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El jilguerillo
Noticias por la prensa hemos tenido
que encerrado en un arca han encontrado
a un niño que hace tiempo fue metido,
su padre lo tenía secuestrado.
Severamente dio castigo al niño
porque pan le pedía a su madrastra,
tu hijo es un infame niño,
y lo encerró en un arca.
Castigo baja del cielo
si es que a un hijo no tienen cariño
el padre que sin consuelo
así ha dado tormento a un hijo.
El jilguerillo encerrado por su padre
gritando decía ¡ay madre mía!
si en vez de madrastra fueras mi madre
no pasaría tanta villancía.
Castigo baja del cielo
si es que a un hijo no tienen cariño
el padre que sin consuelo
así ha dado tormento a un hijo.
El padre y la madre enfurecidos
encierran a Ruperto, que es el niño,
en el arca clavelina le han metido
que no puede escaparse el jilguerillo.
Las uñas y el cabello le iban creciendo
y el niño disminuye por momentos
y un pote le ponían al jilguerillo
para que hiciera sus necesidades.
Castigo baja del cielo
si es que a un hijo no tienen cariño
el padre que sin consuelo
así ha dado tormento a un hijo.
Informante: Victorino Torre García
14 de noviembre de 1986
El sitio de Zaragoza
En Zaragoza aquel día / hubo un sangriento combate
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cayeron muchos heridos / y muertos hubo bastantes (bis).
No se pueden calcular / los tiros que allí se oían
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por las calles y las plazas / y las gentes que corrían (bis).
Cuando se acabó el combate / también se llegó a saber
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que un infeliz matrimonio / había muerto también (bis).
Ese infeliz matrimonio / ha dejado dos pequeñuelos
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el mayor de nueve años / sin más amparo que el cielo (bis).
Un domingo por la tarde / al pie de una sepultura
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estas palabras decían
/ aquellas dos criaturas (bis).
Padrecito de mi alma, / madre de mi corazón
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desde que ustedes murieron / se acabó nuestra ilusión (bis).
Cuando ustedes aún vivían / todos bien nos apreciaban
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desde que ustedes murieron / nadie nos mira a la cara (bis).
Como somos pequeñitos / y no sabemos coser
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vamos todos destrozados / y descalzos a la vez (bis).
Las vecinas que nos ven / con la ropa destrozada
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y no son para decir / ven, os doy una puntada (bis).
Todas las mañanas vamos / a por el rancho al cuartel
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pero el día que no sobra / nos quedamos sin comer (bis).
Gracias a algunos soldados / que nos tienen compasión
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y nos dan de vez en cuando / algún pan de su ración (bis).
Así que por eso, padres, / nos quisiéramos morir
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por estar a vuestro lado / y acabar ya de sufrir (bis).
Adiós padre de mi alma, / madre de mi corazón
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adiós padres para siempre / adiós para siempre, adiós (bis).
Informante: Victorino Torre García
28 de noviembre de 1986