Download Dongtan: abriendo la Huella ecológica

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CASOS PARA
MIRAR
Dongtan:
abriendo
la Huella Ecológica
El 100% de su energía vendrá de fuentes
renovables.
Sus habitantes recorrerán un promedio de
6 kilómetros al día, en vez de los 44 que
exige una ciudad convencional (CC).
Generará 750 mil toneladas menos de
CO2 que una CC, con lo cual ganará 8
millones de euros al año por la venta de los
bonos de carbono.
Consumirá un 43% menos de agua y el
83% de su basura será reciclada.
Su agricultura tecnológica producirá en
1 hectárea lo que actualmente necesita de
100 hectáreas.
Esto se puede resumir en que su huella
ecológica (la cantidad de hectáreas que
ocupa una persona para su consumo y
desechos) será de 2,3 en vez de las 6,4
convencionales.
por alejandro gutierrez y pablo allard
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E
l vertiginoso desarrollo global y su consecuente
cambio climático pueden poner a la próxima generación, nuestros hijos, y a nosotros en nuestra vejez,
en una situación de crisis indescriptible por sus
masivas y múltiples consecuencias.
El reciente peregrinaje del ex vicepresidente de los
Estados Unidos, Al Gore, con su “verdad inconveniente”, el
informe de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, así
como el reporte Stern del gobierno británico publicado el 30 de
octubre pasado, son enfáticos en esta advertencia, y no vienen
necesariamente del mundo ambientalista. En el caso de Stern,
estamos hablando del jefe económico del gobierno británico,
Sir Nicholas Stern, quien antes ejercía como economista jefe del
Banco Mundial.
Hacerse los desentendidos creyendo que el calentamiento
global es una moda, o que podemos atacar el problema más
tarde, puede costarnos entre un 5% y un 20% del PGB mundial.
Las negativas implicancias económicas, sociales y políticas de
ese escenario sobrepasan con creces el costo de abordar el
problema hoy, y no estamos hablando de ciencia ficción, sino
de una situación global crítica, por más que creamos que en
Chile estamos lejos de estas amenazas.
Si Chile ha tomado la opción de abrirse agresivamente a los
mercados globales con productos como el salmón, la celulosa,
la fruta y el cobre, y más encima nos felicitamos por el impacto
que el crecimiento de China ha tenido en sus precios, no podemos esperar recibir sólo los beneficios y evitar los costos de la
globalización. En este sentido, deberíamos estar tan preocupados del tema como lo están las grandes potencias emergentes.
China y el make or break
El dramático crecimiento que ha tenido China, particularmente en sus ciudades, ha llevado a que uno de los regímenes
menos sensibles al tema esté tomando medidas concretas
e inmediatas al respecto. La población urbana de China ha
aumentado, según la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica OECD, del 17% en 1978 al 41% el 2004,
y se proyecta que al 2100 llegará al 95%. En este contexto, el
ministro del medioambiente planteó recientemente su visión:
“el desarrollo actual de China es ecológicamente insostenible,
y el daño no será reversible una vez que hayamos alcanzado un
PGB más alto”.
¿Y qué es lo que produce tanto daño? Las ciudades son los
mayores contribuyentes a las emisiones de gases que generan
el efecto invernadero. El 79% de estos gases proviene de edificaciones. Calefacción y aire acondicionado para edificios son
responsables de casi el 36% del consumo energético mundial,
y el 25% es consumido en transporte. Precisamente son las ciudades, ya sea experimentando dinámicas de expansión, renovación o ex novo, las que tienen que cambiar radicalmente su forma y función, y somos los habitantes de estas ciudades los que
tendremos que cambiar nuestros hábitos, ya que en gran parte,
éste será un cambio cultural y de estilos de vida sin precedentes
en la historia. Pero el cambio también depende de gobiernos y
líderes con claridad de objetivos y políticas públicas contundentes. Esta es una oportunidad única de incorporar tecnologías
de bajo consumo y sistemas pasivos de climatización y control
en nuestros edificios, ya que el 60% del stock edificado mundial
será construido o renovado en los próximos 5 años.
Todos sabemos que China es el país más poblado del planeta: 1,2 mil millones de habitantes de acuerdo a las cifras oficiales. Lo que es dramático es que al menos 200 millones de ellos
migrarán de áreas rurales a centros urbanos en las próximas dos
décadas. El número que más preocupa es la tasa de urbanización en China, que ya ha construido 25 mil millones de metros
cuadrados en los últimos 20 años, y requerirá 20 mil millones
de metros cuadrados más para acomodar a estos 200 millones.
Imaginen una ciudad como Buenos Aires o Sao Paulo y multiplíquenla por 66. Eso es más o menos 20 mil millones de metros
cuadrados de edificios que se requiere, sin contar la infraestructura de transporte y de servicios urbanos.
El argumento es simple: si China desarrolla estas nuevas
ciudades como lo ha hecho hasta hoy, la verdad es que no habrá
solución a sus y nuestros problemas. Sin embargo, China está
embarcada en un proceso de cambio, producto de la dramática
degradación de las condiciones ambientales de sus ciudades y la
amenaza que esto pone en la estabilidad social y política del régimen. Dos ejemplos conectados son la nueva ley energética, en
aplicación desde enero del 2006 y Dongtan, una ciudad ecológica para medio millón de habitantes en la región de Shangai. Esta
ciudad es concebida como un desarrollo urbano capaz de reducir
los impactos ambientales y el consumo de recursos de manera
dramática comparado a un desarrollo urbano convencional, y
podría dar las luces respecto al futuro de nuestras ciudades.
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imágenes ] ARUP
Dongtan como paradigma de cambio
Las ciudades actuales han sido construidas como parte de un
proceso continuo y acumulativo de decisiones y operaciones en
el tiempo y el territorio, sin tener en cuenta el uso eficiente de
recursos como el suelo, la energía, el agua y los desechos. El
imperativo hoy es pasar de una economía lineal a una economía
circular, donde se hace uso más eficiente de los recursos, reutilizando y reciclando a nivel estructural.
Este principio puede sonar contra intuitivo, pero mirándolo con detalle es simple y claro: el sentido común de muchos
ciudadanos dice que en un contexto urbano, a menor intensidad de desarrollo, menor es el impacto sobre el ambiente y
los recursos. Esta es una de las razones por las cuales muchos
emigran a los suburbios escapando de los males de la ciudad
en búsqueda de ese ideal doméstico rodeado de aire puro, seguridad y naturaleza. Pues bien, varios especialistas creen que
esto es demostrablemente erróneo y que puede ser lo contrario: más intensidad de desarrollo urbano por unidad de suelo
genera menos impacto sobre el ambiente y los recursos. Lo que
se conoce como “ecological footprint”.
Sin haber suscrito el protocolo de Kyoto, China se ha embarcado en la construcción de cinco eco-ciudades, lideradas
por la ciudad-piloto de Dongtan. Ésta albergará a medio millón
de almas al norte de Shangai, con un estricto diseño urbano y
arquitectónico que privilegia el transporte público, corredores
verdes, edificios energéticamente eficientes, generación de
energía solar, eólica y biomasa, así como el manejo de residuos.
Su principal atributo es que, sobre la base de una metodología
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aprobada por organismos internacionales, pueden certificar la
reducción de emisiones de carbono a tal nivel que, vendiendo
los respectivos bonos, pueden financiar parte importante de la
infraestructura necesaria para su implementación.
Los ciclos virtuosos
Los planificadores y diseñadores de Arup, la firma británica
a cargo de la Eco-ciudad de Dongtan la plantean como una
ciudad sostenible (CS) generando círculos virtuosos que le permitan, de manera estructural, reducir sus impactos dramáticamente. Por ejemplo, la definición de un patrón de usos de suelo
mixto y compacto disminuye la demanda por transporte motorizado, permitiendo que una mayor parte de los ciudadanos opte
por desplazarse en bicicleta y a pie. Esto impacta en dos frentes;
reducción de la demanda energética para usos de transporte y
reducción de los niveles de emisiones de CO2 y CO2 equivalentes. Esto tiene efectos positivos sobre la salud de las personas
también por partida doble: la disminución del patrón sedentario
de vida, que ocurre por alta dependencia del automóvil, y también una mejor calidad de aire. En la mayoría de las regiones urbanas del planeta, las áreas con mejores índices de calidad del
aire tienen un valor relativo más alto. Este ciclo virtuoso permite
ejemplificar cómo estos vínculos son potentes fuerzas al interior
de la ciudad que sin necesidad de gastos adicionales, permite
generar una performance ambiental (reducción de emisiones de
CO2), social (mejores indicadores de salud pública) y económica
(mejores valores de suelo en el tiempo).
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Las 7 maneras en que Dongtan es sostenible
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Dongtan pretende demostrar, en 7
aspectos, por qué podría considerarse la
primera ciudad sostenible (CS) a diferencia
de una ciudad convencional (CC).
3
1
El argumento socioeconómico:
más es menos
En lugar de funcionar como una ciudad dormitorio de Shangai, Dongtan se plantea como
una ciudad con importantes grados de autosuficiencia. En su primera etapa de desarrollo
CS, plantea 80.000 habitantes comparado con
50.000 (CC) en la misma extensión de suelo.
Además, tiene un mix de usos en donde el 40%
corresponde a actividades que generan empleo, comparado con el 15% en el modelo CC.
Esto disminuye la necesidad de desplazarse hacia Shangai para todas las necesidades
primarias y secundarias, y adicionalmente tiene
un efecto positivo sobre la economía local y la
creación de una comunidad urbana que esté
servida de manera apropiada por empleo,
servicios, educación, salud y equipamientos recreativos y culturales. En síntesis: más residentes, más usos mixtos, más empleo y servicios
generan menos viajes.
2
El argumento de la accesibilidad
La disminución de los viajes internos y externos se manifiesta en que los km recorridos
por persona al día bajan de 44 (CC) a 6 (CS). Y
el efecto total de kilómetros vehículo viajados
en Dongtan bajará de 2,2 millones (CC) a 0,6
millones (CS). Las implicancias de disminución
de tiempos de viaje y aumento de tiempo disponible para las personas hablan de impactos
positivos adicionales en la calidad de vida de
las personas en Dongtan CS. Otro elemento
fundamental es el efecto de disminución de
la demanda de energía del sector de transportes, que ayudará a hacer aun más factible
proveer una mayor proporción de la energía
requerida por la ciudad proveniente de fuentes renovables.
El argumento energético:
100% renovable
Debido a su diseño, Dongtan CS disminuirá
la demanda energética en un 66% comparado
con CC. Este ahorro permitirá que el 100%
de la energía de Dongtan CS provenga de
fuentes renovables. Esto se descompone en
60% proveniente de biomasa, 30% de energía
eólica y 10% de energía solar.
Esta estrategia permitirá reducir las emisiones de CO2 en 350.000 toneladas al año, lo
que agregado a la disminución producto del
transporte –400.000 toneladas al año–, permite generar una reducción de 750.000 toneladas al año. Estas reducciones, al ser transadas
bajo el mecanismo CDM del protocolo de
Kyoto, generarían ingresos para el proyecto
de 8 millones de euros al año por los próximos 25 años. El CDM, o Mecanismo de Desarrollo Limpio es un instrumento de mercado,
establecido en el artículo 12 del Protocolo de
Kyoto para fomentar reducciones de gases
de efecto invernadero. Esto es posible en el
contexto de una nueva legislación de energía
renovable vigente en China desde enero del
2006. Esta ley, basada en la directiva europea,
incentiva la producción de energía renovable
para ser vendida a la red a un precio mayor al
valor comercial de la energía. Esto hace que
el financiamiento y operación de generación
energética de renovables en Dongtan se
convierta en una unidad de negocio independiente y autofinanciable.
4
El argumento del agua
El consumo de agua potable en Dongtan
CS es reducido en un 43% comparado con
la CC. Las descargas de agua al Río Yangtse
son disminuidas en un 88% comparado con la
CC. Adicionalmente la calidad microbiológica
de la descarga, debido a los tratamientos de
efluentes de aguas servidas, es mejor a la calidad de la toma de agua del río. Estos dos temas no son menores ya que, en esta región, el
estándar de agua potable es difícil de cumplir
debido a los altos niveles de contaminación.
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El argumento de la basura
El 83% de la basura en la primera fase de
Dongtan CS será reciclada, produciendo sólo
5.000 toneladas al año que irán destinadas
a relleno sanitario, comparado con 30.000
toneladas en el caso de la CC. Junto a esto,
la infraestructura ha sido estructurada para
recolectar el 100% de la basura. Esto es crucial
para prevenir la atracción de roedores a la
ciudad que generarían una potencial amenaza
al hábitat aviario de la zona de protección
ecológica situada contigua a la ciudad.
6
El argumento agrícola
La tecnología de plant factories para producción de hortalizas permite reemplazar 100
hectáreas de agricultura tradicional por 1 hectárea. Adicionalmente los empleos agrícolas
que actualmente existen en Dongtan no serán
desplazados, ya que estas plant factories se
estima demandarán empleo equivalente y continuo a lo largo de años. Dentro de la primera
fase de Dongtan, se localizarán 8 hectáreas de
plant factories para generar una producción
equivalente al área agrícola desplazada.
Las hortalizas que se produzcan en Dongtan serán vendidas localmente: se crea una
demanda nueva y cautiva que tiene efectos
económicos y sociales positivos para las
comunidades que hoy deben vender sus
productos a intermediarios que pagan menos
que los consumidores finales.
7
El argumento de la huella ecológica
Como resultado de todas estas propuestas
que diferencian Dongtan de un modelo de
desarrollo urbano convencional, sus planificadores han podido cuantificar no sólo los
impactos específicos como los mencionados
anteriormente, sino también el impacto de
Dongtan CS desde el punto de vista de sus
implicaciones de huella ecológica, ecological
footprint. La expresión “Huella Ecológica”
mide cuántas hectáreas ocupa cada persona
para mantener su nivel de consumo, y su nivel
paralelo de desechos. La Huella Ecológica
de los 6 billones de humanos en el mundo es
actualmente de 6,4 hectáreas globales por
persona; la de Dongtan CS alcanza a 2,3.
Relevancia y replicabilidad para Chile
Ahora que contamos con un nuevo Ministerio del Medio
Ambiente, y el ex Presidente Lagos ha sido nombrado como
enviado especial de la ONU para el cambio climático, nuestro
país no puede estar alejado de estas discusiones, más aún
entendiendo que uno de los principales problemas de nuestras
ciudades es la contaminación y mala gestión de los recursos
energéticos. Ciudades como Santiago o Temuco sufren de
altísimos niveles de contaminación, y la planificación tradicional
no ha ayudado a reducirla. Presiones de desarrollo y métodos
constructivos arcaicos han dejado un stock de edificios ineficientes y de difícil reconversión, generando un gran problema a
futuro para nuestro país. La paradoja, es que probablemente el
atajo a la sustentabilidad no esté en revertir la ciudad tradicional, sino aprovechar los nuevos desarrollos como oportunidades para iniciar el cambio.
Desde el año 97 las autoridades de Vivienda y Urbanismo
vienen conduciendo las presiones inmobiliarias fuera del límite
urbano por medio de los Desarrollos Condicionados (ZDUC y
PDUC). Verdaderas ciudades satélite que internalizarán costos
sociales y mitigarán impactos urbanos y ambientales. Si bien
estos modelos de expansión urbana aún están en sus prime-
ras etapas de desarrollo, y los mecanismos de mitigación y
compensación aún no están definidos para un óptimo funcionamiento, hoy en día se presenta una gran oportunidad para
incorporar criterios de desarrollo sustentable que vayan más
allá del mero marketing. Este modelo puede ser la base para
establecer principios reales de diseño urbano sustentable, que
al igual que Dongtan, abran oportunidades de financiamiento
donde todos ganan, desarrolladores y ciudadanos.
Chile puede y debe tomar la delantera en estas materias.
Contamos con la voluntad de los privados, la institucionalidad
y un mercado disponible. Contamos además con la capacidad
técnica para proponer un urbanismo integrado, con tecnología,
ciencias sociales y ambientales como modelo para responder
al desafío del cambio climático. Ya hemos aprendido las duras lecciones de Planes como Transantiago, cuyos beneficios
ambientales quedaron empantanados por la falta de liderazgo,
convicción y capacidad de implementación. Es hora de reivindicar a nuestro país y sus capacidades, reforzando la marca país,
como una potencia alimenticia, centro de servicios regionales, y
como aquel que sueña con ser el más sostenible, social, económica y ambientalmente de los países en desarrollo.
Alejandro Gutiérrez Dagnino es Arquitecto Asociado en Arup
y Director de Diseño Urbano del Plan Maestro de Dongtan. Diseñador
Urbano; Arquitecto de la U.C.; MSc City Design and Social Sciences,
London School of Economics.
Pablo Allard Serrano es Director Ejecutivo del “Observatorio de
Ciudades UC”, Consultor en temas de arquitectura y urbanismo, investigador
y docente de la Universidad Católica. Doctor y Master en Diseño Urbano de la
Universidad de Harvard, Arquitecto y Magíster en Arquitectura de la Pontificia
Universidad Católica de Chile.
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