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IES RAMÓN Y CAJAL –Nº 016 – MARZO 2011 FICHA TÉCNICA: NOVIEMBRE Dirección: Achero Mañas. País: España. Año: 2002. Duración: 104 min. Interpretación: Óscar Jaenada (Alfredo), Ingrid Rubio/Paloma Lorena (Lucía), Juan Díaz/Juan Margallo (Daniel), Javier Ríos/Ángel Facio (Juan), Adriana Domínguez/Amparo Valle (Alicia), Jordi Padrosa/Fernando Conde (Imanol), Juanma Rodríguez/Juan Diego (Pedro), Nuria Gago/Amparo Baró (Helena), Héctor Alterio (Yuta). Guión: Achero Mañas; con la colaboración de Federico Mañas. Producción ejecutiva: José Antonio Félez. Sabías que Música: Eduardo Arbide. La película “Noviembre”, por sus Fotografía: Juan Carlos Gómez. concepciones tanto cinematográficas como Montaje: Nacho Ruiz Capillas. en Dirección artística: Federico G. Cambero. las propuestas del grupo teatral Noviembre representado, y también por su forma de realización, tiene que ver con el Vestuario: Nereida Bonmati. movimiento fílmico Estreno en España: 26 Septiembre 2003. Dogme 95 que fue desarrollado en 1995 por los directores daneses Lars von Trier, Thomas Vinterberg, Kristian Levring y Soren Kragh-Jacobsen. Su meta es producir películas simples, sin modificaciones en la posproducción, poniendo énfasis en el desarrollo dramático. DOGMA 95. 1 Sinopsis: ¡Cierren las salas, el arte está en la calle! Empujado por el grito revolucionario y un espíritu que todavía conserva su barniz de idealismo, un joven Alfredo (Óscar Jaenada), decide crear “un arte más libre, hecho con el corazón, capaz de hacer que la gente se sienta viva”. Su concepto del teatro empieza más allá del escenario, se traslada a pie de calle, cara a cara con el público. Allí en una plaza cualquiera, en un parque o en la avenida más comercial de la ciudad, Alfredo y su grupo Noviembre comienzan la función: demonios que provocan a los paseantes, actuaciones de denuncia social, acciones llevadas al extremo que ponen en alerta a las fuerzas del orden público. No hay límites ni censuras, sólo hay ideas y todas valen si son capaces de conseguir que el espectador deje de ser espectador y pase a formar parte del guión; se sorprenda, se asuste, ría o llore. El teatro como la vida, la vida como el teatro… ya no hay diferencia. Frases sobresalientes El arte es un arma cargada de futuro ************ -¿Así que quieres cambiar el mundo...? -Pues sí, me encantaría cambiar este puto mundo. Y creo que todavía se puede. ************ Buenos díaaaaaaas. No se asusten. (Míralos tienen todos cara de acojonaos.) ¿Que se piensan que les vamos a pedir dinero? ¿Que les vamos a robar? ¿Que les vamos a mendigar? ¿Que les vamos a dar el palo verdad? Pues no. Están ustedes muy confundidos. Nosotros no queremos su dinero. Es más, nos da asco su dinero. ¿A que sí chavales? Síiiiii. ************ Queriamos cambiar el mundo, y desde luego, no lo conseguimos. Ahora lo que intento es que el mundo no me cambie a mi.. ************ -O sea...que lo haces por amor al arte, ¿no? -No, porque creo que es la única manera de hacerlo. Si coges el dinero al final acabas vendiéndote. ************ -¿Sabe por qué quiero hacer teatro? -Realmente tengo muchísimo interés en saber por qué has venido aquí. -Se lo voy a decir. Quiero hacer teatro porque quiero hacer algo por mí y por los demás. Quiero hacer teatro porque creo que sirve para comunicarse entre los seres humanos, porque creo que puede ser un camino hacia el entendimiento y hacia la comprensión. Por eso. 2 Cine y Teatro El Cine y el Teatro - 13 diferencias - Claudio Oroza El CINE El TEATRO 1-El cine- por su mismo origen- apela 1-El teatro, -principalmente por insuficiencia generalmente a una representación realista técnica - apela a la abstracción –Es decir, a la imaginación del espectador. 2-Ofrece multiples puntos de vista 2-En cambio, en el teatro el punto de vista es habitualmente único. 3-El espectador es ignorado desde el 3-El espectador puede o no ser ignorado .En el caso de Copenaghe, por ej. uno de los lugar de la acción ( o sea, desde la pantalla) personajes frecuentemente se dirige al publico. 4-La acción es exactamente la misma en 4- La acción es diferente en cada función, cada función dependiendo de la relación público-espectador, de la memoria o del estado de ánimo de cada actor. 5-La acción avanza ignorando al público inexorablemente, 5-La acción está en sintonía con el público, y ambas se interrelacionan 6-El cine posee el acercamiento, como 6-El teatro no posee acercamiento, pero tiene poderosísima arma expresiva presencia física y real de los personajes , como principal herramienta de seducción 7-En el cine, la imagen es extremadamente 7-En el teatro, y aunque la imagen es muy poderosa. importante, generalmente la palabra manda. 8-El cine, mayoritariamente, muestra 8-El teatro, mayoritariamente, cuenta, o insinúa. El teatro frecuentemente sugiere. 3 9-El cine “hipnotiza” al espectador (el llamado 9-El teatro, en cambio, exige una atención y estadio de indefensión) participación intelectual constante. (espectador pasivo) (espectador activo) 10-El campo extradiegético (desde la acción) no es habitualmente muy trabajadoDirectamente lo muestra con acciones paralelas o simultáneas. 11- La música habitual 10-En el teatro, el campo extradiegético es muy importante: Cuenta “el afuera” que es imposible de abarcar, a menos que también se elaboren escenas simultáneas extradiegética es muy 11-No lo es tanto. Se prefiere sonidos en vivo. (diegéticos) 12-En el cine el concepto de puesta en escena esta “tragado” por la edición, que la sustituye en la práctica. Al quedar confinada la escena a un mero (y maravilloso) rectángulo iluminado bidimensional, el tratamiento espacial se “aplana”, perdiendo importancia. Es aquí que el trabajo del editor cobra importancia.. 12-La puesta en escena es fundamental.Muchas veces hay un puestista y un director de actores.Aclaración: La puesta en escena es el tratamiento espacial de la acción, en la que se decide cómo y dónde van a moverse los actores, en que escenografía o espacio, y dónde va a estar el público ubicado y en qué intertextualidad. Esto es motivo de continuas e innovadoras investigaciones y desarrollos. 13: EL cine es unívoco en su referencia espacial: Siempre estará dentro de un rectángulo único. Mas grande, mas chico, 4/3 o panorámico, pero siempre una rectángulo en una pantalla con gente sentada inmóvil, observando 13-El teatro plantea diferentes tipos de visión: a) A la italiana, b) en hemiciclo ( o teatro griego) c) En escenarios paralelos o múltiples,d) teatro callejero, e) “teatro de intervención” que se realiza en colectivos o subtes o fábricas o locales comerciales, por ejemplo, entre las góndolas de un supermercado, f) teatro participativo , en el que el espectador convive con el actor, g) el llamado “teatro inmersivo” que envuelve sensorialmente al espectador. 4 El grupo Dogma 95 En 1995 Lars Von Trier y un grupo de directores entre ellos Thomas Vinterberg y Soren Kragh-Jacobsen dieron a conocer un documento en el que planteaban la necesidad de modificar la forma de realizar el relato cinematográfico. Ese documento resultó ser el impulso inicial de un movimiento llamado Dogma 95 (Dogme 95). Los directores en cuestión se comprometían a tratar sus películas respetando una serie de normas estrictas a partir de las cuales buscaban encontrar la verdad profunda. Las películas filmadas de acuerdo a este movimiento deben ser filmadas en escenarios naturales evitando las escenografías armadas en los estudios, con cámara en mano o al hombro, grabada con sonido directo y sin musicalizaciones especiales. Todas estas especificaciones buscan dar a la historia un tono más realista. Dogma era el intento más audaz y conspicuo de reinventar el cine desde JeanLuc Godard. Las películas Dogma, se caracterizan por lucir un certificado que otorga la autenticidad del proyecto y de un número de matrícula. Este certificado lo expide un comité de jueces que valoran la película y se ciernen que cumple con el voto de castidad. Si bien el voto de castidad dice en el número 9, que el formato de las películas deben ser en 35mm, se sabe que varias películas como La celebración y Los idiotas fueron hechas en video. Para lograr esto, establecieron una serie de reglas que en su conjunto llamanvoto de castidad. El manifiesto Dogma, traducido en su totalidad, es el siguiente: Actualmente, una tormenta tecnológica está causando furor, el resultado será la democratización suprema del cine. Por primera vez, no importa quién es el que hace las películas. Pero, cuanto más accesibles se hacen los medios, más importante es la vanguardia. No es algo accidental por lo que la vanguardia tiene connotaciones tecnológicas. La respuesta es la disciplina... debemos ponerles uniformes a nuestras películas, porque el cine individualista será por definición decadente. DOGMA 95, para levantarse en contra del cine individualista, presenta una serie de reglas indiscutibles conocidas como el voto de castidad. Previsiblemente el drama se ha convertido en el becerro de oro alrededor del cual todos bailamos. Hacer que la vida interior de los personajes justifique el argumento es demasiado complicado, y no es arte auténtico. Ya que, anteriormente, nunca las películas artificiales y las acciones superficiales recibieron toda la atención. El resultado es estéril. Una ternura ilusoria, un amor de ilusión. Actualmente, una tormenta tecnológica está causando furor: elevemos los cosméticos a Dios. Utilizando la nueva tecnología, cualquiera en todo momento puede lavar los últimos restos de verdad en un abrazo mortal a las sensaciones. Las ilusiones son todo lo que una película puede esconder. 5 DOGMA 95 se levanta contra el cine de ilusión, presenta una serie de reglas indiscutibles conocidas como el voto de castidad. Juro que me someteré a las reglas siguientes, establecidas y confirmadas por: 1. El rodaje debe realizarse en locación. Accesorios y decorados no pueden ser introducidos (si un accesorio en concreto es necesario para la historia, será preciso elegir uno de los exteriores en los que se encuentre este accesorio). 2. El sonido no debe ser producido separado de las imágenes y viceversa. (No se puede utilizar música, salvo si está presente en la escena en la que se rueda). 3. La cámara debe sostenerse en la mano. Cualquier movimiento -o inmovilidad- conseguido con la mano están autorizados. 4. La película tiene que ser en color. La iluminación especial no es aceptada. (Si hay poca luz, la escena debe ser cortada, o bien se puede montar sólo una luz sobre la cámara). 5. Los trucajes y filtros están prohibidos. 6. La película no debe contener ninguna acción superficial. (Muertos, armas, etc., en ningún caso). 7. Los cambios temporales y geográficos están prohibidos. (Es decir, que la película sucede aquí y ahora). 8. Las películas de género no son válidas. 9. El formato de la película debe ser en 35 mm. 10. El director no debe aparecer en los créditos. ¡Además, juro que como director me abstendré de todo gusto personal! Ya no soy un artista. Juro que me abstendré de crear una obra, porque considero que el instante es mucho más importante que la totalidad. Mi fin supremo será hacer que la verdad salga de mis personajes y del cuadro de la acción. Juro hacer esto por todos los medios posibles y al precio del buen gusto y de todo tipo de consideraciones estéticas. Así pronuncio mi voto de castidad. Copenhague, Lunes 13 de marzo de 1995 En nombre de Dogme 95, Lars von Trier - Thomas Vinterberg 6 Comentarios de Achero Mañas Desde que era un niño he estado, por razones familiares, relacionado con el mundo del teatro y guardo de estas vivencias muchísimos recuerdos. De todos ellos, hay uno que no se me olvidará y que ha sido el principal motivo que ha dado origen a esta película. En los años setenta, un grupo de actores creó una compañía de teatro independiente actuando en diferentes lugares del territorio nacional sin cobrar ni una peseta por su dedicación. Aquella compañía se llamaba El Piojo Picón y surge al mismo tiempo que otros grupos de teatro independientes que, sin ánimo de lucro, recorrieron España durante la época de la transición. La existencia de tales grupos, su lucha por hacer un teatro diferente, libre, independiente y gratuito sigue siendo para mí un misterio, en una sociedad como la de hoy, en donde cualquier forma de arte está obligatoriamente sometida, como el resto de cosas, incluidos los seres humanos, a las leyes imperativas del mercado. Es cierto que este teatro utópico y libre se dio en circunstancias especiales y en una época determinada, pero... ¿Qué pasaría ahora si surgiera un grupo teatral como los que aparecieron entonces? ¿Podría darse en la década de los noventa un grupo con el mismo espíritu, o parecido? ¿De qué forma surgiría? ¿Tendría algo por lo que luchar? ¿Cuál sería su sentido ahora? ¿Cómo reaccionaría el público? ¿Qué pasaría si el teatro volviera a la calle? ¿Aportaría algo? Y lo que es más importante, ¿podría sobrevivir? ¿Qué pensarían sus integrantes pasados cuarenta años? ¿Pensarían lo mismo que piensan los actores de los grupos de entonces en este momento? Noviembre ha sido un intento de dar respuesta a esas preguntas. Alfredo Baeza, protagonista y líder del grupo independiente Noviembre, cree en el arte y cree, como creyeron los artistas de principios del siglo pasado, y también los grupos independientes de teatro de finales de los setenta: que a través de su arte puede cambiar el mundo, o mejor dicho, el estado de las cosas. Ese idealismo, considerado ahora por una gran mayoría utópico, en donde no sólo el arte, sino también la política y la economía estaban dominados por un sentimiento colectivo y un deseo de cambio en la sociedad, convierten a Alfredo y a los demás integrantes del grupo en personajes completamente anacrónicos, quijotescos, abocados inevitablemente al fracaso. Sobre todo, en una sociedad dominada por el individualismo, con un sentido claramente materialista y en donde la gente no cree ya prácticamente en nada. 7 Luchar contra ese escepticismo y volver a creer en la utopía es el principal sentido del grupo independiente Noviembre. Alfredo quiere luchar contra ese estatismo que simbólicamente está encarnado en su hermano Alejandro, quiere luchar contra esa ceguera, contra esa parálisis que ha vivido tan de cerca y sobre todo quiere hacer algo para provocar una reacción: “lo que sea”. No quiere ver a la gente inmóvil, muerta en vida, sin reaccionar, como ve a su hermano Alejandro; quiere que lo que hace provoque algo, que mueva algo, en definitiva: que trascienda. Ésa es la principal razón de la creación de Noviembre. La elección del teatro es un pretexto extrapolable a cualquier otro entorno dentro de nuestra sociedad. Alfredo, y con él Noviembre, son la llave que abre la puerta a algo nuevo que a su vez tendrá que ser renovado por otra tendencia, u otro movimiento, en el momento que éste haya entrado en su periodo de decadencia. De esta manera se evitará cualquier forma de absolutismo, de verdad inamovible que pueda llevarnos a una única y exclusiva forma de pensamiento, ya sea en el arte, en la política o en cualquier otro ámbito. Noviembre es principalmente el movimiento frente al estancamiento de las ideas, frente al escepticismo como principal asesino de toda forma de positivismo, de generador de movimiento, y por lo tanto de creación, de futuro, de vida. Gabriel Celaya decía que la poesía era un arma cargada de futuro. Creo que el arte, y el teatro en particular son y deben ser un arma. Un arma cargada de ideas, de palabras, pero también de contradicción, de paradoja; un arma, por encima de todo, inconformista que nunca pierda el sentido de la autocrítica. Alfredo y Noviembre simbolizan el sueño, la ilusión de que todavía el mundo y las cosas se pueden cambiar. 8 CRÍTICAS Por Julio Rodríguez Chico Pobre defensa de la utopía […] La historia se cuenta desde el año 2040, cuando unos actores ya maduros evocan ante las cámaras a Alfredo, y al grupo de teatro por él creado y en el que ellos se iniciaron. Sus testimonios salpican la película e ilustran su evolución entre 1998 y 2001, al hilo de cada una de las obras interpretadas o de la problemática surgida cuando se pretendía romper con lo establecido. Su vocación de querer cambiar un mundo podrido, individualista y materialista a partir del arte dramático se plasma en un Manifiesto y un Decálogo –necesaria se hace la referencia al Dogma 95 danés–, con una apuesta por la libertad, la independencia, la improvisación y la comunicación con la gente sin que medien los artificios del teatro convencional, así como la negativa a percibir ingresos por ese trabajo. Todo un programa tan interesante como utópico, donde se mezclan la realidad de lo vivido y la ficción de lo representado hasta confundirse en la misma persona de Alfredo: de su propia vida saca éste la fuerza y el convencimiento de lo que debe ser el teatro, instrumento de comunicación entre los hombres para hacerlos mejores, de la misma manera que a él le sirvió para querer a su hermano Alejandro, parapléjico, objeto de sus cuidados desde niño; tan fuerte es su fidelidad a una idea y a un ser querido que cuando ha traicionado sus propios principios entiende que también lo ha hecho a su hermano, que en el fondo se constituye como auténtico catalizador ausente de toda la trayectoria del grupo. Una primera fase del grupo callejero nos habla del teatro popular y de diversión, con aires provocativos, que busca la reacción espontánea del viandante anónimo ante una representación rompedora, a veces soez y perturbadora. La policía será la causante indirecta de su giro hacia lo que llaman teatro documental, con interpretaciones de papeles reivindicativos y sociales como el de un ciego, un mendigo o una drogadicta, hasta llegar a abordar el tema del terrorismo en 'Atentado', obra que actuará como desencadenante del resto de la historia; entonces mejor que en ningún otro momento asistimos a cómo la ficción invade la vida y la suplanta. A estas alturas, el lector entenderá que estamos ante una película comprometida, que plantea interesantes reflexiones acerca del arte como vehículo de transformación de la sociedad, o del teatro –y el cine– como reflejo de la realidad hasta poder presentarse incluso más verosímil que ella misma. La estructura del film como falso documental, con sus dos tiempos y el tono nostálgico de los entrevistados, dan veracidad a lo contado e invita a la reflexión de ese mundo idealista y utópico, más propio sin embargo de otra época que de la década de los noventa. […] 9 Por Miguel Á. Refoyo Un grito de libertad y autonomía […]Para su segundo largometraje, Achero imagina un futuro donde varios actores veteranos recuerdan unos hechos ocurridos a finales de la década de los 90 y evocan un grupo de teatro independiente y callejero que formaron con la intención de provocar y renovar el arte, llevándolo hasta sus últimas consecuencias. Esta premisa, original y discordante, sediciosa y libre, le sirve a Mañas para abordar una película combativa y militante que, a través de sus números de calle rodados con cámara digital y en lugares públicos con gente real, denuncia de forma desvergonzada y valiente todos aquellos componentes que cercenan la creación artística desde su idea y su génesis. Con ello, Mañas formula una arriesgada declaración de principios que delata brutalmente al poder económico dentro del arte, los trámites para obtener los permisos institucionales, las leyes del mercado, las normas preestablecidas o la inmunda burocracia que rodea al mundo artístico. "Noviembre" es un dogma de fe, una creencia ciega con respeto y certidumbre a lo que se cuenta, con un sentido de libertad colmado de idealismo, de sueño grupal casi utópico, pero maravilloso en sus conceptos genéricos. La idea que expone el cineasta y guionista se sitúa desde su prólogo en una violenta defensa de la libre autonomía creativa en toda su condición, en contra de un pensamiento único, rebasando fronteras y llegando al extremo, incluso excediendo las barreras de lo políticamente incorrecto para llegar a la insubordinación moral y social (revelado en los impactantes performances „Atentado‟ y „Mesías‟). Algo que, como bien se puede presuponer, alberga un cierto riesgo de fatalidad y peligro. Mañas compone una hermosa historia coral, encabezada por un convincente Óscar Jaenada, subvertida en un alegato a la libertad de expresión, a la transgresión creativa como revulsivo a la nimiedad cultural que asola y padece el arte moderno. [… Dramática, valiente y drástica en sus conceptos, "Noviembre" es una gran película que, lamentablemente, contiene en su columna vertebral una errónea y equívoca forma narrativa, como es ese falso documental que dirige la acción. […] Aún así, "Noviembre" no deja de ser una magnífica película, digna de ser considerada como uno de los mejores filmes nacionales de lo que va de año. Por si fuera poco, encuentra en el alma del grupo al joven Janeada, apoyado en unos extraordinarios sustentos interpretativos como son Ingrid Rubio (su ratificación definitiva como excelente actriz), Juan Díaz, Javier Ríos y todos y cada uno de los actores que hablan desde el futuro y presente de una historia que, más allá de su condición fílmica, está proponiendo un incontestable discurso de mirada diáfana ante una imposible utopía que incluye en su fondo la autenticidad del arte. Achero Mañas puede estar satisfecho, ya que ha logrado subir un listón de sublimadas alturas gracias, sobre todo, a la ilusión y amplio convencimiento en su obra, sugiriendo y haciendo pensar. 10 Por Mateo Sancho Cardiel […] Así, “Noviembre” es la crónica viva de unos ideales, desde su insobornabilidad a su decadencia, hilada a través de la evolución de un grupo de teatro callejero que crea un manifiesto para agarrar sus principios y hacerlos sólidos. Aunque herede cierta pretensión de la parte más negativa y rancia de la plataforma de actores del “No a la guerra”, también guarda su magnanimidad y su compromiso, su campo abierto a la esperanza, su aroma de obra popular, de cuento juglar con vocación movilizadora. Mañas afronta el reto de crear los números teatrales en la propia calle y es en ese riesgo donde sabe exprimir los mejo-res resultados, donde impregna más pasión y donde los intérpretes ofrecen trabajos más brillantes. Pero alrededor de ese centro neurálgico sobre el que la película alcanza su calidad notable, el ritmo, la verosimilitud y la vehemencia de su mensaje quedan diluidos, rebajados hasta el bloqueo momentáneo de la inmersión del espectador en la historia al toparse con evidentes elementos “de relleno”. Las entrevistas a los personajes en un futuro muy improbable, así como ese prólogo mal engarzado en el que se critica la enseñanza de método, desprenden cierto histerismo narrativo que supone un borrón en lo que en realidad es un filme de lo más destacable. Porque lo cierto es que la valentía, la humildad y la técnica con la que el joven director enhebra la historia y le da su dimensión de verdad convierten “Noviembre” en una historia de entusiasmo combativo contagioso, de sentimientos cercanos y de ejemplarizante ilusión e idealismo. La iniciativa sin ánimo de lucro de cambiar el mundo a través del teatro es, en su inviabilidad, el gran canto a la ensoñación que impulsa a la película hacia su gran emotividad, lo que implica al espectador en cada número, en esas frenéticas e imaginativas performances que, con cámara al hombro y con improvisación interpretativa, nos ofrecen un espectáculo fresco y casi único en el cine español, una sensación de presencia física muy positiva para el resultado final de esta arriesgada obra. En su arduo proyecto ha enrolado a actores de la nueva generación con resultados fantásticos: Óscar Jaenada, asume con carisma dentro y fuera de la pantalla el liderazgo del grupo, mientras que Ingrid Rubio aporta sensibilidad y pasión, Juan Díaz, brío y humor… y así hasta un completo e impecable reparto joven que no tiene su correspondencia en calidad en la parte veterana del reparto, con las excepciones de Juan Diego y Amparo Baró. Afortunadamente, son los primeros los que llevan todo el peso de la película, los que cargan con la responsabilidad –en su enérgica entrega a sus papeles– de que la película se desplome hacia el ridículo total o bien emerja como una interesantísima y entretenida muestra que, con sus errores incluidos, merece ser vista. 11