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Objetivo: para un auto análisis personal o para apoyar una dinámica de grupo para motivar la reflexión sobre las razones por las cuales se hace oración. Si se va utilizar para una exposición se sugiere eliminar texto de las diapositivas. Material no institucional. * El artículo del P. Evaristo Sada, L.C. del 19 de enero de 2012, publicado en el sitio www.la-­‐oracion.org es la fuente del contenido de esta presentación. Las imágenes son de la red. * En el block de notas de la siguiente diapositiva, se encuentra el texto íntegro del artículo mencionado. * Adaptación: Graciela G. de Madero
* Fecha: septiembre 2014 * www.missionkits.org [email protected] Tel. 01-­‐800-­‐288-­‐2334
Esta presentación NO pretende ser un tratado completo sobre el tema, sino un
esquema, modificable, de apoyo para facilitar su exposición en una actividad de
formación.
¿TE GUSTAN LOS RETOS?
Serie: Aprende a orar, orando..
¿Por qué hacer oración?
Si no como, es porque no tengo hambre.
Si no duermo, es porque no tengo sueño.
Si no hago oración, es porque no tengo necesidad de orar…
¿Oras? ¿Por qué?
Realmente estoy convencido de que sirve para algo. Porque …
¿Te parece que reflexiones unos minutos sobre los motivos por los cuales convendría hacer oración?
Si te ayuda, algunas ideas:
§ Porque quiero alcanzar la paz interior. § Porque quiero ser feliz en esta vida y en la eterna.
§ Porque quiero ser una persona profunda.
§ Porque Jesucristo me enseñó con su palabra y con su ejemplo que debía orar, y yo quiero seguir sus consejos y ser como Él. § Porque conozco mis limitaciones y miserias y necesito vigilar y orar para no caer en tentación.
§ Porque soy débil y quiero tener fuerza espiritual para afrontar el sufrimiento y los retos de la vida.
§ Porque amo a Dios y quiero ser mejor hijo suyo, mejor amigo de Jesús. § Porque quiero conocer la voluntad de Dios para mí y confío en que me revelará su voluntad en la oración.
§ Porque quiero consolar al Corazón de Jesús.
§ Porque siento que Jesucristo me lo está pidiendo.
§ Porque amo a la Virgen María y quiero estar a su lado y aprender de Ella.
§ Porque quiero ser un buen apóstol, que vive lo que predica. Más testigo que maestro.
§ Porque quiero conservar y aumentar mi vida de gracia.
¿Cuáles son tus razones?
Escribe tus razones…
luego repásalas
de cuando en cuando para mantener
la motivación alta, la visión clara y la dirección correcta.
No es sólo para principiantes…
Este ejercicio es particularmente útil para quienes tenemos ya el hábito de hacer oración personal diaria. Puede sucedernos que perdamos la frescura en el amor, que caigamos en la rutina o incluso en el abandono de la vida de oración.
«Tengo en contra tuya que has perdido el amor primero» (Apocalipsis 2,4) Recordar nuestros motivos y decírselos cada día a Jesucristo, es algo no sólo conveniente, sino necesario.
Te sugerimos iniciar tu oración con algo así…
con tus palabras.
Señor, estoy aquí porque te quiero. Y porque te amo, quiero estar a tu lado durante este rato que tengo reservado sólo para ti. Tú dijiste que "sólo una cosa era necesaria" en la vida, refiriéndote a la oración. Y me lo demostraste con tu ejemplo.
Quiero ser un hombre de oración, como Tú.
Tú me conoces, soy débil, tengo muchas miserias y limitaciones, necesito tu ayuda. Vengo a este encuentro contigo para que me des un corazón que escucha.
Dime qué quieres de mí. Dame fuerzas para hacer siempre tu voluntad. Acompáñame en mi camino.
Quiero llenarme de ti para luego dar testimonio de tu amor.
Quiero cumplir mi misión y llegar al cielo.
Quiero consolarte, reparar por mis pecados y los de mi prójimo.
Recíbeme, permíteme permanecer este rato a tu lado,
como Juan recostado en tu pecho, como la samaritana sedienta junto al pozo o como María sentada en silencio a tus pies.
Y el Papa Francisco dice:
La llave que abre la puerta a la fe es la oración.
Cuando un cristiano no ora su testimonio es altivo, es un soberbio, es un orgulloso, es un seguro de sí mismo. No es humilde. Busca su propia promoción.
Cuando un cristiano ora, no se aparta de la fe, habla con Jesús. Además, cuando digo orar, no digo decir oraciones, porque estos maestros de la ley decían muchas oraciones para dejarse ver. En cambio, Jesús dice: Cuando ores, entra en tu habitación y ora al Padre en secreto, de corazón a corazón.
(Cf Papa Francisco, 17 de octubre de 2013)
La oración es un diálogo amoroso con Dios, de corazón a corazón. Es un momento privilegiado de la relación personal con Él. En este diálogo de amor, Dios toma la iniciativa saliendo al encuentro del alma».
(Manual del miembro del RC, n. 106)
¿Aceptas el reto?
Déjate amar, empieza a orar y transfórmate, vive y trasmite el amor…
¡por tu vida
de oración!