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2a Jornada de Situaciones disruptivas de la Universidad de Flores / AAPI: Situaciones disruptivas e impacto psicológico “Conductas disruptivas en niños/as y adolescentes que sufren situaciones de maltrato físico y/o negligencia" Dr. Norberto R. Garrote Conductas Disruptivas: Son aquellas conductas inapropiadas que expresan enojo de alumnos que interfieren en la dinámica del dictado de la clase por medio de la falta de cooperación, insolencia, desobediencia, provocación y agresividad. Su presencia implica un desajuste en el desarrollo evolutivo del niño, comprometiendo la creatividad y el sostenimiento de las relaciones sociales saludables, tanto con los adultos como con los pares. El trastorno de conducta o trastorno del comportamiento perturbador en la infancia y adolescencia hace referencia a la presencia de un patrón de conducta persistente, repetitivo e inadecuado para la edad del menor, que se caracteriza por el incumplimiento de las normas sociales básicas de convivencia y por la oposición a los requerimientos de las figuras de autoridad (Díaz-Sibaja, 2005) DSM-IV-TR Trastorno Negativista Desafiante es un patrón de conducta negativista y hostil desafiante, excesivo para el contexto sociocultural y el nivel de desarrollo del niño/a y que le causa un deterioro significativo en su funcionamiento en el ámbito personal, social o académico, durante un período de más de 6 meses. CIE-10 lo define por la presencia de un comportamiento marcadamente desafiante, desobediente y provocador y la ausencia de otros actos disociales o agresivos más graves que violen la ley y los derechos de los demás. DSM-IV-TR Trastorno Disocial es: un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que se violan los derechos básicos de otras personas y/o las normas sociales propias de la edad del sujeto, manifestándose en conductas tales como, agresiones a personas o animales, destrucción de la propiedad, robos o actos fraudulentos y violaciones graves de las normas. En base a este panorama apreciamos que las conductas de las que hacemos mención genéricamente como disruptivas responden a distintas categorías del manual de la Asociación Americana de Psiquiatría como del CIE 10. Por lo tanto a la hora de acercarnos a estas realidades debemos bucear sobre las causas generadoras de estos trastornos de conducta. A priori podemos decir que el origen es policausal. Influyen factores biológicos y personales como los inherentes a la familia y el contexto social. “Hay una fuerte evidencia de que los años más tempranos ejercen un impacto crucial en la salud mental durante el resto de la vida. El desarrollo de estrategias para promover la salud mental de los niños pequeños es, por tanto, de importancia fundamental”. El Comité de Expertos de Europa en informe (2000) La experiencia temprana crea las bases de la resiliencia o la vulnerabilidad, pero no determina por sí sola la aparición de psicopatología o normalidad en años posteriores Bowlby A través de sus investigaciones sostuvo que entablar vínculos estables con los cuidadores o personas significativas, es una necesidad primaria en la especie humana. Teoría del Apego de Bowlby Subraya la importancia de que el niño se sienta capaz de depender de sus figuras de apego y también la habilidad de éstas para contenerlo y protegerlo, especialmente en momentos de mayor necesidad. El sistema comportamental del apego ha sido considerado fundamental para la sobrevivencia del niño, pues busca las condiciones de seguridad con sus cuidadores, especialmente bajo condiciones de amenaza (Bowlby, 1980) Por lo tanto el apego es una relación emocional perdurable con una persona específica que produce seguridad, sosiego, consuelo, agrado y placer y cuya pérdida, o amenaza de pérdida, de la persona evoca una intensa angustia. Los niños de madres capaces de establecer un contacto físico adecuado tienden a desarrollar un apego seguro. Los niños con patrones de apego inseguro muchas veces tienen madres que evitan el contacto corporal directo (Geissler, 2001a; Hertenstein, 2002; May & Ludwig, 2006; Pally, 2001) Una relación sólida y saludable con un cuidador primario, se asocia con la alta probabilidad de crear relaciones saludables con otros, mientras que un pobre apego con la madre o cuidador primario parece estar asociado con un sinnúmero de problemas emocionales y conductuales más tarde en la vida. La apropiada estimulación materna facilita los mecanismos adaptativos del niño en las diferentes etapas del desarrollo, proceso en el que participa el sistema frontolímbico modulando los estados emocionales. El desarrollo del Hipocampo y del sistema límbico permite: La organización de la memoria La localización contextual La relación de situaciones diferentes La valoración de situaciones de peligro. La amígdala y el hipocampo son dos estructuras importantísimas del sistema límbico. En la amígdala asienta la memoria emocional En el hipocampo la memoria declarativa Existen fuertes conexiones entre la amígdala, el hipocampo y el hipotálamo En las estructuras cerebrales aparecen esencialmente unidas la memoria, el miedo y la ansiedad. La corteza prefrontal: Capacidad de manejar información mas compleja Participa en la valoración de la experiencia personal Le permite anticiparse al futuro Estas estructuras participan en el enriquecimiento de las relaciones interpersonales a la vez que mejoran la capacidad de regular sus afectos. La secreción de dopamina y B-endorfinas estimula el crecimiento sináptico en las regiones prefrontales y límbicas en especial del cerebro izquierdo. Experiencias tempranas estableciendo lazos afectivo-ruptura-reparación producirían alteraciones en la secreción de esos neurotransmisores El Apego Inseguro produce situación de estrés Activación del Locus Coeruleus Estado de alerta, hipervigilancia, ansiedad Disminución del control inhibitorio, impulsividad, disminución del autocontrol y de la capacidad del aprendizaje. Las situaciones de estrés agudo Activan el sistema simpático Hiperactividad del sistema noradrenergico Estimulación de la hipófisis y de la glándula suprarrenal Elevación de los corticoides. Si las situaciones estresantes se repiten en el tiempo el cortisol produce: Disminución de los factores neurotróficos o de crecimiento Se inhibe producción neuronal (neurogénesis) Se destruyen las sinapsis y los axones Finalmente muerte neuronal. Dra. María Rosa Olguí D. En niños maltratados, con problemas de apego Retrasos en el desarrollo motor, del lenguaje, social y cognoscitivo del niño Hábitos alimenticios extraños Retraídos y evitativos Emplean conductas primitivas, inmaduras y bizarras cuando se sienten angustiados o amenazados. Problemas emocionales, depresión y ansiedad. Es común el apego “indiscriminado” No desarrolla una adecuada autoestima Copian las conductas abusivas de los adultos ya que es la forma “correcta” de interactuar Agresión y la crueldad en su interacción Falta de empatía Pobre control de impulsos. Conductas disruptivas y agresivas Baja tolerancia a la frustración Retraídos y evitativos en otros casos Escasa sensibilidad social Desconfiados de sí mismos Merecedores de castigos Dificultad de integración social Factores de riesgo médico-biológicos Enfermedades severas o crónicas, jerarquizando las que requieren hospitalización. Prematuro, bajo peso al nacer o escaso desarrollo. Deficiencias auditivas o visuales. Anormalidades cromosómicas o genéticas. Factores de riesgo psico-sociales Por lo menos uno de los padres con problemas personales o vulnerabilidad que afecten su capacidad de cuidar al niño. Ambiente familiar violento o abusivo. Ruptura familiar, disfunción y conflictos serios en la dinámica del grupo familiar. Separaciones prolongadas y pérdidas de contacto durante períodos cruciales, con uno o ambos padres (incluyendo separaciones provocadas por familiares, asistentes sociales, jueces, normas hospitalarias, etc.). Por lo menos un padre con problemas psiquiátricos, incluyendo depresión, adicción a las drogas o alcoholismo. En síntesis, las experiencias positivas irán forjando esquemas cognitivos y afectivos adaptativos que promoverán conductas saludables y, por el contrario, las experiencias negativas facilitarán la conformación de esquemas disfuncionales, los cuales pueden dar origen a conductas de riesgo para la salud (Greco, 2006; Ison, 2003)