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RETENIENDO EL AVIVAMIENTO Pastor Jorge Navedo Por casi 300 años la iglesia sostuvo un avivamiento de crecimiento tan poderoso, debido a la persecución, a la unidad y compromiso que los creyentes habían asumido. HECHOS 4:31-35 “Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.32Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. 33Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. 34Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, 35y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad” La victoria de la fe por medio de la oración, LA GUERRA DE LA FE. Después de la curación del hombre cojo (3.1–6), a Pedro y a Juan se les mandó que cesaran su predicación en el nombre de Jesús (4.18). Ambos reconocieron lo adverso de la situación y se volvieron a los suyos, los creyentes (v. 23, 24); convocaron entonces un período de oración que fortalecería su fe ampliando las dimensiones de su testimonio. Por medio de la oración ellos adquirieron: 1) Una plenitud sobrenatural: todos los presentes experimentaron la plenitud del Espíritu Santo 2) Una intrepidez sobrenatural: esta oración condujo a un bautismo de osada valentía para proclamar la Palabra de Dios (v. 31) 3) Una unidad sobrenatural: Los participantes en la oración eran «de un solo corazón y un alma» (v. 32) 4) Una sumisión sobrenatural 5) Una productividad sobrenatural: provistos de un nuevo poder salieron dispuestos, y se obtuvieron frutos para la gloria de Dios (v. 33) 6) Una generosidad sobrenatural: fueron bautizados en un espíritu de sacrificio y generosidad (v. 34, 35). Conclusión: Tenemos que continuamente renovar el poder del Espíritu en nuestras vidas por medio de una relación continua, salir a dar por gracia lo que Dios nos está dando para establecer su reino, mantener la unidad en el cuerpo de Cristo, orar por lo sobrenatural (señales y milagros) y tener compasión por los necesitados.