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omacfratión
Dios, Padre misericordioso, que
has revelado tu amor en tu Hijo
Jesucristo y lo has derramado sobre
nosotros en el Espíritu Santo,
Consolador, te encomendamos hoy
el destino del mundo y de todo
hombre.
Inclínate sobre nosotros, pecadores; sana nuestra debilidad;
derrota todo mal; haz que todos los
habitantes de la tierra experimenten tu Misericordia, para
que en Ti, Dios uno y trino, encuentren siempre la fuente de
la esperanza.
Padre eterno, por la dolorosa pasión y resurrección de tu
Hijo, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.
(Acto de consagración del mundo a Jesús de la Divina Misericordia, por el Beato
Juan Pablo II, en el Santuario de la Misericordia Divina en Cracovia, 17 de agosto de 2002)
Nuestro Señor se apareció desde 1931 a 1938 a Santa
Faustino Kowalska (religiosa polaca canonizada el 30 de abril
de 2000 por el Beato Juan Pablo II), confiándole la difusión de
la devoción a su Misericordia y su deseo de que las almas confíen sin límites en Él y practiquen la misericordia con sus prójimos. La Fiesta de la Divina Misericordia se celebra cada año
el segundo domingo de Pascua, tal como lo pidió el Señor.
PROGRAMA
15 OCTUBRE 2.OII
CATEDRAL DE LA ALMUDENA (MADRID)
2 de la tarde: Encuentro en la explanada de la
Catedral de La Almudena.
2'15: Entrada en la Catedral, con estandartes.
2'45:
Exposición del Santísimo Sacramento.
3'00: Rezo del Vía Crucis.
3'30: Coronilla de la Divina Misericordia.
4'00:
Charla sobre la Divina Misericordia
4'30:
Rezo del Santo Rosario.
5'00:
Reserva del Santísimo Sacramento.
5'30:
Santa Misa Solemne, presidida por el
Cardenal Arzobispo de Madrid,
D. Antonio Ma Rouco Várela.
(Mímno a la Uirgen
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Salve, Señora de tez morena,
Virgen y Madre del Redentor,
Santa María de La Almudena,
Reina del Cielo, Madre de Amor,
¡a U rirgen
en tri
1 .Tú que estuviste oculta en los muros
de este querido y viejo Madrid,
hoy resplandeces ante tu pueblo,
que te venera y espera en Ti.
[...] Dulce María, une mi alma a Jesús,
porque sólo entonces podré resistir todas
las pruebas y tribulaciones, y sólo mediante la unión con Jesús, mis pequeños sacrificios complacerán a Dios. Dulcísima
Madre, continúa enseñándome sobre la
vida interior. Que la espada del sufrimiento no me abata jamás. Oh Virgen pura,
derrama valor en mi corazón y protégelo.
2.Bajo tu manto, Virgen sencilla,
buscan tus hijos la protección,
Tú eres patraña de nuestra villa,
Madre amorosa, templo de Dios.
(Diario de Santa Faustina, 915)
Confía en María, Madre de Misericordia.
Sírvela, ámala, pues ninguno de los que acuden a su
protección e imploran su socorro es desamparado por Ella.
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Me a la humanidad doliente que se abrace a mi Corazón Misericordioso y Yo la llenaré de paz. Di, hija mía, qu,
el Amor y la Misericordia mismos. Cuando un alma se acerca a Mí con confianza, la colmo con tal abundancia d
gracias que Ella no puede contenerlas en sí misma, sino que! las irradia sobre otras almas. (Cf. Diario de Santa Faustina, 1074)
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El Amor de Dios es la flor y
la Misericordia es el fruto.
Que el alma que duda lea estas consideraciones sobre la
Divina Misericordia y se haga confiada.
«Hija mía, en esa hora (las tres de la tarde) procura rezar el Vía Crucis,
en cuanto te lo permitan los deberes». (Diario sta. Faustina, 15/2)
1a estación: Jesús es condenado a muerte.
TODOS: Adorárnoste, Cristo, y te bendecimos, que por
tu santa Cruz redimiste al mundo.
—Se leen unas palabras de Jesús a Santa Faustina.
TODOS: Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la
Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo,
Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.
—Por su dolorosa Pasión. TODOS: Ten misericordia
de nosotros y del mundo entero.
—Señor, pequé. TODOS: Tened piedad y misericordia
de mí y de todos los pecadores.
(Se repite lo mismo en cada estación).
2a estación: Jesús carga con la Cruz.
3a estación: Jesús cae por primera vez.
4a estación: Jesús encuentra a su Santísima Madre.
5a estación: El cireneo ayuda a Jesús a llevar la Cruz.
6a estación: La Verónica enjuga el rostro del Señor.
7a estación: Jesús cae por segunda vez.
8a estación: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén.
9a estación: Jesús cae por tercera vez.
10a estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.
11a estación: Jesús es clavado en la Cruz.
12a estación: Jesús muere en la Cruz.
13a estación: Jesús puesto en los brazos de María.
14a estación: Sepultura del Señor.
Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado.
Quienquiera que la rece recibirá gran Misericordia a la
hora de ia muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a
los pecadores como ia última tabla de salvación. Hasta el
pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola
vez, recibirá ia gracia de mi Misericordia infinita. Deseo
que el mundo entero conozca mi Misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en mi
Misericordia. (Diario de Santa Faustina, 687)
(Diario de Santa Faustina, 157,
(Cf. Diario de Santa Faustina, 476)
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e recuerdo, hija mía, que cuantas
veces oigas el reloj dando las tres,
sumérgete totalmente en mi Misericordia,
adorándola y glorificándola; suplica su
omnipotencia para el mundo entero y
especialmente para los pobres pecadores, ya que en ese momento se abrió i"
par en par para cada alma. En esa no
puedes obtener todo lo que pides para
y para los demás. En esa hora se establ
ció la gracia para el mundo entero:
Misericordia triunfó sobre la Justicia.
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Di un Padrenuestro, Avemaria y Credo, y luego con un rosario reza cinco decenas. Cada decena comiénzala diciendo:
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el
Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro
Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros
pecados y los del mundo entero.
Sigue repitiendo diez veces, en cada decena:
Por su dolorosa pasión,
ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Y al final repite tres veces:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal,
ten piedad de nosotros y del mundo entero.
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Que brota del seno del Padre, en Ti confío (repetir tras cada invocación).
Supremo atributo de Dios, en Ti...
Misterio incomprensible.
Fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad.
Insondable para todo entendimiento humano o angélico.
De donde brotan toda vida y felicidad.
Más sublime que los cielos.
i Fuente de milagros y maravillas.
Que abarca todo el universo.
Que baja al mundo en la Persona del Verbo Encarnado.
Que manó de la herida abierta del Corazón de Jesús.
Encerrada en el Corazón de Jesús para nosotros y especialmente para los pecadores.
Impenetrable en la institución de la Sagrada Hostia.
En la institución de la Santa Iglesia.
En el sacramento del Santo Bautismo.
En nuestra justificación por Jesucristo.
Que nos acompaña durante toda la vida.
Que nos abraza especialmente a la hora de la muerte.
Que nos otorga la vida inmortal.
Que nos acompaña en cada momento de nuestra vida.
Que nos protege del fuego infernal.
En la conversión de los pecadores empedernidos.
Asombro de los ángeles, incomprensible para los Santos.
Insondable en todos los misterios de Dios.
Que nos rescata de toda miseria.
Fuente de nuestra felicidad y deleite.
Que de la nada nos llamó a la existencia.
Que abarca todas las obras de sus manos.
Corona de todas las obras de Dios.
En la que estamos todos sumergidos.
Dulce consuelo para los corazones angustiados.
Única esperanza de las almas desesperadas.
Remanso de los corazones, paz ante el temor.
Gozo y éxtasis de las almas santas.
Que infunde esperanza, perdida ya toda esperanza.
(Diario de Santa Faustina, 949)
Hoy, Jesús me dijo: Deseo que conozcas más profundamente el amor que arde en mi Corazón por las almas y
tú comprenderás esto cuando medites mi Pasión. Apela
a mi Misericordia para los pecadores, deseo su salvación. Cuando reces esta oración con corazón contrito y
con fe por algún pecador, le concederé la gracia de la
conversión. Esta oración es la siguiente: Oh Sangre y
Agua que brotaste del Corazón de Jesús como una
Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío.
Dios Eterno, en quien la Misericordia
es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros tu mirada bondadosa y aumenta tu
Misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no
nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran
confianza, nos sometamos a tu Santa Voluntad, que es el
Amor y la Misericordia mismos.
(Diario de Santa Faustina, 186-187)
(Diario de Santa Faustina, 950)