Download Extracto Escritos del P. Enrique “Vivir y morir abrasado en tu amor”

“Vivir y morir
abrasado en tu amor”
Extracto Escritos del P. Enrique
1. Jesús, ¡cuánto necesito tu dulzura yo, que he de tratar con mis prójimos
para atraerlos a tu amor! ¡Cuánto necesito tu dulzura fuerte y tu fortaleza
dulce! Me busco más a mí que a Ti al tratar con la gente, quiero atraerlos a
mi amor egoísta , no al tuyo dulce y suave. Enséñame. Jesús a amar como
Tú, a sufrir como Tú. Verdaderamente yo no puedo desear con mayor
eficacia que Tú el bien de los demás, ¿por qué, pues me enojo y
desaliento?- Porque no soy manso como Tú. Quiero aprender de tu
Corazón y sujetar a tu suave yugo mi genio, mis fuerzas, mi libertad. Quiero
vivir sólo vida de fe, de esperanza, de amor y que reine en mi corazón tu
mansedumbre para hallar la paz y traer así miles de corazones a tu servicio
y amor. (Mes en la escuela del Sgdo. Corazón (Novena), Ed. 1995. Pá.212)
2. ¡Quién me diese, Jesús, ser dueño de todos los corazones para
ofrecértelos inflamados en tu amor! Quiero trabajar en despertar corazones
para que te amen… Ayúdame, inflama mi corazón en tu amor. María
Inmaculada, san José, Teresa de Jesús, ayudadme a amar a Jesús y que
no descanse hasta que vea escrito en todos corazones: Viva Jesús, mi
amor. (“Viva Jesús”. EEO, I, pág. 505)
3. Todas las cosas las tienes en Cristo Jesús y todas ellas es Cristo para ti.
Jesús es el más amoroso de todos los padres, el más grande de todos los
reyes, el más hermoso de todos los hombres, el más fiel de todos los amigos,
el más poderoso de todos los señores, el mejor de todos los esposos... Jesús
es médico y medicina, pastor y pasto de tu alma, tu salud y Salvador, tu amigo
y felicidad temporal y eterna... Jesús te ama con todo su corazón, con toda
su alma. Naciendo se te dio por compañero, viviendo por maestro y modelo,
en el Sacramento del altar se te da como alimento muriendo se te dio en
precio...Todo lo ha empleado Jesús en probarte su amor...Está en pie Jesús
Bloque II
Encuentro con la Miserricordia
a la puerta de tu corazón y te llama un día y otro día, y te pide una y otra vez
una limosna de amor”. Ayúdame, Jesús, a amarte como tú me amas. Que no
ame cosa alguna sino en Jesús con Jesús y por Jesús. (Cuatro de hora. EEO, I,
pág. 396)
4. Si tú, Jesús, mi Dios, estás loco de amor por mí, ¿cómo yo no soy loco de
amor por Ti? Hacecito de mirra serás para mí y morarás siempre en mi pecho
y te amaré con todo mi corazón. No quiero vivir sino por Ti, ni padecer sino
por Ti, ni pensar sino en Ti, ni obrar sino por Ti, ni quiero otro premio más que
a Ti, Jesús, mi Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad. Sólo viviré
por Jesús, con Jesús y para Jesús. María, madre de Jesús y mía, ayúdame
a amar y a hacer amar a tu hijo Jesús. Teresa, esposa de Jesús, ayúdame a
ser todo de Jesús (Ejercicios Espirituales. EEO II, p.719)
5. Jesús, humilde de corazón, quiero ser generosamente humilde y
humildemente generoso, audaz, porque la humildad apoyada en Ti, que no
fallas engendra almas reales, generosas, nobles con la nobleza de Dios.
Quiero pasar de la tierra de mi propio conocimiento a la tierra de tu corazón
y allí, meditando tu humildad y verdad, será más noble, como tocada por tu
propia condición, mi propia humildad. Confieso que sin Ti nada puedo
porque toda mi capacidad me viene de Ti. Contigo todo lo puedo, jamás
faltas a quien sólo en Ti confía y te pide ayuda con verdad. Aquí tienes mi
corazón contrito y humillado, pero también muy confiado en tu misericordia
y en que harás brillar tu poder fortaleciendo en tu amor y servicio una cosa
tan débil. Aplica el ungüento de tu humildad a mis heridas y sanaré de mi
orgullo. ¡Jesús, humilde de corazón, Comunícame tu humildad! (Mes en la escuela del Sgdo. C. (Novena), Ed. 1995. p.209)
6. ¡Jesús, quién pudiera morir como Teresa de Jesús por la vehemencia de
tu amor! Esta, Señor, es la única gracia que te pido: una vida de amor,
cortada por un acto intensísimo de tu amor.¿Qué te cuesta, Señor? ¿Qué
hay imposible al que todo lo puede? Quiero vivir sólo por Ti /quiero morir
sólo por Ti.. Quiero ensayarme aquí la vida que he de vivir en la eternidad.
Allí te veré, te amaré, te alabaré por siempre. Aquí te veré por la fe, viviendo
vida de fe, avivando mi fe; te amaré con todo mi corazón, con toda mi alma,
con todas mis fuerzas; te alabaré noche y día, en las alegrías y pesares, en
salud y enfermedad. Quiero darte, Dios mío, lo que es tuyo: adoración,
amor, servicios...amarte con todo mi corazón servirte con todo ahínco amar,
respetar y servir a mi prójimo, como Tú quieres, en todas sus necesidades.
Confieso que sin Ti nada puedo hacer, pero lo puedo todo con tu gracia.
Dámela pues para conocerte y amarte siempre, y hacerte conocer y amar.
(“Un mes en la escuela del Sagrado C. de Jesús” Ed. 1995, p. 232-234)
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