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EL REGALO OCULTO
En un ranchito de bareque hecho a la antigua muy a las afueras de un pequeño
pueblito cafetero vivía una hermosa anciana de una nobleza inigualable y
desprovista de cualquier asomo de envidia, maldad o ambición en su corazón.
Permanecía rodeada de sus gallinas, gatos y perros que siempre le hacía
compañía, era la única dueña de una pequeña parcela de una cuartilla de tierra
que su madre le había dejado al morir, en ella crio a sus siete hijos los cuales se
fueron marchando uno a uno a la ciudad.
Dejándola sola en compañía de su querido esposo, un campesino trabajador y
humilde que velaba por ella era su gran consuelo. Cuenta la historia que sus
vecinos la veían acompañada de una viejecita de cabello blanco y que siempre
estaba a su lado y decían que además de cuidarla a ella también cuidaba un
inmenso tesoro escondido en esos terrenos.
Sus amigos le preguntaban que quiera la persona que la acompañaba y que
estaba con ella todos los días. La anciana con ojos de asombro contestaba que
nadie había ido a visitarla desde hacía tiempo y que permanecía sola ya que su
esposo solo regresaba llegada la noche.
Día tras día se rego el rumor por las veredas cercanas del tesoro que ese ranchito
escondía y que solo sería entregado a la anciana por ser tan pura de corazón, sin
ambición ni envidia alguna. La anciana muy preocupada y temerosa por los
comentarios que rodaban la vereda le conto a sus hijos lo que acontecía allí.
Ella que siempre fue una mujer humilde y llena de necesidades dijo a sus hijos
que no quería nada para ella y que no se le apareciera nadie de ese mundo a
darle algo porque se moriría del miedo. Todos los días rogaba fervorosamente a
Dios para que le alejara de ese ente que vivía con ella.
Sin embargo eso no pensaban sus ambiciosos hijos que se llenaron de codicia y
envidia ya que querían en contra el tan anhelado tesoro a como diera lugar. Cierto
fin de semana llegaron sus hijos con sus familias y amigos a disfrutar de un día de
campo, pero entre los que llegaron había un invitado especial al festejo que la
anciana no conocía.
Era un brujo que habían contratado para que les dijera si los rumores sobre el
tesoro eran ciertos o no, con mucho sigilo y sin que nadie lo notara se fue alejando
del grupo en compañía de uno de ellos a recorrer el ranchito. Resultando cierto los
comentarios, según el brujo había algo grande oculto allí, pero que también lo
estaba cuidando un ser muy poderoso y que solo se lo iba a entregar a la anciana
por ser una persona noble, transparente y de un enorme corazón con todas las
personas.
Los hijos anhelaban con codicia hacerse a ese tesoro y empezaron a visitar a sus
padres con mucha más frecuencia con la intensión malsana de encontrar lo que el
brujo les había dicho y volverse ricos.
Les había dado indicaciones de donde debían empezar he iniciaron a remover la
tierra sin ningún resultado, lo que ellos no sabían es que mientras más buscaban
más se alejaba de ellos, porque solo era para una persona con un corazón puro.
Cansados de buscar y buscar sin ningún resultado desistieron de la idea
regresando cada uno a su vida cotidiana con una inmensa frustración. Paso el
tiempo y la presencia seguía cuidando a la anciana buscando la forma de
entregarle lo que por tanto tiempo cuidaba para ella.
Empezó a darle señales de que estaba ahí con ella en sueños le daba
indicaciones, moviendo las cosas bajando las ollas del fogón o volteando las
arepas para que no se quemaran ya que a la anciana se le olvidaba hacerlo, pero
ella no se percataba de nada porque además de viejita había perdido parte de la
memoria.
Una noche mientras dormía sintió un ruido en el cuarto contiguo al suyo asustada
pero con curiosidad por saber quién andaba allí, se levantó y prendió una vela y
parándose al frente de la puerta del cuarto vio una espesa nube blanca que se
movía de lado a lado.
Tras unos segundos la nube blanca se fue acercando a ella lentamente muy
asustada soltó la vela y mando sus manos hacia adelante intentando detenerla
pero se encontró con la puerta que estaba cerrada ¿cómo vio a través de la
puerta? Es un misterio que ella no entendía y con terror salió hacia su cuarto
temblando se metió rápido a su cama.
Guardo silencio de lo sucedido ya que su esposo en otras ocasiones no le había
creído lo que le contaba. Con el tiempo enfermo muriendo al año siguiente de lo
acontecido dejando para siempre enterrado con ella ese gran tesoro. Dicen los
que conocieron la historia que aun sienten la presencia de la abuela de cabellos
blancos quien quedo condenada a seguir cuidando esas riquezas en espera de un
heredero merecedor de ese regalo con un corazón puro.