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Tema 7. Función protectora y reguladora de la atmósfera: efecto protector de la ionosfera y de la ozonosfera. El efecto invernadero. Función protectora y reguladora de la atmósfera: efecto protector de la ionosfera y de la ozonosfera. Tanto el Sol como la Tierra emiten energía radiante, el primero de onda corta, pues la temperatura en la superficie del Sol es de 6.000 K, y la segunda, de onda larga, ya que la temperatura superficial terrestre es de unos 15ºC (288 K). A nivel de la termosfera (ionosfera) se absorben las longitudes de longitud de onda menores a 200 nm, es decir, los rayos gamma, los rayos X y parte de los ultravioleta. La radiación menor a 100 nm es absorbida principalmente por el nitrógeno y la comprendida entre 100 y 200 nm por el oxígeno molecular. A nivel de la estratosfera se absorbe la radiación la radiación incluida entre 200 y 300 nm siendo el responsable de dicha absorción el ozono. Por tanto al entrar en la troposfera, las radiaciones menores a 300 nm, que son las más perjudiciales para los seres vivos, han desaparecido. El resto de la radiación se utiliza para la fotosíntesis, para la iluminación terrestre y sobre todo para el calentamiento de la Tierra El efecto invernadero. La radiación solar de onda corta que llega a la superficie terrestre se degrada y es emitida de nuevo desde el suelo y los océanos hacia la atmósfera en forma de radiación infrarroja de longitud de onda larga. Pero sucede que la atmósfera es opaca a la mayor parte de esa radiación, de manera que es absorbida por los gases atmosféricos, principalmente por el vapor de agua y el CO2, provocando el calentamiento de la misma. Esta radiación infrarroja absorbida y convertida en calor es remitida y radiada, una parte hacia el espacio y otra hacia la superficie terrestre provocando el llamado efecto invernadero, por el que la temperatura media global de la superficie terrestre es de unos 15ºC, lo que hace posible la vida en la Tierra. El efecto invernadero, natural y beneficioso, puede incrementarse por la presencia en el aire de gases invernadero: CO2, metano, ozono (como contaminante secundario procedente de las reacciones fotoquímicas de los NOx), de los HFC y PFC (sustituyentes de los CFCs para evitar su efecto sobre la capa de ozono). El incremento del efecto invernadero tendría como consecuencia el aumento de la temperatura media del planeta y un cambio climático global. Las consecuencias previsibles del aumento de la temperatura serán la fusión de los glaciares polares y alpinos, la elevación del nivel del mar, la inundación de zonas costeras, la pe´rdida de zonas agrícolas productivas, la alteración de ecosistemas, la salinización de acuíferos y tierras,… En relación al cambio climático global, se producirá, previsiblemente, un desplazamiento hacia los polos de las zonas climáticas del planeta. El hemisferio norte será el más afectado. Las zonas de cultivo tradicionales se desplazarán hacia el norte, ocupando zonas de suelos pobres; los desiertos se desplazarán hacia España y el sur de Europa. Los cambios en las corrientes marinas podrían afectar a la pesca. Para evitar el incremento en la atmósfera de gases con efecto invernadero debemos de tener en cuenta que el dióxido de carbono no es el único gas invernadero; las medidas han de ser preventivas y curativas. Algunas pueden ser: ahorro de combustibles fósiles (calefacción, transportes públicos, reducción del consumo de plásticos,…), disminuir el consumo de carne y arroz (responsables del vertido a la atmósfera de gran cantidad de metano), potenciar el uso de las energías alternativas, reforestación, cumplimiento del Protocolo de Kioto,… Son medidas difíciles de aceptar, ya que suponen, en general, reducir la industria de los países que se comprometan a llevarlas a cabo, lo que lleva aparejado consecuencias sociales que hay que tener en cuenta.