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Transcript
El Programa UN-REDD en un mundo post- Copenhague
Por Laura Ruth Gimenez1
El pasado 27 de mayo 58 países2 firmaban en Oslo el documento de la
Colaboración Forestal Mundial de REDD+, que fue desarrollado por representantes de
los gobiernos y asociaciones de la sociedad civil, con la intención de coordinar e
intensificar las actividades y programas de REDD+, previendo para este propósito un
incremento de los fondos destinados a la iniciativa. El documento renueva las
esperanzas sobre la voluntad política de los Estados en el combate contra el cambio
climático tras la decepción de Copenhague.
UN-REDD
El Programa de las Naciones Unidas para la Reducción de las Emisiones
Derivadas de la Deforestación y la Degradación Forestal en los Países en Desarrollo fue
desarrollado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP) y el
Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) con el fin de reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la deforestación, alentando la
recuperación y preservación de bosques en países en desarrollo a cambio de una
1La autora es estudiante de abogacía e investigadora del programa Gobernabilidad Global en el Centro de
Derechos Humanos y Ambiente, Córdoba, Argentina.
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Angola, Argentina, Australia, Bélgica, Brasil, Burundi, Camboya, Camerún, Canadá, República
Centroafricana, Chad, China, Colombia, Costa Rica, República Democrática del Congo, Dinamarca,
República Dominicana, Ecuador, Guinea Ecuatorial, Finlandia, Francia, Gabón, Ghana, Guyana, India,
Indonesia, Italia, Japón, Kenya, Laos, Malasia, Malí, México, Nepal, Países Bajos, Nigeria, Noruega,
Panamá, Papúa Nueva Guinea, Perú, Filipinas, República de Congo, Ruanda , Santo Tomé y Príncipe,
Singapur, Eslovenia, Sudáfrica, Corea del Sur, España, Suecia, Suiza, Tailandia, Togo, Uganda, Reino
Unido, Estados Unidos y Vietnam.
GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS
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retribución económica a cargo de países en desarrollo, dando a los bosques un valor
monetario basado en su capacidad de captación de carbono.
Con su reconceptualización como REDD+, la iniciativa incluye también el
financiamiento de actividades de conservación, manejo sustentable de bosques y el
aumento en el stock de carbono forestal.
El programa UN-REDD apoya el financiamiento de procesos nacionales REDD +
y promueve el involucramiento informado y sustancial de todos los actores
involucrados, incluyendo Pueblos Indígenas y otras comunidades dependientes de los
bosques en la implementación de programas REDD +, tanto nacionales como
internacionales. El programa trabaja además para generar conciencia y consenso
internacional acerca de la importancia de incluir los mecanismos REDD + en un futuro
acuerdo sobre Cambio Climático post-2012.
UN – REDD Cambio Climático y Derechos Humanos
La conservación de los bosques y su recuperación es de vital importancia en el
contexto del cambio climático, dados los servicios ambientales que brindan, desde que
cumplen funciones de captación de agua, protección de los suelos y captura de
carbono, determinando también el equilibrio de las cuencas hídricas. De no
desacelerarse la tasa actual de deforestación a nivel mundial no existe posibilidad de
revertir el cambio climático. En el mundo se destruyen anualmente 13 millones de
hectáreas de bosques. Más de medio millón de esas hectáreas se destruyen en
Argentina. Aproximadamente el 20% de los gases efecto invernadero emitidos son
producto de la deforestación.
Debe considerarse especialmente que del bosque dependen directa e
indirectamente numerosas comunidades aborígenes y campesinas que interactúan con
él, en tanto constituye la fuente de su modo de vida y su economía, representando
para estas comunidades un sobresaliente valor cultural. Paralelamente la degradación
de los bosques repercute en el reasentamiento involuntario o la directa expulsión de
estas comunidades que generalmente conviven con altos niveles de pobreza,
comprometiéndose seriamente sus derechos esenciales, sus costumbres, su salud y
calidad de vida en líneas generales.
Esto cobra valor en relación con las principales preocupaciones de las
Organizaciones de la Sociedad Civil en torno al programa UN-REDD, que encontraron
su máxima expresión en la última Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio
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Climático y los Derechos de la Madre Tierra del 22 de abril de 2010, en Cochabamba,
Bolivia, donde representantes de los Pueblos Indígenas manifestaron:
“Condenamos los mecanismos de mercado, como el mecanismo de REDD
(reducción de emisiones por la deforestación y degradación de bosques) y sus
versiones + y ++, que están violando la soberanía de los Pueblos y su derecho al
consentimiento libre, previo e informado, así como a la soberanía de Estados
nacionales, y viola los derechos, usos y costumbres de los Pueblos y los Derechos de la
Naturaleza.
Los países contaminadores están obligados a transferir de manera directa los
recursos económicos y tecnológicos para pagar la restauración y mantenimiento de los
bosques y selvas, en favor de los pueblos y estructuras orgánicas ancestrales
indígenas, originarias, campesinas. Esto deberá ser una compensación directa y
adicional a las fuentes de financiamiento comprometidas por los países desarrollados,
fuera del mercado de carbono y nunca sirviendo como las compensaciones de carbono
(offsets). Demandamos a los países a detener las iniciativas locales en bosques y
selvas basados en mecanismos de mercado y que proponen resultados inexistentes y
condicionados. Exigimos a los gobiernos un programa mundial de restauración de
bosques nativos y selvas, dirigido y administrado por los pueblos, implementando
semillas forestales, frutales y de flora autóctona.”
Las iniciativas vinculadas a REDD+ podrían proporcionar a los pueblos un
soporte político y técnico, siempre que los gobiernos decidan que las prácticas
forestales locales contribuyen a la captación de carbono. Sin embargo, al atribuirse a
los bosques un valor monetario, existe el riesgo de que en lugares donde los derechos
de propiedad territorial no son claros, nuevos conflictos surjan entre las comunidades
indígenas y locales, así como entre ellas y el Estado. Los mecanismos REDD podrían
excluir a las poblaciones locales de los procesos de implementación así como de la
repartición de beneficios, y posiblemente hasta expulsarlos de sus propios territorios.
Es importante recordar que el Reporte de la Oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos en enero de 2009, indica que el cambio
climático amenaza el disfrute de una amplia gama de los derechos humanos, que si
bien no necesariamente constituye una violación, las normas de derechos humanos
generan para los Estados deberes que incluyen la obligación de cooperación
internacional. Y en este sentido subraya que “el cambio climático sólo puede
combatirse eficazmente mediante la cooperación de todos los miembros de la
comunidad internacional”.
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La posibilidad de aplicar este enfoque de derechos humanos al cambio
climático, que no está igualmente considerada en todos los mecanismos de Pago por
Servicios Ambientales, ni siquiera en todas las iniciativas globales de REDD+ (como el
Forest Investment Program y el Forest Carbon Partership Facility del Banco Mundial) se
convierte en un gran valor que sin duda puede afectar la forma en que el mecanismo
sea aplicado.
La Colaboración Forestal
El Objetivo central de la Colaboración es contribuir a la lucha mundial contra el
cambio climático, actuando como una plataforma provisional que los socios puedan
incrementar las acciones y el financiamiento para REDD+, tomando para ello medidas
inmediatas que comprendan mejorar la eficacia, transparencia y coordinación de las
iniciativas y los instrumentos financieros REDD+, para facilitar entre otras cosas la
transferencia de conocimiento, el aumento de las capacidades y las medidas de
mitigación, así como el desarrollo y transferencia de tecnología.
La Colaboración Forestal es una consecuencia del Acuerdo de Copenhague que
destacó el papel crucial de REDD para mitigar el cambio climático, previendo fondos
específicos para el período 2010-2012.
Entre las medidas operacionales vinculadas a los mecanismos de cumplimiento
de la estrategia, el reciente documento se refiere a: la creación de una base de datos
transparente y accesible para conjugar los esfuerzos entre las diversas iniciativas de
REDD+ globales, identificando las brechas y superposiciones de financiamiento para su
análisis y coordinación; promover y facilitar la cooperación Sur-Sur entre los países y
entre redes regionales de REDD+, así como con iniciativas multi y bilaterales; organizar
talleres y canales de comunicación para el intercambio constante de informaciones
acerca lecciones y mejores prácticas de REDD+; y desarrollar mecanismos formales
para que las partes interesadas participen de este esfuerzo conjunto, entre otras
medidas3.
El Secretariado de UNREDD y FCPF auxiliará La Colaboración, ya que no se
pretende crear un nuevo órgano o institución. La Colaboración tendrá cuatro
presidentes sucesivos: de Brasil, Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Francia, en tanto la
3
Un listado completo de las estrategias previstas en el documento pueden ser encontradas en el Apéndice
II: http://www.oslocfc2010.no/pop.cfm?FuseAction=Doc&pAction=View&pDocumentId=25017.
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Ministra del Medio Ambiente, Izabella Teixeira, se ha ofrecido a recepcionar la próxima
reunión en julio de este año.
Es de vital importancia que la colaboración mundial sobre REDD+ incorpore
iniciativas de REDD+ existentes y nuevas dentro de un marco coherente, armonizando
los marcos y las políticas ambientales existentes en los países asociados, al mismo
tiempo que los documentos vigentes en materia de Derechos Humanos. Es
esperanzador que el documento de Oslo en tanto establece un conjunto de objetivos
compartidos y compromisos en cuanto a las acciones y los recursos de financiación, la
alineación de fuerzas en torno a directrices comunes, y medidas concretas para
mejorar la transparencia y la coordinación, a fin de impulsar las iniciativas de REDD+
como herramienta en la lucha contra el cambio climático.
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BIBLIOGRAFÍA
Report of the Office of the United Nations High Commissioner for Human Rights on the
Relationship Between Climate Change and Human Rights, U.N. Doc. A/HRC/10/61
(Jan. 15, 2009).
REDD+ Partnership Delaration (Oslo Climate and Forest Conference, 27 May
2010)
http://www.oslocfc2010.no/pop.cfm?FuseAction=Doc&pAction=View&pDocument
Id=25017.
“REDD+ in the Post-Copenhagen World: recommendations for the interim public
finance” Instituto de Pesquisa Ambiental da Amazonia, (IPAM Brazil) Woods Hole
Research Center, (WHRC, USA), Forest Trends (USA), Global Eco-Rescue
(Switzerland), Tropical Forest Group (USA), Environmental Defense Fund (EDF,
USA), University of Colorado, Boulder (USA), & CEDESAM (Brazil)
Qué podríamos lograr en la Conferencia de Oslo sobre el Clima y los Bosques. “Human
Rights Framework” for International Carbon Markets, Amazon Watch April 2010
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