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Centenaria, Piadosa, Ilustre y Primitiva
Hermandad de Ntra. Sra. de Villaviciosa
Parroquia de San Lorenzo Córdoba
¡HÁGASE!
Boletín informativo
Vocalía
de Formación
Nº 51
Mayo 2005
OREMOS EN HERMANDAD
Oh Dios, pastor y guía de todos los
fieles, mira con bondad a tu siervo
Benedicto XVI, a quien has elegido
pastor de tu Iglesia; concédele que su
palabra y su ejemplo sean
provechosos al pueblo que él preside,
para que llegue a la vida eterna junto
con el rebaño que le ha sido confiado.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Oh Dios, que para suceder al apóstol
san Pedro elegiste a tu siervo
Benedicto XVI como pastor de tu grey,
escucha la plegaria de tu pueblo y haz
que nuestro papa, vicario de Cristo en
la tierra, confirme en la fe a todos los
hermanos, y que toda la Iglesia se
mantenga en comunión con él por el
vínculo de la unidad, del amor y de la
paz, para que todos encuentren en ti,
Pastor de los hombres, la verdad y la
vida eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo.
ALIMENTA TU FE
LIBRO DEL MES
Título: 15 días con Juan XXIII. Autor: Cardenal Roger Etchegaray. Editorial:
Ciudad Nueva. Precio: 9 €. Reseña: Juan XXIII fue beatificado el 3 de
septiembre de 2000. El cardenal Etchegaray nos introduce en su vida
espiritual, agrupando y articulando en quince grandes temas numerosos
pasajes del Diario del alma y de sus cartas e intervenciones públicas.
APUNTES PARA VIVIR CON DIOS
Quince Minutos en Compañía de Jesús Sacramentado
No es preciso, hijo mío, saber mucho para agradarme mucho; basta que me
ames con fervor. Háblame, pues, aquí sencillamente, como hablarías a tu
madre, a tu hermano.
¿Necesitas hacerme en favor de alguien una súplica cualquiera? Dime
su nombre, bien sea el de tus padres o hijos, bien el de tus hermanos y
amigos; dime enseguida qué quisieras que hiciese actualmente por ellos. Pide
mucho, mucho, no vaciles en pedir; me gustan los corazones generosos que
llegan a olvidarse en cierto modo de sí mismos, para atender a las
necesidades ajenas. Háblame así, con sencillez, de los pobres a quienes
quisieras consolar, de los enfermos a quienes ves padecer, de los extraviados
que anhelas volver al buen camino, de los amigos ausentes que quisieras ver
otra vez a tu lado. Dime por todos una palabra de amigo, palabra entrañable y
fervorosa. Recuérdame que he prometido escuchar toda súplica que salga del
corazón; y ¿no ha de salir del corazón el ruego que me dirijas por aquellos que
tu corazón especialmente ama?
Y para ti, ¿necesitas alguna gracia? Hazme, si quieres, como una lista
de tus necesidades, y ven, léela en mi presencia. Dime francamente que
sientes soberbia, amor a la sensualidad, envidia; que eres tal vez egoísta,
inconstante, negligente, perezoso...o tal vez juzgas muy fácilmente a los
demás o hablas sin caridad de ellos; y pídeme luego que venga en ayuda de
los esfuerzos, pocos o muchos, que haces para quitar de ti tales males. No te
avergüences, ¡pobre alma! ¡En el cielo hay tantos justos, tantos Santos de
primer orden, que en su momento tuvieron esos mismos defectos! Pero
rogaron con humildad; y poco a poco se vieron libres de ellos. Menos aún
vaciles en pedirme bienes espirituales y corporales: salud, memoria, amor,
amistades que te sean provechosas, paciencia, alegría, éxito en tus trabajos,
negocios o estudios; todo eso puedo darte, y lo doy libremente, y deseo que
me lo pidas, siempre y cuando no se oponga, antes bien favorezca y ayude a
tu santificación. Hoy por hoy, ¿qué necesitas? ¿Qué puedo hacer por ti? ¡Si
supieras cuántos deseos tengo de favorecerte! ¿Traes ahora mismo entre
manos algún proyecto? Cuéntamelo todo minuciosamente. Quiero saberlo de
ti. ¿Qué te preocupa? ¿Qué piensas? ¿Qué deseas? ¿Hay algo que quieres
que haga por tu hermano, por un amigo, por tu superior? ¿Qué desearías
poder hacer tú por ellos? ¿Y por Mí? ¿No sientes deseos de mi gloria? ¿No
quisieras poder hacer algún bien a tus prójimos, a tus amigos, a quienes amas
mucho, y que viven quizás olvidados de Mí? Dime qué cosa llama hoy
particularmente tu atención, qué anhelas más vivamente, y con qué medios
cuentas para conseguirlo. Dime si te sale mal tu empresa, y yo te diré las
causas del mal éxito. ¿No quisieras que me interesase algo en tu favor? Hijo
mío, soy dueño de los corazones, y dulcemente los llevo, sin perjuicio de su
libertad, a donde me place.
¿Sientes acaso tristeza o mal humor? Cuéntame todo, pobre alma
desconsolada, tus tristezas con todos sus pormenores. ¿Quién te hirió?
¿Quién lastimó tu amor propio? ¿Quién te ha despreciado? Acércate a mi
Corazón, que tiene bálsamo eficaz para curar todas las heridas del tuyo. Dame
cuenta de todo, y acabarás en breve por decirme que, a semejanza de Mí,
todo lo perdonas, todo lo olvidas, y en pago recibirás mi consoladora
bendición. ¿Temes por ventura? ¿Sientes en tu alma vagas melancolías, que
no por ser infundadas dejan de ser desgarradoras? Échate en brazos de mi
providencia. Contigo estoy; aquí, a tu lado me tienes; todo lo veo, todo lo oigo,
ni un momento te desamparo. ¿Sientes desvío de parte de personas que antes
te quisieron bien, y ahora olvidadas se alejan de ti sin que les hayas dado un
motivo? Ruega por ellas, y yo las volveré a tu lado, si no han de ser obstáculos
a tu santificación.
¿Y no tienes tal vez alegría alguna que comunicarme? ¿Por qué no
me haces partícipe de ella como a un buen amigo? Cuéntame lo que desde
ayer, desde la última visita que me hiciste, ha consolado y hecho como sonreír
tu corazón. Quizá has tenido una agradable sorpresa, quizás has visto
disiparse algún temor o recelo, quizás has recibido buenas noticias, alguna
carta o muestra de cariño. Tal vez has vencido alguna dificultad o salido de
algún lance apurado. Obra mía es todo eso, y yo te lo he proporcionado. ¿Por
qué no has de manifestarme por ello tu gratitud, y decirme sencillamente,
como un hijo a su padre: «¡Gracias, Padre mío, gracias!»? El agradecimiento
trae consigo nuevos beneficios, porque al bienhechor le gusta verse
correspondido.
¿Tienes promesa alguna para hacerme? Leo, ya lo sabes, en el fondo
de tu corazón. A los hombres se les engaña fácilmente; pero a Dios, no.
Háblame, pues, con toda sinceridad. ¿Tienes firme resolución de no exponerte
ya más a aquella ocasión de pecado? ¿De privarte de aquel objeto que te
dañó? ¿De no leer más aquel libro que exaltó tu imaginación? ¿De no tratar
más aquella persona que turbó la paz de tu alma? ¿Volverás a ser dulce,
amable y condescendiente con aquella otra a quien, por haberte faltado, has
mirado hasta hoy como un enemigo?
Ahora bien, hijo mío; vuelve a tus ocupaciones habituales, al taller, a la
familia, al estudio; pero no olvides los quince minutos de grata conversación
que hemos tenido aquí los dos, en la soledad del santuario. Guarda, en cuanto
puedas, silencio, modestia, recogimiento, resignación, caridad con el prójimo.
Ama a mi Madre, que también lo es tuya, la Virgen Santísima, y vuelve otra
vez mañana con el corazón más amoroso, más entregado a mi servicio. En mi
Corazón encontrarás cada día nuevo amor, nuevos beneficios, nuevos
consuelos.
Sabías que...
El próximo sábado día 7 de mayo a las 20 h., como es tradicional desde
hace años, se celebrará en nuestra parroquia de San Lorenzo la Sabatina
en honor de Ntra. Sra. de Villaviciosa. Con ella rendimos culto de acción de
gracias a la gran corredentora por su mediación divina, en el este mes mariano
por excelencia y en este día del sábado dedicado desde antiguo a Ella.
El domingo día 8 de mayo a las 8:30 de la mañana, se celebrará el
devoto Rosario de Aurora con la imagen de Ntra. Sra. de Villaviciosa por
las calles de la feligresía. Como es habitual será guiado por el Rvdo. Padre
Juan Luna Carmelita Calzado del convento de Puerta Nueva. Te invitamos a
que participes de este acto en honor de la Santísima Virgen dando testimonio
público de fe por nuestras calles en tan recogido y devoto acto.
El escudo de Benedicto XVI fue publicado por L’Osservatore Romano,
Vaticano el pasado 28 de abril. Conserva mucho del que tenía como obispo:
La Concha: simboliza al peregrino camino de Santiago y alude a la historia de
San Agustín sobre el niño que, con una concha, pretendía verter el mar en un
agujero.
El Moro de Frisinga: La cabeza coronada de un etíope. Representa su origen
bávaro. Por un milenio este ha aparecido en los escudos de los obispos de
Frisinga. En su libro "Mi Vida", el Cardenal Ratzinger explicó que utilizó el
moro como "expresión de la universalidad de la Iglesia, que no conoce
ninguna distinción de raza ni de clase".
El Oso de Corbiniano: El Obispo Corbiniano predicó el Evangelio y es padre
espiritual de la Arquidiócesis de Munich-Frisinga, Baviera y Según la leyenda,
cuando el Obispo Corbiniano viajaba a Roma, un oso devoró al animal de
carga que llevaba. Corbiniano obligó al oso a llevar sobre su espalda el
equipaje hasta la Ciudad Eterna. Una vez en Roma, lo dejó libre.
“El oso que llevaba la carga del santo me recuerda una de las meditaciones
sobre los salmos de San Agustín. En los versículos 22 y 23 del salmo 72 (73)
veía él expresado el peso y la esperanza de su vida. Aquello que él ve que
expresan estos versículos y que presenta en su Comentario es como un
‘autorretrato’ trazado ante Dios y, por tanto, no sólo un pensamiento piadoso,
sino explicación de la vida y luz en el camino. Me ha parecido que lo que
Agustín escribe aquí representa mi destino personal” (Autobiografía del Card.
Ratzinger).
Añade al escudo signos papales: Las llaves, signo del ministerio de Pedro y el
palio. Remplaza la tradicional triple tiara pontificia por una mitra.
AÑO DE LA
EUCARISTÍA
JUBILEO DEL XVII CENTENARIO DE LOS
SANTOS MÁRTIRES CORDOBESES