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Tema 11 Escuchar el canto: “Mi árbol y yo”, de Alberto Cortez1 Entre tantas experiencias de la infancia, y tantas historias que oímos a nuestros mayores, una religiosa recuerda con especial cariño y admiración, ésta que contaban sus padres: “Al final del verano, una vez recogida la cosecha, llevábamos algunos frutos a la iglesia para dar gracias a Dios: trigo, manzanas, uvas, peras, legumbres,… Estos frutos eran bendecidos por el sacerdote y luego los compartíamos con otras personas. Con ellos ofrecíamos también al Señor todo el trabajo realizado, los sudores y alegrías, dábamos gracias por la tierra, el tiempo, el sol, el agua, los instrumentos de labranza, los animales,… todo formaba parte de esos frutos ahora maduros. A través de este rito, expresábamos nuestra fe en un Dios creador de todo y cuidador de todo”. Más tarde, la religiosa se dio cuenta de que, en su país, la Iglesia ofrecía y ofrece esta bella oportunidad, cuando celebra el día de la acción de gracias. Claro que no es cuestión de limitarlo a un día del año. En cada momento de nuestra vida hay motivos para dar gracias a Dios. Recuerdas algunas experiencias semejantes? Agradecer significa eso: “encontrar un motivo para dar gracias”. Y es posible encontrarlo si tenemos los ojos bien abiertos y el corazón despierto, para descubrir los miles de gestos que se nos brindan continuamente. La gratitud es un valor propio de almas grandes.” 2 Tenía alma grande, ojos abiertos y corazón bien despierto, aquel leproso samaritano, es decir extranjero, que nos presenta el Evangelio de Lucas (17, 11-19). Viéndose curado por Jesús, se volvió glorificando a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias. Jesús le pregunta por los otros nueve, que también habían sido curados… Efectivamente, la gratitud es una de las más nobles expresiones de un sentimiento humano, o como dice Santa María Eufrasia “Es la memoria del corazón”. Un corazón agradecido es aquel que recuerda los dones recibidos y los comunica y los celebra. Y -como nos quiere transmitir Cortez en su canción- el recuerdo es una forma de encuentro con las personas o los seres que nos han hecho y nos hacen bien. A veces las cosas nos parecen tan naturales que no se nos ocurre agradecer los dones que recibimos a cada momento, comenzando por el don de la vida, las maravillas del cuerpo humano, la salud, la familia, la comida, la naturaleza, el aire que respiramos, el agua, medios de transporte, 1 2 www.musica.comAlberto Cortez www. Catholic.net. Bajado el 11 de enero, 2013 el periódico, el ordenador, el teléfono, el descanso… Nuestros días están llenos de regalos y dones de Dios y disfrutarlos es una forma de ser agradecidos. “Todo don bueno y perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces,…” (Sant 1,17). “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros, en Cristo Jesús” (I Tes 5, 18). Hoy las reflexiones bíblicas y teológicas nos ayudan a dar un paso adelante, hacia una perspectiva más cosmológica de la gratitud. Quizás en algunas ocasiones hemos pensado que el dar gracias a Dios era una capacidad o actitud propia de los seres humanos. Pero todas las criaturas alaban a Dios por el hecho de ser creadas por Él: “Te darán gracias Señor, todas tus obras…” (Salmo 145,10). “Cuando Dios infunde su Aliento, los animales, las plantas, los pájaros y los peces son creados y la tierra se renueva. Nosotros, seres humanos, formamos con todos los otros seres, la comunidad de la creación”…. Los Salmos 104 y 148 son “cánticos magníficos de alabanza por la generosa abundancia de la vida y por la gloriosa diversidad de las cosas creadas. Dios es reconocido como creador y dador de todas las cosas… Y el hombre, se regocija con Dios en el mundo de la creación y alaba la gloria y la sabiduría del Creador“.3 Desde esta perspectiva no solo damos gracias a Dios POR, sino que damos gracias a Dios CON todos los demás seres creados con quienes formamos esa comunidad. El canto de Daniel, 3, 57-88, que rezamos en la liturgia de las Horas, invita a “toda la creación a alabar y dar gracias al Señor”. Ante tanta maravillosa realidad, tejida amorosa y delicadamente por los dedos de nuestro Creador, ¿cómo no dar gracias y alabar a Dios “a grandes gritos”, como hizo el leproso curado? “Tenéis un corazón hecho para amar, para ser agradecido… La gratitud engendra ideas nobles y grandes… No olvidéis jamás los beneficios que recibís… agradeced a Dios sus inmensos beneficios y que os haya unido a Él con lazos eternos4 3 ¿A través de qué signos me habla el Señor? ¿Cómo estoy de gratitud? ¿A qué acción concreta me llama el Señor? San Juan Eudes, cuya vida fue un memorial de acción de gracias y de cuya fuente bebió Santa María Eufrasia, escribió un precioso magníficat5 ¿puedes escribir y orar tu propio magníficat? Edwards, Denis. Jesus and the natural world; exploring a Christian approach to Ecology,. Victoria-Australia: 2012, Chapter 3: Human beings and other creatures, pag 24 4 SME, Conf 64 5 JE Obras Escogidas, p 472 ACCIÓN DE GRACIAS CON SAN JUAN EUDES: “Yo te doy gracias infinitas, ¡Oh Dios mío! por mí y por todas tus criaturas, especialmente por las que yo más quiero. Gracias por habernos dado el ser y la vida, y un corazón capaz de darte gracias y de amarte. Dios mío, creador mío, Tú me has dado el ser y la vida para que la emplee solamente en tu servicio. Por eso te la ofrezco, te la consagro enteramente. Yo no quiero existir ni vivir sino para servirte con todo el amor que Tú esperas de mí”.6 Textos de ayuda para la reflexión personal Daniel 3, 57-88 Salmos 104 y 148 Lucas 17, 11-19 6 SJE, Orar con San Juan Eudes, p 4