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LOS DONES MINISTERIALES
INTRODUCCIÓN
Cada vez que he rendido más de mi mismo al gobierno del Espíritu Santo, mi vida primero ha sido
sacudida y luego ha entrado en una más amplia dimensión de influencia y victoria espiritual. Como
muchos otros cristianos, yo experimenté nuevo denuedo cuando por primera vez fui lleno con el
Espíritu, Dios comenzó a moverme en posiciones de liderazgo y no puede más permanecer en mi
cómodo y seguro mundo. Unos pocos años mas tarde, después de haber comenzado a pastorear una
pequeña Iglesia, Dios me urgió a apretar el paso y enseñar acerca del Espíritu Santo; Cuando me sometí
a esa petición, desastre y confusión golpes a la Iglesia - pero pronto me encontré que yo mismo estaba
siendo usado aún mas efectivamente en el Cuerpo de Cristo -. Alrededor de tres años más tarde, Dios me
ungió con un más fuerte deseo, celos y energía; en un tiempo de dos meses, la Iglesia que yo pastoreaba
fue de 90 a 45 personas, pero entonces a partir de allí, en el transcurso de un año nosotros éramos 250
fuertes. A tiempo yo recibí una mayor unción de Dios y de nuevo todas las cosas en la Iglesia estaban
siendo sacudidas, pero como ocurrió anteriormente, pronto me encontré a mi mismo teniendo una
influencia sobre el mundo más poderoso que nunca antes. Cada vez que Dios se ha movido
dramáticamente en mi vida, caos parecía ser lo primero que sucedía, pero luego después que venía el
sosiego cuando el polvo se sedimentaba, yo descubría que Dios había ampliado y profundizado su
ministerio a través de mí.
Jesús explico esto cuando dijo:
“Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; De otra manera, el vino nuevo
romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán”. (Lucas 5:37)
Siempre que el Espíritu Santo llena a las personas con “vino nuevo”, la estructura u organización bajo la
cual ellos funcionan debe crecer y/o cambiar. Nuevos odres deben ser usados para retener, entender,
disfrutar vida adicional y poder de Dios.
Hemos visto éste principio en operación a lo largo de la historia de la Iglesia. Cuando Martín Lutero
recibió revelación del Espíritu Santo en lo referente a la fe y al gracia, la Iglesia Católica Romana fue
rota en dos y una nueva denominación nació bajo Lutero. Cuando Juan Wesley predicó con el fuego del
Espíritu, una nueva estructura ,ahora conocida como la Iglesia Metodista, tuvo que ser formada. El
mismo proceso ha ocurrido cada vez que un gran hombre o mujer como William Booth., John G. Lake,
Aimee Semple, Mc Pherson, y otros, ministraron bajo una unción fresca del Espíritu de Dios. Y por
supuesto, hemos visto como cientos de Iglesias en los últimos 30 años se había dividido cuando los
miembros recibieron Bautismo del Espíritu Santo. Los odres se rompieron cuando el vino nuevo fue
vertido o echado adentro.
Dios esta a punto echar adentro de nosotros vino nuevo. Los Cristianos alrededor del mundo han estado
rogando a Dios por un derramamiento fresco. Nuestro Señor nunca a abandonado a Su Iglesia.
Repetidamente, él ha dado poderosos despertares o avivamientos espirituales, y cada derramamiento de
su Espíritu ha sido mayor que el previo anterior. Muchos creen que el último derramamiento del
Espíritu de Dios, el cual es prometido en la Biblia (Joel 2: 28-29 ) pronto tomara lugar. El tiempo para
Dios moverse esta a la mano.
Por lo tanto, tú debes esperar que tu odre actual se rompa. Jesús enseño que es imposible poner o
depositar vino nuevo adentro de un odre viejo sin que este se rompa. No puede haber un despertamiento
espiritual poderoso en nuestro día, sin que haya una sacudida de nuestras organizaciones eclesiales,
líderes y estructuras. Sin estás buscando o esperando la segunda venida de Jesús, o si estás orando a
Dios para que se mueva sobre y en tu Iglesia, tu cuidad, las escuelas, tu familia o tu misma persona , la
primera cosa que debes buscar y espera es por un odre nuevo.
¿Cómo se hará posible que el odre de la Iglesia sea cambiado?
Nosotros no podemos esperar el poder del Espíritu Santo el cual experimentaron los creyentes del
Nuevo Testamento sin tener odres similares a los de ellos. Unos de los cambios más importantes tiene
que ver con la operación completa de lo que nosotros llamados los cincos dones del ministerio: apóstol,
profeta, evangelista, pastor y maestro (Efesios 4:11). Muchos Cristianos han enseñado que el apóstol y
el profeta era únicamente para los tiempos del Nuevo Testamento, pero eso es un error. Efesios 4:11-13
nos dice que todos éstos cincos dones fueron dados por Dios para la Iglesia todos “Hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios , a un varón perfecto, a la medida de
la estatura de la plenitud de Cristo”.
La Iglesia nunca alcanzará su plenitud o cualquier forma de unidad hasta que todos los cincos dones
ministeriales estén operando juntos en el Cuerpo. Hoy, Dios esta levantando líderes quienes tiene estos
dones. L a Iglesia esta al punto de pasar por una gran reformación en su estructura que la capacitará para
manejar un gran derramamiento del Espíritu de Dios sobre ésta tierra.
Esta es la razón por la cual estoy escribiendo. Quiero compartir contigo cómo en la organización actual
de la Iglesia esta rompiéndose el nuevo odre esta siendo formado. Consideramos los dones ministeriales
y otras posiciones de liderazgo en la Iglesia, y luego miraremos como esos líderes pueden trabajar en
unidad y poder.
A medida que nosotros procedamos, estaré usando la palabra “Iglesia” con mayúscula para referirme a
todo el Cuerpo de Cristo , el cual esto hecho de todos aquellos que creen en Jesús a lo largo del mundo.
El termino Iglesia con minúscula se referirá a cualquier grupo local de cristianos quienes se reúnen
regularmente para orar, tener compañerismo, adorar y enseñar .
Dones Ministeriales
“Y él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas,
a otros pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra
del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo” (Efes 4:11-12).
Los cinco dones listado en estos versículos son referidos como Dones ministeriales. Ellos son
ministerios o llamados, los cuales Dios ha ordenado para equipar y dirigir a su Iglesia. Los dones
ministeriales no deben ser confundido con otros dones que la Biblia menciona.
Los cristianos pueden tener dones como las lenguas, sanidad, palabras de ciencia, dar, etc.; éstos dones
están para servir dentro del Cuerpo de Cristo. En contraste, los cinco dones ministeriales son llamados
para el cuidado de la Iglesia.
Tampoco se deben confundir los dones ministeriales con los ministerios que en la marcha hacia la
madurez todo cristiano nacido de nuevo tiene. Por ejemplo, todo creyente debe estar involucrado en
evangelismo , pero solo unos pocos tienen el don de evangelista. En la misma forma, todos los
miembros de la Iglesia deben estar exhortando, enseñando , y ayudándose unos a otros , pero no
significa que todos son llamadas como profetas.
Aún, el trabajo apostólico, el cual explicaremos más tarde, debe ser hecho en alguna medida por todo
creyente, pero pocos tienen el don ministerial de apóstol. Los dones de maestro, pastor, evangelista,
profeta y apóstol son posiciones de liderazgo de los cuales todos nosotros debemos aprender y luego
estar nosotros mismo involucrados en un menor grado en los ministerios de enseñanza, pastores,
evangelización, etc.
El énfasis con un don ministerial es la unión de Dios. La palabra “ungido” significa, tener aceite
esparcido sobre, la cual representa un acto especial del espíritu de Dios que viene sobre un individuo y
lo transforma.
Persona
ungida
En el Antiguo Testamento, es especialmente claro, a través de numerosos ejemplos como hombres y
mujeres cambiaban dramáticamente cuando llegaban a ser ungidos por Dios. Justo antes de que Saúl
fuese ungido, Samuel le dijo a él: “Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti poderosamente, y...
serás cambiado en otro hombres” (Samuel 10:6).
Al momento que una persona es ungida, hay una transformación que toma lugar. Todo líder con un don
ministerial ha sido tocado, o dotado por Dios, y consecuentemente, cambiado por la obra del Espíritu.
Dos áreas de cambio necesitan ser mencionadas:
1. Un don cambia el corazón de un hombre. En el instante en que Saúl recibió su unción, la Biblia
nos dice: “Dios cambio su corazón” (1 S 10:9). Así también, un pastor recibe un corazón lleno de
compasión por el perdido. Es el corazón de Dios, para un área especifica del ministerio, lo que es
colocado dentro del individuo dotado o ungido.
2. Un don también permite que el Espíritu Santo fluya a través de una persona en una mayor medida
y en una cierta forma. Jesús explica que el Espíritu Santo sale o mana de los creyentes como Ríos
de agua viva que salen de su interior (Juan 7:38-39 ). El espíritu obrará a través de cualquier
cristiano, pero cuando un individuo ha recibido el corazón de Dios para un ministerio, él tiene un
canal abierto para que el Espíritu Santo fluya en una forma única. El Espíritu obra y avanza en el
pastor en una manera diferente que cuando obra a través de un maestro. Es el mismo Espíritu,
enviado por Dios El Padre, pero los diferentes dones permitan que Dios derrame su gracia en
formas diferentes.
CORAZÓN
DE DIOS
Fluir del Espíritu Santo
En la medida en que el Espíritu Santo fluye a través de un individuo, (El espíritu pone aquellos que
están siendo ministrado en libertad en varias áreas de sus vidas. Isaías nos dice que la unción de Dios
rompe el yugo. Así, por ejemplo, la unción de un pastor permite al Espíritu Santo fluir hacia la gente,
consecuentemente rompe cierto yugos y ataduras de sus vida. De la misma manera, un evangelista puede
romper otras cadenas que están sobre la gente. Esto es lo que necesitamos revisar a medida que nosotros
estudiemos cada uno de los cinco dones ministeriales y ver cómo pueden ser usados por Dios para
libertad a las personas.
La Unción
1. Una transformación de corazón;
2. Un canal para que el Espíritu Santo fluya;
3. La liberación de poder para romper yugos.
PASTOR
Cuando nosotros decimos, “pastor”, no piense en la posición visible en la cual un líder dirige una
Iglesia, predica, dos o tres veces cada semana, y aconseja gente en necesidad. Cambia tu concepto de los
que un pastor es. El don es una unción que proviene de Dios, el cual transforma el corazón de una
persona y permite que el Espíritu Santo rompa ciertas ataduras. Enfoquémonos en estos aspectos. El
corazón de un pastor es cuidar de la gente y pastorearla. Un verdadero pastor se duele cuando la gente
tiene dificultades y se regocija cuando la gente esta bendecida y caminando con Dios. Los ojos y los
pensamientos del pastor están continuamente involucrada sobre su rebaño. Su vida entera llega a estar
íntimamente involucrada con su congregación. Es el corazón de Dios de pastorear a su gente lo que un
pastor posee como un don.
La unción de un pastor permite que el Espíritu Santo fluya a través de él en una forma que causa o hace
la gente sea movida o inducida a estar junta. La unción pastoral rompe ataduras que hacen que la gente
sea independiente, apartada e insegura. Las palabras guiadas por El Espíritu Santo que salen del corazón
y la boca de un pastor hace que los oyentes se relajen, vengan juntos, y se sientan seguros en el Cuerpo
de Cristo. Es común oír a un pastor verdadero decir cosas como: “Me alegro de que estés aquí”, “¿cómo
esta tu familia?” “¿hay algo que pueda hacer por ti?”, y otras frases que desarman y se expresan afecto
y preocupación personal. El pastor es el canal de Dios a través del cual Él muestra su amor intimo, y
protege a su gente.
Un pastor es un ovejero, ungido para reunir, juntar congregar, recoger al rebaño de Dios del mundo.
PASTOR
INSEGURIDAD
AISLAMIENTO
INDEPENDENCIA
MUNDO
Usted debe percatase inmediatamente del hecho de que muchos líderes cristianos hoy son llamados
“pastor”, pero ellos no tienen la unción de Dios de pastor. Personalmente, yo puedo recodar que
cuando en el ministro, fui puesto como encargado de una Iglesia, y mi congregación toda me llamo el
pastor, pero yo no tenía un corazón para la gente que un verdadero pastor tiene. Para aquel tiempo, yo
disfrutaba enseñando, y daba sermones más o menos buenos los domingos en la mañana, pero la gente
no se sentía supernaturalmente movida hacia mí para consejo y amor. Puedo recordar el día, después de
seis meses en aquella posición, cuando Dios me dio el don de pastor. Pasé una noche cargado con las
necesidades de la congregación implorándole a Dios para que los ayudara. Aquella noche, mi corazón
cambio, y ellos se convirtieron en “mi gente”. De ese momento en adelante ellos tenían una confianza
sobrenatural en mí y un vínculo o lazo espiritual fue formado entre nosotros .
A medida que viajo, me encuentro con ministros que nunca recibieron el don de pastor. Algunos
miran a la posición como un trabajo, y son como la Biblia los llama “asalariados” (Juan 10:12-13),
porque ellos no están atados espiritualmente a la gente. Otros son sinceros en el servicio a Dios, y
pueden ser productivos, pero es debido a la enseñanza, la predicación, y/o habilidades administrativas,
en vez de la unción pastoral. Y luego hay otras Iglesias, donde el que esta ungido para pastor no es la
persona con el titulo, sino un cierto anciano, diácono, maestro de escuela bíblica dominical o un líder
estudiante de la Biblia. Desafortunadamente, nuestros títulos naturales no siempre concuerdan con la
unciones dadas por Dios.
En mucha Iglesias, varios miembros congregacionales tendrán una unción para pastor, pero esa unción
para pastor, pero esa unción puede ser para un grupo especifico dentro de la Iglesia. Una persona con un
corazón por los niños pude ser un pastor para los niños; hacia aquella persona los niños se sentirán
supernaturalmente movidos o inducidos. Conozco un hombre cuyo corazón y ministerio es dirigido
hacia los ancianos y él sirve como pastor para ellos bajo el ministro más anciano. Hay algunos obreros
que trabajan con la juventud que son simplemente líderes y maestros, pero hay quienes son ungidos por
Dios como pastores de jóvenes. Las unciones pastorales pueden estar sobre varias personas en una sola
congregación. Ninguna denominación, directiva o persona puede dar a nadie el don de pastorear. La
gente puede reconocer, pero no pueden producir los dones de Dios. Un pastor no es alguien con una
educación de seminario o un certificado denominacional. Un pastor es un líder cristiano con el corazón
de Dios para pastorear y una unción la cual mueve a la gente a salir del mundo y a juntarse para entrar
adentro del Cuerpo de Cristo. Este don puede únicamente venir de Dios.
MAESTRO
El don de maestro es una unión de parte de Dios la cual anima a una persona a ayudar para que otros
entiendan las verdades de Dios. El maestro tiene un corazón para la gente, y lo conmueve ver a otros en
ataduras debido a un mal entendimiento de los principios de Dios. El maestro de la Escuela Dominical
quien está ansiosamente preocupado por los niños para que estos aprendan verdades Bíblicas tiene el
don de la enseñanza, mientras que un maestro de clase dominical que sirve únicamente por obligación
no tiene ésta unción. Un miembro de la congregación que esté dispuesto a sacrificar mucho tiempo y
energía para enseñar un estudio Bíblico es al que Dios ha ungido. Un maestro no está identificado por su
educación ó conocimiento Bíblico, sino más bien por su corazón. Tampoco puede ser conocido por sus
habilidades para enseñar, porque también hay un talento natural de enseñanza, el cual no tiene nada que
ver con el corazón de Dios. Así como hay asalariados equívocamente llamadas pastores, así también
maestros con habilidades naturales en nuestras escuelas de Biblia, seminarios e iglesias. Son aquellos
que están cargados con la necesidades de la gente, y por lo tanto motivados de corazón para enseñar, los
que son llamados y ungidos por Dios. Unicamente aquellos con tal corazón tienen el poder del Espíritu
Santo fluyendo con sus enseñanzas. La unción rompe yugos de los oyentes liberándolos de las mentiras
de Satanás y los engaños del mundo. Un maestro ungido no es alguien que sólo enseña doctrinas e
imparte conocimiento, sino que es un individuo que, explicando las verdades de Dios, pone a la gente
libre de pecado, limitaciones naturales, depresión y otras ataduras malignas. Un maestro naturalmente
dotado puede ser capaz de explicar a un individuo por qué él peca y lo que la Biblia tiene que decir
acerca de este particular; pero un maestro que es espiritualmente dotado libera poder con su enseñanza
para poner a su persona libre. El Espíritu de verdad (Juan 14:17 ), quien pone libre a la gente (Juan
8:32 ), trabaja en y a través del maestro ungido con el Espíritu .
MAESTRO
ATADURAS
ENGAÑOS DEL MUNDO
MENTIRAS DE SATANAS
EVANGELISTA
La palabra “evangelista” significa en Griego, “uno que anuncia buenas noticias”. Un evangelista no está
tan preocupado por impartir verdades espirituales profundas como las da el maestro, sino que es
motivado a ayudar a que la gente entienda y responda a los mensajes Bíblicos básicos. Su preocupación
principal por los no cristianos es hacer que ellos encuentren la salvación y el perdón de pecados. Para los
cristianos, el amor del corazón del evangelista es motivarlos a responder a los mandatos básicos tales
como “vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio”. El evangelista es un proclamador de las
creencias Cristianas fundamentales.
El Espíritu Santo trabaja con el evangelista para motivar a los oyentes. A través de la unción, las
personas son emocionalmente motivadas y multitudes son fácilmente atraídas. El Espíritu Santo fluye
hacia fuera en una forma que convence a las personas de sus pecados. Excusas para la inactividad y la
indecisión son expuestas por la luz del Espíritu. Todos son espiritualmente impulsados a responder y
actuar.
EVANGELISTA
EXCUSAS
INACTIVIDAD
INDECISIÓN
PEREZA
El evangelista es usualmente una persona del tipo agresivo, energético. Para hacer que otros actúen, él
en si mismo debe ser un individuo activo. El evangelista disfruta ver resultados rápidos . El evangelista
ungido está emocionante y constante en movimiento. Hay evangelista adentro y afuera del medio
circundante de la Iglesia local. En el libro de Hechos vemos a Felipe, quien es llamado un evangelista
(Hechos 21:8), predicando el Evangelio en una ciudad tras otra (Hechos 8: 40); Felipe fue también
usado por Dios cuando compartía con personas inconversas en un evangelismo de persona a persona
(Hechos 8:29-38). En su propia Iglesia, él fue uno de los siete diáconos quienes servían las mesas,
(Hechos 6:1-5). Algunos evangelistas predican a lo Cristianos mientras que otros son enviados a
ministrar al mundo.
OÍDOS PARA OÍR
Antes de que discutamos profetas y apóstoles, piense acerca de su propia receptividad a éstos dones. La
mayoría de nosotros no estamos familiarizado con estos ministerios, y entonces, debemos ser cuidadosos
para entenderlos.
Jesús habló acerca de “oídos para oír”. Aún los discípulos fueron capaces de oír ciertas verdades, pero
no estaban todavía listo para oír otras. El rechazo de una persona a la verdad no es usualmente una
negación abierta, sino más bien una aceptación sutil de sus propios pensamientos en vez de los de Dios.
Por ejemplo, millones han rechazado la experiencia del nuevo nacimiento, manteniéndose en su propios
pensamientos tales como: “No es para mi”, “No estoy listo” o “Quizás antes que me muera”. Esos
pensamientos le asignan la experiencia del nuevo nacimiento a alguien más o a un tiempo diferente.
Ellos mantienen la verdad a una cierta distancia para que así ninguna respuesta personal sea requerida.
No es para mí
La persona de corazón
Endureciendo es aquella
que se adhiere a sus
propios pensamientos en
vez de recibir los de Dios.
VERDAD
Aferrarse a pensamientos los cuales mantienen la verdad alejada de nosotros, nos hace incapaces de oír.
Esto es lo que significa ser duros de corazón. Muchos Cristianos son duros de corazón hacia el Bautismo
del Espíritu Santo con evidencia del hablar en lenguas. Ellos razonan que el don de las lenguas es
únicamente para unos pocos selectos, o que las lenguas ya pasaron, o que esto es únicamente para unos
pocos misioneros de ultramar. Se endurecen ellos mismo de tener que responder personalmente,
asignándole eso a otra gente, otros tiempos o lugares diferentes.
Con la sanidad física, muchos tienen la esperanza de que Dios quitara sus enfermedades algún día en el
futuro, otros niegan la sanidad completamente en ésta era, mientras la mayoría reconoce que esto puede
ocurrir a otra persona, pero el recibir esto para ellos mismos es una historia totalmente diferente. Jesús
sabia que le intruso estaba listo para tener a su siervo sano cuando dijo: “Solo di la palabra, y mi siervo
será sanado” (Mateo 8:8). Cuando una persona dice, ”ahora mismo pasará”, entonces él o ella estará
abierta y lista para recibir – entonces esa persona tiene oídos que oyen.
Este principio no es diferente con los dones del profeta y apóstol. Por años la Iglesia ha quitado esos
dones, diciendo que ellos eran para los tiempos del Nuevo Testamento o sólo para los doce apóstoles
originales, más unos pocos profetas del Antiguo Testamento. La Iglesia ha sido incapaz de aceptar el
hecho de que al menos veinte y dos (22) apóstoles son nombrados en el Nuevo Testamento (listados más
adelante) y profetas son mencionados más de ciento cincuenta veces (150). Luego para admitir que el
esta aquí hoy en nuestro medio es otro salto de fe el cual requiere de oídos que oigan. Tenemos que
rechazar verdades que no queremos oír. Tal es el caso con los profetas y los apóstoles, porque para
nosotros reconocerlos como parte de la Iglesia de hoy significa que tenemos que reorganizar nuestra
estructura Eclesial y cambiar nuestras vidas personales. Sin embargo, no tenemos oídos para obtener
estos dones hasta que admitamos que todos los cinco dones ministeriales son para nosotros hoy –
¡Ahora!
Lo que me gustaría preguntarle a usted es, ¿Tiene usted oídos para oír?”. ¿Está usted empujando
profetas o apóstoles afuera a otros tiempos o lugares?. ¿Podría usted aceptar a alguien en tu ciudad,
Iglesia o familia quien clama ser un apóstol?. ¿Admitirá que usted es un profeta, si es lo que usted ahora
se da de cuenta?. ¿Esta usted listo para decir “hoy es el día!”?
No es suficiente aceptar apóstoles como líderes quienes están en ultramar en el campo de misionero.
Cristianos en Norte América han hecho esto frecuentemente olvidándose que el Evangelio no se originó
allí. Nosotros también fuimos un campo misionero y ¿quién negaría que todavía lo somos? Norte
América necesita apóstoles y profetas.
Nosotros no podemos solos apuntar a nuestros grandes líderes cristianos quienes tienen grandes
ministerios de televisión, radio y revistas como nuestro apóstoles y profetas, porque esto es también una
forma de endurecer nuestros corazones y apartarlos de nosotros personalmente. Necesitamos aceptar
los dones de Dios cuando los buscamos justo en nuestro medio, en nuestras vidas y en nuestras Iglesias.
Cuando aceptamos profetas y apóstoles, nosotros recibimos sus ministerios, y entonces hacemos
accesible inmensos canales del poder de Dios adentro de la Iglesia y adentro del mundo. Son los profetas
y los apóstoles quienes al nosotros ver en la Biblia, tienen la más grande autoridad, frecuentemente
demostrada por milagros y sanidades. Así como el pastor, maestro y evangelista tienen unciones
especificas por medio de las cuales los ríos de vida fluyen, así también lo hacen los profetas y los
apóstoles. De hecho, como veremos, estos dones tienen un mayor flujo de gracia que cualquiera de los
otros. Ya que la Iglesia ha aceptado únicamente en un grado limitado todos los cinco dones
ministeriales, ella no ha estado experimentando la plenitud del poder de Dios. Si usted ha estado
orando para que el poder de Dios sea traído a la Iglesia, entones prepárese para recibir todos los vasos a
través de los cuales vendrá.
Finalmente, no es suficiente admitir que profetas y apóstoles existen sino que debemos “Aceptarlos” y
juntamente con ellos a sus unciones. Déjeme comparar esto con el recibir el bautismo del Espíritu Santo.
No es suficiente para una persona el reconocer que tal experiencia es verdad o posible. Sólo si una
persona “Acepta” el bautismo disfrutara de los beneficios concernientes. Así también, aquellos que
únicamente admiten la existencia de profetas y apóstoles pero no los aceptan, no se beneficiaran de sus
unciones. Jesús dijo que: “si usted recibe a un profeta, lo recibe a Él” (Mateo 10:40:41). Es el momento
de nosotros recibirlos a ellos.
OBREROS QUE CONSTITUYEN EL CIMIENTO O FUNDAMENTO
Una característica única de las unciones proféticas y apostólicas es que ellas trabajan sobre la estructura
básica de la Iglesia. (Efesios 2:20) nos dice acerca del Cuerpo de Cristo el cual está ...edificado sobre
el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo
mismo.
Evangelista, pastores, maestros y todos los otros cristianos edificados sobre los fundamentos ya
colocados (ver también 1 Co 3:10-13). Unicamente apóstoles y profetas tienen el poder y la autoridad de
Dios para poner o cambiar el fundamento en sí mismo. Esto se hará evidente ahora cuando miremos a
estos dos dones individualmente.
Pastores, Maestros,
Evangelistas y todos
los santos.
APOSTOLES Y PROFETAS
PROFETA
La palabra “profeta”, significa, “uno que habla públicamente o a la vista”. Un profeta es un cristiano,
llamado de Dios para hablar claro de Él, no es la forma usual en que un predicador expone o enseña de
la Biblia, sino en manera mucho más directa y poderosa. Detrás de las palabras de un profeta se
encuentran grandes fuerzas espirituales, capaces de romper ataduras de individuos o grupos de personas.
Así como la Palabra de Dios en la Creación, tales como “que sea la Luz” tenía poder creativo, así
también en un menor grado, las palabras de un profetas lleva el poder creativo de Dios. No son
simplemente para entendimiento o conocimiento, sino para cambiar la estructura o naturaleza de aquello
el cual está siendo reprendido. Las palabras de un maestro pueden ser evaluadas, pero las palabras de un
profeta deben ser aceptadas o rechazadas, obedecidas o resistidas. Esto no significa que la conversación
de un profeta en el transcurso de su madurez cristiana es siempre ordenada por Dios, y por lo tanto
cargada de poder, sino que aquellos mensajes que él recibe de Dios para una situación particular o
persona tiene fuerzas espirituales detrás de ellos. El profeta es la boca directa de Dios a través del cual
él habla poderosamente en la Iglesia y en el mundo.
No confunda el cristiano que profetiza con el don ministerial de un profeta. Como lo explicamos
anteriormente, eso sería tan erróneo como igualar a un cristiano que hace trabajos evangelísticos con el
don evangelista. El cristiano que profetiza habla las palabras de Dios, pero no hay mucho poder
espiritual detrás de esas palabras, y él habla solamente para edificación, consolación y exhortación (1 Co
14:3). El profeta puede hablar con estos tres propósitos, sin embargo él también hablará con la
dirección, revelación, reprensión, corrección de Dios o conocimiento del futuro. Por ejemplo, los
profetas en Hechos 13:1-2, oyeron lo dirección de Dios de enviar a Pablo y a Barrabás para el
ministerio; y el profeta Agabo habló con revelación y conocimiento del futuro cuando él le informó a
Pablo por adelantado que él sería puesto en prisión (Hch 21:10-11). Los profetas en el Antiguo
Testamento dieron grandes reprensiones a los judíos en muchas ocasiones, como lo hizo Pablo cuando le
escribió a las Iglesias. El ministerio de un profeta es más grande, más diversificado y más poderoso que
aquel de un cristiano que profetiza.
Un Cristiano
que profetiza
Un Cristiano
profeta
Edificación
Consolación
Exhortación
Edificación, Consolación,
Exhortación, Dirección,
Corrección, Revelación,
Conocimiento del futuro.
Los profetas pueden ser entendidos mejor contrastando el poder de sus palabras al poder de las palabras
de un evangelista. Un evangelista dotado pude venir a una Iglesia o ciudad y predicar un mensaje que
hace que docenas o aún cientos de personas respondan; sin embargo, de estudios hechos sabemos que
ese éxito depende mucho de la propaganda, organización y un extensivo seguimiento pero –y aún con
todos éstos- , muy pocas de esas personas alcanzas permanecerán involucradas en una Iglesia. Por
ejemplo en una cruzada evangelística típica a lo ancho de la ciudad, hoy en día, menos del 20% de
aquellos que responde a la invitación del evangelio terminarán estando involucrados en una Iglesia. En
contraste, cuando un profeta visita a una Iglesia o va a una ciudad, el poder de sus palabras producen
resultados duraderos. Por ejemplo, Charles Finney (quien es incorrectamente llamado un evangelista)
fue un profeta que trajo avivamiento a muchas ciudades en América hace aproximadamente 100 años;
estudios muestran que sobre el 80% de aquellos a los cuales él ministró, permanecieron en una Iglesia
por el resto de sus vidas. El profeta Jonás trajo a una ciudad entera el arrepentimiento sin ninguna
propaganda, seguimiento o administración. Tales resultados son entendibles en el ministerio del profeta,
pero es conocidos en el ministerio del evangelista. Un profeta dotado no solamente cambiará el curso de
una Iglesia en los años por venir, sino que individuos que son ministrados les seria dada dirección que
influiría o afectará el resto de sus vidas. El profeta trata con los fundamentos. A medida que demos
unos pocos ejemplos más tarde, usted verá que las palabras de un profeta resisten el tiempo, persecución
y aflicción. Las palabras del maestro, pastores y evangelistas no llevan tal poder.
Frecuentemente el profeta es llamado por Dios para una labor específica, por ejemplo, Juan el Bautista
fue enviado para preparar el camino del Señor. Nehemías condujo a los judíos para reconstruir el muro
alrededor de Jerusalén. Cuando nosotros leemos los libros de los profetas en la Biblia, vemos que la
“Palabra del Señor” o una visión vino a cada uno de ellos y luego se les fue requerido que proclamaran
aquel mensaje. Moisés, quien también fue un profeta, condujo al pueblo judío a salir de la cautividad.
Hoy, Dios envía a algunos profetas a una Iglesia o denominación específica para corregir o ayudarlos a
tomar de nuevo el rumbo. Otros profetas pueden tener un mensaje básico el cual ellos expresan en
muchas y diferentes formas y lo llevan a las Iglesias. Debido a esto, ellos parecieran desbalanceados y
limitados. La gente frecuentemente los juzgan por hablar acerca de los mismos tópicos una y otra vez
no dándose cuanta que ellos están “para ser supuestamente desbalanceados”, al menos a través de
nuestros ojos.
Muchas veces Dios mantendrá a l profeta hablando del mismo tema o tópicos
relacionados hasta que mensaje ha sido recibido o abiertamente rechazado. Después de eso, Dios
poner al profeta de nuevo en marcha, o darle una nueva visión, o palabra, carga. Es debido a que la
misión del profeta puede ser intensa y poderosa, que él está algunas veces limitado a una sola labor o
mensaje a la vez.
No se forme una imagen distorsionada del ministerio del profeta. No todos tendrán una sola misión o
propósito. La mayoría funcionará en el Cuerpo de Cristo en una forma donde pueda dar dirección y
revelación consistente y balanceada. Para describir sus roles no quiero restringirlos ni tampoco el punto
de vista que usted tiene que ellos deben hacer. Por favor entienda que sólo estamos mencionando
brevemente unas pocas características frecuentemente vistas.
Profetas son también usados por Dios para transmitir, confirmar o reconocer unciones sobre las
personas. En el Antiguo Testamento, podemos ver como los profetas derramaban aceite sobre las
cabezas d ellos reyes antes de tomar sus posiciones. Timoteo fue animado por Pablo para continuar en
el Don Espiritual que él había recibido con imposición de manos mediante declaración profética ( 1Tim
1:18 y 4:14). Fueron varios profetas y maestros quienes apartaron a Pablo y Bernabé para el ministerio
(Hch 13:1-3). Los profetas son capaces de hablar públicamente las unciones de Dios cuando Él las
dirige.
El corazón del profeta es directo, intenso, cargado, tierno y frecuentemente frustrado. Su corazón está
enfocado en la tarea específica que Dios le ha dado. Sus emociones están ligadas a los resultados que él
percibe en relación a su llamado: frecuentemente en lágrimas cuando no es visto el cambio – gozoso
cuando la conversión es recibida. Ellos tienen un corazón compasivo el cal es fácilmente quebrantado a
la vista del pecado. Sin embargo, es común lo que está escrito en la Biblia no es real en la Iglesia.
Muchos cristianos no son capaces de entender esta ira, y no se dan cuanta que en el profeta nosotros
vemos otro lado del corazón de Dios. Un profeta tiene ciertas características y habilidades los cuales lo
capacitan para hacer el trabajo que está llamado a hacer. Un profeta es más sensible a fuerzas
espirituales y problemas que se avecinan que el cristiano que el cristiano promedio. En el Antiguo
Testamento, el profeta era frecuentemente llamado “un vidente”, el cual se refería a una habilidad para
ver adentro del mundo espiritual. Él percibe las soluciones de Dios o respuestas a los problemas en la
Iglesia, en el mundo y en la vida de los individuos. Sus ojos está abiertos para ver visiones y unciones
que vienen de Dios. Debido a que los profetas frecuentemente encuentran gran resistencia, ellos son
algunas veces determinados, considerados tercos y testarudos. Ellos no son afectados por la persecución
o las opiniones de los hombres. Ellos son dramáticos y con acciones que enfatizan los mensajes que
Dios ha colocado sobre sus corazones. Profetas son típicamente individuos radicales, solitarios, más que
el cristiano promedio, y tan intenso que ellos retan a aquellos alrededor de ellos. No queremos sobre –
estereotipar, pero esto es como Dios parece diseñar el carácter y la personalidad del profeta. Todo esto
viene con el don sobrenatural.
APOSTOL
La palabra “apóstol” significa en griego, “uno enviado hacia fuera”. Un apóstol es un ministro enviado
directamente por Dios para llevar a cabo un trabajo específico. Los doce hombres que caminaron con
Jesús fueron llamados apóstoles a partir del día en que Jesús los envió a las ciudades para predicar
acerca del Reino de Dios: antes de esto ellos fueron llamados discípulos. En Hechos 13 vemos que
Pablo y Bernabé se convirtieron en apóstoles en el momento que el Espíritu Santo los separó para salir a
predicar. Pablo comenzó la carta a los Gálatas con sus capacidades:
Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo
y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos) Gálatas 1:1
Un apóstol, puede tener una denominación, una Iglesia, o un cierto grupo detrás de él, sin embargo, él
siempre tiene un más alto llamado de parte de Dios. La marca que identifica a un apóstol es que él es
realmente “un enviado”.
DIOS
¡Ve, hazlo!
En segundo lugar, un apóstol es reconocido por la autoridad espiritual, que el tiene. Pablo defendió su
posición como un apóstol, escribiendo:
Las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros... a través señales y prodigios y milagros (2 Co
12:12). Nosotros vemos a Pablo demostrando gran autoridad a medida que él era usado para hacer
milagros, y cuando él entregó a Satanás a un hombre pecador (1 Co 5: 5-15). Un apóstol puede también
desatar o soltar bendiciones a través de sus palabras, oraciones y la imposición de las manos.
La palabra “misionero”, tiene la misma raíz como la palabra apóstol: ambos significan “uno enviado
hacia”. Sin embargo, el misionero de hoy es un verdadero apóstol únicamente si ha sido enviado
específicamente por Dios, y si la autoridad apostólica está operando en su ministerio. Algunos
misioneros han sido enviados específicamente por Dios, y si la autoridad apostólica está operando en su
ministerio. Algunos misioneros han sido enviados a ultramar, y verdaderamente han funcionado como
apóstoles hacia otras naciones o regiones. Sin embargo, no todos los misioneros son apóstoles y no todos
los apóstoles son enviados a tierras extrañas. Dios ha sido lo suficientemente bueno para darnos en
nuestro país este don también.
El don apostólico incluye la habilidad para hacer lo que sea necesario, para realizar lo que Dios lo ha
enviado a hacer. El apóstol tiene gracia para ministrar en los otros cuatro dones ministeriales: profeta,
evangelista, maestro, pastor. Así como el pastor tiene poder sobrenatural para atraer o mover a sus
rebaños, así también el apóstol atrae líderes con estos dones. El apóstol normalmente levante o
promueve varíos pastores, evangelista, maestros y otros líderes para ayudarlo a él a cumplir con el
llamado que Dios le ha dado.
El llamado o de un apóstol es específico para una región o un grupo de personas. Pablo escribió que él
era un apóstol a los gentiles y que Pedro era un apóstol a los judíos (Ga 2:8). Ser enviado por Dios
implica que uno es enviado a un lugar o a un grupo de personas. Nosotros tenemos líderes quienes han
sido usados como apóstoles hacia Africa, China o a otros lugares. Algunos apóstoles pueden ministras a
grupos más pequeños de personas, tales como los refugiados en América o los negros en Getto.
También otros pueden ser enviados por Dios para edificar un fundamento de un ministerio específico
dentro del Cuerpo de Cristo. Ejemplo de todos estos serán listados más adelante.
Un apóstol es diferente de un profeta si bien ambos tienen tareas específicas. El profeta tienen u
mensaje y propósito limitado, y su poder está en sus palabras. Un apóstol va para establecer y edificar a
un grupo de creyente en todas las áreas de sus vidas. El apóstol se convierte en un padre para el trabajo,
y él puede permanecer como cabeza del ministerio con varios líderes bajo él , o él puede continuar como
lo hizo Pablo, dando o entregando el trabajo establecido a alguien más. El ministerio de un apóstol es
inclusivo y más amplio que el de un profeta. Además, el fundamento que perdura con el tiempo no son
sus palabras, sino su trabajo.
El corazón de un apóstol está atado a todas las áreas dentro de las cuales él está llamado ha hacer. Él ve
por lo que abarca o incluye todo el ministerio. Él está encargado por las Iglesias, líderes y toda la gente
relacionada a ministerio. Pablo escribió que él estaba constantemente bajo presión por la preocupación
por todas las Iglesias (2 Co 12:28). Los apóstoles conocen sobrenaturalmente cuando una parte de su
trabajo necesita ayuda o cuando un ministerio bajo su cuidado está sufriendo. El corazón de un apóstol
es “GRANDE”.
De dentro de su gran corazón fluye una cobertura espiritual y una unción para aquellos bajo su cuidado.
Pastores, maestros, evangelistas y el trabajo entero bajo su cuidado sobrenaturalmente dado un poder y
protegido por el Espíritu Santo formando un paraguas sobre ellos. Esta es la razón por la cual Pablo
pudo entregar a Satanás a un hombre pecador privándole de la mano protectora de Dios (1 Co 5:5).
Cuando un apóstol está presente, hay unidad y paz que fluye adentro de la organización. aquellos que
operan bajo un apóstol reciben de él la energía del Espíritu Santo, celo y unción sobrenatural. Está es la
forma en la cual el Espíritu Santo fluye desde su interior.
APOSTOL
DIRECCIÓN
ENERGÍA
PODER
PROTECCIÓN
UNIDAD
Otra vez, déjeme señalar que hay 22 personas quienes son llamados apóstoles en el Nuevo Testamento.
Aparte de los 12 originales, está Matías (Hch 1:26), Bernabé y Pablo (Hch 14:14), Andrónico y Junias
(Ro 16:7), Santiago, el hermano del Señor (Ga 1:19), Epafrodito (Fil 2:25), Apolos (1 Co 4:6-9), Silvano
y Timoteo (1 Ts 1:1 y 2.6). algunas escrituras dan a entender que hubo aún más considerados apóstoles
(por ejemplo vea Romanos 16:7).
Recuerde que éstos 22 o más apóstoles estaban vigilando la Iglesia cuando ella consistía de únicamente
unos pocos miles de personas. Hoy, nosotros debemos esperar tener muchos más apóstoles para vigilar
y cuidar la Iglesia a lo largo y ancho del mundo. Ya que Efesios 4:11-12 nos dice que los apóstoles son
necesaríos para la edificación del Cuerpo de Cristo hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe,
entonces debemos ser capaces de reconocer más que los 12 apóstoles originales – aún docenas – sino
cientos de líderes, quienes han servido como apóstoles durante la historia de la Iglesia.