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Instituto de Investigaciones en Ciencias del Comportamiento “IICC” Documento de trabajo Noviembre/2013 ENFOQUE SISTÉMICO DE LA PSICOPATÍA Por: Bismarck Pinto Tapia, Ph.D.* Universidad Católica Boliviana “San Pablo” *bpintot.ucb.edu.bo La Paz – Bolivia 2013 ENFOQUE SISTÉMICO DE LA PSICOPATÍA Por: Bismarck Pinto Tapia, Ph.D. Instituto de Investigaciones en Ciencias del Comportamiento (IICC) Universidad Católica Boliviana “San Pablo” RESUMEN El estudio de los psicópatas se ha realizado desde enfoques causales dando énfasis a un factor. El enfoque sistémico permite la comprensión de la interacción de los factores genéticos, neurofisiológicos, neuropsicológicos, cognitivos, familiares y sociales. La comprensión sistémica define la configuración del trastorno psicopático como una excepción de la condición humana, debido justamente a la intrincada relación de los factores que son indispensables para su formación. Se pone énfasis en la importancia de la empatía como proceso indispensable para el desarrollo moral, ausente en los psicópatas. Se añade la organización de identidad a partir de un estilo de apego inseguro por lo que se plantea la hipótesis de la incapacidad de manejar la angustia de separación, asociada a las experiencias amorosas, por lo que se plantea como precipitante de las conductas destructivas. Palabras clave: Psicopatía, enfoque sistémico, neuropsicología de los trastornos antisociales, psicología evolutiva, juicio moral. ABSTRACT The study was carried out psychopaths from approaches emphasizing causal factor. The systemic approach enables the understanding of the interaction of genetic factors, neurophysiological, neuropsychological, cognitive process, family, and social factors. The systemic understanding defines the configuration of psychopathic disorder as an exception to the human condition, precisely because of the intricate relationship of the factors that are essential for their formation. Emphasis is placed on the importance of 1 Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia empathy as essential to the moral development process, absent in psychopaths. Organizational identity is added from an insecure attachment style so the hypothesis of the inability to manage separation anxiety associated with love experiences, so it is seen as precipitating destructive behavior arises . Keywords: psychopathy, systemic approach , neuropsychology of antisocial disorders, developmental psychology , moral judgment. Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia 1. Introducción El enfoque sistémico hace referencia a una manera de pensar (Bateson, 1976) considera que el todo no es la suma de sus partes, sino que se establece a partir de las relaciones entre sus componentes (Bertalanffy, 1995). Se opone a la concepción secuencial de la realidad, según la cual existe una causa que explica la definición de un determinado fenómeno (Pinto, 2007). Desde la mirada sistémica se pretende ofrecer una explicación relacional de los fenómenos universales y de la conducta humana en particular. Interesa cómo se relacionan los elementos que componen un sistema para comprender sus funciones a partir de la finalidad de su organización (Pinto, ob.cit.). Es en ese sentido que pretendo ofrecer un modelo que pueda favorecer el análisis del comportamiento psicopático a la luz del enfoque sistémico. En 1801 la Psicopatía fue descrita por primera vez como un trastorno mental por Philippe Pinel (1745-1826) definiéndola como una manía sin delirio. Observó que estas personas poseían un normal funcionamiento de sus facultades mentales, sin embargo eran violentos e impulsivos sin que reconocieran el mal que producían, a la incapacidad de conciencia del daño la denominó delirio racional (Hauck, Teixeira & Dias, 2009). En 1888 el médico alemán Koch construye el concepto de Psicopatía haciendo referencia a las deficiencias mentales que ocasionan alteraciones en la concepción moral, siguiendo la línea de mentalidades inferiores asociadas a los trastornos mentales (Schneider, 1980). En 1907 Kraepelin introduce el término Psicopatía para referirse a los trastornos que no eran psicóticos ni neuróticos, se trataría de una especie de psicosis frustrada. Determina cuatro tipos: el criminal nato, el inestable, el mentiroso o tramposo mórbido, y el pseudo quejumbroso. Se trata claramente de la configuración de una patología de la moral; sin embargo, su propuesta dio lugar a que se utilice la palabra Psicopatía como sinónimo de trastorno de personalidad. Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia En 1930 Partridge reemplaza el término Psicopatía por sociopatía. Asume que las conductas antisociales son concomitantes al aprendizaje, mientras que la postura alemana era biologista (Partridge, 1930; Pinto, 2002). Cleckley (1941) identificó dieciséis criterios para identificar los rasgos de personalidad que caracterizan al psicópata, sobresaliendo el encanto superficial, la tendencia a la falsedad, la incapacidad de remordimiento, la insensibilidad ante el sufrimiento ajeno y la presencia de comportamientos antisociales. Karpman (1961) describió al psicópata como alguien insensible, emocionalmente inmaduro, con emociones elementales incapaz de integrarlas, incapaz de sentir miedo, y sin que disminuya sus conductas destructivas a partir del castigo. Hare y Frazelle en 1980 desarrollan los criterios básicos para evaluar la presencia de rasgos de personalidad presentes en la Psicopatía. Posteriormente Hare (1991) publica la Escala de Calificación de la Psicopatía. La fundamenta en la propuesta de Cleckley pero abandona la visión clínica global por información obtenida a partir de entrevistas semi estructuradas y archivos institucionales, de esa manera establece veinte ítems que abarcan los rasgos, conductas, indicadores y contra indicadores que ofrecieron mayor consistencia interna y fiabilidad. Los criterios elegidos son los siguientes: encanto superficial, egocentrismo, necesidad de estimulación, mentira patológica, manipulación, falta de remordimiento y culpabilidad, escasa profundidad de los afectos, falta de empatía, estilo de vida parásito, falta de control conductual, sexualidad promiscua, problemas de conducta desde la niñez, falta de metas realistas a largo plazo, impulsividad, irresponsabilidad, incapacidad para aceptar la responsabilidad de las propias acciones, varias relaciones maritales breves, delincuencia juvenil, revocación de la libertad condicional, versatilidad criminal. Cleckley pone énfasis en la incapacidad de empatía que afecta las relaciones interpersonales del psicópata, mientras que Hare se concentra en los efectos delictivos consecuentes con el egocentrismo. Todos los investigadores están de acuerdo con la incapacidad de remordimiento o la ausencia de conciencia moral que ciñe la estructura básica de la psicología psicopática (Hare, 2003). Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia Si bien, existe relación entre la Psicopatía y los asesinos en serie (Ressler & Sachtchman, 2005), la tendencia actual es considerar que no se trata de una categoría discreta, sino continua. Por ello es factible referirnos a un espectro psicopático. Los psicópatas independientemente a la gravedad de sus acciones (estafadores y asesinos), poseen como rasgos comunes: la insensibilidad o falta de empatía, la ausencia de remordimiento, la presencia de emociones elementales, el egocentrismo y la tendencia a la manipulación (Marcus, John & Edens, 2004). Es posible afirmar que del 15 al 20% de los convictos violentos tienen características que corresponden a este trastorno y que es probable que corresponda al 1% de la población en general (Hare, 1991). Dutton (2012) señala que las diez profesiones con mayor probabilidad de albergar psicópatas adaptados en orden de prioridad son las siguientes: gerente ejecutivo, abogado, comunicadores de televisión y radio, comerciante, cirujano, periodista, policía, sacerdote, chef de cocina, burócrata. Actualmente se encuentra interés en la descripción y detección de los psicópatas manipuladores (Garrido, 2000, Vicente, 2006, Marietan, 2011, Ronson, 2012). La divulgación del mito del psicópata como asesino despiadado a través del cine y la televisión1, lo que ha permitido que aquellos que no asesinan pasen desapercibidos a pesar del daño que pueden perpetrar. La Asociación Psiquiátrica Americana prefirió el término “Trastorno de Personalidad Antisocial”, (TPA). En el DSM IV (1994) y el DSM IV-TR (2000), establece las siguientes pautas diagnósticas más sobresalientes: presencia de un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se inicia en la adolescencia, fracaso de adaptación ante las normas sociales, deshonestidad, impulsividad e incapacidad de planificación, irritabilidad y agresividad, imprudencia, irresponsabilidad persistente, falta de remordimiento. Se enfatiza en que la persona debe tener por lo 1 La película más conocida sobre un psicópata ha sido “El silencio de los inocentes” (The silence of the lambs) con la extraordinaria actuación de Anthony Hopkins como un asesino despiadado. La serie Dexter también ofrece una excelente actuación en la personificación que hace Michael Hall, otra serie es Breaking Bad con un psicópata adaptado, personificado por Bryan Crastorn. Por otra parte han proliferado los documentales al respecto, por ejemplo:” Mujeres asesinas”, “Índice de Maldad”, “En la mente del asesino”, “Dementes”, etc. Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia menos dieciocho años, antecedentes de trastorno disocial y ausencia de psicopatologías asociadas a la psicosis. El DSM V, reformula la definición de Trastorno de Personalidad, reemplazando la concepción de “patrón dominante de pensar, sentir y comportarse” que predomina en el DSM IV-TR, por el criterio de “fracaso en la adaptación” en dos áreas: deterioro en la identidad personal y/o fracaso en las relaciones interpersonales. Abandona la clasificación de los trastornos mentales agrupados en ejes, de tal manera que el Eje II al que pertenecían los Trastornos de Personalidad ha desaparecido. (DSM V, 2013) Antes de la publicación del DSM V, se discutía la pertinencia de los Trastornos de Personalidad, se propuso considerarlos variantes de inicio precoz del Eje I (Trastornos clínicos y otros problemas que pueden ser objeto de atención clínica). En relación al TPA se pensaba incluirlo en una nueva agrupación clínica: Trastornos de Relaciones Interpersonales. En la misma se incluirían también el Trastorno Histérico y el Narcisista. (Esbeck & Echeburúa, 2011) El DSM V al definir los criterios del TPA toma en cuenta los componentes de desinhibición e irresponsabilidad y mezquindad, rasgos asociados con la falta de remordimiento, la manipulación y la agresión depredadora, descritos como básicos en la Psicopatía. Por su parte el CIE 10 (F60.2) en lugar de utilizar el término antisocial para esta patología, la designa como Trastorno Disocial de la Personalidad. Enfatiza el desprecio por las normas sociales y la ausencia de empatía. Menciona la resistencia al cambio ante situaciones adversas y al castigo, asimismo plantea la tendencia a la agresividad y a la violencia, para terminar comentando acerca de la incapacidad de remordimiento. Incluye a los siguientes trastornos de personalidad: amoral, antisocial, asocial, psicopático y sociopático. (O.M.S., 1996). Surge un problema de clasificación, si se entiende a los trastornos de personalidad como una alteración que afecta a los demás (Dimaggio y Semerari, 2008), indudablemente la Psicopatía puede ser considerada el paradigma de ello. Sin embargo si revisamos la postura cognitiva, plantea que el factor más importante en los trastornos de personalidad Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia es la crisis consigo mismo, lo que significa una identidad en crisis. Agrega además que se trata de individuos que no entienden cómo contribuyen a crear sus propios problemas y que tampoco saben cómo cambiar (Beck, & Freeman1999) Aspectos que no encontramos en los psicópatas, quienes al contrario tienen una fuerte imagen de sí mismos y una clara identidad. A esos planteamientos se debe añadir el hecho de que la Psicopatía no es una categoría taxonómica discreta, sino continua (Marcus, John, & Edens, 2004). Es posible pensar en la Psicopatía como un continuo que comprende a los psicópatas funcionales, los adaptados o cotidianos (Maritan, 2011) y los psicópatas criminales. Los psicópatas funcionales son aquellos que a pesar de poseer rasgos de personalidad coincidentes con la Psicopatía no son dañinos para la sociedad ni para ellos mismos. Se encuentran en actividades donde sus características pueden ser valoradas por la sociedad, como por ejemplo en los deportes de alto riesgo, en la actuación teatral, en trabajos arriesgados como en los bomberos, etc. (Dutton, 2012) Psicópatas criminales convictos Psicópatas funcionales PELIGROSIDAD Psicópatas criminales adaptados Figura 1: Continuo de la Psicopatía El psicópata adaptado en cambio, es una persona maligna que se esconde entre personas relativamente normales, es más, puede inclusive asumir un cargo que exige una moral impecable. Se trata de alguien con quien convivimos, esta relación, que al comienzo Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia parece ideal, se va transformando en traumática porque terminamos siendo maltratados. Los psicópatas en general y los adaptados en particular no pueden vernos como personas, se aprovechan de nuestras debilidades y de nuestras necesidades. Su capacidad de seducción hace con que muy difícilmente podamos detectarlos (Molina, 2011). Finalmente el psicópata convicto es aquél que debido a sus fechorías fue encarcelado, los delitos oscilan entre la estafa y el asesinato, en casi todos los casos, una vez cumplida la sentencia reinciden en sus delitos (Barbosa, 2011). La categoría que sitúa a los psicópatas crueles también puede ser comprendida como un continuo. Stone (2009) ha sugerido un sistema de clasificación que denomina “’índice de maldad”, consiste en un sistema que califica la maldad del 1 al 22. En el polo de menor crueldad sitúa a quien mata en legítima defensa, no muestra rasgos psicopáticos. En el puntaje 10 identifica a quienes asesinan a personas que le estorban para alguna acción, por ejemplo, testigos personalidad egocéntrica pero no psicótica; en el 22 a los psicópatas que infligen torturas extremas a sus víctimas y luego los asesinan. Este investigador establece con precisión que los asesinos pueden o no corresponder a la categoría de psicópatas, asume además que los rasgos psicopáticos se asocian a comportamientos más aberrantes y perversos que en aquellos que no los poseen. Lykken en 1954 estudia las respuestas psicofisiológicas de un grupo control con 15 prisioneros diagnosticados como sociópatas (Lykken, 1957), posteriormente postula que tres son los rasgos predominantes en estas personas: la búsqueda de sensaciones, la impulsividad y la ausencia de miedo (Herrero & Colom, 2006). Concluye que existen alteraciones en la organización psicofisiológica que se exacerban en el proceso de socialización. Posteriormente establece una clasificación de los psicópatas considerando la presencia o no de alteraciones fisiológicas. Es así que propone a la sociopatía como caracterizada por la ausencia de trastornos biológicos, por lo tanto respondería fundamental a la influencia del entorno. La Psicopatía primaria se restringe al grupo de psicópatas con dificultades para comprender las sensaciones del miedo, consecuencia de déficits en los Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia núcleos amigdalinos. Finalmente la Psicopatía secundaria representa a los psicópatas impulsivos (Lykken, 1996; 2000). Tabla 1: Diferencias y similitudes entre las Psicopatías de la taxonomía de Lykken Psicopatía Primaria Secundaria Sociopatía Empatía Inexistente Inexistente Inexistente Impulsividad Controlada Presente Presente Sensaciones del miedo Inexistentes Presentes Presentes Remordimiento Inexistente Presente Depende de la E.P.* Egocentrismo Presente Depende de la E.P.* Presente Manipulación Presente Depende de la E.P. Depende Emociones Fingidas y controladas Explosivas Depende de la E.P. Rasgo * E.P. = Estructura de la personalidad Blair (2003) indica que no se puede considerar a la Psicopatía como sinónimo de Trastorno de Personalidad debido a que existen causas diferentes. La Psicopatía se relaciona más con aspectos biológicos, mientras que el Antisocial se correspondería con la sociopatía por la influencia predominante del entorno (Sánchez, 1995) Según la Teoría General del Crimen (TGC) (Gottfredson & Hirschi, 1990) se enfatiza como núcleo de las personalidades criminales la falta de autocontrol definiendo sus seis particularidades fundamentales: a) Las personas con falta de autocontrol tienden a buscar la gratificación inmediata, al estar orientados hacia el ahora y no hacia el futuro. b) Los actos antisociales son consecuencia de la satisfacción inmediata de los deseos. c) Existe tendencia al riesgo y a la búsqueda de experiencias excitantes. d) Los jóvenes antisociales desarrollan problemas en sus relaciones interpersonales y pierden oportunidades de trabajo. e) Poseen poca habilidad de planificación y baja tolerancia a la frustración. f) Están centrados en sí mismos, son indiferentes hacia el sufrimiento y las necesidades del otro, sobre todo hacia las víctimas de sus actividades criminales. Enfoque sistémico de la Psicopatía Monahan, Steinberg, Cauffman, Bismarck Pinto Tapia & Mulvey (2009) investigan el desarrollo de actividades criminales en 1170 jóvenes entre los 14 y 22 años durante cinco años después de su liberación de centros de rehabilitación en dos ciudades estadounidenses (Phoenix y Philadelphia). Siguiendo los criterios de la TGC, hacen cinco evaluaciones durante el periodo de seguimiento, encuentran que durante los cinco años del estudio 37, 3 % de los jóvenes de la muestra vuelven a cometer pequeñas faltas antes de abandonar por completo sus conductas antisociales, 18,7 % continúan con delitos leves, 14,6 % mantienen sus felonías hasta los 16 años y luego las abandonan, 23,7 % incrementan sus conductas delictivas y paulatinamente las eliminan, 5,7 % las incrementan y mantienen. Según los investigadores de este estudio, la madurez se asocia con el decremento de las conductas antisociales, coincidiendo con la existencia de un pico etario (alrededor de los 17 años) a partir del cual disminuyen. Sin embargo el 5,7% no se ve afectado por el paso de los años. Este grupo es el que podemos asociar con el trastorno psicopático. Es pertinente señalar por lo tanto, que una de las características indispensables para el diagnóstico de la Psicopatía es la incapacidad de rehabilitación y la tendencia a la reincidencia en los actos delictivos. 2. Factores biológicos en la Psicopatía Los estudios acerca de la relación entre la psicopatía y los factores biológicos enfatizan la importancia de la genética, por ejemplo Denno (2013) hace la revisión de diez investigaciones que muestran la presencia de una alta relación entre los factores genéticos y los rasgos de personalidad presentes en los psicópatas. Rhee y Waldman (2002) indican que existe suficiente evidencia en el estudio de adopciones y herencia para afirmar que la Psicopatía es consecuencia de factores genéticos. Ferguson (2010) lleva a cabo una meta análisis sobre la relación entre genes, personalidad y comportamiento antisocial. Halla que el 56% de la varianza muestra la relación con los genes, mientras que el 11% presume la influencia no genética, y el 31% la interacción genética con otras variables. Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia Un interesante estudio que consideró a 240 niños con déficit atencional y trastorno hiperactivo, identificó a niños con presencia de valina/metionina una variante del catecol 0-metiltransferase (COMT), un gen presente en el comportamiento antisocial de los niños con conductas violentas y no en aquellos que no las manifiestan (Thapar y cols., 2005). Sadeh, Javdani y Verona (2013) confirman la importancia de los genes monoaminérgicos con la predisposición a la expresión de comportamientos violentos. Viding y McCrory (2012) establecen que los niños con rasgos de insensibilidad emocional tienen más probabilidades que otros para desarrollar estructuras de personalidad psicopáticas, porque sustancialmente tienen problemas para modificar su comportamiento ante el castigo y en reconocer las emociones en los rostros lo cual deriva en dificultades para ser empáticos. Estos autores asumen que la insensibilidad emocional es consecuente con factores genéticos antes que sociales. Caspi y colaboradores (2002) encontró disminución de la monoamino oxidasa (MAOA) en el cromosoma X de niños víctimas de maltrato familiar quienes al convertirse en adultos tuvieron más probabilidades de manifestar conductas criminales y ser arrestados. Nilsson y sus colaboradores (2007) confirmaron ese hallazgo, al encontrarlo en niños maltratados con alto riesgo de conductas disociales. Borja y Ostrosky (2013) confirman el anterior estudio al verificar la baja de MAOA en niños víctimas de maltrato físico y sexual, al estudiar los antecedentes familiares de 194 reos mexicanos y la aplicación del Early Trauma Inventory. Desde la perspectiva metabólica, la MAOA es responsable por la regulación de dopamina, indispensable para la organización del sistema de recompensa. Ruckholtz y sus colaboradores (2010) encontraron que el comportamiento impulsivo de los psicópatas es predecible a partir de las disfunciones del núcleo accumbens regulador y predictor de la actividad neural encargado de la activación de la dopamina. Soderstrom, Blennow, Sjodin y Forsman, (2003) estudian la presencia de metabolitos responsables para la regulación dopaminérgica en 28 agresores sexuales, identifican que el ácido indolacético (5-HIAA) precursor del ácido homovanílico (HVA) podría ser un determinante en la manifestación de conductas violentas. Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia Si bien está suficientemente documentada la influencia de la testosterona en el comportamiento violento (Dabbs, y Dabbs, 2000) se ha encontrado evidencia que señala su participación en los procesos empáticos. Por ejemplo Hermans, Putman y Van Honk (2006) administran testosterona a un grupo de mujeres y comprueban que disminuye su capacidad de reconocer emociones en rostros. Por otra parte, Terburg, Morgan y van Honk (2009) encuentran que la testosterona se asocia con la expresión agresiva en los psicópatas a partir del manejo inadecuado del estrés. Esta es la razón por la cual existen más psicópatas varones que mujeres, en una proporción de 3 a 1. Glenn, Raine, Schug, Gao y Granger, (2011) encontraron que el cortisol (hormona que se segrega ante la presencia de estrés) en el caso de los psicópatas activa la producción de testosterona, por ello es posible conjeturar que el estrés deriva en conductas violentas en la Psicopatía. Glenn y Rainer (2008) consideran que los procesos neurobiológicos en la psicopatía se relacionan fundamentalmente con la desregulación de la dopamina y la disminución del ácido hidroxiindoleacético (5-HIAA) principal metabolito de la serotonina. Moul, Dobson, Brennan, Hawes y Dadds (2013) identifican vínculos entre la serotonina, la regulación de las regiones prefrontales y el comportamiento violento en los psicópatas. Los estudios realizados por Higley y Mehlman (1996) relacionan las falencias de la serotonina y el incremento de testosterona presentes en los psicópatas con la expresión de las conductas violentas. 3. Neuropsicología de la Psicopatía La evidencia de los estudios genéticos y neurológicos, promueven que Krupp, Sewall, Lalumière, Sheriff y Harris (2013) elaboren un modelo de la Psicopatía resultante de mecanismos neurológicos deficitarios que ocasionan graves deterioros en los procesos de adaptación social. Las falencias del sistema nerviosos de los psicópatas promueven una organización inadecuada del procesamiento cognitivo de la información. En la Tabla 2 se presenta una síntesis de los vínculos entre los rasgos psicopáticos y los desarreglos neuroquímicos. Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia Tabla 2. Rasgos psicopáticos y su relación con las disfunciones neuroquímicas Rasgo psicopático Disfunción neuroquímica Violencia 5-HIAA (+)Testosterona (+) Serotonina (-) Impulsividad COMT (+) Insensibilidad Dopamina (-) Ausencia de empatía Testosterona (+) Manejo Cortisol (+) Testosterona (+) inadecuado del estrés Resistencia al castigo Dopamina (-) += incremento - = decremento Patterson y Newman, (1993) plantean que el deterioro cognitivo más importante en los psicópatas es la incapacidad de regulación o modulación de la actividad psíquica, asociada a disfunciones prefrontales. Varios estudios confirman esa tesis (Gorenstein, 1982; Shamay-Tsoory, Harari, Aharon-Peretz y Levkovitz, 2010; Munro y cols. 2007; Dolan, 2012; Angrilli, Sartori y Donzella, 2013). Al fallar el proceso de regulación cognitiva se altera la planificación y las funciones ejecutivas (Snowden, Gray, Pugh, yAtkinson, 2013; Pinto y Elena, 2013), por lo que es posible identificar falencias en la actividad práxica de los psicópatas (Pham, Vanderstukken, Philippot, y Vanderlinden, 2003). Es notable la afección de la emotividad en la Psicopatía (Domes, Hollerbach, Vohs, Mokros y Habermeyer, 2013). Entendemos a la emoción como las reacciones conductuales y subjetivas producidas por estimulación del ambiente o del organismo que se acompaña de procesos neurovegetativos (Delgado y Mora, 1998). En ese sentido la psicología psicopática procesa la emotividad de manera peculiar, siendo el efecto más notable la alteración de las relaciones interpersonales debido a la incapacidad empática. La palabra empatía es utilizada para responder dos preguntas: ¿cómo saber lo que el otro piensa y siente? ¿Qué lleva a que alguien se preocupe para aplacar el sufrimiento Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia de otra? La respuesta conlleva a la capacidad humana de colocarse en el lugar del otro (Decety e Ickes, 2009) En 1996 el equipo de investigación neurológica de la Universidad de Parma dirigido por Giacomo Rizzolatti descubrió la existencia de neuronas responsables por el comportamiento imitativo en monos. En 2004 publican un artículo que hace referencia a la presencia de las mencionadas neuronas en el cerebro humano y el postulado de la empatía, asociada a este sistema neuronal (Rizzolatti y Craighero, 2004) Poco tiempo después se evidenció que en el cerebro psicopático existe déficits de las neuronas espejo (Fecteau, Pascual-Leone y Théoret, 2008), lo que explicaría la incapacidad de empatía. Hétu, Taschereau-Dumouchel, y Jackson, (2012) estudian la estimulación de neuronas espejo en cerebros de psicópatas Existe evidencia entre la actividad del cerebelo y la capacidad empática (Roldan Gerschcovich, Cerquetti, Tenca y Leiguarda, 2011). Los primeros estudios con neuroimágenes de cerebelos en psicópatas mostró alteraciones anatómicas importantes (Deeley, Daly, Surguladze, Tunstall, Mezey, Beer y Murphy, 2006). Posteriormente se halló coincidencia entre los errores de juicio moral de los psicópatas y disfunciones cerebelosas (Demirtas-Tatlidede, y Schmahmann, 2013). Otra región del cerebro afectada en psicópatas es la región medial del lóbulo temporal derecho. Esta zona es la responsable por la conciencia emocional (Corradi-Dell'Acqua, Hofstetter y Vuilleumier, 2013). Sabemos que su actividad se relaciona con la recuperación de las emociones en los procesos nemónicos (Denkova y cols. 2013). Como también su enlazamiento con el sistema límbico lo que lo convierte en un procesador cognitivo de las emociones (Coccaro, Sripada, Yanowitch y Luan Phan, 2012) En el estudio de pacientes con epilepsia de lóbulo temporal se ha observado la presencia de conductas impulsivas agresivas (Helmstaedter y Witt 2012). Boccardi y cols. Han encontrado evidencia entre las lesiones de las regiones mediales del lóbulo temporal y la alteración emocional, Analizando los lóbulos temporales en psicópatas se han Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia encontrado disfunciones, lo que se puede relacionar con la labilidad emocional y con la violencia (Anderson y Kiehl, 2012; Juárez y cols. 2012; Una característica sorprendente de la psicología de los psicópatas es la incapacidad de reconocer el miedo (Cleckley, 1941; Lykken, 1957, Hare, 1991, 2003). El sustrato fisiológico del miedo es la ansiedad, presente en distintas especies, cumple la función de activar al organismo para la huida ante la presencia de una amenaza. Ante la posibilidad de peligro, los organismos ejecutan un sistema de respuestas que se denomina evaluación de riesgo (Becerra-García y cols. 2007). La ansiedad asociada a la evaluación de riesgo es producto de la incertidumbre. El origen las emociones que acompañan dicha evaluación se encuentra en la interrupción de los planes. (Caballero y cols. 2007). Es importante señalar que el proceso evaluativo no requiere necesariamente de la participación de las emociones, puede hacerse de manera racional y voluntaria, además de contemplar un complejo sistema de procesos emocionales (Giner-Sorolla, 2001). El síndrome Klüver-Bucy se manifiesta en la enfermedad de Alzkheimer, la de Pick y en el herpes encefalítico, se caracteriza por graves alteraciones de la emotividad además de hiperoralidad, agnosia visual, amnesia, hipermetamorfosis y abulia. Los estudios neurológicos demostraron que existe disfunción en las regiones internas de los lóbulos temporales y en la actividad del núcleo amigdalino (Lilly, Cummings, Benson y Frankel 1983). Kapp, Frysinger, Gallagher y Haselton (1979) se interesaron en el síndrome y elaboraron una serie de experimentos para identificar las funciones de la amígdala. Comprobaron que su núcleo central se relaciona con el condicionamiento del miedo, al ser lesionado en cerebros de monos, éstos eran incapaces de asociar los estímulos amenazantes con la respuesta de ansiedad. Posteriormente Kapp Pascoe y Bixler (1984) establecieron que las lesiones en el núcleo central de la amígdala (NCA) impedían el condicionamiento aversivo. En otro experimento, a conejos se los condicionaba a responder con conductas de evitación ante un sonido que se asociaba con choque eléctrico; aquellos a los que se les lesionó el Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia NCA eran incapaces de evitar la descarga (Pascoe y Kapp 1985). Posteriores investigaciones han demostrado que el NCA está relacionado con la incapacidad de provocar varias respuestas del miedo (inmovilidad, dolor y estrés) (Davis, 1992; Cohen y Eichenbaum, 1993; LeDoux, 2003; Li, Penzo, Taniguchi, Kopec, Huang y Li, 2013). En síntesis, el NCA es el responsable por el condicionamiento de las respuestas de ansiedad que ocasionan parálisis muscular, incremento de la presión sanguínea, estrés y reflejo de alarma (LeDoux, 2000). Entonces, es una estructura mediadora entre la corteza cerebral y el sistema nervioso autónomo: el estímulo aversivo se constituye en estímulo emocional , se dirige al tálamo que no hace una selección enviando la información amplia a la amígdala done se realiza el procesado de la diferenciación a partir inicialmente por el núcleo lateral de la amígdala y derivado a los núcleos basal, al basal accesorio y finalmente al NCA, el cual se conecta con las regiones responsables del control emocional. CORTEZA SENSORIAL camino principal TÁLAMO SENSORIAL ESTÍMULO EMOCIONAL NÚCLEO AMIGDALINO RESPUESTAS EMOCIONALES Figura 2. Camino principal y secundario del núcleo amigdalino (Fuente: LeDoux, 1999, p. 183). LeDoux (2000) establece que el sistema emocional recorre dos vías neurales, la primera mediata incide en los procesos corticales permitiendo darle significado a la experiencia perceptual, por una parte y emocional por la otra; la otra, secundaria el estímulo Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia aversivo se dirige a través del tálamo de manera inmediata a la amígdala. Por ello existe coincidencia con el modelo diferencial de la evaluación del riesgo, es posible analizar una situación amenazante sin el recurso de las emociones cuando se inhiben las funciones reguladoras del NCA. Cleckley (1941) considera que la ausencia de ansiedad es el rasgo predominante de la psicopatía. Lykken (2000) añadirá que el Psicópata Primario se caracteriza por su incapacidad de sentir miedo. Es interesante agregar que Matthies (2012) encontró vícnulos entre las funciones de la amigdala y las conductas violentas. Koenigs, Baskin-Sommers, Zeier y Newman (2010) realizan una revisión sobre los estudios neurobiológicos de la Psicopatía durante los últimos años, identifican los siguientes correlatos neuroanatómicos: malformaciones en el sistema límbico y alteraciones afectivas (Kiehl, 2001); anormalidades en el cuerpo calloso (Raine, 2003); amígdala y su relación con el condicionamiento del miedo; hipocampo anormal y la activación de la violencia (Laakso, 2001; Birbaume, 2005); cambios en la materia gris del giro temporal superior derecho (Muller, 2008); malformaciones en el interior de la amígdala (Yang, 2009); la producción deficiente de la dopamina por las regiones mesolímbicas y su relación con el sistema de recompensa-castigo (Buckholtz, 2010); lóbulo temporal y reconocimiento emocional en los rostros (Kiehl, 2004; Deeley, 2006); los lóbulos frontales y el juicio moral (Glenn, 2009); malformaciones en el núcleo estriado (Glenn, 2010).Tabla 3. Zonas cerebrales disfuncionales en la Psicopatía y las funciones alteradas. Zona cerebral disfuncional Función alterada Núcleo central de la amígdala Condicionamiento del miedo Prefrontal Control de impulsos, violencia y juicio moral Sistema límbico Emocionalidad Hipocampo Control de la violencia Regiones mediales del lóbulo temporal Sistema de recompensa-castigo Lóbulo temporal derecho Reconocimiento emocional en los rostros Núcleo estriado Déficits psicomotores Cerebelo Empatía Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia Culpa Ineficacia del castigo Control de impulsos Psicopatía Emocionalidad Violencia Emociones en rostros Ausencia de miedo Empatía Figura 3. Modelo relacional de los procesos cognitivos disfuncionales en la Psicopatía En la Tabla 3 se presenta una síntesis de las zonas cerebrales alteradas y sus relaciones con las disfunciones cognitivas. Las diversas falencias en el procesamiento cognitivo de la información se relacionan con la manifestación de las conductas antisociales. La incapacidad de empatía, la alteración en el reconocimiento de las emociones en los rostros, la falta de miedo y la ineficacia del castigo, conlleva a las conductas frívolas y desconsideradas con sus víctimas, además de generar la imposibilidad de remordimiento. Las falencias en el control de impulsos y regulación emocional junto a las anteriores condiciones promueven la manifestación de conductas violentas (Figura 3). 4. Factores psicosociales en la Psicopatía Los estudios que enfocan los factores psicosociales vinculados a la psicopatía (v.g. Blair, Peschardt, Budhani, Mitchell, y Pine, 2006; Farrington, 2007) enfatizan principalmente los vínculos familiares y el desarrollo de la conducta moral (Kohlberg y Herssh, 1977; Walker y Taylor, 1991; Coles, 1998; White, 2000; Smetana y cols. 2012; Malti, Eisenberg, Kim y Buchmann, 2013) que definirían las bases antisociales en la Psicopatía (Marshal y Cook, 1999; Frías, López y Díaz, 2003; Farrington, 2006; Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia Farrington, Ullrich y Salekin, 2010; Cadena, de la Rubia, Armenta, Valdivia y Díaz, 2010). Uno de los factores que obtiene correlación positiva con la psicopatía es el maltrato físico o sexual recibido en la familia (Gelles, 1973; Dodge, Pettit, Bates y Valente, 1995; Weiler y Widom, 1996; Lang, Klinteberg y Alm, 2002; Gao, Raine, Chan, Venables y Mednick, 2010; Kolla y cols. 2013). Desde la perspectiva sistémica se sostiene que la negligencia, el abuso sexual, el maltrato físico y psicológico conllevan estados depresivos en la organización psicológica de los hijos (Linares, 2012). Se trata de un juego relacional familiar en el cual los hijos son triangulados por los padres para mantener la homeostasis familiar, en detrimento de la valoración y la satisfacción de las necesidades afectivas (Pinto, 2011). Los hijos generan procesos inadecuados para la definición de su identidad por lo que asumen sentimientos de odio y desamparo que en el caso de los psicópatas deviene en violencia. Desde la psicología cognitiva la experiencia de abuso y maltrato se integra a un sistema de condicionamiento, base para la organización de esquemas cognitivos en los cuales se establecen lazos entre el placer y la violencia (Blair, 1995; Seager, 2005; Lobbestael y Arntz, 2010 Wilks-Riley y Ireland, 2012). Durante las experiencias traumáticas del abuso, el cerebro del niño genera procesos de protección asociados a la desrealización y a la despersonalización, aprendiendo a inhibir el dolor, la vergüenza y el miedo. Al mismo tiempo asocia las estructuras de estímulos presentes en el entorno y en su organismo. Willemsen, De Ganck y Verhaeghe, (2012) plantean que los psicópatas devienen de la manifestación del estrés postraumático consecuente con las experiencias infantiles de abuso y maltrato, confirmando el proceso de aprendizaje condicionado al cual hice referencia. La otra hipótesis en relación al aprendizaje de la violencia, proviene de la teoría del modelaje (Bandura y Ross, 1961; Bandura, 1977; Bapat y Tracy, 2012; Jennings y cols., 2013; Moul y Dadds, 2013). Según esta teoría las conductas violentas son resultado de la observación de otros ejerciéndolas, se inicia con la atención hacia el otro violento, se retiene la secuencia de sus conductas, luego se las ejecuta siempre y cuando Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia sean reforzadas para generar la motivación indispensable para ejecutarlas. Como consecuencia de esta teoría se vienen realizando investigaciones sobre la relación entre los video juegos y la violencia (v.g. Anderson y cols. 2010), los programas televisivos violentos y su imitación (v.g. Wilson y cols. 2012) y la influencia de la música en las conductas antisociales (v.g. Ter Bogt y cols. 2013). Minuchin (1986) se aproximó al problema del comportamiento antisocial desde el análisis estructural de la familia, definiéndolo como resultado de la desorganización jerárquica y la permeabilidad o rigidez excesivas de las fronteras entre los subsistemas parentales y filiales. En ese sentido los comportamientos antisociales se fomentan en familias rígidas con hijos que asumen el rol dominante sobre los padres (hijos parentales), más probable aún en familias migrantes con procesos de desculturización (Minuchin, Chamberlain y Graubard, 1967; Deković, Wissink y Marie Meijer, 2004; Sobral Fernández, J., Gómez-Fraguela, J., Romero, E., & Villar) En 1999 Marshal y Cook identificaron entre los factores predictores de las conductas psicopáticas la importancia del control parental, los psicópatas carecieron de él. Otros estudios confirmaron este hallazgo (Salihovic, Kerr, Özdemir y Pakalniskiene, 2012). Se entiende por “control parental” al "… conjunto de conducta de los padres que implican atención a y el seguimiento del paradero de los hijos, actividades, y adaptaciones " (Stattin y Kerr, 2000, p. 1072). El control parental efectivo es un factor fundamental para evitar la manifestación de conductas antisociales (Vieno, Nation, Pastore y Santinello, 2009). Otro factor influyente en el desarrollo de la psicopatía es la relación con la madre, Wells (1982) observó que en las familias de psicópatas la madre no protegió a los hijos del maltrato perpetrado por el padre o los hermanos. Gao, Raine, Chan, Venables y Mednick (2010) estudiaron las familias de 333 psicópatas, encontrando como elemento común conflictos graves en la relación conyugal de sus padres, además de la presencia de separación marital durante los tres primeros años de vida de los participantes del estudio, lo que conllevó desprotección ante la violencia de los padres. Se han desarrollado investigaciones acerca de la importancia del maltrato ejercido por los hermanos en la historia familiar de algunos psicópatas (Farrington, Ullrich y Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia Salekin, 2010; Whiteman, Jensen y Bernard, 2012; Levesque, 2012; Khan y Cooke, 2013). Fuera de la familia, existe relación entre las experiencias de rechazo social en la niñez y la adolescencia (implica, insultos, bromas pesadas, acoso escolar (bullying), maltrato físico, etc,) con el desarrollo de conductas antisociales en las víctimas (Dodge, 1983; Dodge, Lansford, Burks, Bates, Pettit, Fontaine y Price, 2003; Hess y Picket, 2010; Light, Rusby, Nies, y Snijders, 2013). Otro factor relacionado con el desarrollo de comportamientos antisociales es el fracaso escolar (Dishion, Patterson, Stoolmiller y Skinner, 1991; McEvoy y Welker, 2000; Algozzine, Wang y Violette, 2011). Es probable que los déficits de afrontamiento de los problemas sociales presentes en la historia de los psicópatas sea parte del manejo inadecuado del estrés (Krupp, Sewall, Lalumière, Sheriff y Harris, 2013). Se ha encontrado relación entre el apego inseguro y la psicopatía (Saltaris, 2002). Arrigo y Griffin (2002) analizan el caso de la asesina en serie estadounidense Aileen Wuornos. Parten de la hipótesis según la cual las pérdidas no resueltas hacen probable la manifestación de conductas violentas (Bowlby, 1980, p.7), comprueban su consolidación en la historia de Wuornoss al identificar un estilo de apego ansioso/huidizo. Fagot y Kavanagh (1990) siguen el desarrollo de 109 niños con apego inseguro ansioso/huidizo según la “situación extraña” de Ainsworth, evaluados cuando tenían 18 meses. Los padres manifestaron que los niños presentaron problemas de conducta desde los dos años de edad. Este estudio confirma la predominancia de conductas violentas asociadas al apego inseguro. Lyons (1996) identifica estilos de apego desorganizados en niños agresivos en su escuela, asociados con la adversidad familiar, la hostilidad parental, presencia de depresión de los padres. Deklyen y Greenberg (2008) proponen un modelo para explicar la desadaptación en los niños, comprende cuatro áreas deficitarias: apego inseguro, ineficacia parental, alto nivel de adversidad familiar y la presencia de rasgos atípicos en el niño. Centrándose en el apego inseguro, plantean que existen tres causas determinantes para el desarrollo de Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia la desadaptación: primero, la alteración de la regulación emocional en la díada cuidador-niño; segundo, el desarrollo de estrategias manipulativas para conseguir la protección a las que recurre el hijo (v.g. berrinches, aislamiento, agresiones, etc.); tercero, el pequeño organiza esquemas cognitivos rígidos asociados a los patrones de conducta que aprende para protegerse de la angustia. La angustia es el sentimiento que evocamos ante la pérdida, se trata de una sensación de vacío y desesperación. Swogger, Walsh, Homaifar, Caine y Conner (2012) encontraron que existe relación entre la angustia y la psicopatía. Llegan a esa conclusión después de relacionar los resultados de la escala de Hart (PCL: SV) para identificar rasgos psicopáticos con la Novaco Anger Scale (NAS) que identifica señales de angustia en una muestra de 851 pacientes psiquiátricos. La incapacidad de manejar la angustia resultante de las experiencias de pérdida conllevan el surgimiento de la desesperación que el psicópata no es capaz de canalizar hacia la búsqueda de consuelo y protección, lo cual deriva en la manifestación de conductas violentas. Mills, Kroner y Forth (1998) evalúan a 204 convictos con rasgos psicopáticos a través de la NAS, encuentran altos niveles de relación entre la angustia y el comportamiento violento. Este estudio valida la hipótesis de Novaco (1994). La angustia puede ser incrementada por el consumo de alcohol (Leibsohn, Oetting, y Deffenbacher, 1994) y drogas (Rewls, 1994). Es indudable que las adicciones a las drogas y al alcohol subyacen en las conductas violentas (Rivas y cols. 2010; Birkley, Giancola y Lance, 2012; Hansson, M., & Rosengren, S. 2013). Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia Familia disfuncional Maltrato físico y sexual Angustia y Violencia Estrés post traumático Control parental ineficaz Apego inseguro Desprotección materna Rechazo social Modelamiento de la violencia Fracaso escolar Manejo inadecuado del estrés Maltrato de los hermanos Drogas y alcohol Figura 4. Modelo relacional de los factores psicosociales en la Psicopatía. La Figura 4 muestra una síntesis de las relaciones entre los factores psicosociales y la incapacidad de manejar la angustia que es transformada en violencia en las personalidades psicopáticas. La disfuncionalidad familiar, ya sea organizada de manera rígida, disgregada o amalgamada promueve la expresión del incesto, a su vez favorecido por la ineficacia del control parental y la desprotección de la madre. Esta configuración relacional facilita el maltrato por parte de los hermanos y la falta de vínculos amorosos que promuevan la búsqueda de protección ante el rechazo social y los problemas de adaptación escolar. La familia proporciona modelos de violencia que pueden condicionarse en los patrones conductuales del psicópata, además, claro está de producir sentimientos de odio que se dirigirán hacia imágenes similares a las vividas en las primeras experiencias afectivas. Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia En un entorno disfuncional el niño no puede organizar recursos de afrontamiento ante las situaciones estresantes, además por el estilo de apego inseguro carece del refugio emocional indispensable para procesar sus experiencias de pérdida. Es probable que las vivencias traumáticas establezcan patrones conductuales propios del estrés postraumático que se pueden exacerbar por el uso de drogas y alcohol. 5. Modelo relacional sistémico de la Psicopatía. El análisis causal de la Psicopatía no permite la comprensión cabal del fenómeno, porque los factores biológicos, neuropsicológicos, familiares y sociales son insuficientes por si solos de producir los rasgos psicopáticos. No todos los portadores de los genes encontrados en asesinos son asesinos, ocurre lo mismo con los indicadores hormonales o las lesiones cerebrales (Lykken, 2000). El desarrollo de investigaciones sobre la resiliencia y el comportamiento antisocial (v.g. Cicchetti y Garmezy, 1993; Gardner y cols., 2013), realizado generalmente desde perspectivas psicosociales, demuestran la existencia de personas que coinciden con la mayoría de los factores que predisponen comportamientos psicopáticos y que sin embargo no los manifiestan. Me atrevo a formular que la psicopatía es resultado de la interacción entre los cuatro factores identificados. Siguiendo el razonamiento de Haley al explicar la esquizofrenia (Haley, 2005), para forjar una persona psicopática se requiere un bagaje genético que produzca alteraciones en la producción de determinadas hormonas, disfunciones cerebrales asociadas a la incapacidad de procesar ciertas emociones y determinados procesos cognitivos. La persona tiene que pertenecer a una familia disfuncional que favorezca el maltrato de los progenitores y hermanos, además de propiciar la manifestación del incesto. Se requiere una familia con padres ineficaces en el control y en la protección, además debe poseerse un estilo de apego inseguro que impida el procesamiento funcional de las pérdidas. No es suficiente el cúmulo de factores biológicos, neuropsicológicos y familiares, sin la presencia del rechazo social, además del fracaso escolar. La interacción de esos elementos se exacerba con la imposibilidad de manejar el estrés lo que suele estar acompañado del abuso de alcohol y drogas. La Figura 5 sintetiza el modelo. Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia Biología Neuropsicología Psicopatía Organización familiar Entorno social Figura 5. Modelo relacional sistémico de la organización de la personalidad psicopática. La presencia de los factores mencionados debe activarse a partir de una situación que produzca angustia para que la persona exprese su crueldad en las formas más bizarras de la psicopatía exhibidas en los asesinatos seriales (Stone, 2009). La pérdida obliga a la expresión del estilo de apego, el seguro suscita la búsqueda de consuelo, el inseguro la agresividad y la huida (Bowlby, 1984; Ainsworth, 1989; Pedrry, 2009). En el Psicópata la experiencia de pérdida no puede ser procesada por la carencia de un sistema de apego seguro que dirija la angustia de separación a la búsqueda de consuelo y protección (Lovelace y Gannon, 1999). Por ello es que se convierte en rabia y se dirige hacia la destrucción de las personas que se asocian con las experiencias traumáticas (Leyton, 2005). El modo de actuar tiene que ver con los patrones de conducta condicionados también el pasado crítico, como si al repetirse una y otra vez se pudiera resolver lo pendiente. La persona no siente remordimiento por sus Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia acciones, considera que sus víctimas merecen lo que reciben, incapaz de empatía y de detenerse, asocia la venganza con el placer (Hare, 2003). El amor obliga a la activación de nuestro sistema de apego (Hazan y Shaver, 1987; McCarthy y Maughan, 2010) porque necesariamente se liga a la posibilidad de pérdida. Cuando se produce la ruptura amorosa se la experimenta como una pérdida ambigua (Boss, 2009, Pinto, 2013), por lo que el sufrimiento excede a las vivencias de duelo por muerte (Pinto, ob.cit.). En el caso del Psicópata, es incapaz de soportar la ruptura amorosa porque ha idealizado el amor al no poseer referentes amorosos en su familia de origen, además sitúa la esperanza de ser reconocido en el vínculo romántico. La Figura 6 sintetiza el modelo de la precipitación violenta ante la pérdida amorosa. El caso de Aileen Wuornos (1956-2002) puede servir como ejemplo. Esta asesina serial perteneció a una familia disfuncional, su padre se suicidó, su madre fue negligente con ella. Su abuelo la abusó sexualmente una vez que su madre la abandonó junto a su hermano con él y la abuela. Aileen se embarazó a los catorce años y abandonó a la criatura. Durante su adolescencia se dedicó a la prostitución y a cometer diversos delitos por los que varias veces fue encarcelada. Establece un vínculo amoroso tormentoso con Tyria Jolenne Moore, en una clara colusión (Pinto, 2011) son incapaces de manejar sus conflictos que los canalizan a través de frecuentes asaltos y otras felonías. Después de una disputa con su pareja comete su primer asesinato, después matará a seis hombres más (Shipley y Arrigo, 2004; Wuornos y Berry-Dee, 2006). Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia Idealización amorosa Apego inseguro Desesperación Incapacidad de manejar la ruptura Rabia en vez de sufrimiento Figura 6. Modelo de la precipitación de la conducta violenta ante la pérdida amorosa en el Psicópata. El caso de Wuornos es un claro ejemplo de la interacción de los factores involucrados en la organización de la personalidad psicopática. Su personalidad se caracterizaba por impulsividad, violencia, ausencia de miedo y remordimiento, antecedentes de conductas antisociales precoces, manipulación y mentiras, falta de empatía, sexualidad promiscua, irresponsabilidad, crueldad con sus víctimas debido a la ausencia de empatía (Wuornos y Berry-Dee, ob.cit.) Es difícil asegurar la presencia de factores genéticos asociados a su maldad, sin embargo, llama la atención la inestabilidad emocional del padre, las conductas incestuosas del abuelo y la negligencia de la madre, que marcarían antecedentes familiares antisociales. Lo que sí es posible confirmar es el entorno familiar disfuncional, la ausencia de control y la carencia de protección, asociados, claro está a un estilo de apego inseguro (Arrigo y Grigffin, 2004). Otro caso ejemplar es el del asesino múltiple colombiano Campo Elías Delgado. A los seis años presencia el suicidio de su padre. Se pasó el resto de su vida culpando a su madre por la muerte de su padre por lo que la golpeaba y humillaba con frecuencia. Se Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia alista en el ejército estadounidense y participa en las Fuerzas Especiales durante la guerra de Vietnam. Al regresar a Colombia se dedica a dar clases particulares de Inglés mientras continua viviendo con su madre. Su vida transcurre con monotonía y aislamiento, se enamora de una estudiante, cuando ésta lo rechaza es presa de la desesperación, asesina a la joven y a la madre de ésta. Posteriormente se dirige al edificio donde vivía mata a su madre y a varios vecinos, luego se dirige al restaurante Pozzetto donde dispara despiadadamente y asesina a más de veinte personas (Olaya, 2007). Carvajal (2008) al respecto de este asesino escribe: “se concentran las ambigüedades de un ser atormentado, definido en su odio hacia el mundo que le ha tocado vivir, acosado por sus fantasmas; él ve como única salida la muerte, la destrucción del mundo y de los seres que lo habitan, incluyendo a él mismo”(p. 122). Si bien este asesino responde al perfil de la personalidad esquizoide no deja de poseer rasgos psicopáticos: egocentrismo, falta de remordimiento y culpabilidad, falta de empatía, estilo de vida de parásito, falta de control conductual, problemas en su vida sexual, impulsividad. Los antecedentes familiares son insuficientes para aseverar la presencia de factores biológicos. Sin embargo, la influencia de la formación como soldado en el ejército, hace probable una personalidad sociopática (Ray, 1972; Fontana y Rosenheck, 2005; Booth, S., Larson, G. E., Highfill, R., Garland, C., & Gaskin, 2010; MacManus, Dean, Al Bakir, Iversen, Hull, L., Fahy y Fear, 2012). Llama la atención la precipitación de su conducta asesina a partir del rechazo amoroso, al apuñalar salvajemente a su estudiante muestra la ira contenida hacia las mujeres en general y a su madre en particular, impulsándolo a matarla. Finalmente, otro caso famoso fue el del estudiante surcoreano Cho Seung-Hui, perpetrador de la masacre de Virginia Tech. A los ocho años migra a Estados Unidos, fue víctima de maltrato y abuso sexual en su familia. Se lo ha descrito como solitario, violento y con tendencias piromaníacas (Gómez, 2007). Este muchacho fue víctima de segregación y acoso escolar (Glaze, 2013) Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia Estaba obsesionado por una muchacha quien claramente le advirtió que no podía esperar nada de ella. Este fue el precipitante para que decida disparar contra los alumnos del establecimiento educativo, mató a 32 e hirió a 17 antes de suicidarse. 6. Conclusiones Independientemente a la fascinación que genera el estudio científico de la maldad (Zimbardo, 2008), es imprescindible la comprensión de las conductas violentas para prevenirlas y desarrollar programas de rehabilitación (v.g. Horstkötter y de Wert, 2013; Ogloff y Davis, 2004). Aún se mantiene el debate entre el Trastorno de Personalidad Antisocial y la Psicopatía, al parecer un conflicto inocuo, pero que en el trasfondo responde a ideologías e intereses económicos (Pilecki, Clegg y McKay, 2011). Para la investigación científica es preferible asumir los criterios desarrollados por los pioneros en la descripción de la Psicopatía (Clecley 1941, Hare, 1980 y Lykken 2000) porque permiten establecer referentes objetivos para establecer con precisión la presencia de los rasgos indispensables para el diagnóstico. El razonamiento causal impide comprender la interacción de factores, situación que no ocurre con la visión sistémica que pretende comprender los fenómenos de la naturaleza como procesos ecológicos (Bateson, 1976). Aplicada esa lógica al comportamiento humano ha sido posible desarrollar sistemas diagnósticos tanto en la Neuropsicología (Christensen, 1978) como en la Psicología Clínica (Cancrini y La Rosa, 1996). He revisado investigaciones actuales sobre la Psicopatía y el comportamiento antisocial, cada una de ellas aborda rigurosamente la relación entre algún factor y la manifestación de las conductas psicopáticas. Los estudios se concentran en cuatro áreas: biológica, neuropsicológica, familiar y social. Siguiendo el razonamiento empleado por Haley (2005) para explicar la esquizofrenia, hice lo mismo con la Psicopatía. Ha sido evidente que un solo factor no es suficiente para explicarla, como tampoco es posible afirmar tácitamente cuál de ellos es el más importante, la propuesta hecha aquí es que la interacción de los factores promueve la manifestación del cuadro sindrómico psicopático. Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia Sin embargo, ha quedado claro que no es suficiente la inmersión de la persona en los cuatro factores, si no existe una precipitante motivacional externo que desencadene su furia criminal. La teoría del apego se presenta como una alternativa explicativa ante la experiencia de pérdida. En el caso de los psicópatas el estilo de apego indispensablemente es inseguro, de tal manera que no posee los recursos suficientes para elaborar y superar las experiencias de duelo (Dozier, Stovall-McClough y Albus, 2008). Probablemente la experiencia de pérdida más difícil de superar sea la ruptura amorosa (Pinto, 2013) al poseer características de pérdida ambigua (Boss, 2009). He planteado la siguiente hipótesis: al ser incapaz de manejar la angustia de separación, el psicópata asesino ante la ruptura amorosa desespera y por ello desencadena una furia que la canaliza hacia el asesinato. He examinado tres casos famosos, que me han servido como ejemplo para ilustrar la hipótesis vertida, sin embargo es imprescindible que se proceda con investigaciones que permitan su confirmación o refutación. Es obvio que la pérdida ambigua no es el único proceso que precipita la maldad en los criminales psicópatas, tal vez se aplique a los asesinos seriales, múltiples y a los despiadados, pero no necesariamente puede referirse a los violadores pederastas, a los torturadores y a los asesinos sicarios entre otros. Al analizar las motivaciones psicopáticas he marcado un referente lógico, la aproximación relacional sistémica y la búsqueda de precipitantes de las conductas violentas. Esta manera de reflexionar será útil para el Psicólogo Forense y el Clínico, el primero podrá obtener recursos que le permitirán mayor precisión en su trabajo de perfilación y en la evaluación de los criminales psicopáticos (Aristizabal y Amar, 2012). Por su parte el investigador en Psicología Clínica podrá ubicar el factor de su interés para profundizar sus estudios, mientras que el Psicoterapeuta sabrá indagar en todas las áreas influyentes en el desarrollo de conductas antisociales para elaborar un diagnóstico diferencial adecuado y proponer un sistema de intervención eficaz. Por último, y considero lo más importante del presente estudio, es partir de la visión relacional sistémica de los factores involucrados en la generación de conductas antisociales para elaborar programas de prevención integrados. Enfoque sistémico de la Psicopatía Bismarck Pinto Tapia Referencias 1. Ainsworth, M. S. (1989). Attachments beyond infancy. American psychologist, 44(4), 709-715. 2. 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