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TEMA: Descripción histológica y bases fisiológicas del sistema endocrino: estructura microscópica. Hormonas: estructura química y acción biológica. Funciones de control y regulación. Esquema: 1. Introducción 2. Histología del tejido endocrino 3. Fisiología del sistema endocrino. 3.1 Función de las principales glándulas endocrinas 3.2 Regulación de la secreción hormonal 3.3 Sensibilidad de la célula diana 4. Hormonas 4.1 Estructura química 4.2 Acción biológica 5. Conclusiones 6. Bibliografía 1. INTRODUCCIÓN Una niña se transforma en una mujer. Una mujer puede quedarse embarazada y dar a luz a un nuevo ser. Un bebé crece y madura. Los riñones son capaces de eliminar más o menos agua en la orina en función del estado de hidratación del organismo. Nuestro cuerpo puede funcionar más deprisa (ej. mayor frecuencia cardíaca y frecuencia respiratoria durante el ejercicio físico) o más despacio (ej. menor frecuencia cardíaca y menor frecuencia respiratoria durante el sueño) según los requerimientos energéticos de cada momento. Todos estos y más procesos fisiológicos que tienen lugar en el organismo cada día, desde antes incluso de nacer, son regulados por el Sistema Endocrino. El Sistema Endocrino está formado por glándulas endocrinas, encargadas de regular mediante la liberación de hormonas específicas la función de diversos tejidos. Este sistema no trabaja independientemente, sino que lo hace en estrecha coordinación con el Sistema Nervioso. Ambos pueden denominarse Sistema Neuroendocrino, y su objetivo es mantener la homeostasia del organismo, mantener su estabilidad frente a estímulos externos e internos. El Sistema Nervioso controla directamente la acción de músculos y glándulas, mientras que el Sistema Endocrino puede regular la mayoría de las células del cuerpo. Por otro lado, los efectos del Sistema Nervioso son rápidos y breves, mientras que los efectos del Sistema Endocrino son lentos pero muy duraderos. 2. HISTOLOGÍA DEL TEJIDO ENDOCRINO Una glándula es un órgano formado por células epiteliales especializadas en fabricar y segregar algún líquido o sustancia (epitelio glandular). Cuando la glándula tiene un conducto que vierte ese líquido o sustancia directamente en algún órgano hueco o al exterior (ej. jugos gástricos que segregan las células del estómago, jugos pancreáticos que segrega el páncreas, sudor que segregan las glándulas sudoríparas,...) se llama glándula exocrina. Si el líquido o sustancia que fabrica y segrega la glándula es vertido directamente a la sangre (y sin mediar ningún conducto), dicha glándula se conoce con el nombre de glándula endocrina, y al producto que fabrica se le llama hormona. Algunas glándulas no están formadas de tejido epitelial glandular, sino de tejido neurosecretor: son neuronas especializadas que segregan hormonas a la sangre en lugar de fabricar sustancias químicas para la sinapsis (ej. neurohipófisis, médula suprarrenal). Histológicamente hablando, podemos encontrar células diferentes en determinados tejidos glandulares, como en la hipófisis: Células acidófilas: células que se tiñen con colorantes ácidos. Entre ellas nos encontramos a las células hipofisiarias que segregan prolactina. Células basófilas: células que se tiñen con colorantes básicos. Entre ellas nos encontramos a las células hipofisiarias que segregan hormonas trópicas (TSH, ACTH, FSH y LH) y hormona melanocitoestimulante. 3. FISIOLOGÍA DEL SISTEMA ENDOCRINO 3.1 Función de las principales glándulas endocrinas A. Hipotálamo Órgano encefálico del sistema nervioso. Contiene cuerpos celulares de neuronas secretoras que sintetizan hormona antidiurética (ADH) y hormona oxitocina. Éstas son conducidas dentro de vesículas a lo largo de los axones hasta la neurohipófisis, donde permanecen almacenadas hasta recibir un estímulo hipotalámico que las libere. Por otro lado, el hipotálamo fabrica y libera hormonas que regulan la función de la adenohipófisis: Hormona liberadora de hormona de crecimiento (GRH). Estimula la secreción de hormona de crecimiento. Hormona inhibidora de hormona de crecimiento (GIH o somatostatina). Inhibe la secreción de hormona de crecimiento. Hormona liberadora de corticotropina (CRH). Estimula la secreción de hormona adrenocorticotropa. Hormona liberadora de tirotropina (TRH). Estimula la secreción de hormona tirodeoestimulante. Hormona liberadora de gonadotropina (GnRH). Estimula la secreción de gonadotropinas (FSH y LH). Hormona liberadora de prolactina (PRH). Estimula la secreción de prolactina. Hormona inhibidora de prolactica (PIH). Inhibe la secreción de prolactina. Estas hormonas liberadoras e inhibidoras son sintetizadas y vertidas por neuronas hipotalámicas neurosecretoras hacia la sangre del sistema porta hipofisiario. Este sistema está formado por vasos sanguíneos que circulan directamente del hipotálamo a la hipófisis, sin pasar por la circulación sistémica. En situaciones de estrés (físico o mental), la corteza cerebral envía impulsos nerviosos al hipotálamo, estimulando a éste a segregar sus hormonas liberadoras. Por ello se dice que el hipotálamo es el eslabón del Sistema Nervioso y del Sistema Endocrino. Pero esta unión cuerpomente va mucho más allá. La corteza cerebral no se limita solamente a recibir información sensorial, integrarla e iniciar impulsos motores hacia músculos o glándulas, sino que ella misma, sin estimulación sensitiva, simplemente a partir de sus emociones y sentimientos, puede provocar impulsos nerviosos que estimulen al hipotálamo. Esto explica porqué el estado mental puede influir en el estado físico (relación psicosomática) y viceversa, el estado físico en la mente (relación somatopsíquica). B. Hipófisis (glándula pituitaria) Situada en la silla turca del esfenoides (hueso del cráneo). Mide poco más de 1 cm y pesa menos de 1 gr. Está conectada al hipotálamo mediante un tallo denominado infundíbulo. a. Adenohipófisis Así se llama a la parte delantera de la hipófisis. Contiene células somatotropas (sintetizan hormona del crecimiento), corticotropas (sintetizan hormona adrenocorticotropa y hormona estimulante de los melanocitos), tirotropas (sintetizan hormona estimulante del tiroides), lactotropas (sintetizan prolactina) y gonadotropas (sintetizan hormona luteinizante y hormona foliculoestimulante). Hormona de crecimiento (GH o STH, también llamada somatotropina): estimula el crecimiento corporal (especialmente de los huesos y músculos, aunque también de otros tejidos). Esto es debido a que la GH actúa sobre el hígado, haciéndole producir ciertos factores de crecimiento que aceleran el transporte de aminoácidos a las células del organismo (por tanto, favorece la síntesis o anabolismo protéico, principal molécula constructora de los tejidos). Además, la GH fomenta la degradación de lípidos como fuente de energía (los libera a la sangre para que sean usados como combustible por las células), inhibiendo indirectamente el metabolismo de glúcidos como primera fuente energética (lo que produce hiperglucemia). Se libera a lo largo de todo el día, pero sobre todo 2-4 h tras haber comido y 1 h tras iniciar el sueño profundo. Prolactina (PRL). Durante el embarazo estimula el desarrollo mamario e, inmediatamente tras el parto, prepara a las glándulas mamarias (concretamente a las células secretoras alveolares) para la producción láctea. La producción de leche por parte de las células alveolares no se puede iniciar ni mantener sin prolactina. Hormona estimulante de los melanocitos (MSH o melanocitoestimulante). Estimula a los melanocitos de la piel a que sinteticen y liberen el pigmento melanina. Es probable que la MSH, junto con otras hormonas oscurecedoras de la piel (ACTH, estrógenos y progesterona) colaboren para regular la pigmentación cutánea normal. Hormonas trópicas (su órgano diana son otras glándulas endocrinas): Hormona tiroideoestimulante (TSH o tirotropina). Fomenta y mantiene el crecimiento y desarrollo de la glándula tiroides, y la estimula para que libere sus hormonas tiroideas. Hormona adrenocorticotropa (ACTH o adrenocorticotropina). Fomenta y mantiene el crecimiento y desarrollo de la corteza de la glándula suprarrenal, y la estimula para que libere sus hormonas. Hormona foliculoestimulante (FSH). En la mujer estimula los folículos primarios del ovario, haciendo que éstos maduren el óvulo que contienen en su interior y liberen estrógenos. En el varón estimula el desarrollo de los conductos seminíferos de los testículos y mantiene en ellos la espermatogénesis. Hormona luteinizante (LH). En la mujer estimula la ovulación (salida del óvulo maduro del folículo primario) y el mantenimiento posterior del cuerpo lúteo (folículo sin ovario) para que este secrete progesterona (y algo de estrógenos). En el varón, estimula a las células intersticiales del testículo para que sinteticen y liberen testosterona. La FSH y la LH también se llaman gonadotropinas porque actúan sobre las gónadas u órganos sexuales (ovarios y testículos). En la pubertad es cuando comienzan a ser sintetizadas y liberadas de forma importante (hasta entonces su concentración era insignificante). b. Neurohipófisis Así se llama a la parte posterior de la hipófisis. Hasta ella llegan los axones que contienen vesículas con hormonas hipotalámicas. Es el “almacén” de las hormonas que fabrica el propio hipotálamo (concretamente el cuerpo celular de las neuronas neurosecretoras del núcleo supraóptico y paraventricular), y la hipófisis las libera cuando él se lo manda (a través de un impulso nervioso). ADH (hormona antidiurética o vasopresina). Cuando el cuerpo se deshidrata, la presión osmótica de la sangre (más concentrada) es detectada por los osmorreceptores hipotalámicos. Éstos inician entonces el impulso nervioso que dará lugar a la liberación de ADH. Esta hormona favorece la retención hídrica, ya que actúa sobre los conductos colectores de la nefrona haciéndolos más permeables al agua. Esto provoca una mayor reabsorción de esta molécula hacia el líquido intersticial y, por tanto, hacia los capilares sanguíneos circundantes. Por tanto, la orina aparecerá más concentrada y escasa, mientras que la sangre se diluirá y ganará volumen. Cuando la sangre está muy diluída (ej. hemos bebido mucho líquido), su presión osmótica disminuye, por lo que el hipotálamo ordena a la neurohipófisis segregar menos ADH. Consecuentemente, en los túbulos colectores se reabsorbe menos agua y la orina aparece más abundante y diluída. La diabetes insípida es una enfermedad en la cual la neurohipófisis deja de secretar ADH, o bien el riñón deja de ser sensible a esta hormona, por lo que el sujeto que la padece no reabsorbe agua eficientemente en el conducto colector. Esto le conduce a orinar abundantemente (en ocasiones hasta 20 litros diarios), lo que puede producirle la muerte por deshidratación. Oxitocina. Produce las contracciones del miometrio durante el parto y estimula la liberación de leche durante la lactancia (gracias a su acción, las células alveolares que producen la leche la vierten hacia los conductos galactóforos, desde donde puede ser extraída por succión). Durante la lactancia materna, la alta concentración de oxitocina en sangre provoca contracciones uterina leves ("entuertos"), que ayudan a que el miometrio recobre su tamaño y posición normal. La oxitocina es la única hormona regulada por retroalimentación positiva: un cambio en la variable (aumento de oxitocina en sangre en respuesta a la presión pélvica del feto o a la succión del bebé lactante) es estímulo para que se inicien los mecanismos que siguen incrementando y reforzando dicho cambio (la neurohipófisis sigue siendo estimulada para liberar aún más oxitocina). Es un sistema estimulador creciente, hasta que algo detiene el proceso (expulsión del feto y restos de la placenta, cese de la succión mamaria). C. Tiroides Situada por debajo del cartílago tiroides de la laringe, sobre la superficie anterolateral de la parte superior de la tráquea. Está formada por dos lóbulos interconectados por una estructura menos voluminosa denominada istmo (lo que le da aspecto de “pajarita”). Pesa unos 30 gr. La glándula tiroides está formada por unidades estructurales denominadas folículos. Cada folículo es una esfera hueca tapizada internamente por células de epitelio glandular cúbico simple. Estas células foliculares fabrican un espeso líquido (llamado coloide tiroideo) que rellena el interior del folículo. Cuando recibe la estimulación de la TSH, la glándula tiroides sintetiza y libera sus hormonas tiroxina o tetrayodotironina (T4), la más abundante, y triyodotironina (T3), ambas conocidas familiarmente como hormonas tiroideas. Éstas hormonas están fabricadas con yodo (una molécula de T4 contiene 4 átomos de yodo, y una molécula de T3 contiene 3 átomos de yodo) y se encuentran almacenadas en el coloide tiroideo. Dentro de éste se hallan unidas a moléculas de globulina, formando la denominada tiroglobulina. Cuando deben ser liberadas, las hormonas tiroideas se separan de la globulina y salen a la sangre, donde se fijan a globulinas plasmáticas. Una vez llegado a sus células diana, se disocian de estas globulinas y se unen a los receptores específicos de membrana. La T4 tarda más en disociarse, por lo que se une más lentamente a las células diana que la T3. Por otra parte, la poca cantidad de T4 que llega a los tejidos blanco suele convertirse en T3. Su función es aumentar el metabolismo de todas las células del organismo y, en los niños, estimularlas a que se desarrollen y crezcan. La otra hormona que fabrica la glándula tiroides es la calcitonina. Es fabricada por células situadas entre los folículos (células c). Su función es hipocalcemiante, ya que retira el exceso de calcio de la sangre y lo fija al hueso. Concretamente, se encarga de abastecer a los osteoblastos (células óseas en pleno desarrollo, que captan calcio para osificar o endurecer la sustancia matriz que los circunda) e inhibir a los osteoclastos (células óseas en degeneración, que desprenden calcio de su matriz circundante, descalcificándola y haciéndola más frágil). Existe calcitonina en preparados comerciales (ej. spray nasal) como tratamiento en pacientes con osteoporosis. D. Paratiroides Son cuatro (o cinco) pequeñas glándulas unidas dos a cada lado de la parte posterior de los lóbulos de la tiroides. Fabrican y liberan parathormona (también llamada hormona paratiroidea). Esta hormona ejerce un efecto hipercalcemiante a través de varios mecanismos: -aumenta la absorción de calcio en el intestino. Para ello estimula a la vitamina D (obtenida en los alimentos o sintetizada en la piel a partir del colesterol), una de cuyas funciones es transportar el calcio ingerido a través de la pared intestinal hasta la sangre. -estimula a los osteoclastos (comentados en el apartado anterior), pues la descalcificación ósea que éstos producen traslada el calcio anteriormente fijado al hueso al torrente sanguíneo. Como podemos apreciar, la calcitonina y la parathormona son hormonas antagonistas (ejercen funciones opuestas), cuya actividad regula la concentración de calcio en sangre (en caso de hipocalcemia actuará la hormona paratiroidea, y en caso de hipercalcemia actuará la calcitonina). Una concentración adecuada de calcio en sangre es imprescindible para el correcto funcionamiento de las neuronas, de los músculos, de ciertas enzimas, para la coagulación sanguínea,... De hecho, la hipocalcemia mantenida puede llegar a provocar espasmos musculares y convulsiones; la hipercalcemia mantenida puede provocar estreñimiento, letargo e incluso coma. E. GLándulas suprarrenales (o adrenales) Son dos, cada una encima de un riñón (por lo tanto, se encuentran ubicadas en la cavidad abdominal y son retroperitoneales). Cada glándula suprarrenal está formada por una parte externa o corteza (cubierta de una cápsula de tejido conjuntivo) y por una parte interna o médula. a. Corteza suprarrenal Formada por epitelio glandular distribuído en tres capas distintas: la más externa es la zona glomerular (encargada de sintetizar mineralocorticoides), la intermedia es la zona fasciculada (sus células sintetizan glucocorticoides) y la más interna es la zona reticular (segrega una pequeña cantidad de glucocorticoides y de hormonas sexuales). Todas las hormonas de la corteza suprarrenal son esteroides, por lo que a menudo se las llama corticosteroides o corticoides. Los corticoides son liberados cuando la ACTH estimula a la corteza suprarrenal. -Mineralocorticoides Son corticoides que regulan la cantidad corporal de ciertas sales minerales. El más significativo es la hormona aldosterona, importante reguladora de la presión arterial y cuya liberación está determinada por el sistema renina-angiotensina-aldosterona, descrito a continuación: Cuando aparece hipotensión secundaria a hipovolemia sanguínea y del líquido intersticial, el aparato yuxtaglomerular del riñón (integrado por células especiales situadas en la zona donde el túbulo contorneado distal hace contacto con la arteriola aferente) libera a la sangre la enzima renina. La renina es la encargada de convertir al angiotensinógeno (proteína plasmática) en angiotensina I. La angiotensina circulante, a su paso por los pulmones, es transformada por una enzima pulmonar en angiotensina II, una hormona peptídica activa. La angiotensina II provoca vasoconstricción (disminución del diámetro de las arteriolas, venas y vénulas, lo que incrementa la presión sanguínea) y es la responsable de que la corteza suprarrenal libere aldosterona. La aldosterona se encarga de viajar hasta el riñón (concretamente hasta los túbulos contorneados distales de la nefrona y hasta los conductos colectores) para producir allí la reabsorción de sodio (y agua) desde la orina hacia la sangre a cambio de la secreción de potasio plasmático (bomba sodio-potasio) desde la sangre hacia la orina, con lo que se aumenta el volumen sanguíneo y, por tanto, la tensión arterial. El volumen de orina queda disminuído. Una vez restablecida la tensión arterial, el mecanismo reninaangiotensina-aldosterona queda inhibido por retroalimentación negativa. La aldosterona también es liberada a la sangre en caso de hiperpotasemia (disminuye el potasio plasmático al intercambiarlo por sodio de la nefrona). -Glucocorticoides Son hormonas que actúan sobre todas las células del organismo. La más abundante y significativa es el cortisol (también llamado hidrocortisona), aunque también se libera cortisona y corticosterona. En general, sus funciones son: • • • • • • estimulan la gluconeogénesis (formación de glucosa en las células hepáticas a partir de aminoácidos o lípidos). Para ello previamente inducen a la degradación protéica en todas las células del organismo y así consiguen los aminoácidos que, vía sanguínea, llegan hasta el hígado. Por tanto, producen pérdida de proteínas e hiperglucemia. inducen a usar el catabolismo lipídico como fuente de energía celular, desplazando al catabolismo glucídico (que normalmente es la primera fuente energética). Por lo tanto movilizan muchos lípidos (los extraen de los adipocitos), algunos de los cuales son llevados al hígado para la ya comentada gluconeogénesis. presentan permisividad hormonal, pues sin ellos la adrenalina y la noradrenalina no podrían ejercer la vasoconstricción que mantiene la presión arterial. El exceso prolongado de glucocorticoides produce hipertensión arterial. su concentración elevada en sangre produce disminución de eosinófilos (un tipo de leucocitos o glóbulos blancos) y atrofia de tejidos linfáticos (especialmente timo y ganglios), lo que directamente influye en el descenso de linfocitos circulantes y en la producción de anticuerpos. Esto explica porqué su exceso produce inmunosupresión, haciendo al organismo más susceptible a infecciones. junto con la hormona adrenalina, ejercen un efecto antiinflamatorio en tejidos lesionados. aumentan en situación de estrés (ya que es una situación de máximo gasto energético que precisa de altos niveles de glucosa en sangre). -Gonadocorticoides Son las hormonas sexuales segregadas por la corteza suprarrenal (tanto en hombres como en mujeres). Suponen una cantidad prácticamente insignificante de andrógenos (insuficientes para masculinizar a la mujer; son responsables del crecimiento del vello púbico) y de estrógenos. b. Médula suprarrenal Formada por tejido neurosecretor (concretamente son neuronas modificadas del sistema nervioso simpático). Esto explica por qué la activación del sistema nervioso simpático (ej. ante una situación de estrés físico o mental) estimula la acción de la médula suprarrenal. Segrega las hormonas adrenalina (también llamada epinefrina) y noradrenalina (la primera en un 80% y la segunda en un 20%), que actúan ante el estrés y el estado de alerta (aumentan la frecuencia cardíaca, la presión arterial, el gasto energético, elevan la glucemia y desvían el riego sanguíneo hacia el corazón, encéfalo y músculos esqueléticos). Su mecanismo de actuación es uniéndose a los receptores adrenérgicos presentes en el miocardio, en el músculo liso de algunas vísceras y en las células epiteliales de algunas glándulas, con el objetivo de incrementar y prolongar los efectos producidos por los nervios simpáticos. F. Páncreas Situado en la cavidad abdominal. Su cabeza, más ancha, se encuentra junto al duodeno, y se prolonga horizontalmente por debajo del estómago hasta que su cola, más estrecha, toca el bazo. Mide unos 1215 cm. Es una glándula mixta, puesto que está formada por tejido exocrino (que secreta jugos pancreáticos al duodeno) y por tejido endocrino. Su parte endocrina la forman 1-2 millones de los denominados islotes de Langerhans (suponen el 2-3% de la masa pancreática total y son más abundantes en la cola). Cada uno de ellos está formado por cuatro tipos diferentes de células: a. Células alfa Segregan glucagón. Esta hormona actúa en caso de hipoglucemia, pues consigue un efecto hiperglucemiante mediante la estimulación de la glucogenolisis hepática (disociación de glucógeno en moléculas de glucosa) y la gluconeogénesis (también llevada a cabo en el hígado). b. Células beta Representan las tres cuartas partes de las células del islote. Se encuentran en el centro de los islotes y su función es segregar insulina. Se cree que también pueden segregar amilina, sustancia antagonista de la insulina, y cuya hipersecreción puede ser la desencadenante de algunas diabetes mellitus tipo II. La insulina es una hormona que actúa en caso de hiperglucemia, pues consigue un efecto hipoglucemiante. Esto es debido a que moviliza la glucosa sanguínea hacia todas las células del organismo, dentro de las cuales será utilizada como combustible energético de primera opción. Para que la glucosa entre en la célula, la insulina debe estar unida a los receptores de membrana específicos. Esta unión activa al receptor, que en realidad es una cinasa de tirosina. Esta enzima actúa sobre otros receptores insulínicos para potenciar su actividad. Asímismo, también incrementa la actividad de otras proteínas, especialmente de la denominada sustrato receptor de insulina (IRS). El IRS favorece el transporte de la glucosa a través de la membrana plasmática. La glucosa excedente es trasladada por la insulina hacia las células hepáticas y del músculo esquelético para su almacenamiento en forma de glucógeno (glucogénesis). La insulina también regula el metabolismo lipídico y protéico: disminuye la lipolisis como fuente energética (y almacena lípidos en los adipocitos) y facilita el transporte de aminoácidos hacia las células (favoreciendo de manera indirecta el anabolismo protéico). c. Células delta Segregan somatostatina. Al igual que la somatostatina hipotalámica, esta hormona inhibe la secreción de hormona de crecimiento por parte de la adenohipófisis. No obstante, la somatostatina pancreática actúa principalmente inhibiendo la secreción de las otras hormonas del páncreas (glucagón, insulina y polipéptido pancreático). d. Células polipéptidas pancreáticas (también llamadas células F o PP) Segregan polipéptido pancreático. Esta hormona es aún una desconocida, pero se cree que influye en la absorción de nutrientes en el tracto gastrointestinal. G. Ovario Son las dos gónadas (órganos sexuales) femeninas. Están situados en la cavidad pélvica. En la pubertad el hipotálamo estimula a la adenohipófisis para que ésta fabrique y libere a la sangre gran cantidad de FSH y LH. Cuando el ovario es estimulado por la FSH, varios folículos primarios de su interior (conteniendo un óvulo inmaduro cada uno) comienzan su desarrollo y maduran al óvulo que llevan dentro. Al mismo tiempo, las células foliculares liberan estrógenos (hormonas sexuales femeninas), entre los que se encuentran el estradiol y la estrona. Los estrógenos son responsables de los caracteres sexuales primarios (genitales femeninos) y del desarrollo y mantenimiento de los caracteres sexuales secundarios que aparecen en la pubertad (ensanchamiento de caderas y pelvis, distribución característica femenina de grasa y músculo, desarrollo de las mamas, maduración genital). Los estrógenos también ayudan a cicatrizar el endometrio tras cada menstruacion. El folículo ovárico tarda en madurar unas dos semanas, coincidiendo cuando la cantidad de estrógenos en sangre es muy elevada y cuando la LH ha viajado también hasta el ovario. Es en este momento cuando el folículo se rompe cerca de la pared del ovario, permitiendo la ovulación (es decir, el óvulo ya maduro sale del ovario). El folículo, ya sin óvulo, comienza a reabsorberse y adquiere un color amarillento (por eso se le llama cuerpo amarillo o cuerpo lúteo), pero sigue siendo útil durante otras dos semanas ya que, estimulado por la hormona LH, comienza a fabricar progesterona (y cierta cantidad de estrógenos), la otra gran hormona sexual femenina. La progesterona es la hormona encargada de preparar al endometrio para el embarazo (estimula la secreción de las glándulas endometriales para favorecer la implantación del huevo o cigoto, retiene agua y disminuye las contracciones uterinas). Ciclo menstrual femenino: es el conjunto de procesos regulados por el sistema nervioso central y las hormonas sexuales femeninas que preparan al cuerpo para un posible embarazo. Este proceso dura unos 28 días, y se repite constantemente desde la primera regla (menarquia) hasta la última regla (menopausia). El primer día del ciclo es el primer día de la menstruación (descarga mensual a través de la vagina de sangre y tejidos del endometrio); la ovulación tiene lugar alrededor del día 14 del ciclo menstrual. A las dos semanas de la ovulación, si el óvulo no ha sido fecundado, el nivel de hormonas sexuales femeninas (progesterona y estrógenos) desciende muchísimo y el endometrio se desgarra, teniendo lugar la menstruación. Menopausia: es el cese de la función ovárica. El ovario se atrofia y ya no responde a los estímulos de la FSH, por lo que deja de ovular y de segregar estrógenos y progesterona. En la mayoría de las mujeres tiene lugar entre los 45-50 años. H. Testículos Son las dos gónadas masculinas, situadas en el escroto. Están formados por millones de diminutos conductos seminíferos (donde tiene lugar la espermatogénesis), entre los cuales podemos encontrar células intersticiales endocrinas productoras de andrógenos (hormonas sexuales masculinas). El andrógeno más importante es la testosterona, responsable de los caracteres sexuales primarios (genitales) y del desarrollo y mantenimiento de los caracteres sexuales secundarios en el varón (vello facial, desarrollo osteomuscular, engrosamiento de las cuerdas vocales, vello púbico y axilar, maduración genital), así como de la espermatogénesis. Las gonadotropinas (especialmente la LH) son las encargadas de estimular a las células intersticiales para que sinteticen y liberen testosterona. La FSH (y la testosterona) estimula la espermatogénesis en los conductos seminíferos. I. Glándula pineal o Epífisis Pequeña glándula (mide aproximademente 1 cm) situada en la cavidad craneal (concretamente en la parte posterior del encéfalo). Libera una hormona llamada melatonina, encargada de ayudar al hipotálamo en la regulación de los ritmos biológicos (ej. ciclo menstrual, ciclo de vigiliasueño, ciclo de apetito a lo largo del día). La melatonina parece inducir el sueño y alteraciones emocionales (humor depresivo). Es inhibida por la luz solar. La epífisis también recibe estímulos visuales, lo que quizá explique que sea capaz de determinar los ciclos de duración del día y las fases lunares. J. Placenta Ubicada en el revestimiento interno del útero (endometrio), es el órgano que permite el intercambio de nutrientes, gases y desechos metabólicos entre el feto y la madre. La placenta actúa como glándula ya que, desde el principio de su formación y hasta el parto, sintetiza y libera hacia la sangre materna la hormona gonadotropina coriónica (hCG). Esta hormona es la encargada de seguir estimulando al cuerpo lúteo (cuerpo amarillo) para que no cese de liberar progesterona y, por tanto, que se mantenga íntegro el revestimiento uterino. Sin la hCG el endometrio se desgarraría y tendría lugar un aborto. K. Corazón Además de su vital función dentro del sistema cardiovascular, el corazón contiene células glandulares que sintetizan y secretan una hormona denominada péptido natriurético auricular (también llamada ANP, hormona natriurética auricular o ANH, factor natriurético auricular o ANF o simplemente péptido auricular): es una hormona producida y almacenada por células especiales del miocardio de las aurículas. Cuando hay hipervolemia, las aurículas se distienden y estiran más de lo habitual, estimulando la liberación del ANP. Éste actúa sobre las arteriolas aferentes del riñón, dilatándolas (con lo que aumenta la tasa de filtración glomerular), inhibe la reabsorción de sodio en los conductos colectores renales, actúa sobre la corteza suprarrenal inhibiendo la secreción de aldosterona (lo que de manera indirecta también disminuye la reabsorción de sodio en la nefrona), y detiene la liberación de renina por parte del aparato yuxtaglomerular (con lo cual, de manera directa, inhibe al sistema renina-angiotensina-aldosterona). El ANP y el sistema renina-angiotensina-aldosterona trabajan de manera antagónica para regular el equilibrio hídrico, de sodio, y la tensión arterial. Como hemos podido comprobar, son varios los mecanismos de regulación hidroelectrolítica que inciden directamente sobre la regulación de la tensión o presión arterial (la ADH y el sistema renina-angiotensinaaldosterona la suben y el Péptido natriurético auricular la baja). L. Mucosa gástrica e intestinal La mucosa del estómago y del intestino delgado contiene tejido glandular exocrino (que secreta jugos digestivos e intestinales), así como tejido glandular endocrino. Este último sintetiza y libera distintas hormonas: Gastrina: es liberada por células gástricas al ser estimuladas por el contacto de alimentos protéicos parcialmente digeridos o por la distensión del estómago. Sus células diana se encuentran en el propio estómago, y se encargan de liberar jugo gástrico (rico en pepsina, enzima proteolítica, y en ácido clorhídrico). Secretina: es liberada por células duodenales al ser estimuladas por el contacto de los alimentos ácidos, grasos y protéicos parcialmente digeridos. Sus células diana se encuentran en el estómago (donde reducen la secreción de ácido clorhídrico), en el páncreas (donde liberan líquido pancreático pobre en enzimas y rico en sustancias alcalinas como el bicarbonato) y en la vesícula biliar (la estimula a verter más bilis en el duodeno, líquido encargado de emulsionar y facilitar la digestión de lípidos). Colecistocinina-pancreocimina (CCK): es liberada por células duodenales en presencia de alimentos grasos, ácidos y proteínas parcialmente digeridas. Sus células diana se encuentran en la vesícula biliar (la estimula a verter su bilis), en el páncreas (estimula la secreción de jugo pancreático rico en enzimas) y en el estómago (reduce la secreción de ácido clorhídrico por parte de las células parietales). Péptido gástrico inhibidor (GIP): es liberado por células duodenales en presencia de grasas y quizás de otros nutrientes. Sus células diana se encuentran en el estómago, y actúa sobre ellas inhibiendo la motilidad y la secreción de jugos gástricos. Péptido intestinal vasoactivo (VIP): es liberado por la mucosa intestinal al ser estimulada por el ácido clorhídrico y los alimentos provenientes del estómago. Sus células diana se encuentran en el propio intestino, y actúa sobre ellas incrementando la producción de jugo intestinal (que contiene bicarbonato, sustancia neutralizadora del ácido). M. Timo Glándula retroesternal situada en el mediastino. Comienza a atrofiarse a partir de la pubertad. Sintetiza y libera las hormonas timosina y timopoyetina, encargadas de estimular la producción de linfocitos T (responsables, junto con otras células, de la inmunidad específica). 3.2 Regulación de la secreción hormonal La regulación del Sistema Endocrino se lleva a cabo de dos maneras, mediante la actuación del Sistema Nervioso Central y mediante el mecanismo de retroalimentación negativa. A. Regulación por el Sistema Nervioso Central El hipotálamo, órgano encefálico del Sistema Nervioso Central, tiene la capacidad de regular a la glándula hipófisis, también situada en el encéfalo. Lo puede hacer mediante: -la liberación de hormonas hipotalámicas (hormonas liberadoras y hormonas inhibidoras) encargadas de viajar hasta la hipófisis anterior (adenohipófisis) y estimular la hipersecreción o hiposecreción de determinadas hormonas hipofisiarias. -asímismo, el hipotálamo contiene neuronas secretoras que sintetizan hormonas hipotalámicas, y que posteriormente son almacenadas en la parte posterior de la hipófisis (neurohipófisis). Ante los impulsos nerviosos enviados desde el hipotálamo, la neurohipófisis liberará estas hormonas. Por otro lado, el Sistema Nervioso Central puede actuar directamente sobre las glándulas endocrinas mediante la transmisión de impulsos nerviosos a través de una vía nerviosa motora autónoma (sistema nervioso simpático y parasimpático), como sería el caso de la liberación de adrenalina por la médula suprarrenal ante una situación de estrés, o la liberación de insulina pancreática ante una situación de hiperglucemia. B. Regulación por retroalimentación negativa Los mecanismos de regulación mediante retroalimentación negativa son mecanismos inhibidores. Detectan un cambio (por encima o por debajo) de una variable (ej. nivel de glucosa en sangre) y ponen en marcha acciones contrarias a ese cambio para restablecer la variable modificada (ej. en caso de hiperglucemia, hacen lo posible por bajar la glucosa sanguínea; en caso de hipoglucemia, hacen lo posible por subir la glucosa sanguínea). Una vez restablecida dicha variable, es inhibido el mecanismo que ha conseguido estabilizarla. En general, las propias glándulas pueden ser sensibles a los cambios de la variable que controlan y reaccionar ante ellos (aumentando o disminuyendo su secreción hormonal hasta estabilizar la variable). Por otro lado, el hipotálamo es sensible a los cambios en las variables fisiológicas que controla (ej. temperatura corporal), así como a la concentración de las hormonas adenohipofisiarias y de sus glándulas diana (de manera que ante una alta concentración de éstas dará la orden de cesar la secreción hormonal correspondiente, y ante una baja concentración de las mismas ordenará aumentar la secreción hormonal correspondiente). La adenohipófisis también es sensible a los cambios en la variables fisiológicas que controla, así como a la concentración sanguínea de las hormonas segregadas por sus células diana. Ej. Un estímulo (ej.hiperglucemia) es percibido por su glándula reguladora (ej. el páncreas) y, en ocasiones y de manera simultánea también por el SNC, que da la orden para que se libere una hormona (ej. ordena al páncreas que libere insulina). Esta hormona actúa sobre su órgano diana (ej. la insulina actúa sobre todas las células del organismo, facilitando que capten glucosa). Cuando el estímulo ha sido regulado (ej. la glucemia retorna a un valor normal) la glándula disminuye la producción hormonal (el páncreas detecta que la glucemia es normal y, por tanto, deja de segregar insulina). 3.3 Sensibilidad de la célula diana Los receptores hormonales de la célula diana se degradan y son reemplazados por otros nuevos de manera periódica. En ocasiones la célula puede formar receptores nuevos más rápido que la degradación de los viejos, lo que hace a la célula apta para formar más complejos hormona-receptor y, por tanto, más sensible a la acción hormonal. Si, por el contrario, se degradan receptores a mayor velocidad de la que son reemplazados, disminuye su número y, por tanto, la sensibilidad de la célula a la acción hormonal. No obstante, hay células con un número aceptable de receptores, pero los cuales están lesionados o dañados y no son sustituídos. Se cree que algunas personas con diabetes mellitus poseen células menos sensibles a la insulina. 4. HORMONAS 4.1 Estructura química A. Hormonas esteroideas Son hormonas lipídicas, y, como tales, son insolubles en agua y están formadas en gran parte por carbono, hidrógeno y oxígeno. Todas tienen un núcleo esteroide de colesterol como base. En otras palabras: se sintetizan a partir del colesterol. Son liposolubles, por lo que pueden atravesar fácilmente la membrana citoplasmática de las células diana (compuesta fundamentalmente por fosfolípidos y colesterol). Las hormonas esteroideas son las que libera la corteza suprarrenal (cortisol, aldosterona), y las hormonas sexuales (estrógenos, progesterona y testosterona). B. Hormonas no esteroideas Se sintetizan a partir de aminoácidos. Pueden ser: Hormonas peptídicas: formadas por una cadena corta (menos de 100 aminoácidos). Ej. oxitocina, hormona andiurética, hormona liberadora de tirotropina, hormona liberadora de gonadotropina, hormona melanocitoestimulante, somatostatina, secretina, glucagón, hormona adrenocorticotropa, calcitonina. Hormonas protéicas: formadas por largas cadenas de aminoácidos (insulina, hormona partiroidea, hormona de crecimiento, prolactina). Hormonas glucoprotéicas: hormonas protéicas que contienen glúcidos (hormona foliculoestimulante, hormona luteinizante, hormona tiroideoestimulante, hormona gonadotropina coriónica). Hormonas derivadas de aminoácidos simples: pueden ser de dos tipos, las aminohormonas (sintetizadas a partir de un aminoácido tirosina), y las formadas por una molécula de tirosina unida a átomos de yodo. La adrenalina y noradrenalina pertenecen al primer grupo, y las hormonas tiroideas al segundo grupo. 4.2 Acción biológica Una vez fabricadas y liberadas por su glándula correspondiente, las hormonas viajan por la sangre (recorriendo grandes distancias en muchas ocasiones) hasta llegar a los tejidos diana apropiados. Las "células diana" de una hormona son aquellas que poseen en su membrana receptores específicos para su unión. Cada hormona sólo se puede unir a los receptores específicos (preparados para ella) que hay en su célula diana (célula u órgano donde tiene que actuar). Es un mecanismo de “llave-cerradura” (la forma del receptor determina si la hormona puede unirse o no). Cuando la hormona se une a su receptor transmite la información a la célula diana de lo que tiene que hacer. Una misma célula puede tener receptores para distintas hormonas, es decir, puede ser la célula diana de varias hormonas. Cuando una hormona se une a su receptor correspondiente, induce un cambio en la célula diana. Este cambio puede ser la estimulación del anabolismo de ciertas proteínas, la activación o inactivación de determinadas enzimas, o la apertura o cierre de canales iónicos específicos de la membrana citoplasmática. Las glándulas liberan muchas más hormonas de las realmente necesarias, ya que éstas viajan vía sanguínea por casi todas las partes del cuerpo, incluso por zonas donde no tienen células diana, hasta encontrar sus tejidos blanco. Las hormonas no utilizadas se excretan vía renal o son degradadas. A. Mecanismo de acción de las hormonas esteroideas Las hormonas esteroideas viajan por la sangre unidas a proteínas plasmáticas, puesto que ellas por sí mismas son insolubles en agua. Una vez llegado a su tejido blanco, la hormona se separa de la proteína y se dispone a actuar sobre su célula diana. Al ser liposolubles, pueden atravesar fácilmente la membrana plasmática, por lo que en muchas ocasiones sus receptores específicos no se hallan en la superficie de la membrana celular, sino en el interior de la célula (concretamente en el nucleoplasma). Sus receptores de unión son móviles, se desplazan dentro del núcleo (hipótesis del receptor móvil). Algunas hormonas precisan ser activadas por enzimas para poder unirse a sus receptores y formar así el complejo hormonareceptor. Éste se une al ADN y activa cierta secuencia genética, induciendo la formación de ARN mensajero, que sale hacia el citoplasma y se une a los ribosomas para que comiencen a sintetizar proteínas. A mayor cantidad de hormona, mayor será la acción de la célula diana (producirá más proteína). La transcripción de ARN mensajero y la síntesis de proteínas es un proceso lento, por lo que los efectos causados por la hormona esteroidea en el tejido blanco tardarán 45 minutos o incluso varios días en llegar a su punto máximo. B. Mecanismos de acción de las hormonas no esteroideas Las hormonas no esteroideas sí son solubles en agua, por lo que viajan libremente por la sangre. a. Mecanismo de segundo mensajero o hipótesis del receptor fijo de membrana Una vez que llegan a su célula diana, se unen a receptores específicos de la membrana citoplasmática, formando el complejo hormonareceptor. En ocasiones, este complejo es introducido en la célula mediante endocitosis, donde sigue siendo activo hasta que es desdoblado (probablemente para reutilizar el receptor). El complejo hormona-receptor induce la formación de un "segundo mensajero" intracelular, que activa una secuencia de reacciones químicas hasta conseguir la respuesta buscada en la célula diana. Ejemplo de segundo mensajero: la hormona no esteroidea ("primer mensajero") se une al receptor de membrana. El complejo formado provoca la unión de una proteína de membrana llamada proteína G a un nucleótido llamado GTP (guanosinatrifosfato). Esta unión activa a la adenilciclasa (una enzima de la membrana), la cual transforma ATP (adenosintrifosfato) citoplasmático en AMPc (adenosinmonofosfato cíclico). El AMPc es el "segundo mensajero", que viaja por el citoplasma y activa a las enzimas proteincinasas, cuya función es activar a su vez a otras enzimas específicas. La activación de estas enzimas específicas era la finalidad del complejo hormona-receptor, es decir, el efecto deseado de la célula diana. Aunque la mayoría de las hormonas utilizan el AMPc, algunas usan otros segundos mensajeros (inositoltrifosfato o IP3, guanosinamonofosfato o GMP cíclico, calcio unido a la molécula calmodulina). Este mecanismo, gracias a la cascada de reacciones, produce en la célula diana un gran efecto en proporción a la cantidad de hormona unida al receptor (cantidades pequeñas de hormona inducen una respuesta potente en el tejido blanco). Además, es un mecanismo rápido, ya que provoca una respuesta en segundos o minutos. b. Mecanismo de receptor nuclear Las hormonas tiroideas (T3 o triyodotironina y T4 o tiroxina) no siguen el mecanismo de segundo mensajero. En su lugar, su diminuto tamaño les permite introducirse en la célula diana y unirse a receptores fijos del ADN, lo que provoca una respuesta análoga a la de las hormonas esteroideas (transcripción de ARN mensajero y, por mediación de éste, síntesis de proteínas en los ribosomas). C. Combinaciones de hormonas Sinergismo: distintas hormonas se unen simultánemente a la misma célula diana, provocando en ella un efecto potenciador mayor que la suma de los efectos de cada una por separado. Permisividad: una pequeña cantidad de hormona es necesaria para que otra pueda actuar sobre la misma célula diana. Ej. la adrenalina y la noradrenalina necesitan la previa unión de glucocorticoides a su célula diana para actuar en ella eficazmente. Antagonismo: Una hormona produce en la célula diana el efecto contrario que otra hormona. Ej. insulina y glucagón, calcitonina y parathormona. 6. PATOLOGÍAS 6.1 Hipotiroidismo: La glándula tiroides segrega pocas hormonas, por lo que el metabolismo de todas las células está disminuído. En los niños el hipotiroidismo causa retraso mental y retraso en el crecimiento (diagnosticado a tiempo se pone al niño en tratamiento con hormonas tiroideas y así se previenen las consecuencias). En los adultos el hipotiroidismo causa somnolencia contínua, astenia, lentitud de pensamiento, sensación de frío, tendencia a la obesidad,... A veces es causado por falta de yodo en la alimentación, en cuyo caso puede desarrollarse bocio simple (la TSH hipofisiaria está contínuamente intentando estimular a la tiroides para que secrete hormonas y por eso la glándula se inflama). En este caso, la ingesta de yodo (ej. sal yodada) elimina el problema y el bocio desaparece. 6.2 Hipertiroidismo: la glándula tiroides segrega demasiadas hormonas, lo que aumenta el metabolismo de todas las células. Sus signos/síntomas son nerviosismo, irritabilidad, tendencia a perder peso, polifagia, sensación de calor, en ocasiones taquicardias, exoftalmos (protusión de los globos oculares),... La causa más común de hipertiroidismo es autoinmunitaria (ej. enfermedad de Graves). La reacción autoinmune contra la glándula tiroides también es causa de bocio. 6.3 Diabetes mellitus Definición: Efermedad crónica que puede deberse a diversos trastornos insulínicos, entre los que nos encontramos: hiposecreción de insulina, secreción de cantidad adecuada de insulina pero ésta es anómala, secreción de cantidad adecuada de insulina pero los receptores citoplasmáticos insulínicos de las células son escasos o anómalos, o hipersecreción de amilina (hormona antagónica de la insulina). En cualquier caso, el factor desencadenante suele ser multicausal: predisposición genética, infección viral, nutrición inadecuada, obesidad, trastornos autoinmunes, exposición a agentes lesivos. Al no tener suficiente insulina o al no ser ésta eficaz, la glucosa se queda acumulada en la sangre y no pasa al interior de las células, lo que se denomina hiperglucemia (exceso de glucosa en la sangre, es decir, “azúcar” alto en sangre). Si a las células las falta glucosa empiezan a morirse de hambre (incluídas las neuronas, que pueden dejar de funcionar y hacer que entremos en coma). Al no poder usar la glucosa, el cuerpo empieza a quemar lípidos, que sí pueden entrar en la célula sin ayuda de la insulina; así, en las mitocondrias celulares se puede fabricar también energía a partir de los lípidos y el oxígeno. Pero esta opción no es buena mantenerla mucho tiempo. ¿Por qué? Porque al quemar los lípidos se obtienen unos productos de desecho que se llaman cuerpos cetónicos, que salen a la sangre. El exceso de los cuerpos cetónicos en sangre acaba cambiando el pH de ésta (la hace más ácida), con lo que empezamos a tener dolor abdominal, náuseas, vómitos, aliento “a fruta”,… pudiendo terminar con disminución de la consciencia, coma y muerte. En resumen: cuando la célula no puede usar la glucosa entonces utiliza lípidos, de donde salen cuerpos cetónicos y podemos desarrollar un coma diabético (coma cetoacidósico). Una persona con coma diabético que tiene hiperglucemia puede recobrar la consciencia (“despertar”) rápidamente si la D.U.E. le pincha insulina intravenosa. Tipos de Diabetes Mellitus: -Diabetes mellitus tipo 1 • Comienza en edad temprana (gente joven, incluso adolescente o niño) • Suelen ser delgados • El páncreas no produce NADA de insulina • Insulinodependiente. Tratamiento con insulina pinchada vía subcutánea todos los días (1,2 o 3 veces diarias), dieta y ejercicio. • Alto riesgo de coma cetósico y de coma hipoglucémico (por pincharse demasiada insulina) -Diabetes mellitus tipo 2 • Comienza en edad adulta o vejez (mayores de 40 años) • Suelen ser obesos • El páncreas produce POCA insulina • Tratamiento con dieta y ejercicio. A veces, si no mejoran, necesitan tomar pastillas (antidiabéticos orales); si tampoco funcionan tendrán que pincharse insulina Signos y síntomas que se pueden dar en la diabetes mellitus: -Poliuria: orinar muchas veces y en gran cantidad. Esto se debe a que la hiperglucemia produce un filtrado glomerular en la nefrona de gran cantidad de glucosa, tanta que se supera la capacidad renal de reabsorber la glucosa hacia la sangre, permaneciendo ésta en la orina (glucosuria). La alta concentración de glucosa en orina favorece el aumento del volumen de agua en ésta (por ósmosis), dejando al organismo deshidratado. -Polidipsia: mucha sed. El organismo pide que bebamos mucho para así reponer el agua perdida en la orina. -Polifagia: “hambre”. Cuando a las células no las entra glucosa creen que es debido a que no hay glucosa en sangre, por eso piden al sistema nervioso que nos haga sentir hambre para comer algo y obtener la tan necesitada glucosa. -Glucosuria: glucosa en orina (ya comentada) Complicaciones de la diabetes mellitus: -Arterioesclerosis: la hiperglucemia daña la pared arterial, haciendo que estos vasos sanguíneos pierdan elasticidad. Esto conduce a un estrechamiento de la luz (del “hueco” por donde pasa la sangre) de las arterias. Además, esta pérdida de elasticidad y daño de la pared favorece la acumulación de colesterol (placas de ateroma), con lo que aún se estrecha más la luz. Esta situación puede provocar isquemia en algunas zonas y, por lo tanto, infartos (de miocardio, de cerebro, etc). La arterioesclerosis también hace que disminuya el riego sanguíneo en la periferia, por lo que las heridas cicatrizan peor e incluso se pueden gangrenar. A largo plazo, la arterioesclerosis también produce hipertensión arterial. -Infecciones (en general): porque el exceso de glucosa en el líquido intersticial sirve de nutriente a los microorganismos. -Retinopatía: las arterias, dañadas por el exceso de glucosa, son menos eficaces llevando sangre a todos los “rincones”. Tras 10-15 años de isquemia en la retina, ésta se acaba dañando, incluso muchos diabéticos desarrollan ceguera. -Neuropatías: las neuronas quedan lesionadas por no poder usar la glucosa, lo que hace tener menos reflejos y menos sensibilidad (al tacto, dolor, temperatura,…), incluso se pueden dañar nervios importantes (ej. Nervio que inerva la vejiga, lo que puede favorecer retención urinaria). -Nefropatías: la hiperglucemia daña las arteriolas y capilares del riñón, así como la pared de la nefrona. La nefrona dañada se convierte en un “colador” con agujeros más grandes, dejando paso a sustancias que en condiciones normales no deberían filtrarse desde la sangre al riñón. La aparición de proteinuria/microalbuminuria es señal de que el riñón ha sido dañado. -Colelitiasis: piedras en la vesícula biliar (por la hiperlipemia secundaria al no aprovechamiento de glucosa en las células) 6.4 Enfermedad de addison: la corteza suprarrenal apenas segrega aldosterona y cortisol, por lo que el organismo no es capaz de reaccionar ante una situación de tensión o estrés; en los casos más graves, incluso una infección leve puede causar la muerte del paciente. Puede cursar con hipoglucemia, hipopotasemia, exceso de sodio en sangre, deshidratación y pérdida de peso. 6.5 Enfermedad de cushing: se debe a exceso de corticoides en sangre (por medicación o porque la corteza suprarrenal segrega demasiados). Cursa con hiperglucemia y a veces causa diabetes mellitus permanente, inmunosupresión, acúmulo de grasa en cara, hombros y tronco, hipertensión arterial. 7. CONCLUSIONES El excelente trabajo conjunto del Sistema Nervioso y el Sistema Endocrino es la clave de la regulación de numerosos procesos fisiológicos del organismo. Para mantener el equilibrio interno (homeostasia), todas las variables del cuerpo deben estár controladas estrechamente (temperatura, concentración de iones en sangre, volumen de líquidos,...). Por ello son vigiladas por el sistema neuroendocrino, capaz de detectar los cambios producidos en las mismas y poner en marcha los mecanismos que los restablezcan dentro de unos valores compatibles con la vida. Las glándulas endocrinas, mediante la secreción de sus mensajeros químicos (hormonas), son las encargadas (junto al sistema nervioso) de responder a dichos cambios e intentar inducir en los tejidos diana a los que se unen sus hormonas los efectos oportunos que mantengan la estabilidad de las variables. Nos encontramos numerosos ejemplos de hormonas antagónicas que regulan perfectamente determinados procesos: la insulina disminuye la glucosa sanguínea en caso de hiperglucemia, mientras que el glucagón la sube en caso de hipoglucemia (la ACTH y la hormona de crecimiento también son hiperglucemiantes), la calcitonina disminuye el calcio sanguíneo en caso de hipercalcemia, mientras que la parathormona lo sube en caso de hipocalcemia. El predominio de la acción de cada una no es aleatorio, sino que responde a las necesidades del organismo en cada instante. Otros procesos no vitales para el sujeto, pero también importantes, son regulados por hormonas. Es el caso del ciclo mentrual femenino, por ejemplo. Sin la acción de las gonadotropinas hipofisiarias (FSH y LH) no sería posible la maduración del óvulo, ni la ovulación ni, en definitiva, la concepción y creación de un nuevo ser. 8. BIBLIOGRAFÍA • • • • “Anatomía y fisiología” Gary A. Thibodeau, Kevin T. Patton. Ediciones Harcourt, S.A. Año 2000. “Biología” Eldra Peral Solomon, Linda R. Berg, Diana W. Martin. McGraw-Hill Interamericana Editores S. A. Año 2001. Quinta edición. “Enfermería medico-quirúrgica” Brunner y Suddarth. Suzanne C. Smeltzer, Brenda G. Bare. McGraw-Hill Interamericana Editores S.A. Año 2002. Novena edición. “Diccionario Mosby” Medicina, enfermería y ciencias de la salud. Quinta edición. Ediciones Harcourt, S.A. Año 2000