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Las adicciones son también un asunto educativo
Eunice Rossana sol Pérez y David Beciez
MÉXICO
Un primer acercamiento al término adicción fue expuesto por el Dr. Humberto Brocca, quien señaló
que una persona “adicta” es alguien que somete su voluntad a un “poder” externo y se convierte en
esclavo. La palabra droga, afirma el especialista, quiere decir mentira.
Si se busca la etimología de esta palabra, es decir, si descomponemos la palabra adicción, en "a" y
"dicción", tenemos este significado “algo que no se dice o algo no dicho”. Ésta es una versión
psicoanalítica del vocablo, no muy aceptada pues el prefijo “a” es de origen griego y “dictus”
proviene del latín. A partir de esta definición el síntoma no sería la droga si no la adicción. Para el
psicoanálisis el síntoma aparece cuando a pesar de la represión, un impulso instintivo encuentra un
sustituto de carácter compulsivo. La droga es un objeto, la adicción es el síntoma de lo reprimido
que causa molestia –esto hace la diferencia entre los sujetos adictos y los que pueden consumir sin
llegar a la adicción.
Respecto al tema sobre las diferentes drogas y la consecuencia de su uso en la salud de las
personas, se concluye que dichas sustancias impactan directamente en la estructura cerebral,
afectando gravemente las áreas de recompensa del cerebro, con la disminución de la capacidad de
juicio y la toma de decisiones, así como el control y la motivación; estas sustancias aumentan el
influjo del neurotransmisor llamado dopamina, uno de los más importantes, pero no el único sobre el
que actúa una droga.
Es interesante señalar como toda droga es capaz de sustituir y reproducir cierta “memoria” en las
partes del cerebro encargadas de la sexualidad, la reproducción y la alimentación, así como
cualquier actividad placentera, siendo sustituida ésta por algún tipo de sustancia, ya que las drogas
simulan o bloquean a las sustancias que produce nuestro cerebro. Es así como se origina la
dependencia. Veamos una clasificación las de drogas –por sus efectos– en el cuerpo humano:
Estimulantes del Sistema Nervioso Central:
Entre éstos se encuentran los de bajo potencial adictivo, pues se puede abusar fácilmente de éstas
pero no causan adicción a corto plazo, como la cafeína; y las de alto abuso como la cocaína, la
nicotina y las metanfetaminas, por mencionar algunas; los efectos de estas drogas son: el aumento
del estado de alerta, insomnio y un alto grado de adicción y dependencia.
Depresores del Sistema Nervioso Central:
Como el alcohol, el opio, los sedantes y la heroína; inducen la desinhibición, relajación, somnolencia
y falta de concentración, afectando directamente la toma de decisiones y la capacidad de juicio.
Alucinógenos:
En esta categoría se encuentran los hongos, el peyote, el ololiuqui –plantas utilizadas por los
pueblos Mesoamericanos– cuyos efectos son similares al LSD, una sustancia química que se extrae
del ácido lisérgico y que fue consumida por los jóvenes en los años sesenta y setenta. La ingestión
de estas sustancias provoca alucinaciones, distorsión en la percepción del espacio-tiempo,
alteraciones emocionales y del comportamiento.
Drogas de diseño mejor conocidas como “tachas” o “drogas del amor”, por su origen, natural
o sintético:
Estas drogas comúnmente consumidas por los jóvenes en fiestas y los llamados “raves” –es decir,
fiestas de larga duración donde la música, las luces, y la ingesta de alcohol y drogas– producen
experiencias sensoriales intensas; los síntomas característicos que provocan estas sustancias son
la sensación de empatía y comunicación con quienes le rodean, a este fenómeno se le llama “piel
de durazno”. Por otro lado, el sujeto puede bailar toda la noche y no sentir cansancio, lo que se
traduce en deshidratación y un elevado y peligroso aumento en la temperatura del cuerpo que
puede provocar un “golpe de calor”. También hay drogas mixtas.
Entre las drogas que causan más daños al organismo y muertes en los EE. UU., se mencionaron las
siguientes:
1. El alcohol, sustancia depresora del sistema nervioso. En una encuesta recientemente aplicada a
alumnos en Chile, para conocer los motivos por los que consumían alcohol, las respuestas más
constantes fueron:
Buscar efectos (explorar sensaciones).
Sentir un cambio en el estado de ánimo.
Adaptación al ambiente.
2. La heroína es una droga mixta derivada del opio, que produce efectos devastadores en quienes
la consumen.
3. La cocaína es un alcaloide estimulante y altamente adictivo. Se extrae de una planta de uso
común entre los pueblos del altiplano andino, sólo ingerida como una infusión o masticada.
4. El crack, derivado de la cocaína, es una sustancia muy peligrosa por el alto potencial adictivo, y
el efecto tan intenso y poco duradero que provoca.
5. Las Metanfetaminas, son un poderoso estimulante que afecta de manera severa al sistema
nervioso central. Se puede fumar, ingerir, inhalar, inyectar, e introducirse analmente (booty
bumping).
Otros elementos que valen la pena considerar son los siguientes:
El 50% de enfermos con algún trastorno psiquiátrico son consumidores de algún tipo de
droga, de ahí la importancia de la comorbilidad, es decir, la coexistencia en el mismo individuo
de un trastorno inducido por el consumo de una sustancia psicoactiva y de un trastorno
psiquiátrico. En el caso de la adicción se recomienda al paciente acudir a tratamiento
psicosocial y farmacológico.
En un estudio con personas adictas al crack, se les exponía a imágenes de las drogas y/o de
lugares donde solían consumir o comprar, y los participantes presentaban una respuesta de
impulsos a nivel cerebral que generaba automáticamente el deseo por consumir, la mayoría
de las veces como resorte que se activa de manera inconsciente en el individuo. Hay que
agregar que no solo pasa con el crack, cualquier droga provoca cambios a nivel cerebral, lo
que a largo plazo genera la adicción y esta se considera irreversible, controlable pero
irreversible. Por ello es importante evaluar el nivel de consumo de la persona, pues una vez
que se llega a la dependencia la única opción es regresar a la abstinencia, el adicto en
recuperación.
La relación que existe entre la adicción y la impulsividad es directamente proporcional. Esto
quiere decir, que existe un vínculo genético entre los usuarios de estimulantes, elevándose la
posibilidad de que sus hijos sean más impulsivos.
¿Cuál es la terapia más recomendada para tratar el problema de adicción?
La terapia cognitivo-conductual, acompañada por tratamiento farmacológico de ser necesario,
valorado, y diagnosticado por un psiquiatra. Es la más recomendada por el costo-beneficio y lo
breve del tratamiento, –máximo 10 sesiones–; hay otras alternativas que han mostrado
mejores resultados como los grupos de autoayuda tipo AA, sin embargo la terapia debe ser
multimodal, incluyente, multidisciplinaria, ya que no todos los pacientes responden de la
misma forma a un solo tratamiento.
Políticas para combatir adicciones
De las ideas expuestas las más significativas son:
Es necesario incluir, para el tratamiento de las adicciones, una perspectiva de juventud y su
diversidad.
Es importante que los jóvenes sean sujetos de derecho a la salud, las adicciones son un
problema de salud.
Distinguir entre el usuario de alguna sustancia (por ejemplo de fines de semana) de un
dependiente, es decir, el uso, abuso o dependencia, pues de ello depende el tratamiento.
No criminalizar ni marginar a usuarios de sustancias tanto legales como ilegales. Sin embargo,
se ha constatado cómo los servicios de salud son los primeros en hacerlo, desgraciadamente.
¿Cómo se han prevenido las adicciones?
En los años cuarentas del siglo pasado, la estrategia de prevención de consumo de drogas se
basaba en una “pedagogía del terror”, es decir, la satanización y condena de los adictos.
En los años setentas se basó en el modelo médico, tomando en cuenta los efectos en la población
adicta, y se creía que las adicciones podrían resolverse de manera individual y a partir de
medicamentos.
Ya en los 80’s se agregó al modelo médico, el componente de perspectiva psicosocial, pero sin
involucrar a la escuela y a la sociedad de sus condicionantes.
Una década después se implementó el modelo pedagógico basado en “habilidades sociales y de
resistencia de los individuos”, pero para la escuela y los medios de comunicación el “problema” no
existía como tal, y si aparecía, sólo era condenable y nunca se revisaban las posibles causas
sociales.
En la actualidad predomina el enfoque de estimular los factores de protección en los sujetos, así
como de resilencia –es decir, como una forma de ajuste de la conducta frente a la adversidad.
Retos en materia de prevención, desde las Instituciones Educativas y en todos los niveles
educativos.
El tema es de actualidad, es vigente, es real, en consecuencia, hay que abrir el espacio al
reconocimiento de su existencia en las lecturas, en los planes y programas de estudio de la
educación básica, media, media superior y superior.
En una institución en donde se forman profesionales de la educación, es fundamental la
reflexión y el análisis de esta problemática en las líneas de formación curricular.
Establecer líneas de formación en planes y programas de estudios desde la educación
secundaria hasta la universitaria, en las que esté presente el tema de las adicciones, con
información abundante sobre el tema y con la suficiente difusión para establecer su
pertinencia y valoración.
Generar campañas creativas e innovadoras creadas por y para los jóvenes desde una
perspectiva formativa y educativa de prevención y atención.
Llevar a cabo programas de prevención universal en la escuela básica y media que se
enfoquen en el consumo de drogas legales –no por ello menos perniciosas como el alcohol y
el tabaco¬– e ilegales; si ya existe el consumo debe haber programas de prevención indicada
y selectiva, además generar campañas permanentes que combatan el consumo de estas
sustancias. La propuesta actual es prevenir sin hablar de drogas, promoviendo habilidades
para la vida.
Regular los establecimientos donde venden alcohol y tabaco, sobre todo cerca de escuelas,
ya que la disponibilidad inmediata, es un factor determinante en el elevado consumo de estas
sustancias por los jóvenes. Sin embargo habría que pensar qué hacer con los puestitos donde
venden cigarros sueltos y la casa clandestina donde venden alcohol y otras cosas.
Establecer estrategias de difusión en todos los centros educativos para que se hable sobre
este tema: investigaciones, seminarios, talleres, conferencias, cursos, películas, obras de
teatro, lectura de poesía en las que expertos lleven a cabo el análisis, de esta problemática.
Las adicciones son un problema actual y de graves consecuencias sociales, su atención demanda
propuestas de acción informadas, permanentes, creativas e innovadoras en donde la comunidad
universitaria participe de su puesta en práctica, y en donde la corresponsabilidad sea un
componente fundamental para su atención.
FUENTE:
Universidad Pedagógica Nacional
http://educa.upn.mx