y vuestro padre me ha engañado, y me ha
cambiado el salario diez veces” (Gen. 31:7).
Para entonces, Jacob ciertamente debía haber desarrollado
cierto odio por el engaño que vio en la vida de su tío Labán,
y decidió no continuar su relación con él. Decidió que
cuando Labán estuviera lejos, tomaría a sus esposas y a
sus rebaños y regresaría a la tierra de Canaán. Unos días
después, cuando Labán se dio cuenta que Jacob se había
marchado, emprendió una feroz persecución. Poco
después, establecieron un pacto entre ellos; pero Jacob no
deseaba regresar a la casa de Labán. Podemos empezar a
ver que Dios estaba preparando una trampa para Jacob.
El tío Labán iba detrás de él y Jacob juró que jamás
regresaría con él. Pero mientras Jacob viajaba hacia el
sur, otro problema le esperaba.
JACOB SE ENCUENTRA CON JESÚS
Ahora, Jacob va de regreso hacia Canaán. Sin embargo,
cuando huyó de Canaán veinte años atrás, Esaú juró
matarlo. Enfrentaba ahora un gran dilema; no tiene otro
lugar a donde ir. En medio de lo serio de la situación,
Dios pudo obrar de una manera nueva en la vida de Jacob.
En Génesis 32, Jacob envió mensajeros con presentes para
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Cambiados de Gloria en Gloria
su hermano Esaú, tratando de apaciguar su ira. Esa noche,
Jacob cruzó el vado de Jaboc (versículo 22). Jaboc
significa el lugar de vaciamiento. Efectivamente, éste se
convirtió en un lugar de vaciamiento en la vida de Jacob:
“Así se quedó Jacob solo; y luchó con el un varón
hasta que rayaba el alba. Y cuando el varón vio que
no podía con él, tocó en el sitió del encaje de su
muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras
con él luchaba. Y dijo: Déjame, porque raya el
alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me
bendices. Y el varón le dijo: ¿cuál es tu nombre? Y
él respondió: Jacob” (Gn. 32:24-27).
A este relato de Jacob luchando con el varón se le llama
teofanía. Una teofanía era una aparición de Jesús, durante
la Era del Antiguo Testamento, antes de Su encarnación
como hombre. El varón que se encontró con Jacob no era
otro que el Señor Jesucristo. Cuando el Señor estaba por
irse, Jacob venció y no lo dejó ir. Luego de pasar veinte
años con su tío Labán (un archi-engañador), Jacob
desarrolló en su propia vida, un odio intenso por el engaño.
Esa noche, Jacob deseó ser cambiado para siempre.
LA CONFESIÓN DE JACOB
Cuando Jesús dijo: “¿Cuál es tu nombre?” no preguntó
porque no supiera cuál era el nombre de Jacob, sino
porque quería que Jacob reconociera su problema. Más
adelante, Dios habló de la posteridad de Jacob por medio
del profeta Jeremías:
Capítulo 5
71
“Reconoce, pues, tu maldad, porque contra Jehová
tu Dios has prevaricado” (Jer. 3:13).
Esta vez, cuando Jacob respondió, estaba confesando que
era un engañador y un suplantador, con un profundo deseo
en su corazón de ser cambiado desde ese día en adelante.
“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo
para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de
toda maldad” (1 Jn. 1:9).
En el verdadero arrepentimiento, cuán importante es el
acto de confesar nuestros pecados. A veces es suficiente
confesar nuestros pecados directamente al Señor. Sin
embargo, hay ocasiones en las que el Espíritu Santo nos
guía a confesarnos con alguien que, en el Señor, tiene
autoridad sobre nosotros.
El propósito de Satanás es convencernos de mantener las
cosas ocultas. Cuando exponemos las tinieblas que están
en nuestro corazón y llamamos a nuestra iniquidad de la
manera que Dios la llama, estamos en la capacidad de ser
leberados de nuestra naturaleza torcida, para ser
transformados a Su imagen y carácter:
“Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y
los hombres amaron más las tinieblas que la luz,
porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que
hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para
que sus obras no sean reprendidas. Mas el que
practica la verdad viene a la luz, para que sea
manifiesto que sus obras son hechas en Dios”
(Jn. 3:19-21).
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Cambiados de Gloria en Gloria
Si somos sinceros y estamos preparados para el verdadero
arrepentimiento, guiados por el Espíritu Santo, no
dudaremos en acudir a otros y confesar nuestros pecados.
Es muy importante a quién le confesamos nuestros
pecados, porque muchas veces nuestros semejantes
pueden manejar incorrectamente nuestra confesión. Es
importante acudir a alguien que esté en autoridad sobre
nosotros, para poder ser responsables de nuestra
confesión ante ellos. Ante el Señor, tienen una posición
que está sobre la nuestra, y ésta les permite ver cosas
que alguien en nuestra misma posición no puede ver
correctamente:
“Porque ellos velan por vuestras almas”
(He. 13:17).
Si cuando el Espíritu Santo nos guía tratamos de cubrir
las cosas con las que Dios está tratando, y no estamos
dispuestos a exponerlas y a confesarlas a la persona
correcta, pueda que jamás seamos libres en esas áreas de
nuestra vida:
“El que encubre sus pecados no prosperará; mas el
que los confiesa y se aparta alcanzará
misericordia” (Pr. 28:13).
Cuando llegamos a darnos cuenta de nuestra necesidad, y
deseamos abandonar nuestro camino, Dios puede
cambiarnos.
Capítulo 5
73
LA TRANSFORMACIÓN DE JACOB
¡De qué forma tan poderosa fue cambiado Jacob esa noche!
“Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre
Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y
con los hombres y has vencido” (Gn. 32:28).
El cambio en el nombre de Jacob denotaba un cambio en
su carácter. De esa noche en adelante, Jacob jamás volvió
a ser el mismo. Regresó a Canaán como un hombre
cambiado. Caminó de frente y hacia adelante para recibir
las promesas que Dios le había dado a su abuelo Abraham.
“Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel;
porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi
alma” (Gn. 32:30).
Cuando Jacob recibió una nueva revelación del Señor, fue
llevado al punto de la tristeza que es según Dios que lo
condujo al arrepentimiento. Entonces, Dios pudo llevar a
Jacob al arrepentimiento y convirtió su vida para cambiarlo
en Israel. Hasta el día de hoy, la nación de Israel tiene
cambiado este nombre. En Isaías 60:14, Dios se llama a
Sí Mismo el Santo de Israel. En el versículo 16, se llama
a Sí Mismo el Fuerte de Jacob. Ciertamente, nuestro Dios
es el Dios de Israel, pero alabado sea Dios, que es también
El Fuerte de Jacob:
“Mas su arco se mantuvo poderoso, y los brazos de
su mano se fortalecieron por las manos del Fuerte
de Jacob (por el nombre del Pastor, la Roca de
Israel)” (Gn. 49:24).
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Cambiados de Gloria en Gloria
Cuando Israel profetizó sobre sus hijos, nuevamente
llamó a Dios el Fuerte de Jacob. ¡Qué esperanza para
nosotros! El Señor no es solamente Jehová Dios de Israel,
sino que es también el Fuerte de Jacob, poderoso para
transformar y cambiar a aquellos de carácter necio y
engañador como Jacob.
Capítulo 5
75
EL PROCESO DE CAMBIO
EN HOMBRES PIADOSOS
I. Job
A. Job era perfecto y recto pero necesitaba una obra
de arrepentimiento (Job 1:1).
B. El significado escritural de ser recto, vivir en la
verdad que se ha recibido.
C. Dios se revela a Job y lo conduce al
arrepentimiento (Job 42:5-6).
D. Job recibió una doble porción de Dios.
E. La bendición de los primogénitos : la doble
porción (He. 12:22-23).
F. Justos hechos perfectos por medio del
arrepentimiento (v. 23).
II. Isaías
A. Isaías pasa por cada uno de los pasos del
arrepentimiento (Is. 6:1-8).
B. Es comisionado por Dios después del
arrepentimiento (v. 8).
III.Jacob Transformado para convertirse en Israel
A. Problemas en la familia de Isaac y Rebeca
(Gn. 25:28).
B. Jacob engaña a su padre (Gn. 27).
C. Su tío Labán obra en la vida de Jacob
(Gn. 29:14; 31:7).
D. Jesús se encuentra con Jacob en Jaboc
(Gn. 32:24-27).
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Cambiados de Gloria en Gloria
1. Reconoce su problema
(Jer. 3:13; 1 Jn. 1:9; Jn. 3:19-21).
2. La importancia de confesar nuestros
pecados (He. 13:17; Pr. 28:13).
E. Su nombre es cambiado
1. Jacob llega a ser príncipe con Dios
(Gn. 32:30).
2. El Fuerte de Jacob (Gn. 49:24).
77
Capítulo 6
PREPARAD EL CAMINO
Al principio de nuestro estudio, mencionamos que Juan el
Bautista predicó el mensaje de arrepentimiento. Veamos este
mensaje en Lucas 3:1-14. El mensaje de arrepentimiento de
Juan tenía el propósito de preparar al pueblo para la venida
del Señor Jesucristo. Aunque Lucas menciona a los más
importantes líderes del gobierno y líderes religiosos de su
tiempo (versículos 1 y 2), no fueron estas las personas que
recibieron la revelación de Dios. Leemos:
“Vino palabra de Dios a Juan” (versículo 2).
El mensaje que Juan predicó, no fue solamente una enseñanza
que él desarrolló unos años antes, sino que era la Palabra de
Dios para ese momento. Dios planeó moverse en una forma
nueva en la tierra. Jesús estaba listo para ser revelado como
el Cristo. El mensaje de Juan acerca del arrepentimiento
vino de Dios como la palabra exacta para ese tiempo. El
versículo 3 deja muy claro que el arrepentimiento es la manera
en que Dios remueve de nuestras vidas todo lo que es contrario
a Él. El texto para el mensaje de Juan viene de Isaías 40:3-5:
“Voz que clama en el desierto: preparad el camino
del Señor; enderezad sus sendas. Todo valle se
rellenará, y se bajará todo monte y collado; los
caminos torcidos serán enderezados, y los caminos
ásperos allanados” (Lc. 3:4-5).
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Cambiados de Gloria en Gloria
UN CAMINO NUEVO
Hace algunos años, mi esposa y yo viajamos por las
montañas del norte de Luzón, Filipinas. Entre más al
norte nos dirigíamos por las montañas, más difícil se
tornaba el camino. Condujimos a vuelta de rueda para
subir y bajar por las escarpadas montañas. El camino
también era muy escabroso. Después de doce horas,
terminamos nuestro viaje y llegamos a nuestro destino.
Necesitamos varios días para recuperarnos de los efectos
físicos de esa travesía tan difícil. Pudimos haber viajado
la misma distancia en tren en solo cuatro horas y haber
llegado sintiéndonos frescos.
En Lucas 3:4-5, Juan nos presenta esta misma imagen de
un camino. Dios desea preparar nuestra vida como si fuera
un camino por el cual el Rey que está por venir, pueda
tener un fácil acceso a nuestro ser. También, Él desea
usarnos para abrir un camino en la vida de otras personas,
un camino libre de obstáculos, sobre el cual puedan ser
llevados rápidamente al conocimiento de Dios, mientras
el avivamiento llega a la Tierra. Dios quiere transformar
nuestros caminos torcidos, ásperos y desnivelados en una
excelente autopista que nos acerque a Su presencia. Por
lo tanto, debemos esperar que el Espíritu Santo traiga Su
maquinaria pesada a nuestra vida para traerse abajo esos
lugares altos y arrogantes, y para llenar las áreas deficientes
e inseguras. Él enderezará nuestra torcida propensión hacia
el engaño y suavizará las áreas de áspera reacción e
irritación en nuestra vida.
Capítulo 6
79
Esto se logra cuando permitimos que Dios obre en nuestra
vida por medio de la obra del arrepentimiento y conversión:
“Y verá toda carne la salvación de Dios”
(versículo 6).
Mientras en nuestra vida se construya este camino
mediante la obra del arrepentimiento y la conversión, el
resultado final será que toda carne verá la salvación de
Dios. Muchos vendrán al Señor por medio de la presencia
de Dios que se manifiesta sobre el limpio sendero de
nuestra vida.
ESCAPANDO DE LA IRA DE DIOS
En Lucas 3:7, Juan le advirtió a la gente de la ira que
vendría. Si ellos no se arrepentían y no permitían que Dios
cambiara su vida, no estarían preparados para escapar de
la ira de Dios que sería derramada sobre esa generación.
No fue establecido que el pueblo de Dios cayera bajo la
ira de Dios. Sin embargo, debemos permitir que el Señor
obre en nuestra vida para prepararnos, para no ser juzgados
con los impíos:
“Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino
para alcanzar salvación por medio de nuestro
Señor Jesucristo” (1 Ts. 5:9).
“Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis
tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas
que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del
Hombre” (Lc. 21:36).
80
Cambiados de Gloria en Gloria
La obra de arrepentimiento y conversión nos hace dignos
de escapar de las cosas terribles que están por venir sobre
la Tierra en los últimos días de esta era. No resistamos a
Dios, dejémoslo hacer Su obra.
Como continúa el mensaje de Juan en Lucas 3, el propósito
de Dios es ir siempre, a la mera raíz del problema en
nuestra vida. Muchas veces la gente solo trata con asuntos
superficiales, pero Juan dijo: “el hacha está puesta a la
raíz”. Ese es el propósito de Dios en cada uno de nosotros:
ir directamente a la causa del problema y desarraigarlo de
nuestra vida. Muchísimas veces cortamos la punta del
problema, sólo para darnos cuenta que vuelve a surgir
debido a que la verdadera raíz no ha sido solucionada.
Un fruto determinado brota de nuestra vida, cuando hemos
permitido que se dé en nosotros la obra completa de
arrepentimiento y conversión.
EXCUSAS PARA LOS PROBLEMAS
Juan le advirtió a la gente que no dijera: “a Abraham
tenemos por Padre”. Estaban dependiendo de su herencia
nacional para cubrir áreas deficientes de su vida. Esto era
solamente para evadir la raíz del asunto que el Espíritu
Santo estaba tratando de cambiar. Las excusas jamás
resolverán las áreas problemáticas de nuestra vida. Dios
quiere liberarnos de usar evasivas. Lamentablemente,
poner excusas es muy común en el hombre, pero esto jamás
proporciona libertad porque no es arrepentimiento
verdadero. Veamos algunas de las excusas que dieron
algunos personajes de la Biblia:
Capítulo 6
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Primero, veremos a Adán en Génesis 3:12:
“Y el hombre respondió: la mujer que me diste por
compañera me dio del árbol, y yo comí”.
Dios se acercó a Adán, y al cuestionarlo le preguntó por
qué había participado del fruto prohibido. En efecto, él
señaló a su esposa y dijo que la mujer que Dios le había
dado era la culpable. En esencia, Adán estaba diciendo
que era culpa era de Dios porque Él había sido Quien le
había dado a Eva. Cuán a menudo, tratamos de desviar la
atención de nosotros y echarle la culpa a alguien más
cuando el Espíritu Santo está señalando un área de
problema en nuestra vida.
Aarón, el hermano de Moisés, tuvo una miserable excusa,
similar a la de Adán, en Éxodo 32. Moisés había subido al
monte Sinaí por cuarenta días para encontrarse con el
Señor y recibir la Ley. Cuando regresó, vio que el pueblo
se había degenerado en la adoración a un ídolo. Moisés
pidió una explicación a Aarón, pues él se había quedado a
cargo. La respuesta de Aarón fue que el corazón del pueblo
era inclinado al mal, y que el pueblo había venido a pedirle
que les hiciera dioses que los llevaran de regreso a Egipto.
El versículo 24 dice:
“Y yo les respondí: ¿quién tiene oro? Apartadlo. Y me
lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió este becerro”.
Aarón señaló al pueblo, en lugar de responsabilizarse
por su renuencia a pararse en contra de la rebelión
de ellos.
82
Cambiados de Gloria en Gloria
Anteriormente vimos la vida del rey Saúl, quien
ciertamente se quitó toda responsabilidad por los
problemas en su vida. Cuando el profeta Samuel reprendió
a Saúl por entrometerse en los oficios del sacerdocio, Saúl
ofreció esta débil excusa:
“Y Saúl respondió. Porque vi que el pueblo se me
desertaba, y que tú no venías dentro del plazo
señalado, y que los filisteos estaban reunidos en
Micmas, me dije: Ahora descenderán los filisteos
contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de
Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto”
(1 S. 13:11-12).
No hubo, en absoluto, ninguna evidencia de
arrepentimiento en el corazón de Saúl. Simplemente se
excusó a sí mismo vez tras vez por aquellas cosas que
Dios estaba tratando de corregir en su vida. Por
consiguiente, ¡Dios lo desechó para ser rey!
CULPANDO A OTROS
¡La gente sigue siendo la misma hasta el día de hoy!
Buscando liberarse de sentimientos de culpa, mucha gente
busca ayuda en psicólogos y psiquiatras. Estos bien
intencionados profesionales seculares, a menudo hacen
un gran perjuicio al aconsejar a sus clientes que culpen a
los que han afectado su vida, en lugar de enseñarles a tomar
responsabilidad personal por sus propias acciones. Rara
vez les dicen que oren para pedir gracia en sus
circunstancias, o que Dios puede usar las injusticias para
Capítulo 6
83
ascenderlos. Cuando el Espíritu Santo nos habla acerca de
algún área conflicto en nuestra vida que haya podido acontecer
a otros, necesitamos responderle en forma personal. Debemos
permitir que nos mueva al arrepentimiento (a un cambio de
pensamiento), en lugar de poner excusas por nuestra conducta.
Las soluciones de Dios producen respuestas eternas en lugar
de enmascarar el problema.
Otras veces, la gente trata de excusarse por problemas
que la mano de Dios ha provocado tratando de compararse
con otros:
“Porque no nos atrevemos a contarnos ni a
compararnos con algunos que se alaban a sí
mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos
por sí mismos, y comparándose consigo
mismos, no son juiciosos” (2 Co. 10:12).
Podemos considerar estar mejor que otros, pero eso no
significa que somos aprobados por Dios. Dios nos mide
de acuerdo al estándar de vida del Señor Jesucristo mismo.
Todas las medidas de las piedras del templo divino son
tomadas de la principal Piedra del Ángulo.
NECEDAD
Otra desafortunada respuesta de la gente es que se
aferran a sus propios caminos con necedad. Pero la
Escritura advierte:
“El camino del necio es derecho en su opinión”
(Pr. 12:15).
84
Cambiados de Gloria en Gloria
Dios no está interesado en que inventemos nuestras propias
excusas. Su propósito es destruir todo amor propio y
negarnos toda pizca de pretensión, para traer una completa
transformación en nuestra vida por medio de la obra de
arrepentimiento y conversión.
CAMBIOS PRÁCTICOS EN LA VIDA DIARIA
En Lucas 3:10-14, vemos que la gente comenzó a
responder al mensaje de Juan, cuando Dios les habló
sobre áreas muy prácticas de su vida. Él se refirió a la
naturaleza egoísta y al deseo de acumular cosas
materiales para ellos mismos. Los anima a caminar en
integridad y a no hacer acusaciones falsas contra los
demás. Los exhorta a erradicar la violencia de su vida; y
a estar contentos con sus empleos y con sus salarios.
(Huelgas, protestas, manifestaciones y violencia no son
los caminos de Dios sino los del mundo). Juan predicó
también que las familias entraran al orden que Dios había
establecido para ellos (Lc. 1:17).
Todas estas son verdades fundamentales que Dios quiere
cimentar en nuestra vida, para preparar el camino para
encontrarnos con el Señor. Es importante meditar sobre
este mensaje de arrepentimiento que Juan dio a la gente
de sus días. ¿No nos estamos preparando para el
avivamiento y la Segunda Venida del Señor Jesucristo?
Por lo tanto, necesitamos permitir que este mensaje penetre
profundamente en nuestro espíritu para que estemos
preparados y dispuestos para Su gloriosa venida.
Capítulo 6
85
PREPARAD EL CAMINO
I. Juan preparó el camino para la venida de Jesús
(Lc. 3:1-14).
II. Un camino nuevo (Lc. 3:6).
III.Escapando de la ira de Dios
A. La Iglesia no fue designada para la ira de Dios
(1 Ts. 5:9).
B. Hemos de ser dignos de escapar de la ira
(Lc. 21:36).
IV. Excusas para los problemas (Lc. 3:8).
A. Usaron su herencia como una excusa para no
tratar el pecado.
B. Adán acusó a Eva (Gn. 3:12).
C. Aarón acusó al pueblo de Israel (Ex. 32:24).
D. Saúl acusó a las circunstancias (1 S. 13:11-12).
V. Culpando a otros (2 Co. 10:12).
VI. Necedad (Pr. 12:15).
VII.Cambios prácticos en la vida diaria
A. Juan predicó que la gente se arrepintiera y
pusiera las cosas en orden en sus asuntos cotidianos.
B. Juan predicó sobre el orden familiar (Lc. 1:17).
87
Capítulo 7
EL PROGRAMA DE DIOS PARA LA
RESTAURACIÓN
El arrepentimiento y la conversión implican varios y
diferentes procesos de la obra del Espíritu Santo en nuestra
vida. Primero, experimentamos una fresca revelación del
Señor, que nos muestra otra área de nuestra vida contraria
a Sus caminos. La tristeza que es según Dios comienza a
obrar en nuestro corazón, y nos lleva a un punto en que
nuestra mentalidad es cambiada. Entonces confesamos que
estamos mal y que Dios está en lo correcto. Esto abre el
camino para que Dios obre en nosotros y nos convierta,
para que seamos cambiados a Su imagen.
Después de todo lo anterior, aún hay otro proceso muy
importante que Dios desea que experimentemos. Éste es
el proceso de cosechar lo que hemos sembrado. Dios usa
las circunstancias de nuestra cosecha para hacer una obra
mayor en nuestro ser y nos conduce a un arrepentimiento
aún más profundo:
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado:
pues todo lo que el hombre sembrare, eso
también segará” (Gá. 6:7).
Muchos cristianos consienten el concepto de que pueden
andar en oposición a los caminos de Dios, que son
perfectos y rectos, sin sufrir ninguna consecuencia. A
88
Cambiados de Gloria en Gloria
menudo su respuesta es: “está bajo la sangre”, lo cual es
verdad. Asumen que, debido a que han sido perdonados,
sus acciones no traerán ninguna consecuencia. Sin
embargo, este principio de la siembra y la cosecha siempre
está vigente, ya sea a favor, o en contra nuestra,
dependiendo de lo que hayamos sembrado. Si obedecemos
al Señor y andamos en Sus caminos, cosecharemos
abundantes bendiciones y vida eterna. Pero si sembramos
para la carne, obrando de acuerdo a nuestra propia opinión,
ciertamente segaremos corrupción. Aun así, es esencial
que aprendamos a aceptar la cosecha de las semillas que
hemos sembrado, aunque sean muy difíciles de enfrentar.
Los cristianos no deben esperar que después de
arrepentirse, no tendrán que cosechar las consecuencias
de sus propios caminos.
En Levítico capítulo 26, el Señor está explicando a Su
pueblo las consecuencias de escoger ir por su propio
camino. Pero Él termina el capítulo dándoles esperanza si
ellos confiesan sus pecados y se arrepienten:
“Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus
padres, por su prevaricación con que pecaron
contra mí; y también porque anduvieron conmigo en
oposición, yo también habré andado en contra de
ellos, y los habré hecho entrar en la tierra de sus
enemigos; y entonces se humillará su corazón
incircunciso, y reconocerán su pecado”
(Lv. 26:40-41).
La clave aquí es que debemos reconocer nuestro pecado.
Dios dice que entonces se acordará de Su pacto, y comenzará
Capítulo 7
89
el proceso de restauración en nuestra vida. Si una persona se
arrepiente pero no acepta el castigo por su propio camino,
está rechazando los selementos claves que Dios usará como
parte de su restauración.
EL JUICIO DE DIOS SOBRE ADÁN
El propósito de Dios al permitir que cosechemos lo que
hemos sembrado al ir por nuestro propio camino no es
castigarnos. Él no se deleita en vernos sufrir
innecesariamente. ¡Pero cuando Dios nos deja cosechar
las cosas que hemos sembrado, lo hace por nuestro bien!
En el principio, Dios puso a Adán y Eva en el huerto del
Edén. Les dio la orden específica que podían comer de
todos los árboles del huerto, excepto del árbol del
conocimiento del bien y del mal. Adán y Eva
transgredieron esa orden del Señor. Observe el corazón
de Dios en este asunto, al hablarles del juicio que había
impuesto sobre ellos:
“Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz
de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé
diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra
por tu causa; con dolor comerás de ella todos los
días de tu vida” (Gn. 3:17).
Dios no estaba interesado en castigar a Adán y Eva por su
trasgresión, Él estaba interesado en hacer lo que los
restauraría. Dios dijo “maldita será la tierra por tu causa”.
Al maldecir la tierra, Dios sabía que iba a crear las
condiciones necesarias para que el corazón de Adán y Eva
90
Cambiados de Gloria en Gloria
anhelara la restauración, y que también los mantuviera
mirando hacia Él. De esa manera, podían continuar
encontrándose con Dios y ser restaurados.
LA CAUTIVIDAD DE JUDÁ
Otro ejemplo de “cosechar” para nuestro beneficio se da
en el cautiverio de Judá. En Jeremías capítulo 24, Dios le
mostró a Jeremías dos cestas de higos. Una cesta contenía
higos buenos y la otra contenía higos malos, estos
representaban dos tipos de personas. Los higos podridos
eran insalvables y tenían que ser destruidos; pero los higos
buenos representaban a algunos de Judá que estaban
dispuestos a ser llevados en cautiverio. Los que rechazaban
el cautiverio y el cambio eran los higos podridos, y no
servían para nada:
“Así ha dicho Jehová Dios de Israel: como a estos
higos buenos, así miraré a los transportados de
Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de
los caldeos, para bien. Porque pondré mis ojos
sobre ellos para bien” (Jer. 24:5-6).
Judá enfrentó un tiempo de cautiverio, pero Dios no lo
estaba haciendo con la idea de castigarlos, sino de darles
un final de bendición.
¡Nuestro Dios es tan bueno! Su camino es tan perfecto y
recto. Siempre está trabajando para obrar lo mejor para
aquellos que se vuelven a Él con un corazón suave y
sumiso y que hacen las cosas a Su manera. Es la benignidad
Capítulo 7
91
de Dios la que nos lleva a ese bendito lugar de
arrepentimiento. Es también su benignidad la que nos
permite cosechar lo que hemos sembrado, para que más
adelante podamos ser cambiados y restaurados para el
Señor y para los propósitos que Él tiene para nuestra vida.
RECHAZO AL JUICIO DE DIOS
Hay también varios ejemplos en la Escritura de personas
que no aceptaron el castigo de sus actos. Uno de ellos se
encuentra en Números capítulo 14. Moisés sacó a Israel
de Egipto y los llevó por el desierto. Después de un tiempo,
Dios le habló a Moisés que enviara espías a la tierra de
Canaán. Dios le había asegurado a Israel que Él iría delante
de ellos, y que ellos echarían a todos los habitantes de
Canaán. Sin embargo, los diez espías trajeron un reporte
muy malo que hizo desfallecer el corazón del pueblo. El
juicio que Dios pronunció en esta situación fue que la
gente que creyó el mal reporte no entraría a la tierra de
Canaán a poseer su herencia:
“Y se levantaron por la mañana y subieron a la
cumbre del monte, diciendo: Henos aquí para subir
al lugar del cual ha hablado Jehová; porque hemos
pecado” (Nm. 14:40).
Esto no era verdadero arrepentimiento. Habían perdido la
oportunidad que Dios les había dado. Ahora no podían
entrar a la tierra porque Dios no estaba peleando por ellos.
No obstante, dijeron que irían, en contra de la Palabra de
Dios. Israel reunió un ejército y trató de subir, pero muchos
92
Cambiados de Gloria en Gloria
de ellos murieron en manos de Amalec. Debido a que
habían rechazado el castigo de sus propios caminos,
muchos de ellos encontraron destrucción.
Anteriormente vimos varias situaciones en la vida del rey
Saúl. Tuvo un largo reinado, pero durante todos esos años,
nunca procedió al verdadero arrepentimiento. Unos
cuantos días antes de morir (lo cual sucedió en una batalla
contra los filisteos) consultó a una adivina pidiendo
guianza y dirección. ¡Qué terrible que la vida de Saúl
terminara en tal decadencia espiritual! Uno se pregunta si
realmente fue al cielo.
Una de las razones de la deplorable condición espiritual
de Saúl, fue su rechazo para aceptar los juicios de Dios.
Samuel le habló lo que Dios había determinado al respecto:
“Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has
hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu
Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová
hubiera confirmado tu reino sobre Israel para
siempre. Mas ahora tu reino no será duradero.
Jehová se ha buscado un varón conforme a su
corazón, al cual Jehová ha designado para que sea
príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has
guardado lo que Jehová te mandó”
(1 S. 13:13-14).
Esta fue la decisión de Dios para el propio bien de Saúl.
Sin embargo, Saúl nunca aceptó realmente esa decisión,
sino que permitió que su corazón se llenara de celos y
envidia en contra de David:
Capítulo 7
93
“Entonces se encendió la ira de Saúl contra Jonatán, y
le dijo: Hijo de la perversa y rebelde, ¿acaso no sé yo
que tú has elegido al hijo de Isaí para confusión tuya,
y para confusión de la vergüenza de tu madre? Porque
todo el tiempo que el hijo de Isaí viviere sobre la
tierra, ni tú estarás firme, ni tu reino. Envía pues,
ahora, y tráemelo, porque ha de morir”
(1 S. 20:30-31).
Saúl comprendía perfectamente que David había sido
ungido por Dios para recibir el reino. Su respuesta en este
pasaje, revela su falta de disposición para aceptar la
voluntad de Dios en ese asunto. Su fin habría sido muy
diferente si hubiera decidido permitir que el juicio de Dios
obrara en su vida para bien.
Otro ejemplo de este rechazo en aceptar la disciplina por
sus propios caminos, lo encontramos en la vida de Absalón,
el hijo de David. Sabemos que Absalón trató de vengarse
por la violación de su hermana Tamar, matando a su medio
hermano Amnón. Cuando Absalón acababa de matar a su
hermano, huyó a la casa de su abuelo. Sin embargo,
después de un tiempo, deseaba regresar a Jerusalén y a su
padre, David. Le pidió a Joab que interviniera para
ayudarlo a volver; David permitió que Absalón regresara
a Jerusalén, pero en 2 Samuel 14:24, David estipuló
restricciones sobre Absalón:
“Mas el rey dijo: Váyase a su casa, y no vea mi
rostro. Y volvió Absalón a su casa, y no vio el
rostro del rey”.
94
Cambiados de Gloria en Gloria
Pero, después de dos años, Absalón no estaba satisfecho de
estar bajo el juicio que David le había impuesto. Despues
pidió poder ver el rostro del rey. Habiendo rechazado todas
las restricciones por su pecado, la rebelión se extendió
desenfrenadamente en el corazón de Absalón. Pues sucedió
que después de esto, cada vez que tenía la oportunidad,
Absalón ponía el corazón del pueblo de Israel en contra de
David. Eventualmente, esto condujo a Absalón a rebelarse
en contra David, y finalemente a su propia muerte. Si
Absalón hubiese aceptado las restricciones que se le
impusieron, nunca habría guiado una rebelión en contra de
su padre, David. Dios sabe lo que hace cuando pone
restricciones sobre nosotros y permite que cosechemos las
consecuencias de nuestro propio camino. Verdaderamente,
Él lo hace por nuestro bien, pero, rechazar la benignidad de
Dios, siempre será en detrimento nuestro. Que el Espíritu
Santo avive nuestro corazón para que comprendamos la
altura, la profundidad y la anchura de Su amor, el cual
establece estas restricciones para nuestro bien.
EL VERDADERO ARREPENTIMIENTO
DEL REY DAVID
En la vida del rey David encontramos un ejemplo
maravilloso del verdadero arrepentimiento y del proceso
completo de esta obra. La Escritura nos dice que David
pecó con Betsabé. En lugar de arrepentirse en este punto,
David trató de cubrir su pecado colocando a Urías, esposo
de Betsabé, al frente de la batalla para ser muerto. En
realidad, él arregló la muerte de Urías y al principio David
Capítulo 7
95
no se arrepintió. Comúnmente se considera que los Salmos
6, 32, 38, 51, 102, 130 y 143 fueron escritos por David
durante el proceso de arrepentimiento en su vida.
En sus salmos de arrepentimiento, podemos ver algunas
de las experiencias que David atravesó cuando Dios estaba
tratando de llevarlo al arrepentimiento:
“Jehová, no me reprendas en tu enojo, ni me
castigues con tu ira. Ten misericordia de mí, oh
Jehová, porque estoy enfermo; sáname, oh Jehová,
porque mis huesos se estremecen” (Sal. 6:2).
“Jehová, no me reprendas en tu furor, ni me
castigues en tu ira. Porque tus saetas cayeron sobre
mí, y sobre mí ha descendido tu mano. Nada hay
sano en mi carne, a causa de tu ira; ni hay paz en
mis huesos, a causa de mi pecado. Porque mis
iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; como
carga pesada se han agravado sobre mí. Hieden y
supuran mis llagas, a causa de mi locura. Estoy
encorvado, estoy humillado en gran manera, ando
enlutado todo el día. Porque mis lomos están llenos
de ardor, y nada hay sano en mi carne. Estoy
debilitado y molido en gran manera; gimo a causa
de la conmoción de mi corazón” (Sal. 38:1-8).
David sufrió grandemente a causa de sus pecados, pero
éstos eran ingredientes necesarios para preparar a David a
que confesara su pecado y llegara a un completo
arrepentimiento. David enfrentó muchos días de pesada
convicción en su vida, sin embargo, este proceso tan
doloroso lo llevó a un arrepentimiento completo.
96
Cambiados de Gloria en Gloria
“Jehová, escucha mi oración, y llegue a ti mi
clamor. No escondas de mí tu rostro en el día de mi
angustia; inclina a mí tu oído; apresúrate a
responderme el día que te invocare. Porque mis días
se han consumido como humo, y mis huesos cual
tizón están quemados. Mi corazón está herido, y
seco como la hierba, por lo cual me olvido de comer
mi pan. Por la voz de mi gemido mis huesos se han
pegado a mi carne. Soy semejante al pelícano del
desierto; soy como el búho de las soledades; velo, y
soy como el pájaro solitario sobre el tejado. Cada
día me afrentan mis enemigos; los que contra mí se
enfurecen, se han conjurado contra mí. Por lo cual
yo como ceniza a manera de pan, y mi bebida
mezclo con lágrimas, a causa de tu enojo y de tu
ira; pues me alzaste, y me has arrojado. Mis días
son como sombra que se va, y me he secado como la
hierba” (Sal. 102:1-11).
Ciertamente, David enfrentó muchas dificultades en el
proceso de arrepentimiento. Su pecado no fue el pecado
de un joven que vagaba neciamente en el camino del error.
Se cree que David tenía unos cuarenta y cinco años cuando
pecó con Betsabé. El asunto se complicó más por su
posición de rey. En verdad, David era un hombre conforme
al corazón de Dios y estaba dispuesto a permitir que Dios
obrara en su vida para llevarlo a un arrepentimiento
completo y a una plena restauración. En el Salmo 51,
David reconoció que Dios tenía el derecho de obrar en su
vida como lo creyera conveniente:
Capítulo 7
97
“Ten piedad de mí, Oh Dios, conforme a tu
misericordia; conforme a la multitud de tus
piedades borra mis rebeliones. Lávame más y
más de mi maldad, y límpiame de mi pecado.
Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado
está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti
solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus
ojos; para que seas reconocido justo en tu
palabra, y tenido por puro en tu juicio”
(Sal. 51:1-4).
Durante los siguientes veinte años de su vida, David enfrentó
muchas tragedias familiares. La cobertura espiritual sobre
la familia de David fue dañada enormemente, permitiendo
que desastres terribles afectaran a sus hijos. David perdió
esa aguda percepción espiritual que capacita a una persona
para que proteja a los que se encuentran bajo su cuidado.
El pecado ciega a una persona para que no vea las situaciones
como son en realidad. En Hebreos 3:13, se nos advierte del
engaño del pecado.
Con bastante frecuencia, hemos sido testigos de la
devastación de una esposa o de los hijos, cuando un
hombre abre la puerta en su vida y se rebelan en contra
de Dios. Hemos visto sufrimiento innecesario cuando
un hombre resiste repetidamente al Espíritu del Señor:
económicamente, físicamente, mentalmente,
emocionalmente y espiritualmente.
Cuando vemos estas circunstancias en la vida de David,
encontramos que cada una de ellas fue el resultado de algo
que él sembró en el caso de Betsabé. Primero Amnón, el
98
Cambiados de Gloria en Gloria
hijo de David, violó a su media hermana Tamar. Después,
luego de David había huido, Absalón se acostó con las
concubinas de David en el terrado de la casa en Jerusalén.
En una nueva forma, y con una mayor profundidad de
comprensión, esto hizo que David entendiera cuanto
había injuriado a otros al tomar a la esposa de Urías para
sí. Cuando David cosechó estas situaciones con Amnón
y Absalón verdaderamente comprendió, en mayor
medida, la devastación que su adulterio había causado
en la vida de otros.
Después, Absalón mató a Amnón. Aunque David se
arrepintió y buscó al Señor en ayuno, el hijo que
concibió en pecado, con Betsabé, murió. Luego que
Absalón condujo una rebelión, fue asesinado por Joab,
en oposición al mandamiento que David había dado.
Seguramente, David debió darse cuenta del dolor que
causó en la vida de otros la forma en que manejó el
asunto de Urías, provocando también la ira en el
corazón de Dios.
Absalón dirigió una rebelión abierta que reunió a la
mayoría de Israel, en contra de David. Al refleccionar sobre
su propia obstinación y la de su hijo, David debió darse
cuenta de la gravedad de su rebelión en contra de Dios.
Al observar la vida de David, es maravilloso contemplar
su genuino arrepentimiento, porque éste lo condujo a una
completa restauración. Considere la siguiente gráfica:
Capítulo 7
99
Principio sobre la siembra y la cosecha
David sembró
Adulterio con Betsabé
David consechó
Amnón violó a Tamar
Absalón tomó las
concubinas de David
Asesinato de Urías
Absalón asesina a Amnón
Absalón asesinado por Joab
Muere el hijo de David y
Betsabé
Rebelión contra Dios
Absalón se rebela contra
David
Arrepentimiento
Verdadero
Restauración por el
Espíritu de Dios
Al soportar dolorosamente el fruto de lo que había
sembrado, David pudo llegar a un arrepentimiento más
profundo, más genuino. Pudo entender su propio pecado
desde una perspectiva más amplia, y ver hasta dónde
había herido a otros. De manera que David no se resistió
a este proceso de Dios, el cual trataba de traer
restauración a su vida.
100
Cambiados de Gloria en Gloria
Con el fin de ser totalmente restaurado, David estuvo
dispuesto a permitir que Dios obrara en su vida. Fue
restaurado, porque en Ezequiel 37 el Señor profetiza
sobre la restauración de la nación de Israel en el milenio
y Dios deja muy claro que cuando resucite, David
gobernará de nuevo sobre la nación de Israel. Esto
solamente es posible, debido a la profunda obra de
restauración que David permitió en su vida durante esos
dolorosos años de cosecha.
Cuán importante es que cada uno de nosotros perimita
que Dios traiga a nuestra vida la cosecha de lo que hemos
sembrado, a fin de que esto obre para nuestro bien. Que
recibamos gracia abundante para aceptar las cosas que
Dios juzgue necesarias para nuestra restauración.
Capítulo 7
101
EL PROGRAMA DE DIOS PARA LA
RESTAURACIÓN
I. Disposición para cosechar lo que se sembró
A. Lo que el hombre siembra, eso cosecha
(Gá. 6:7).
B. La disposición para aceptar los resultados de
nuestro pecado es parte de la restauración
(Lv. 26:40-41).
II. Juicio de Dios sobre Adán
A. El propósito de Dios no es castigarnos para
hacernos pagar nuestro error.
B. Dios obra la restauración para nuestro bien de
restauración (Gn. 3:17).
III.Cautiverio de Judá (Jer. 24:1-6).
IV. Rechazo al juicio de Dios
A. Israel rechazó la sentencia de Dios
(Nm. 14:30-31, 40-45).
B. Saúl rechazó el juicio de Dios de que David
sería rey en lugar de Jonatán
(1 S. 13:13-14, 20:30-31).
C. Absalón rechazó el juicio de David y se rebeló
(2 S. 14:24).
V. Arrepentimiento verdadero del rey David
A. Entristecido para el arrepentimiento verdadero
(Sal. 6:2; 38:1-8; 102:1-11).
Cambiados de Gloria en Gloria
102
B. Confesó su maldad y aceptó el juicio de Dios
(Sal. 51:1-4).
C. Aceptó cosechar lo que había sembrado a fin de
que sirviera para su restauración (Ez. 37:25).
103
Capítulo 8
LA EVIDENCIA DEL VERDADERO
ARREPENTIMIENTO
“Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido
contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en
vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor,
qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! En
todo os habéis mostrado limpios en el asunto”
(2 Co. 7:11).
Anteriormente en nuestro estudio, vimos la obra de la
tristeza que es según Dios, sobre la cual Pablo nos habla
en 2 Corintios 7:8-10. Ahora, Pablo enumera siete
evidencias del verdadero arrepentimiento que se
manifestarán en nuestra vida cuando permitimos a Dios
completar Su buena obra en nosotros.
CAUTELA
Para comprender este concepto, comenzaremos con un
ejemplo negativo. En Isaías 47, el profeta habla de parte
de Dios al reino de Babilonia:
“Oye, pues, ahora esto, mujer voluptuosa, tú que
estás sentada confiadamente [descuidadamente], tú
que dices en tu corazón: Yo soy, y fuera de mí no
hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad”
(Isaías 47:8).
104
Cambiados de Gloria en Gloria
Esta escritura manifiesta el corazón de alguien que no ha
permitido que Dios obre en su vida para llevarlo al
arrepentimiento. Los babilonios andaban arrogantemente en
sus propios caminos. Dios describe sus caminos como
descuidados porque Él conocía el final de sus actos.
Descuidadamente, los niños pueden meterse en graves peligros
debido a que no preveen las consecuencias de sus actos.
Aquellos que no comprenden y no abrazan los caminos de
Dios son igual de ignorantes, y pueden caer en grandes peligros.
Años después de haber obtenido mi licencia de conducir,
estaba manejando por cierta calle. En mi prisa traté de
atravesar una intersección en la cual la luz estaba cambiando
de verde a amarillo; todo habría estado bien, si no fuera
porque el automóvil frente a mí decidió detenerse, y yo no
me di cuenta sino hasta que golpeé la parte trasera del
vehículo. Podríamos decir que fui bastante descuidado e
imprudente, pero ahora tengo una nueva perspectiva de lo
que puede ocurrir. Ese incidente trajo como consecuencia
más cautela y precaución en mi forma de conducir.
Cuando el arrepentimiento total llega a un área de nuestra
vida, una evidencia es que nuestro caminar y la manera
de conducirnos se vuelve más cautelosa. En lugar de
actitudes arrogantes y descuidadas que piensan que nuestro
caminar es recto, consideramos seriamente los caminos
de Dios. Nuestro propósito es evitar caer en los abismos
en los que hemos caído en el pasado.
Cuando un alcohólico procede al arrepentimiento, evita
pasar por la calle donde está el bar que frecuentaba
Capítulo 8
105
antiguamente, sabe que si pasa, hay peligro aguardando
por él. Piensa seriamente hacia dónde va, teniendo cuidado
de no entrar a la senda de destrucción en la que anduvo
antes de arrepentirse:
“No entres por la vereda de los impíos, ni vayas por
el camino de los malos. Déjala, no pases por ella,
apártate de ella, pasa” (Pr. 4:14-15).
El corazón de David careció de esta cautela cuando
cometió adulterio con Betsabé. Cuando miró por la terraza
y la vio bañándose, no debió quedarse contemplándola
fijamente. Su corazón y su mente estaban en la senda
incorrecta. Después que Isaías se convenció y limpió sus
labios inmundos, ciertamente debe haber cuidado cada
palabra que salía de su boca. En cuanto a Jacob,
ciertamente evitó el camino del engaño luego que su
nombre fue cambiado por el de Israel. Cuando aceptamos
el don de arrepentimiento, se hace evidente una nueva
cautela en nuestra vida.
DEFENSA
El concepto que Pablo presenta en 2 Corintios 7:11. es la
palabra restitución del Antiguo Testamento. Restitución
en hebreo es la palabra shalom, que significa paz a
vosotros. Andar en nuestros propios caminos trae
conflictos, y causa mucho daño a otros. También crea
disturbios en nuestra mente y espíritu, los cuales no nos
permiten ver a los ojos de aquellos a quienes hemos
lastimado de alguna manera. Sin embargo, cuando la obra
106
Cambiados de Gloria en Gloria
de arrepentimiento y conversión llegue a ser completa en
nosotros, será evidente por nuestro deseo de hacer una
total restitución.
Un corazón de arrepentimiento y restitución, no se negará
a pagar el precio para ser libre y transparente. Hay un
deseo por estar en paz con nuestro propio corazón, y por
hacer todo lo que sea necesario con tal de ser restituidos:
“Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si
él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el
derecho y la justicia, si el impío restituyere la
prenda, devolviere lo que hubiere robado, y
caminare en los estatutos de la vida, no haciendo
iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá”
(Ez. 33:14-15).
Cuando uno está caminando en unidad y armonía con
Dios, existe un deseo por corregir las cosas del pasado.
Este es el camino de Dios. Cuando el hombre camina
en sus propios caminos, tiene la tendencia de continuar
como si no le hubiera causado daño a otros. Pero cuando
el proceso de arrepentimiento se completa en nosotros,
hay un deseo por permitir que el Espíritu Santo nos
nos guíe a hacer restitución donde sea necesario.
La historia de Zaqueo en Lucas capítulo 19, ilustra esta
verdad. Zaqueo estaba intrigado por conocer a Jesús.
Debido a la multitud, trepó a un árbol para ver más de
cerca a Jesús cuando pasara. Al verlo, Jesús lo llamó y
convino en reunirse con él en su casa. Zaqueo recibió a
Jesús gozosamente:
Capítulo 8
107
“Entonces Zaqueo puesto en pie, dijo al Señor: He
aquí Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres;
y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo
cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la
salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo
de Abraham” (Lc. 19:8-9).
Jesús observó la evidencia de arrepentimiento cuando
Zaqueo deseó restituir a quienes había perjudicado en el
pasado. Esta restitución trae perfecta paz de corazón y
mente, de modo que podamos mirar a los ojos, a todos,
tanto a los hombres como a Dios mismo. Las obras de
nuestro pasado se restituyen de tal forma, que aún los
pecadores pueden ver la evidencia del verdadero
arrepentimiento en nuestra vida.
INDIGNACIÓN
¿Por qué la gente hace las cosas? Básicamente, todos
nosotros hacemos lo que amamos hacer. La mayoría de
las personas tienen un lado que ama hacer el bien, pero
también hay una parte de nosotros que ama hacer el mal.
Dios quiere cambiar esta inclinación de nuestro corazón.
En el Salmo 36, David habla de los diferentes atributos
de los hombres malos:
“El mal no aborrece” (Sal. 36:4).
La razón por la que los hombres malos hacen obras impías,
es porque realmente aman la impiedad. El propósito de
Dios es llevarnos, por medio del arrepentimiento, a un
108
Cambiados de Gloria en Gloria
punto donde comencemos a odiar las cosas que una vez
amamos, y a amar las cosas que una vez aborrecimos. Antes
de recibir a Jesucristo como Señor y Salvador en nuestro
corazón, hay enemistad en contra de Dios. En nuestro
corazón existe un muro que se levanta en contra de los
caminos de Dios. Él desea demoler este muro, para que
comencemos a amar las cosas que Él ama, y a aborrecer las
cosas que Él aborrece. Entre más amamos al Señor, más
amamos lo que Él ama; y entre más Le conocemos, más
comenzamos a aborrecer lo que Él aborrece:
“Los que amáis a Jehová, aborreced el mal”
(Sal. 97:10).
No sólo es esencial amar al Señor, sino también es necesario,
aborrecer el mal. Dios desea estas dos actitudes en nuestro
corazón. En Job 1:1, refiriéndose a Job, la Escritura dice:
“Era este hombre perfecto y recto, temeroso de
Dios y apartado del mal”.
En el corazón de Job habían sido obradas estas dos actitudes.
Muchos en el pueblo de Dios llegan a amar verdaderamente
al Señor, pero no Le llegan a conocer en toda Su plenitud.
Con mucha frecuencia, hay una dualidad de estas actitudes
en su corazón. Aman el bien, pero también aman el mal.
Dios quiere obrar en nosotros para que tengamos un odio
perfecto por las cosas que Él aborrece:
“Y no traerás cosa abominable a tu casa, para que
no seas anatema, del todo la aborrecerás y la
abominarás, porque es anatema” (Dt. 7:26).
Capítulo 8
109
El problema de amar el mal es que, a menudo, no podemos
ver lo que realmente es y a qué fin nos conducirá.
Fracasamos en no darnos cuenta de la destrucción y
devastación que viene a nuestra vida cuando nos rendimos
al mal. En nuesta mente, tal vez, nos gusta tentar a ciertos
aspectos del mal que, en un principio no aparentan ser tan
terribles. Pero, si nuestros ojos fueran abiertos para ver la
realidad de las cosas, ciertamente pensaríamos diferente.
Recordamos una ocasión en la que, en el corazón de un
hombre, había lujuria por cierta mujer. Nunca se involucró
con ella, solamente permitió que la lujuria se manifestara
en su imaginación. Esta lujuria comenzó a invadir sus
pensamientos, hasta que un día, Dios abrió sus ojos
espirituales. Cuando miró a la mujer, Dios le reveló el
espíritu demoníaco de lujuria que la influenciaba. Este
espíritu era grotesco, vil y desctuctor. Cuando este hombre
vio la realidad de la situación, la actitud de su corazón
cambió por completo.
Dios desea hacer lo mismo en cada uno de nosotros, Él se
ha propuesto que veamos el mal como Él lo mira. Mientras
Él nos mueve al arrepentimiento, nos hace aborrecer el
mal. Desarrollamos una indignación contra las cosas que
una vez amamos. Al mismo tiempo, veremos que nuestro
corazón es atraído hacia las cosas que Dios ama.
TEMOR
Este temor no es como las “fobias” que el hombre siente
en su condición natural no regenerada. Es un temor bueno
110
Cambiados de Gloria en Gloria
que se desarrolla cuando conocemos al Señor en una
dimensión mayor. Es llamado también el temor de Jehová.
Este temor es totalmente distinto y contrario a todas las
otras clases de temor. Es la clase de temor que produce
una reverencia santa y respeto por Dios, y terror de
hacer las cosas que Dios aborrece. El temor de Jehová
reconoce que Dios siempre está mirando y contemplando
todo lo que respecta a nosotros:
“Los ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a
los malos y a los buenos” (Pr. 15:3).
El temor santo nos mantiene en la senda correcta y nos
guarda de desviarnos. Nos guarda de pecar contra Dios y
no llegar a cumplir Su plan para nuestra vida:
“Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré
atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el
corazón de ellos, para que no se aparten de mí”
(Jer. 32:40) (Ver también He. 4:1).
En el nuevo pacto, Dios promete que pondrá Su temor en
nuestro corazón. Esto no puede enseñarse humanamente,
el temor de Jehová es una unción. Es uno de los siete
Espíritus del Señor mencionados en Isaías 11:2. Es sólo
cuando el Espíritu Santo nos revela la majestuosidad de
nuestro Dios, que podemos llegar a temerle como se debe.
El temor de Jehová se aprende y se desarrolla, conforme
el proceso de arrepentimiento continúa obrando en nuestra
vida. Cuando Dios nos habla y aprendemos Sus caminos,
comenzamos a aprender a temerle a Él:
Capítulo 8
111
“El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en
Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo,
para que yo les haga oír mis palabras, las cuales
aprenderán, para temerme todos los días que
vivieren sobre la tierra, y las enseñaren a sus hijos”
(Dt. 4:10).
El escritor del himno dice: “fue la gracia la que enseñó a
mi corazón a temer, y la gracia me libó de temores”.
Podemos ver pues, que el temor de Jehová es una principal
piedrade fundamento en nuestra vida. Además, cuando
aprendemos a temer al Señor, comenzamos a ver la vida
desde otra perspectiva:
“El principio de la sabiduría es el temor de
Jehová” (Pr. 1:7).
El temor de Jehová nos coloca en la senda de la sabiduría,
esta senda nos conduce a Dios, no nos aleja de Él, como
lo hace la sabiduría natural, que aparta a los hombres de
Dios. El temor de Jehová nos guía a la verdadera sabiduría
e inteligencia:
“Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor
es la sabiduría, y el apartarse del mal, la
inteligencia” (Job 28:28).
Los demás temores del hombre son perversos, inmundos
y miserables. Aterrorizan y obstaculizan al hombre para
hacer la voluntad de Dios, pero:
“El temor de Jehová es limpio, que permanece para
siempre” (Sal. 19:9).
112
Cambiados de Gloria en Gloria
El temor de Jehová nos da confianza genuina y divina. Es
una fuente de vida que brota de nosotros para prolongar
nuestros días. Nos hace aborrecer el mal y amar las cosas
que Dios ama, alargando así nuestros años.
Ser llenos del temor de Jehová es ser completamente libres
del temor al hombre:
“De manera que podamos decir confiadamente: El
Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda
hacer el hombre” (He. 13:6).
“Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el
alma no pueden matar; temed más bien a aquel que
puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”
(Mt. 10:28).
Los caminos de Dios son tan rectos y maravillosos. Él
quiere que Le temamos y Le reverenciemos, para que
seamos totalmente libres de cualquier otra clase de
temor. ¡Con el temor del Señor creciendo en nuestro
corazón, caminaremos en perfecta libertad en el gozo
del Señor!
ARDIENTE AFECTO
¡Un cristiano recién convertido es un maravilloso cuadro
para contemplar! ¡Cuán emocionante es ver el hambre que
tiene por conocer a Dios y Sus caminos! He escuchado
relatos de cristianos recién convertidos que han leído la
Biblia casi sin parar. Debido a que tienen un gran deseo
por ser llenos de la Palabra de Dios, se sumergen en ella
Capítulo 8
113
por días. Ellos aman orar y estar en comunión con el pueblo
de Dios. Asisten a cada servicio y a cada actividad de la
iglesia, porque tienen un deseo insaciable por conocer al
Señor y por estar con Su pueblo. Un cristiano arrepentido
tiene estos mismos deseos en su corazón. No le es
indiferente la lectura de la Biblia, el pasar tiempo en
oración y el reunirse con los santos de Dios, sino que tiene
esa hambre y ese deseo por el Señor.
Mi esposa y yo hemos pastoreado por más de veinte años.
Uno de los aspectos más difíciles del ser pastor es
observar cómo la gente que una vez tuvo ese ardiente
afecto por Dios, se vuelve aletargada e indiferente.
Cuando esto ocurre, se vuelven difíciles de guiar y de
discipular. Jesús dijo:
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
justicia, porque ellos serán saciados” (Mt. 5:6).
Cuando un cristiano pierde esa hambre y esa sed es porque,
en algún momento de su caminata con el Señor, se resistió
a que el Espíritu Santo tratara de cambiar cierta área. Ha
rechazado el don del arrepentimiento. Comienza a perder
esa hambre espiritual, ese deseo, ese impulso que una vez
lo empujó a avanzar en el Señor. La bendición del
arrepentimiento es que renueva constantemente nuestra
hambre y sed por el Señor:
“Como el ciervo brama por las corrientes de las
aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía”
(Sal. 42:1).
114
Cambiados de Gloria en Gloria
Si aceptamos siempre el don de arrepentimiento, el clamor
en nuestro corazón por el Señor, continuará siendo como
el del salmista. Pero si aparentemente el Señor se aleja de
nosotros, puede que necesitemos regresar a esa ocasión
en nuestra caminata, en donde nos resistimos y rechazamos
Su trato con nosotros. Él se encontrará con nosotros cuando
respondamos con arrepentimiento, y nosotros volveremos
a corres tras Él. Con el pasar de los años, hemos llegado a
tener en alta estima a cristianos mayores, han mantenido
un ardiente deseo por el Señor. Son muy apreciados y
verdaderamente escasos, porque hay muchos otros que
caen en la pasividad.
Muchos cristianos se parecen a las tribus de Rubén, Gad y
la media tribu de Manasés, quienes se conformaron con
una herencia menor a la que Dios había escogido para ellos.
A lo largo de todo el camino (que comienza con el nuevo
nacimiento y nos lleva a la completa madurez y perfección),
hay personas que se han ubicado en diversos puntos de su
viaje espiritual. Están contentos con lo que tienen, y no
desean avanzar más. Han perdido todo el ardiente afecto, y
en realidad, en su corazón han comenzado a apartarse. Pero
Dios quiere que tengamos ese fresco deseo por Él, que nos
hace correr en pos de Él. Conforme continuemos recibiendo
el don de arrepentimiento, seguiremos teniendo ese deseo
renovado dentro de nosotros.
CELO
La palabra celo significa estar ardiente. Un cristiano normal
y sano espiritualmente, tiene un deseo vehemente por servir
Capítulo 8
115
al Señor con todas sus fuerzas. Este atributo se manifiesta en
la vida de Apolos en Hechos 18:25:
“Este había sido instruido en el camino del Señor; y
siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba
diligentemente lo concerniente al Señor, aunque
solamente conocía el Bautismo de Juan”.
Debido a que el celo de Dios ardía en el espíritu de
Apolos, enseñaba diligentemente las cosas que el Señor
le había dado; deseaba hacer la voluntad de Dios más
que cualquier otra cosa.
Un día que Jesús y Sus discípulos viajaban por Samaria
hicieron un alto para descansar. Los discípulos fueron a
una aldea cercana a comprar comida. Mientras Jesús se
sentó cerca del pozo de Jacob, comenzó a conversar con
una mujer que había venido a sacar agua. En el transcurso
de la conversación, Jesús llevó a la mujer al entendimiento
que el era el Cristo. Ella respondió inmediatamente y fue
transformada. Regresó a su ciudad y la ciudad entera llegó
a creer en Jesús.
Cuando los discípulos regresaron Jesús les dijo:
“Yo tengo una comida que comer,
que vosotros no sabéis” (Jn. 4:32).
Jesús estaba más preocupado en hacer la voluntad de Dios
que en Su necesidad de comida. El celo de Dios estaba
ardiendo en Su corazón y solamente deseaba cumplir el
propósito de Su Padre.
116
Cambiados de Gloria en Gloria
En Apocalipsis 3, Juan escribe esta profecía a la iglesia de
Laodicea:
“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente.
¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres
tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”
(Ap. 3:15-16).
Los creyentes de la iglesia de Laodicea habían perdido su
celo por el Señor. Se habían vuelto autosuficientes,
sintiendo que ya no tenían más necesidad de
arrepentimiento. Pero realmente, esto era lo que ellos
realmente necesitaban, porque Cristo los exhortó en
Apocalipsis 3:19:
“Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé,
pues, celoso, y arrepiéntete”.
Esta iglesia había llegado a sentir autosatisfacción en
cuanto a su deseo por hacer la voluntad de Dios. Sólo les
quedaba una pizca del celo que alguna vez tuvieron, por
lo que Dios los llamó “tibios”. Dios quiere reavivar el
fuego por medio del don de arrepentimiento.
¿Ha perdido usted ese deseo ardiente de hacer la voluntad
de Dios? ¡Recuerde que el arrepentimiento abre la puerta
a la restauración! Dios quiere usar poderosamente a Su
pueblo en el cercano avivamiento de los últimos días, para
demostrar Su carácter y Su majestuoso poder. ¿Su corazón
se ha vuelto indiferente a las necesidades de la gente por
las cuales se duele el corazón de Dios?
Capítulo 8
117
VINDICACIÓN
La evidencia final del arrepentimiento que veremos aquí,
es la vindicación que nace en nuestro corazón en contra
del reino de las tinieblas.
Dios creó a Adán y Eva, los estableció en el huerto del
Edén y les otorgó el dominio sobre toda la creación. Él
visitaba diariamente el huerto y tenía una dulce comunión
con el hombre. Después que el hombre transgredió el
mandamiento del Señor, esa comunión se rompió debido
a la condición del corazón del hombre. El hombre ya no
pudo permanecer en el huerto, pues entró bajo la cobertura
del reino de las tinieblas. Satanás se deleita en mantener a
todo el que puede bajo el estupor y las tinieblas de su
reino. Aunque hayamos recibido a Jesucristo como Señor
y Salvador, a menudo quedan varios efectos y ataduras
del reino de las tinieblas. Pero continuando con el
arrepentimiento y volviéndonos al Señor, avanzaremos
grandes pasos y saldremos de esas tinieblas para avanzar
más y más hacia Su luz admirable.
Somos librados cuando Dios obra en nuestra vida
mediante el arrepentimiento. Luego, es natural que surja
en nosotros el deseo de sacar a otros del cautiverio del
que ahora somos libres. A través del arrepentimiento
comenzamos a entender las tremendas ataduras que
sujetan a otros. En nuestro corazón, hay un deseo de
vindicación en contra el reino de las tinieblas, para
libertar a los que siguen cautivos allí. En Mateo 16:18,
Jesús dijo:
118
Cambiados de Gloria en Gloria
“Yo edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella”.
Mientras Dios obra en nuestra vida por medio del don
de arrepentimiento, más se edifica nuestro hombre
interior y nos eleva de gloria en gloria; surgiremos como
un hombre o una mujer que Él pueda usar para liberar a
otros del reino de las tinieblas. Es entonces cuando las
puertas del Hades no podrán detenernos de entrar al reino
de Satanás y arrebatar de sus garras a los cautivos. Pablo
instruye a Timoteo:
“Porque el siervo del Señor no debe ser
contencioso, sino amable para con todos, apto para
enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a
los que se oponen, por si quizá Dios les conceda
que se arrepientan para conocer la verdad, y
escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a
voluntad de él” (2 Ti. 2:24-26).
Si estamos dispuestos, Dios puede hacer de nosotros Sus
instrumentos para liberar a otros, para que salgan del reino
de las tinieblas al reino de la luz:
“A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de
otros tened misericordia con temor, aborreciendo
aun la ropa contaminada por su carne” (Jud. 23).
Mientras permitamos que el Señor continúe obrando en
nuestro corazón, de él brotará un deseo inmenso y
vindicación por liberar a la gente de las ataduras del reino
de las tinieblas.
Capítulo 8
119
El rey David hizo esta declaración después de su
arrepentimiento:
“Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble
[libre] me sustente. Entonces enseñaré a los
transgresores tus caminos, y los pecadores se
convertirán a ti” (Sal. 51:12-13).
David tuvo un deseo renovado por mirar a otros libres de
las tinieblas y de las ataduras de las que él mismo había
sido liberado.
Nuestra generación ha llegado a ser más y más perversa
en estos últimos días. ¡Por consiguiente, la demanda de
liberadores ha llegado a ser enorme! Cuando Dios traiga
nuevamente avivamiento y un nuevo mover de Su
Espíritu en esta tierra, ¡que seamos uno de esos
instrumentos revestidos del poder para hacer libres a
muchos de las terribles ataduras de pecado, a la libertad
gloriosa de los hijos de Dios!
120
Cambiados de Gloria en Gloria
EVIDENCIA DEL VERDADERO
ARREPENTIMIENTO
I. Cautela (2 Co. 7:11).
A. Los residentes de Babilonia vivían
descuidadamente (Is. 47:8).
B. El verdadero arrepentimiento vuelve cautelosa a
la gente (Pr. 4:14-15).
II. Defensa (2 Co. 7:11).
A. El concepto de restitución (Ez. 33:14).
B. El arrepentimiento y la restitución de Zaqueo
(Lc. 19:8-9).
III.Indignación (2 Co. 7:11).
A. Este es un odio por cosas que alguna vez
amamos (Sal. 97:10).
B. Job amó a Dios tanto como aborreció el mal
(Job 1:1).
C. El arrepentimiento nos hace odiar la maldad
(Dt. 7:26).
IV. Temor (2 Co. 7:11).
A. Es temor, reverencia y respeto por el Señor,
sabiendo que Él siempre nos mira (Pro. 15:3).
B. El temor de Jehová nos ayuda a permanecer en
la senda correcta (Jer. 32:40).
C. Se aprende cuando nos arrepentirnos (Dt. 4:10).
D. Beneficios del temor de Jehová:
1. Principio de la sabiduría (Pr. 1:7).
Capítulo 8
121
2. Sabiduría (Job 28:28).
3. Limpia (Sal. 19:9).
4. Liberta del temor al hombre
(He. 13:6; Mt. 10:28).
V. Ardiente Afecto (2 Co. 7:11).
A. Hambre espiritual en el cristiano recién
convertido (Mt 5:6; Sal. 42:2).
B. El arrepentimiento renueva esta hambre.
VI. Celo (2 Co. 7:11).
A. Este es el deseo ferviente por hacer la voluntad
de Dios (Jn. 4:32).
B. Laodicea perdió su celo y se le ordenó
arrepentirse para que le fuera restaurado
(Ap. 3:15-19).
VII. Vindicación (2 Co. 7:11).
A. Vindicación contra el reino de las tinieblas el
cual retiene a los hombres en esclavitud.
B. La iglesia tiene que romper esa atadura
(Mt. 16:18).
C. El arrepentimiento produce el deseo de libertar a
otros (2 Ti. 2:24-26; Judas 23).
D. El deseo de David de libertar a otros
(Sal. 51:12-13).
123
Capítulo 9
CAMBIADOS DE GLORIA EN GLORIA
RESUMEN Y CONCLUSIÓN
En este estudio aprendimos que el arrepentimiento es el
proceso por el cual Dios cambia nuestra manera de pensar
por la manera en que Él piensa. Después, Él puede
convertirnos y cambiar nuestros caminos; de ese modo,
somos cambiados de gloria en gloria a la imagen del Hijo
de Dios. Este proceso de arrepentimiento inicia cuando
Dios se acerca a nosotros y se nos revela de una forma
nueva. Si respondemos a Dios, entonces la tristeza que es
según Dios obra en nuestro corazón para guiarnos al
arrepentimiento. No debemos buscar excusas por nuestro
comportamiento, más bien, debemos confesar que
estamos mal y que Dios está en lo correcto. El espíritu de
arrepentimiento nos permite aceptar las consecuencias de
nuestro comportamiento para que Dios nos restaure y nos
lleve a tiempos de refrigerio en Su presencia.
Cuando Dios transforma nuestra manera de pensar por
medio del arrepentimiento, se hace evidente una nueva
cautela y una nueva solicitud en nuestra vida. El Espíritu
Santo imparte una disposición para hacer restitución y ser
libres y transparentes con todos en el cielo y en la terra.
Hace que aborrezcamos cosas que una vez amamos y amar
cosas que una vez odiamos. El temor del Señor crece en
124
Cambiados de Gloria en Gloria
nuestra vida, liberándonos de otros temores. Un deseo
fresco por Dios es renovado en nosotros y nace un celo
por hacer la voluntad de Dios, el cual nos impulsa a
cumplir todo aquello para lo cual Él nos llamó. En nuestro
ser hay vindicación contra el reino de las tinieblas, que
nos inspira un deseo por rescatar a muchos de la esclavitud
del reino de Satanás.
Está por llegar ante nosotros, el más grande avivamiento
que la Tierra jamás haya visto. En estos días de
preparación, el Señor quiere obrar en la vida de cada uno
de nosotros, a fin de en el avivamiento venidero seamos
conformados a Su imagen, y preparados como vasos para
los usos del Maestro. Multitudes están preparadas para
ser segadas en el reino de Dios, por tanto, tenemos que
entender los propósitos y caminos de Dios, para que
podamos guiar a los bebés espirituales al conocimiento
de Su justicia y carácter.
Que abracemos los continuos ciclos de redención en
nuestra vida, sin resistir la benignidad de Dios cuando Él
se acerca a nosotros con el don del arrepentimiento. Que
clamemos, desde lo profundo de nuestro ser, como el rey
David en el Salmo 17:15:
“En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré
satisfecho cuando despierte a tu semejanza”.
Señor Jesús, que lleguemos amarte en toda la plenitud de
Tu belleza, que nunca resistamos Tu benignidad, sino que
aceptemos siempre el don de arrepentimiento a fin de ser
cambiados de gloria en gloria. Amén.
Capítulo 9
125
«Así que, arrepentíos y convertíos,
para que sean borrados vuestros pecados;
para que vengan de la presencia del Señor
tiempos de refrigerio,
y él envíe a Jesucristo,
que os fue antes anunciado»
Hechos 3:19, 20
APÉNDICE
LAS SIETE FIESTAS
1. Pascua
Día 14 del primer mes.
Levítico 23:4-5.
Éxodo 12.
CONMEMORACIÓN EN LA
HISTORIA DE ISRAEL
-Liberación de Israel de
Egipto.
-La sangre del Cordero
aplicada a los postes de la
puerta y al dintel.
-El Señor “pasó sobre”
Israel y para ser una
cubierta de protección
mientras el destructor
mataba a los primogénitos
de Egipto.
2. Panes sin levadura
Día 15 del primer mes y
los siguientes seis días.
Levítico 23:6-8.
Éxodo 12:15-20.
-Israel limpió sus casas de
levadura antes de salir de
Egipto.
-Comieron panes sin
levadura por siete días.
CUMPLIMIENTO
EN LA IGLESIA
CUMPLIMIENTO
-Jesús, el Cordero de
Dios, llegó a ser nuestro
Cordero Pascual.
-Somos liberados del
Egipto espiritual (la
muerte eterna) por la
sangre del Cordero.
-Su muerte ocurrió en la
víspera de la celebración
de la Pascua.
-Su sangre cayó sobre
Israel y sobre sus hijos
(Mateo 27:25).
-Jesús comió panes sin
levadura con los
discípulos en la cena de
la Pascua.
-El pan era un tipo de Su
cuerpo que fue partido
por nosotros.
EN NOSOTROS
-Jesús ha consumado una
obra para que podamos
experimentar
plena
salvación y entrar a poseer
una herencia espiritual.
-1 Corintios 5:6-11.
-El pecado y la iniquidad
empiezan a ser limpiados
de nuestra vida y de la
Iglesia.
LAS SIETE FIESTAS
3. Primicias
CONMEMORACIÓN EN LA
HISTORIA DE ISRAEL
-Dios abrió el Mar Rojo e
Israel lo atravesó en seco.
El día siguiente al día de
-Los egipcios fueron
Reposo.
derrotados en el mar Rojo.
Levítico 23:9-14.
-Israel fue liberado de
Éxodo 14.
Egipto para siempre:
Egipto ya no tuvo más
poder sobre Israel.
-Israel se encontró con Dios
en el monte Sinaí
50 días después de la dondehubo manifestaciones
fiesta de las Primicias.
de la presencia de Dios.
4. Pentecostés
Levítico 23:15-21.
Éxodo 19-20
-Dios quería que Israel
oyera su voz de manera
continua.
-Israel rechazó escuchar la
voz de Dios.
-Israel recibió la Ley de
Dios.
CUMPLIMIENTO
EN LA IGLESIA
CUMPLIMIENTO
-Jesús sometido a la
muerte en la cruz y
resucitado.
-Obedecemos al Señor en
el bautismo en agua.
-Jesús tomó las llaves y
derrotó a la muerte y al
Hades.
-1 Co.15:20, Cristo se
convirtió en las
Primicias.
-Jesús dio la promesa del
bautismo en el Espíritu
Santo.
-Los discípulos fueron
bautizados en el Espíritu, con
grandes manifestaciones
conforme Dios descendía.
EN NOSOTROS
-Rom. 6:1-18, el poder del
pecado es roto en nuestra
vida.
-Sepultura del viejo
hombre y resurrección del
hombre nuevo.
-Estamos sujetos al poder
y la gracia de Dios.
-Somos bautizados en el
Espíritu Santo con la
evidencia de hablar en
otras lenguas.
-El Espíritu Santo viene a
ayudarnos a vivir en una
relación con Dios, por
medio de escuchar Su voz.
-Dios escribe Sus Leyes
en las tablas de carne de
nuestro corazón.
LAS SIETE FIESTAS
CONMEMORACIÓN EN LA
HISTORIA DE ISRAEL
5. Trompetas
-Israel vagó en el desierto
38 años, hasta que pereció
la generación incrédula.
El primer día del
séptimo mes.
Levítico 23:24-25.
Deuteronomio 31:1-8.
Josué 1:1-9.
-Dios anunció un nuevo
mover para entrar a la
herencia.
CUMPLIMIENTO
EN LA IGLESIA
-Desde mediados de
1960, Dios ha estado
despertando a la Iglesia
con un entendimiento
nuevo, para que avance
y posea su herencia.
-Los judíos entendieron
que éste era un tiempo de
preparación para la gran
fiesta que está por venir:
Tabernáculos.
-Pasaron los siguientes
diez días (Días de
reverencia) poniendo las
cosas en orden para el
nuevo año.
CUMPLIMIENTO
EN NOSOTROS
-Después del bautismo en
el Espíritu pasamos una
experiencia en el desierto.
-Dios nos hace un nuevo
llamamiento para ir con
Él, para vencer y poseer la
herencia que Él nos ha
señalado.
-Experimentamos un
mover
fresco
de
arrepentimiento para
proseguir con Dios.
-Dios quiere restaurar el
mensaje
de
arrepentimiento en la
iglesia actual, para que
muchos puedan continuar.
LAS SIETE FIESTAS
CONMEMORACIÓN EN LA
HISTORIA DE ISRAEL
6. Expiación
-Israel cruzó el Jordán.
El día 10 del séptimo
mes.
-Llegaron a Gilgal donde
fueron circuncidados.
Levítico 23:27-32.
-Todo Israel afligió su
alma y ofrecieron una
ofrenda encendida.
Josué 3:5.
7. Tabernáculos
Del día 15 al 21 del
séptimo mes.
Levítico 23:34-43.
Josué 12.
2 Samuel 5:6-10.
-Israel empezó a poseer
Canaán bajo el liderazgo de
Josué.
-Dios ungió a David, quien
condujo a Israel a poseer la
tierra que Dios les había
dado y despojó a todos sus
enemigos.
-David derrotó a los
jebuseos, tomó la fortaleza
de Sion y llevó allí el Arca
del Pacto.
CUMPLIMIENTO
EN LA IGLESIA
CUMPLIMIENTO
-En este tiempo, Dios
está llamando a la
Iglesia a que se prepare
por
medio
del
arrepentimiento.
-Experimentamos una
revelación nueva del Señor,
que nos permite ver áreas en
nuestra vida que deben ser
transformadas.
-Esta es la más solemne
de las fiestas, prepara a
la Iglesia para vencer y
poseer su herencia.
-Esta fiesta aún debe ser
experimentada por la
Iglesia.
-Dios está preparando en
este tiempo, a fin de que
la Iglesia entre a la
plenitud de Su propósito.
-El tiempo del más
grande avivamiento y
cosecha de almas que el
mundo jamás ha visto.
EN NOSOTROS
-La benignidad de Dios nos
conduce al arrepentimiento.
-Tenemos victoria sobre la
vieja
naturaleza,
y
comenzamos a derrotar a
nuestros enemigos y a poseer
la herencia que Dios ha
destinado para nosotros.
-Dios quiere que derrotemos a
todos nuestros enemigos, y que
reinemos sobre la herencia que
Él ha escogido para nosotros.
-Él quiere manifestar Su gloria
a las naciones de la tierra por
medio de nosotros, y recoger
una abundante cosecha de
almas.
-Es derramada una gran unción
y gozo en nuestra vida.
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Ezequiel
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(Oseas)
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El Evangelio de Mateo
El Evangelio de Juan
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Soldados de Cristo: Una exposición de la epístola de
Pablo a los Efesios
Dando en el blanco: Una exposición de la epístola a
los Filipenses
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Hebreos: Detrás del velo
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la
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EL SALVADOR
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Urb. Buenos Aires 1
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Fax: 503 2235-1156
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HONDURAS
Instituto Bíblico Jesucristo
31 Calle entre 1a y 2a Avenida
Entre Juzgados y el Centro Médico
Col. La Granja, Tegucigalpa
Honduras, Centro América
COSTA RICA
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2377-3000
Heredia, Costa Rica, C.A.
Tel: (506) 387-0681
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ARGENTINA
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PARAGUAY
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