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Eugenio Fernández Cáceres
SOSTENIBILIDAD Y EFICIENCIA ENERGÉTICA
MÁSTER UNIV. DE ENERGÍAS RENOVABLES Y EFICIENCIA ENERGÉTICA
Eugenio Fernández Cáceres
LA TIERRA HERIDA
INDICE
1. Presentación
2. Biografía de los autores
3. Relación de los autores con el medio ambiente
4. Descripción y Resumen del libro
5. Critica del libro
6. Conclusiones
1. PRESENTACIÓN
La Tierra Herida: ¿Qué mundo heredarán nuestros hijos? es un libro divulgativo, de temática
medioambiental, que aborda los diversos problemas medioambientales que sufre el planeta.
El planteamiento del libro es original: es un diálogo, una conversación, entre dos personajes (que son los
propios autores). Uno de ellos, que no tiene conocimientos científicos (o muy básicos), plantea
preguntas relacionadas con el medio ambiente, y el otro personaje, que dispone de amplios
conocimientos científicos, va respondiendo a las preguntas planteadas.
Los conocimientos que tiene el primero, Miguel Delibes Setién (padre) surgen de las fuentes de
información que tiene disponibles, esto es, observación directa y medios de información generalistas. Por
ello, adopta la posición de cualquier lector que no tenga conocimientos específicos sobre el tema.
En cambio, Miguel Delibes de Castro (hijo) aporta sus conocimientos científicos, procedentes de su labor
profesional, y otra cosa importante: la credibilidad (evidentemente máxima para su interlocutor, su
padre), que refuerza los datos que va aportando.
El objetivo del libro es transmitir al lector el convencimiento de los autores en la necesidad de un cambio
en el modo de actuar de la sociedad humana, cambio necesario debido a que para los autores el origen
de la mayor parte de los problemas que sufre el planeta se encuentra en la actuación del ser humano.
Para ello, necesita poner en conocimiento del lector de forma clara los problemas que sufre el planeta y
las causas que los originan.
Para poder llegar a todos los lectores, se emplea un lenguaje coloquial y lo más sencillo posible a la hora
de transmitir los datos científicos, de modo que sea cual sea el nivel del lector, pueda tener una
comprensión total de lo que se explica.
2. BIOGRAFÍA DE LOS AUTORES
Miguel Delibes Setién
Seré sincero, antes de leer este libro, Miguel Delibes era un desconocido para mí.
Conocía el título de varios de sus libros, e incluso había leído alguno, pero no tenía clara su importancia
en la literatura española del último siglo, ni conocía nada de su extensa biografía, que me ha
impresionado.
Nació en Valladolid en 1920, hijo de un catedrático de derecho mercantil. Esto, evidentemente, le brindó
posibilidades, y viendo su biografía, demuestra ser una persona de gran inteligencia y capacidad, que
supo aprovechas esas posibilidades.
A los 20 años, y con una guerra civil de por medio, terminó la carrera de Comercio y comenzó la de
Derecho.
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LA TIERRA HERIDA
A los 23 años, obtuvo el carné de periodista y comenzó a trabajar en el diario El Norte de Castilla,
periódico en el que trabajará durante muchos años, llegando a ser el director del diario en 1958, a los 38
años. Ocuparía este cargo hasta 1963, año en que dimitiría tras algunos enfrentamientos con Manuel
Fraga.
Por otro lado, continuó sus estudios, y a los 25 años ya era catedrático de Derecho Mercantil (como su
padre).
Su primer hijo, Miguel, coautor del libro, nació dos años después, en 1947.
A los 28 años, gana su primer premio literario, un premio con una corta historia en aquel momento (era la
cuarta edición) y que ahora es el más antiguo de España, el Premio Nadal, con la novela LA SOMBRA
DEL CIPRÉS ES ALARGADA.
A partir de ahí, comienza una carrera literaria llena de premios, grandes libros, y muchos
reconocimientos, como el Premio Nacional de Literatura, que gana en 1955.
En 1973, es elegido miembro de la RAE (sillón “e”), así como miembro de la Hispanic Society of
America.
A lo largo de su vida ganó casi todos los premios literarios que se pueden ganar en lengua española: el
Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1982), el Premio de Periodismo "Ramón Godó Lallana“
(1985), el Premio Nacional de las Letras Españolas (1991), el Premio de Literatura “Miguel de Cervantes”
(1993), el Premio de Teatro “Rojas Zorrillas” (1993) y el Premio Nacional de Narrativa (1999).
Incluso ganó premios fuera de España, como el premio “Air Inter” en 1988 a la mejor novela extranjera
publicada en Francia (por Cinco horas con Mario).
Sólo le faltó el Nobel de Literatura, al que fue propuesto varias veces.
También fue investido Doctor Honoris Causa por varias Universidades: Universidad de Valladolid en
1983, Universidad Complutense de Madrid en 1987, Universidad de Sarre (Alemania) en 1990,
Universidad de Alcalá de Henares (1996), Universidad de Salamanca en 2008.
Falleció el 12 de Marzo de 2010.
Su producción literaria es muy abundante, incluyendo novela, libros de viaje, cuentos, obras de caza,
pesca y naturaleza, antologías, artículos periodísticos, etc.
Quizás las más representativas sean: El Camino, Las ratas, Cinco horas con Mario, El disputado voto del
señor Cayo y por supuesto, Los santos inocentes.
El libro que nos ocupa, La tierra herida, fue escrito en 2005, cinco años antes de su fallecimiento.
Miguel Delibes de Castro
Por su parte, su hijo Miguel Delibes de Castro también tiene una trayectoria brillante.
Es doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid y profesor de investigación
del CSIC.
Realizó su tesis doctoral en 1977 sobre el Lince ibérico en Doñana, donde fue Director de la estación
biológica entre 1988 y 1996.
También es fundador y actual presidente de la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de
Mamíferos (http://www.secem.es).
Realiza una importante labor en materia de protección del medioambiente.
Fue asesor de la delegación española en la Conferencia de Río de Janeiro sobre Biodiversidad,
celebrada en junio de 1992 (Cumbre de Río).
Como curiosidad, indicar que recién terminados sus estudios universitarios, entró a formar parte del
equipo de Félix Rodríguez de la Fuente para escribir FAUNA, la enciclopedia de naturaleza de mayor
éxito en la historia de España.
Además de LA TIERRA HERIDA, ha publicado más de un centenar de artículos científicos en
prestigiosas publicaciones, y diversos libros, todos de temática relacionada con el medioambiente y la
fauna, principalmente la ibérica, y en concreto en el Lince ibérico, materia en la que está considerado
como uno de los mayores expertos a nivel mundial.
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3. RELACIÓN DE LOS AUTORES CON EL MEDIO AMBIENTE
La relación de Miguel Delibes con el medio ambiente puede no ser muy clara, aunque era muy intensa.
Por un lado, era un gran aficionado a las actividades cinegéticas, la pesca y la caza. Disfrutaba del
contacto con la naturaleza que suponía la realización de estas actividades, y era un firme defensor de la
caza menor como elemento para la sostenibilidad del medio ambiente en el ámbito rural.
Por otro lado, en su obra se refleja su conocimiento y preocupación por el medio ambiente. Tanto en sus
libros de viaje, como de caza y pesca, así como en sus novelas, aborda en muchas ocasiones el mundo
rural, y la relación de este con su entorno natural.
Tal era su preocupación por el medio ambiente, que su discurso de ingreso en la Real Academia
Española versó sobre los problemas ambientales que ya en aquella época (1975) aquejaban al planeta,
aunque no fueran entonces un problema tan claramente reconocido por todo el mundo como lo es ahora.
En aquel discurso, explicaba los motivos por los cuales sus personajes de ficción se negaban a vivir en
una sociedad en la que no se miraba por la Naturaleza, sino por el consumismo masivo, por la
intolerancia y por el auge de materialismo que se estaba experimentando (algo que realmente se podría
trasladar palabra por palabra a la actualidad).
Aquel discurso, dio lugar posteriormente a un libro, UN MUNDO QUE AGONIZA, que recogía el discurso
junto a otros escritos. En el libro, en el que el autor se convertía en personaje principal del libro, junto con
personajes de otros de sus otros libros, pretendía llamar la atención sobre cada una de las barbaridades
que en el mundo se estaban realizando en aquel momento.
Dichas barbaridades siguen siendo, desgraciadamente, muy actuales: la deforestación, la
contaminación, los incendios, el aumento de la temperatura, los residuos, la reducción de la fauna y flora,
la contaminación del mar por los escapes petrolíferos y por el vertido de residuos, etc.
El planteamiento de aquella obra era
que aunque el progreso es necesario, para avanzar
tecnológicamente no hay que destruir la naturaleza. O se acaba con este tipo de progreso o el planeta
desaparecerá sin que la humanidad pueda remediarlo.
La relación de Miguel Delibes de Castro con el medio ambiente es mucho más evidente, y necesita por
tanto poca o ninguna justificación.
Su labor profesional está totalmente centrada en el conocimiento y preservación de las especies
animales de la península ibérica en particular, y de la Naturaleza en general.
Como hemos dicho, es doctor en Ciencias Biológicas, ha sido varios años Director de la Estación
Biológica de Doñana, y además de su producción científica y literaria, ha recibido varios premios de
protección del Medio Ambiente.
4. DESCRIPCIÓN Y RESUMEN DEL LIBRO
El libro pretende transmitir y dar a conocer los problemas que sufre el Planeta debidos a la acción del ser
humano, problemas que son percibidos por todos nosotros a través de diversos efectos, como el
calentamiento global, el agujero de la capa de ozono, el efecto invernadero, las sequías, la subida del
nivel del mar, deshielo, etc., auténticas HERIDAS que sufre la Tierra.
La forma que tienen de transmitir esta información, es mediante una conversación entre los autores del
libro, padre e hijo.
Vamos a asistir a algo tan habitual como un padre y un hijo hablando entre ellos, de modo coloquial, lo
que hace que toda la información que se proporciona, nos llegue de una manera precisa (nos la da un
reputado científico), pero a la vez simple y cercana de modo que es fácilmente entendible y asimilable
por cualquier tipo de lector.
El origen de este libro, es una conversación casual que Miguel Delibes mantiene en Julio de 2004 con su
hijo, mientras veranea en el pueblo de Sedano (Burgos).
Miguel Delibes le hace a su hijo, que es un reputado científico, y que para él evidentemente tiene una
gran credibilidad y es una fuente fiable de información, una serie de preguntas triviales relacionadas con
el medio ambiente (¿porqué este verano hace tanto fresco, si el verano pasado fue muy caluroso?).
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Las respuestas que su hijo le va dando a sus preguntas hace que se planteen y decidan ampliar dicha
conversación y convertirla en un libro.
Miguel Delibes creía que era “obligado que los habitantes del Planeta conocieran la opinión de los
científicos (representados por su hijo) sobre la situación que éste (el Planeta) atraviesa.”
Desde luego, un elemento muy particular de este libro es la técnica narrativa empleada: el DIÁLOGO.
Estamos acostumbrados a que en un libro (generalmente en novelas), aparezcan diálogos entre los
personajes del libro. Sin embargo, este libro es íntegramente un diálogo, a excepción de unas primeras
líneas introductorias que nos ponen en situación para entender el libro.
A nivel técnico, el diálogo es una conversación o comunicación entre DOS personas. Tiene sus
características particulares que lo definen con respecto a otras formas de comunicación, como son la
claridad, la exactitud y el respeto por el mensaje del interlocutor.
Podemos distinguir dos clases de diálogo: el diálogo oral y el escrito.
El diálogo oral, el de la conversación, es el más expresivo, porque va acompañado de emotividad,
gestos y ademanes.
El diálogo escrito es común en la narrativa. A través de un diálogo, el autor puede describir o narrar.
Generalmente, nos encontramos el diálogo con incisos. Los incisos son interrupciones de la
conversación para presentar un personaje, explicar conductas y acciones de ellos. En este libro no
tenemos estos incisos. Todas las explicaciones e informaciones necesarias son proporcionadas por la
conversación de los personajes-autores.
Otra característica del estilo narrativo del libro, es que está escrito en estilo directo, en el que se escribe
literalmente la conversación de los personajes, llevando al lenguaje escrito las palabras y entonaciones
de la conversación.
¿Por qué se ha elegido esta técnica para la construcción del libro? El libro pretende llegar a todo el
mundo, y que su contenido sea asumido por el lector. El diálogo, si está bien construido, es una de las
formas narrativas más creíbles, porque no presenta intermediarios, y una de las más sugestivas, porque
provoca la curiosidad. Permite “escuchar” las voces de los personajes y asistir a una conversación sin
que sus protagonistas se percaten de nuestra presencia: es como estar entre ellos sin ser visto.
Como estrategia literaria, es una de las más eficaces y, a la vez, una de las más difíciles de lograr.
Entrando al contenido del libro, a pesar de estar redactado en forma de diálogo, este está estructurado
en una serie de temas, relacionados con los problemas medioambientales del planeta. No existen en el
libro capítulos diferenciados, aunque sí que se marcan, mediante anotaciones en el lateral de la página,
el tema sobre el que trata la conversación.
Estos temas, con nombres tan descriptivos como: Caprichos del clima, Subida del nivel del mar, Pobres
y ricos, Clima y salud, etc., resumen en 170 páginas los grandes males que sufre el planeta relacionados
con el clima y el medio ambiente.
Aunque los temas tratados son muchos, es posible agruparlos en tres grandes grupos, que engloban a
los que hablan de la misma temática:
Casi la mitad del libro está dedicado a describir LAS HERIDAS DE LA TIERRA, las consecuencias
visibles que muestra el planeta, los efectos que sufre por las diversas acciones del ser humano. Esta
parte es descriptiva, explicando los hechos y aportando los datos, lo que nos da una visión del problema.
Otro tema que se toca en el libro son las ACTUACIONES INTERNACIONALES, un repaso de las
acciones que se han tomado, a nivel internacional, para intentar remediar o solucionar, aunque sea en
parte, los problemas que sufre el planeta.
Finalmente, otra gran parte del libro está dedicada a EL HOMBRE Y LA TIERRA, la manera en que los
comportamientos y acciones del hombre afectan al planeta, y a la vez, cómo los efectos que sufre el
planeta, afectan al ser humano.
El libro, al ser una conversación, no sigue una estructura lineal, sino que como cualquier conversación,
va saltando de un tema a otro, a medida que los temas van surgiendo.
Para resumir el contenido, y dar una visión general del contenido del mismo, esta estructura no es válida,
por lo que el resumen del contenido se ha estructurado en los tres grupos indicados anteriormente.
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LA TIERRA HERIDA
A continuación se resume, o se explican con los datos aportados en el libro, los problemas presentados
por los autores.
LAS HERIDAS DE LA TIERRA
Una de las heridas más profundas y graves que sufre el planeta es el CALENTAMIENTO GLOBAL. Este
efecto viene marcado por una tendencia generalizada ascendente de la temperatura promedio del
planeta. Esto no que no quiere decir que obligatoriamente cada año haga más calor que el anterior,
aunque sí que aumenta la probabilidad de que cada año sea más caluroso que el anterior.
Los dos conceptos más importantes del calentamiento global, aparte de saber en qué consiste,
evidentemente, son: 1) es un proceso global, que afecta a todo el planeta (aunque no a todas las zonas
del mismo por igual), y 2) que es debido a la acción del ser humano, aunque ha costado que se
reconociera dicho origen.
De hecho, incluso un organismo como el IPCC, creado en 1988 para estudiar el Cambio Climático, tardó
varios años en reconocer el origen humano del Calentamiento Global. No fue hasta el tercer informe,
publicado en 2001, cuando el IPCC admitió las “interferencias antropogénas”.
Con los datos de temperaturas registrados desde 1861, se aprecia que hay un aumento de la
temperatura promedio en el planeta, y que sus efectos son más acusados en los últimos años.
Además, en España el problema es aún más grave que la media del planeta.
Por ejemplo, los años más cálidos desde que se registran las temperaturas medias han sido: 1º 1998, 2º
1
2002, 3º 2003. Además, la década más cálida ha sido la 1990-1999. .
El calentamiento hemos dicho que era el aumento de la temperatura media del planeta. Dicha
temperatura ha aumentado 0,7ºc los últimos 100 años.
España es particularmente sensible a este calentamiento, dado que la temperatura media de España
aumentó 1,5ºC los últimos 30 años, en comparación con los 0,7ºC que aumentó a nivel global en los
últimos 100.
De hecho, la temperatura actual de España es la misma que tenía Marruecos en 1975. Estamos
asistiendo a una africanización del clima en la península ibérica.
El aumento de la temperatura provoca diversas consecuencias en el planeta, que afectan a todo y a
todos.
Un efecto especialmente llamativo, son las variaciones en los periodos de floración de las plantas. En
Centroeuropa, se ha adelantado la salida de las hojas un promedio de 5 días los últimos 30 años. En
Canadá, las yemas de los álamos revientan un mes antes de lo que lo hacían hace 100 años. En
España, de promedio, se adelanta la salida de las hojas 16 días, y la caída se retrasa 13 días.
Estos datos se consiguen porque existe una red de voluntarios en muchos países que registran los hitos
2
fenológicos . Esta es una importante herramienta para estimar los efectos del calentamiento del planeta.
Esta variación, que podría parecer que no tiene mucha importancia, puede tener graves consecuencias.
Como cada especie vegetal o animal utiliza un sistema diferente para regular su actividad (temperatura
media, horas de luz, horas de oscuridad,…) se producen desajustes en el comportamiento de especies
que siempre han coincidido en su comportamiento (afectando por ejemplo, a la polinización de las
plantas o a la cría de las camadas).
Lo mismo podríamos decir con las migraciones de las aves y el comportamiento de otros animales
(fitofenología).
Otro importante efecto del calentamiento global, es que cada vez llueva menos en invierno. Las
mediciones realizadas por los observatorios meteorológicos así lo indican. Por ejemplo, el Observatorio
1
Datos a fecha de redacción del libro. Con los datos actuales, salvo 1998, los diez años más calurosos han tenido lugar
desde el año 2000. Y los 12 años del s. XXI (2001-2012) figuran entre los 14 más cálidos de los 133 años del registro
histórico.
2
Fenología es la ciencia que estudia la relación entre los factores climáticos y los ciclos de los seres vivos.
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de Navacerrada, en 1970 recibía una media de 100 días de nieve al año. Sin embargo, a finales de siglo
XX, sólo recibe 60 días de nieve al año.
El aumento de temperatura media hace que, incluso aunque se mantenga el nivel de precipitaciones, se
aumenta la aridez, y haya déficit de agua dulce (debido a la evaporación, y a la transpiración de las
plantas).
Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, en los próximos decenios se producirá una disminución
aguda del caudal de los ríos del sur europeo, especialmente en la vertiente mediterránea de la península
ibérica.
A su vez, el aumento de la temperatura y la disminución de las precipitaciones aumentan el riesgo de
incendios forestales. Además, las nuevas condiciones hacen mayores las dificultades para extinguirlos
(condiciones de temperatura y humedad relativa).
Todos estos efectos unidos, conducen hacia el proceso de sequía y consiguiente desertificación, que en
España avanza inexorablemente. La desertificación fue el primer problema ambiental al que la
comunidad internacional prestó atención. Supone un problema de primera magnitud, ya que provoca
degradación de los suelos, de los recursos hídricos provocando sequías, y por tanto la desaparición de la
vegetación y por todo ello, afecta directamente a la calidad de vida de las personas. La diferencia entre
DESERTIZACIÓN y DESERTIFICACIÓN, consiste en que se llama desertización al proceso natural,
mientras que la desertificación sería un proceso similar pero debido a las acciones humanas.
Suele medirse como la pérdida de suelo fértil. En España, 34 provincias sufren el problema en un grado
alto o muy alto. La realización de prácticas agrícolas intensivas, que conllevan la sobrexplotación de los
pozos, conducen a la desertización y escasez de agua dulce.
Según la ONU, la aridez y la desertificación afectan a la tercera parte de las tierras del planeta, y
amenaza a mil millones de personas. Y de nuevo, España está especialmente amenazadaUna de las principales causas del Calentamiento Global es el llamado EFECTO INVERNADERO.
Realmente, el efecto invernadero es un efecto natural, y la verdadera herida está en el “INCREMENTO
del efecto invernadero originado a consecuencia de las actividades humanas”.
El efecto invernadero permite la vida en el planeta. Sin él, la temperatura media sería de -18ºC. Así
funciona: 1) parte de la energía que recibe la Tierra del Sol es reflejada de vuelta hacia el espacio en
forma de radiación infrarroja, 2) en la atmósfera, existen ciertos gases que, debido a esa radiación
infrarroja, se calientan y envían de nuevo energía hacia la superficie de la tierra, que a su vez, absorbe
parte y vuelve a reflejar otra parte, que será de nuevo parcialmente absorbida por los gases de efecto
invernadero de la atmósfera.
Al final de este proceso, el balance de energía se equilibra, y se alcanza un equilibrio térmico en el
planeta a una temperatura mayor que la que se alcanzaría si dichos gases no existieran.
Realmente, no es el mismo efecto de un invernadero, pero es una imagen gráfica muy clarificadora para
explicar el proceso.
El problema no está en el efecto invernadero, sino en su intensificación debida a la emisión de gases que
potencian su efecto por parte del ser humano, haciendo que la temperatura de equilibrio sea mayor.
El principal gas de efecto invernadero es el vapor de agua. Este, aunque es el principal causante del
efecto, no es problemático, ya que su tiempo de residencia (permanencia en la atmósfera) es muy corto
(una semana).
Los siguientes gases en importancia son: el CO2, seguido de metano (CH4), óxido nitroso (N2O) y ozono
(03). Estos tienen periodos de residencia mucho más largos.
El CO2 tiene un periodo de residencia de 100 años. Esto hace que, incluso si dejáramos hoy mismo de
emitir CO2 a la atmósfera, dentro de 100 años todavía estaríamos sufriendo sus consecuencias. El
metano tiene un periodo de residencia de unos 15 años.
De modo que, el incremento del efecto invernadero es producido, fundamentalmente, por la emisión por
parte del ser humano de gases de efecto invernadero, principalmente CO2.
Sin embargo, ¿tan importante es el incremento de CO2 en la atmósfera como para cambiar el clima de
toda la Tierra?
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Cada año se emiten a la atmósfera 25.000 millones de toneladas de CO2, procedentes de la combustión
de combustibles fósiles, de la deforestación, o de cambios del uso del suelo.
Algo más de la mitad de esas emisiones se reabsorbe, pero aproximadamente el 45% de las emisiones,
se van a la atmósfera a incrementar el efecto invernadero (11.250 millones de toneladas, y recordemos
que el CO2 tiene un tiempo de residencia de más de 100 años).
Antes de la revolución industrial, la concentración en la atmósfera de CO2 era de 280 ppm, en la década
de los 1950, era de aprox. 315, y en la actualidad (2005), de aproximadamente 370 ppm.
Las principales causas de la concentración actual de CO2 en la atmósfera son la revolución industrial y la
deforestación en el hemisferio norte.
Otra de las grandes heridas del planeta es el AGUJERO DE LA CAPA DE OZONO. El llamado agujero
de la capa de ozono tiene su origen también en la emisión humana de gases a la atmósfera,
concretamente los famosos gases CFC (clorofluorocabonos).
Estos gases, muy utilizados en la industria, fundamentalmente en los equipos de refrigeración y en los
aerosoles, que se pensaba eran inocuos para la naturaleza, resultaron ser de un poder devastador.
Veamos de manera rápida su historia.
Para empezar, hay que indicar que la capa de ozono no ha existido siempre: es el resultado de la
actividad de los seres vivos (la fotosíntesis rompe la molécula de agua y une sus componentes a los del
CO2, reteniendo el carbono y el hidrógeno y liberando el oxígeno). Hasta que no existió, la vida no pudo
colonizar la tierra firme (es fundamental para la vida fuera del agua). Es un escudo que protege a los
seres vivos de los excesos de radiación UV que llegan del sol.
Hay que tener en cuenta que la capa de ozono es una envoltura que recubre el plantea (como la piel de
una naranja). Cuando se habla de agujero en la capa de ozono, en realidad se habla de una disminución
del espesor de dicha capa, no a un agujero propiamente dicho.
La capa de ozono se mide en Unidades Dobson (UD) En honor del físico y meteorólogo británico G.M.B.
Dobson (1889-1976). 300 unidades Dobson son el espesor de una capa de ozono que cumple con la
función de filtrar adecuadamente las radiaciones UV provenientes del Sol. Por debajo de 220 unidades
Dobson, se considera que existe el fenómeno conocido como “agujero de la capa de ozono”. Esto
significa que se reduce la concentración del ozono estratosférico, posibilitando el ingreso de mayor
cantidad de radiación solar a la tierra. Un espesor de 300 UD es una capa que, a nivel del mar, tendría
un espesor de 3 mm.
Concretamente, la definición de una unidad Dobson es el nº de moléculas de ozono que se necesitan
para crear una capa de ozono puro de 0,01mm de espesor a una temperatura de 0ºC y a una presión de
1 atm.
En 1974, Mario Molina y Sherwood Rowland descubrieron que la luz del sol activaba las moléculas de
CFC en la parte alta de la atmósfera, dónde estos gases se estaban acumulando. Al activarse dichas
moléculas, se desprende de ellas un radical libre de cloro (Cl). El cloro reacciona químicamente con el
ozono, formando monóxido de cloro y O2. Como el monóxido de cloro es inestable, se deshace y vuelve
a liberar cloro, que vuelve a reaccionar con el ozono, repitiendo el ciclo (más de cien mil veces).
Las primeras reacciones al anuncio que hicieron en 1974 fueron de escepticismo. Además, las
mediciones que se realizaban del espesor de la capa de ozono no detectaron cambios significativos.
Es más, existía un satélite meteorológico (Nimbus 7) que realizaba mediciones en la capa de ozono y no
había detectado nada.
Sin embargo, en 1982, dos equipos independientes que realizaban mediciones desde tierra en la costa
de la Antártida (japoneses e ingleses), detectaron que el espesor de la capa de ozono en aquella zona
era asombrosamente delgada. Fue tan llamativo el resultado de sus mediciones, que en principio
pensaron que sus equipos estaban estropeados o se habían equivocado al realizar las mediciones.
Hasta 1984 y 1985, con tres años de datos, no se atrevieron a hacer públicos sus descubrimientos,
confirmando así la destrucción de la capa de ozono por los CFC.
¿Y el satélite? ¿Por qué no detectó nada? ¿Funcionaba mal? Resultó que la programación del
ordenador de a bordo le hacía desechar los datos “absurdos”, atribuyéndolos a errores de medida.
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Durante años se desecharon mediciones de la disminución del espesor de la capa de ozono por ser
consideradas demasiado pequeñas para ser válidas.
A raíz de los descubrimientos científicos se promovieron los protocolos de Montreal (1987) y
Copenhague (1992) que dispusieron, respectivamente, la reducción y suspensión definitiva de la
fabricación de los CFC. Esto fue quizás el primer gran triunfo de la protección medioambiental.
En 1995, Sherwood Rowland, Mario Molina, y Paul Crutzen recibieron el Premio Nobel de Química por
sus investigaciones sobre la influencia de los CFC sobre la capa de ozono.
Según el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) y la OMM (Organización
Meteorológica Mundial), la capa de ozono se va a recuperar en el 2060 para el ártico y en el 2075 para el
caso de la región antártica, momento en el que alcanzará las concentraciones registradas antes de 1980.
A pesar de todo lo anterior, hay que indicar que el ozono no siempre es beneficioso. La capa de ozono
se encuentra en la estratosfera, a 10 km de altura, donde ejerce su labor de escudo protector. Sin
embargo, cuando se localiza ozono en la troposfera, no actúa como elemento protector, sino que se
convierte en un elemento contaminante, perjudicial para la salud.
Suele generarse en las ciudades, debido a la reacción química de los contaminantes con la luz del sol,
aunque también se forma en el campo, por la interacción de compuestos orgánicos liberados por la
vegetación con los óxidos de nitrógeno del aire, en presencia de la luz.
Suele formar una niebla sobre las ciudades. Provoca cansancio, anemia, irritación de ojos, garganta y
pulmones, agravando el asma, enfisemas y problemas respiratorios.
El conjunto de estas heridas, junto a sus efectos sobre el clima producen lo que la Convención Marco de
las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático define CAMBIO CLIMÁTICO: el cambio de clima
atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera
mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos comparables.
Como hemos visto, todos estos efectos son procesos de carácter global, que afectan a todo el planeta, y
son causados por el ser humano.
Existen evidencias científicas de que los cambios en el clima siempre han existido, producidos de
manera natural. Sin embargo, nunca se han producido cambios tan grandes como los actuales, en
periodos de tiempo tan cortos. Y sólo las actuaciones del ser humano pueden explicar los cambios tan
rápidos que se han producido. Estamos asistiendo al cambio del clima más rápido producido desde la
última glaciación.
El cambio climático tiene unos efectos numerosos e importantes en muchos ámbitos. Algunos ya los
hemos comentado, como los cambios en los ciclos de los animales, incendios, sequías, desertificación,
etc., pero la lista es mucho más larga:
Reducción del espesor de las masas de hielo en los polos
Fusión de los glaciares de las montañas
Subida del nivel del mar. La fusión del hielo existente en los polos y en los glaciares afecta al equilibrio
térmico de la tierra, y conlleva como efecto secundario el aumento del nivel del mar, ayudado por la
propia dilatación del agua del mar al calentarse. Se calcula que el nivel del mar ha subido unos veinte
cm en el siglo XX, y en el siglo XXI ascenderá entre 10 cm y un metro. Esta subida daña las playas, los
acuíferos (por lo tanto acentúa la escasez de agua dulce), destruye humedales y marismas costeras.
Incluso puede hacer desaparecer estados que se encuentran archipiélagos, al hacerlos inhabitables
(como el archipiélago de Tuvalu). Una subida del nivel del mar de 1 metro supondría el desplazamiento
forzoso de unos 100 millones de personas.
Deshielo en Alaska y Siberia del permafrost, lo que origina emisiones de CO2 a la atmósfera, que
potencia el efecto invernadero y por tanto el calentamiento global…
Incremento de los “eventos climáticos extremos”: olas de calor, grandes sequías, grandes
inundaciones, Tormentas de arena en china (llega hasta california)
Las aberraciones climáticas son cada vez más frecuentes, y están pasando de ser algo excepcional a
ser algo rutinario (campaña de huracanes en la costa este americana, por ejemplo)
Decoloración y muerte de los corales, debida al aumento de la temperatura del agua del mar
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LA TIERRA HERIDA
Escasez de agua dulce. Según cálculos realizados por investigadores rusos, que “contaron” la cantidad
total de agua existente en el planeta (en forma de vapor, líquido o hielo) el 97,5% del agua del planeta es
agua salada. El planeta es una gran desalinizadora que, gracias a la energía del sol, convierte agua
salada en agua dulce, que acaba regresando al mar.
Del total de agua dulce, casi el 90% se encuentra congelada en los casquetes polares y los glaciares, o
bien son aguas subterráneas de difícil extracción. Resumiendo, sólo es accesible un 4 por mil del total
de agua del planeta. Luchas por el agua dulce. Sobreexplotación de los acuíferos.
Reducción de la biodiversidad. Se estima que se extinguen entre diez mil y cincuenta mil especies al
año (una media de 27000 anuales, son 72 diarias, 3 cada hora). Esto supone un 1 por mil anual de las
especies. Es decir, a este ritmo, en mil años se habrán extinguido todas las especies del planeta. Este
tiempo es mucho menor que el que supuso la extinción de los dinosaurios. Estamos asistiendo a una
reducción de la biodiversidad si precedentes.
Si bien en el pasado, se produjeron extinciones debidas a la presión de la caza, actualmente son otro
tipo de presiones humanas las responsables de la extinción de las especies.
“Cuando los recursos son limitados, lo que usan unos no pueden utilizarlos otros” (Brian Czech). La
presión que supone alimentar y cobijar a 6400 millones de humanos (ya 7000 millones a fin de 2011)
hace que sean necesarios grandes recursos, cuya consecución provoca el desplazamiento de especies
en esa competición por los recursos (terreno, agua, árboles,…). Los mecanismos que provocan la
reducción de la biodiversidad son:
a) Explotación desmedida: extraer recursos por encima de la capacidad de recuperación de los mismos.
La concienciación hace que se esté comenzando a controlar.
b) Destrucción o modificación de los hábitats naturales. A día de hoy, es la principal causa. Por ejemplo,
en los últimos 50 años, ha desaparecido la tercera parte de los bosques autóctonos. No hace falta
talarlo, la fragmentación tiene un efecto similar (en un bosque de 100000 ha pueden sobrevivir los osos,
pero no en mil bosquecillos de 100 ha, aunque la superficie sea la misma).
c) Introducción de especies exóticas en hábitats diferentes (gato común, p.e.; caso del gato del farero,
Nueva Zelanda, siglo XIX).
d) La extinción de una especie, provoca extinciones en cadena (la Naturaleza está interconectada). Es
un elemento muy común y difícil de controlar.
La desaparición de tantas especies tiene un reverso peligroso. Y es que no hay especies de primera o de
segunda. La desaparición de cualquier especie supone un gran problema a escala mundial. Por
insignificante que pueda parecer una especie, puede tener una gran importancia para el conjunto del
planeta.
LOS HOMBRES NECESITAMOS AL RESTO DE LOS SERES VIVOS, PERO ELLOS NO NOS
NECESITAN A NOSOTROS.
Al final de toda la cadena de efectos que hemos nombrado, el resultado es que el cambio climático
provoca la desaparición de especies, y un planeta con menos especies, es más vulnerable a los efectos
producidos por el cambio climático.
Todas las consecuencias del cambio climático, así como las causas que lo provocan, son
manifestaciones de una sola y única crisis. En la Naturaleza, todo está relacionado, y lo que afecta a una
parte, afecta al conjunto.
Si entendemos la Tierra como un gran organismo, el cambio climático puede ser la fiebre que está
sufriendo. ¿Está en peligro la vida en la Tierra? ¿Está muriendo? Como organismo enfermo, se
defenderá, y la vida no desaparecerá. Quizás desaparezcamos nosotros, si somos el “virus” que provoca
la fiebre, y no cambiamos nuestra forma de comportarnos. Seguramente la vida en la Tierra no esté en
peligro, aunque puede que sí lo esté la vida tal como la conocemos ahora.
Cuando se habla de la necesidad de proteger el planeta, hay que entender que se habla de proteger el
planeta para que el ser humano pueda seguir habitándolo. Si seguimos como hasta ahora, el planeta
seguirá; seremos nosotros los que no podremos continuar. ESTAMOS ACABANDO CON “NUESTRA”
TIERRA, NO CON LA TIERRA.
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ACTUACIONES INTERNACIONALES
Las grandes cumbres internacionales, que tienen lugar cada cierto número de años, tienen una
importante función, a pesar de que se obtengan menos resultados de los que serían deseables. Aunque
sólo sean símbolos de que el problema existe, y lo pongan a la vista de todos. Son escaparates, donde
se muestra lo que se ha hecho anteriormente, y se plantean que hay que hacer en el futuro.
En algunas ocasiones, no consiguen llegar a ningún tipo de acuerdo, en otros casos, consiguen
alcanzar los objetivos marcados.
Ejemplo de esto último, la firma en 1987 del Protocolo de Montreal, que estableció los plazos para
prohibir la fabricación y utilización de los CFC que se acababa de demostrar que estaban destruyendo la
capa de ozono. En un principio, se pretendía rebajar el nivel de uso de los CFC en 1999 a la mitad de su
uso en 1986, pero la disminución del espesor de la capa de ozono era tan grande, que se redujeron los
plazos, siendo prohibidos a partir de 1995 en los países desarrollados, y antes de 2010 en el resto. En la
actualidad, más de 180 países han firmado el protocolo, y parece que el problema está en vías de
solución. El agujero de la capa de ozono alcanzó el mayor tamaño registrado en el año 2000, y desde
entonces, parece estar en retroceso, aunque la pervivencia de los CFC en la atmósfera apuntan a que
hasta el año 2050 no se podrá considerar “solucionado” el agujero.
Es posible que haya ayudado a la eficacia de lo acordado en el Protocolo de Montreal que la sustitución
de los gases CFC por otros gases ha sido más barata de lo que se esperaba. En todo caso, resultó no
ser tan difícil como se pensaba al principio.
En la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, en 1992, se estableció un marco general sobre el clima,
cuyo principal objetivo era convencer a los escépticos de la influencia humana en el cambio climático, y
de allí se llegó al Protocolo de Kioto en 1997, que pretendía ser un mecanismo para reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero. Los distintos intereses nacionales han hecho que dicho
protocolo no haya alcanzado el cumplimiento deseado, aunque sí ha sido un punto de referencia
importante para intentar controlar dichas emisiones.
A grandes rasgos, establecía los porcentajes que los diversos países debían reducir (o aumentar) de sus
emisiones de gases de efecto invernadero, en función de sus capacidades y emisiones, con respecto a
las que tenían en 1990.
No fue hasta 2005, tras la ratificación de Rusia, que permitió alcanzar el consenso mínimo que se había
establecido en el Protocolo para su ejecución, que este entró en vigor.
Algunos países ratificaron el protocolo, y otros no lo hicieron. Así, Estados Unidos, que es el mayor
emisor de gases de efecto invernadero, no lo ratificó. En contraposición, la UE se comprometió a
respetar los acuerdos alcanzados, aunque no entrara en vigor.
EL HOMBRE Y LA TIERRA
El ser humano tiene una gran influencia en el planeta porque es muy numeroso, y tiene gran capacidad
de actuación. Y la población va aumentando. Con un ritmo de crecimiento exponencial, ha pasado de
300 millones en el año 0, a 600 millones aproximadamente en 1700, 2300 millones en los años 70 del
siglo XX, hasta los 6400 millones (en 2005, cuando se escribió el libro; en la actualidad, más de 7000
millones). Puede que, contando la biomasa, no haya habido nunca una especie tan abundante como el
ser humano en el planeta. Evidentemente, las necesidades de tal cantidad de población suponen una
gran presión sobre el planeta. Y además, tenemos una gran capacidad de actuar sobre el entorno, para
conseguir los recursos necesarios.
Uno de esos recursos necesarios es el agua, concretamente el agua dulce. Debido a su escasez, unida
a la necesidad creciente, es necesario establecer una nueva Cultura del agua: proceder de maneras
nuevas, dado que el uso que se ha hecho hasta ahora de ella no es posible mantenerlo con las
condiciones actuales. Hay que intentar buscar de qué manera se puede consumir menos agua, en lugar
de tratar de conseguir más agua para consumir más. Cada vez que la población humana se duplica, la
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necesidad de agua de la población se triplica. Un dato impactante: el 60% del agua dulce disponible en
el planeta es usado por el ser humano.
El agua es un recurso cada vez más escaso, y allí donde está es donde debería consumirse, puesto que
es donde está realizando una función. Incluso el agua que se dice “perderse” en las desembocaduras de
los ríos, tiene su función, y si se ve alterada, provoca problemas medioambientales. Porque hay que
tener en cuenta que NO hay agua para todo. El agua que se usa en una forma, no puede emplearse en
otra. Así, el agua que se desvía para regadíos, no puede emplearse para reponer un acuífero, o
alimentar un humedal.
Volviendo al agua dulce disponible, los cálculos realizados nos dicen que sólo el 4 por mil del agua del
planeta es agua dulce disponible. El resto, o bien es agua salada (el 97,5% del agua del planeta), o es
agua dulce en forma de hielo o en acuíferos subterráneos de difícil acceso.
El agua es un recurso escaso, y sobreexplotado. Es decir, se consume por encima de las posibilidades
naturales de regeneración, lo que está ocasionando la desaparición de humedales y de acuíferos
sobreexplotados.
El principal uso humano del agua es para la agricultura, donde va el 70-80% del consumo. El resto, se
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destina a uso industrial y consumo doméstico .
Esto significa que la escasez de agua incide directamente en la producción de alimentos, por lo que
influirá de manera muy importante en las relaciones internacionales, planteándose incluso la posibilidad
de futuras guerras por el control del agua (reales o virtuales).
El aumento de población, provoca un aumento necesario de la producción de alimentos. Un efecto
secundario de este aumento es el aumento del uso de pesticidas y abonos químicos. Un aumento lineal,
desde la década de los 50. Este nivel de uso de productos químicos en la agricultura, junto con otros
miles de productos químicos que se usan en la sociedad (pinturas, envases, impermeabilizantes,…)
provocan un “envenenamiento” del planeta de efectos todavía desconocidos.
Las cifras de abonos utilizados aumentan sin parar. Por ejemplo, los fertilizantes nitrogenados pasaron
de 10 millones de Tm anuales en 1960 a 80 millones de Tm en 1999, 8 veces más en 40 años. Similar
ritmo de crecimiento presentan los abonos fosforados. Así, la ONU ha advertido que se está sometiendo
al Planeta a un nivel de fertilización del que no se conocen las consecuencias.
El cambio climático aquí también influye negativamente, dado que los aumentos de temperatura que se
experimentan, afectan negativamente al rendimiento de las cosechas. Los cereales, el arroz, la soja,
todos ellos son perjudicados por los incrementos de temperatura que están sufriendo las zonas dónde
habitualmente son cosechados.
De los efectos del cambio climático, sólo el aumento de la concentración de CO2 (aunque resulte
paradójico) favorece la productividad de las cosechas.
También puede haber zonas del planeta que vean favorecida su posibilidad de cosechar, debido al
incremento de las temperaturas, aunque requerirán un periodo de adaptación.
También la salud del hombre se ve afectada por el cambio climático, de muy diversos modos.
Por ejemplo, los climas más cálidos favorecen la expansión de insectos como mosquitos, que pueden
convertirse en transmisores de enfermedades (paludismo, dengue,…) en zonas que hasta ahora estaban
libres de ellas, así como la aparición de enfermedades directamente asociadas a las sequias y escasez
de agua dulce.
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A este respecto, es interesante el concepto de Agua Virtual, que es la cantidad real de agua requerida para la
fabricación de cualquier bien o producto agrícola o industrial.
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Hasta en la manera de contaminar y afectar al planeta existen pobres y ricos.
Por ejemplo, los países del “primer” mundo tienen unas emisiones de gases muy superiores a las de los
países del tercer mundo.
Los EE.UU. con un 5% de la población mundial, emiten más del 25% de los gases de efecto invernadero.
La UE por su parte, también emite un importante 15%.
Si se dividen las emisiones totales por el nº de habitantes, obtenemos las emisiones por persona de
cada país. Con eses punto de vista, vemos que cada estadounidense emite el equivalente a 23 Tm
anuales de CO2. En Europa, el nivel está en 11 Tm anuales de CO2, y en países del tercer mundo, no
llegan a las 2 Tm anuales por persona.
Así, nos encontramos por un lado con países “ricos” que con poca población tienen unas emisiones muy
grandes, y por otro lado, países “pobres” que tienen pocas emisiones por habitante, pero que tienen una
población muy amplia, de modo que sus emisiones total es son también muy grandes. Se muestran aquí
los dos factores que definen la capacidad del hombre para modificar las condiciones del planeta: la gran
capacidad de influencia, y el enorme tamaño de la población humana.
Otro planteamiento sobre la diferencia de la influencia de los países en cuento al cambio climático, es
que muchos de los países pobres del sur, que no se han beneficiado económicamente de las actividades
que han provocado cambios en el Planeta, en cambio son los que más sufren las consecuencias
negativas de esos cambios.
Para intentar corregir las afecciones del planeta, es necesario fomentar el uso de las energías
renovables, mejorar la eficiencia energética en todos los niveles (doméstico, industrial, transporte,…), y
adoptar medidas que incentiven el transporte público y la disminución de emisiones.
Por ejemplo, las viviendas debería estar mejor aisladas, de modo que requieran menos calefacción y aire
acondicionado. También se deberían utilizar más los transportes públicos colectivos, o medios de
transporte no contaminantes (como la bicicleta) y, en general, buscar consumir menos, o mejor, la
energía en nuestro día a día.
El fomentar las energías renovables, que no producen emisiones contaminantes, aunque tengan otros
inconvenientes, debe ser potenciada.
Hay gente que propone la energía nuclear como una energía limpia más, aunque la problemática que
generan sus residuos desaconsejan contemplarla como tal. En la Reunión Internacional sobre el Clima
de Bonn en 2001 se la excluyó como una opción para combatir el cambio climático en el marco del
Protocolo de Kioto.
Al igual que con otros recursos, se plantea como generar más energía para cubrir la creciente demanda,
pero no se estudia como intentar consumir menos haciendo un uso más eficiente de la energía existente.
Uno de los aspectos más dañados por los problemas tratados son los seres vivos que comparten con
nosotros el planeta.
Los servicios que prestan los ecosistemas naturales son muchos, aunque quizás no sean muy evidentes.
Por ejemplo, las bacterias, hongos, insectos, gusanos, etc. que viven en el suelo lo hacen fértil,
descomponiendo los residuos y permitiendo que las plantas crezcan en él.
Hay tantos ejemplos como ecosistemas diferentes. Así, los bosques retienen el suelo, la vegetación
retiene el agua dulce.
Otro ejemplo claro son los insectos, que tienen una importancia fundamental, por ejemplo, para la
polinización de las plantas, siendo el 90% de las plantas las que necesitan de los insectos para la
polinización. Y en ese porcentaje, están incluidas muchas de las plantas que tienen interés para la
agricultura.
Existen zonas del planeta donde además de los insectos, otros animales tienen funciones en la
polinización, y hay especies de plantas que dependen del viento, pero los insectos son los grandes
responsables de la polinización de las plantas.
Existen tantas relaciones entre los diversos seres vivos que forman los ecosistemas, que no podemos ni
debemos prescindir de ninguno de ellos, asumiendo que su papel pueden desarrollarlo otros seres.
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Son tantos los seres vivos, que no podemos conocer el papel de cada uno de ellos. Por ello, la
destrucción de ecosistemas, por pequeños y simples que puedan parecer, como un soto o un ribazo,
pueden tener consecuencias nefastas para la polinización de las plantas y por tanto, para todo el
entorno.
Además, este proceso de la polinización, al ser necesario para la agricultura, también tiene su valor
económico. En la década de 1980, se estimaba que, sólo en EE.UU., la polinización por insectos tenía
un valor anual de más de 9000 millones de dólares.
La responsabilidad sobre las actuaciones de la sociedad humana no es exclusiva de unos pocos. Todos
los ciudadanos tenemos responsabilidad, y en ocasiones nos resistimos a los cambios que serían
necesarios.
Un ejemplo claro es el transporte, donde la resistencia a utilizar transportes públicos o no contaminantes
(como la bicicleta) no consiguen en apoyo necesario. De hecho, se fomenta (social y económicamente)
el automóvil individual, con todo lo que conlleva.
Los políticos, desde luego, en su papel de liderazgo en la sociedad, deben marcar el camino que a
medio y largo plazo sea mejor, aunque en general se mueven más con la perspectiva del corto plazo y la
rentabilidad política en la próxima elección, por lo que medidas necesarias para la protección
medioambiental (como la aplicación razonada de una ecotasa) tienen no ya un apoyo tibio, sino el
rechazo frontal, por motivos económicos.
Si nos preguntamos por qué la población no reacciona ante los problemas planteados, se pueden alegar
varios motivos.
El primero sería que mucha gente no tiene información, no sabe qué está ocurriendo, por lo que no es
consciente del problema. Por ello es tan importante contarlo (ese es el objetivo de este libro). Falta
información y educación.
Además, hay parte de la sociedad que prefiere no saber.
Otro motivo sería el fatalismo, la sensación de enfrentar un problema tan grande que, ante la sensación
de no poder resolverlo, la gente opta por no hacer nada.
Además, hay intereses económicos que pretenden que las cosas sigan como están. Así, el país al que le
correspondería liderar el cambio mundial para preservar el medio ambiente, EE.UU., precisamente
adopta políticas que llevan el camino contrario (aunque al mismo tiempo investigue y desarrolle energías
renovables).
Sin embargo, la importancia económica del petróleo y el gas, es la que dirige la política medioambiental
en el país.
Los países desarrollados, causantes del cambio climático, suelen estar en latitudes altas, por lo que se
verán menos afectados por los problemas derivados del cambio climático que los países pobres, que
tienden a ser los más poblados, y son los más sufren y sufrirán las consecuencias de las tensiones
ambientales que se producirán, a pesar de no haber sido los causantes del problema.
Además, cuanto más desarrollado está un país, más herramientas tiene para enfrentar los problemas,
adaptarse a los cambios y superar las dificultades.
¿Es posible que los habitantes de los países ricos estemos poco activos por cambiar el problema,
porque no seremos nosotros los que sufriremos las consecuencias tanto como otros?
Esta pregunta nos lleva a la hipótesis presentada en el ensayo de ficción EL INFORME LUGANO, en el
que se plantea un análisis de la situación desde el punto de vista de un informe solicitado por el mundo
capitalista, llegando a una peligrosa conclusión: el problema es que sobran pobres, muchos pobres;
planteando también la manera de solucionarlo: deshacerse de ellos, mediante diversas herramientas:
guerras, enfermedad, hambre….
A pesar de ser una obra de ficción, la autora del mismo señala que, hasta ahora, nadie ha encontrado
fallos a su argumentación, ni de desmentir sus datos. ¿Puede no ser ficción?
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5. CRÍTICA DEL LIBRO
El libro presenta un resumen de los principales problemas medioambientales que aquejan al planeta.
Lo hace aportando datos objetivos, pero utilizando un enfoque diferente al de un libro de divulgación
habitual, al estar planteado como una conversación entre padre e hijo.
Este estilo narrativo, hace que su lectura sea fácil, rápida y ágil, facilitando el modo de presentación de
los datos y los hechos la asimilación de los conceptos.
Esto hace que sea apto para su lectura por un gran número de personas, independientemente de su
nivel de conocimientos, lo que lo convierte en una herramienta de divulgación muy válida para ser
utilizada, por ejemplo, en la formación escolar.
Se presentan datos objetivos y planteamientos científicos, para ilustrar los temas tratados, aunque sin
profundizar en los mismos. Esto redunda en su papel de divulgación señalado antes, aunque quizás se
queda algo corto, a nivel científico, siendo deseable que se extendiera algo más en la explicación técnica
de los fenómenos.
Aunque, por otro lado, como se está dirigiendo a una persona que no dispone de conocimientos
técnicos, es lógico que el lenguaje empleado sea el más sencillo posible.
En todo caso, el objetivo del libro, que es la divulgación a cualquier tipo de persona, lo cumple
sobradamente.
Además de presentar datos y hechos de modo objetivo, los autores aportan su opinión personal sobre el
problema medioambiental.
Dichas opiniones, a pesar de la gravedad de los problemas planteados, tienen un carácter optimista.
Opinan que aún se está a tiempo de conseguir mejorar la situación, si se toman las medidas necesarias.
De hecho, no hay otra opción que tomar esas medidas.
Tampoco incide demasiado en lo complicado que resulta salvar los problemas que aparecen por los
intereses económicos en juego a la hora de poner soluciones. Da pequeñas pinceladas o detalles, pero
no se mete en ese "barro".
Otro aspecto a señalar, es que el libro está planteado desde un punto de vista de denuncia de la
situación. Quizás, hubiera sido deseable que se plantearan también otros puntos de vista razonados, que
los hay, con enfoques no tan pesimistas sobre la situación del planeta, para permitir comparar entre
ambos puntos de vista, de modo que el lector tuviera más argumentos para formarse una opinión.
A nivel personal, creo que le dedica poca atención a las afecciones que sufren animales y plantas
debidas a los problemas expuestos en el libro, centrándose en la problemática a nivel global.
Sin embargo, en resumen lo he de calificar como un gran libro de divulgación medioambiental, de fácil
lectura por su extensión y estilo narrativo, que da una visión general de la problemática medioambiental,
y transmite un mensaje de preocupación, pero de esperanza en el futuro.
Muy adecuado para uso en el sistema educativo. Debería ser una lectura obligatoria en escuelas e
institutos para formar e informar a la juventud.
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6. CONCLUSIONES
Tras la lectura del libro, queda la sensación de que hay muchos temas relacionados con lo que está
ocurriendo en el planeta que no son conocidos o, si acaso, de manera muy superficial.
En general, nuestra información sobre los problemas del planeta proviene de los medios de
comunicación, lo que nos proporciona una información escasa, inconexa y falta de rigor.
En cambio, este libro presenta mucha información relevante y fiable, poniéndola en un marco de modo
que podemos ver la “foto” de la situación del planeta de un modo rápido, sencillo y entendible por
cualquiera.
Más allá de la credibilidad que se le quiera dar a los datos planteados (no por incorrectos, sino por falta
de datos contrastados de otras fuentes), o de la aceptación del punto de vista de los autores sobre los
hechos concretos y la gravedad de las afecciones sobre el planeta, el libro cumple sobradamente con su
objetivo de transmitir que la sociedad humana está tomando LO QUE QUIERE, CUANDO QUIERE Y
DONDE QUIERE, sin plantearse los efectos que esto produce en el planeta.
Si no se cambia esta vía de actuación, las consecuencias pueden ser catastróficas. Y cada vez queda
menos tiempo para cambiar.
Zaragoza, a 1 de Febrero de 2013
Fdo.: Eugenio Fernández Cáceres
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