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Foto: Amy Elliott
En una nación arropada por el temor,
la venganza y el odio, seamos la luz. . .
Estimado Pastor(a):
Gracia y Paz a vosotros de Dios nuestro Padre y de nuestro Señor Jesucristo.
En respuesta a los incidentes raciales ocurridos en Estados Unidos a raíz de los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001, la Comisión de Ministerios Multiculturales de la Iglesia Evangélica Luterana en América hizo un
llamado a los seminarios de nuestra Iglesia para que prepararan unos escritos a usarse junto con los boletines
dominicales para uso congregacional.
Se incluyen con este comunicado un total de ocho escritos confiando en que los podrán utilizar durante las
próximas ocho semanas en sus servicios dominicales. Les agradeceríamos que los fotocopiaran y los distribuyeran
en sus congregaciones.
Además, existen otros recursos disponibles por medio del Centro de Distribución de Augsburg Fortress llamando al 1-800- 328-4648.
No Hate Allowed: A Resource for Congregations for Action Against Racial Crimes (Código: 6-0000-2926-8 Inglés
y 6-0000-2927-6 Español) Costo: $4
God’s People Building Bridges: A Guide for Planning and Leading Cultural Awareness Workshops in the Evangelical
Lutheran Church in America (Código: 6-0000-2780-X) Costo: $2.95
Our Muslim Neighbors (Código: 6-0000-2621-8)
Arab Friends, Neighbors and Guests por Kathy Abdallah (Código: 0-8066-4447-8) Costo: $8.99
A Resource on the Middle East for the Evangelical Lutheran Church in America (Código: 6-0000-2373-1)
En una nación arropada por el temor, la venganza y el odio, seamos la luz que brille en medio de la oscuridad. Que la luz de Cristo nos llene de esperanza en estos momentos tan difíciles y Dios le continúe bendiciendo
en su ministerio y a su congregación.
Paz,
Reverendo Fred Rajan
Director Ejecutivo, Comisión de Ministerios Multiculturales
Iglesia Evangélica Luterana en América.
Mirando desde el corazón de Cristo
¿Qué pasa por la mente de un joven latino el cual es escupido
Foto: Amy Elliott
en un restaurante de comida rápida por que parecía ser del
medio oriente? ¿Qué hay en el corazón de una mujer islámica que
se esconde en su apartamento presa del miedo? ¿Qué hay en la
memoria de un adolescente afroamericano cuya iglesia fue quemada? ¿Qué hay en la mirada de un comerciante asiático cuya
tienda ha sido vandalizada en múltiples ocasiones? ¿Cuánto peso
tienen las lágrimas de una mujer india americana mientras observa a sus hijos bailar al ritmo de los tambores un baile ancestral
mientras sus estómagos rugen por falta de alimento y esperanza?
Damos gracias a los cristianos que han
caminado en las escaleras de los templos
destruídos, junto a los niños temerosos, que
han escrito cartas al editor para fomentar la justicia y la misericordia, que voluntariamente sirven alimentos a los desamparados, consuelan y
oran por los médicos y enfermeras extenuados,
tomaron las manos de niños asustados, apoyaron a los luteranos e islámicos de Arabia y
pidieron por valor necesario para servir.
Jesús tocó a los intocables, habló con la mujer rechazada,
allanó profundas diferencias, llamó a un odiado recaudador de
impuestos al ministerio, tomó mis pecados tan profundamente en
su corazón que lloró, murió y resucitó.
Por favor oren conmigo: “ Pecador como soy, Jesús, dame los
ojos que vean como Dios ve y las manos que alcanzen a otros
desde el corazón de Cristo.”
—Fred Reisz, Presidente
Lutheran Theological Southern Seminary
Columbia, S.C.
Producido por la Comisión para Ministerios Multiculturales de la IELA
Derechos Reservados ©2001 Iglesia Evangélica Luterana en América. Este documento puede ser fotocopiado para su uso local.
Actos de Violencia
qué la violencia generalmente produce más violencia? ¿Qué se
¿ Porpuede
hacer para ponerle fin a este ciclo pertubador? Éstas pre-
guntas sacan nuevamente a la luz pública los crímenes de odio ocurridos en los Estados Unidos sobre todo desde la tragedia ocurrida el
11 de septiembre de 2001. El siguiente pasaje de “Meditando en la
Pasión de Cristo” de Martín Lutero no tiene unas
respuestas sencillas a dichas preguntas. Pero , nos
recuerda cual es la respuesta de Dios a la violencia y
el odio en todas sus formas- compasión y un amor
incondicional.
“No debes contemplar el sufrimiento de Cristo
(por que ésto ya ha hecho su trabajo y te ha horrorizado) , pero ve más allá y admira su corazón amigable y como palpita con tal amor por ti que le impulsa
a sufir con dolor tu conciencia y tu pecado…
“Ahora continúa y levántate sobre el corazón de
Foto: Bassam Abdallah
Cristo al corazón de Dios y verás un corazón divino y paternal , y
que como Cristo dijo, serás llevado al Padre por medio de El.
Conocemos a Dios correctamente cuando nos acercamos a El no en
su poder o sabiduría (por las cuales nos podría causar temor), sino
en su bondad y amor.”
Éste pasaje nos recuerda la poderosa respuesta de Dios a la violencia y al odio que llevó a la crucifixión de Jesús. Como pueblo de
Dios, hemos sido llamados a vidas opuestas a la violencia y al odio.
En la cruz, Dios en Cristo Jesús nos mostró su propio corazón; un
corazón que late con ternura, no odio, con amor, no violencia.
¿Podemos hoy en día seguir confiando en que la compasión de
Dios y su amor incondicional serán más poderosos que nuestra sed
—Carol R. Jacobson
Asistente de Cátedra de Educación Cristiana
Pacific Lutheran Theological Seminary
Berkeley, Calif.
Producido por la Comisión para Ministerios Multiculturales de la IELA
Derechos Reservados ©2001 Iglesia Evangélica Luterana en América. Este documento puede ser fotocopiado para su uso local.
Jesús sufre junto a las víctimas del odio
trágicos del 11 de septiembre de 2001 despertaron
Losen eventos
nosotros sentimientos y emociones encontradas. La tristeza,
Foto: Amy Elliott
la amargura, el coraje y el deseo de venganza que hemos visto a
través de los medios de comunicación son reales y no se irán de
nuestra mente fácilmente.
También han habido expresiones de compasión, valor, arrojo y un genuino deseo de
una justicia suavizada con misericordia.
Todos nosotros como nación, tenemos
una oportunidad única para demostrar que
estamos realmente comprometidos con los ideales de libertad y justicia, igualdad y respeto
por todos—sin importar su condición social, su
país de origen, color de piel, religión o idioma.
Como cristianos cuyo Señor es el Jesucristo
crucificado y resucitado, sabemos que Jesús
está presente y sufre con todos aquellos que
son víctima de discrimen y de crímenes de odio por motivos étnicos. Dichos actos son una violación a las buenas nuevas de
Jesucristo por las cuales nos debemos regir. Oremos para que
éstos actos de odio se detengan.
Tomemos la responsabilidad de recordarles a todos aquellos
que están viviendo con miedo por su fe Musulmana, su nombre,
o su nacionalidad - que somos hermanos y hermanas por el amor
de Dios.
Oremos para que Dios nos de el valor para hablar y actuar
por nuestros vecinos que viven en peligro debido al desprecio, las
amenazas y los actos de venganza.
—Dr. Winston Persaud and Dr. Craig Nessan
Wartburg Theological Seminary, Dubuque, Iowa
Producido por la Comisión para Ministerios Multiculturales de la IELA
Derechos Reservados ©2001 Iglesia Evangélica Luterana en América. Este documento puede ser fotocopiado para su uso local.
Donde no existe el temor,
no existe el odio
el campus del Seminario Luterano de la Trinidad está un
Enmonumento
dedicado a Alfred Tibor, sobreviviente al holo-
causto. El monumento es en memoria de todas aquellas personas
cuyas vidas han sido tronchadas debido al odio. Tristemente
ahora también evocará a las víctimas que
murieron el 11 de septiembre de 2001.
Ahora nuestra tristeza y nuestro deseo de
justicia, viene con noticias sobre violencia y
discriminación contra los musulmanes, los
árabes y otros. Mientras tratamos de entender la profundidad del sentimiento que produce tal odio, no podemos y no debemos
aprobarlo.
En el cumplimiento de nuestro llamado a
confrontar la maldad del mundo, la pasión
es necesaria pero el odio esta prohibido. Esto
Foto: Amy Elliott
es así por que el odio siempre está basado
en el miedo y es de ese miedo que las buenas nuevas nos liberan.
“No se turbe vuestro corazón, ni tenga miendo.” dice Jesús. (Juan
14:27) En un mundo donde no existe el miedo, el odio no tiene
sentido.
Una vez más somos llamados a orar como los cristianos lo
han hecho a través de los siglos: “Danos a nosotros, tus siervos, la
paz que el mundo no puede dar...que nosotros, siendo defendidos del miedo a nuestros enemigos podamos pasar nuestro tiempo en tranquilidad y quietud.”
—Dr. Brad Binau
Profesor Asociado de Teología Pastoral
Trinity Lutheran Seminary
Columbus, Ohio
Producido por la Comisión para Ministerios Multiculturales de la IELA
Derechos Reservados ©2001 Iglesia Evangélica Luterana en América. Este documento puede ser fotocopiado para su uso local.
Nuestro refugio y fortaleza
L
Foto: Bassam Abdallah
os ataques sufridos el 11 de septiembre de 2001 atentaron no
solamente contra sus objetivos sino también contra los pilares
de nuestra confianza en el mundo, los cimientos de nuestra fe, y
nos dejaron tratando de encontrarle el sentido al rostro de una
maldad sin límite.
En los días llenos de tristeza que siguieron al día del ataque,
muchos han ido hasta la Biblia, no para respuestas sencillas sino
para encontrar fortaleza y certeza de la presencia de Dios.
Los Salmos y los profetas nos guían en la experiencia de
desamparo, reconociendo nuestro sentimiento de abandono. “Por que mi alma
está hastiada de males...(Soy) como
aquellos de quienes no te acuerdas ya…”
(Salmo 88)
Pero luego, lentamente, sin negar la
profundidad de nuestro dolor y nuestra
pérdida, la Biblia nos motiva a salir del
sentimiento de desamparo. “Aunque
ande en valle de sombra de muerte, no
temeré mal alguno.” (Salmo 23) O las
palabras del Salmo 46, “Dios es nuestro
amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.”
La Biblia nos provee imágenes y promesas para consolarnos y
renovar nuestra esperanza aún cuando no tenga sentido para
nosotros el odio ciego de la maldad insensible. Lentamente somos
guiados hacia donde instintivamente sabemos que debemos llegar, a los pies de la cruz.
—Bob Robinson, Profesor del Antiguo Testamento
The Lutheran Theological Seminary at Philadelphia
Producido por la Comisión para Ministerios Multiculturales de la IELA
Derechos Reservados ©2001 Iglesia Evangélica Luterana en América. Este documento puede ser fotocopiado para su uso local.
Seamos hospitalarios
Lectura: Romanos 12:9-13
hospitalarios con el extranjero.” Fui impactado por la
“Seamos
riqueza del concepto de la hospitalidad, la disposición de
hacer espacio en nuestras vidas para proveerle bienestar a otros.
¿Por qué no consideremos a la creación como un gran acto de
hospitalidad en la cual el Dios Trino, una comunidad autosuficiente de personas, crean un espacio para todas las criaturas?
¿Por qué las palabras de la Virgen María de “hágase conmigo…”
no se ven como un acto extraordinario de hospitalidad cuando
hace espacio en su cuerpo para la
Palabra encarnada? Si hacemos esto
tal vez podríamos adquirir una nueva
visión al leer la vida de Jesús como
una historia de hospitalidad dada y
recibida o trágicamente rechazada.
En nuestro mundo de pluralidad
de culturas y religiones, la exhortFoto: Amy Elliott
ación de San Pablo a “ser hospitalarios” se convierte en una
muy significativa. Éste es el caso desde los eventos del 11 de
septiembre de 2001, donde la indignación se transforma en una
rabia enceguecida que busca a quien culpar. Permita Dios que
en dichos días llenos de retos podamos extender nuestra amistad, solidaridad y refugio a nuestros vecinos en necesidad.
Oremos: Señor Dios, recordamos el ejemplo de Abraham el
cual mostró hospitalidad a unos extranjeros , dándole hospedaje
a ángeles sin darse cuenta. Concédenos la gracia de ser personas
hospitalarias que hagan espacio es sus vidas para otros- especialmente para aquellos vulnerables a la discriminación y violencia.
Amén.
—Mark Swanson
Profesor Asociado, Estudios Islámicos
Luther Seminary, St. Paul, Minn.
Producido por la Comisión para Ministerios Multiculturales de la IELA
Derechos Reservados ©2001 Iglesia Evangélica Luterana en América. Este documento puede ser fotocopiado para su uso local.
“No seas vencido de lo malo, sino vence con el
bien el mal.” (Romanos 12:21)
Aférrate a lo que es bueno
C
omo ciudadanos cristianos sabemos que debemos tener discernimiento al momento de tomar decisiones difíciles.
Nuestra ferviente oración es que Dios nos concederá la sabiduría,
la paciencia y la integridad necesaria para ser pacificadores.
El intento de Pedro de salvarle la vida a Jesús utilizando una
espada no fue aceptable. Como discípulos de Jesús debemos
estar atentos y listos a responder, sin olvidar que si Jesús hubiese
aceptado la acción de Pedro, no hubiese existido la cruz en Foto: Bassam Abdallah
primer lugar.
Las palabras de San Pablo a los Romanos
resumen lo que Jesús nos diría hoy:
“ El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo,
seguid lo bueno… Bendecid a los que os persiguen;
bendecid y no maldigáis. Gozaos con los que se
gozan; llorad con los que lloran. Unánimes entre
vosotros; no altivos, sino asocioándoos con los
humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.
No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno
delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No
os venguéis vosotros mismos , amados míos, sino dejad lugar a la
ira de Dios; por que escrito está: ‘Mía es la venganza, yo pagaré,
dice el Señor.’ Así que , si tu enemigo tuviere hambre, dale de
comer; si tuviere sed , dale de beber; pues haciendo esto, ascuas
de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo
malo, sino vence con el bien el mal.” (Romanos 12:9, 14-21)
Para esta valiente taréa se nos ha prometido nada menos que
al Espíritu Santo.
—Dr. Harold Vogelaar, Teologo en Residencia
Lutheran School of Theology at Chicago
Producido por la Comisión para Ministerios Multiculturales de la IELA
Derechos Reservados ©2001 Iglesia Evangélica Luterana en América. Este documento puede ser fotocopiado para su uso local.
Respondiendo al mal
E
l consejo de Pablo fue bien recibido por los cristianos que
vivían en Roma en una diversidad religiosa y que eran
perseguidos. Ellos necesitaban conocer una forma de responder a
las amenazas y a la violencia.
Hoy en día las palabras de Pablo nos hacen sentido. Nosotros
también deseamos saber como responder a la violencia, al terror
y al miedo. ¿Cómo se puede vencer al mal con el bien?¿Cuál
sería una respuesta cristiana?
Nuestros vecinos comparten nuestros miedos, pero
algunos están aún más temerosos por ser musulmanes. Los luteranos conocen lo que se siente ser
prejuiciado. Los luteranos alemanes que viven en
norteamérica recuerdan su miedo durante la Segunda
Guerra Mundial cuando sus vecinos desconfiaban de
ellos y su lealtad fue puesta en entredicho. Éstos luteranos serían los primeros en decirnos cuán importante
fue cada gesto de bondad para con ellos en
medio de sus temores e incertidumbre.
Nuestros vecinos musulmanes necesitan de
amigos cristianos que les respeten y sean considFoto: Bassam Abdallah
erados con ellos. Los cristianos sabemos que el prejuicio y la violencia no son la manera en que debemos afrontar las situaciones.
Éste es el momento en que debemos recordar quienes somos y
es el momento de razonar con aquellos que cometen acciones
basadas en el miedo y la violencia.
Hemos sido llamados a ser cuidadores del mundo, a trabajar para
dar a conocer el amor de Dios y a mostrarle su amor a aquellos a
los que no entendemos.
Ésta es la manera cristiana de vencer al mal con el bien.
—Dr. Maria Erling
Asistente de Cátedra de Historia de Cristianismo
en Norteamérica y la Misión Global
Lutheran Theological Seminary at Gettysburg,Pa.
Producido por la Comisión para Ministerios Multiculturales de la IELA
Derechos Reservados ©2001 Iglesia Evangélica Luterana en América. Este documento puede ser fotocopiado para su uso local.