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conviene que
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Reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés
Por:
Gloria M. Aponte González
y
Daniel E. Salazar Aponte
Fiesta de Pentecostés, 15 de mayo de 2005
www.buzoncatolico.com
“Os conviene que Yo me vaya”: reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés.
Por Gloria M. Aponte González y Daniel E. Salazar Aponte ([email protected])
© BUZÓN CATÓLICO, 2005. www.buzoncatolico.com
Prólogo
Son muchos y muy variados los textos que se han escrito sobre el Espíritu
Santo y la Fiesta de Pentecostés: ¡esa es una gran noticia! Ojalá fuesen muchos más,
porque de las cosas importantes debemos hablar mucho, y nada hay más importante
que Dios.
Cuando decidimos realizar este opúsculo, quisimos hacerlo con la intención de
compartir con otros el tesoro que una vez recibimos, al conocer, gracias a la
Renovación Carismática, que el Espíritu de Dios está vivo y actúa en nosotros. Y como
“donde está tu tesoro, allí está tu corazón” y también “de lo que abunda en el
corazón, habla la boca”, nuestras bocas quisieron hablar de nuestro mayor y único
tesoro: Dios.
A lo largo de los años hemos visto y conocido tantos católicos que desconocen
al Espíritu de Dios: laicos y sacerdotes, principiantes en la fe y personas con un largo
trayecto al servicio de la Iglesia. No es que nosotros seamos especiales o poseamos
algún conocimiento escondido a la mayoría, pero si la gente conociera lo que nosotros
conocemos, comprenderían de manera diferente las palabras de Jesús a la mujer
samaritana, cuando le dice, cargado de dulzura y quizás de cierta melancolía, “si
conocieras quien es el que te pide de beber, si conocieras el Don de Dios…” (Jn 4,10).
Nosotros hemos conocido el Don de Dios, tan solo en parte, pero esa parte es
suficiente para saber que no hay otra agua que sea capaz de saciar los anhelos más
internos de nuestras almas. A lo largo de los años, nosotros hemos visto milagros,
curaciones prodigiosas, pusilánimes que han perdido el miedo, gente humilde y
analfabeta que aprendieron a leer y que comprenden las Escrituras mejor que
cualquier letrado, sacerdotes conflictivos sumidos en la sequedad y numerosos
problemas que luego han cambiado para reflejar a Cristo y que ahora son felices… en
fin, son tantos los ejemplos que se me pierden en la memoria. Pero sobre todas las
cosas, para nosotros el mayor testimonio somos nosotros mismos: una familia cuyo
rumbo cambio totalmente por la acción sublime del Espíritu.
Las líneas anteriores están redactadas en plural, porque hablo no solo en mi
nombre, sino en nombre de mi madre, mi abuela, mi hermano y mi cuñada. Sin
embargo, en la redacción de este trabajo solo hemos participado mi madre y yo. Ella
ha preparado, a pesar de estar convaleciente después de dos operaciones mayores,
la segunda parte, que es un compendio de oraciones al Espíritu Santo. Dice la
Escritura que “Si pues vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a sus hijos,
¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las
pidan!” (Mt 7,11). Por eso, creemos que es tan importante que el pueblo católico
pidamos incesantemente el Espíritu, y las oraciones que están al final son muy bellas
y útiles para hacerlo.
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“Os conviene que Yo me vaya”: reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés.
Por Gloria M. Aponte González y Daniel E. Salazar Aponte ([email protected])
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La primera parte contiene algunas reflexiones sobre el significado de la fiesta
de Pentecostés, partiendo de la óptica de la tradición judía y centrándonos en la
Biblia. Creo que este enfoque aporta numerosos frutos para profundizar la belleza de
esta fiesta. El lector notará la ausencia de algunos tópicos clásicos, como la
explicación de los 7 dones, etc. He constatado que estos temas aparecen en la
mayoría de los materiales disponibles en Internet, de manera que me podrán
perdonar su falta. Quizás en otro material.
Por último, solo quiero añadir algo que Dios me regaló entender la noche de
navidad pasada. Yo solía proponer algún esfuerzo o cambio en particular como regalo
de cumpleaños para Jesús, de modo que cada año preguntaba a Dios qué quería
recibir como regalo, o le ofrecía a motu propio algo que consideraba que Él apreciaría
como tal. Sin embargo, este año conseguí entender en mi interior algo que ya sabía en
mi mente: que ¡Dios no necesita nada de mí y que Él no se hizo hombre para que yo le
diese regalos, sino para darme regalos a mí!
Esto, que parece tan absurdo y ridículo, es una verdad que debemos asimilar.
Cuando oramos, comulgamos, hacemos caridad, evitamos hablar mal de alguien,
evitamos algún pecado, etc., no le hacemos favores a Dios, nos lo hacemos a nosotros
mismos. Por eso todos los misterios de la Salvación y las obras de Dios en nosotros
son llamadas dones, porque son un regalo gratuito. Y solo hace falta una cosa para
recibir un regalo: ¡querer recibirlo!
Dios está más cerca de cada uno de nosotros que nuestro propio aliento. Él
conoce todas nuestras miserias y no se escandaliza por ellas. Nos ama como somos.
Solo espera que le dejemos actuar. Todo se reduce a un simple acto de voluntad, lo
demás, claro está, se logra con trabajo y perseverancia, pero el comienzo de todo se
reduce simplemente a decir “sí”.
El Espíritu Santo es el Don de Dios. Cuando le dices “ven” y te abres a
recibirlo, entonces es Pentecostés.
Daniel E. Salazar A.
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“Os conviene que Yo me vaya”: reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés.
Por Gloria M. Aponte González y Daniel E. Salazar Aponte ([email protected])
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Primera Parte
Contenido:
Algunas reflexiones sobre el significado de la fiesta de Pentecostés,
partiendo de la óptica de la Tradición Judía (Shavuot o Fiesta de las
semanas) y centrándonos en la Biblia
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“Os conviene que Yo me vaya”: reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés.
Por Gloria M. Aponte González y Daniel E. Salazar Aponte ([email protected])
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Introducción
Después de realizar su discurso acerca del Reino de los Cielos, Jesús concluye diciendo que “todo
escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca
de sus arcas lo nuevo y lo viejo” (Mt 13,52). Nosotros intentaremos hacer eso precisamente, sacar de
lo nuevo y de lo viejo para profundizar un poco más en el significado de un gran tesoro: la venida del
Espíritu en Pentecostés.
PENTECOSTÉS: Origen de la Fiesta
La fiesta de Pentecostés, tal como la celebramos hoy, es una fiesta cristiana, pero su origen es judío.
La palabra Pentecostés proviene del latín pentecoste, y éste del griego pentekosté, familia de
pentekostós, quincuagésimo. Esta es una fiesta judía que se celebraba 50 días después de la noche de
Pascua. En hebreo era conocida como la fiesta de las semanas o Shavuot (‫)שבועות‬. El nombre proviene
de Dt 16,9-10: “Contarás siete semanas. Cuando la hoz comience a cortar las espigas comenzarás a
contar siete semanas. Y celebrarás en honor de Yahveh tu Dios la fiesta de las Semanas, con la
ofrenda voluntaria que haga tu mano, en la medida en que Yahveh tu Dios te haya bendecido”.
El rito de Shavuot consistía en lo siguiente: la fiesta se preparaba durante 7 semanas, que comenzaban
el primer día intermedio de la semana de Pascua en el mes de Nisán. Recordemos que la cena pascual
se celebraba el día 14 del mes hebreo de Nisán, y el 15 era el primer día de la fiesta de los ázimos (Ex
12,1-20; Lv 23,5-7). El rito, por tanto, se iniciaba el día 161, cuando se entrega la ofrenda del Omer o
primicias de las cosechas de cebada (una pequeña medida de cebada), comenzaba entonces la cuenta
de las siete semanas intermedias hasta el día de la ofrenda de las primicias del trigo. El conteo se
realizaba nombrando los días que habían pasado desde el 16 de Nisán, por ejemplo, el 18 se decía
"hoy es el 3º día del Omer". Al terminar la cuenta se celebraba el Shavuot.
Durante la fiesta “se ofrecían en el Templo dos becerros jóvenes, un carnero y siete corderos de un
año para holocausto (Nm 28, 26-31). Después de esto se traían las ofrendas festivas prescritas en Nm
28, 26-30: primero, la ofrenda por el pecado con la imposición de manos, confesión del pecado y
rociamiento de sangre, holocaustos y oblaciones. Se cantaba el Hallel2 y posteriormente se realizaba
la ofrenda peculiar del día, dos hogazas mecidas (trigo preparado, molido y pasado por un cedazo)
junto con el sacrificio de siete corderos de un año sin tacha, un becerro joven y dos carneros y luego
un macho cabrío por expiación y dos corderos de un año en sacrificio de ofrenda de paz (Lv 23, 29)”.3
Shavuot en la Tradición Judía
Como vemos, antropológicamente la fiesta tiene un origen agrícola, que se fundamente en el agradecer
a Dios por los dones recibidos durante la cosecha. Sin embargo, la Tradición Judía confirió a la fiesta
de las semanas, inicialmente agrícola, una profunda significación religiosa: El Don de la Torah4. Este
día se conmemoraba la entrega de la Torah al pueblo de Israel en manos de Moisés:
"La Torah dice: Yo era el instrumento con que trabajaba el Santo, bendito
sea.
1
Como la pascua de celebraba el día 14, y Jesús murió en la pascua, su resurrección debió ocurrir el día 16, justo cuando
comenzaba el conteo del Omer. Por tanto, Shavuot o Pentecostés sucedió exactamente 7 semanas después. Si contamos 7
semanas desde el Domingo de Resurrección (inclusive), la fiesta de Pentecostés cae en domingo, tal como la celebramos
actualmente.
2
El Hallel es un grupo de salmos (113-118) que se cantaban para alabar a Dios (Hal = alabar + El = Dios).
3
EDERSHEIM, ALFRED. "El Templo: su ministerio y servicios en tiempos de Cristo". Libros CLIE. España. 1990.
4
Recuerde el lector que Torah es el nombre hebreo de los primeros 5 libros de la Biblia (Génesis, Éxodo, Levítico, Números
y Deuteronomio) que en la tradición cristiana son llamados Pentateuco. La Torah contiene la Ley, y es considerada la parte
más importante de la Biblia por los judíos. A la Torah le acompañan los nebijim (profetas) y los ketubim (otros libros).
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Por Gloria M. Aponte González y Daniel E. Salazar Aponte ([email protected])
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Según es costumbre en el mundo un rey de carne y sangre que construye un
palacio, no lo construye con su propio conocimiento, sino con el conocimiento del
arquitecto; y el arquitecto no lo construye de memoria, sino que tiene pergaminos
y tablillas para saber como distribuir las habitaciones, como hacer las puertas.
Así el Santo, bendito sea: miraba a la Torah y creaba al mundo.
Y la Torah dijo: mediante el principio creó Dios. Y principio no es otra cosa
que la Torah. ¿De dónde lo deduces? El señor me ha adquirido, primicia de su
camino (Pr 8, 22)".5
"La sabiduría creadora de Dios, el instrumento, el medio, con que Dios ha
creado el universo se identifica, ya en la tradición bíblica, con la Torah: La
sabiduría hace su propio elogio, en medio de su pueblo se gloría. En la asamblea
del Altísimo abre su boca, delante de su poder se gloría: Yo salí de la boca del
Altísimo y cubrí como nube la tierra... El creador del universo me dio orden y el
que me creó dio reposo a mi tienda y me dijo: pon tu tienda en Jacob y toma Israel
en heredad... Todo esto es el libro de la alianza del Dios Altísimo, la Ley que nos
prescribió Moisés, la herencia de la asamblea de Jacob. Ella inunda de sabiduría
como el Pisón, como el Tigris en días de frutos nuevos; la que desborda
inteligencia como el Éufrates... (Si 24, 1-3. 8. 22-24).
Lo que Israel ha recibido como Don en la Torah es, por tanto, la sabiduría
misma del Creador: Miraba a la Torah y creaba al mundo: miraba a la norma
universal, a la tabla suprema de las medidas y de los valores no solo humanos sino
del universo, no solo éticos sino ontológicos. Se nota que esta imagen -miraba a la
Torah y creaba al mundo- no tiene nada que ver con la doctrina platónica de las
ideas ni con imágenes semejantes usadas por Filón. Esta Torah no es una idea, sino
la Torah concreta, con sus leyes y sus mandamientos escritos con letras".6
¿Qué significa que la Torah haya sido dada?
Como vemos, en primer lugar se le llama “don”, porque es un regalo. Nosotros no consideramos
regalo a lo que hemos adquirido con nuestro propio dinero, es producto de nuestro esfuerzo. En
cambio, cuando se nos da algo para lo cual no hemos trabajado, algo que quizás no somos capaces de
adquirir o no merecemos, le llamamos “don”.
Yahveh Dios, regala la Torah al pueblo, y de esta manera le hace suyo: “Ahora pues, si de veras
escucháis mi voz y guardáis mi alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre todos los
pueblos, porque mía es toda la tierra. Todo el pueblo respondió «Haremos todo cuanto ha dicho
Yahveh»” (Ex 19,5.8).
La Torah, como hemos visto, también representaba la Sabiduría de Dios. Bien sabemos que la Torah
es la Ley, pero ¿cómo la Ley nos hace sabios? Pues bien, Dios es suma bondad, y la Ley nos enseña lo
que es bueno y lo que es malo, de manera que la Torah nos ayuda a conocer a Dios, pues conociendo
lo bueno, vamos conociendo al origen del bien.
Lo anterior lo podemos comprender con el siguiente ejemplo: En ocasiones me ha sucedido que
escribo algo y algunas personas reconocen que lo escribí, aun sin haberlo firmado, porque están
familiarizadas con mi estilo: me van conociendo por mis obras, pero no por eso conocen mi vida. Si se
las relato en una autobiografía, ya me conocerán más profundamente. Eso mismo sucede con otras
personas y con Dios. La naturaleza es obra de Dios, contemplándola le vamos conociendo, pero no
5
TASINI, GIOVANI P. "En el Principio: interpretaciones hebreas del relato de la creación. I. El midrás". Desclée de
Brouwer. 1994.
6
Op. Cit. Ver nota al pie Nº 42. P 53.
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sabemos nada de su intimidad. La Torah en cambio es como si nos revela datos sobre la intimidad
divina, una especie de autobiografía: Si asumo el juicio de Dios sobre el bien y el mal, empezaré a
conocer cómo piensa Dios, pero para ello necesito la Ley, que me enseña lo bueno y lo malo.
En esta misma línea, la Torah es percibida como la sabiduría divina. Los humanos decimos que
conocemos íntimamente a alguien cuando conocemos su forma de pensar y de sentir y su historia. La
Sabiduría es la forma de pensar de Dios, si la conozco, le voy conociendo.
Resumiendo, el Don de la Torah es para los judíos la forma más sublime de autodonación divina.
Pascua y Shavuot
Consideremos por último, antes de pasar al N.T., la relación entre ambas fiestas. Sabemos que la
Pascua es la fiesta suprema, pues en ella se celebra la liberación de Israel. Pero, ¿qué sucedió luego de
la liberación?
Cuando el pueblo judío padecía la esclavitud en Egipto clamaron a Dios y éste les escuchó. Primero
los liberó del opresor y luego los condujo al desierto, donde hizo alianza con ellos y les otorgó la
Torah. Por esta razón, naturalmente la fiesta de Pascua debe preceder a la de Pentecostés. Pero hay un
significado mucho más profundo: los libra de la esclavitud material para darles la Ley. ¿No va esto en
contra de nuestros conceptos de libertad?
Para el hombre moderno, la libertad muchas veces es percibida como ausencia de ley: Soy libre en la
medida en que puedo decidir lo que quiera; por tanto cualquier ley es contraria a la libertad porque
ella me limita a la hora de decidir. ¿Qué sentido tiene entonces lo anterior? ¿Hacerse libres de la
esclavitud material para hacerse esclavos de Dios? Lo contrario a la Libertad es la esclavitud, no la
obediencia. La esclavitud es una limitación en nuestra capacidad de vivir y de seguir nuestra vocación,
para beneficio de otro. Como dijimos en el prólogo, Dios no nos pide nada para beneficio propio, sino
para beneficio nuestro. Por eso Él no nos esclaviza. Pero recordemos que en la Biblia la vida es
fundamentalmente conocer a Dios. Por eso, todo lo que nos limite en esa tarea es una cadena. La
verdadera esclavitud es no poder conocer a Dios.
Veamos ahora qué perspectiva nos brinda la lectura de Pentecostés en el N.T. considerando los
elementos que hemos ido estudiando.
Pentecostés en el N.T.
Todo el N.T. habla constantemente del Espíritu Santo, pero solo Lucas le dedica un capítulo al
fenómeno de Pentecostés (Hch 2). Juan se conforma con resumirlo en la expresión “Dicho esto, soplo
sobre ellos y les dijo: «Recibid al Espíritu Santo»” (Jn 20,22). Pablo desarrollará en varios pasajes la
explicación de la acción del Espíritu en nosotros.
El pasaje de Hechos 2 es bien conocido, pero desde la perspectiva de Shavuot, cobra una significación
más profunda. ¿Por qué Dios envía precisamente al Espíritu Santo por primera vez en Pentecostés?
¿Cuál es la relación con el “Don de la Torah”?
Pues bien, un elemento que debemos tener siempre en mente es que el N.T. es la forma definitiva y
perfecta de todo lo iniciado en el A.T. (cf. Mt 5,17). Así, en la pascua veterotestamentaria la liberación
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que realiza Dios es solo material, en la pascua de Cristo la liberación es integral: nos libra del pecado,
de la imposibilidad de relacionarnos con Dios, de la vida sin esperanza7.
De igual modo, el Pentecostés veterotestamentario celebraba el hecho de haber sido escogido por Dios
para ser su pueblo, para conocer su Ley, para conocerle parcialmente a través de su sabiduría, mientras
que el Pentecostés neotestamentario supera con creces y perfecciona al antiguo: si antes se había
recibido la Ley ¡ahora recibimos al autor de la Ley e inspirador de la Biblia, el Espíritu Santo! Si antes
podíamos participar tímidamente de la intimidad divina ¡ahora somos templo de lo más íntimo de
Dios, su Espíritu! Si antes fuimos libertados de la esclavitud material para conocer a Dios solo
parcialmente por la Ley, ¡ahora somos totalmente libres, «porque donde está el Espíritu del Señor,
allí está la Libertad»! (cf. 2 Co 3,17).
Vamos a desarrollar a continuación con más profundidad estos temas, y veremos que Pentecostés es
mucho más rico de lo que pensamos.
Antes la Ley, ahora al autor de la Ley
La perfección de la Ley es esta: “Que os améis los unos a los otros como yo los he amado”. (Jn 13,34).
El resumen de la Ley es este: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con
todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo” (Lc 10,27). ¿Cómo podemos
vivir a plenitud esa Ley? Es sencillo, la esencia de la Ley es el amor, y el Espíritu Santo es el Amor.
La característica por la cual distinguimos al Espíritu Santo en la Teología es precisamente que Él es el
amor que nace del Padre y del Hijo. Por eso, para intentar comprender la Trinidad, usando un ejemplo
conocido como la Analogía del Amor, se dice que el Padre es el Amante, el Hijo el Amado y el
Espíritu el Amor. El Padre es padre porque engendra a su hijo y le ama, el Hijo es hijo porque es
engendrado y es amado del Padre y ama al Padre, el Espíritu es el Amor que hay entre ambos.
El amor entre dos humanos no es una persona, es sentimiento y voluntad, una manifestación de la
presencia de Dios, pero el amor entre el Padre y el Hijo es una persona, el Espíritu Santo, porque Dios
es Amor (1 Jn 4,8). Por tanto, si la Ley consiste en amar, a partir de Pentecostés la Iglesia, que ya tenía
la Ley, recibe al Espíritu de amor, al que puede hacerle cumplir la Ley a perfección.
El Espíritu Santo, intimidad divina
Una vez le pregunté a Jesús si Él se había sentido solo. No me refería a la soledad existencial, pues
está claro que Jesús, Dios lleno de Dios, no la sufrió. Me refería más bien a la soledad humana, de
amigos, de seres cercanos. Desde entonces comprendí el pasaje de la Transfiguración (cf. Mt 17,1-8)
de manera distinta.
Ciertamente Jesús anticipó a sus discípulos la visión de su divinidad para alimentar nuestra fe, pero
también creo Jesús quiso mostrarles a sus amigos más cercanos quién era Él realmente, porque como
humano tenía la misma necesidad que tiene cualquiera de revelar su intimidad. Las personas no somos
felices si no podemos expresar lo más íntimo de nuestro ser con libertad. Más aun, no puede haber
amistad verdadera si no nos revelamos tal cual somos: “No os llamo ya siervos, porque el siervo no
sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os
lo he dado a conocer” (Jn 15,15).
7
Para entender esta afirmación, recordemos que antes de Cristo el yugo del pecado nos hacía perennemente impuros ante
Dios, y las puertas del Paraíso estaban cerradas. Bajo esta perspectiva ¿qué esperanza se podía tener?
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Dios no quiere siervos, quiere amigos. Pero para ser amigos de Dios debemos conocer la intimidad8 de
Dios, comprender su manera de pensar, de sentir, de amar. Veamos entonces cómo el Espíritu nos
hace participar del sentir de Dios:
•
Nos hace hijos: Una característica de Dios es la paternidad. El Espíritu Santo nos hace
participar de la familiaridad con Dios al hacernos hijos, pues “todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios son hijos de Dios… recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace
clamar: «Abbá, Padre»” (Cf Rm 8, 14-17).
•
Nos hace pedir y orar según el sentir de Dios: Rm 8, 26-27.
•
Nos ayuda a actuar como Dios, haciéndonos personas felices y maduras: “el fruto del
Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, dominio de sí” (Ga
5,22).
•
Nos guía a una mayor intimidad con Cristo: Recordemos que “Cuando venga él, el Espíritu
de la verdad, os guiará hasta la verdad completa” (Jn, 16,13) Esto no es más que conocer a
Cristo más profundamente, pues Cristo es la verdad (cf. Jn 14,6).
Como vemos, desde la óptica del A.T., la fiesta de Pentecostés es la perfección del antiguo Don de la
Ley, que ahora es el Don de Dios mismo que se da a la Iglesia por primera vez. Pero más que eso,
Pentecostés es la inauguración de una nueva forma de relación Dios-hombre, una nueva etapa en la
economía salvífica, en donde podemos cumplir nuestra vocación de “téleioi” (τέλειοι).
En efecto, en Mt 5,48 Jesús dice: Vosotros sean téleioi como vuestro Padre en el cielo es téleios. Este
término griego a veces se traduce como perfecto, otras como santo. En general, su significado tiene
que ver con la finalidad de algo, con su completación. Ser téleioi significa ser bien acabado, llegar a la
plenitud de la humanidad, ser maduro en el amor, vivir aquello para lo cual el Padre nos creó.
Por eso Jesús dijo esas palabras tan intrigantes y desconcertantes a sus discípulos: “Os conviene que yo
me vaya” (Jn 16, 7), porque solo con tras su ida, creyendo sin haber visto (cf. Jn 20,29),
participaríamos de la amistad plena con Dios mediante su Espíritu, que nos hace amorosos, pacientes,
dulces, fieles… ¡que nos hace vivir el amor a plenitud según se describe en 1 Co 13!
Mini Exégesis de Pentecostés
Génesis 11 nos narra la historia de la torre de Babel. El texto de por sí habla muy mal de Dios para la
mentalidad moderna, pues pareciera que Dios está en contra del progreso y Él fuera el culpable de la
desunión. Pero visto desde la perspectiva histórica, la interpretación cambia totalmente. Babel quedaba
en Babilonia, la ciudad más prominente de aquel entonces. Los antiguos babilonios construían unas
inmensas torres llamadas zigurat, coronadas con una especia de capilla en la cúspide que servía de
observatorio astronómico y de santuario. La lectura de los astros y la realización de sacrificios eran
para el pueblo babilónico la vía de conocer y controlar el futuro.
El relato bíblico plantea entonces un hecho que se repite con frecuencia. Los hombres de aquel tiempo,
como muchos de los de ahora, buscaban el progreso, la felicidad y el éxito al margen del verdadero
Dios. Por eso Yahveh, en un acto de misericordia, no les permite perseverar en su soberbia,
convirtiendo su empresa en una quimera mediante la confusión de lenguas. Así, además de explicar la
diversidad de idiomas y la existencia de zigurats, el A.T. transmite un mensaje teológico: solo se
puede progresar verdaderamente cuando Dios es el artífice principal.
En Hch 2 vemos el fenómeno contrario. Una multitud de judíos y simpatizantes, venidos de todas las
regiones del mundo antiguo, se habían congregado en Jerusalén para celebrar el Pentecostés. Entonces
8
Teológicamente hablando, la intimidad de Dios, en un sentido estricto, solo Dios la puede conocer. Pero nosotros podemos
participar de ella en tanto y cuanto Él nos lo permita. En este texto usamos el término intimidad en un sentido vivencial, de
participación profunda en lo ya revelado: soy íntimo de Dios si hago mío su sentir, su pensar, su actuar.
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“Os conviene que Yo me vaya”: reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés.
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el Espíritu se manifiesta haciendo que todos puedan entenderse entre sí, porque ahora el artífice del
verdadero progreso ya se ha manifestado: es Cristo.
En y por Cristo el hombre puede ser feliz y llegar al cielo. El Espíritu quiere manifestar esta realidad y
lo hace mediante el fenómeno de la glosolalia o hablar de lenguas, que es la antítesis de Babel.
A partir de entonces la interioridad de los discípulos cambia. Llegan a profundizar completamente lo
que Cristo les enseño y les mostró, y por tanto pierden el miedo y predican con valentía, aun frente a la
persecución y el martirio.
Un detalle importante es que el fenómeno de la venida del Espíritu se inició Pentecostés, pero no se
limita a ese instante solamente. En Hch 4,31 se repite el fenómeno como respuesta a la oración de la
comunidad. Luego en Hch 10,44-45 el Espíritu se manifiesta espontáneamente sobre los gentiles no
bautizados, y en muchos otros pasajes se habla de la acción del Espíritu en la Iglesia por medio de
dones y carismas.
Hoy que celebramos Pentecostés, celebramos que Dios nos ama y se nos ha dado de manera sublime
en su Santo Espíritu, para hacernos perfectos en el amor, amigos íntimos suyos, y personas maduras y
felices. Dios no se ha conformado con darnos regalos a medias, sino que quiso darse a sí mismo en su
Hijo y en su Espíritu, para venir a habitar en nuestros corazones (cf. Jn 14,23). La fiesta de Pentecostés
de Hch 2 fue solo un inicio, pero se puede repetir en ti y en mí, solo debemos pedir con fe y humildad.
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Segunda Parte
Contenido:
Compendio de oraciones al Espíritu Santo
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para cada uno de nosotros en este Pentecostés
2005. Y además de lo ya dicho, no me mueve
otro deseo sino el que tú conozcas también al
Santo Espíritu y te llene de dicha, pare ello me
he valido de muchas oraciones inspiradas por él
a muchos hermanos. Quiero contarte que desde
que mi familia “conoció” a ese gran desconocido
(para muchos de nosotros los católicos), nuestra
vida cambió, y en ella han sucedido a través de
los años, cosas realmente maravillosas, porque
Dios está siempre deseoso de darnos Su amor y
“Espi” como cariñosamente le llamamos al
Espíritu Santo en casa, es el “Amor“.
Son tantas las oraciones que se han escrito en
honor al Espíritu Santo a lo largo de los años
que compilarlas todas seria una ardua labor de
mucho tiempo. Para este pequeño trabajo,
tomamos oraciones de Internet y de algunos
libros que tenemos en casa. Hemos respetado la
autoría de las oraciones, pero si
involuntariamente omitimos a algún autor,
pedimos disculpas y reiteramos que la intención
de esta recopilación de oraciones es el de
incentivar al lector al conocer al Espíritu
Santo, a orarle, a ser su amigo y lleve el
“regalo” que en esta oportunidad nos ofrece a
todo el que quiera hacer uso de el. Así, de esa
manera, cuando entre en su cuarto y rece “al
que comparte con él sus secretos” (Cf. Mt 6, 6),
se llene de gracia y felicidad.
Oraciones
R e g a los d e l
Espíritu
Santo
Palabras de Inicio
¡Espíritu Santo! Dulzura de Dios, quien te
conoce no puede vivir ya sin Ti.
No hay nada que se compare a tu presencia
llena de infinita bondad.
En Ti, Espíritu Santo, tercera persona de la
Santísima Trinidad, amor sustancial entre el
Padre y el Hijo, todo lo espero, todo lo quiero,
todo me satisface porque en Ti encuentro la
alegría y la felicidad para mi y para mi
familia. La fuerza del diario vivir, del
compartir generoso en lo cotidiano, la vida
misma, la sonrisa en mi corazón. Son tantas
cosas que tengo que agradecerte… que este año
pensé en darte un pequeño presente, pero al
confeccionarlo me di cuenta que el regalo era
para mí y para todos aquellos con quienes lo
compartiera.
Querido
Hermano(a),
esta
pequeña
compilación de oraciones al Espíritu Santo
constituyen un maravilloso presente de Dios
Todo honor, amor y gloria e inmenso
agradecimiento por siempre desde el corazón de
esta familia a Ti, amado Paráclito.
Señor Espíritu Santo.
Gloria M. Aponte G.
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“Os conviene que Yo me vaya”: reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés.
Por Gloria M. Aponte González y Daniel E. Salazar Aponte ([email protected])
© BUZÓN CATÓLICO, 2005. www.buzoncatolico.com
Dales el mérito de la virtud,
dales el puerto de la salvación,
dales la felicidad eterna.
YZ
VEN, ESPÍRITU SANTO (1)
Ven, Espíritu Santo,
y envía del Cielo
un rayo de tu luz.
VEN, ESPÍRITU CREADOR (2)
Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fieles
y llena de la divina gracia los corazones,
que Tú mismo creaste.
Tú eres nuestro Consolador,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete
dones;
Tu, el dedo de la mano de Dios;
Tú, el prometido del Padre;
Tú, que pones en nuestros labios los
tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra débil carne.
Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé Tú mismo nuestro guía,
y puestos bajo tu dirección, evitaremos
todo lo nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre,
y también al Hijo;
y que en Ti, Espíritu de entrambos,
creamos en todo tiempo.
Ven, padre de los pobres,
ven, dador de gracias,
ven luz de los corazones.
Consolador magnífico,
dulce huésped del alma,
su dulce refrigerio.
Descanso en la fatiga,
brisa en el estío,
consuelo en el llanto.
¡Oh luz santísima!
llena lo más íntimo
de los corazones de tus fieles.
Sin tu ayuda,
nada hay en el hombre,
nada que sea bueno.
Lava lo que está manchado,
riega lo que está árido,
sana lo que está herido.
Dobla lo que está rígido,
calienta lo que está frío,
endereza lo que está extraviado.
Concede a tus fieles,
que en Ti confían
tus siete sagrados dones.
Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
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y al Espíritu Consolador,
por los siglos infinitos. Amén.
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
¡Oh Espíritu Santo!, alma
de mi alma, te adoro;
ilumíname, guíame,
fortifícame, consuélame,
dime que debo hacer, ordéname.
V. Envía tu Espíritu y serán creados.
R. Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos.
Oh Dios, que has iluminado los corazones
de tus hijos con la luz del
Espíritu Santo; haznos
dóciles a tu Espíritu para
gustar siempre el bien y
gozar de su consuelo. Por
Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.
Concédeme someterme a todo lo que
quieras de mí, y aceptar todo lo que
permitas que me suceda. Hazme solamente
conocer y cumplir tu voluntad.
1. El Veni, Sancte Spiritus es la Secuencia
de la misa del día de Pentecostés. Se
atribuye a Stephen Langton (m. 1228),
Arzobispo de Canterbury.
YZ
CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU
SANTO
2. El Ven, Espíritu Creador es un himno
que la Iglesia canta con frecuencia y en
diversas situaciones: en el rezo de
vísperas, en la fiesta de Pentecostés, en la
dedicación
de
una
iglesia,
en
la
Confirmación, en la Ordenación Sacerdotal
y en general, cada vez que se quiere
invocar al Espíritu Santo con solemnidad.
La autoría de el se atribuye a Rabanus
Maurus (776-856).]
Recibe, ¡oh Espíritu Santo!, la consagración
perfecta y absoluta de todo mi ser, que te hago en
este día para que te dignes ser en adelante, en
cada uno de los instantes de mi vida, en cada una
de mis acciones: mi Director, mi Luz, mi Guía,
mi Fuerza y todo el Amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a tus divinas
operaciones y quiero ser siempre dócil a tus
santas inspiraciones.
Tomado de:
http://comunidademaus.webcindario.com/or
aciones.html
¡Oh Espíritu Santo!, dígnate formarme con
María y en María según el modelo de vuestro
amado JESÚS.
YZ
ORACIONES AL ESPÍRITU SANTO
PARA PEDIR SUS 7 DONES (3)
Gloria al Padre Creador; Gloria al Hijo
Redentor; Gloria al Espíritu Santo Santificador.
Amén.
I
(Rezar un Padrenuestro por las
intenciones del Sumo Pontífice)
¡Oh Espíritu Santo!, llena de nuevo mi
alma con la abundancia de tus dones y
frutos. Haz que yo sepa, con el don de
Sabiduría, tener este gusto por las cosas
de Dios que me haga apartar de las
terrenas.
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Iglesia en la estima de las cosas terrenas,
y así aumentar mi esperanza; viviendo
para los valores eternos.
Que sepa, con el don del
Entendimiento, ver con fe
viva la importancia y la
belleza de la verdad cristiana.
Espíritu de Amor, te ruego me llenes del
don de Sabiduría, para que saboree cada
día más con qué infinito Amor soy amado,
y así aumente mi caridad a Dios y al
prójimo; actuando siempre movido por
ella.
Que, con el don del Consejo, ponga los
medios más conducentes para
santificarme, perseverar y salvarme.
Que el don de Fortaleza me haga vencer
todos los obstáculos en la confesión de la
fe y en el camino de la salvación.
Espíritu Santificador, te
ruego me llenes del don de
Consejo, para obrar de
continuo con prudencia;
eligiendo las palabras y acciones más
adecuadas a la santificación mía y de los
demás.
Que sepa con el don de Ciencia, discernir
claramente entre el bien y el mal, lo falso
de lo verdadero, descubriendo los
engaños del demonio, del mundo y del
pecado.
Espíritu de Bondad, te ruego me llenes del
don de Piedad, para practicar con todos
la justicia; dando a cada uno lo suyo: a
Dios con gratitud y obediencia, a los
hombres con generosidad y amabilidad.
Que, con el don de Piedad,
ame a Dios como Padre, le
sirva con fervorosa devoción y
sea misericordioso con el prójimo.
Finalmente, que, con el don de Temor de
Dios, tenga el mayor respeto y veneración
por los mandamientos de Dios, cuidando
de no ofenderle jamás con el pecado.
Espíritu Omnipotente, te
ruego me llenes del don
de
Fortaleza,
para
perseverar
con
constancia y confianza en el camino de la
perfección cristiana; resistiendo con
paciencia las adversidades.
Lléname, sobre todo, de tu amor divino;
que sea el móvil de toda mi vida
espiritual; que, lleno de unción, sepa
enseñar y hacer entender, al menos con
mi ejemplo, la belleza de tu doctrina, la
bondad de tus preceptos y la dulzura de
tu amor. Amén.
Espíritu de Majestad, te ruego me llenes
del don de Temor de Dios, para no
dejarme llevar de las tentaciones de los
sentidos, y proceder con templanza en el
uso de las criaturas.
II
Divino Espíritu, por los méritos de
Jesucristo y la intercesión de tu Esposa,
María Santísima, te suplico que vengas a
mi corazón y me comuniques la plenitud
de tus dones, para que, iluminado y
confortado por ellos, viva según tu
voluntad, muera entregado a tu Amor y
así merezca cantar eternamente tus
infinitas misericordias. Amén.
Ven Espíritu Santo, inflama mi corazón y
enciende en el fuego de tu Amor. Dígnate
escuchar mis súplicas, y envía sobre mí
tus dones, como los enviaste sobre los
Apóstoles el día de Pentecostés.
Espíritu de Verdad, te ruego me llenes del
don de Entendimiento, para penetrar las
verdades reveladas, y así aumentar mi fe;
distinguiendo con su luz lo que es del
buen, o del mal espíritu.
Espíritu Sempiterno, te ruego me llenes
del don de Ciencia, para sentir con la
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III
su excelencia, que permanecen intactos, aunque mas
perfectos, en el reino celestial. Merced a estos dones,
el Espíritu Santo nos mueve y realza a desear y
conseguir las bienaventuranzas, que son como flores
abiertas en la primavera, cual indicio y presagio de la
eterna bienaventuranza. Y muy regalados son,
finalmente, los frutos enumerados por el Apóstol que
el Espíritu Santo produce y comunica a los hombres
justos, aun durante la vida mortal, llenos de toda
dulzura y gozo, pues son del Espíritu Santo que en la
Trinidad es el amor del Padre y del Hijo y que llena
de infinita dulzura a las criaturas todas". León XIII,
Enc. Divinum Illud Munus, 9-V-1897.
Amor infinito y Espíritu Santificador:
Contra la necedad, concédeme el Don de
Sabiduría, que me libre del tedio y de la
insensatez.
Contra la rudeza, dame el Don de
Entendimiento, que ahuyente tibiezas,
dudas, nieblas, desconfianzas.
Contra la precipitación, el
Consejo,
que
me
libre
indiscreciones e imprudencias.
Don
de
YZ
de
las
CONSAGRACIÓN AL
ESPÍRITU SANTO
Contra la ignorancia, el Don de Ciencia,
que me libre de los engaños del mundo,
demonio y carne, reduciendo las cosas a
su verdadero valor.
Recibe, ¡oh Espíritu
Santo!,
la consagración perfecta y absoluta de
todo mi ser, que te hago en este día para
que te dignes ser en adelante, en cada
uno de los instantes de mi vida, en cada
una de mis acciones: mi Director, mi Luz,
mi Guía, mi Fuerza y todo el Amor de mi
corazón.
Contra la pusilanimidad, el Don de
Fortaleza, que me libre de la debilidad y
cobardía en todo caso de conflicto.
Contra la dureza, el Don de Piedad, que
me libre de la ira, rencor, injusticia,
crueldad y venganza.
Yo me abandono sin reservas a tus
divinas operaciones y quiero ser siempre
dócil a tus santas inspiraciones.
Contra la soberbia, el Don de Temor de
Dios, que me libre del orgullo, vanidad,
ambición y presunción.
¡Oh Espíritu Santo!, dígnate formarme con
María y en María según el modelo de
vuestro amado JESÚS.
YZ
REY CELESTE
Gloria al Padre Creador; Gloria al Hijo
Redentor; Gloria
al Espíritu Santo
Santificador. Amén.
Rey celeste, Espíritu Consolador, Espíritu de
Verdad, que estás presente en todas partes y lo
llenas todo, tesoro de todo bien y fuente de la vida,
ven, habita en nosotros, purifícanos y sálvanos, Tú
que eres bueno.
(Rezar un Padrenuestro por las
intenciones del Sumo Pontífice)
YZ
3. "El hombre justo que ya vive la vida de la divina
gracia y opera por congruentes virtudes, como el
alma por sus potencias, tiene necesidad de aquellos
siete dones que se llaman propios del Espíritu Santo.
Gracias a estos el alma se dispone y se fortalece
para seguir mas fácil y prontamente las divinas
inspiraciones: es tanta la eficacia de estos dones,
que la conducen a la cumbre de la santidad; y tanta
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Sí, Espíritu Santo, dame a conocer tu
voluntad y la voluntad del Padre.
RESPIRA EN MI
(S. Agustín)
Pues toda mi vida no quiero ser otra cosa
que un continuado perpetuo Sí a los
deseos y al querer del eterno Padre Dios.
Respira en mi
Oh Espíritu Santo
Para que mis pensamientos
Puedan ser todos santos.
Actúa en mí
Oh Espíritu Santo
Para que mi trabajo, también
Pueda ser santo.
Dibuja mi corazón
Oh Espíritu Santo
Para que sólo ame
Lo que es santo.
Fortaléceme
Oh Espíritu Santo
Para que defienda
Todo lo que es Santo.
Guárdame pues
Oh Espíritu Santo
Para que yo siempre
Pueda ser santo.
YZ
ORACIÓN AL ESPÍRITU
SANTO PARA ADQUIRIR EL
SANTO BALANCE
Señor concédeme:
-La serenidad para aceptar las cosas que
no puedo cambiar
-El valor para cambiar aquellas que puedo
-Y la sabiduría para conocer la diferencia.
Oh Espíritu Santo, amor del Padre y del
Hijo, inspírame siempre:
(Traducido del inglés por Chickie Ortigas)
-
ESPÍRITU SANTO, ALMA
DE MI ALMA
Autor: P. José Kentenich
lo que debo pensar,
lo que debo decir,
como debo decirlo,
lo que debo callar,
lo que debo escribir,
como debo de obrar.
Para procurar vuestra Gloria, el bien de
las almas y mi propia santificación.
Espíritu Santo ilumina mi entendimiento y
fortifica mi voluntad. Señor dame el
balance divino en mi vida. Gloria a ti
Señor.
Espíritu Santo, eres el alma de mi alma,
te adoro humildemente.
Ilumíname, fortifícame, guíame,
consuélame.
Y en cuanto corresponde al plan eterno
Padre Dios revélame tus deseos.
ORACIÓN DE JUAN PABLO
II
AL ESPÍRITU SANTO (4)
Dame a conocer lo que el Amor eterno
desea en mí.
Dame a conocer lo que debo realizar.
Espíritu Santo, dulce huésped del alma,
muéstranos el sentido profundo del gran
Jubileo y prepara nuestro espíritu para
celebrarlo con la fe, en la esperanza que
no defrauda, en la caridad que no espera
recompensa.
Dame a conocer lo que debo sufrir.
Dame a conocer lo que con silenciosa
modestia y en oración, debo aceptar,
cargar y soportar.
Espíritu de verdad, que conoces las
profundidades de Dios, memoria y
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profecía de la Iglesia, dirige la Humanidad
para que reconozca en Jesús de Nazaret el
Señor de la gloria, el Salvador del mundo,
la culminación de la Historia.
del silencio y de la escucha, haznos
dóciles a las muestras de tu amor y
siempre dispuestos a acoger los signos de
los tiempos que Tú pones en el curso de la
Historia.
Ven, Espíritu de amor y de paz.
Ven, Espíritu de amor y de paz.
Espíritu creador, misterioso artífice del
Reino, guía la Iglesia con la fuerza de tus
santos dones para cruzar con valentía el
umbral del nuevo milenio y llevar a las
generaciones venideras la luz de la
Palabra que salva.
A Ti, Espíritu de amor, junto con el Padre
omnipotente y el Hijo unigénito, alabanza,
honor y gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
Espíritu de santidad, aliento divino que
mueve el universo, ven y renueva la faz
de la tierra. Suscita en los cristianos el
deseo de la plena unidad, para ser
verdaderamente en el mundo signo e
instrumento de la íntima unión con Dios y
de la unidad del género humano.
4. Compuesta con ocasión del
segundo año de preparación al
Jubileo del año 2000
Tomado de:
http://www.devocionario.com/espiritu/oraci
on_3.html
Ven, Espíritu de amor y de paz.
Espíritu de comunión, alma y sostén de la
Iglesia, haz que la riqueza de los carismas
y ministerios contribuya a la unidad del
Cuerpo de Cristo, y que los laicos, los
consagrados y los ministros ordenados
colaboren juntos en la edificación del
único Reino de Dios.
ORACION AL ESPIRITU SANTO
Espíritu de consuelo, fuente inagotable de
gozo y de paz, suscita solidaridad para
con los necesitados, da a los enfermos el
aliento necesario, infunde confianza y
esperanza en los que sufren, acrecienta
en todos el compromiso por un mundo
mejor.
Espíritu Santo, ven a mi corazón; atráelo
a ti por tu poder, Oh mi Dios, y
concédeme caridad con miedo filial.
Presérvame, O inefable Amor, de cada
pensamiento
malvado;
caliéntame,
inflámame con Tu querido amor, y cada
dolor parecerá ligero para mí. Mi Padre,
mi dulce Señor, ayúdame en todas mis
acciones. Jesús, amado, Jesús, amor.
YZ
Autor: Santa Catalina de Siena.
Ven, Espíritu de amor y de paz.
(Cualquier
persona
que
se
tiene
consagrada a María según la fórmula del
Bendito Grignion de Montfort, y también
al Sagrado Corazón, encontrará los
grandes
tesoros
en
repetir
su
consagración al Espíritu Santo. La total
influencia de María nos conduce a la
intimidad con Cristo, y la humanidad de
Jesús nos conduce al Espíritu Santo, quien
nos introduce en el misterio de la
Adorable Trinidad.
Espíritu de sabiduría, que iluminas la
mente y el corazón, orienta el camino de
la ciencia y la técnica al servicio de la
vida, de la justicia y de la paz. Haz
fecundo el diálogo con los miembros de
otras religiones. y que las diversas
culturas se abran a los valores del
Evangelio.
Espíritu de vida, por el cual el Verbo se
hizo carne en el seno de la Virgen, mujer
YZ
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SOLAMENTE DEL PAN, SINO DE CADA
PALABRA QUE VIENE DE LA BOCA DE
DIOS.
ORACION DE CONSAGRACIÓN AL ESPIRITU
SANTO
Autor: José de Jesús y María
Cuantas veces te he fallado mi Señor,
cuando no obedecí tus mandamientos, te
rechace como mi Rey cuando permití que
las tentaciones de este mundo reinaran en
mi corazón, te he olvidado mi Dios cuando
mi mente ha estado tan llena de las cosas
terrenales.
O Espíritu Santo, divino Espíritu de luz y
de amor, te consagro mi intelecto, mi
corazón, mi voluntad y todo mi ser para
toda
la
eternidad.
Que mi intelecto sea siempre dócil a Tus
inspiraciones divinas y a la enseñanza de
la Santa Iglesia Católica de la cual Tu eres
infalible guía. Que mi corazón se llene
siempre con el amor el Dios y a mi
prójimo; que mi voluntad pueda estar
siempre en conformidad con la voluntad
divina, y que pueda mi vida entera ser
una imitación fiel de la vida y las virtudes
de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a
quien, con el Padre y contigo, el
Espíritu Santo, sean para siempre el
honor
y
la
gloria.
Amen
Mi Señor y mi Dios, dame hambre de tu
pan viviente, aliméntame con tu Palabra y
con el Sacramento de tu carne y tu
sangre. Dame la fortaleza para controlar
el apetito de mis sentidos, purifica y nutre
mi alma con tu alimento, el cual es hacer
la
voluntad
del
Padre
Celestial.
Tú
le
dijiste
a
Satán:
TÚ DEBES HACERLE HOMENAJE AL SEÑOR
TU DIOS, SOLAMENTE A EL DEBES
Cuántas veces las riquezas de este
mundo, las tentaciones del orgullo, de la
avaricia, de la envidia, de los celos y del
egoísmo te han destronado mi Dios de mi
corazón. Sinceramente me arrepiento de
este
insulto
a
tu
Majestad.
Jesús, dame la gracia de poder rechazar
las cosas de este mundo, de separarme
de todo lo que me rodea, y de aferrarme
fuertemente a tu espíritu dentro de mí.
(Se
conceden
300
días
de
indulgencias si se dice esta oración
una vez al día, aplicable a las almas
en purgatorio -- en consagración de Pío X.
Esta
oración
puede
ser
renovada
solamente en su primer párrafo)
Tomado de:
http://www.theworkofgod.org/Spanish/Pray
ers
Te amo con todo mi corazón, con toda mi
mente, con toda mi alma, con todas mis
fuerzas y con el espíritu que has dado.
Te adoro y te obedezco mi Señor, te
honro mi Rey, te alabo y te bendigo, y mi
corazón esta lleno de agradecimiento.
Te serviré amando a mis hermanos y
hermanas y con tu fortaleza conquistaré
el mundo, el demonio y de la carne.
ORACIÓN CONTRA LA TENTACIÓN
Autor: José de Jesús y María
Amado Jesucristo: mi Señor,
mi Rey, mi Salvador, mi Dios.
Tu que eres Dios, pero que
también fuiste hombre, tu que
fuiste tentado por el demonio como
cualquier otro ser humano, por favor
dame la fortaleza de rechazar el pecado y
la gracia de permanecer puro como tu
eres.
Reina en mi corazón con tu Poder,
Sabiduría, Amor, Paz, Gracia, Pureza,
Misericordia,
Gloria
y
Alabanza.
Tú
LOS
le
dijiste
a
SERES
HUMANOS
NO
Tú
le
dijiste
a
Satanás:
NO PONGAS AL SEÑOR TU DIOS A
PRUEBA.
Jesús, cada vez que he pecado, he
lanzado mi alma contra las rocas de la
muerte, hiriéndola mortalmente. Te he
puesto a prueba. Jesús, tú el Cordero de
Dios que quitas el pecado del mundo, por
tus santas tus heridas sana mi cuerpo, mi
Satanás:
VIVEN
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mente
y
mi
alma.
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Jesús, te he ofendido muchas veces, por
favor perdona mis pecados. Lava mis
iniquidades, límpiame de mi pecado,
purifícame, protégeme y sálvame con tu
preciosa sangre, santifícame con tu
Espíritu Santo, hazme de nuevo con tu
imagen
y
semejanza.
Reparte tus siete dones
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Amén.
Jesús, en la presencia del Inmaculado
Corazón de María por favor dime ahora:
“Esta
es
tu
madre”.
Santa Madre de Dios, mi madre,
protégeme, guíame y nútreme con el pan
celestial que tu le has dado al mundo.
Cúbreme con tu manto maternal de
pureza para que yo pueda siempre decir
NO a las tentaciones de tu adversario, el
enemigo de mi alma. Amén
YZ
LAUDES DE PENTECOSTÉS
¡El mundo brilla de alegría!
¡Se renueva la faz de la tierra!
¡Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo!
Ésta es la hora
en que rompe el Espíritu
el techo de la tierra,
y una lengua de fuego innumerable
purifica, renueva, enciende, alegra
las entrañas del mundo.
SECUENCIA DE PENTECOSTÉS
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ésta es la fuerza
que pone en pie a la Iglesia
en medio de las plazas,
y levanta testigos en el pueblo
para hablar con palabras como espadas
delante de los jueces.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Llama profunda
que escrutas e iluminas
el corazón del hombre:
restablece la fe con tu noticia,
y el amor ponga en vela la esperanza
hasta que el Señor vuelva.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.
CANCIÓN DE SAN JUAN DE LA CRUZ
¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!;
pues ya no eres esquiva,
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
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Ven a mí, Espíritu Santo,
agua viva que lanza a la vida eterna:
concédeme la gracia de llegar
a contemplar el rostro del Padre
en la vida y en la alegría sin fin.
Amén.
acaba ya, si quieres;
rompe la tela de este dulce encuentro.
¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado!,
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga;
matando, muerte en vida la has trocado.
ORACIÓN DE LA LITURGIA
BIZANTINA
Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores,
calor y luz dan junto a su Querido!
Rey celestial, Consolador,
Espíritu de la verdad, que estás presente en
todas partes y lo llenas todo.
Tesoro de todo bien y Fuente de vida, ven y
haz de nosotros tu morada, purifícanos de
toda mancha y salva nuestras almas,
¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno,
donde secretamente solo moras,
y en tu aspirar sabroso de bien y gloria
lleno,
cuán delicadamente me enamoras!
Tú que eres bueno.
YZ
VEN, ESPÍRITU DE
AMOR Y DE PAZ.
YZ
Espíritu creador, misterioso artífice del
Reino, guía la Iglesia con la fuerza de
tus santos dones para cruzar con valentía
el umbral del nuevo milenio y llevar a
las generaciones venideras la luz de la
Palabra que salva.
ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN
Ven a mí, Espíritu Santo,
Espíritu de sabiduría:
dame mirada y oído interior
para que no me apegue a las cosas
materiales,
sino que busque siempre las realidades
del Espíritu.
Espíritu de santidad, aliento divino que
mueve el universo, ven y renueva la faz
de la tierra. Suscita en los cristianos el
deseo de la plena unidad, para ser
verdaderamente en el mundo signo e
instrumento de la íntima unión con Dios
y de la unidad del género humano.
Ven a mí, Espíritu Santo,
Espíritu de amor:
haz que mi corazón
siempre sea capaz de más caridad.
Ven a mí, Espíritu Santo,
Espíritu de verdad:
concédeme llegar al conocimiento de la
verdad
en toda su plenitud.
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de nosotros, en cada uno de nuestros
hogares, en cada uno de nuestros equipos;
para que podamos vivir el sacramento del
matrimonio
como un lugar de amor, un camino de
felicidad y un medio de santidad.
AMÉN.
YZ
CAMINAR EN EL ESPÍRITU
VEN, ESPÍRITU DE AMOR Y DE PAZ.
Autor: Fray Diego González
Espíritu de comunión, alma y sostén de
la Iglesia, haz que la riqueza de los
carismas y ministerios contribuya a la
unidad del Cuerpo de Cristo, y que los
laicos, los consagrados y los ministros
ordenados colaboren juntos en la
edificación del único Reino de Dios.
Espíritu Santo,
eres viento:
llévame donde quieras;
Eres brisa: déjame respirar lo nuevo;
Eres fuerza: levántame del suelo;
Espíritu de consuelo, fuente inagotable
de gozo y de paz, suscita la solidaridad
para con los necesitados, da a los
enfermos el aliento necesario, infunde
confianza y esperanza en los que sufren,
acrecienta en todos el compromiso por
un mundo mejor.
Eres vida: dame pasión por la vida;
Eres alimento: nútreme de tu savia;
Eres luz: ilumíname con tus rayos;
Eres calor: calienta mi existencia;
VEN, ESPÍRITU DE AMOR Y DE PAZ.
Eres libertad: hazme libre;
ORACIÓN DEL ESPIRITU
SANTO DE LOS EQUIPOS
DE NUESTRA SEÑORA
Eres fecundidad: cúbreme con tu sombra;
Eres agua viva: dame de beber;
Espíritu Santo,
tú eres el aliento del Padre y
Eres respuesta: dame fuerza para decir sí al
Padre, al Hijo y a ti, Espíritu Santo.
del Hijo
en la eternidad dichosa; tú nos has sido
enviado por Jesús para hacernos comprender
lo que él nos ha dicho y guiarnos hacia la
verdad completa; tú eres para nosotros
aliento de vida,
aliento creador, aliento santificador;
tú eres quien renueva todas las cosas.
Humildemente te pedimos que nos animes y
habites en nosotros: en cada uno y cada una
YZ
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“Os conviene que Yo me vaya”: reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés.
Por Gloria M. Aponte González y Daniel E. Salazar Aponte ([email protected])
© BUZÓN CATÓLICO, 2005. www.buzoncatolico.com
Torrente de Dios,
fecunda los desiertos de mi vida
y renuévame.
VEN, CREADOR, ESPÍRITU AMOROSO
Autor: Ángel Sanz Arribas
Ven, Creador, Espíritu amoroso,
ven y visita el alma que a ti clama
y con tu soberana gracia inflama
los pechos que criaste poderoso.
Fuerza de Dios,
rompe las cadenas de mis esclavitudes
y libérame.
Alegría de Dios,
aleja los fantasmas de mis miedos
y confórtame.
Tú, que abogado fiel eres llamado,
del Altísimo don, perenne fuente,
de vida eterna, caridad ferviente,
espiritual unción, fuego sagrado.
Aliento de Dios,
despliega las alas de mi espíritu
y lánzame.
Tú te infundes al alma en siete dones,
fiel promesa del Padre soberano;
tú eres el dedo de su diestra mano;
tú nos dictas palabras y razones.
Vida de Dios,
destruye las sombras de mi muerte
y resucítame.
Ilustra con tu luz nuestros
sentidos, del corazón ahuyenta
la tibieza, haznos vencer la
corporal flaqueza con tu eterna
virtud fortalecidos.
Ven, Espíritu Paráclito,
Espíritu creador y santificador,
Espíritu renovador y consolador,
Espíritu sanador y pacificador.
Por ti nuestro enemigo desterrado,
gocemos de paz santa duradera,
y siendo nuestro guía en la carrera,
todo daño evitemos y pecado.
Ven y concede hoy a tu Iglesia,
reunida en el Cenáculo
con María,
la experiencia de Pentecostés.
Por ti al eterno Padre conozcamos,
y al Hijo, soberano omnipotente,
y a ti, Espíritu, de ambos procedente
con viva fe y amor siempre creamos.
Tomado de:
http://www.franciscanos.org/
YZ
YZ
ESPÍRITU DIVINO
CONSAGRACIÓN DE LA "OBRA" DEL
ESPÍRITU SANTO
Luz de Dios,
disipa la tiniebla de mis dudas
y guíame.
¡Oh Amor, centro y vida de la Trinidad
Espíritu Santo!, ven a mí con tus dones y
con tu Amor, me consagro totalmente a Ti
para que obres en mí tu "Misterio de
AMOR", el que empezaste a realizar el día
de mi bautismo y que ahora quiero renovar
en cada instante de mi vida.
Que tu gracia acompañe siempre todas mis
Fuego de Dios,
derrite el hielo de mi indiferencia
y abrásame.
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“Os conviene que Yo me vaya”: reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés.
Por Gloria M. Aponte González y Daniel E. Salazar Aponte ([email protected])
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acciones y las transforme en ofrenda
permanente para gloria del Padre y bien de
todos los hombres mis hermanos. Amen
apreciar y estimar los bienes del cielo y
muéstranos los medios para alcanzarlos.
Gloria...
2º DON
YZ
Ven, Espíritu Santo, por tu don de
Entendimiento, ilumina nuestras mentes
respecto a los misterios de la salvación, para
que podamos comprenderlos perfectamente y
abrazarlos con fervor. Gloria...
NOVENA BREVE AL ESPÍRITU SANTO
Luego de la ascensión del Señor, los apóstoles
tuvieron una honda experiencia del Espíritu
Santo en sus vidas. De esa experiencia nació la
Iglesia. Preparémonos para la fiesta de
Pentecostés, oremos y reflexionemos en torno a
este misterio de amor. Por la señal, etc.
3º DON
Ven, Espíritu Santo, por tu don de Consejo,
inclina nuestros corazones a actuar con rectitud
y justicia para beneficio de nosotros mismos y
de nuestros semejantes. Gloria...
Señor mío Jesucristo, etc.
La novena del Espíritu Santo es de suma
importancia para todo cristiano ya que fue la
primera que celebraron los Apóstoles con la
Virgen María en el Cenáculo. Allí aguardaron
con recogimiento y oración su venida y
recibieron sus abundantes y maravillosos
dones.
4º DON
Ven, Espíritu Santo, por tu don de
Fortaleza, fortalécenos con tu gracia contra los
enemigos de nuestra alma, para que podamos
obtener la corona de la victoria. Gloria...
“Recuerda, pues, que has recibido el sello del
Espíritu, espíritu de sabiduría y de inteligencia,
espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de
ciencia y de piedad, espíritu del santo temor, y
conserva lo que has recibido. Dios Padre te ha
sellado, Cristo el Señor te ha confirmado y ha
puesto en tu corazón, como prenda suya, el
Espíritu Santo, como te enseña el Apóstol.”
5º DON
Ven, Espíritu Santo, por tu don de Ciencia,
enséñanos a vivir entre las cosas terrenos para
así no perder las eternas. Gloria…
6º DON
San Ambrosio, Tratado sobre los misterios, 2930
Ven, Espíritu Santo, por tu don de Piedad,
inspíranos a vivir sobria, justa, y piadosamente
en esta vida, para alcanzar el cielo en la otra
vida. Gloria...
ORACIONES PARA
TODOS LOS DÍAS
7º DON
Ven, Espíritu Santo, llena los
corazones de tus fieles y enciende en ellos la
llama de tu amor. Oh, Dios, que con la luz del
Espíritu Santo iluminas los corazones de tus
fieles, concédenos que guiados por el mismo
Espíritu, disfrutemos de lo que es recto y nos
gocemos con su consuelo celestial.
Ven, Espíritu Santo, por tu don de Temor de
Dios, hiere nuestros cuerpos con tu temor para
así trabajar por la salvación de nuestras almas.
Gloria...
ORACIÓN
1º DON
Oh Dios, que has unido las naciones en la
confesión de tu nombre, concédenos que los
que han renacido por el agua del bautismo,
tengan la misma fe en sus corazones y la
misma
piedad
en
sus
acciones.
Ven, Espíritu Santo, por tu don
Sabiduría, concédenos la gracia de
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“Os conviene que Yo me vaya”: reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés.
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Ahora me rindo para recibir Tus Dones de
Santificación:
Espíritu
de
Sabiduría
e
Inteligencia, Espíritu de Consejo y Fortaleza,
Espíritu de Ciencia y Temor de Yahvé. Necesito
dones en mi vida, para mi crecimiento como
cristiano.
Oh Dios, que enviaste el Espíritu Santo a los
apóstoles, oye las oraciones de tus fieles para
que gocen de la verdadera paz, quienes por tu
gracia, han recibido el don de la verdadera fe.
Te suplicamos, Oh Dios, que tu Santo Espíritu
encienda en nuestros corazones esa llama que
Cristo trajo a la tierra y deseó ardientemente
fuera encendida.
Me rindo y Te pido que envíes la manifestación
de Tus Dones de Servicio: Sabiduría, Ciencia,
Fe,
Curaciones,
Milagros,
Profecía,
Discernimiento de espíritus, Diversidad de
lenguas e Interpretación de lenguas. Lo
necesito para ser testigo en un mundo doliente.
Sólo en Tu Poder, guiado por Tu Espíritu puede
ser fructífera mi vida.
Inflama, Oh Señor, nuestros corazones con el
fuego del Espíritu Santo, para que te sirvamos
castos de cuerpo y limpios de corazón.
Enriquece,
Señor,
nuestros
corazones derramando con plenitud
tu Santo Espíritu por cuya sabiduría
fuimos creados y por cuya
providencia somos gobernados.
Ven, Espíritu Santo. Ven, Espíritu Santo. Lo
quiero todo envuelto en el mayor de los dones:
el Amor. Derríteme, moldéame, lléname,
úsame.
Te
suplicamos,
Oh
Dios
Todopoderoso y Eterno, que tu
Santo Espíritu nos defienda y habite en
nuestras almas, para que al fin, seamos los
templos de su gloria.
Te pedimos, Señor, que según la promesa de tu
Hijo, el Espíritu Santo nos lleve al conocimiento
pleno
de
toda
la
verdad
revelada.
Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Tomado de: Devocionario.com
http://www.aciprensa.com/Oracion
YZ
Dame oportunidades para usar Tus dones, para
revelar Tu Amor y Tu Misericordia.
ORACIÓN PARA DEJAR FLUIR LOS DONES
DEL ESPÍRITU SANTO
Ensánchame, Señor. No limitaré Tus dones con
mi percepción de lo que yo pueda manejar.
Espíritu Santo, aumenta mi capacidad. Obre en
mí poderosamente.
Del Movimiento de Renovación Carismática
Quiero que cada propósito que Dios tiene para
mi vida se cumpla: Te necesito, poderoso
Espíritu de Dios, para que se cumpla ese
propósito.
Ven, Espíritu Santo, y bautízame con el Fuego
de Tu Amor. Me he rendido lo mejor que he
podido, y ahora quiero que me llenes con Tu
Espíritu. Necesito Tu poder en mi vida. Por
favor, ven y lléname ahora.
Ven, Espíritu Santo, ven.
Al fluir a través de mí para dirigir a otros, sé que
Tú estás fluyendo en mí para sanar mi vida
también. Gracias por inundar los sitios
profundos de mi vida con Tu Amor intenso.
Señor, creo que cuando me rindo ante Ti como
Señor, nos hacemos Uno. Tú eres la Vid y yo
soy el sarmiento. Todo lo que eres está en mí.
Mi vida fluye ante Ti. Creo que al rendirme y
pedir, Tú liberarás Tu Fuerza, Sabiduría,
Sanación, para llenar mis actuales necesidades.
Gracias por lavar y limpiar cualquier herida y
cicatrices del pasado que aún tienen poder para
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Te pido humildemente fidelidad a todos Tus
deseos e inspiraciones y entrega completa y
amorosa a Tu divina acción.
dominar mis pensamientos y reprimir mi libertad
física y emocional.
Gracias por traer luz a las
tinieblas
y
calor
a
cualquier habitación fría y
oscura de mi alma.
Espíritu
Santo
Compasivo, gracias por
venir a quitar lágrimas no
lloradas, penas de luto, el dolor de pérdidas, los
traumas, miedos, heridas emocionales tan
dolorosas que estaban enterradas vivas.
¡Oh, Espíritu Creador! Ven, ven a obrar en mí la
renovación por la cual ardientemente suspiro;
renovación y transformación tal que sea como
una nueva creación, toda de gracia, de pureza y
de amor, con la que dé principio de veras a la
vida enteramente espiritual, celestial, angélica y
divina que pide mi vocación cristiana.
¡Espíritu de Santidad! Concede a mi alma el
contacto de Tu pureza, y quedará más blanca
que la nieve. ¡Fuente sagrada de inocencia, de
candor y de virginidad! Dame a beber de Tu
agua divina, apaga la sed de pureza que me
abrasa, bautizándome con aquel bautismo de
fuego cuyo divino baptisterio es Tu divinidad,
eres Tú mismo.
Espíritu de Sabiduría, gracias por llegar hasta la
raíz de las causas de cualquier fallo crónico.
Espíritu Santo Amoroso, gracias por pasar
conmigo a través de mis años de infancia y
enfrentarte al pasado conmigo. Gracias
por recordarme que el Amor de Cristo
siempre estaba ahí, llenando las
brechas entre el Amor que necesitaba y
el Amor que recibía.
Envuelve todo mi ser con sus purísimas llamas.
Destruye, devora, consume en los ardores del
puro amor todo cuanto haya en mí que sea
imperfecto, terreno y humano; cuanto no sea
digno de Ti.
Te alabo, Jesús. Que esto sea una
oportunidad para una efusión más profunda del
Espíritu, a la par que se está liberando una gran
parte de mi vida emocional
Que Tu divina unción renueve mi consagración
como templo de toda la Santísima Trinidad y
como miembro vivo de Jesucristo, a quien, con
mayor perfección aún que hasta aquí, ofrezco
mi alma, cuerpo, potencias y sentidos con todo
cuanto soy y tengo.
¡Gracias, Espíritu Santo, por Tu presencia
conmigo, fluyendo libremente en mí, a través de
mí!
¡Gracias por ser mi Amigo, mi Maestro, mi
Consuelo, mi Consejero, mi Intercesor y el
dador de dones extraordinarios! ¡Gracias
especialmente por (...)!
Hiéreme de amor, ¡oh, Espíritu Santo!, con uno
de esos toques íntimos y sustanciales, para
que, a manera de saeta encendida, hiera y
traspase mi corazón, haciéndome morir a mí
mismo y a todo lo que no sea el Amado.
Tránsito feliz y misterioso que Tú sólo puedes
obrar, ¡oh, Espíritu Divino!, y que anhelo y pido
humildemente.
YZ
CONSAGRACIÓN AL
ESPÍRITU SANTO
("El Gran Desconocido", A.
Royo Marín)
Cual carro divino de fuego, arrebátame de la
tierra al cielo, de mí mismo a Dios, haciendo
que desde hoy more ya en aquel paraíso que es
Su corazón. Infúndeme el verdadero espíritu de
mi vocación y las grandes virtudes que exige y
son prenda segura de santidad: el amor a la
cruz y a la humillación y el desprecio de todo lo
transitorio.
¡Oh, Espíritu Santo, lazo divino que unes al
Padre con el Hijo en un inefable y estrechísimo
lazo de amor! Espíritu de luz y de verdad,
dígnate derramar toda la plenitud de Tus dones
sobre mi pobre alma, que solemnemente Te
consagro para siempre, a fin de que seas su
preceptor, su director y su maestro.
Dame, sobre todo, una humildad profundísima.
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Ordena en mí la caridad y embriágame con el
vino que engendra vírgenes.
En Ti pongo mi confianza, pues nos guardas a
la sombra de Tu Amor.
Que mi amor a Jesús sea perfectísimo, hasta
llegar a la completa enajenación de mí mismo, a
aquella celestial demencia que hace perder el
sentido humano de todas las cosas, para seguir
las luces de la fe y los impulsos de la gracia.
Purifícanos
de
nuestras
imperfecciones conscientes e
inconscientes y auméntanos
en fortaleza, consejo, ciencia e
inteligencia y, según Tu
maternal designio, crea en
nosotros una mente santa, un
corazón puro y un cuerpo sano.
Recíbeme, pues, ¡oh, Espíritu Santo!; que del
todo y por completo me entregue a Ti.
Acrecienta en nosotros el Amor y la Sabiduría
de Cristo para que obrando según la Voluntad
del Padre - en quienes vives como un solo Dios
verdadero - fructifiquemos - en Jesucristo – en
caridad, bondad y afabilidad, paciencia,
mansedumbre y entereza, fidelidad, continencia
y castidad modestia, gozo y paz.
Poséeme, admíteme en las castísimas delicias
de Tu unión, y en ella desfallezca y expire de
puro amor al recibir Tu ósculo de paz. Amén.
Y alcánzanos - de El - lo que nosotros no
sabemos pedir. AMEN
CORONA EN HONOR AL
ESPÍRITU SANTO
YZ
Autor: Daniel Salazar y Mª Verónica
Moreno G.
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
1-Señal de la Cruz
Espíritu Santo - acción de Dios Omnipotente Os adoro profundamente en la majestad y
grandeza del cosmos estelar y su matemática
precisa, del planeta Tierra que habitamos y del
cuerpo que los hombres encarnamos, pues Tus obras - son perfectas.
2- V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca anunciará tus alabanzas
V. Oh, Dios, ven en mi ayuda.
R. Señor apresúrate a socorrerme
3- Gloria
Espíritu Santo - Dios dador de Vida - que
mantienes en existencia a toda cosa y criatura
en cada presente, perdona nuestra ignorancia y
enséñanos a saber amar, respetar y cuidar tu
obra planetaria, en los animales, en las plantas,
en la tierra y en nuestro propio cuerpo, pues
todo está hecho y mantenido - por Ti - según Tu
Amor.
4- V. Oh, Dios que aleccionaste los corazones
de los fieles con la ciencia del Espíritu Santo,
has que guiados por ese mismo Espíritu
saboreemos la dulzura del bien y gocemos
siempre de sus divinos consuelos. Por Cristo,
Señor Nuestro.
R. Amén.
Espíritu Santo - Dios Madre dulcísimo - Te doy
gracias porque guías todas las circunstancias
de nuestra vida - en la tierra - con Tu maternal
Providencia.
5- V. En el principio el Espíritu de Dios se movía
sobre las aguas (Gen 1,2)
R. Llenando toda la creación del esplendor
de su Luz
Amplía nuestra consciencia para que - atentos,
sin distracción, a Tu soplo inspirador - las
vivencias de cada instante nos sean
provechosas.
6- V. Ven Espíritu Santo, llena los corazones de
tus fieles.
R. Y enciende en ellos el fuego de tu Amor.
Amén
7- Estación y lectura Bíblica meditada
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YZ
8- Decir 5 veces:
V. Envía, Señor, tu Santo Espíritu y será
una nueva creación.
R. Y renovarás la faz de la tierra en un nuevo
Pentecostés
ORACIÓN AL ESPÍRITU
SANTO
Autor: Cardenal Verdier
9- Gloria, adoración y bendición a Ti, Eterno y
Divino Espíritu, que has portado sobre esta al
Salvador de nuestras almas. Y gloria y honor a
Tu adorabilísimo Corazón, que nos ama con un
amor infinito.
Oh Espíritu Santo,
Amor del Padre, y del Hijo,
Inspírame siempre
lo que debo pensar,
lo que debo decir,
10- Después de meditar las 5 estaciones:
¡Oh, Espíritu Santo! Alma del alma mía, yo te
adoro: ilumíname, guíame, fortifícame,
consuélame, enséñame lo que debo hacer,
dame tus órdenes. Te prometo someterme a
todo lo que tú permitas que me suceda,
solamente hazme conocer Tu voluntad.
cómo debo decirlo,
lo que debo callar,
cómo debo actuar,
lo que debo hacer,
para gloria de Dios,
Bien de las almas
Y mi propia Santificación.
Espíritu Santo,
Dame agudeza para
entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.
Dame acierto al empezar
dirección al progresar
y perfección al acabar. Amén.
11- Recitar las letanías.
12- Concédenos, Padre Misericordioso, que tu
Divino Espíritu nos ilumine, nos inflame nos
purifique, de modo que pueda El penetrar en
nosotros con su celeste rocío y llenarnos de
obras buenas. Por los méritos de Jesús, Tu
Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del
Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amén.
13.- V- El Señor es el Espíritu
R.- Y donde está el Espíritu del Señor, allí
está la libertad. (2Cor 3,17)
YZ
14- Gloria
Estaciones:
ORACIÓN
1-El Espíritu Santo en la Anunciación (Lc
1,34-35)
2-Isabel llena del Espíritu Santo en la
Visitación (Lc 1,39-42)
3-Jesús recibe el Bautismo de Juan (Mt 3,1317)
4- Los Apóstoles reciben el Espíritu Santo
(Jn 20,21-23)
5-La venida del Espíritu Santo en
Pentecostés (Hch 2,1-4)
Señor, envíanos tu Espíritu de Sabiduría e
Inteligencia para que comprendamos tu Palabra.
Envíanos tu Espíritu de Prudencia y Valentía
para que la pongamos en práctica.
Envíanos tu Espíritu de Conocimiento y Santo
Temor para conocerte más a través de ella.
Y Envíanos tu Espíritu de Caridad y Amor
para que seamos semejantes a Ti.
Amén.
2. Invocación al Espíritu Santo
“Señor abre mis labios y mi boca anunciará tus
alabanzas Señor ven en mi ayuda, apresúrate a
socorrerme. Ven Espíritu Santo llena los
corazones de tus fieles y enciende en ellos el
fuego de tu amor.”
YZ
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“Os conviene que Yo me vaya”: reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés.
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Oración al Espíritu Santo
vaya contra la justicia.
Que ningún egoísmo reduzca en mí
los espacios infinitos del amor.
Autor: Beato Santiago Alberione, fundador de la
Familia Paulina
Divino Espíritu Santo, amor eterno
del Padre y del Hijo: te adoro, te
doy gracias, te amo y te pido perdón
por todas las veces que te ha
contristado en mí y en mi prójimo.
Todo sea grande en mí.
También el culto a la verdad y a la prontitud
en mi deber hasta la muerte.
Que la efusión de tu Espíritu de amor
venga sobre mí, sobre la Iglesia y sobre el
mundo entero.
A ti Santo Espíritu de Verdad consagro mi mente,
fantasía y memoria: ilumíname. Haz que conozca a
Jesucristo y comprenda su Evangelio y la doctrina
de la Santa Iglesia. Aumenta en mí el don de
sabiduría, de ciencia, de inteligencia y de consejo.
YZ
A ti Espíritu Santificador consagro mi voluntad.
Guíame para hacer lo que te agrada. Dame fuerza
para cumplir con los mandamientos y mis deberes.
Concédeme el don de fortaleza y el santo temor de
Dios.
Al Espíritu de Dios.
Espíritu Santo, artífice de la Creación:
Tú que con dulzura aleteabas sobre las aguas
originales y asististe al Padre cuando dijo:
Hágase la Luz.
A ti Espíritu Vivificador consagro mi corazón:
protege y aumenta en mí la gracia divina.
Concédeme el don de piedad.
Tú que a un solo soplo hiciste crecer montañas y
brotar ríos, y separaste las aguas del mar para
hacer libre a tu pueblo.
Amén
Tú eres la Promesa del Padre
que Jesús envió el Día Grande
de Pentecostés, y que se hizo
parte nuestra el Día Grande de
nuestro bautismo.
YZ
Oración al Espíritu Santo.
Espíritu Santo,
perfecciona la obra que Jesús comenzó en mí.
Espíritu Santo, Tú que creaste
al mundo y que habitas en nuestros corazones
pues son tu templo: Regálanos un corazón
nuevo!
Apura para mí el tiempo
de una vida llena de tu Espíritu.
Crea en nosotros un nuevo corazón: Manso y
Humilde, Compasivo y Misericordioso, Paciente
e ilimitado para dar y recibir Amor. Crea en
nosotros una conciencia recta, que nunca nos
dobleguemos ante las injusticias del mundo ni
nos dejemos llevar por la mentira, por la envidia,
por la avaricia, por la lujuria, por el miedo, por
la soberbia y por tantos otros males que Tú bien
conoces.
Mortifica en mí la presunción natural.
Quiero ser sencillo, lleno de amor de Dios
y constantemente generoso.
Que ninguna fuerza humana me impida
hacer honor a mi vocación cristiana.
Que ningún interés, por descuido mío,
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-Amor substancial del Padre y del Hijo,
-Amor y vida de las almas santas,
-Fuego siempre ardiendo,
-Agua viva que apagáis la sed de los
corazones,
-De todo mal,
-De toda impureza de alma y cuerpo,
-De toda gula y sensualidad,
-De todo afecto a los bienes terrenos,
-De todo afecto a cosas y a criaturas,
-De toda hipocresía y fingimiento,
-De toda imperfección y faltas
deliberadas,
-Del amor propio y juicio propio,
-De la propia voluntad,
-De la murmuración,
-De la doblez a nuestros prójimos,
-De nuestras pasiones y apetitos
desordenados,
-De no estar atentos a vuestra inspiración
Santa,
-Del desprecio a las cosas pequeñas,
-De la glotonería y malicia,
-De todo regalo y comodidad,
-De querer buscar o desear algo que no
seáis Vos,
-De todo lo que te desagrade,
-De todo pecado e imperfección y de todo
mal,
Concédenos ser amables y comprensivos,
amorosos, fraternos, con un corazón
siempre abierto y alegre al sabernos
hermanados, consolados y salvados por
el Amor del Padre, la Misericordia del
Hijo y la Comunión del Espíritu Santo:
un solo Dios.
Concédenos usar nuestras habilidades,
aptitudes e inteligencia con sabiduría y
adórnanos con tus dones y tus frutos.
Danos sinceridad para hablarte y
confiar en Ti. Danos la fe, la esperanza
y la caridad.
Regálanos sobre todo el sentirnos y sabernos
hijos de Dios y amigos tuyos
y así, en cada amanecer, en cada momento, fácil
ó difícil, poder decir con amor, alegría y
esperanza: Bienvenido seas (a mi corazón y a mi
vida) Señor Jesús!
-Padre amantísimo, Perdónanos.
Letanías al Espíritu Santo
-Divino Verbo, Ten misericordia de
nosotros.
-Señor,
-Jesucristo, (Ten Piedad)
-Santo y Divino Espíritu, No nos dejes
hasta ponemos en la posesión de la
Divina Esencia,
Cielo de los cielos.
-Señor,
-Dios, Padre celestial,
-Dios, Hijo, Redentor del mundo,
-Dios, Espíritu Santo,
-Trinidad Santa, que sois un solo Dios,
(Ten Piedad)
(Se responde a continuación: Líbranos
Espíritu Santo)
-Divina Esencia, Dios verdadero y único,
-Espíritu de verdad y de sabiduría,
-Espíritu de santidad y de justicia,
-Espíritu de entendimiento y de consejo,
-Espíritu de caridad y de gozo,
-Espíritu de paz y de paciencia,
-Espíritu de longanimidad y
mansedumbre,
-Espíritu de benignidad y de bondad,
-Cordero de Dios, que borras los pecados
del mundo, Enviadnos al divino
Consolador.
-Cordero de Dios, que borras los pecados
del mundo, Llenadnos de los dones de
vuestro Espíritu.
-Cordero de Dios, que borras los pecados
del mundo, Haced que crezcan en
nosotros los frutos del Espíritu Santo.
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Ven, ¡oh Santo Espíritu!, llena los
corazones de tus fieles y enciende
en ellos el fuego de tu amor.
Tú, promesa magnífica del Padre,
Que el torpe labio vienes a soltar;
Con tu luz iluminas los sentidos,
Los afectos inflaman con tu amor;
Con tu fuerza invencible corrobora
La corpórea flaqueza y corrupción.
V. Envía tu Espíritu y todo será
creado.
R. Y se renovará la faz de la tierra.
Lejos expulsa al pérfido enemigo,
Envíanos tu paz;
Siendo Tú nuestro Guía,
Toda culpa logremos evitar;
Oremos
¡Oh Dios!, que habéis instruido los
corazones de los fieles con la luz del
Espíritu Santo, concedednos, según el
mismo Espíritu, conocer las cosas rectas y
gozar siempre de sus divinos consuelos.
Por Jesucristo, Señor nuestro. R. Amén.
Danos tu influjo a conocer al Padre,
Danos también al Hijo a conocer,
Y del uno y del otro, oh Santo Espíritu,
En Ti creamos con sincera fe.
http://www.devocionario.com/espiritu/letania_1.ht
ml
Dios Padre alabanza, honor y gloria,
Con el Hijo que un día resucitó
De entre los muertos; y al feliz Paráclito
De siglos en la eterna sucesión.
Oración
NOVENA AL
ESPIRITU SANTO
Oh Divino amor, oh lazo sagrado que unes al Padre y
al Hijo, Espíritu Todopoderoso, consolador de los
afligidos, penetra en los profundos abismos de mi
corazón. Derrama tu refulgente luz sobre estos
lugares incultos y tenebrosos, y envía tu dulce rocío a
esta tierra desierta, para reparar su larga aridez.
Envía los rayos celestiales de tu amor hasta el fondo
más misterioso del hombre interior, a fin de que
penetrando en él, enciendan el vivísimo fuego que
consume toda debilidad y toda languidez. Ven, pues,
ven, dulce consolador de las almas desoladas,
refugio en los peligros y protector en las tribulaciones.
Ven, Tú que lavas las almas de sus manchas y curas
sus heridas. Ven, fuerza del débil y apoyo del que
cae. Ven, doctor de los humildes y vencedor de los
orgullosos. Ven, padre de los huérfanos, esperanza
del pobre y vida del que comenzaban a languidecer.
Ven, estrella de los navegantes y puerto de los
náufragos. Ven, fuerza de los vivos y última
esperanza de los que van a morir. Ven, oh Espíritu
Santo. Ven, y ten misericordia de mí. Dispón de tal
suerte mi alma y condesciende con mi debilidad con
tanta dulzura, que mi pequeñez encuentre gracia
delante de tu grandeza infinita; mi impotencia delante
de tu fuerza, y mis ofensas delante de la multitud de
tus misericordias; por Nuestro Señor Jesucristo mi
Salvador, que con el Padre vive y reina en tu unidad
por todos los siglos de los siglos. Amén.
(San Agustín, Meditaciones, IX)
** Día primero **
Por la señal, etc.
Ven, oh Santo Espíritu: llena los corazones de tus
fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor.
— Envía tu Espíritu, y las cosas serán creadas.
— Y renovarás la faz de la tierra.
Oración
Oh Dios, que con la claridad del Espíritu Santo
iluminaste los corazones de los fieles; concédenos
este mismo Espíritu para obrar con prudencia y
rectitud, y gozar siempre de sus consuelos inefables.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Veni Creatur Spiritus
Ven, Espíritu Creador,
Visita las almas de tus
fieles
Y llena de la divina gracia los corazones,
Que Tú mismo creaste.
Tú que eres el Paráclito
Llamado y don altísimo de Dios;
Fuente viva, y amor, y fuego ardiente,
Y espiritual unción.
Meditación del día
¿Qué debo hacer para
hallarte, Dios mío?
Tú, septíforme en dádivas.
Tú, dedo de la diestra paternal;
¿Qué debo hacer para
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“Os conviene que Yo me vaya”: reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés.
Por Gloria M. Aponte González y Daniel E. Salazar Aponte ([email protected])
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Oración al Espíritu Santo
hallarte, oh Dios mío, a Ti que eres mi verdadera
vida? Buscarte a Ti es buscar la vida bienaventurada.
Plegue a tu misericordia inspirarme el deseo de
buscarte siempre, porque, así como mi alma es la
vida de mi cuerpo del mismo modo Tú, Señor, eres la
vida de mi alma.
Espíritu Santo, Tú que me aclaras todo, que iluminas
todos los caminos para que yo alcance mi ideal. Tú
que me das el don divino de perdonar y olvidar el mal
que me hacen y que en todos los instantes de mi vida
estás conmigo, yo quiero en este corto diálogo
agradecerte por todo y confirmar una vez más que
nunca quiero separarme de Ti, por mayor que sea la
ilusión material. Deseo estar contigo y todos mis
seres queridos en la gloria perpetua.
Oh, verdad, luz de mi corazón, sé tú la que me
conduzca, y no mi propio espíritu, que no es más que
tinieblas. Me he dejado arrastrar al torrente de las
cosas que pasan, y pronto se halló mi inteligencia
cubierta de una profunda noche. Mas en este estado
de oscuridad no he dejado de amarte; en mi extravío
me he acordado al fin de Ti. He oído a lo lejos, tu voz
que me llamaba. Apenas ¡ay! la he oído, a causa del
ruido que mis pecados hacían en mi corazón. Sin
embargo, la seguí al fin, y heme que vuelvo fatigado,
sediento y jadeando a la fuente vivificante que eres
Tú mismo. ¡Haz que nadie me impida apagar la sed
en esas aguas celestiales! Que beba en ellas para
recobrar la vida; porque lejos de Ti hallé la muerte.
Yo no puedo vivir sino en Ti solo, ¡oh Dios mío!
(San Agustín, Confesiones)
Gracias por tu misericordia para conmigo y los míos.
Amén.
El Magnificat
Glorifica mi alma al Señor y mi
espíritu ha saltado de regocijo en
Dios mi Salvador.
Porque ha mirado la humildad
de su sierva, y he aquí que ya
todas las generaciones me
llamarán bienaventurada.
Porque el que es omnipotente ha hecho en mí
grandes cosas; y su nombre es santo.
Y su misericordia se propaga de edad en edad
sobre todos los que le temen.
El desplegó la fuerza de su brazo; disipó los
designios que los soberbios formaban en su corazón.
Derribó a los poderosos y ensalzó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos; y a los ricos
despidió sin cosa alguna.
Levantó a Israel, su siervo, acordándose de su
misericordia.
Según había prometido a nuestros padres
Abraham y su descendencia, por los siglos de los
siglos. Amén.
Veni, Sancte Spiritus
Ven, oh Santo Espíritu,
y del alto empíreo
Un rayo de tu luz dígnate enviar;
Ven, dador de dádivas,
Padre de los míseros,
Ven, nuestros corazones a inflamar.
Huésped de las almas,
Dulce refrigerio,
Óptimo y eficaz consolador;
Bálsamo en el llanto,
Tregua en la fatiga,
Plácida sombra en festival ardor.
Oración a Nuestra Señora
Oh luz dichosísima!
Llena lo mas íntimo
De las entrañas en tu pueblo fiel;
Pues nada en el hombre,
Sin tu excelso numen,
inculpable ni justo puede haber.
Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, Hija de Dios
Padre, Madre de Dios Hijo y Esposa de Dios Espíritu
Santo, que jamás se ha oído decir que ninguno de los
que han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sido abandonado. Animado de esta
confianza, oh Virgen de las Vírgenes, vengo a Ti.
Gimiendo bajo el peso de mis pecados me postro a
tus plantas. No desprecies mis oraciones, oh Madre
del Verbo, sino escúchalas y dígnate acogerlas
favorablemente.
Lava allí lo sórdido;
Riega lo que es árido;
Sana lo que sufrió golpe mortal;
Dobla ya lo rígido;
Arda al fin lo gélido;
Siete Padrenuestros, con Avemarías y
la Gloria, para alcanzar los dones del
Espíritu Santo.
Lo descarriado ven a gobernar.
Calma aquí a tus fieles,
Los que en Ti confían,
De tu sagrado septenario don;
Dales gracias y mérito;
Dales feliz éxito.
Y el celestial eterno galardón.
** Día segundo **
(Todo sigue igual, lo único que cambia es la meditación
del día)
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Meditación del día
Oh vida, por quien todo respira; vida que me das el
ser; vida quieres mi vida, sin la cual yo muero, sin la
cual caigo en la aflicción; vida dulce, vida suave, vida
siempre presente a mi memoria, ¿dónde estás?
¿Dónde te hallaré, para que me deje a mi mismo y no
viva más que en Ti?
(San Agustín. Soliloquios, Capítulo 1)
Señor, abre mis ojos
Oh Luz que veía Tobías, cuando con los ojos
cerrados mostraba a su hijo el camino de la vida
inmortal; Luz que veía Isaac en el fondo de su
corazón, cuando oscurecidos los ojos del cuerpo,
contaba a su hijo las cosas futuras; Luz que veía a
Jacob, cuando, instruido interiormente, predecía a
sus hijos las cosas del porvenir; Luz invisible, para la
que están descubiertos los abismos de corazón. Yo
sé que las tinieblas se esparcen por las
profundidades de mi inteligencia; pero Tú eres Luz.
Yo sé que espesa oscuridad se levanta sobre las
aguas de mi corazón, pero Tú eres Verdad.
** Día cuarto **
Meditación del día
Te he amado demasiado tarde
Te he amado demasiado tarde, belleza siempre
antigua y siempre nueva: te he amado demasiado
tarde. Tú estabas dentro, y yo fuera; y aquí era donde
te buscaba. Tú estabas conmigo y yo no estaba
contigo; y tus obras que sin Ti no habrían existido,
me retenían lejos de ti. Daba vueltas alrededor de
ellas buscándote; pero deslumbrado por ellas me
olvidaba de mí mismo. Pregunté a la tierra si era mi
Dios y me respondió que no; y todos los seres que
están en ella, me hicieron la misma confesión.
Interrogué a todas las criaturas y me respondieron:
nosotras no somos tu Dios: búscale sobre nosotras.
Y volví a mí; entré dentro de mí mismo y me dije: ¿y
tú quién eres? Yo me respondí: soy un hombre
racional y mortal.
¡Oh Luz venturosa! Tú no puedes ser vista sino de
los corazones puros. "Bienaventurados los corazones
puros, porque verán a Dios" (Mt 5). Lávame, virtud
purificador; cura mis ojos, a fin de que pueda
contemplarte. Esplendor inaccesible, has que un rayo
de luz eche abajo las escamas de mi antigua
ceguedad. Te doy gracias, oh Dios, porque ya veo:
dilata mi vista, Señor, dilátala en Ti. Corre el velo a
mis ojos para que conozca las maravillas de tu Ley!
Gracias te sean dadas, oh Luz mía, porque ya veo,
aunque todavía como en un espejo, ven enigma.
¿Cuándo te veré frente a frente? ¿Cuando vendrá
ese día de alegría y de gloria, en que entre en tu
admirable santuario, en que sea saciado mi deseo, y
vea al que siempre me ha visto?
(San Agustín, Soliloquios)
Y comencé a discurrir lo que esto significa.
Profundicé desde más cerca la naturaleza del
hombre y dije: ¿de dónde viene tal ser? Señor, mi
Dios, ¿de dónde viene, sino de Ti? Tú eres quien me
has formado a mí mismo. ¿Quién eres Tú, por quien
todo vive, Tú, por quien yo vivo?
** Día tercero **
Meditación del día
¿Quién eres Tú, mi Señor y mi Dios, único poderoso,
único eterno, incomprensible, inmenso, que siempre
vives y en quien nada muere?
Quiero conocerte, oh Dios mío
¿Quién eres Tú, y qué eres para mí? Dilo, oh
misericordia mía, dilo a tu pobre siervo. Dilo en
nombre de tu bondad: ¿qué eres Tú para mí? Di a mi
alma: Yo soy tu salud. No me ocultes tu rostro, no
sea que muera. Déjame dirigirme a tu clemencia, a
mí que no soy más que tierra y ceniza.
Quiero conocerte, oh Dios mío, a Ti
que me conoces hasta el fondo de mi corazón.
Quiero conocerte, fuerza de mi alma. Muéstrate a mí,
consolador mío; ven, plenitud de mi espíritu; quiero
verte, luz de mis ojos; quiero hallarte, supremo objeto
de mi deseo; quiero poseerte, amor de mi vida,
¡eterna belleza! ¡Consérvate siempre en el fondo de
mi corazón, vida bienaventurada y soberana dulzura!
¡Haz que te ame, Dios mío, Creador y refugio mío,
dulce esperanza mía en todos mis males! Goce yo de
Ti, perfección divina, sin la cual nada hay perfecto.
Abre las profundidades de mi oído a tu "palabra, más
penetrante que una espada cortante." (Hb, 4); y haz
que oiga tu voz. Alumbra mis ojos, luz
incomprensible, a fin de que deslumbrados con el
brillo de tu gloria; no puedan ya ver las vanidades.
Déjame hablar a tu misericordia, pues ella ha sido
grande sobre mí. Dime, responde, oh misericordia
mía, en nombre de tus bondades, ¿qué eres Tú para
mí? Y he aquí que has hecho resonar una gran voz
en el fondo de mi corazón y has roto mi sordera. Me
has iluminado y he visto tu luz y he comprendido que
eres mi Dios; he aquí por qué te he conocido. Sí te he
conocido y he sabido que eres mi Dios. He creído
que eres el verdadero Dios y el que has enviado es el
Cristo. Malaya el tiempo en que no te conocí; malaya
esa ceguedad que me impedía verte; malaya esa
sordera en la que no te oía; malaya el tiempo en que
no te he amado. Te he amado demasiado tarde, oh
belleza siempre antigua y siempre nueva. ¡Te he
Dame, Señor, un corazón que piense en Ti; un alma
que te ame; un espíritu que se acuerde de tus
maravillas; una inteligencia que te comprenda; una
razón que esté siempre adherida fuertemente a Ti.
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“Os conviene que Yo me vaya”: reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés.
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amado demasiado tarde!
(San Agustín, Soliloquios. Confesiones)
que no querían resucitar, cuando los llamase en voz
alta para que saliesen de sus sepulcros.
Oh Jesús, ¡cuán presentes tenías entonces todos los
pecados que he cometido contra Ti! Has que cesen,
Dios mío, has que cesen, así como los de todo el
mundo. Salvador mío, sean tus gritos tan poderosos,
que den la vida a esos desgraciados, aunque no te la
pidan, como no te la pidió Lázaro.
** Día quinto **
Meditación del día
Tú hiciste ese milagro en favor de una mujer
pecadora. Pues aquí tienes, Señor, una que lo es
mucho más. Muestra, pues, la grandeza de tu
misericordia. Yo te la pido, aunque miserable, para
los que no quieren pedírtela. Yo te la pido en su
nombre, con la seguridad de que esos muertos
resucitarán tan pronto como empiecen a volver en sí
mismos, a conocer su miseria y a pedirte tu gracia.
(Santa Teresa, Meditaciones)
Mora con nosotros, Señor
Sí "quédate con nosotros, Señor, porque el día baja,
y se hace ya tarde". (Lc 24). Las olas de las
tribulaciones han subido hasta nosotros; las alegrías
del fervor se han cambiado en suspiros, y el soplo de
las tentaciones ha removido nuestra alma hasta en
sus últimos pliegues. "Quédate con nosotros," oh Tu
paz, refugio y consuelo de los corazones atribulados.
Nuestros ojos te imploran, y nuestra alma alterada
suspira por Ti. "Quédate con nosotros, no sea que
nuestra caridad se entibie, y nuestra luz se extinga en
la noche; porque "el día baja y se hace ya tarde."
** Día séptimo **
Meditación del día
Ya ha llegado la tarde de mi vida; ya mi cuerpo cede
a la violencia de los dolores; la muerte me cerca, mi
conciencia se turba, tiemblo al pensamiento de tu
juicio Señor!
Yo no veo en mí más que
imperfección
Oh Dios de mi alma, Vos que tanta compasión y
amor tenéis por ella, habéis dicho: "Venid a Mí,
vosotros los que estáis abrumados de pena y de
trabajo, y Yo os aliviaré" (Mt 11, 28). "Venid, todos los
que tenéis sed, y Yo os la apagaré" (Jn 7, 37). Oh
Vida que dais la vida a todos; fuente celestial de la
gracia; no me neguéis esa agua tan dulce que
prometéis a todos los que la desean.
"Se hace tarde, el día declina; quédate con nosotros."
"En tus manos entrego mi espíritu" (lb XXIII). En Ti
solo está mi salud; hacia Ti solo sé levantar mis
miradas. "Quédate con nosotros," a fin de que,
emancipándose el alma en la tarde de la vida, por
medio del fervor, del yugo de las tribulaciones, le
preparen la oración y el amor una dulce hospitalidad
en el seno de Dios.
(San Bernardo)
Pero, oh Señor y Dios mío, ¿como los que tan mal os
han servido, y no han sabido conservar los que les
habéis dado, pueden atreverse a pediros nuevos
favores? ¿Quién puede fiarse de uno que tantas
veces le ha vendido? ¿Qué puede pediros una
criatura tan miserable como yo?
** Día sexto **
Meditación del día
¡Bendito sea eternamente el que me da tanto y a
quien doy tan poco! Porque "¿qué os da Señor, un
alma que no renuncia a todo por vuestro amor?
Dios mío, ten misericordia de los que no la tienen de
sí mismos
Oh, Señor y Dios mío, cuán grande es la petición que
te hago cuando te pido que ames a los que no llaman
a tu puerta; y que sanes a los que no solo tienen
gusto en hallarse enfermos, sino que trabajan
para aumentar sus enfermedades. Tú has dicho,
Dios mío, que viniste al mundo a buscar a los
pecadores: estos son, Señor, los verdaderos
pecadores. No consideres su ceguedad:
considera solamente la sangre que Tu Hijo
derramó por nuestra salvación. Ten misericordia
de los que no la tienen de sí mismos, y puesto que no
quieren ir a Ti, ven Tú a ellos, oh Dios mío!
¿Yo no estoy acaso infinitamente distante de haberlo
hecho?
Yo no veo en mí más que imperfección, y
cobardía en tu servicio, y a veces quisieran haber
perdido el sentido, para no saber hasta dónde
llega el exceso de mi miseria. Vos solo, Señor,
sois capaz de remediarla: así os lo suplico; no me
neguéis esta gracia, ¡oh Dios mío!
(Santa Teresa, Meditaciones)
** Día octavo **
Oh verdaderos cristianos, llorad con vuestro Dios: las
lágrimas que derramó no fueron solamente por
Lázaro, sino por todos aquellos de quienes Él sabía
Meditación del día
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Oración al Espíritu Santo
Oh Dios, cuán pobre es mi alma
¡Oh Dios, cuán pobre es mi alma! Es una verdadera
nada, de donde sacas poco a poco el bien que
quieres derramar en ella: no es más que un caos,
antes de que Tú comiences a poner en claro todos
tus pensamientos.
Autor: Santa Maria Faustina Kowalska
Oh, Espíritu de Dios, Espíritu de verdad y
Luz,
Tú comienzas por la fe a introducir en
ella la luz, la cual, sin embargo, es
imperfecta hasta que no la formas por
la caridad, y basta que Tú, verdadero
Sol de Justicia tan ardiente como
luminoso, no la abrases con tu amor.
¡Oh Dios! Loado seas siempre por tus
propias obras. No basta haberme
iluminado una vez; sin tu socorro vuelvo a caer en
mis primeras tinieblas; porque el sol mismo es
siempre necesario al aire que ilumina, a fin de que
permanezca iluminado. Cuánta
mayor necesidad no tendré yo de
que no ceses tampoco de
iluminarme, y digas siempre:
"¡Hágase la luz!"
(Gen 1).
Vive en mí firmemente con tu divina
gracia, que tu soplo disipe las tinieblas y en
tu luz las buenas obras se multipliquen
Oh, Espíritu de Dios, Espíritu de amor y de
misericordia
Que infundes en mi corazón el bálsamo de
la confianza,
Tu gracia confirma mi alma en el bien
dándole una fuerza invencible: la
perseverancia.
¡Luz eterna! Yo te adoro, yo abro a tus rayos mis ojos
ciegos; los abro y al mismo tiempo los cierro; no
atreviéndome, ni a apartar mis miradas de Ti, por
temor de caer en el error y las tinieblas; ni tampoco a
fijarlas demasiado sobre ese brillo infinito, por temor
de que "escrutador temerario de la majestad," no sea
yo "deslumbrado por la gloria."
(Bossuet, Elevaciones)
Oh, Espíritu de Dios, Espíritu de paz y de
gozo, que das alivio a mi corazón sediento
vertiendo en él la fuente viva del amor de
Dios y lo haces valiente para la batalla.
Oh, Espíritu de Dios, huésped amabilísimo
de mi alma, deseo de mi parte serte fiel,
tanto en los días de alegría como en el
martirio de los sufrimientos.
** Día noveno **
Meditación del día
Oh, Espíritu Divino, deseo vivir siempre
en tu presencia.
Oh Espíritu, no puedes hallar nada más
pobre que mi corazón
Oh, Espíritu de Dios que atraviesas mi
ser y me haces conocer tu vida divina
y trina revelándome los misterios de tu
esencia Divina,
Señor, ¿dónde está tu Espíritu, que debe ser
el alma de mi alma? No lo siento, no lo
encuentro. Yo no experimento en mis
sentidos más que fragilidad; ni en mi espíritu más que
disipación y mentira; ni en mi voluntad más que
inconstancia, repartida entre tu amor y mil vanas
diversiones. ¿Dónde, pues, está tu Espíritu? ¿Por
qué no vienen a crear en mí un corazón nuevo,
según el tuyo? Oh Dios mío, comprendo que tu
Espíritu se digne habitar en esta alma empobrecida,
siempre que se abra a Él sin tasa y sin medida. Ven,
pues, oh Espíritu; Tú no puedes hallar nada más
pobre, mas despojado, más desnudo, abandonado y
débil que mi corazón. ¡Oh Espíritu! ¡Oh amor! ¡Oh
Verdad!, que eres mi Dios: ámate, glorifícate a Ti
mismo en mí.
Unida a ti viviré por la eternidad.
YZ
Oración para pedir la acción del
Espíritu Santo en las almas
Autor: Alexis Riaud
YZ
Espíritu Santo, Huésped bienaventurado de
nuestros corazones, Divino Consolador,
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concédeme que yo viva en tu santa
presencia y que saboree más y más la
suavidad de tu Amor. No permitas más que
yo te contriste con mis resistencias a tus
inspiraciones santas.
Me doy a Ti; apodérate de mí por
completo, de mi alma, de mi cuerpo, de
todas mis facultades, a fin de que yo actúe
solamente según tu bondadoso beneplácito.
Transfórmame más y más en Jesús, a fin de
que en Él y por Él yo haga por siempre la
voluntad del Padre, para mayor gloria de
su nombre.
consagro a tu Corazón, y me ofrezco
contigo al Padre en tu santo sacrificio del
altar, con mi oración y mi trabajo,
sufrimientos y alegrías de hoy, en
reparación de nuestros pecados y para que
venga a nosotros tu Reino.
Te pido en especial por el Papa y sus
intenciones, nuestro Obispo y sus intenciones
y nuestro párroco y sus intenciones.
YZ
Para pedir perdón por los pecados
Oracional Visigótico
ORACIÓN PARA PEDIR BONDAD Y
BENIGNIDAD
Dios Espíritu santo que has creado todas las
cosas y restaurado igualmente todo.
Autor: Alexis Riaud
Tú que amas a los hombres hasta santificarlos
inhabitando en ellos.
Espíritu Santo, por
quien nos vienen todas las gracias, dígnate,
te lo suplicamos, encender nuestros
corazones con la caridad divina; concédenos
que nos hagamos todo para todos, que nos
alegremos con quienes se alegran, que
lloremos con quienes lloran; a fin de que,
después de haber sido fieles en este mundo
al precepto de amor que nos dio el Maestro,
merezcamos gozar con Él, en la eternidad,
del amor del Padre.
Tú que eres Bueno con todos, y aunque
infundido en muchos eres Uno el mismo en
todos ellos.
Tú que admirablemente repartes los dones de
la gracia a cada uno, ponte especialmente de
manifiesto perdonando nuestras iniquidades.
Amén
YZ
YZ
Que amándote yo muera
Ofrecimiento del
día invocando al
Espíritu Santo.
Autor: San Francisco de Borja
¡Oh Espíritu Santísimo,
amor dulcísimo!, sopla en
mi huerto y corran los aromas por él, Tú
que no aborreces nada de lo que has hecho;
brille el resplandor de Nuestro Señor Dios
sobre nosotros; no desdeñes las obras de tus
manos, y renueva un espíritu recto en mis
entrañas, para que amándote a Ti, yo
muera, y muriendo, te ame por los siglos de
los siglos. Amén.
-Ven, Espíritu Santo,
inflama nuestro
corazón en las ansias
redentoras del Corazón de Cristo, para que
ofrezcamos de veras nuestras personas y
obras, en unión con Él, por la redención del
mundo.
Señor mío y Dios mío Jesucristo: Por el
Corazón Inmaculado de María me
YZ
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“Os conviene que Yo me vaya”: reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés.
Por Gloria M. Aponte González y Daniel E. Salazar Aponte ([email protected])
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Oh Espíritu Santo
Hazme bondad del corazón de Dios para
cuantos se sienten encarcelados en su soledad,
y lloran su falta de amigos.
Autor: Santa Catalina de Siena
¡Ven, Espíritu Santo! Amén
¡Oh Espíritu Santo!, ven a mi corazón y con
tu poder llévalo a Ti y dame caridad con
temor: Cristo, líbrame de todo mal
pensamiento y caliéntame con tu santísimo
amor: padre y dulce Señor mío, ayúdame
en todos mis deberes. Amén
Para pedir el carisma del
amor a la Iglesia
Autor: P. Antonio Gracia
¡Gracias Espíritu Santo, por ser tú mismo
el regalo del Padre y del Hijo, fuente de
amor en el corazón de la Iglesia y poder
de testimonio de la caridad perfecta!
YZ
Oración pidiendo los frutos
del Espíritu Santo
Derrama Espíritu de Dios, tu fuego santo
sobre todos los miembros del pueblo de
Dios y haz qué, ahora y siempre la Iglesia
de Cristo se mantenga unida en el amor.
Autor: San Cirilo de Jerusalén
Que el mismo Dios de todas las cosas, que
habló en el espíritu santo por medio de los
profetas, que los envió sobre los apóstoles
aquí el día de Pentecostés, que ese mismo
os lo envíe a vosotros y que por Él nos
guarde, concediéndonos a todos nosotros su
común beneficencia, para que demos
siempre los frutos del Espíritu Santo: amor,
alegría, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, continencia en
cristo Jesús, Señor Nuestro, con quien y por
quien juntamente con el Espíritu Santo sea
la gloria al Padre ahora y siempre por los
siglos de los siglos. Amén
Dame la sabiduría de comprender que el
carisma del Amor es la plenitud de todos
los dones y la revelación más precisa del
corazón de Dios.
Que los ajenos a la fe de Jesús puedan
confesar de los miembros de la Iglesia:
¡Miren cómo se aman!
Amén
YZ
Oración al Espíritu
Santo para los que
piensan que están lejos
de Dios
YZ
Para pedir el Don de
misericordia
Autor: P. Antonio Gracia
Autor: Juan de Balporde
¡Ven, Espíritu Santo! Hazme rostro jovial de
Hace ya largo tiempo que no te invoco, y
que estoy alejado de toda religión.
Dios en medio de este mar de dolor del mundo.
Pero siempre he procurado vivir
honradamente, y he hecho bien al prójimo
según la medida de mis fuerzas, a veces
ciertamente escasas.
Hazme ternura de Dios para todos los que se
sienten sin calor de amor.
Hazme misericordia de Dios para cuantos se
sienten miseria dentro de sí mismos.
Por eso me cuesta decirte esos nombres con
que otros te llaman Señor, Dulce Huésped,
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Amor, Dios escondido, Espíritu de Consuelo,
Santa Fuerza que hace amar a la gente,
Espíritu que abrasa porque es Fuego de
Dios; pero me dicen que Tú eres
suavemente poderoso, y que derrites y
derribas dulcemente las durezas de
cualquier corazón.
Por Cristo Nuestro Señor. Amén
Oración para alcanzar
sanación
Autor: P. Antonio Gracia
Espíritu Santo entra en lo
profundo de mi intimidad y realiza tu obra
de sanación interior. Solamente tú eres
capaz de entrar en el pozo profundo de mi
ser y conocer la causa escondida de mi
realidad sicológica interior.
Por eso hoy solicito tu apoyo y pido que
me ayudes a acercarme nuevamente a
Dios. Amén
YZ
Bendice esa raíz profunda afectada
negativamente, cuya consecuencia
emerge y crea dentro de mí situaciones
de sobresalto, de resentimiento, de
tristeza, de sensación de vacío y de ser
nadie.
Oración para conseguir conversión
Autor:
P. Antonio Gracia.
¡Ven Espíritu Santo!
Penetra dentro de mí.
Toma mi vida. Cambia mi
ser. Arráncame este
corazón de piedra y
ponme un corazón de
carne. Rocíame con el
agua viva de tu gracia y lléname del
perdón de Dios.
Yo solo conozco aquello que percibo
racionalmente, aquello que siento, sufro
y vivo, pero ignoro dónde está la causa
primera de mis impulsos, de mis
obsesiones, de mis ambivalencias y de mi
comportamiento.
Espíritu Divino, realiza en mí la verdadera
sanación de mi corazón. Hazme nacer de
nuevo en Cristo Jesús.
Tú conoces la pobreza de mi vida y el
barro de mi corazón. Las pasiones me
dominan y el pecado me ensucia por
dentro.
Te doy gracias con fe y con amor, por que
se y creo que tú realmente me sanas en
profundidad y recreas mi vida. Que el
bálsamo de tu amor cierre las heridas
subconscientes de mi corazón y siembre
en mi mente semillas de paz, de vida, de
esperanza y de amor.
Espíritu santo, reaviva en mí la nostalgia
de la bondad y de la belleza de Dios.
Hazme recordar la casa del Padre y añorar
la mesa del amor y el pan de la
fraternidad. Conviérteme del egoísmo, de
la soberbia, de la avaricia, de la lujuria,
del odio, de la mentira, de la injusticia, de
la maldad. Conviérteme de mi tristeza, de
mi angustia, de mi decepción de la vida,
de mi impotencia y de mi desesperación.
Por Cristo Nuestro Señor, Amén.
Oración para
alcanzar unión en
el matrimonio.
Ayúdame a volver el rostro hacia el Padre,
lléname de amor, de humildad, de
generosidad, de justicia, de bondad.
Siembra en mí la alegría, la esperanza, el
amor y la libertad.
Autor: P. Antonio Gracia
Espíritu Santo, tú
eres el vínculo de
unión entre Padre y el Hijo. Procedes del
Padre y del Hijo y a los dos enlazas en las
Espíritu Santo, convierte mi corazón y
hazlo bueno de verdad.
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Por Gloria M. Aponte González y Daniel E. Salazar Aponte ([email protected])
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al respeto y se lastiman con frases y gestos
hiriente.
alas de tu amor. Creas un vínculo tan
profundo en el misterio divino, que en la
Trinidad todo es comunicación, apertura,
vida en comunión. El Padre está en el Hijo
y el Hijo en el Padre, envueltos en tu
alianza de amor.
Espíritu Santo. Tú eres el amor y fuente del
amor. Siémbrate en cada hogar como
semilla de gracia que ilumina, fecunda y
alienta su corazón.
En fuerza de ese poder unitivo, te pido,
Espíritu Santo, por todos los matrimonios.
Que nunca se apague el fuego de tu llama
en el interior de cada familia. Conviértela
en templo de amor y de fe, en escuela del
humanismo más integrado, en jardín de
vida y de esperanza. Por Cristo nuestro
Señor. Amén.
Ilumina el vínculo conyugal de cada
pareja.
Hazles sentir el gozo de una comunicación
total de cuerpos y espíritus. Que en esa
unión se entreguen y reciban, hablen y se
escuchen, se comprendan y se
identifiquen, se perdonen y se reconcilien
en el amor.
YZ
Santa María de Pentecostés
Bendice el amor de las parejas cuya
convivencia resulte difícil, esté rota o a
punto de romperse. Allana las
dificultades para que en un verdadero
encuentro amoroso sientan renacer la
unión entre los dos.
Autor: Luís Fernando Figari
“¡Oh María de Pentecostés!
Intercede por atraer sobre mí
la presencia del Espíritu Santo;
que por el ardor de su fuerza
pueda yo también elevar mi
plegaria
a Dios, Comunión de Amor;
que impulsado por su acción
me vea movido a dar testimonio y
a hacer apostolado, comunicando
la alegría de creer..."
Has de todos los matrimonios el rostro
del amor de Dios, cuya imagen y
semejanza reflejan desde la creación. Sé
con tu presencia el vínculo de su unión y
hazlos felices con la bendición de Dios.
Amén.
Oración para alcanzar el
amor en la Familia
YZ
Autor: P. Antonio Gracia
Benignísimo Jesús
Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo,
llama divina de la comunidad santa de
Dios, desciende sobre el corazón de cada
familia.
Autor: Beata Elena Guerra
Benignísimo Jesús mandadnos vuestro
Espíritu con su Luz, para que seáis mejor
conocido.
Renueva en todos los hogares el amor que
acoge, comprende, acaricia, se entrega y
perdona. En muchos hogares hay
verdadera dificultad para compartir,
dialogar y hacer realidad el sueño de
familia. Con frecuencia, padres e hijos no se
entienden se distancian, se ofenden, se
encierran cada uno en sí mismos, se faltan
Mandádnoslos con su Fuego, para que
seáis más amado.
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“Os conviene que Yo me vaya”: reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés.
Por Gloria M. Aponte González y Daniel E. Salazar Aponte ([email protected])
© BUZÓN CATÓLICO, 2005. www.buzoncatolico.com
Mandádnoslos con sus dones para que
seáis verdaderamente imitado.
Oración para pedir un nuevo
derramamiento del Espíritu Santo
Amén.
Autor: Comunidad Carismática “Los Samaritanos”
Oración de Bendición
para recibir el Espíritu
Santo
Coloca tu mano sobre el corazón y recita
la siguiente oración:
Autor: Comunidad Carismática
Samaritanos”
Padre Bueno derrama sobre mí el Don de
tu Espíritu. Jesús bautízame en tu
Espíritu. Espíritu Santo, ven sobre mí.
Lléname de ti, dame un nuevo corazón
para conocerte, una nueva lengua para
alabarte. Purifícame, libérame,
renuévame, úngeme .Da testimonio de
Jesús en mi corazón. Concédeme tu gozo
y tu paz. Hazme testigo de Jesús. María,
madre del Señor, acompáñame y dispón
mi corazón para recibir al Espíritu Santo
“Los
Padre Santo, en el nombre de Jesucristo y
por la intersección d el Virgen María y de la
Iglesia, te pedimos que nos bendigas
dándonos una nueva y fuerte unción del
Espíritu Santo, así como lo hiciste con los
Apóstoles en Pentecostés, y que este
derramamiento sea reavivado todos los días
de nuestras vidas según las necesidades de tu
Iglesia. Te pedimos Señor que fortalezcas en
todos nosotros los dones y carismas que ya
hemos recibido y continúa dándonos nuevos
carismas que nos ayuden a ser hombres
nuevos y renovados con la fuerza y poder de
tu Espíritu Santo. Te pedimos que fortalezcas
en nosotros especialmente los carismas de:
lenguas, profecía, sanación y liberación,
enseñanza, predicación, los dones de fe, de
entrega de misericordia, de servicio y
administración, de intercesión y hospitalidad,
los dones de palabra de sabiduría y consejo,
de inteligencia, entendimiento, pobreza,
caridad, unidad, paciencia, humildad, verdad,
justicia, fortaleza, serenidad, paz, templanza,
confianza, seguridad, castidad, santidad,
enseñanza, redacción, etc.
YZ
Oración
Autor: Regis de Castro
Señor, que el Espíritu Santo revele los
pecados de nuestro corazón, de nuestra
mente y de nuestra lengua y que la
sangre de Jesús, en este momento de
arrepentimiento, lave todos los pecados,
que ya se vuelven algo pesado en nuestra
vida.
Dios mío, te pedimos en el nombre de
Jesús, que el Espíritu Santo de Dios llene
nuestro corazón, para que podamos
trasmitir, por nuestra boca, la experiencia
de tu amor, de tu salvación y liberación.
Señor, que cada día crezcamos más en tu
amor. Que cada día seamos menos pecadores
y nos acerquemos con tu gracia a la santidad
que tanto nos pides. Señor que cada día
estemos más unidos a ti. Bendícenos como
tus instrumentos portadores del Espíritu
Santo y como templo donde Dios mora.
Bendice nuestras obras y bendice todo
nuestro ser. Bendice nuestras familias y
comunidades. Bendícenos siempre Señor.
¡Gloria y alabanza a Ti Jesús! ¡Amén!
¡Aleluya!
ESPOSO(A) POR SU FAMILIA
Espíritu Santo, concededme para mí, para
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“Os conviene que Yo me vaya”: reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés.
Por Gloria M. Aponte González y Daniel E. Salazar Aponte ([email protected])
© BUZÓN CATÓLICO, 2005. www.buzoncatolico.com
mi esposo(a) y para mis hijos,
aquellos dones divinos con que
fortalecisteis a los Apóstoles; aquella
gracia poderosa que ilumina el
entendimiento, mueve dulcemente la
voluntad, y vence gloriosamente la
concupiscencia.
Concédenos el don de una clara
inteligencia, el conocimiento del bien y
buena voluntad de ejercitarlo.
Tomad bajo vuestra divina protección a
mis hijos; preservadlos de toda pasión
vergonzosa; protegedlos, libradlos de caer
en los lazos de la seducción con que el
demonio intenta hacerlos caer en el
pecado.
Hacedlos humildes, obedientes,
honrados y temerosos de Dios;
amantes de la verdad y de la religión.
Dadles gracia para vencer los vicios y
pasiones.
Y a mi concededme la gracia y el acierto
necesario para educarlos y dirigirlos y
hacerme obedecer de ellos.
¡Oh Purísima Virgen María, que estando en oración con
los Apóstoles, en el Cenáculo fuiste inundada por el
Espíritu Santo, ruega por nosotros!
¡Y haz que……………
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y
enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía Tu Espíritu y será una nueva creación.
Y renovarás la faz de la tierra.
Tomado de:
http://www.corazones.org/oraciones/oracion
es_espiritu_santo/
YZ
A María Santísima y al Santo
Espíritu.
Autor: Gloria Aponte G.
¡Amorosísima Virgen María!, ante tu
dulce presencia acudo confiada y te
abro mi corazón, sé que nada
merezco, pero tu eres mi Madre y mi
abogada. Por tu sí incondicional vino
la salvación al mundo en Cristo Jesús,
verdadero Dios y verdadero Hombre.
Tomado de:
http://www.corazones.org/oraciones/
oraciones_espiritu_santo/oraciones_
espiritu.htm#ESPOSO/ESPOSA%20POR%20
SU%20FAMILIA
¡Jesús te mira y escucha siempre con
tanto amor! Que no hay nada que te
niegue si es la voluntad del Padre. Tú
como la mejor de las madres, siempre
ruegas por nosotros con verdadero
amor maternal, pides por nosotros lo
que más nos conviene a nuestra
salvación particular, ruegas con
verdadero empeño, con palabras de
sabiduría y humildad. Mi Madrecita
santa, Virgen María, amada compañía,
pide a Jesús que me envíe el Espíritu
Santo, para que pueda parecerme
más y más a Él, servir a la comunidad
de Cristo en mis hermanos con
verdaderos sentimientos, acciones y
palabras de misericordia. Que yo sea
cada día más y más de Jesús.
Invocaciones a María Santísima
para obtener El ESPÍRITU SANTO
¡Oh Purísima Virgen María!, que en tu
inmaculada concepción fuiste hecha
por el Espíritu Santo Tabernáculo
escogido de la Divinidad, ¡ruega por
nosotros!
¡Y haz que el Divino Paráclito,
venga pronto a renovar la faz de la tierra!.
¡Oh Purísima Virgen María, que en el misterio de la
encarnación fuiste hecha por el Espíritu Santo verdadera
Madre de Dios, ruega por nosotros!
¡Y haz que………….
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“Os conviene que Yo me vaya”: reflexiones y oraciones en torno a Pentecostés.
Por Gloria M. Aponte González y Daniel E. Salazar Aponte ([email protected])
© BUZÓN CATÓLICO, 2005. www.buzoncatolico.com
Pide al Espíritu Santo en mi nombre,
que me conceda sus frutos, pues si así
fuese, significa que el Divino
Consolador vive firmemente en mi
corazón, transformándolo,
purificándolo, santificándolo…haciendo
su obra.
Ayúdame Madrecita a que en todo
momento cumpla con la voluntad de
Dios sin quejarme de lo que no
entiendo, con verdadera confianza,
humildad y alergia de corazón.
Protégeme del maligno y aparta de mí
las ocasiones de pecar.
Pide al Espíritu Santo que me conceda
una “buena muerte” y por último
permanecer eternamente ante su
presencia cantando las misericordias
de Dios.
Amén
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