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Con profunda y humilde gratitud
Querida Familia,
“Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor.”
1 Jn 4, 16
A todos….muchas gracias por todos los gestos de amor que me han manifestado por el día de mi
cumpleaños. Gracias por las oraciones, las Horas Santas, las Santas Misas, rosarios…en fin por todo
el amor que tan generosamente me han donado en este día. Al leer cada uno de sus mensajes, daba
gracias al Señor por cada uno y por todos ustedes. El amor que recibía solo podía ser recibido y
correspondido con amor. He ofrecido también mis oraciones por sus corazones, sus intenciones, sus
familias y por sus apostolados. ¡Que en todos y en todo reine el amor de los Dos Corazones!
Las palabras son generalmente, en mi caso, muy cortas para expresar lo que mi corazón quisiera
comunicar. El amor solo puede evocar en el corazón humano una respuesta de amor; el amor solo
puede producir efectos de amor; el amor solo puede llamar a más amor. Todo los gestos, mensajes,
detalles de amor que me han enviado por el día de mi cumpleaños, son sencillamente eso, amor…
el amor de Dios que ha sido derramado es sus corazones y que con tanta generosidad me lo han
comunicado.
Agradezco al Señor que en este 21 de Noviembre estuviesen unidas la Solemnidad de Cristo Rey y la
Presentación de la Virgen en el Templo. Que regalo para mi, celebrar el don de la vida en la
contemplación del Corazón de Cristo Rey del amor, cuyo triunfo y reinado se da plenamente en
nuestros corazones cuando nos disponemos a dejar que su amor nos transforme, nos forme y nos
eleve para ser en el mundo, testigos ardientes y auténticos del poder y la fecundidad de Su Amor.
Que regalo contemplar el corazón de Nuestra Madre, quien desde niña, era todo de Dios y todo
para Dios; totalmente disponible a que Dios cumpliera su designio de amor en Ella y a través de Ella,
en el mundo.
Es mi pobre y sencilla oración, que todos y cada uno, respondamos al don de la vida que hemos
recibido, haciendo de nuestras vidas un don, un don entregado en totalidad, gratuitamente e
incondicionalmente. Vivir para donarnos… es nuestra mayor dignidad, nuestra autentica realización
y felicidad. Vivir para donarnos! debe ser nuestro lema de vida, debe ser nuestra forma de vida.
¡Que triunfe el amor del Corazón de Cristo y del Corazón de María, en nuestros corazones y en el
mundo entero!
Madre Adela, scjtm
Fundadora