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Cambio Climático en Mesoamérica: Temas
para la creación de capacidades y la
reducción de la vulnerabilidad1
Wendy Alfaro y Luis Rivera
Febrero, 2008
1
CEN 778
Este trabajo se realiza como parte de la Consulta Regional sobre Prioridades, Capacitación y Retos de la
investigación en Cambio Climático en los Países de América Latina y el Caribe organizado por la Fundación
Futuro Latinoamericano con apoyo de The International Development Research Centre (IDRC) y de
Department for International Development (DFID-UK).
DOCUMENTO EN PROCESO. The International Development Research Centre (IDRC) y
Department for International Development (DFID-UK), se han asociado para promover un
amplio programa de investigación en varias regiones del mundo, incluyendo América
Latina, con el propósito de fortalecer las capacidades de los países en vías de desarrollo
para tratar las amenazas que el cambio climático genera sobre el desarrollo y los
esfuerzos impulsados para alivio a la pobreza. Este proyecto involucró la realización de
tres actividades en cada sub región de América Latina y el Caribe: una revisión
bibliográfica sobre literatura científica e iniciativas en marcha sobre cambio climático; la
organización de una consulta a expertos; y la ejecución de una investigación de campo en
comunidades vulnerables. Los objetivos de este proyecto son examinar el estado actual
de las capacidades de investigación y de las iniciativas existentes planificadas sobre
cambio climático, identificar a los líderes claves de Latinoamérica y el Caribe y examinar
su conocimiento y necesidades de información. Para la región de Mesoamérica la
Fundación Futuro Latinoamericano, socia regional del IDRC, ha delegado en el Centro
Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS) de INCAE
Business School, la ejecución del proyecto.
Este trabajo busca estimular la reflexión sobre marcos conceptuales novedosos, posibles
alternativas de abordaje de problemas y sugerencias para la eventual puesta en marcha
de políticas públicas, proyectos de inversión regionales, nacionales o sectoriales y de
estrategias empresariales. No pretende prescribir modelos o políticas, ni se hacen
responsables el o los autores ni el Centro Latinoamericano de Competitividad y Desarrollo
Sostenible del INCAE Business School de una incorrecta interpretación de su contenido,
ni de buenas o malas prácticas administrativas, gerenciales o de gestión pública. El
objetivo ulterior es elevar el nivel de discusión y análisis sobre la competitividad y el
desarrollo sostenibles en Mesoamérica. El contenido es responsabilidad, bajo los
términos de lo anterior, de CLACDS y no necesariamente de los socios contribuyentes del
proyecto. Agosto, 2008.
Contenido
1.
INTRODUCCIÓN ......................................................................................................................... 1
2.
TEMAS CLAVE PARA LA REGIÓN ........................................................................................... 7
3.
2.1
VULNERABILIDAD Y CLIMA DE NEGOCIOS .................................................................................... 7
2.2
LA PROTECCIÓN DE BARRERAS NATURALES .............................................................................. 8
2.3
EL PAPEL CENTRAL DEL SECTOR PRIVADO .............................................................................. 10
2.4
POLÍTICAS PÚBLICAS COHERENTES ......................................................................................... 11
2.5
LA ADAPTACIÓN COMO PUNTO CENTRAL .................................................................................. 11
ANTECEDENTES E INICIATIVAS EN MARCHA..................................................................... 13
3.1
SECTORES PRIORITARIOS Y PRINCIPALES BARRERAS ............................................................... 13
3.2
ESTRATEGIAS DE ADAPTACIÓN UTILIZADAS .............................................................................. 14
4.
DESAFÍOS Y BRECHAS........................................................................................................... 18
5.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES ............................................................................ 20
6.
REFERENCIAS.......................................................................................................................... 22
7.
ANEXOS .................................................................................................................................... 24
7.1
ANEXO A. INFORMACIÓN SOBRE MEDIO AMBIENTE Y CAMBIO CLIMÁTICO ................................... 24
7.2
ANEXO B. EVIDENCIA CIENTÍFICA SOBRE LOS IMPACTOS POTENCIALES DEL CAMBIO CLIMÁTICO
PARA MESOAMÉRICA ........................................................................................................................ 27
7.2.1 Ecosistemas Naturales .................................................................................................. 27
7.2.2 Agricultura...................................................................................................................... 29
7.2.3 Recursos Hídricos.......................................................................................................... 30
7.2.4 Costas............................................................................................................................ 32
7.2.5 Salud Humana ............................................................................................................... 34
1.
INTRODUCCIÓN
El cambio climático ha incrementado la frecuencia y la severidad de los fenómenos
hidrometeorológicos en los últimos años. Niskal y Holmes (2007) señalan que solamente
entre los años 2004 y 2006, el número de desastres naturales atendidos por la Cruz Roja
Internacional pasó de 278 a 482. Las inundaciones, sequías y otros eventos
meteorológicos han influenciado significativamente estos resultados. El impacto
económico y social tanto sobre países desarrollados como en vías de desarrollo es alto,
con la importante diferencia en la limitada capacidad de manejo de desastres y la alta
vulnerabilidad de las naciones más pobres del mundo.
Actualmente los países mesoamericanos se ubican en posiciones muy bajas en los
diversos indicadores internacionales de vulnerabilidad. Por ejemplo, los resultados del
Modelo de Indicadores de Vulnerabilidad-Resiliencia (VRIM) desarrollado por Yohe et al.
(2006) ubican a México y Centroamérica en posiciones que van desde el puesto 38
(Costa Rica) hasta el 82 (Guatemala) dentro de los 100 países más vulnerables del
mundo. Tal como se ilustra en la Figura 1, los indicadores internacionales clasifican a la
Región Mesoamericana y el Caribe con niveles de exposición al cambio climático altos y
en algunos casos extremos.
FIGURA 1. ÍNDICE DE VULNERABILIDAD ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO PARA MESOAMÉRICA Y EL CARIBE
Fuente: elaboración con información de Maplecroft, con base en datos de EM-DAT: The OFDA/CRED
International Disaster Database, Columbia University (CIESIN), OMS, IPCC, Hadley Centre
Los fenómenos naturales como los terremotos, huracanes, e inundaciones afectan de
manera desproporcionada a los países en vías de desarrollo, situación que es evidente en
Mesoamérica. Los limitados sistemas de respuesta, la débil institucionalización de
políticas de adaptación, y la falta de estrategias de mitigación de los riesgos asociados
con los fenómenos climatológicos, hacen que cada evento se traduzca en numerosas
1
pérdidas humanas y económicas. Adicionalmente, la degradación ambiental contribuye
significativamente con la vulnerabilidad de los países, cuando las barreras naturales son
afectadas y pierden su capacidad de soporte ante fenómenos climatológicos extremos.
Mesoamérica es una región altamente vulnerable ante los fenómenos climatológicos, con
un historial de numerosos eventos, algunos con efectos devastadores como el Huracán
Mitch en 1998. Asimismo, el fenómeno ENOS (El Niño Oscilación del Sur) impacta de
manera frecuente a los países de la región desde hace varios años. Los huracanes y
tormentas tropicales, cada vez más frecuentes, impactan la región en diversos grados,
pero con alta frecuencia. Actualmente los países centroamericanos no cuentan con un
sistema de mitigación de riesgos robusto, lo que genera numerosos problemas
económicos, sociales y ambientales que impiden un mejor desempeño competitivo y el
desarrollo sostenible.
Debido a su ubicación geográfica, la región ha sido históricamente afectada por una serie
de eventos naturales entre los que figuran huracanes, sequías, movimientos sísmicos,
inundaciones y deslizamientos. Estos han provocado además de miles de pérdidas
humanas, serios daños en la infraestructura y la producción. Como se observa en la
Figura 2, la región muestra un índice de desastres naturales alto o extremo para
prácticamente todos los países.
FIGURA 2. ÍNDICE DE DESASTRES NATURALES PARA MESOAMÉRICA Y EL CARIBE
Fuente: elaboración con información de Maplecroft, con base en datos de EM-DAT: The OFDA/CRED
International Disaster Database y World Development Indicators, Banco Mundial
Los eventos históricos refuerzan el argumento. Por ejemplo, las pérdidas ocasionadas por
el Huracán Mitch en 1998, el evento climatológico más importante de la historia reciente
de Centroamérica, ascendieron a US$4 mil millones (Telford et al., 2004). Si bien Mitch
ocasionó pérdidas desproporcionadas, también es cierto que la región ha sufrido efectos
importantes por desastres naturales desde décadas atrás. Entre 1980 y el 2004,
2
Centroamérica perdió en promedio 0,83% del Producto Interno Bruto (PIB) anualmente,
debido a los desastres naturales (Tabla 1).
Según el último reporte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC,
2007a) el número de eventos climatológicos extremos seguirá en aumento como
resultado del cambio climático. El calentamiento global es resultado principalmente del
crecimiento de emisiones de gases de efecto invernadero (principalmente el dióxido de
carbono) como resultado del uso intensivo de fuentes fósiles para la generación de
energía. Asimismo, la contribución de la deforestación y destrucción de hábitat naturales
es notable. Dentro de los posibles impactos para países de América Latina, el IPCC
(2007a) destaca los siguientes:
•
•
•
•
Aumentos de temperatura y disminuciones asociadas en la humedad del suelo
causarían el desplazamiento gradual de la selva tropical hacia sabanas en el este
de la Amazonia. La vegetación semi-árida sería reemplazada por vegetación de
tierras áridas.
Mayores riesgos de pérdida de biodiversidad (especies de áreas tropicales
extintas)
Reducción de la productividad de la agricultura y el ganado, con consecuencias
adversas para la seguridad alimentaria. En general, se esperaría un incremento en
el riesgo de hambrunas.
Cambios en los patrones de precipitación y la desaparición de glaciares podrían
afectar significativamente la disponibilidad de agua para consumo humano.
Sumado a lo anterior, Vergara (2007) señala la destrucción de corales y sus ecosistemas
en la Cuenca del Caribe, la intensificación de huracanes, y una mayor exposición a
enfermedades tropicales como posibles impactos negativos para la región. Asimismo, se
estiman mayores costos de la electricidad antes una mayor dependencia de fuentes
fósiles frente a una menor producción hidroeléctrica. Esto es un punto clave para
Mesoamérica.
La región evidencia una alta vulnerabilidad ante los precios del petróleo, que han
incrementado sostenidamente en los últimos años. Se estima que ante incrementos de
US$10 en el precio internacional por barril, los países pueden sufrir una contracción
económica significativa (Tabla 2). La dependencia petrolera del la región es muy
significativa, y ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años. Salvo el
caso de Costa Rica, donde las fuentes hidroeléctricas representan casi un 90% de la
oferta total de electricidad, los países mesoamericanos muestran un consumo intensivo
de combustibles fósiles. Los fenómenos climatológicos han afectado y continuarán
influenciando el potencial de generación hidroeléctrica en la región, lo que vendría a
acentuar esta dependencia.
A esto se suma la desigualdad en el acceso a los servicios de electricidad y la
dependencia de la leña como fuente de energía para una gran mayoría de la población
rural en Mesoamérica, lo que implica menores niveles de desarrollo humano y la
destrucción del medio ambiente. Para atacar la pobreza y reducir los impactos
ambientales de esta tendencia, así como contribuir con la mitigación del cambio climático,
es fundamental avanzar con una mayor cobertura de electricidad producida con fuentes
de energía renovables.
3
TABLA 1. INDICADORES INTERNACIONALES SOBRE LA VULNERABILIDAD DE MESOAMÉRICA
Índice de Pérdidas Económicas por Desastres Naturales (NDELI)
País
Calificación
Costa Rica
Alta Vulnerabilidad
El Salvador
Extrema
Vulnerabilidad
Honduras
Daño Anual Promedio
(1980-2005)
US$17,5 millones
0,10% del PIB (2004)
US$151,3 millones
1,05% del PIB (2004)
US$161,8 millones
Alta Vulnerabilidad
Guatemala
Alta Vulnerabilidad
Nicaragua
Alta Vulnerabilidad
México
Vulnerabilidad Media
Panamá
Vulnerabilidad Media
2.32% del PIB (2004)
US$71,5 millones
0,29% del PIB (2004)
US$79,7 millones
1,94% del PIB (2004)
US$445,4 millones
0,07% del PIB (2004)
US$2,4 millones
0,02% del PIB (2004)
Índice de Desastres Naturales (NDI)
Calificación
Alta Vulnerabilidad
Extrema
Vulnerabilidad
Extrema
Vulnerabilidad
Alta Vulnerabilidad
Extrema
Vulnerabilidad
Alta Vulnerabilidad
Alta Vulnerabilidad
Impacto Anual Promedio
(1980-2005)
Pérdidas Humanas: 9
Heridos: 2 137
Damnificados: 317
Afectados: 49 317
Pérdidas Humanas: 153
Heridos: 9788
Damnificados: 1774
Afectados: 121 637
Pérdidas Humanas: 598
Heridos: 1986
Damnificados: 463
Afectados: 159 977
Pérdidas Humanas: 138
Heridos: 377
Damnificados: 38
Afectados: 39 505
Pérdidas Humanas: 151
Heridos: 3309
Damnificados: 41
Afectados: 91 321
Pérdidas Humanas: 561
Heridos: 31 370
Damnificados: 1308
Afectados: 328011
Pérdidas Humanas: 8
Heridos: 673
Damnificados: 30
Afectados: 8 197
Fuente: elaboración con información de Maplecroft, con base en datos de EM-DAT: The OFDA/CRED International Disaster Database y World Development
Indicators, Banco Mundial
4
TABLA 2. CAMBIO CLIMÁTICO Y VULNERABILIDAD ENERGÉTICA: IMPACTOS DE UN INCREMENTO DE US$10
EN EL PRECIO INTERNACIONAL DEL PETRÓLEO
País
Impacto
sobre el
PIB
PIB per cápita
Vulnerabilidad
Petrolera*
Dependencia
Petrolera**
Exportaciones
Netas de Petróleo
como % del PIB
Nigeria
17.8%
328
-6.40
0.673
41.9%
Venezuela
7.8%
4837
-4.91
0.355
18.3%
México
0.8%
5733
-0.81
0.655
1.8%
Costa Rica
-1.0%
4222
1.00
0.506
-2.3%
Nicaragua
-3.0%
669
0.98
0.871
-7.1%
Honduras
-3.4%
917
1.00
0.730
-8.0%
Alemania
-0.6%
23651
0.95
0.398
-1.3%
Estados
Unidos
-0.4%
34292
0.54
0.393
-0.9%
(US$ 19992001)
* (Consumo-Producción) / Consumo
** Consumo de Petróleo / Consumo Total de Energía Primaria
Fuente: elaboración con datos de UNDP/ESMAP (2005)
Dentro de la lista de posibles daños globales como resultado del cambio climático
(pérdida de especies, incidencia de huracanes, escasez de agua, entre otros) el riesgo
sobre la agricultura es de los más importantes (Cline, 2007). Es de especial relevancia no
solo tener en cuenta los posibles efectos mundiales, sino la posible distribución de los
impactos del cambio climático sobre la agricultura entre regiones y países. En el caso de
la Región Mesoamericana, los posibles impactos sobre el desempeño agrícola pueden ser
significativos, incluso en el caso de escenarios más optimistas donde se incorpora la
fertilización de carbono en los sistemas agroforestales (Figura 4).
El reciente Reporte sobre Desarrollo Mundial 2008 señala la importancia de fomentar la
adaptación del sector agrícola de América Latina ante los posibles impactos del cambio
climático. Se estiman pérdidas significativas tanto a nivel de la producción como le
comercio internacional, lo que vendría a poner el riesgo el futuro de desarrollo de la
mayoría de países como los mesoamericanos, los cuales, pese a la reestructuración de
los sectores productivos en las últimas dos décadas, dependen aún de manera importante
de sus sectores agrícolas para la generación del empleo y fomento del crecimiento
económico (World Bank, 2007).
5
FIGURA 4. IMPACTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA DE AMÉRICA LATINA
(PORCENTAJES)
SIN fertilización de carbono
CON fertilización de carbono
Fuente: Cline (2007)
En este trabajo se busca identificar los principales aspectos que deben ser considerados
para el diseño de iniciativas que fortalezcan la capacidad de adaptación de los países
mesoamericanos ante los impactos esperados del cambio climático. El objetivo general es
integrar los diversos temas clave para fomentar la discusión y análisis sobre el futuro de la
región en este tema crucial para el desarrollo sostenible.
6
2.
TEMAS CLAVE PARA LA REGIÓN
2.1 Vulnerabilidad y Clima de Negocios
La vulnerabilidad ante los desastres naturales es un tema central para la competitividad
de un país, no solo por el impacto económico de los desastres, sino porque esta
vulnerabilidad afecta la confianza de inversionistas y de las empresas que desean ampliar
sus operaciones. Adicionalmente, la vulnerabilidad impide dar mayores saltos en el ritmo
de crecimiento de largo plazo de un país, ya que cada desastre implica un shock sobre la
base productiva que impide seguir un patrón de crecimiento sostenido, con implicaciones
para el clima de negocios, la seguridad y la pobreza.
El tema de los desastres naturales es fundamental para Mesoamérica, y tiene una
estrecha relación con la calidad del clima para realizar negocios y el desempeño
competitivo (Pratt et al., 2005). Los resultados de indicadores sobre la competitividad para
la región indican que los países se encuentran en posiciones poco ventajosas con
relación a las variables relacionadas con el manejo del medio ambiente que inciden con
mayor fuerza en el desempeño competitivo de las empresas. Recientemente la región ha
mostrado un deterioro en varios de los principales indicadores de competitividad,
incluyendo las variables ambientales. Una mayor competitividad de las empresas en la
región depende directamente del uso sostenible de los recursos naturales y de la
reducción de la vulnerabilidad.
TABLA 3 FACTORES AMBIENTALES Y COMPETITIVIDAD DE LAS EMPRESAS
(POSICIONES ENTRE 125 PAÍSES)
CR ELS GUAT HND NIC MEX PAN
Líder
Mundial
Posición del Líder
de América Latina
31
53
78
84
110
49
66
Alemania
Chile (27)
Protección de los Ecosistemas
por parte de las Empresas
Intensivas en Recursos Naturales 35
64
59
86
108
74
90
Finlandia
Chile (23)
Impacto de la Falta de Aire y
Agua Limpios en las Operaciones
y Decisiones Empresariales
67
86
61
112
88
76
55
Islandia
Uruguay (26)
66
98
114
43
36
Finlandia
Uruguay (26)
Indicador
Rigurosidad de las Regulaciones
Ambientales
Impacto de los Desastres
Naturales en las Operaciones y
Decisiones Empresariales
75
116
Fuente: elaboración con base en información del World Economic Forum (2006)
En el caso de la infraestructura productiva esto es particularmente importante. Un país o
región altamente vulnerable está permanentemente expuesto a la destrucción de su
infraestructura productiva. De ahí que las inversiones que se canalicen hacia este sector,
deben dimensionar claramente el papel que la conservación del medio ambiente juega en
7
la seguridad, calidad y rentabilidad de esas inversiones, sumado a los diseños y planes de
construcción que incorporen explícitamente criterios de adaptabilidad y mitigación de los
riesgos ante los desastres naturales.
Telford et al. (2004) señalan que gran parte de los impactos económicos del Huracán
Mitch en Centroamérica fueron resultado de la falta de políticas, sistemas de prevención y
una inadecuada infraestructura. De ahí que los impactos económicos que resultan de la
falta de un sistema de preparación y adaptación, deben ser evaluados frente a las
inversiones requeridas para crear un mayor nivel de resiliencia. El enfoque ex ante de
medidas de prevención debe imperar sobre la tradicional visión ex post de reconstrucción
e “internalización” de la pérdidas económicas. Si la Región Mesoamericana busca
fortalecer su clima de negocios y fomentar el crecimiento económico, se debe revertir la
historia reciente, descrita en la Figura 3.
FIGURA 3. ÍNDICE DE PÉRDIDAS ECONÓMICAS POR DESASTRES NATURALES PARA MESOAMÉRICA Y EL
CARIBE
Fuente: elaboración con información de Maplecroft, con base en datos de EM-DAT: The OFDA/CRED
International Disaster Database y World Development Indicators, Banco Mundial
2.2 La Protección de Barreras Naturales
El desempeño ambiental de un país está directamente relacionado con el grado de
vulnerabilidad antes los fenómenos naturales. Y la vulnerabilidad se incrementa por la
degradación ambiental. Esto debido a que la protección de los recursos naturales está
estrechamente relacionada con la capacidad de los ecosistemas de amortiguar los
impactos de huracanes, inundaciones, y otros. A medida que las actividades productivas y
de urbanización degradan los recursos naturales, las posibilidades de mayores pérdidas
económicas y humanas ante los desastres naturales aumentan.
8
La vulnerabilidad a los desastres naturales está ligada con el riesgo de impacto sobre el
ambiente natural de un país. Para el medio ambiente, las entidades en riesgo,
denominadas “de respuesta” (responders), incluyen ecosistemas, hábitats, poblaciones y
comunidades de organismos, procesos físicos y biológicos (i.e. conformación de playas,
reproducción de especies), flujos de energías, diversidad, genes, resiliencia ecológica y
redundancia ecológica. Cada una de estas entidades de respuesta (bienes, servicios y
relaciones del ecosistema) puede verse afectada por los desastres naturales, cuyo riesgo
varía con el tiempo, el lugar y el impacto humano.1
A esto se suman los impactos que las acciones del hombre sobre el medio ambiente
generan sobre el estado de vulnerabilidad. En el caso de muchas ciudades en
Mesoamérica, la vulnerabilidad se incrementa como resultado de actividades
antropogénicas como la erosión y la degradación de cuencas. Como consecuencia de
este deterioro se incrementa la vulnerabilidad de la infraestructura de agua y
saneamiento, con el deterioro de la calidad del agua obtenida de cuencas degradadas,
procesos de sedimentación acelerada, inestabilidad de suelos por donde se colocan las
tuberías y estructuras civiles, costo del tratamiento de potabilización de las aguas, etc.
Así, se altera la calidad de un recurso fundamental (el agua), y se crean más condiciones
de riesgo ante posibles eventos climatológicos.
Los actuales indicadores sobre vulnerabilidad utilizados en la región no contemplan la
degradación de las entidades (barreras de respuesta) naturales como un factor
fundamental, lo que desvía la atención de un punto central. Las entidades más relevantes
para la reducción de la vulnerabilidad son: las cuencas superiores (particularmente
aquellas que se ubican arriba de poblaciones o que capturan agua para consumo
humano); los manglares (primera línea de defensa natural para inundaciones, oleaje
fuerte, reducción de erosión costera, protección de arrecifes contra lavados de suelo); y
los humedales (que absorben y retienen los excesos de agua).
Esto quiere decir que la deforestación, la contaminación de ríos y mantos acuíferos, el mal
manejo de la capacidad de carga de los manglares y humedales, así como la destrucción
de los suelos implica un incremento sustancial en la vulnerabilidad. Los esfuerzos en otras
áreas como manejo de emergencias, capacidad de reconstrucción, y sistemas de alerta,
entre otros, verán una productividad muy baja si no se focaliza la conservación de las
barreras naturales como una prioridad.
Para evaluar la capacidad adaptativa de un país ante los fenómenos climatológicos se
deben evaluar los recursos humanos con que cuenta, la capacidad económica y su capital
natural. De esta manera se puede hacer un balance del grado de adaptación y de las
posibilidades de mantener los niveles de bienestar o al menos minimizar las pérdidas ante
los eventos. Focalizar el análisis únicamente sobre los aspectos de recursos humanos y
de impactos económicos es una práctica común en el país que debe corregirse.
Las áreas más vulnerables en los países son las poblaciones urbanas a causa de su
mayor concentración poblacional y de la falta de un plan director para el crecimiento y
desarrollo de las ciudades, ocurriendo principalmente en las áreas peri-urbanas y
marginales de las ciudades metropolitanas. El mayor riesgo ocurre en barrios y colonias
principalmente marginales, las cuales se ubican en las zonas de mayores pendientes y
desprotegidas de vegetación, que no cuentan con obras de protección para la
estabilización de taludes ni de alcantarillados sanitarios, lo que ocasiona la
1
Kaly et al (2002)
9
sobresaturación de los terrenos con líquidos provenientes de letrinas y aguas grises, que
escurren por las calles, resultando altamente riesgosas.
La alta vulnerabilidad radica principalmente en un crecimiento urbano descontrolado, a la
falta de planificación del uso de la tierra, y a las prácticas productivas insostenibles que
han degradado los suelos y otros recursos naturales, la modificación de los cauces
naturales, y la deforestación. El impacto que tuvo el Huracán Mitch originó una mayor
conciencia sobre la necesidad de invertir más recursos en prevención, pero aún falta
mucho camino por recorrer.
2.3 El Papel Central del Sector Privado
El tema de la vulnerabilidad ante el cambio climático no ha sido claramente internalizado
en las decisiones del sector privado. Las empresas no dedican suficientes recursos para
entender y dimensionar debidamente las respuestas necesarias para aumentar la
resiliencia del país ante fenómenos naturales, pese a que un número importante de
empresas y sectores productivos se han visto impactado negativamente por los
fenómenos naturales durante los últimos años.
Las políticas y programas que buscan reducir el riesgo ante los desastres naturales son
de las inversiones socialmente más rentables que los países de la región pueden
efectuar. Estas iniciativas deben ser incorporadas dentro de los planes de desarrollo
nacionales, y consideradas por el sector privado como un tema relevante para la
competitividad. Los efectos directos de los desastres naturales sobre la producción, la
infraestructura (puertos, carreteras, telecomunicaciones, energía), los mercados laborales
(enfermedad, migración), niveles de riesgo país y decisiones de inversión, deberían ser
parte de la estrategia nacional de competitividad (Pratt et al., 2005).
La mitigación del riesgo asociado con los desastres naturales debe ser incorporada por
los agentes privados como una parte integral de su proceso de toma de decisiones, y
considerada por los demás sectores de la sociedad civil como un tema para la
sostenibilidad ambiental. Si no existe la coordinación y apoyo requerido de parte del
sector privado y la sociedad como un todo, los esfuerzos gubernamentales tendrán un
alcance limitado.
Por ejemplo, los planes de adecuación de plantas productivas, edificios e infraestructura
de las empresas, para enfrentar fenómenos naturales como terremotos, deslizamientos, o
tormentas, deben ser prioridad dentro de los planes de operación y contar con la debida
asignación de recursos. Las empresas deben tener planes de evacuación y zonas de
seguridad, y contribuir con la educación y entendimiento por parte de los empleados, de la
relevancia tanto en su lugar de trabajo como en los hogares, de estar preparados y tomar
las medidas necesarias para reducir los riesgos.
El sector financiero y de seguros tiene un papel central que desempeñar, incorporando en
sus planes variables de mitigación de riesgo en la oferta de productos, y estudiando a
fondo cuál es la demanda real por recursos financieros de parte de las empresas y los
individuos. Sumado a esto, debe tenerse un mejor entendimiento por parte de las
autoridades regulatorias del sistema financiero, de cómo manejar los riesgos asociados a
los desastres naturales, para asegurar mayor eficiencia y transparencia en el sistema.
El sector privado debería ser más proactivo, y no esperar las acciones directas de política
para actuar responsablemente con relación a las construcciones, desarrollo de proyectos
y conservación de los recursos naturales. Las empresas deben ser concientes y actuar
10
consistentemente con la disminución de los riesgos antes los desastres naturales. Tal
como se ha mostrado con los resultados de prácticas de responsabilidad social
empresarial (RSE) en la región, el sector privado puede crear importantes sinergias entre
la generación de ganancias y la protección del medio ambiente.2
2.4 Políticas Públicas Coherentes
Una gran cantidad de los problemas ambientales de la Región Mesoamericana tienen su
origen en la incoherencia que ha existido en las políticas relacionadas con el crecimiento
económico, el desarrollo social, y el manejo sostenible del medio ambiente. A esto se
suma la falta de claridad y efectividad del marco institucional que regula el desempeño
ambiental en los sectores productivos.
La coherencia debería ser el norte tanto en el diseño, como en la implementación y el
monitoreo de resultados a nivel de las políticas, las estrategias y los proyectos específicos
relacionados con los tres ejes centrales del desarrollo sostenible: la economía, la
sociedad y el medio ambiente. En el caso de las estrategias para el fortalecimiento de la
capacidad de adaptación de los países ante el cambio climático, este debería ser el
enfoque conceptual y estratégico. Basta con someter cualquier plan nacional, sectorial o
privado al esquema de verificación de coherencia, para identificar las inconsistencias,
obstáculos e impactos no deseables que pueden alcanzarse si se continúa con el mismo
enfoque “parcial,” sin considerar las tres dimensiones del desarrollo sostenible.
Un punto que ilustra claramente la falta de coherencia es la limitada inversión pública que
se realiza en áreas clave para la reducción de la vulnerabilidad. En Honduras, por
ejemplo, dentro de la Estrategia de Reducción de la Pobreza (ERP), los programas
directamente relacionados con la protección del ambiente y la gestión de riesgos contaron
en el año 2005 con solamente 331 millones de lempiras, un 2,3% del presupuesto total de
la ERP para ese año. Si bien otras áreas del presupuesto suponen una correlación con el
tema de la vulnerabilidad (como el desarrollo sostenible en zonas prioritarias, con un 2,7%
de los recursos asignados), la información disponible sobre ejecución de los gastos indica
que luego del periodo de recuperación post-Mitch (año 2001 al presente), las inversiones
en el tema de la mitigación de riesgos ha sido limitada.3 Si bien no se cuenta con
información detallada para todos los países de la región, la experiencia apunta a una
situación similar en cada país.
2.5 La Adaptación como Punto Central
La posibilidad de beneficiarse a través de los proyectos de reducciones de emisiones de
gases de efecto invernadero (GEIs) en Mesoamérica es bien conocida, con varios grados
de detalle y precisión, por los encargados de la política económica y ambiental. Existe un
consenso general que indica que tomar ventaja de las oportunidades en el mercado global
de carbono es un objetivo valioso para los países. Sin embargo, existe menos conciencia
sobre el hecho de que los beneficios económicos y sociales de la participación en los
merados de carbono pueden ser fácilmente superados por el costo del impacto del
cambio climático sobre la producción y los sistemas de infraestructura, el bienestar de los
habitantes y la biodiversidad de la región.
2
Flores et al (2008)
3
Sistema de Información de la Estrategia para la Reducción de la Pobreza www.sierp.hn
11
El apoyo de países mesoamericanos a la reducción global de gases de efecto invernadero
(GEIs) es indudablemente un punto importante en la agenda ambiental. Pero la
adaptación debe ser una prioridad para los gobiernos y las sociedades en la región debido
a que, como se ha observado en la información incluida en este reporte, algunas subregiones de Latinoamérica y El Caribe están entre las más propensas a sufrir los impactos
negativos del cambio climático.
Con el apoyo de las agencias internacionales, varios gobiernos y organizaciones
regionales han iniciado programas de adaptación, enfocados principalmente en abordar
los efectos inmediatos del cambio climático. Sin embargo, los encargados de diseñar las
políticas en los sectores más vulnerables ante el cambio climático como la salud,
agricultura, energía e infraestructura, continúan preparando sus planes y proyectos sin
tomar en consideración los impactos potenciales del cambio climático (Vergara et al.,
2007).
Tanto los países desarrollados como los en vías de desarrollo tienen responsabilidades
bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCC por
sus siglas en inglés) para fortalecer su capacidad de adaptación ante los impactos del
cambio climático en las zonas costeras, los recursos hídricos y la agricultura, y desarrollar
planes para reducir los efectos adversos del cambio climático en sus sistemas
productivos, la salud pública y la calidad ambiental.
La UNFCCC establece que los países desarrollados deben proveer apoyo y fondos para
asistir a las naciones en desarrollo en las evaluaciones de impacto, vulnerabilidad y
adaptación, fortalecimiento de capacidades, entrenamiento, educación, implementación
de actividades concretas de adaptación, transferencia de tecnología e intercambio de
experiencias.4 Sin embargo, los fondos de adaptación actualmente disponibles, entre
US$150 y US$300 millones por año, son insuficientes comparados con los costos de
adaptación, estimados en billones de dólares para los países en desarrollo (IPCC, 2007b).
De ahí que los países de la Región Mesoamericana tienen dos tareas clave para
intensificar las acciones relacionadas con la adaptación ante los efectos del cambio
climático. La primera, desarrollar estrategias de adaptación comprehensivas y coherentes
para los sectores económicos, sociales y regiones y poblaciones más vulnerables. Lo
segundo, buscar mecanismos de financiamiento innovadores para esas estrategias, en
conjunto con organizaciones internacionales y países desarrollados, así como con los
principales actores nacionales y regionales.
4
UNFCCC (2007)
12
3.
ANTECEDENTES E INICIATIVAS EN MARCHA
3.1 Sectores Prioritarios y Principales Barreras
Como parte del proyecto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo,
denominado Fomento de Capacidades para la Etapa II de Adaptación al Cambio Climático
en Centroamérica, México y Cuba, se identificaron algunos sistemas de prioridad nacional
para los países de Mesoamérica. Se llegó al acuerdo que los asentamientos humanos son
severamente vulnerables ante el cambio climático, debido a que existe alta densidad
poblacional cerca de las zonas costeras y en áreas propensas a riesgos climáticos. A
través de un proceso de consulta, se determinó que muchos otros sistemas (agua,
agricultura y seguridad alimentaria, zonas costeras, bosques, asentamientos humanos y
pesquerías) son prioridades. Se identificaron tres sistemas de prioridades nacionales
durante los talleres de trabajo y visitas a los países: recursos hídricos, agricultura y salud
humana, según se resume en la Tabla 4. La vulnerabilidad en la salud humana depende
considerablemente de parámetros económicos (nivel y distribución del ingreso y riqueza).
Por lo tanto, los aspectos de desarrollo sostenible y equitativo serán de gran importancia.
TABLA 4. SISTEMAS DE PRIORIDAD NACIONAL PARA LOS PAÍSES DE MESOAMÉRICA
Países
Sistemas de Prioridad Nacional
1
2
3
Recursos hídricos
Agricultura
Bosques
Guatemala
Salud humana
Recursos hídricos
Agricultura (seguridad
alimentaria)
El Salvador
Agricultura (seguridad
alimentaria)
Zonas costeras
Recursos hídricos
Honduras
Recursos hídricos
Uso de la tierras y
bosques
Salud humana
Nicaragua
Salud humana
Recursos de agua
Agricultura
Costa Rica
Recursos hídricos
Agricultura
Salud humana
Panamá
Recursos hídricos
Salud humana
Agricultura
México
Fuente: PNUD, Fomento de Capacidades para la Etapa II de Adaptación al Cambio Climático en
Centroamérica, México y Cuba. Documento de proyecto. CATHALAC, sitio web oficial www.cathalac.org
Como parte del proyecto se identificaron las limitaciones actuales a través del análisis de
problemas específicos:
•
Capacidad de adaptación
Los países tienen severas limitaciones en su capacidad de adaptación para reducir su
vulnerabilidad ante el cambio climático, incluyendo eventos extremos. La capacidad de
manejar riesgos climáticos, con pronósticos estacionales, sistemas de alerta temprana,
preparación ante desastres y mitigación deben ser mejorados en toda la región. En la
mayoría de los sistemas agrícolas, la adaptación no se ha implementado para que se
13
considere en las variaciones interanuales e interestacionales en el clima actual. La
experiencia sugiere que la capacidad de adaptación de las poblaciones vulnerables es
inadecuada para traspasar las barreras y para adoptar políticas y medidas, aún si hubiera
información relevante disponible.
•
Planeamiento y programas
A nivel nacional y regional, muchos planes y proyectos no toman en cuenta la variabilidad
climática y pueden inadvertidamente incrementar la vulnerabilidad. Aunque algunos
países tienen legislación ambiental, la falta de aplicación de las leyes, también puede
incrementar la vulnerabilidad. Además, muchos sectores públicos en la región están en
proceso de privatización y descentralización. En algunos países, las poblaciones
vulnerables pueden tomar decisiones de planeamiento y políticas, sin contar con los
recursos para implementarlos. Dentro de la agenda política nacional, las estrategias de
desarrollo generalmente no consideran las vulnerabilidades climáticas ni las respuestas
de adaptación. Este contesto político tiene implicaciones significativas para identificar el
tipo correcto de ¨stakeholders¨ y para asegurar que las políticas y las medidas
identificadas se adopten.
•
Condiciones sociales, económicas y ambientales
El deterioro de las condiciones sociales, económicas y ambientales incrementa los riesgos
asociados con la variabilidad y el cambio climático. La pérdida de vidas humanas e
infraestructura es común debido a que una proporción significativa de la población vive en
lugares de alto riesgo. Los desastres climáticos pueden producir, en pocos días, la
pérdida de años en el desarrollo económico y en la calidad de vida y han resultado en una
demanda creciente de préstamos y donaciones internacionales para emergencias y
reconstrucción a largo plazo. El efecto del cambio climático en las economías nacionales
y en la asistencia no se ha considerado en la mayoría de las evaluaciones de
vulnerabilidad.
3.2 Estrategias de Adaptación Utilizadas
Algunas estrategias de adaptación que se han propuesto para que los países reduzcan
tanto la vulnerabilidad actual como los riesgos potenciales de eventos extremos debido al
cambio climático son las siguientes:
•
Incrementar el rango de acción para lidiar con la variabilidad climática
Se deben incorporar los riesgos climáticos en la preparación y manejo de desastres,
incluyendo el pronóstico y los sistemas de alerta temprana. Estas medidas deben
enfocarse en el fortalecimiento del proceso de planeamiento y sensibilizar a los
¨stakeholders¨ ante oportunidades de adaptación autónoma y planeada.
•
Re-orientar las políticas existentes de adaptación en el sector público y privado
Se incluyen tanto las medidas reactivas y anticipatorias como las estrategias de manejo
de riesgo para enfrentar los riesgos climáticos en varias áreas: asentamientos humanos,
diseño de edificios, suministro y demanda de agua, zonas costeras y prácticas de cultivo,
entre otras.
•
Evaluar tecnologías de adaptación y transferencia de tecnología
14
A través de la demostración de proyectos; adaptación regulatoria e institucional con el
propósito de hacer más sostenible el desarrollo al fomentar la adaptación en los proyectos
de desarrollo: fortalecimiento de las capacidades humanas e institucionales, incluyendo
investigación y educación.
Seguidamente las Tablas 5, 6 y 7 presentan las principales iniciativas relacionadas con el
cambio climático y adaptación y mitigación al cambio climático que han sido desarrolladas
o se están llevando a cabo por: gobiernos locales, regionales y nacionales, ONG, sector
privado, organizaciones de investigación y comunidades locales de Mesoamérica.
TABLA 5. PRINCIPALES INICIATIVAS EN MÉXICO Y GUATEMALA
Fuente: elaboración propia con base en infomación de cada país
15
TABLA 6. PRINCIPALES INICIATIVAS EN EL SALVADOR, HONDURAS Y NICARAGUA
Fuente: elaboración propia con base en infomación de cada país
16
TABLA 7. PRINCIPALES INICIATIVAS EN COSTA RICA, PANAMÁ Y REPÚBLICA DOMINICANA
Fuente: elaboración propia con base en infomación de cada país
17
4.
DESAFÍOS Y BRECHAS
Sumado a los esfuerzos realizados en la actualidad, una tarea clave es avanzar con la
estimación más detallada, a nivel de regiones y sectores productivos, sobre los posibles
impactos del cambio climático, tomando como eje transversal la interrelación entre los
diversos factores económicos, ambientales y sociales, y la coherencia de políticas y
estrategias. El ejercicio de verificación y estimación de los impactos e interrelaciones
entre el cambio climático y el desempeño económico, social y ambiental de la región
debería seguir los siguientes pasos:
a. Indicar los efectos que el crecimiento de las actividades económicas
tendrían sobre el medio ambiente, tanto negativos, como positivos (ej:
intensificación de uso de los recursos, degradación de agua y suelos,
generación de desechos sólidos y líquidos, incremento en protección de
bosques, manejo sostenible de cultivos, protección de cuencas con pago
de servicios ambiéntales, etc.), cómo estos vendrían a ser influenciados
por el cambio climático, y cómo se podrían impulsar estrategias que
fortalezcan la capacidad de adaptación y reducción de los riesgos.
b. Indicar cómo se pude lograr un mejor aprovechamiento de los servicios
ambientales en la economía (contribución de mecanismos de conservación
con la productividad, la generación de empleo, la producción energética, el
agua, etc.), para canalizar mayores recursos hacia el uso sostenible de los
recursos naturales y proteger las barreras naturales que mitigan los
impactos de los fenómenos hidrometeorológicos.
c. Indicar la importancia de los servicios ambientales para la sociedad
(impacto sobre la salud, disponibilidad de agua, contaminación del aire,
productividad de lo suelos, mejores condiciones de vida, etc.) para
dimensionar el grado de resiliencia a los impactos pobre la salud.
d. Indicar los efectos de las variables sociales sobre el medio ambiente
(cambio demográfico, patrones de consumo, marco legal de tenencia de la
tierra, educación ambiental, reducción de la pobreza, etc.) para al
protección de las barreras naturales contra a vulnerabilidad.
e. Indicar los impactos de las variables sociales en el crecimiento económico
(productividad de la fuerza laboral, educación y entrenamiento, salud y
acceso a infraestructura, acceso a crédito, etc.) y cómo estas se relacionan
con la incidencia de desastres naturales.
f. Indicar los impactos del crecimiento económico en la sociedad (niveles de
ingreso, empleo, equidad distributiva, inversiones en infraestructura, etc.)
como “línea base” para la estimación de los impactos de los desastres
naturales sobre la capacidad de desarrollo.
La evaluación de la situación actual de los países mesoamericanos con relación a la
coherencia de políticas para la sostenibilidad señala un grupo básico y central de
prioridades de cambio para la implementación y seguimiento de las políticas existentes.
Se debe realizar un análisis basado en varios aspectos:
18
•
•
•
•
•
•
•
Integración de las políticas: las estrategias nacionales en los diversos sectores
deberían tomar en consideración los principales retos económicos, ambientales y
sociales desde una perspectiva integrada, e incluirlos en los planes nacionales de
adaptación ante el cambio climático.
Marco de análisis inter-temporal: las políticas deberían adoptar un marco de
planeación inter-temporal de manera que se pueda trabajar con principios e
indicadores de largo plazo.
Análisis y evaluaciones: herramientas de análisis integrado deberían utilizarse
para poder hacer evaluaciones costo-beneficio de las políticas para la reducción
de la vulnerabilidad, para tomar decisiones sobre “escenarios óptimos”
Coordinación institucional: los Ministerios y otras agencias gubernamentales
deberían tener un “norte” de políticas claro y consistente, con un marco
institucional que fomente la coordinación y la rendición de cuentas tanto en el
diseño como en la implementación.
Gobernabilidad local y regional: las autoridades locales y regionales
(municipalidades, alcaldías etc.) deberían estar “en línea” con las políticas
nacionales y sectoriales.
Participación de actores principales: organizaciones gubernamentales, del sector
privado y la sociedad civil deberían participar en los procesos de diseño de
políticas.
Indicadores, metas, monitoreo y evaluación: el análisis cuantitativo y cualitativo de
las metas y logros, así como los principales impactos de las políticas debería ser
parte integral del diseño de esas políticas.
La coherencia debe comenzar por la Políticas Nacionales Ambientales en cada país de la
región, como base para la “planificación cruzada” en el campo económico, ambiental, de
mejoramiento de la calidad de vida, de reducción de la vulnerabilidad a los desastres
naturales, el desarrollo agropecuario, y el manejo de los recursos hídricos, entre otros.
Las iniciativas para fortalecer la capacidad de adaptación ante el cambio climático en la
región deben ser coherentes con los demás planes de la política económica, desde una
perspectiva más amplia sobre el impacto y las relaciones de las actividades económicas
sobre los determinantes de un mejor manejo de los recursos naturales del país.
Otra área central para la coherencia tiene que ver con las Leyes de Ordenamiento
Territorial en los países. Estas deben reconocer el ordenamiento territorial como un
instrumento administrativo para gestionar estratégicamente la relación armónica y
eficiente de los recursos naturales, físicos y la población. Las estrategias y proyectos para
reducir la vulnerabilidad ante los desastres naturales deberían alinearse y
retroalimentarse con las leyes de ordenamiento y planificación territorial.
19
5.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Para lograr una mejor respuesta ante los efectos esperados del cambio climático sobre la
región, una mayor rentabilidad en las inversiones en prevención que se realizan, y el
fortalecimiento de la capacidad adaptativa, los países deberían prestar atención a los
siguientes puntos:
•
La integridad de ciertos sistemas naturales es crítica para la mitigación de los
impactos de eventos naturales severos. Los sistemas más importantes para la
reducción de la vulnerabilidad son: las cuencas superiores (particularmente
aquellas que se ubican arriba de poblaciones o que capturan agua para consumo
humano); manglares (primera línea de defensa natural para inundaciones, oleaje
fuerte, reducción de erosión costera, protección de arrecifes contra lavados de
suelo); y humedales (que absorben y retienen los excesos de agua).
•
La región será menos vulnerable si se asegura que estos sistemas no sufran
pérdidas netas. Otros beneficios adicionales de la protección del ambiente,
sumados al manejo del riesgo asociado con los desastres naturales, tiene que ver
con lograr destinos eco-turísticos de mejor calidad, una mayor sostenibilidad de los
arrecifes, mayor oferta de agua de mejor calidad y menor variación estacional, y
fuentes de alimentación más sanas para poblaciones marinas.
•
Proteger el medio ambiente es fundamental para mantener las “barreras naturales”
que reducen los riesgos asociados con los desastres naturales. Sin esto, es poco
probable que los planes de ordenamiento territorial, las inversiones en
infraestructura sísmica, la disponibilidad de seguros y fondos financieros de
mitigación, entre otros instrumentos necesarios, tengan el efecto esperado.
•
Se deben establecer sectores prioritarios (ej. agua, agricultura, salud,
infraestructura), para hacer una evaluación del estado la vulnerabilidad actual,
tomando en cuenta riesgos climáticos, factores socioeconómicos y naturales,
experiencia y capacidad de adaptación, y necesidades de desarrollo y políticas. La
preparación para la mitigación de riesgos requerirá la incorporación de la
vulnerabilidad dentro de los planes de desarrollo nacional y sectorial, y la revisión
y monitoreo de políticas, medidas y proyectos.
•
El principal reto de esta iniciativa, y de cualquier otra iniciativa en este sentido, no
son las complicaciones de las herramientas técnicas y científicas utilizadas para
evaluar la vulnerabilidad, sino lograr un entendimiento claro por parte todos los
sectores de la sociedad, principalmente los tomadores de decisiones políticas. En
este sentido las Leyes de Ordenamiento Territorial (y sus similares) deben jugar un
papel clave, de manera que las diversas iniciativas, planes y proyectos
productivos, de construcción y desarrollo de la infraestructura, de planificación
agrícola, entre otros, sean compatibles para construir sistemas de mitigación del
riesgo más sólidos.
•
Se deben crear mecanismos de construcción de proyectos habitacionales que
sean compatibles tanto con el ordenamiento territorial como con las disposiciones
en materia de reducción de riesgos. Numerosas construcciones siguen siendo
levantadas en zonas de riesgo, altamente vulnerables y con peligro de
degradación ambiental, pese a los esfuerzos que se llevan a cabo.
Indudablemente, el tema de la inversión habitacional es central para cualquier
20
esfuerzo por reducir la vulnerabilidad. Sin los mecanismos financieros para
fomentar la adquisición y construcción de casas de habitación, particularmente
para la gente más pobre, será difícil revertir la tendencia actual.
•
La inversión en mitigación de los riesgos ante desastres naturales debe ser
incrementada. En el caso de la cooperación externa, no solo se debe actuar con
base en lo que “se ofrece,” sino en las necesidades más importantes identificadas
a nivel nacional. Presupuestar debidamente las áreas de reducción de la
vulnerabilidad dentro de la ejecución de diversos proyectos.
•
El conocimiento técnico y científico que se produzca como parte de las iniciativas
impulsadas en la región debe traducirse en acciones específicas y prácticas a nivel
de regiones, sectores productivos, grupos humanos, etc. El fundamento científico
es clave para diseñar políticas y estrategias que distribuyan y hagan de
conocimiento generalizado las mejores prácticas a nivel de las empresas, los
hogares, y las organizaciones públicas, como base macroeconómica fundamental
para la adaptación ante el cambio climático.
•
El tema de la vulnerabilidad debe verse desde una perspectiva de coherencia de
políticas y acciones, identificando claramente los ejes transversales que
interactúan tanto en el medio ambiente como en la economía y la sociedad. Los
enfoques parciales pueden ser contraproducentes, en el tanto desvíen la atención
de objetivo final, el cual debería ser lograr un claro dimensionamiento e
internalización del tema como variable para la toma de decisiones políticas,
empresariales y a nivel de los hogares.
•
En la región se han dado avances importantes con el diseño de estrategias para
fortalecer la adaptación al cambio climático. Sin embargo, queda mucho trabajo
pendiente. Los recursos financieros so fundamentales, pero igual es
imprescindible contar con capacidad técnica y gerencial de clase mundial en las
organizaciones públicas encargadas de la administración de los fondos y el diseño
de políticas.
•
El sector privado debe tomar una posición de liderazgo en el tema de la reducción
de la vulnerabilidad y los riesgos ante el cambio climático. Las acciones públicas
requieren de respuestas privadas que retroalimenten la resiliencia a nivel nacional.
El tema debe ser incorporado en los procesos de toma de decisiones y
planeamiento estratégico de las empresas. Los presupuestos públicos limitados
más los recursos poco generosos de la comunidad internacional no son
suficientes. El sector privado debe canalizar inversiones y alinear sus inversiones
con un mejor desempeño ambiental y social, para contribuir con el fortalecimiento
de las capacidades nacionales y regionales de adaptación.
21
6.
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World Economic Forum (2006): The Global Competitiveness Report 2006-2007. Palgrave
McMillan.
23
7.
ANEXOS
7.1 Anexo A. Información sobre Medio Ambiente y Cambio Climático
FIGURA A1. TENDENCIAS DE PRECIPITACIÓN EN CENTROAMÉRICA
Fuente: Magrin y Gay (2007)
FIGURA A2. PERSPECTIVA CLIMÁTICA PARA MESOAMÉRICA, MAYO-JULIO, 2007
Fuente: SIAM (2008)
24
FIGURA A3. ÁREAS DE DEFORESTACIÓN EN CENTROAMÉRICA PREDICHAS PARA EL PERÍODO 2000-2010
Fuente: Magrin y Gay (2007)
FIGURA A4. ÍNDICE DE DESASTRES HIDROMETEOROLÓGICOS PARA MESOAMÉRICA Y EL CARIBE
Fuente: elaboración con información de Maplecroft, con base en datos de EM-DAT: The OFDA/CRED
International Disaster Database y World Development Indicators, Banco Mundial
25
FIGURA A5. ÍNDICE DE EMISIONES DE GEI PARA MESOAMÉRICA Y EL CARIBE
Fuente: elaboración con información de Maplecroft, con base en el Climate Analysis Indicador Tool (CAIT) del
World Resources Institute
FIGURA A6. ÍNDICE DE ENERGÍA NO RENOVABLE PARA MESOAMÉRICA Y EL CARIBE
Fuente: elaboración con información de Maplecroft, con base en datos del World Resources Institute y
International Energy Agency
26
7.2 Anexo B. Evidencia Científica sobre los Impactos Potenciales del
Cambio Climático para Mesoamérica
7.2.1
Ecosistemas Naturales
Las especies de plantas tropicales pueden ser sensibles a pequeñas variaciones en el
clima, ya que los sistemas biológicos responden lentamente a los cambios rápidos del
clima. Esto puede ocasionar una disminución en la diversidad de especies (Magrin y Gay,
2007).
En un estudio se cuantificaron los riesgos del cambio climático inducido por el hombre en
procesos de ecosistemas clave durante el siglo XXI. Se forzó un modelo de vegetación
global dinámico con múltiples escenarios de 16 modelos climáticos y el mapeo de las
proporciones del modelo para mostrar cambios en las zonas de bosque/no bosque o
excesos en la variabilidad natural de la frecuencia de incendios descontrolados y
suministro de agua. Se consideró la distribución de los resultados dentro de tres sets de
modelos que se corren agrupados de acuerdo con el calentamiento global que simulen:
<2ºC (incluye simulaciones en la que la composición atmosférica se mantiene constante;
ejemplo, el cambio climático se debe a gases de efecto invernadero emitidos), 2-3ºC, y
>3ºC. Se determinó un alto riesgo de pérdida de bosque para Centroamérica y la
Amazonia (Scholze et al., 2006).
Los bosques tropicales nubosos en las regiones montañosas estarían amenazados si las
temperaturas se incrementan en 1-2 ºC durante los próximos 50 años debido a los
cambios en la altitud de la base nubosa durante la estación seca, que se incrementaría en
2 m/año. En los lugares de baja elevación con montañas aisladas, algunas plantas se
extinguirán localmente debido a que el rango de elevación no permitirá la adaptación
natural al incremento de temperatura. Los cambios en la temperatura y en la base nubosa
en estos bosques podrían tener efectos significativos en la biodiversidad y composición de
especies. Por ejemplo, estos cambios están sucediendo en el bosque nuboso de
Monteverde en Costa Rica. La disminución en la frecuencia de días nublados ha sido
fuertemente asociada con la disminución en la población de anfibios (20 a 50 especies) y
probablemente las poblaciones de pájaros y reptiles (Magrin y Gay, 2007).
En el caso de Costa Rica, uno de los incidentes reportados más relevantes es la
desaparición de los sapos dorado y arlequín en 1986-1987. Uno de los principales
hallazgos en el estudio sobre la disminución de anfibios fue el descubrimiento de sapos
muertos en Costa Rica y la detección de un nuevo agente infeccioso, Batrachochytrium
dendrobatidis, un hongo que puede matar anfibios. Las epidemias de este hongo han
matado anfibios y condujeron a la desaparición de muchas especies en varios sitios altos
de los bosques húmedos a lluviosos en Costa Rica y Panamá. Se llevó a cabo un
programa de monitoreo de 35 años en el bosque primario y en plantaciones abandonadas
de cacao en la Estación Experimental La Selva. Se reportó una disminución importante en
las poblaciones de todos los anfibios y reptiles terrestres en el bosque primario. Todas las
17 especies de anfibios y reptiles muestreadas adecuadamente disminuyeron en
promedio un 75%. Las densidades de estas especies han disminuido 4,1%=4,5% por año
desde 1970. Debido a la disminución tanto en las poblaciones de anfibios como de
reptiles, la enfermedad específica de los anfibios se descartó como la causa primaria. Un
aspecto importante de este estudio es que cuatro de las especies que disminuyeron en el
bosque primario, se incrementaron en las plantaciones de cacao adyacentes. Las
temperaturas mínimas se incrementaron en 1ºC durante el período del estudio y el
número de días secos ha disminuido en un 50%. Estos hechos condujeron a la conclusión
27
que la causa de la disminución es una reducción en la masa foliar en la que viven y
encuentran refugio los organismos estudiados debido a que los árboles retienen las hojas
por períodos más largos que en el pasado o porque la tasa de descomposición es más
alta. La última explicación ofrecida para el fenómeno observado fue el calentamiento
global (Wake, 2007).
Los estudios basados en modelos muestran que los rangos ocupados por muchas
especies se hacen menos aceptables para ellos conforme cambia el clima. Los modelos
de proyección de distribución de especies para escenarios futuros muestran que para el
año 2050 y para un escenario de rango medio de cambio climático, las especies en
extinción se incrementaran marcadamente en México: mamíferos en un 8% o 26% de
pérdida de especies (con o sin dispersión), aves en un 5% u 8% de pérdida de especies
(con o sin dispersión) y mariposas en un 7% o 19% de pérdida de especies (con o sin
dispersión) (Magrin y Gay, 2007).
El modelado de nicho ecológico ha demostrado ser una herramienta útil para predecir la
distribución potencial de las especies en el contexto del cambio climático global. En un
estudio se utilizó el algoritmo GARP (Genetic Algorithm for Rule-set Prediction) para
modelar la distribución de dos especies de salamandras pletodóntidas: Pseudoerycea
cephalica y P. leprosa. Asimismo, se proyectó su distribución potencial bajo escenarios de
cambio climático que se espera que ocurran en 50 años, basándose en un escenario de
cambio global conservador y asumiendo una capacidad de dispersión moderada para
ambas especies de salamandras. Los análisis sugieren que el cambio climático puede
representar un riesgo adicional para ambas especies, el escenario es más dramático para
el caso de P. leprosa. Para el año 2050, se podría esperar que esta especie perdiera
alrededor del 75% de su área de distribución y si se considera la deforestación (tal como
ocurre en el presente), la proyección sería aún más desoladora. Los resultados
concuerdan con aquellos obtenidos en especies con una capacidad de dispersión limitada
dado que estas no responden a los cambios climáticos desplazándose a zonas más
favorables, sino que enfrentan una pérdida de su área de distribución (Parra et al.., 2005).
FIGURA A7. LUGARES CRÍTICOS EN MESOAMÉRICA
Fuente: Magrin y Gay (2007)
28
7.2.2
Agricultura
Se han llevado a cabo varios estudios para cultivos comerciales en Latinoamérica que
usaron modelos de simulación de cultivos y escenarios futuros de clima. De acuerdo con
una evaluación global, si no se consideran los efectos del CO2, las reducciones en el
rendimiento de los granos podrían alcanzar un 30% para el 2080 bajo el escenario más
cálido y el número adicional de personas en riesgo de hambre bajo el escenario A2 podría
alanzar 5, 26 y 85 millones en el 2020, 2050 y 2080, respectivamente. Sin embargo, si se
consideran los efectos directos del CO2, los cambios en el rendimiento podrían alcanzar
un 30% en México y el número adicional de personas en riesgo de hambre se podría
incrementar a 1 millón en el 2020 y permanecer sin cambios para el 2050 y disminuir en 4
millones en el 2080 (Magrin y Gay, 2007).
La incertidumbre en las predicciones de rendimientos puede atribuirse a diferencias en los
modelos de circulación general y los escenarios usados, el tiempo y los reportes
especiales de escenarios de emisiones (SRES, por sus siglas en inglés) considerados, la
inclusión o no de los efectos del CO2 y el sitio considerado. Otras incertidumbres se
derivan de la falta de precisión del modelo y de procesos sin modelar. A pesar de la gran
variabilidad en las proyecciones de rendimiento, el comportamiento parece consistente
con el de la región en general (Magrin y Gay, 2007).
De acuerdo con el Banco Mundial, algunos países en vías de desarrollo pierden entre el
4-8% de su PIB debido a las pérdidas productivas y de capital relacionadas con la
degradación ambiental. Se espera que en una parte significativa de Mesoamérica, el
cambio climático ocasione la salinización y desertificación de las tierras agrícolas. Para el
año 2050, la desertificación y salinización afectarán el 50% de las tierras agrícolas y El
Caribe (Magrin y Gay, 2007)
Se proyecta que la demanda de agua para irrigación se incremente en un clima más
caliente y ocasione un incremento en la competencia entre el uso doméstico y agrícola,
además del uso industrial. La disminución en el nivel freático y el incremento en el uso de
energía usada para bombear ocasionarán que la práctica de la agricultura sea más cara
(Magrin y Gay, 2007).
La evidencia científica sugiere que las regiones productoras de café se verán afectadas
como consecuencia del calentamiento global. En el caso de Centroamérica, muchos de
los cafés más famosos provienen de las montañas y valles con influencia seca del
Pacífico. Estos incluyen Antigua, Marcala, Segovias y Tarrazú, entre otros. La mayoría de
los 10 cafés de la Copa de la Excelencia de Nicaragua provienen de la región de Las
Segovias. Esta zona tiene una estación seca de 5 a 6 meses. Los pronósticos del clima
del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (MARENA) indican que dentro de
este siglo la precipitación caerá en un 30% en promedio y las temperaturas se elevarán
en 1-2 ºC. Estos cambios eliminarán efectivamente la producción en estas regiones. Los
pronósticos para Centroamérica, como región, son más extremos en la precipitación que
causará tanto sequías como inundaciones. Se estimó que la producción de café de
Nicaragua durante el período 2006-2007 correspondería a la mitad del período 20052006. En el caso de Centroamérica, la evidencia, los modelos y las anécdotas de los
productores y otros profesionales señala que el clima está cambiando y que esto
ocasionará efectos negativos sobre la actividad cafetalera (Baker y Haggar, 2007).
A continuación el Cuadro A1 presenta algunos de los impactos futuros del cambio
climático sobre el sector agrícola.
29
CUADRO A1. IMPACTOS FUTUROS DEL CAMBIO CLIMÁTICO SOBRE EL SECTOR AGRÍCOLA
Escenario
climático
Estudio
HadCM2-UKHI
(IS92c-IS92f)
2010/2050/2100
(1xCO2)
Panamá
(NC-Panamá,
2000)
Costa Rica
(NC-Costa
2000)
Rica,
Guatemala
(NC-Guatemala,
2001)
Arroz
Otros
-31
Papa: bajo
+9/-34/-21
+1.5ºC-5% precip.
+8 a -11
-16
Frijol: +3 a -28
+2ºC+6% prec.
+15 a -11
-20
Frijol: +3 a -42
+3.5ºC-30% preci.
+13 a -34
-27
Frijol: 0 a -66
Hadley CM2
(1xCO2) 2070
Hadley CM2
(2xCO2) 2070
et
México, Veracruz
Maíz
+2ºC-15% precip.
(1xCO2)
Honduras
Díaz-Ambrona
al.., 2004
Impacto sobre el rendimiento
-21
0
HadCM2 ECHAM4
(2050)
Reducción en la
producción de café:
73-78%
Análisis de
sensibilidad
Incremento de más
de 2ºC en la
temperatura
beneficiaría el
rendimiento del
café
Costa Rica (NCCosta Rica, 2000)
Fuente: Magrin y Gay (2007)
7.2.3
Recursos Hídricos
Cerca del 13,9% de la población de Latinoamérica (71,5 millones) no tiene acceso al agua
potable; y el 63% de esta vive en zonas rurales. Muchas comunidades rurales dependen
en recursos limitados de agua fresca y muchos usan métodos que son vulnerables a la
sequía. Se estima que el número de personas que experimentarán estrés hídrico bajo los
reportes especiales de escenarios de emisiones será de 12 a 81 millones en el 2002, y de
79 a 178 millones en el 2050. Estos estimados no toman en consideración el número de
personas que se desplazan fuera de las zonas de agua estresadas. La vulnerabilidad
actual se incrementará con el efecto negativo de la demanda creciente por suministro de
agua para uso doméstico e irrigación debido al incremento de la población y las
condiciones más secas esperadas en las cuencas. Por lo tanto, si se toma en cuenta el
número de personas que experimenta una disminución en el estrés hídrico, aún habrá un
incremento en el número de personas que sufrirá de este estrés (Magrin y Gay, 2007).
Se proyecta que el suministro de agua y la generación hidroeléctrica se afecten
seriamente en algunas zonas donde se espera que ocurra estrés hídrico. Algunas de
estas áreas son el este de Centroamérica, el valle de Motagua y el Pacífico de
Guatemala, regiones este y oeste de El Salvador, el valle centra y la región del Pacífico
30
de Costa Rica, las regiones intermontanas al norte, al centro y al oeste de Honduras y en
la península de Azuero en Panamá (Magrin y Gay, 2007).
Bajo condiciones secas severas, las prácticas agrícolas inapropiadas (deforestación,
erosión del suelo y el uso excesivo de agroquímicos) deteriorarán la cantidad y la calidad
del agua. Este será el caso en áreas que se degradan constantemente como León, Valle
de Sebaco, Matagalpa y Jinotega en Nicaragua; áreas rurales y metropolitanas de Costa
Rica y los ríos de los valles centrales en Centroamérica (Magrin y Gay, 2007).
Los deslizamientos son generados por precipitaciones intensas y persistentes. En
Latinoamérica están asociadas con la deforestación y la falta de ordenamiento territorial y
los sistemas de alerta de desastres. Muchas ciudades en Latinoamérica, que son
vulnerables a los deslizamientos, son muy propensas a sufrir eventos extremos con un
incremento en el riesgo para las poblaciones locales (Magrin y Gay, 2007).
Se llevó a cabo un estudio para estimar la contribución de los deslizamientos de tierra a
los cambios de cobertura enfocándose en las montañas de México y Centroamérica (MCA). En la escala M-CA, se clasificó el terreno basado en clases mayores de relieve y se
incluyeron datos históricos de sismos y tormentas que han provocado deslizamientos de
tierra en un SIG. En la escala de la Sierra de Las Minas en Guatemala, se investigaron
datos Landsat TM para identificar y localizar deslizamientos de tierra dispersados por
lluvias. Durante los últimos 110 años, más de 136 200 ha de tierra han sido transformadas
por deslizamientos de tierra en las montañas de M-CA. Esto se traduce en tasas de
perturbación mayores al 0,317 por ciento por siglo. En la Sierra de Las Minas, las lluvias
asociadas con el huracán Mitch transformaron 1765 ha de bosque. Esto equivale a una
tasa de perturbación por deslizamientos de tierra entre 0,196 (tasa de retorno de 500
años) y 1,290 por ciento/siglo (tasa de retorno de 75 años). A pesar de que las tasas de
cambio de cobertura vegetal por deslizamientos son menores que las causadas por
deforestación, se plantea la hipótesis que tienen un mayor impacto en estos ecosistemas
tanto en términos cualitativos como cuantitativos por su influencia sobre la vegetación y el
suelo. Además, las interacciones entre los deslizamientos de tierra y la deforestación
podrían afectar la expresión de este complejo proceso de tal forma que las pocas áreas
montañosas de México y Centroamérica que están protegidas representan la única
posibilidad para la conservación de este proceso (Restrepo y Álvarez, 2006).
El crecimiento urbano acelerado, el incremento de la pobreza y la baja inversión en el
suministro de agua contribuirán a los corte de agua en muchas ciudades, un alto
porcentaje de la población urbana sin acceso a servicios, ausencia de plantas de
tratamiento, contaminación de aguas subterráneas, falta de sistemas de drenaje urbano,
entre otros (Magrin y Gay, 2007).
31
FIGURA A8. ACCESO A AGUA Y SANIDAD EN CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE
Fuente: elaboración con información de Maplecroft
7.2.4
Costas
La mayoría de las evaluaciones en América Latina se han hecho bajo la Convención
Marco de las Naciones Unidas Sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Desafortunadamente, los enfoques metodológicos adoptados son muy diversos. Muchos
se basan en escenarios incrementales (INM5 0,3-1,0), en algunos casos combinados con
inundaciones costeras. Algunos incluyen un análisis de costo-beneficio como el caso de
El Salvador y Costa Rica. Las tendencias recientes y de largo plazo de INM, inundaciones
y tormentas no siempre están disponibles (Magrin y Gay, 2007).
Se esperan impactos significativos del cambio climático y el incremento en el nivel del mar
proyectado en las áreas costeras de Latinoamérica para el periodo 2050-2080. Las áreas
costeras son muy propensas a sufrir inundaciones y erosión con un gran impacto en la
población, recursos y actividades económicas. Los impactos proyectados con
consecuencias económicas serias incluyen inundaciones, desplazamiento de la población,
salinización de las zonas bajas que afectará el agua potable, modificación en el régimen
de tormentas costeras, incremento de erosión, alteración de la morfología de las costas,
interrupción de acceso a las pesquerías, impacto negativo sobre la biodiversidad
(manglares) y sobreexplotación de recursos hídricos (aguas subterráneas), contaminación
y acidificación del agua de mar en ambientes marinos y costeros. Otros factores como la
apertura artificial de los litorales, presiones del sector turismo, aforestación excesiva con
especies introducidas contribuyen a los impactos sobre las zonas costeras (Magrin y Gay,
2007).
Los países que sufrirán los mayores impactos serán aquellos donde el turismo es un
sector con una contribución importante en el PIB, balance de pagos y empleo; y que son
5
Incremento en el nivel del mar
32
amenazados por tormentas y un incremento proyectado en el nivel del mar. Entre estos se
encuentran los países de Centroamérica y El Caribe. Por lo tanto, el cambio climático es
un reto importante para las naciones costeras (Magrin y Gay, 2007).
Se usaron dos modelos de cambio climático para evaluar la contribución de la variabilidad
climática natural y antropogénica al estrés térmico que causó el evento de
blanqueamiento de coral en el 2005. Los datos de temperatura históricos y simulaciones
para el período 1870-2000 muestran que el calentamiento observado en la región no
pudo haberse producido únicamente por la variabilidad climática no inducida. La
simulación de variabilidad climática sugiere que el calentamiento antropogénico pudo
haber incrementado la probabilidad de ocurrencia de eventos de estrés térmico
significativos en la región. Bajo escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero
futuros, el blanqueamiento de coral en masa en el Caribe Este podría convertirse en un
evento anual en 20-30 años. Sin embargo, si los corales y sus simbiotas logran adaptarse
en 1-1.5ºC, los eventos de blanqueamiento podrían no ocurrir a intervalos tan dañinos,
hasta la segunda mitad del siglo. Este retraso permitiría más tiempo para alterar la ruta de
las emisiones de gases de efecto invernadero, aunque el calentamiento a largo plazo, aún
después de la estabilización de los niveles de CO2 atmosférico puede representar una
amenaza adicional a largo plazo para los corales (Donner et al.., 2007).
Se realizó un estudio para determinar si los huracanes y las tormentas tropicales limitan el
reclutamiento y subsiguiente supervivencia de corales masivos no-ramificados en la
barrera de arrecifes de la costa de Belice en el golfo de Honduras. En general, se midió el
área de superficie de 523 especimenes de coral y luego se modelaron las fechas de
reclutamiento. No se encontraron diferencias significativas en la cobertura de coral o en la
biodiversidad del coral en ninguno de los sitios estudiados (p>0,1). Hubo diferencias
significativas en el reclutamiento de los corales masivos no ramificados en los años en
que los huracanes impactaron el área (p<0,05) en comparación con los años en que los
huracanes no impactaron el área. Significativamente hubo más corales masivos noramificados reclutados in los años sin huracanes (media 7,7) que en los años con
huracanes (media3,8; p=0,011). Cuando se adicionan los años en que hubo tormentas
tropicales a los años con huracanes, hubo un reclutamiento menor (media 4,7) relativa a
los años sin tormentas o huracanes (media 7,4; p=0,019). Estos resultados muestran que
los huracanes y las tormentas severas limitan el reclutamiento y la supervivencia de los
corales masivos no ramificados en la barrera de arrecifes Mesoamericana y en los
parches de arrecife cerca de la costa de Belice en El Caribe y sugiere que los
administradores de los parques marinos necesitan asistir el reclutamiento en los años en
que se presentan los huracanes o las tormentas severas (Crabbe et al.., 2008).
Los bosques de manglares son un hábitat tropical amenazado globalmente. Estos son
considerados como importantes zonas buffer para proteger las zonas costeras de las olas
y los impactos de las tormentas y la erosión costera. Sin embargo, existen muy pocos
datos empíricos que cuantifiquen el efecto protector de los manglares durante las
tormentas, principalmente debido a la dificultad de predecir cuándo y dónde una tormenta
intersecará la línea de la costa para facilitar la recolección de datos antes después del
evento. En el 2005, los resultados de una investigación que se llevó a cabo para
cuantificar las diferencias físicas y biológicas entre manglares intactos y clareados en
Turneffe Atoll, Belice, generó datos pre y post tormenta de las tormentas tropicales Vilma
(después un huracán de categoría 5) y Gamma. Se compararon las diferencias en las
tasas de retención de equipo de tres tipos de aparatos experimentales previamente
instalados en áreas adyacentes de manglares intactos y clareados. Las tasas de retención
fueron mayores en las áreas en que los manglares estaban intactos, demostrando
33
empíricamente la capacidad protectora de los manglares durante tormentas de moderada
magnitud. Los resultados apoyan el postulado que indica que la remoción de manglares
disminuye la protección de la costa no solo durante tormentas catastróficas como los
huracanes o los tsunamis, sino que también durante eventos menos energéticos pero más
frecuentes como las tormentas tropicales. Esto enfatiza la importancia de un manejo
mejorado de las zonas costeras, conforme las tormentas se incrementan en frecuencia e
intensidad con el cambio climático y los bosque de manglares costeros continúan
disminuyendo en tamaño y número (Granek y Ruttenmerg, 2007).
Seguidamente el Cuadro A2 presenta los impactos futuros y vulnerabilidad ante el cambio
climático y vulnerabilidad en Mesoamérica.
CUADRO A2. IMPACTOS FUTUROS Y VULNERABILIDAD ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO Y VARIABILIDAD EN
MESOAMÉRICA: PERSONAS Y SISTEMAS COSTEROS
País/región
Escenario
Impactos/costos (personas, infraestructura,
ecosistemas, sectores)
El Salvador
INM: 13-110 cm
Pérdida de tierra entre 10-27,6% del total del área
(141-400,7 km2) (NC-El Salvador, 2000)
Arrecife
de
coral
Mesoamericano
y
manglares del Golfo de
México
Temperatura
de
la
superficie del mar más
cálida: 1-3ºC para el 2080
bajo escenarios del IPCC
Corales y manglares amenazados con consecuencias
para especies en peligro como la tortuga verde, el
manatí y especies de cocodrilos (Cahoo y Hensel,
2002)
Costa Rica, Puntarenas
INM: 0,3-1,0 m
Mar puede penetrar 150-500 m mar adentro y
afectaría al 60-90% de las zonas urbanas (NC-Costa
Rica)
Fuente: Magrin y Gay (2007)
7.2.5
Salud Humana
Los estudios regionales sobre los impactos del cambio climático y la salud en América
muestran que los aspectos más importantes son el estrés por calor, malaria, dengue,
cólera y otras enfermedades relacionadas con el agua. La malaria es un riesgo alto de
salud en Latinoamérica, donde 262 millones de personas (31% de la población) viven en
regiones tropicales y sub-tropicales con algún riesgo potencial de transmisión. Se espera
que el cambio ambiental global afecte profundamente la transmisión de los parásitos que
causan la malaria humana. Entre los factores de cambio antropogénicos, la deforestación
es la más notable y se proyecta que su tasa se incremente en las próximas décadas
(Guerra, Snow y Hay, 2006).
Algunas proyecciones indican una disminución en la estacionalidad de la malaria en
muchas regiones donde de pronostican reducciones en las precipitaciones como en
Centroamérica. Los resultados reportan un número adicional de personas en riesgo en
áreas alrededor del límite sur de la zona de distribución de la enfermedad en Suramérica.
Se pronostica un posible incremento en la incidencia de malaria en el 2010 en el caso de
Nicaragua, así como variaciones estacionales. El incremento de la malaria y la población
en riesgo puede impactar los costos de los servicios de salud, incluyendo el tratamiento y
los pagos de seguridad social (Magrin y Gay, 2007).
Se han estimado los riesgos relativos de diversas enfermedades (tasa de incidencia de
los expuestos/tasa de incidencia de los no expuestos) para el año 2030 en
Centroamérica. Los riesgos relativos más altos fueron para las muertes por inundaciones,
34
diarrea, malaria y dengue. Otros modelos han proyectado un incremento importante en el
número de personas en riesgo de dengue debido a cambios en los límites geográficos de
transmisión de la enfermedad en México y otros países. Algunos modelos sugieren
cambios en la distribución espacial (dispersión) de los vectores de enfermedades (Magrin
y Gay, 2007).
El cambio climático incrementará el riesgo de incendios forestales (Magrin y Gay, 2007).El
humo ha sido asociado con la irritación de la garganta, pulmones y ojos y problemas
respiratorios. El incremento en extremos del clima asociados con el cambio climático
causaría daño físico, desplazamiento de la población y efectos adversos en la producción
de alimentos y en la disponibilidad y calidad de agua fresca. También incrementaría el
riesgo de infecciones y enfermedades transmitidas por vectores. El cambio climático
impacta el rango geográfico, estacionalidad y la tasa de incidencia de enfermedades
como la malaria. Los cambios ecológicos relacionados con el clima pueden expandir la
transmisión del cólera, particularmente entre poblaciones en las áreas bajas de las costas
tropicales. Las condiciones de El Niño podrían afectar la incidencia de enfermedades
infecciosas. El calentamiento de los océanos incrementaría las toxinas sensibles a la
temperatura producidas por el fitoplancton que ocasionarían una mayor contaminación de
los mariscos (Moreno, 2006).
FIGURA A9. ÍNDICE DE MALARIA PARA MESOAMÉRICA Y EL CARIBE
Fuente: elaboración con información de Maplecroft, con base en datos de United Nations Millenium
Development Database y World Health Organization Global Health Atlas
La pérdida de ozono estratosférico y los rayos ultravioleta han ocasionado que la
población no-fotoadaptada en Chile se exponga a un espectro de radiación ultravioleta
alterado, con lo que se incrementa el riesgo de eritema y fotocarcinogénesis. La tasa de
35
este tipo de cáncer se ha incrementado de un 5,43 a un 7,94 por 100 000 (Magrin y Gay,
2007).
La migración humana que resulte de la sequía, degradación ambiental y otras razones
económicas puede contribuir con la dispersión de enfermedades en formas no esperadas
y puede aparecer nuevos sitios para el apareamiento de los vectores debido al incremento
de la pobreza en las zonas urbanas y deforestación y degradación ambiental en las áreas
rurales (Magrin y Gay, 2007).
36