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TEMA: Descripción histológica y bases fisiológicas del sistema
endocrino: estructura microscópica. Hormonas: estructura
química y acción biológica. Funciones de control y
regulación.
Esquema:
1. Introducción
2. Histología del tejido endocrino
3. Fisiología del sistema endocrino.
3.1 Función de las principales glándulas endocrinas
3.2 Regulación de la secreción hormonal
3.3 Sensibilidad de la célula diana
4. Hormonas
4.1 Estructura química
4.2 Acción biológica
5. Conclusiones
6. Bibliografía
1. INTRODUCCIÓN
Una niña se transforma en una mujer. Una mujer puede quedarse
embarazada y dar a luz a un nuevo ser. Un bebé crece y madura. Los
riñones son capaces de eliminar más o menos agua en la orina en
función del estado de hidratación del organismo. Nuestro cuerpo puede
funcionar más deprisa (ej. mayor frecuencia cardíaca y frecuencia
respiratoria durante el ejercicio físico) o más despacio (ej. menor
frecuencia cardíaca y menor frecuencia respiratoria durante el sueño)
según los requerimientos energéticos de cada momento. Todos estos y
más procesos fisiológicos que tienen lugar en el organismo cada día,
desde antes incluso de nacer, son regulados por el Sistema Endocrino.
El Sistema Endocrino está formado por glándulas endocrinas,
encargadas de regular mediante la liberación de hormonas específicas
la función de diversos tejidos.
Este sistema no trabaja independientemente, sino que lo hace en
estrecha coordinación con el Sistema Nervioso. Ambos pueden
denominarse Sistema Neuroendocrino, y su objetivo es mantener la
homeostasia del organismo, mantener su estabilidad frente a estímulos
externos e internos.
El Sistema Nervioso controla directamente la acción de músculos y
glándulas, mientras que el Sistema Endocrino puede regular la mayoría
de las células del cuerpo. Por otro lado, los efectos del Sistema Nervioso
son rápidos y breves, mientras que los efectos del Sistema Endocrino
son lentos pero muy duraderos.
2. HISTOLOGÍA DEL TEJIDO ENDOCRINO
Una glándula es un órgano formado por células epiteliales
especializadas en fabricar y segregar algún líquido o sustancia (epitelio
glandular). Cuando la glándula tiene un conducto que vierte ese líquido
o sustancia directamente en algún órgano hueco o al exterior (ej. jugos
gástricos que segregan las células del estómago, jugos pancreáticos
que segrega el páncreas, sudor que segregan las glándulas
sudoríparas,...) se llama glándula exocrina. Si el líquido o sustancia que
fabrica y segrega la glándula es vertido directamente a la sangre (y sin
mediar ningún conducto), dicha glándula se conoce con el nombre de
glándula endocrina, y al producto que fabrica se le llama hormona.
Algunas glándulas no están formadas de tejido epitelial glandular, sino
de tejido neurosecretor: son neuronas especializadas que segregan
hormonas a la sangre en lugar de fabricar sustancias químicas para la
sinapsis (ej. neurohipófisis, médula suprarrenal).
Histológicamente hablando, podemos encontrar células diferentes en
determinados tejidos glandulares, como en la hipófisis:
Células acidófilas: células que se tiñen con colorantes ácidos. Entre
ellas nos encontramos a las células hipofisiarias que segregan
prolactina.
Células basófilas: células que se tiñen con colorantes básicos. Entre
ellas nos encontramos a las células hipofisiarias que segregan
hormonas trópicas (TSH, ACTH, FSH y LH) y hormona
melanocitoestimulante.
3. FISIOLOGÍA DEL SISTEMA ENDOCRINO
3.1 Función de las principales glándulas endocrinas
A. Hipotálamo
Órgano encefálico del sistema nervioso.
Contiene cuerpos celulares de neuronas secretoras que sintetizan
hormona antidiurética (ADH) y hormona oxitocina. Éstas son conducidas
dentro de vesículas a lo largo de los axones hasta la neurohipófisis,
donde permanecen almacenadas hasta recibir un estímulo hipotalámico
que las libere.
Por otro lado, el hipotálamo fabrica y libera hormonas que regulan la
función de la adenohipófisis:
Hormona liberadora de hormona de crecimiento (GRH). Estimula la
secreción de hormona de crecimiento.
Hormona inhibidora de hormona de crecimiento (GIH o somatostatina).
Inhibe la secreción de hormona de crecimiento.
Hormona liberadora de corticotropina (CRH). Estimula la secreción de
hormona adrenocorticotropa.
Hormona liberadora de tirotropina (TRH). Estimula la secreción de
hormona tirodeoestimulante.
Hormona liberadora de gonadotropina (GnRH). Estimula la secreción de
gonadotropinas (FSH y LH).
Hormona liberadora de prolactina (PRH). Estimula la secreción de
prolactina.
Hormona inhibidora de prolactica (PIH). Inhibe la secreción de
prolactina.
Estas hormonas liberadoras e inhibidoras son sintetizadas y vertidas por
neuronas hipotalámicas neurosecretoras hacia la sangre del sistema
porta hipofisiario. Este sistema está formado por vasos sanguíneos que
circulan directamente del hipotálamo a la hipófisis, sin pasar por la
circulación sistémica.
En situaciones de estrés (físico o mental), la corteza cerebral envía
impulsos nerviosos al hipotálamo, estimulando a éste a segregar sus
hormonas liberadoras. Por ello se dice que el hipotálamo es el eslabón
del Sistema Nervioso y del Sistema Endocrino. Pero esta unión cuerpomente va mucho más allá. La corteza cerebral no se limita solamente a
recibir información sensorial, integrarla e iniciar impulsos motores hacia
músculos o glándulas, sino que ella misma, sin estimulación sensitiva,
simplemente a partir de sus emociones y sentimientos, puede provocar
impulsos nerviosos que estimulen al hipotálamo. Esto explica porqué el
estado mental puede influir en el estado físico (relación psicosomática) y
viceversa, el estado físico en la mente (relación somatopsíquica).
B. Hipófisis (glándula pituitaria)
Situada en la silla turca del esfenoides (hueso del cráneo). Mide poco
más de 1 cm y pesa menos de 1 gr. Está conectada al hipotálamo
mediante un tallo denominado infundíbulo.
a. Adenohipófisis
Así se llama a la parte delantera de la hipófisis. Contiene células
somatotropas (sintetizan hormona del crecimiento), corticotropas
(sintetizan hormona adrenocorticotropa y hormona estimulante de los
melanocitos), tirotropas (sintetizan hormona estimulante del tiroides),
lactotropas (sintetizan prolactina) y gonadotropas (sintetizan hormona
luteinizante y hormona foliculoestimulante).
Hormona de crecimiento (GH o STH, también llamada somatotropina):
estimula el crecimiento corporal (especialmente de los huesos y
músculos, aunque también de otros tejidos). Esto es debido a que la GH
actúa sobre el hígado, haciéndole producir ciertos factores de
crecimiento que aceleran el transporte de aminoácidos a las células del
organismo (por tanto, favorece la síntesis o anabolismo protéico,
principal molécula constructora de los tejidos). Además, la GH fomenta
la degradación de lípidos como fuente de energía (los libera a la sangre
para que sean usados como combustible por las células), inhibiendo
indirectamente el metabolismo de glúcidos como primera fuente
energética (lo que produce hiperglucemia). Se libera a lo largo de todo el
día, pero sobre todo 2-4 h tras haber comido y 1 h tras iniciar el sueño
profundo.
Prolactina (PRL). Durante el embarazo estimula el desarrollo mamario e,
inmediatamente tras el parto, prepara a las glándulas mamarias
(concretamente a las células secretoras alveolares) para la producción
láctea. La producción de leche por parte de las células alveolares no se
puede iniciar ni mantener sin prolactina.
Hormona
estimulante
de
los
melanocitos
(MSH
o
melanocitoestimulante). Estimula a los melanocitos de la piel a que
sinteticen y liberen el pigmento melanina. Es probable que la MSH, junto
con otras hormonas oscurecedoras de la piel (ACTH, estrógenos y
progesterona) colaboren para regular la pigmentación cutánea normal.
Hormonas trópicas (su órgano diana son otras glándulas endocrinas):
Hormona tiroideoestimulante (TSH o tirotropina). Fomenta y mantiene el
crecimiento y desarrollo de la glándula tiroides, y la estimula para que
libere sus hormonas tiroideas.
Hormona adrenocorticotropa (ACTH o adrenocorticotropina). Fomenta y
mantiene el crecimiento y desarrollo de la corteza de la glándula
suprarrenal, y la estimula para que libere sus hormonas.
Hormona foliculoestimulante (FSH). En la mujer estimula los folículos
primarios del ovario, haciendo que éstos maduren el óvulo que
contienen en su interior y liberen estrógenos. En el varón estimula el
desarrollo de los conductos seminíferos de los testículos y mantiene en
ellos la espermatogénesis.
Hormona luteinizante (LH). En la mujer estimula la ovulación (salida del
óvulo maduro del folículo primario) y el mantenimiento posterior del
cuerpo lúteo (folículo sin ovario) para que este secrete progesterona (y
algo de estrógenos). En el varón, estimula a las células intersticiales del
testículo para que sinteticen y liberen testosterona.
La FSH y la LH también se llaman gonadotropinas porque actúan sobre
las gónadas u órganos sexuales (ovarios y testículos). En la pubertad es
cuando comienzan a ser sintetizadas y liberadas de forma importante
(hasta entonces su concentración era insignificante).
b. Neurohipófisis
Así se llama a la parte posterior de la hipófisis. Hasta ella llegan los
axones que contienen vesículas con hormonas hipotalámicas. Es el
“almacén” de las hormonas que fabrica el propio hipotálamo
(concretamente el cuerpo celular de las neuronas neurosecretoras del
núcleo supraóptico y paraventricular), y la hipófisis las libera cuando él
se lo manda (a través de un impulso nervioso).
ADH (hormona antidiurética o vasopresina). Cuando el cuerpo se
deshidrata, la presión osmótica de la sangre (más concentrada) es
detectada por los osmorreceptores hipotalámicos. Éstos inician entonces
el impulso nervioso que dará lugar a la liberación de ADH. Esta hormona
favorece la retención hídrica, ya que actúa sobre los conductos
colectores de la nefrona haciéndolos más permeables al agua. Esto
provoca una mayor reabsorción de esta molécula hacia el líquido
intersticial y, por tanto, hacia los capilares sanguíneos circundantes. Por
tanto, la orina aparecerá más concentrada y escasa, mientras que la
sangre se diluirá y ganará volumen.
Cuando la sangre está muy diluída (ej. hemos bebido mucho líquido), su
presión osmótica disminuye, por lo que el hipotálamo ordena a la
neurohipófisis segregar menos ADH. Consecuentemente, en los túbulos
colectores se reabsorbe menos agua y la orina aparece más abundante
y diluída.
La diabetes insípida es una enfermedad en la cual la neurohipófisis deja
de secretar ADH, o bien el riñón deja de ser sensible a esta hormona,
por lo que el sujeto que la padece no reabsorbe agua eficientemente en
el conducto colector. Esto le conduce a orinar abundantemente (en
ocasiones hasta 20 litros diarios), lo que puede producirle la muerte por
deshidratación.
Oxitocina. Produce las contracciones del miometrio durante el parto y
estimula la liberación de leche durante la lactancia (gracias a su acción,
las células alveolares que producen la leche la vierten hacia los
conductos galactóforos, desde donde puede ser extraída por succión).
Durante la lactancia materna, la alta concentración de oxitocina en
sangre provoca contracciones uterina leves ("entuertos"), que ayudan a
que el miometrio recobre su tamaño y posición normal.
La oxitocina es la única hormona regulada por retroalimentación
positiva: un cambio en la variable (aumento de oxitocina en sangre en
respuesta a la presión pélvica del feto o a la succión del bebé lactante)
es estímulo para que se inicien los mecanismos que siguen
incrementando y reforzando dicho cambio (la neurohipófisis sigue siendo
estimulada para liberar aún más oxitocina). Es un sistema estimulador
creciente, hasta que algo detiene el proceso (expulsión del feto y restos
de la placenta, cese de la succión mamaria).
C. Tiroides
Situada por debajo del cartílago tiroides de la laringe, sobre la superficie
anterolateral de la parte superior de la tráquea. Está formada por dos
lóbulos interconectados por una estructura menos voluminosa
denominada istmo (lo que le da aspecto de “pajarita”). Pesa unos 30 gr.
La glándula tiroides está formada por unidades estructurales
denominadas folículos. Cada folículo es una esfera hueca tapizada
internamente por células de epitelio glandular cúbico simple. Estas
células foliculares fabrican un espeso líquido (llamado coloide tiroideo)
que rellena el interior del folículo.
Cuando recibe la estimulación de la TSH, la glándula tiroides sintetiza y
libera sus hormonas tiroxina o tetrayodotironina (T4), la más abundante,
y triyodotironina (T3), ambas conocidas familiarmente como hormonas
tiroideas. Éstas hormonas están fabricadas con yodo (una molécula de
T4 contiene 4 átomos de yodo, y una molécula de T3 contiene 3 átomos
de yodo) y se encuentran almacenadas en el coloide tiroideo. Dentro de
éste se hallan unidas a moléculas de globulina, formando la denominada
tiroglobulina. Cuando deben ser liberadas, las hormonas tiroideas se
separan de la globulina y salen a la sangre, donde se fijan a globulinas
plasmáticas. Una vez llegado a sus células diana, se disocian de estas
globulinas y se unen a los receptores específicos de membrana.
La T4 tarda más en disociarse, por lo que se une más lentamente a las
células diana que la T3. Por otra parte, la poca cantidad de T4 que llega
a los tejidos blanco suele convertirse en T3.
Su función es aumentar el metabolismo de todas las células del
organismo y, en los niños, estimularlas a que se desarrollen y crezcan.
La otra hormona que fabrica la glándula tiroides es la calcitonina. Es
fabricada por células situadas entre los folículos (células c).
Su función es hipocalcemiante, ya que retira el exceso de calcio de la
sangre y lo fija al hueso. Concretamente, se encarga de abastecer a los
osteoblastos (células óseas en pleno desarrollo, que captan calcio para
osificar o endurecer la sustancia matriz que los circunda) e inhibir a los
osteoclastos (células óseas en degeneración, que desprenden calcio de
su matriz circundante, descalcificándola y haciéndola más frágil).
Existe calcitonina en preparados comerciales (ej. spray nasal) como
tratamiento en pacientes con osteoporosis.
D. Paratiroides
Son cuatro (o cinco) pequeñas glándulas unidas dos a cada lado de la
parte posterior de los lóbulos de la tiroides.
Fabrican y liberan parathormona (también llamada hormona
paratiroidea). Esta hormona ejerce un efecto hipercalcemiante a través
de varios mecanismos:
-aumenta la absorción de calcio en el intestino. Para ello estimula a la
vitamina D (obtenida en los alimentos o sintetizada en la piel a partir del
colesterol), una de cuyas funciones es transportar el calcio ingerido a
través de la pared intestinal hasta la sangre.
-estimula a los osteoclastos (comentados en el apartado anterior), pues
la descalcificación ósea que éstos producen traslada el calcio
anteriormente fijado al hueso al torrente sanguíneo.
Como podemos apreciar, la calcitonina y la parathormona son hormonas
antagonistas (ejercen funciones opuestas), cuya actividad regula la
concentración de calcio en sangre (en caso de hipocalcemia actuará la
hormona paratiroidea, y en caso de hipercalcemia actuará la
calcitonina).
Una concentración adecuada de calcio en sangre es imprescindible para
el correcto funcionamiento de las neuronas, de los músculos, de ciertas
enzimas, para la coagulación sanguínea,... De hecho, la hipocalcemia
mantenida puede llegar a provocar espasmos musculares y
convulsiones; la hipercalcemia mantenida puede provocar estreñimiento,
letargo e incluso coma.
E. GLándulas suprarrenales (o adrenales)
Son dos, cada una encima de un riñón (por lo tanto, se encuentran
ubicadas en la cavidad abdominal y son retroperitoneales). Cada
glándula suprarrenal está formada por una parte externa o corteza
(cubierta de una cápsula de tejido conjuntivo) y por una parte interna o
médula.
a. Corteza suprarrenal
Formada por epitelio glandular distribuído en tres capas distintas: la más
externa es la zona glomerular (encargada de sintetizar
mineralocorticoides), la intermedia es la zona fasciculada (sus células
sintetizan glucocorticoides) y la más interna es la zona reticular (segrega
una pequeña cantidad de glucocorticoides y de hormonas sexuales).
Todas las hormonas de la corteza suprarrenal son esteroides, por lo que
a menudo se las llama corticosteroides o corticoides.
Los corticoides son liberados cuando la ACTH estimula a la corteza
suprarrenal.
-Mineralocorticoides
Son corticoides que regulan la cantidad corporal de ciertas sales
minerales. El más significativo es la hormona aldosterona, importante
reguladora de la presión arterial y cuya liberación está determinada por
el sistema renina-angiotensina-aldosterona, descrito a continuación:
Cuando aparece hipotensión secundaria a hipovolemia sanguínea y del
líquido intersticial, el aparato yuxtaglomerular del riñón (integrado por
células especiales situadas en la zona donde el túbulo contorneado
distal hace contacto con la arteriola aferente) libera a la sangre la
enzima renina. La renina es la encargada de convertir al
angiotensinógeno (proteína plasmática) en angiotensina I. La
angiotensina circulante, a su paso por los pulmones, es transformada
por una enzima pulmonar en angiotensina II, una hormona peptídica
activa. La angiotensina II provoca vasoconstricción (disminución del
diámetro de las arteriolas, venas y vénulas, lo que incrementa la presión
sanguínea) y es la responsable de que la corteza suprarrenal libere
aldosterona. La aldosterona se encarga de viajar hasta el riñón
(concretamente hasta los túbulos contorneados distales de la nefrona y
hasta los conductos colectores) para producir allí la reabsorción de sodio
(y agua) desde la orina hacia la sangre a cambio de la secreción de
potasio plasmático (bomba sodio-potasio) desde la sangre hacia la
orina, con lo que se aumenta el volumen sanguíneo y, por tanto, la
tensión arterial. El volumen de orina queda disminuído.
Una vez restablecida la tensión arterial, el mecanismo reninaangiotensina-aldosterona queda inhibido por retroalimentación negativa.
La aldosterona también es liberada a la sangre en caso de
hiperpotasemia (disminuye el potasio plasmático al intercambiarlo por
sodio de la nefrona).
-Glucocorticoides
Son hormonas que actúan sobre todas las células del organismo. La
más abundante y significativa es el cortisol (también llamado
hidrocortisona), aunque también se libera cortisona y corticosterona.
En general, sus funciones son:
•
•
•
•
•
•
estimulan la gluconeogénesis (formación de glucosa en las células
hepáticas a partir de aminoácidos o lípidos). Para ello previamente
inducen a la degradación protéica en todas las células del
organismo y así consiguen los aminoácidos que, vía sanguínea,
llegan hasta el hígado. Por tanto, producen pérdida de proteínas e
hiperglucemia.
inducen a usar el catabolismo lipídico como fuente de energía
celular, desplazando al catabolismo glucídico (que normalmente es
la primera fuente energética). Por lo tanto movilizan muchos lípidos
(los extraen de los adipocitos), algunos de los cuales son llevados al
hígado para la ya comentada gluconeogénesis.
presentan permisividad hormonal, pues sin ellos la adrenalina y la
noradrenalina no podrían ejercer la vasoconstricción que mantiene
la presión arterial. El exceso prolongado de glucocorticoides
produce hipertensión arterial.
su concentración elevada en sangre produce disminución de
eosinófilos (un tipo de leucocitos o glóbulos blancos) y atrofia de
tejidos linfáticos (especialmente timo y ganglios), lo que
directamente influye en el descenso de linfocitos circulantes y en la
producción de anticuerpos. Esto explica porqué su exceso produce
inmunosupresión, haciendo al organismo más susceptible a
infecciones.
junto con la hormona adrenalina, ejercen un efecto antiinflamatorio
en tejidos lesionados.
aumentan en situación de estrés (ya que es una situación de
máximo gasto energético que precisa de altos niveles de glucosa en
sangre).
-Gonadocorticoides
Son las hormonas sexuales segregadas por la corteza suprarrenal (tanto
en hombres como en mujeres). Suponen una cantidad prácticamente
insignificante de andrógenos (insuficientes para masculinizar a la mujer;
son responsables del crecimiento del vello púbico) y de estrógenos.
b. Médula suprarrenal
Formada por tejido neurosecretor (concretamente son neuronas
modificadas del sistema nervioso simpático). Esto explica por qué la
activación del sistema nervioso simpático (ej. ante una situación de
estrés físico o mental) estimula la acción de la médula suprarrenal.
Segrega las hormonas adrenalina (también llamada epinefrina) y
noradrenalina (la primera en un 80% y la segunda en un 20%), que
actúan ante el estrés y el estado de alerta (aumentan la frecuencia
cardíaca, la presión arterial, el gasto energético, elevan la glucemia y
desvían el riego sanguíneo hacia el corazón, encéfalo y músculos
esqueléticos). Su mecanismo de actuación es uniéndose a los
receptores adrenérgicos presentes en el miocardio, en el músculo liso
de algunas vísceras y en las células epiteliales de algunas glándulas,
con el objetivo de incrementar y prolongar los efectos producidos por los
nervios simpáticos.
F. Páncreas
Situado en la cavidad abdominal. Su cabeza, más ancha, se encuentra
junto al duodeno, y se prolonga horizontalmente por debajo del
estómago hasta que su cola, más estrecha, toca el bazo. Mide unos 1215 cm.
Es una glándula mixta, puesto que está formada por tejido exocrino (que
secreta jugos pancreáticos al duodeno) y por tejido endocrino.
Su parte endocrina la forman 1-2 millones de los denominados islotes de
Langerhans (suponen el 2-3% de la masa pancreática total y son más
abundantes en la cola). Cada uno de ellos está formado por cuatro tipos
diferentes de células:
a. Células alfa
Segregan glucagón. Esta hormona actúa en caso de hipoglucemia, pues
consigue un efecto hiperglucemiante mediante la estimulación de la
glucogenolisis hepática (disociación de glucógeno en moléculas de
glucosa) y la gluconeogénesis (también llevada a cabo en el hígado).
b. Células beta
Representan las tres cuartas partes de las células del islote. Se
encuentran en el centro de los islotes y su función es segregar insulina.
Se cree que también pueden segregar amilina, sustancia antagonista de
la insulina, y cuya hipersecreción puede ser la desencadenante de
algunas diabetes mellitus tipo II.
La insulina es una hormona que actúa en caso de hiperglucemia, pues
consigue un efecto hipoglucemiante. Esto es debido a que moviliza la
glucosa sanguínea hacia todas las células del organismo, dentro de las
cuales será utilizada como combustible energético de primera opción.
Para que la glucosa entre en la célula, la insulina debe estar unida a los
receptores de membrana específicos. Esta unión activa al receptor, que
en realidad es una cinasa de tirosina. Esta enzima actúa sobre otros
receptores insulínicos para potenciar su actividad. Asímismo, también
incrementa la actividad de otras proteínas, especialmente de la
denominada sustrato receptor de insulina (IRS). El IRS favorece el
transporte de la glucosa a través de la membrana plasmática.
La glucosa excedente es trasladada por la insulina hacia las células
hepáticas y del músculo esquelético para su almacenamiento en forma
de glucógeno (glucogénesis).
La insulina también regula el metabolismo lipídico y protéico: disminuye
la lipolisis como fuente energética (y almacena lípidos en los adipocitos)
y facilita el transporte de aminoácidos hacia las células (favoreciendo de
manera indirecta el anabolismo protéico).
c. Células delta
Segregan somatostatina. Al igual que la somatostatina hipotalámica,
esta hormona inhibe la secreción de hormona de crecimiento por parte
de la adenohipófisis. No obstante, la somatostatina pancreática actúa
principalmente inhibiendo la secreción de las otras hormonas del
páncreas (glucagón, insulina y polipéptido pancreático).
d. Células polipéptidas pancreáticas (también llamadas células F o PP)
Segregan polipéptido pancreático. Esta hormona es aún una
desconocida, pero se cree que influye en la absorción de nutrientes en
el tracto gastrointestinal.
G. Ovario
Son las dos gónadas (órganos sexuales) femeninas. Están situados en
la cavidad pélvica.
En la pubertad el hipotálamo estimula a la adenohipófisis para que ésta
fabrique y libere a la sangre gran cantidad de FSH y LH.
Cuando el ovario es estimulado por la FSH, varios folículos primarios de
su interior (conteniendo un óvulo inmaduro cada uno) comienzan su
desarrollo y maduran al óvulo que llevan dentro. Al mismo tiempo, las
células foliculares liberan estrógenos (hormonas sexuales femeninas),
entre los que se encuentran el estradiol y la estrona.
Los estrógenos son responsables de los caracteres sexuales primarios
(genitales femeninos) y del desarrollo y mantenimiento de los caracteres
sexuales secundarios que aparecen en la pubertad (ensanchamiento de
caderas y pelvis, distribución característica femenina de grasa y
músculo, desarrollo de las mamas, maduración genital). Los estrógenos
también ayudan a cicatrizar el endometrio tras cada menstruacion.
El folículo ovárico tarda en madurar unas dos semanas, coincidiendo
cuando la cantidad de estrógenos en sangre es muy elevada y cuando
la LH ha viajado también hasta el ovario. Es en este momento cuando el
folículo se rompe cerca de la pared del ovario, permitiendo la ovulación
(es decir, el óvulo ya maduro sale del ovario).
El folículo, ya sin óvulo, comienza a reabsorberse y adquiere un color
amarillento (por eso se le llama cuerpo amarillo o cuerpo lúteo), pero
sigue siendo útil durante otras dos semanas ya que, estimulado por la
hormona LH, comienza a fabricar progesterona (y cierta cantidad de
estrógenos), la otra gran hormona sexual femenina.
La progesterona es la hormona encargada de preparar al endometrio
para el embarazo (estimula la secreción de las glándulas endometriales
para favorecer la implantación del huevo o cigoto, retiene agua y
disminuye las contracciones uterinas).
Ciclo menstrual femenino: es el conjunto de procesos regulados por el
sistema nervioso central y las hormonas sexuales femeninas que
preparan al cuerpo para un posible embarazo. Este proceso dura unos
28 días, y se repite constantemente desde la primera regla (menarquia)
hasta la última regla (menopausia). El primer día del ciclo es el primer
día de la menstruación (descarga mensual a través de la vagina de
sangre y tejidos del endometrio); la ovulación tiene lugar alrededor del
día 14 del ciclo menstrual. A las dos semanas de la ovulación, si el óvulo
no ha sido fecundado, el nivel de hormonas sexuales femeninas
(progesterona y estrógenos) desciende muchísimo y el endometrio se
desgarra, teniendo lugar la menstruación.
Menopausia: es el cese de la función ovárica. El ovario se atrofia y ya no
responde a los estímulos de la FSH, por lo que deja de ovular y de
segregar estrógenos y progesterona. En la mayoría de las mujeres tiene
lugar entre los 45-50 años.
H. Testículos
Son las dos gónadas masculinas, situadas en el escroto. Están
formados por millones de diminutos conductos seminíferos (donde tiene
lugar la espermatogénesis), entre los cuales podemos encontrar células
intersticiales endocrinas productoras de andrógenos (hormonas
sexuales masculinas). El andrógeno más importante es la testosterona,
responsable de los caracteres sexuales primarios (genitales) y del
desarrollo y mantenimiento de los caracteres sexuales secundarios en el
varón (vello facial, desarrollo osteomuscular, engrosamiento de las
cuerdas vocales, vello púbico y axilar, maduración genital), así como de
la espermatogénesis.
Las gonadotropinas (especialmente la LH) son las encargadas de
estimular a las células intersticiales para que sinteticen y liberen
testosterona.
La FSH (y la testosterona) estimula la espermatogénesis en los
conductos seminíferos.
I. Glándula pineal o Epífisis
Pequeña glándula (mide aproximademente 1 cm) situada en la cavidad
craneal (concretamente en la parte posterior del encéfalo). Libera una
hormona llamada melatonina, encargada de ayudar al hipotálamo en la
regulación de los ritmos biológicos (ej. ciclo menstrual, ciclo de vigiliasueño, ciclo de apetito a lo largo del día).
La melatonina parece inducir el sueño y alteraciones emocionales
(humor depresivo). Es inhibida por la luz solar.
La epífisis también recibe estímulos visuales, lo que quizá explique que
sea capaz de determinar los ciclos de duración del día y las fases
lunares.
J. Placenta
Ubicada en el revestimiento interno del útero (endometrio), es el órgano
que permite el intercambio de nutrientes, gases y desechos metabólicos
entre el feto y la madre.
La placenta actúa como glándula ya que, desde el principio de su
formación y hasta el parto, sintetiza y libera hacia la sangre materna la
hormona gonadotropina coriónica (hCG). Esta hormona es la encargada
de seguir estimulando al cuerpo lúteo (cuerpo amarillo) para que no
cese de liberar progesterona y, por tanto, que se mantenga íntegro el
revestimiento uterino. Sin la hCG el endometrio se desgarraría y tendría
lugar un aborto.
K. Corazón
Además de su vital función dentro del sistema cardiovascular, el corazón
contiene células glandulares que sintetizan y secretan una hormona
denominada péptido natriurético auricular (también llamada ANP,
hormona natriurética auricular o ANH, factor natriurético auricular o ANF
o simplemente péptido auricular): es una hormona producida y
almacenada por células especiales del miocardio de las aurículas.
Cuando hay hipervolemia, las aurículas se distienden y estiran más de lo
habitual, estimulando la liberación del ANP. Éste actúa sobre las
arteriolas aferentes del riñón, dilatándolas (con lo que aumenta la tasa
de filtración glomerular), inhibe la reabsorción de sodio en los conductos
colectores renales, actúa sobre la corteza suprarrenal inhibiendo la
secreción de aldosterona (lo que de manera indirecta también disminuye
la reabsorción de sodio en la nefrona), y detiene la liberación de renina
por parte del aparato yuxtaglomerular (con lo cual, de manera directa,
inhibe al sistema renina-angiotensina-aldosterona). El ANP y el sistema
renina-angiotensina-aldosterona trabajan de manera antagónica para
regular el equilibrio hídrico, de sodio, y la tensión arterial.
Como hemos podido comprobar, son varios los mecanismos de
regulación hidroelectrolítica que inciden directamente sobre la regulación
de la tensión o presión arterial (la ADH y el sistema renina-angiotensinaaldosterona la suben y el Péptido natriurético auricular la baja).
L. Mucosa gástrica e intestinal
La mucosa del estómago y del intestino delgado contiene tejido
glandular exocrino (que secreta jugos digestivos e intestinales), así
como tejido glandular endocrino. Este último sintetiza y libera distintas
hormonas:
Gastrina: es liberada por células gástricas al ser estimuladas por el
contacto de alimentos protéicos parcialmente digeridos o por la
distensión del estómago. Sus células diana se encuentran en el propio
estómago, y se encargan de liberar jugo gástrico (rico en pepsina,
enzima proteolítica, y en ácido clorhídrico).
Secretina: es liberada por células duodenales al ser estimuladas por el
contacto de los alimentos ácidos, grasos y protéicos parcialmente
digeridos. Sus células diana se encuentran en el estómago (donde
reducen la secreción de ácido clorhídrico), en el páncreas (donde liberan
líquido pancreático pobre en enzimas y rico en sustancias alcalinas
como el bicarbonato) y en la vesícula biliar (la estimula a verter más bilis
en el duodeno, líquido encargado de emulsionar y facilitar la digestión de
lípidos).
Colecistocinina-pancreocimina (CCK): es liberada por células
duodenales en presencia de alimentos grasos, ácidos y proteínas
parcialmente digeridas. Sus células diana se encuentran en la vesícula
biliar (la estimula a verter su bilis), en el páncreas (estimula la secreción
de jugo pancreático rico en enzimas) y en el estómago (reduce la
secreción de ácido clorhídrico por parte de las células parietales).
Péptido gástrico inhibidor (GIP): es liberado por células duodenales en
presencia de grasas y quizás de otros nutrientes. Sus células diana se
encuentran en el estómago, y actúa sobre ellas inhibiendo la motilidad y
la secreción de jugos gástricos.
Péptido intestinal vasoactivo (VIP): es liberado por la mucosa intestinal
al ser estimulada por el ácido clorhídrico y los alimentos provenientes
del estómago. Sus células diana se encuentran en el propio intestino, y
actúa sobre ellas incrementando la producción de jugo intestinal (que
contiene bicarbonato, sustancia neutralizadora del ácido).
M. Timo
Glándula retroesternal situada en el mediastino. Comienza a atrofiarse a
partir de la pubertad.
Sintetiza y libera las hormonas timosina y timopoyetina, encargadas de
estimular la producción de linfocitos T (responsables, junto con otras
células, de la inmunidad específica).
3.2 Regulación de la secreción hormonal
La regulación del Sistema Endocrino se lleva a cabo de dos maneras,
mediante la actuación del Sistema Nervioso Central y mediante el
mecanismo de retroalimentación negativa.
A. Regulación por el Sistema Nervioso Central
El hipotálamo, órgano encefálico del Sistema Nervioso Central, tiene la
capacidad de regular a la glándula hipófisis, también situada en el
encéfalo. Lo puede hacer mediante:
-la liberación de hormonas hipotalámicas (hormonas liberadoras y
hormonas inhibidoras) encargadas de viajar hasta la hipófisis anterior
(adenohipófisis) y estimular la hipersecreción o hiposecreción de
determinadas hormonas hipofisiarias.
-asímismo, el hipotálamo contiene neuronas secretoras que sintetizan
hormonas hipotalámicas, y que posteriormente son almacenadas en la
parte posterior de la hipófisis (neurohipófisis). Ante los impulsos
nerviosos enviados desde el hipotálamo, la neurohipófisis liberará estas
hormonas.
Por otro lado, el Sistema Nervioso Central puede actuar directamente
sobre las glándulas endocrinas mediante la transmisión de impulsos
nerviosos a través de una vía nerviosa motora autónoma (sistema
nervioso simpático y parasimpático), como sería el caso de la liberación
de adrenalina por la médula suprarrenal ante una situación de estrés, o
la liberación de insulina pancreática ante una situación de
hiperglucemia.
B. Regulación por retroalimentación negativa
Los mecanismos de regulación mediante retroalimentación negativa son
mecanismos inhibidores. Detectan un cambio (por encima o por debajo)
de una variable (ej. nivel de glucosa en sangre) y ponen en marcha
acciones contrarias a ese cambio para restablecer la variable modificada
(ej. en caso de hiperglucemia, hacen lo posible por bajar la glucosa
sanguínea; en caso de hipoglucemia, hacen lo posible por subir la
glucosa sanguínea). Una vez restablecida dicha variable, es inhibido el
mecanismo que ha conseguido estabilizarla.
En general, las propias glándulas pueden ser sensibles a los cambios de
la variable que controlan y reaccionar ante ellos (aumentando o
disminuyendo su secreción hormonal hasta estabilizar la variable).
Por otro lado, el hipotálamo es sensible a los cambios en las variables
fisiológicas que controla (ej. temperatura corporal), así como a la
concentración de las hormonas adenohipofisiarias y de sus glándulas
diana (de manera que ante una alta concentración de éstas dará la
orden de cesar la secreción hormonal correspondiente, y ante una baja
concentración de las mismas ordenará aumentar la secreción hormonal
correspondiente). La adenohipófisis también es sensible a los cambios
en la variables fisiológicas que controla, así como a la concentración
sanguínea de las hormonas segregadas por sus células diana.
Ej. Un estímulo (ej.hiperglucemia) es percibido por su glándula
reguladora (ej. el páncreas) y, en ocasiones y de manera simultánea
también por el SNC, que da la orden para que se libere una hormona (ej.
ordena al páncreas que libere insulina). Esta hormona actúa sobre su
órgano diana (ej. la insulina actúa sobre todas las células del organismo,
facilitando que capten glucosa). Cuando el estímulo ha sido regulado (ej.
la glucemia retorna a un valor normal) la glándula disminuye la
producción hormonal (el páncreas detecta que la glucemia es normal y,
por tanto, deja de segregar insulina).
3.3 Sensibilidad de la célula diana
Los receptores hormonales de la célula diana se degradan y son
reemplazados por otros nuevos de manera periódica.
En ocasiones la célula puede formar receptores nuevos más rápido que
la degradación de los viejos, lo que hace a la célula apta para formar
más complejos hormona-receptor y, por tanto, más sensible a la acción
hormonal. Si, por el contrario, se degradan receptores a mayor velocidad
de la que son reemplazados, disminuye su número y, por tanto, la
sensibilidad de la célula a la acción hormonal.
No obstante, hay células con un número aceptable de receptores, pero
los cuales están lesionados o dañados y no son sustituídos.
Se cree que algunas personas con diabetes mellitus poseen células
menos sensibles a la insulina.
4. HORMONAS
4.1 Estructura química
A. Hormonas esteroideas
Son hormonas lipídicas, y, como tales, son insolubles en agua y están
formadas en gran parte por carbono, hidrógeno y oxígeno. Todas tienen
un núcleo esteroide de colesterol como base. En otras palabras: se
sintetizan a partir del colesterol.
Son liposolubles, por lo que pueden atravesar fácilmente la membrana
citoplasmática de las células diana (compuesta fundamentalmente por
fosfolípidos y colesterol).
Las hormonas esteroideas son las que libera la corteza suprarrenal
(cortisol, aldosterona), y las hormonas sexuales (estrógenos,
progesterona y testosterona).
B. Hormonas no esteroideas
Se sintetizan a partir de aminoácidos. Pueden ser:
Hormonas peptídicas: formadas por una cadena corta (menos de 100
aminoácidos). Ej. oxitocina, hormona andiurética, hormona liberadora de
tirotropina,
hormona
liberadora de
gonadotropina,
hormona
melanocitoestimulante, somatostatina, secretina, glucagón, hormona
adrenocorticotropa, calcitonina.
Hormonas protéicas: formadas por largas cadenas de aminoácidos
(insulina, hormona partiroidea, hormona de crecimiento, prolactina).
Hormonas glucoprotéicas: hormonas protéicas que contienen glúcidos
(hormona
foliculoestimulante,
hormona
luteinizante,
hormona
tiroideoestimulante, hormona gonadotropina coriónica).
Hormonas derivadas de aminoácidos simples: pueden ser de dos tipos,
las aminohormonas (sintetizadas a partir de un aminoácido tirosina), y
las formadas por una molécula de tirosina unida a átomos de yodo. La
adrenalina y noradrenalina pertenecen al primer grupo, y las hormonas
tiroideas al segundo grupo.
4.2 Acción biológica
Una vez fabricadas y liberadas por su glándula correspondiente, las
hormonas viajan por la sangre (recorriendo grandes distancias en
muchas ocasiones) hasta llegar a los tejidos diana apropiados. Las
"células diana" de una hormona son aquellas que poseen en su
membrana receptores específicos para su unión. Cada hormona sólo se
puede unir a los receptores específicos (preparados para ella) que hay
en su célula diana (célula u órgano donde tiene que actuar). Es un
mecanismo de “llave-cerradura” (la forma del receptor determina si la
hormona puede unirse o no). Cuando la hormona se une a su receptor
transmite la información a la célula diana de lo que tiene que hacer.
Una misma célula puede tener receptores para distintas hormonas, es
decir, puede ser la célula diana de varias hormonas.
Cuando una hormona se une a su receptor correspondiente, induce un
cambio en la célula diana. Este cambio puede ser la estimulación del
anabolismo de ciertas proteínas, la activación o inactivación de
determinadas enzimas, o la apertura o cierre de canales iónicos
específicos de la membrana citoplasmática.
Las glándulas liberan muchas más hormonas de las realmente
necesarias, ya que éstas viajan vía sanguínea por casi todas las partes
del cuerpo, incluso por zonas donde no tienen células diana, hasta
encontrar sus tejidos blanco. Las hormonas no utilizadas se excretan vía
renal o son degradadas.
A. Mecanismo de acción de las hormonas esteroideas
Las hormonas esteroideas viajan por la sangre unidas a proteínas
plasmáticas, puesto que ellas por sí mismas son insolubles en agua.
Una vez llegado a su tejido blanco, la hormona se separa de la proteína
y se dispone a actuar sobre su célula diana.
Al ser liposolubles, pueden atravesar fácilmente la membrana
plasmática, por lo que en muchas ocasiones sus receptores específicos
no se hallan en la superficie de la membrana celular, sino en el interior
de la célula (concretamente en el nucleoplasma). Sus receptores de
unión son móviles, se desplazan dentro del núcleo (hipótesis del
receptor móvil). Algunas hormonas precisan ser activadas por enzimas
para poder unirse a sus receptores y formar así el complejo hormonareceptor. Éste se une al ADN y activa cierta secuencia genética,
induciendo la formación de ARN mensajero, que sale hacia el
citoplasma y se une a los ribosomas para que comiencen a sintetizar
proteínas. A mayor cantidad de hormona, mayor será la acción de la
célula diana (producirá más proteína).
La transcripción de ARN mensajero y la síntesis de proteínas es un
proceso lento, por lo que los efectos causados por la hormona
esteroidea en el tejido blanco tardarán 45 minutos o incluso varios días
en llegar a su punto máximo.
B. Mecanismos de acción de las hormonas no esteroideas
Las hormonas no esteroideas sí son solubles en agua, por lo que viajan
libremente por la sangre.
a. Mecanismo de segundo mensajero o hipótesis del receptor fijo de
membrana
Una vez que llegan a su célula diana, se unen a receptores específicos
de la membrana citoplasmática, formando el complejo hormonareceptor. En ocasiones, este complejo es introducido en la célula
mediante endocitosis, donde sigue siendo activo hasta que es
desdoblado (probablemente para reutilizar el receptor).
El complejo hormona-receptor induce la formación de un "segundo
mensajero" intracelular, que activa una secuencia de reacciones
químicas hasta conseguir la respuesta buscada en la célula diana.
Ejemplo de segundo mensajero: la hormona no esteroidea ("primer
mensajero") se une al receptor de membrana. El complejo formado
provoca la unión de una proteína de membrana llamada proteína G a un
nucleótido llamado GTP (guanosinatrifosfato). Esta unión activa a la
adenilciclasa (una enzima de la membrana), la cual transforma ATP
(adenosintrifosfato) citoplasmático en AMPc (adenosinmonofosfato
cíclico). El AMPc es el "segundo mensajero", que viaja por el citoplasma
y activa a las enzimas proteincinasas, cuya función es activar a su vez a
otras enzimas específicas. La activación de estas enzimas específicas
era la finalidad del complejo hormona-receptor, es decir, el efecto
deseado de la célula diana.
Aunque la mayoría de las hormonas utilizan el AMPc, algunas usan
otros
segundos
mensajeros
(inositoltrifosfato
o
IP3,
guanosinamonofosfato o GMP cíclico, calcio unido a la molécula
calmodulina).
Este mecanismo, gracias a la cascada de reacciones, produce en la
célula diana un gran efecto en proporción a la cantidad de hormona
unida al receptor (cantidades pequeñas de hormona inducen una
respuesta potente en el tejido blanco). Además, es un mecanismo
rápido, ya que provoca una respuesta en segundos o minutos.
b. Mecanismo de receptor nuclear
Las hormonas tiroideas (T3 o triyodotironina y T4 o tiroxina) no siguen el
mecanismo de segundo mensajero. En su lugar, su diminuto tamaño les
permite introducirse en la célula diana y unirse a receptores fijos del
ADN, lo que provoca una respuesta análoga a la de las hormonas
esteroideas (transcripción de ARN mensajero y, por mediación de éste,
síntesis de proteínas en los ribosomas).
C. Combinaciones de hormonas
Sinergismo: distintas hormonas se unen simultánemente a la misma
célula diana, provocando en ella un efecto potenciador mayor que la
suma de los efectos de cada una por separado.
Permisividad: una pequeña cantidad de hormona es necesaria para que
otra pueda actuar sobre la misma célula diana. Ej. la adrenalina y la
noradrenalina necesitan la previa unión de glucocorticoides a su célula
diana para actuar en ella eficazmente.
Antagonismo: Una hormona produce en la célula diana el efecto
contrario que otra hormona. Ej. insulina y glucagón, calcitonina y
parathormona.
6. PATOLOGÍAS
6.1 Hipotiroidismo: La glándula tiroides segrega pocas hormonas, por
lo que el metabolismo de todas las células está disminuído. En los niños
el hipotiroidismo causa retraso mental y retraso en el crecimiento
(diagnosticado a tiempo se pone al niño en tratamiento con hormonas
tiroideas y así se previenen las consecuencias). En los adultos el
hipotiroidismo causa somnolencia contínua, astenia, lentitud de
pensamiento, sensación de frío, tendencia a la obesidad,...
A veces es causado por falta de yodo en la alimentación, en cuyo caso
puede desarrollarse bocio simple (la TSH hipofisiaria está
contínuamente intentando estimular a la tiroides para que secrete
hormonas y por eso la glándula se inflama). En este caso, la ingesta de
yodo (ej. sal yodada) elimina el problema y el bocio desaparece.
6.2 Hipertiroidismo: la glándula tiroides segrega demasiadas
hormonas, lo que aumenta el metabolismo de todas las células. Sus
signos/síntomas son nerviosismo, irritabilidad, tendencia a perder peso,
polifagia, sensación de calor, en ocasiones taquicardias, exoftalmos
(protusión de los globos oculares),...
La causa más común de hipertiroidismo es autoinmunitaria (ej.
enfermedad de Graves). La reacción autoinmune contra la glándula
tiroides también es causa de bocio.
6.3 Diabetes mellitus
Definición:
Efermedad crónica que puede deberse a diversos trastornos insulínicos,
entre los que nos encontramos: hiposecreción de insulina, secreción de
cantidad adecuada de insulina pero ésta es anómala, secreción de
cantidad adecuada de insulina pero los receptores citoplasmáticos
insulínicos de las células son escasos o anómalos, o hipersecreción de
amilina (hormona antagónica de la insulina).
En cualquier caso, el factor desencadenante suele ser multicausal:
predisposición genética, infección viral, nutrición inadecuada, obesidad,
trastornos autoinmunes, exposición a agentes lesivos.
Al no tener suficiente insulina o al no ser ésta eficaz, la glucosa se
queda acumulada en la sangre y no pasa al interior de las células, lo que
se denomina hiperglucemia (exceso de glucosa en la sangre, es decir,
“azúcar” alto en sangre).
Si a las células las falta glucosa empiezan a morirse de hambre
(incluídas las neuronas, que pueden dejar de funcionar y hacer que
entremos en coma).
Al no poder usar la glucosa, el cuerpo empieza a quemar lípidos, que sí
pueden entrar en la célula sin ayuda de la insulina; así, en las
mitocondrias celulares se puede fabricar también energía a partir de los
lípidos y el oxígeno. Pero esta opción no es buena mantenerla mucho
tiempo. ¿Por qué? Porque al quemar los lípidos se obtienen unos
productos de desecho que se llaman cuerpos cetónicos, que salen a la
sangre. El exceso de los cuerpos cetónicos en sangre acaba cambiando
el pH de ésta (la hace más ácida), con lo que empezamos a tener dolor
abdominal, náuseas, vómitos, aliento “a fruta”,… pudiendo terminar con
disminución de la consciencia, coma y muerte.
En resumen: cuando la célula no puede usar la glucosa entonces utiliza
lípidos, de donde salen cuerpos cetónicos y podemos desarrollar un
coma diabético (coma cetoacidósico).
Una persona con coma diabético que tiene hiperglucemia puede
recobrar la consciencia (“despertar”) rápidamente si la D.U.E. le pincha
insulina intravenosa.
Tipos de Diabetes Mellitus:
-Diabetes mellitus tipo 1
• Comienza en edad temprana (gente joven, incluso adolescente o niño)
• Suelen ser delgados
• El páncreas no produce NADA de insulina
• Insulinodependiente. Tratamiento con insulina pinchada vía
subcutánea todos los días (1,2 o 3 veces diarias), dieta y ejercicio.
• Alto riesgo de coma cetósico y de coma hipoglucémico (por pincharse
demasiada insulina)
-Diabetes mellitus tipo 2
• Comienza en edad adulta o vejez (mayores de 40 años)
• Suelen ser obesos
• El páncreas produce POCA insulina
• Tratamiento con dieta y ejercicio. A veces, si no mejoran, necesitan
tomar pastillas (antidiabéticos orales); si tampoco funcionan tendrán que
pincharse insulina
Signos y síntomas que se pueden dar en la diabetes mellitus:
-Poliuria: orinar muchas veces y en gran cantidad. Esto se debe a que la
hiperglucemia produce un filtrado glomerular en la nefrona de gran
cantidad de glucosa, tanta que se supera la capacidad renal de
reabsorber la glucosa hacia la sangre, permaneciendo ésta en la orina
(glucosuria). La alta concentración de glucosa en orina favorece el
aumento del volumen de agua en ésta (por ósmosis), dejando al
organismo deshidratado.
-Polidipsia: mucha sed. El organismo pide que bebamos mucho para así
reponer el agua perdida en la orina.
-Polifagia: “hambre”. Cuando a las células no las entra glucosa creen
que es debido a que no hay glucosa en sangre, por eso piden al sistema
nervioso que nos haga sentir hambre para comer algo y obtener la tan
necesitada glucosa.
-Glucosuria: glucosa en orina (ya comentada)
Complicaciones de la diabetes mellitus:
-Arterioesclerosis: la hiperglucemia daña la pared arterial, haciendo que
estos vasos sanguíneos pierdan elasticidad. Esto conduce a un
estrechamiento de la luz (del “hueco” por donde pasa la sangre) de las
arterias. Además, esta pérdida de elasticidad y daño de la pared
favorece la acumulación de colesterol (placas de ateroma), con lo que
aún se estrecha más la luz. Esta situación puede provocar isquemia en
algunas zonas y, por lo tanto, infartos (de miocardio, de cerebro, etc). La
arterioesclerosis también hace que disminuya el riego sanguíneo en la
periferia, por lo que las heridas cicatrizan peor e incluso se pueden
gangrenar.
A largo plazo, la arterioesclerosis también produce hipertensión arterial.
-Infecciones (en general): porque el exceso de glucosa en el líquido
intersticial sirve de nutriente a los microorganismos.
-Retinopatía: las arterias, dañadas por el exceso de glucosa, son menos
eficaces llevando sangre a todos los “rincones”. Tras 10-15 años de
isquemia en la retina, ésta se acaba dañando, incluso muchos
diabéticos desarrollan ceguera.
-Neuropatías: las neuronas quedan lesionadas por no poder usar la
glucosa, lo que hace tener menos reflejos y menos sensibilidad (al tacto,
dolor, temperatura,…), incluso se pueden dañar nervios importantes (ej.
Nervio que inerva la vejiga, lo que puede favorecer retención urinaria).
-Nefropatías: la hiperglucemia daña las arteriolas y capilares del riñón,
así como la pared de la nefrona. La nefrona dañada se convierte en un
“colador” con agujeros más grandes, dejando paso a sustancias que en
condiciones normales no deberían filtrarse desde la sangre al riñón. La
aparición de proteinuria/microalbuminuria es señal de que el riñón ha
sido dañado.
-Colelitiasis: piedras en la vesícula biliar (por la hiperlipemia secundaria
al no aprovechamiento de glucosa en las células)
6.4 Enfermedad de addison: la corteza suprarrenal apenas segrega
aldosterona y cortisol, por lo que el organismo no es capaz de
reaccionar ante una situación de tensión o estrés; en los casos más
graves, incluso una infección leve puede causar la muerte del paciente.
Puede cursar con hipoglucemia, hipopotasemia, exceso de sodio en
sangre, deshidratación y pérdida de peso.
6.5 Enfermedad de cushing: se debe a exceso de corticoides en
sangre (por medicación o porque la corteza suprarrenal segrega
demasiados). Cursa con hiperglucemia y a veces causa diabetes
mellitus permanente, inmunosupresión, acúmulo de grasa en cara,
hombros y tronco, hipertensión arterial.
7. CONCLUSIONES
El excelente trabajo conjunto del Sistema Nervioso y el Sistema
Endocrino es la clave de la regulación de numerosos procesos
fisiológicos del organismo.
Para mantener el equilibrio interno (homeostasia), todas las variables del
cuerpo deben estár controladas estrechamente (temperatura,
concentración de iones en sangre, volumen de líquidos,...). Por ello son
vigiladas por el sistema neuroendocrino, capaz de detectar los cambios
producidos en las mismas y poner en marcha los mecanismos que los
restablezcan dentro de unos valores compatibles con la vida.
Las glándulas endocrinas, mediante la secreción de sus mensajeros
químicos (hormonas), son las encargadas (junto al sistema nervioso) de
responder a dichos cambios e intentar inducir en los tejidos diana a los
que se unen sus hormonas los efectos oportunos que mantengan la
estabilidad de las variables.
Nos encontramos numerosos ejemplos de hormonas antagónicas que
regulan perfectamente determinados procesos: la insulina disminuye la
glucosa sanguínea en caso de hiperglucemia, mientras que el glucagón
la sube en caso de hipoglucemia (la ACTH y la hormona de crecimiento
también son hiperglucemiantes), la calcitonina disminuye el calcio
sanguíneo en caso de hipercalcemia, mientras que la parathormona lo
sube en caso de hipocalcemia. El predominio de la acción de cada una
no es aleatorio, sino que responde a las necesidades del organismo en
cada instante.
Otros procesos no vitales para el sujeto, pero también importantes, son
regulados por hormonas. Es el caso del ciclo mentrual femenino, por
ejemplo. Sin la acción de las gonadotropinas hipofisiarias (FSH y LH) no
sería posible la maduración del óvulo, ni la ovulación ni, en definitiva, la
concepción y creación de un nuevo ser.
8. BIBLIOGRAFÍA
•
•
•
•
“Anatomía y fisiología” Gary A. Thibodeau, Kevin T. Patton. Ediciones
Harcourt, S.A. Año 2000.
“Biología” Eldra Peral Solomon, Linda R. Berg, Diana W. Martin.
McGraw-Hill Interamericana Editores S. A. Año 2001. Quinta edición.
“Enfermería medico-quirúrgica” Brunner y Suddarth. Suzanne C.
Smeltzer, Brenda G. Bare. McGraw-Hill Interamericana Editores S.A.
Año 2002. Novena edición.
“Diccionario Mosby” Medicina, enfermería y ciencias de la salud.
Quinta edición. Ediciones Harcourt, S.A. Año 2000