Download The grace of our Lord Jesus Christ, the love of God the

Document related concepts

Bienaventuranza wikipedia , lookup

Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo wikipedia , lookup

Iglesia de las Bienaventuranzas wikipedia , lookup

Confesión de Pedro wikipedia , lookup

Domus Galilaeae wikipedia , lookup

Transcript
The Evangelical Lutheran Church
in Jordan and the Holy Land (ELCJHL)
PO Box 14076, Muristan Road • Jerusalem, Israel 91140 • +972-2-626-6800
Reformados para vivir el discipulado costoso
y servir la diaconía creativa
Obispo Dr. Munib A. Younan
[email protected]
Mateo 5:1-12
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios el Padre, y la comunión del Espíritu Santo sean siempre
con todos ustedes. Amén.
Estimadas hermanas y hermanos en Cristo:
Es un gran privilegio celebrar el Día de la Reforma en esta iglesia en Jerusalén. Para nosotros, el Día de la
Reforma no es solo una celebración de eventos que sucedieron hace alrededor de 500 años; es, en efecto, una
celebración ecuménica en la que nos unimos a otras iglesias para afirmar que la iglesia de Dios continúa
predicando el evangelio en su verdad y pureza, y que administra correctamente los sacramentos. En este
sentido, es un servicio ecuménico de acción de gracias, en el que Cristo nos brinda el poder de declarar las
Buenas Nuevas en Jerusalén.
En este día celebramos la proclamación renovada del evangelio por Martín Lutero. Usted puede decir que
nosotros en el Oriente Medio tuvimos nuestra propia Reforma hace 170 años, cuando los misioneros luteranos
trajeron una proclamación renovada del evangelio a Jerusalén, donde se originó la iglesia hace dos mil años.
Esto significa que cuando la gente necesita una nueva proclamación del evangelio, Dios envía discípulos para
renovar las Buenas Nuevas de salvación y liberación. Ese es el corazón de la Reforma: Que la iglesia debe
siempre estar presta a ser reformada para vivir las Buenas Nuevas de salvación en términos de la justificación
solo por la gracia, solo por la fe, solo por Cristo.
El movimiento evangélico en el Oriente Medio ha vivido esas Buenas Nuevas a través de la diaconía, la
educación, el trabajo social, los programas de salud y el ecumenismo. Sus misioneros no intentaron establecer
una nueva iglesia en la Tierra Santa. Pero nuestros antepasados palestinos insistieron en ello, en respuesta al
mensaje y servicio de esos misioneros fieles.
Este año, la Iglesia Evangélica Luterana en Jordania y la Tierra Santa celebró su 50to aniversario de su
reconocimiento por el reino de Jordania. Celebramos también el 30mo aniversario del episcopado árabe
luterano. Durante el servicio el Día de la Reforma hace tres décadas, el primer Obispo Luterano árabe, Daoud
Haddad, fue consagrado. Para esa ocasión festiva, el Obispo Haddad escogió predicar de las bienaventuranzas o
beatitudes, como se encuentran en Mateo 5.1-12. Esa es la razón por la cual escogí el mismo texto el día de hoy.
Este familiar y amado texto se encuentra en los Evangelios de Mateo y de Lucas, pero en contextos diferentes.
San Mateo ubica las bienaventuranzas como el preámbulo del Sermón del Monte. San Lucas, sin embargo, lo
incluye inmediatamente después del llamamiento de los discípulos. Esa es la razón por la cual un erudito bíblico
identifica el mensaje como «el discurso de ordenación de los Doce». Algunos consideran las bienaventuranzas
como «el compendio de la doctrina de Cristo». Otros las ven como «la Carta Magna del Reino». Aún otros
hablan del «Manifiesto del Rey». Y muchos cristianos y no cristianos han sido inspirados por la profunda
81935978
Page 2
sabiduría que contiene ese mensaje. Se ha dicho que aún Mahatma Gandhi encontró en las bienaventuranzas
orientación para su vida.
El lenguaje de las bienaventuranzas proviene de los contestos de adoración del Antiguo Testamento. En el
Salmo 2.12 leemos: «Bienaventurados los que tomen refugio en el Señor». Y el Salmo 84.5 afirma:
«Bienaventurados los que descubren sus fuerzas en ti». El rey Salomón en su proverbio dice: «Bienaventurado
es el hombre que encuentra la sabiduría, el que gana entendimiento» (Pr 3.13). Los libros de Daniel y
Apocalipsis también utilizan el lenguaje de las beatitudes hacia aquellos que perseveran en medio de la aflicción
y la persecución.
Aunque nosotros regularmente leemos las bienaventuranzas como versículos individuales, algunos teólogos
dicen que deben ser leídas como una unidad. Las bienaventuranzas son un conjunto y no deben dividirse. Cada
frase implica la próxima. Se dice que cuando una persona las vive, manifiesta todos los atributos descritos de
forma simultánea. Por ejemplo, la persona justificada por la fe no puede ser pobre en el espíritu sin ser mansa.
Uno no puede ser manso sin tener hambre y sed de justicia o sin ser pacificador. Es imposible manifestar alguno
de estos atributos, y recibir la bendición que se le relaciona, sin manifestar también los otros. Puede que
aparezcan en varios grados en diferentes personas, pero todos están presentes, como es su propósito.
¿Qué significan las bienaventuranzas el día de hoy? Las bienaventuranzas no son otro grupo de mandamientos o
un código de conducta para los cristianos. Por el contrario, las bienaventuranzas son el claro llamado de Cristo a
seguir el discipulado costoso y servir en una diaconía creativa para la sanidad de este mundo globalizado,
materialista e injusto.
1. Las bienaventuranzas nos llaman a un discipulado costoso.
En su sermón inaugural, el Obispo Haddad preguntó: «¿Qué tipo de personas necesita nuestro mundo el día de
hoy? ¿Necesita nuestro mundo políticos, economistas, administradores, diplomáticos, maestros o
reformadores?»
Yo le respondo el día de hoy, que el mundo necesita personas en todas esas importantes profesiones. Pero en las
bienaventuranzas, Jesús indica que nuestro mundo necesita algo más que experiencia profesional. Nuestro
mundo necesita personas que estén listas para llevar a efecto un discipulado costoso. Se necesitan verdaderos
discípulos que estén justificados por la fe y estén dispuestos a negarse a sí mismos, a tomar sus cruces y seguir a
Jesús para transformar el mundo. Se necesita que todos los creyentes bautizados vivan el mensaje de las
bienaventuranzas en sus vidas diarias. Nuestro mundo necesita verdaderos discípulos, que no persigan sus
propios intereses o busquen el poder e influencias. Por el contrario, Cristo necesita discípulos el día de hoy que,
como los primeros discípulos, respondan al poder de su llamado. En efecto, es la respuesta a su llamado la que
les hace pobres, mansos y pacificadores.
Esta es la forma en que Dietrich Bonhoeffer lo explica: «Él les llama bienaventurados, no por sus privaciones o
en relación a las cosas que han renunciado, pues en esas actitudes no hay bendición en sí mismas. Solo el
llamado y la promesa hacia quienes están dispuestos a sufrir pobreza y renunciación, justifica las
bienaventuranzas. Tanto la privación externa como la renuncia personal tienen el mismo fundamento: El
llamado y la promesa de Jesús. Ninguna tiene en sí misma los reclamos de reconocimientos de forma
intrínseca».
Recientemente, uno de nuestros jóvenes me preguntó sobre este texto: «Aquí en el Oriente Medio nosotros
vivimos en una sociedad multicultural y multireligiosa. Somos solo pocos en número. ¿Qué significan las
bienaventuranzas para nosotros?»
81935978
Page 3
Las bienaventuranzas fueron predicadas a los discípulos que no eran muchos en número, le recordé. En aquella
ocasión, como ahora, el llamado de Jesús no depende de números o contextos, o de la situación política
prevaleciente, es para los creyentes de todos los tiempos. Jesús llamó a sus oyentes bienaventurados, no por lo
que ellos tenían, sino porque reconocían lo que les faltaba.
En este año de celebraciones y aniversarios, la Iglesia Evangélica Luterana de habla árabe ha conmemorado la
fidelidad de Dios, al permitirnos ser una iglesia establecida. Como todas las iglesias aquí en la Tierra santa, y en
todo el Oriente Medio, nuestros números son comparativamente pequeños. Pero nuestra fuerza no está en
números, edificios, cuentas de bancos o poder político. La fortaleza de la iglesia de Cristo en la tierra de la
Resurrección, está siempre en su proclamación vital del evangelio de salvación y en su compromiso positivo
con la sociedad. Su fortaleza está en que el Espíritu Santo trabaja en nosotros y nos guía, dándonos el poder
para reflejar el amor de Dios a través de un discipulado costoso y profético. El poder que está que en nosotros,
la expresión local del luteranismo mundial, se revela cuando cumplimos el llamado y testimonio de vivir una
diaconía creativa. ¿Estamos preparados para esto?
2. Las bienaventuranzas nos llaman a servir con una diaconía creativa para la sanidad del mundo.
Hay una antigua historia árabe de un rey que le dio a sus tres hijos un regalo preciado. Le dio al primer
príncipe un telescopio especial para revelar lo invisible. Al segundo príncipe le dio una alfombra voladora para
transportarlo a donde él deseara ir. Al príncipe más joven le dio una manzana milagrosa que sanaba cualquier
enfermedad.
Luego de agradecer al padre, los tres príncipes tomaron sus regalos y se fueron a viajar por el mundo.
Un día, por coincidencia, los tres hermanos se encontraron juntos en una ciudad. El primer príncipe usó su
telescopio, y vio que su hermana más pequeña estaba enferma. Entonces el segundo príncipe usó su alfombra
voladora para transportarlo de regreso al palacio. El tercer príncipe usó la manzana milagrosa para sanar a su
amada hermana.
Cuando el rey supo lo que ellos habían hecho, les dijo: «Bien hecho mis hijos. Cuando ustedes usan
cualquier regalo o don que tienen con los regalos o dones de otras personas, ustedes pueden cambiar el mundo».
Yo creo que el Rey de reyes le ha dado a la iglesia muchos dones y nos llama a cooperar, como los tres
príncipes, para sanar el mundo. Podemos utilizar el telescopio especial para revelar la injusticia oculta, como el
tráfico humano y la pobreza sistémica. Podemos utilizar la alfombra voladora para acompañar aquellos que
luchan solos contra la hegemonía y el extremismo. Podemos utilizar la manzana milagrosa para curar a aquellos
que sufren de enfermedades del cuerpo, la mente y el espíritu. Podemos utilizar todos nuestros dones para
promover la vida abundante, como la llama el Evangelio de Juan, o como dice el finado poeta palestino,
Mahmoud Darwish: «En esta tierra está lo que nuestra vida merece, y aquello por lo que vale la pena vivir».
Cerca de nosotros podemos ver que nuestra hermana, nuestra nación de Palestina e Israel, tiene
necesidad de esa sanidad. Está enferma con injusticias, odios, derramamiento de sangre, extremismo, división,
ocupación y opresión. Palestinos e israelíes están muriendo por causa de la justicia y la paz. Jerusalén, el lugar
donde Dios y la humanidad se reconciliaron, necesita la reconciliación entre las tres religiones y las dos
naciones que desean compartirla.
Yo sé que es posible, porque Dios ha utilizado la iglesia para llevar sanidad a otros lugares donde ha
habido heridas. El día de hoy en Augsburg, Alemania se ha planificado una serie de eventos para celebrar el
10mo aniversario de la Declaración Conjunta de la Doctrina de la Justificación, entre la Federación Luterana
81935978
Page 4
Mundial y la Iglesia Católica Romana. En esa declaración, estos cuerpos eclesiales están de acuerdo en la
verdad básica de la justificación por la fe, y terminaron de esa forma siglos de condenación entre unas y otras.
Estimadas hermanas y hermanos, el trabajo es mucho: Consolar a los que lloran, satisfacer a quienes
tienen hambre y sed de justicia, apoyar al necesitado, débil y perseguido. El llamado es claro: «Ustedes son la
luz del mundo»; «ustedes son la sal de la tierra».
En este Día de la Reforma, estemos abiertos al trabajo del Espíritu Santo, para que nos reforme como
individuos, iglesias y como pueblo de Dios, que debe ser renovado diariamente en nuestro discipulado costoso
para la sanidad del mundo.
Permítanme finalizar con la reflexión de san Agustín en torno a las bienaventuranzas.
¿Qué significa seguir si no es imitar? La prueba de esto es que Cristo sufrió por nosotros, dejándonos un
ejemplo que debemos seguir (1 P 2.21).
Bienaventurados son los pobres en espíritu. Debemos imitar a aquel que por nosotros se hizo pobre
siendo rico (2 Co 8.9).
Bienaventurados los mansos. Imiten a aquel que dijo: «Aprended de mí que soy manso y humilde de
corazón» (Mt 11.29).
Bienaventurados los que lloran. Imiten a aquel que lloró por la ciudad de Jerusalén (Lc 19.41).
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia. Imiten a aquel que dijo: «Mi comida es hacer
la voluntad del que me envió» (Jn 4.34).
Bienaventurados los misericordiosos. Imiten a aquel que ayudó al hombre que estaba en el suelo herido
y casi muerto por asaltadores (Lc 10.33).
Bienaventurados son los de limpio corazón. Imiten a aquel que no cometió pecado y que en su boca no
hubo engaño (1 P 2.22).
Bienaventurados los pacificadores. Imiten a aquel que oró por sus perseguidores: «Padre perdónalos
porque no saben lo que hacen» (Lc 23.34).
Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia. Imiten a aquel que sufrió por ti,
dejándote un ejemplo que debes seguir (1 P 2.21).
¡Oh, buen Jesús, puedo verte con los ojos de la fe que has abierto dentro de mí! Te veo llamándonos y
diciendo, como hablando a la humanidad: «Vengan a mí y lleguen a mi escuela».
Que la paz que sobrepasa nuestro entendimiento mantenga nuestros corazones y mentes en Cristo Jesús.
Amén.