Download Objetivo 7: Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente

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Transcript
El imposible cumplimiento del ODM7 con estas reglas de
juego1
Luis González Reyes
(coordinador de Ecologistas en Acción)
El Objetivo del Milenio 7 busca garantizar la sostenibilidad ambiental. En este artículo
analizaremos como esto no se está cumpliendo y por qué, lanzando entremedias algunas ideas
sobre la importancia de la sostenibilidad.
1 Cada vez más lejos de la sostenibilidad
Es fundamental entender qué es la sostenibilidad para poder evaluar cabalmente si nos
acercamos a ella. Una de las definiciones de sostenibilidad más usadas es: adecuar las
sociedades y sus acciones a la capacidad del planeta de proveer recursos y soportar las cargas
contaminantes en el tiempo, satisfaciendo las necesidades de todas las personas. Esta es una
definición que encaja mucho con cómo funcionan los sistemas naturales. De este modo,
avanzar hacia la sostenibilidad implica que las sociedades humanas vayamos adoptando como
guía la biomímesis2, es decir, la imitación de los ecosistemas. No en vano han demostrado ser
capaces de perdurar y evolucionar hacia grados crecientes de complejidad. Algunos de los
principios que guían la sostenibilidad son:
•
Cerrar los ciclos de materia, de manera que los residuos se conviertan en alimento de
nuevos procesos y evitar los xenobióticos (los contaminantes).
•
Acoplar nuestro uso de recursos a los disponibles.
•
Centrar la producción y el consumo en lo local. En la naturaleza la gran mayoría del
desplazamiento de materia se realiza en vertical (vegetales) y, en menor medida, en
horizontal a cortas distancias (animales). Los desplazamientos horizontales a largas
distancias (migraciones) son una excepción.
•
Basar la obtención de energía en el Sol.
•
Potenciar una alta diversidad e interconexión biológica. Esto implica que cada vez exista
más información y ésta sea más compleja.
1.1 Cerrar los ciclos de materia y evitar los xenobióticos
Los flujos principales de materiales de la biosfera están siendo afectados profundamente.
El principal problema socioambiental al que nos enfrentamos es el cambio climático. Debido
sobre todo a la quema de combustibles fósiles y a los cambios de uso del suelo, la
concentración de CO2 en la atmósfera ha crecido alrededor de un tercio desde hace 200 años 3
y la tendencia no ha cambiado (entre 1990 y 2007 se han aumentado un 38% las emisiones4).
Esto está provocando un cambio climático y un desequilibrio de proporciones geológicas en el
ciclo del carbono. Ante este panorama, el Protocolo de Kioto, no sólo es insuficiente, sino que
parece cada vez más difícil que encuentre continuación. La responsabilidad de EEUU es clave;
pero el de la UE no es mucho mejor, ya que su compromiso de reducción de emisiones de cara
1
Artículo publicado en la revista Economía Política nº 55. Invierno 2010-2011.
Jorge Riechmann. Biomímesis. Catarata. 2006.
3
IPCC. Cuarto informe. 2007. www.wmo.int/pages/partners/ipcc/index_es.html
4
Según la Agencia Internacional de la Energía:
es.wikipedia.org/wiki/Efecto_invernadero#Emisiones_antropog.C3.A9nicas_de_Gases_de_Efecto_Invernad
ero_.28GEI.29_de_larga_permanencia
2
al 2020 es de solo el 20%, cuando el panel de científicos de Naciones Unidas (IPCC) dan datos
que apuntan a la necesidad de una reducción del 40%.
Como consecuencia, fundamentalmente del cambio climático, hay un incremento creciente de
la población que sufre estrés hídrico, una desestabilización del ciclo del agua5.
Hay otros ciclos afectados, como el del azufre. Las actividades humanas movilizan en la
actualidad el doble de azufre que los flujos naturales. Los compuestos con azufre causan
problemas como la lluvia ácida o las partículas en suspensión.
La fijación humana de nitrógeno superó, a partir de 1980, la fijación natural de este elemento.
Esto supone que el ciclo del nitrógeno también se vea fuertemente alterado conllevando la
eutrofización de las aguas y la contaminación del suelo.
El movimiento de materiales que realiza el ser humano supera ampliamente los movimientos
naturales. Sólo las actividades extractivas generan un movimiento de tierras de 4 o 5 veces la
cantidad de sedimentos arrastrados por todos los ríos del mundo6.
Por otra parte, el ser humano está liberando numerosos contaminantes. Además de los
masivos, como los compuestos de azufre, nitrógeno y fósforo, es notable el aumento de
contaminantes “traza”, como diversos metales (plomo, mercurio, cinc, cadmio) y compuestos
orgánicos de síntesis, como los contaminantes orgánicos persistentes (dioxinas, furanos). Todo
esto hace que el éxito en la reducción de emisión de los compuestos responsables del agujero
en la capa de ozono sea más la excepción que la regla.
Pero, además, los ciclos no sólo se desestabilizan, sino que se linealizan. Tenemos una
sociedad cuya actividad se basa en extraer materias primas para convertirlas en un motón de
desperdicios no biodegradables.
1.2 Acoplar nuestro uso de recursos a los disponibles
Nuestro consumo no para de aumentar, un ejemplo es el de energía. El consumo de energía
por unidad del PIB en general está bajando en el mundo. Sin embargo, esto no está
suponiendo un menor consumo energético, ya que se sigue potenciando el crecimiento
económico a toda costa. En realidad el consumo total en el mundo está aumentando
fuertemente, alcanzando ya los 12.000 millones de tep/año7.
Respecto al consumo de materiales, no sólo es cada vez mayor, sino que el origen de los
mismos es mayoritariamente de fuentes no renovables8.
Si el problema socioamiental más grave es el cambio climático, el económico-ambiental es el
agotamiento de recursos. Nos enfrentamos a el pico de numerosos materiales básicos para
nuestra economía en los próximos años. El pico de un material es el momento en el que se ha
consumido la mitad de las reservas existentes y, por lo tanto, cada vez se puede ir poniendo
menos cantidad en circulación, que además será de peor calidad y más difícil de extraer,
porque obviamente primero se ha sacado el de mejor calidad y más sencillo de conseguir. A
partir de este pico solo podrá ocurrir una cosa, máxime en un entorno de demanda creciente
como el actual, y es que el precio se disparará haciendo inasumible económicamente el
recurso. Según distintos estudios el pico del petróleo lo estamos pasando ya9 y, tras él,
vendrán los del gas (2015) y el carbón (2025)10. Pero no solo vamos a atravesar los picos de
fuentes energéticas básicas, sino que también lo vamos a hacer en breve de minerales clave
como el cobre (2024), el aluminio (2057) o el hierro (2068)11. Estamos hablando de materias
primas imprescindibles para el actual funcionamiento de nuestra economía.
5
IPCC. Cuarto informe. 2007. www.wmo.int/pages/partners/ipcc/index_es.html
José Manuel Naredo. Raíces económicas del deterioro social y ambiental. Siglo XXI. 2006.
7
International Energy Agency. World Energy Outlook. 2008.
8
Stephan Moll, Stefan Bringezu, Helmut, Schütz. Resurce Use in European Countries. Wuppertal Report.
2005.
9
ASPO. www.peakoil.net/about-aspo
10
Ramón Fernández Durán. La quiebra del capitalismo global 2000-2030. www.letra.org/spip/article.php?
id_article=3773
11
Alcia Valero y Antonio Valero. El agotamiento de la “gran mina tierra”. El Ecologista nº 63. 2009.
6
Además, se estima que el ser humano usa ya el 24% de la productividad primaria neta (PPN)
potencial de los ecosistemas terrestres12. La PPN es la cantidad de carbono que incorporan las
plantas cada año de manera neta. Esto implica una desestabilización impresionante de los
ecosistemas.
1.3 Centrar la producción y el consumo en lo local
Inmersos como nos encontramos en un proceso creciente de globalización económica,
caminamos en el sentido contrario al necesario. La globalización está significando un mayor
consumo de energía en el transporte (cambio climático, emisión de contaminantes), una
mayor construcción de infraestructuras (fragmentación del territorio, pérdida de terrenos
fértiles), una producción especializada a gran escala (monocultivos que reducen la
biodiversidad, sobreexplotación de materias primas, grandes fábricas contaminantes), una
mayor necesidad de empaquetado y refrigerado, y un estímulo a la producción superflua. De
este modo, los acuerdos de libre comercio en el seno de la OMC o los Tratados de Libre
Comercio, facilitados por el FMI, y fomentados por EEUU y la UE, están siendo unos de los
principales responsables de la profundización de la crisis ambiental. Además hay que añadir
que la legislación a favor del libre comercio está suponiendo una rebaja generalizada de la
normativa ambiental, un incumplimiento de la misma, y una exportación de la producción más
contaminante a los países del Sur. Un dato es que el número de Tratados de Libre Comercio en
el planeta aumenta progresivamente, superando ya los 40013.
1.4 Basar la obtención de energía en el Sol
Es cierto que está aumentando el uso de energías renovables en el mundo, pero esto no está
significando una reducción del consumo de combustibles fósiles14. El uso de renovables se está
utilizando para sostener el crecimiento incesante de consumo energético y no para cambiar la
base de nuestra matriz de consumo.
1.5 Potenciar una alta diversidad e interconexión biológica
El porcentaje del planeta que está protegido es ya del 6%, y la tendencia es en aumento. Pero
esto no ha disminuido el ritmo de extinción de especies, que es comparable al de la época final
de los dinosaurios. Una especie menos es la pérdida irreversible de una información única,
además de las repercusiones sobre el ecosistema en el que habitaba.
Las 3/4 partes de la superficie habitable de la Tierra pueden considerarse más o menos
perturbadas por la acción humana. En particular la superficie arbolada está desapareciendo a
velocidad de vértigo. En la última década, los bosques se perdieron o se transformaron a un
ritmo de 13 millones de hectáreas por año, aunque en la pasada década fueron 16 millones de
hectáreas15.
2 La relevancia de la sostenibilidad ambiental
Indudablemente nos encontramos en una crisis económica de hondo calado que está marcando
el surgimiento de una nueva potencia hegemónica (¿China?) como consecuencia del final de
esta etapa de preponderancia del capitalismo financiero. Pero esta no es la única crisis que
estamos atravesado, sino que a nivel social también nos encontramos en una situación muy
delicada.
12
Haberl, H., Erb, K.H., Krausmann, F., Gaube, V., Bondeau, A., Plutzar, C., Gingrich, S., Lucht, W. y
Fischer-Kowalski, M. Quantifying and mapping the human appropiation of net primary production in earth’s
terrestial ecosystems. PNAS. 2007.
13
David Llistar. Anticooperación. Icaria. 2009.
14
International Energy Agency. World Energy Outlook. 2008.
15
FAO. Evaluación de los recursos forestales mundiales. 2010.
Sin embargo la crisis económica y la crisis social no son nuevas en la historia de la humanidad,
desgraciadamente. Lo que sí es nuevo es la crisis ambiental de carácter global. Nunca antes
nos habíamos acercado al agotamiento de los recursos y la saturación de sumidero (basureros)
planetarios. Estamos ante un desafío histórico único.
El ejemplo paradigmático de saturación de sumideros es el cambio climático (el vertido de
gases de efecto invernadero a la atmósfera). El del agotamiento de recursos serían los
combustibles fósiles, de los que depende no solo nuestro transporte, sino también la energía o
la agricultura.
Este desafío va a cambiar radicalmente nuestra organización social y económica. Por ejemplo,
no va a ser posible el inicio de otro ciclo expansivo del capitalismo, simplemente porque no va
ha haber materia y energía disponibles con las que poder sostenerlo.
Ahora es básico entender que nuestra economía y la satisfacción de nuestras necesidades
descansan sobre el equilibrio de los ecosistemas. Por ejemplo, la fertilidad del suelo depende
de los microorganimos, las abejas son indispensables en la fertilización, muchas especies se
encargan del control de plagas, los bosques regulan el ciclo del agua atrayendo las lluvias y
depurándolas, la mayoría de los principios farmacológicos provienen de plantas, que además
nos protegen de desastres naturales, como los manglares, y garantizan la seguridad
alimentaria, regulan el clima y la concentración de CO2 en la atmósfera…
Otro ejemplo serían las implicaciones del cambio climático. Cuanto más aumente la
temperatura, más millones de personas sufrirán para acceder a agua potable, el rendimiento
de las cosechas irá disminuyendo y un porcentaje creciente de la población sufrirá
inundaciones costeras16.
Es decir, que la crisis ambiental tiene implicaciones directas y muy graves sobre las sociedades
humanas. Postergar las imprescindibles remodelaciones hacia la sostenibilidad en el altar del
crecimiento económico sería un error fatal.
3 “Soluciones” que no solucionan
La causa última fundamental de la crisis ambiental es la necesidad intrínseca del capitalismo
de crecer de manera continuada para sostenerse. Este crecimiento es imposible que no se
realice a base de un incremento en el consumo de materia y energía y, por lo tanto, de una
afección creciente sobre los ecosistemas. Sin embargo, numerosos organismos nos intentan
convencer de que es posible el crecimiento sin aumentar nuestro consumo de materia y
energía. Esto, simplemente, son mitos.
Uno de estos mitos es el de la desmaterialización, es decir, la afirmación de que nuestra
economía puede seguir creciendo reduciendo su consumo de materia. El principal indicador
para ver si esto es cierto es el Requerimiento Total de Materiales (RTM). El RTM es la suma de
las entradas al sistema económico de materias primas en toneladas, incluyendo los flujos
ocultos y las mochilas ecológicas. La evolución del indicador en la UE es creciente. Además, la
proyección del mismo es un incremento importante de la utilización acumulada de materiales 17.
Se debe añadir que, al analizar la composición del RTM de la UE-15, la gran mayoría (88%)
está compuesta por recursos no renovables18. Es decir, que de desmaterialización nada.
Un segundo mito es el del desacoplamiento del crecimiento del PIB con el consumo energético.
Es verdad que se ha conseguido un aumento menor del consumo energético frente al del PIB,
pero en ningún caso han dejado de crecer ambos indicadores. De este modo, el crecimiento
del consumo energético en al UE es constante19. El hecho de incrementar el consumo de
16
IPCC. Cuarto informe. 2007. www.wmo.int/pages/partners/ipcc/index_es.html
Skovgaard, M., Moll, S., Møller Andersen, F., Larsen, H.: Outlook for waste and material flows Baseline
and alternative scenarios. ETC/RWM working paper 2005/1, European Topic Centre on Resource and
Waste Management, Copenhagen. http://waste.eionet.europa.eu/publications/ wp1_2005. 2005.
18
Stephan Moll, Stefan Bringezu, Helmut, Schütz: Resurce Use in European Countries. Wuppertal Report.
2005.
19
Agencia Europea de Medio Ambiente: Indicadores ambientales. http://themes.eea.eu.int/indicators
17
energía a una velocidad menor, no impide que vayamos a alcanzar los límites de nuestro
planeta.
Un tercer mito es el de la eficiencia, el que propone que, con la innovación tecnológica,
podremos resolver todos nuestros problemas y que solo hace falta cambiar nuestras bombillas
o tener electrodomésticos AAA. Nuevamente los datos contradicen los discursos. Por ejemplo,
a pesar de la importante disminución de las emisiones de CO2 por los vehículos en la UE, la
reducción de emisiones por kilómetro recorrido se ha visto desbordada por el impresionante
aumento del parque automovilístico, de los kilómetros recorridos por coche y por la
globalización creciente del comercio. El resultado es un incremento de las emisiones totales
por parte de los vehículos europeos20. La eficiencia sin reducción no sirve.
Otro mito que intenta sustentar que podemos seguir creciendo indefinidamente es el de que
las renovables nos van a solventar todos los problemas. Una de las panaceas que no prometen
es la del coche eléctrico, pero ¿solucionaría todos los problemas un coche movido por
electricidad de fuentes renovables? Indudablemente sería un avance, pero seguiríamos
troceando el territorio y perdiendo biodiversidad, perdiendo vidas en accidentes de tráfico o
teniendo ciudades diseñadas para los coches y no para las personas. Eso sin contar con el
tremendo gasto energético que implicaría el cambio del parque automovilístico y la nula
intención de reducir nuestra movilidad motorizada. Sin embargo, el problema fundamental es
que las fuentes de energía renovables no son suficientes para mantener los niveles de
consumo actuales de la UE y hacerlos universales21.
También nos venden que algunos de los indicadores ambientales de la UE, por poner el caso
cercano, han mejorado en los últimos años. Es el mito de la mejora ambiental con crecimiento
(o gracias a él en las versiones más duras del mito). Uno de los datos más esgrimidos es que,
en el seno de la Unión, se han disminuido las emisiones de gases de efecto invernadero en los
últimos años. A esta afirmación habría que añadir que mucho menos de lo necesario para
hacer frente al cambio climático, que lo están haciendo gracias a los mecanismos de
flexibilidad (que no no suponen reducciones o lo hacen en terrenos extranjeros 22) y, además,
que esto se ha conseguido en gran parte gracias a la exportación de emisiones: las emisiones
de la UE deberían incrementarse en un tercio por los productos que importa y cuyas emisiones
en la producción se hacen en lugares como China23.
Un último mito es el del progreso, el que nos dice que solo el crecimiento económico en el
Norte nos va a permitir que la población pueda vivir dignamente. Es el mito del que están
perneados los sindicatos mayoritarios al decir que el empleo solo llegará de la mano del
crecimiento. Hoy día ya es obvio que el crecimiento económico genera cada vez menos
empleos (y a veces ni siquiera los llega a crear). Pero es más obvio aun que no vamos a poder
seguir creciendo en un planeta de recursos limitados. Necesitamos empezar a plantearnos
preguntas como ¿para qué sirve mi trabajo?, ¿cuáles son los trabajos socialmente necesarios?
o ¿quién se encarga de los trabajos de cuidados de la vida y qué valor les damos en nuestra
sociedad? En definitiva, ¿cómo satisfacemos nuestras necesidades sin eliminar la base material
sobre la que habitamos?
4 A modo de conclusión
Resumiendo, aunque cada vez más países se están sumando a los protocolos internacionales
de defensa del medio ambiente y redactan planes de sostenibilidad, la realidad es que la crisis
ambiental no para de profundizarse. Así estamos ante una situación nunca antes vivida por el
ser humano: habitar un mundo en el que estamos cerca de agotar los recursos y de saturar los
sumideros. Ante ello debemos cambiar radicalmente nuestra forma de relacionarnos con el
entorno, y trascender un sistema que antepone el beneficio económico a la sostenibilidad de la
vida.
20
Agencia Europea de Medio Ambiente: Europe's environment. The fourth assessment. 2007
Gorka Bueno Mendieta: La crisis del actual modelo energético y su difícil solución. En “Energía y deuda
ecológica”. Iñaki Bárcena, Rosa Lago y Unai Villalba. Icaria. 2009.
22
Tamra Gilberson y Óscar Reyes. El mercado de emisiones. Carbon Trade Wach. 2010.
23
Steven J. Davis, Ken Caldeira. Consumption-based accounting of CO2 emissions. PNAS. 9-3-2010.
21