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ITINERARIO III
III
EL SER HUMANO Y SU ADAPTACIÓN
A LOS RIESGOS NATURALES
ITINERARIO III
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Las barreras dinámicas
La protección antidesprendimientos
El cono de deyección de la Comella
Las inundaciones
Los canchales
Los menairons
Se recomienda ir bien calzado y llevar agua.
Font de Ferrús:
desnivel de 180 m, 45’ para subir y bajar
III
EL SER HUMANO Y SU ADAPTACIÓN
A LOS RIESGOS NATURALES
En 1940, 1600 personas vivían en Andorra la Vella y en la
actualidad el censo total es de 24.678 residentes (año
2008). La población del Principado se ha incrementado, por
consiguiente, de manera muy importante en los últimos años.
Esto ha hecho que hayamos necesitado más infraestructuras, viviendas y servicios. Así pues, hemos tenido que ocupar
territorio que tradicionalmente se había destinado a usos primarios como la agricultura y la ganadería. Algunos de estos
territorios ocupados se ven sometidos a riesgos geológicos,
como deslizamientos, avalanchas, inundaciones... En estas
situaciones, se tiene que convivir con el riesgo. Como éste
no siempre se puede eliminar, debemos protegernos de él.
Existen diversas medidas de protección. Algunas implican
obras permanentes, como los rastrillos para evitar el desencadenamiento de avalanchas o bien las redes antidesprendimientos. Otras son de tipo temporal, como por ejemplo la
educación de la población para saber actuar ante un riesgo
o bien las actuaciones de evacuación y confinamiento.
Desprendimiento
sobre el edificio
El Bon Repòs, el 21
de enero de 1997.
ANA. SFG G-6397
Las barreras dinámicas
Una parte de las rocas de Andorra la Vella y sus alrededores son rocas de
origen magmático llamadas ‘granodioritas’. Éstas primero estaban enterradas, y después, al salir a la superficie, se enfriaron y se descomprimieron.
Durante dicho proceso quedaron afectadas por toda una serie de fracturas. Las condiciones climatológicas a las que están sometidas dichas
rocas en la actualidad, alternan episodios de temperaturas moderadas,
donde las fracturas pueden quedar llenas de agua, y episodios mucho más
fríos, donde dicha agua se congela, aumenta de volumen y acaba rompiendo la roca. Estos procesos se llaman ciclos de hielo-deshielo y son muy
comunes en todo el Pirineo. Provocan una disgregación del macizo rocoso en bloques de tamaños variables.
Episodio del desprendimiento de El Bon Repòs
El 21 de enero de 1997, un episodio de precipitaciones provocó que un
bloque de granodiorita de grandes dimensiones (25 m3) se desprendiera
de la montaña e impactara sobre el edificio El Bon Repòs de Santa
Coloma. El bloque atravesó la pared del cuarto piso y cayó verticalmente
hasta el subterráneo del edificio.
Después de este acontecimiento, se llevaron a cabo una serie de estudios
sobre el riesgo de desprendimientos que concluyeron que debían hacerse
obras de protección sobre la zona habitable.
Redes que sujetan
un bloque caído en
Santa Coloma, el 20
de abril del 2008
La protección antidesprendimientos
La montaña está abarrotada de barreras. Existen dos tipos de protecciones, unas que están directamente dispuestas contra las paredes de roca
con el objetivo de evitar su desprendimiento, que se llaman redes o mallas,
y otras que son las que tenéis a vuestro alrededor, llamadas barreras dinámicas. Estas actúan parando los bloques durante la caída, y absorben la
energía con diferentes mecanismos, normalmente por roce y por deformación de las estructuras. Las que encontramos en esta zona pueden aguantar hasta 5000 kilojulios de energía, lo que equivale a lanzar diez coches
desde 32 metros de altura.
Riesgo residual
Dado que no podemos llenar la montaña de redes y otros elementos de
seguridad, y además éstos a partir de una cierta energía ya no son eficaces, siempre habrá alguna zona que quede más expuesta a la caída de bloques. Esto significa que no podemos eliminar del todo el riesgo, siempre
quedará un riesgo residual. Debemos ser conscientes de que existe este
riesgo y aprender a convivir con él.
El cono de deyección de la Comella
Toda esta área de forma circular que tenemos delante de nosotros es el
cono de deyección de la Comella.
Un cono de deyección es un depósito de materiales sueltos que son arrastrados por un arroyo o un torrente montaña abajo.
El cono de deyección es la parte más baja de lo que llamamos una cuenca de montaña. Las cuencas de montaña como la de la Comella están formadas, en su parte superior, por un relieve abrupto, llamado cuenca de
recepción, recorrida por torrentes que confluyen en un canal central llamado canal de desguace. Éste desemboca en la parte superior del cono de
deyección. A partir de este punto, los sedimentos que transporta el torrente empiezan a depositarse dando forma al cono.
No hay casos recientes documentados de problemas en el cono de deyección de la Comella, de hecho la cuenca de recepción se ve bastante vegetada. La vegetación dificulta en buena parte las avenidas de torrentes, pero
no las impide completamente. Por ello no se descarta que en el futuro
pueda producirse alguna.
Cono de deyección
de la Comella.
Foto aerea 1970.
Govern d’Andorra
Inundaciones de 1982.
ANA. Fons: FP
Autor Fèlix Peig
Las inundaciones
Todos los ríos discurren habitualmente por su cauce que circula por el
fondo del valle que, en este caso, es llano. A veces, sin embargo, los ríos
se desbordan de su cauce habitual y ocupan lo que se llama la llanura de
inundación.
Una inundación es el desbordamiento de un río, un arroyo o un torrente
más allá del canal por donde discurre habitualmente. Normalmente se
deben a un aumento de la cantidad de agua que baja causado por fuertes
lluvias o un derretimiento repentino de la nieve de las cabeceras de las
montañas. También se pueden dar por obturación del canal del río y posterior rotura de la barrera que ha ocasionado la obturación.
En Andorra hay diversos factores que facilitan que se den episodios de lluvias extraordinarias. Normalmente, dichas lluvias son en forma de tempestad localizada y el río o torrente adonde van a parar no puede canalizar
toda el agua que llega, lo que provoca su desbordamiento. En Andorra, las
épocas de mayor riesgo de sufrir dichas lluvias torrenciales son la primavera y el otoño.
Los días 6, 7 y 8 de noviembre de 1982, se registró un episodio de lluvias
extraordinarias en buena parte del Pirineo central y oriental. En Andorra,
estuvo lloviendo durante casi dos días de forma ininterrumpida y los ríos se
desbordaron, provocando daños materiales muy numerosos y 14 víctimas
mortales.
Los canchales
En climas fríos como el de Andorra, los procesos que tienen lugar en las
vertientes varían a lo largo del año. Durante el invierno, los procesos de vertiente predominantes son las avalanchas de nieve, mientras que cuando la
nieve desaparece predominan los procesos torrenciales, o sea, la bajada
violenta de agua y rocas hacia el fondo del valle.
En el Solà de Andorra la Vella, en el canal de Pedra Plana, se forman avalanchas y también funciona como torrente en momentos de lluvia. Al pie del
canal encontramos el canchal de la Pica, que es el resultado de la acumulación de todo el material que baja por el canal.
En el Principado de Andorra se han vivido numerosos episodios de avalanchas. Una avalancha es una masa de nieve que se mueve vertiente abajo a
causa de la gravedad. Existen diferentes tipos de avalanchas. Su desencadenamiento depende de muchos factores distintos como la calidad de la
nieve, su humedad, la pendiente de la vertiente, etc. Una avalancha puede
llegar a ser realmente muy destructiva como lo fue la de Arinsal de 1996.
Font de Ferrús:
desnivel de 180 m, 45’ para subir y bajar.
Se recomienda ir bien calzado y llevar agua.
Solà de Nadal
Los menairons
¿Creéis que todo lo que hemos visto hasta ahora es cierto? Algunos piensan que no, y que la roca que tenéis delante es la prueba irrefutable de ello.
Como podéis observar, quien estaba moviendo el bloque, dejó allí la alzaprima, seguramente porque se fue deprisa y corriendo. De hecho, fueron
los menairons los que trajeron esta roca hasta aquí y que probablemente
construyeron todos los canchales del Pirineo.
Los menairons o minairons son unos seres diminutos que viven en el
Pirineo. Los amos salen a recogerlos la noche de San Juan y los guardan
en un canuto de agujas. Cuando el amo los libera, los menairons saltan y
corren mientas preguntan “¿Qué haremos, qué diremos?”, y tan pronto
como se les ordena hacer algún trabajo, ellos lo hacen rápidamente, por
muy pesado que sea. En cambio, si se les libera por error y no se les da
trabajo ni conversación, los menairons pueden llegar a matar a su amo.
Cuentan que a veces, algunos mozos, picados por la curiosidad, abrían el
canuto de agujas de sus amos para ver qué había dentro. Cuando los
menairons salían del canuto, los mozos se apresuraban a darles algún trabajo, que normalmente consistía en recoger todas las piedras que encontraran alrededor y amontonarlas en algún lugar.
En realidad, éste es el origen de los chancales de Andorra y del resto de
los Pirineos, algún mozo chismoso que tuvo que dar trabajo a los menairons para que no le extrangularan. Aún ahora, si salís al bosque la noche
de San Juan, quizás podréis ver alguno...
cenma
Centre d’estudis de la neu i de la muntanya d’Andorra
Los itinerarios interpretativos y las zonas temáticas son parte esencial de la
Anella Verda (Anillo Verde) de Andorra la Vella, estructurados por un conjunto de valores naturales, culturales y sociológicos, permitiéndonos conocer los recursos existentes y la organización social a través de la historia, y
mostrándonos como ha evolucionado la parroquia y como se ha ido configurando el espacio urbano.
Dipòsit legal: AND. 384-2009
El Anillo Verde es un continuo natural alrededor de la ciudad, articulado por
un grupo de enclaves de alto valor ecológico, paisajístico, histórico y cultural, y que permite valorar ambiental y socioculturalmente la periferia de la
ciudad.
Información
Oficina de Turismo
Plaza de la Rotonda s/n
AD500 Andorra la Vella
Tel.: 00376 873 103
[email protected]
[email protected]
www.andorralavella.ad/anellaverda