Download Curso Crisis copia - Instituto de ciencias de la conducta

Document related concepts

Trastorno por estrés postraumático wikipedia , lookup

Trauma psíquico wikipedia , lookup

Hipervigilancia wikipedia , lookup

Reacción de estrés agudo wikipedia , lookup

Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares wikipedia , lookup

Transcript
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO
A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLACIÓN
IGNACIO JÁUREGUI LOBERA
Instituto de Ciencias de la Conducta. Sevilla
Para correspondencia: [email protected]
833
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
TRAUMA. CONCEPTO.
Trauma, del griego trauma, atos, (herida), se define como acontecimiento que,
para un sujeto, tiene un fuerte impacto emocional y que desencadena en él síntomas
psicopatológicos o somatizaciones como consecuencia de su incapacidad de una
adecuada respuesta inmediata (Larousse 2000). Por su parte, la Real Academia
Española de la Lengua define trauma como choque emocional que produce un daño
duradero en el inconsciente y, en otra acepción, emoción o impresión negativa, fuerte y
duradera. Encontramos algunos elementos clave en la caracterización del trauma:
-existencia de choque o impacto emocional.
-aparición de un daño o síntomas.
-incapacidad de respuesta adecuada.
-posibilidad de prolongación en el tiempo de los efectos ocasionados.
La Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE), en su décima
revisión, se refiere al trauma como un estrés físico o psicológico excepcional. Se señala
que puede ser una experiencia traumática devastadora que implica una amenaza seria a
la seguridad o integridad física o un cambio brusco y amenazador del rango o del
entorno social del individuo. Se citan como ejemplos catástrofes naturales, accidentes,
batallas, atracos, violaciones, incendio de la vivienda, tortura, terrorismo o pérdida de
varios seres queridos. Como luego veremos al definir el Trastorno por Estrés
Postraumático,
se
dice
que
el
acontecimiento
o
situación
de
naturaleza
excepcionalmente amenazante o catastrófica causarían por sí mismos malestar
generalizado en casi todo el mundo.
Por otro lado, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales
(DSM) en su cuarta edición, texto revisado, se refiere a hechos que representan un
peligro real para la vida o cualquier otra amenaza para la integridad física. Se añade que
el individuo también puede ser testigo de un acontecimiento donde se producen
muertes, heridos, o existe una amenaza para la vida de otras personas. Y por último, que
puede conocer a través de un familiar o cualquier otra persona cercana acontecimientos
que implican muertes inesperadas o violentas, daño serio o peligro de muerte o heridas
graves. También se citan ejemplos como los combates en el frente de guerra, ataques
personales violentos (agresión sexual y física, atracos, robo de propiedades), ser
834
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
secuestrado, ser tomado como rehén, torturas, encarcelamientos, desastres naturales o
provocados por el hombre, accidentes automovilísticos graves o diagnóstico de
enfermedades potencialmente mortales. En los niños se consideran acontecimientos
traumáticos de carácter sexual las experiencias sexuales inapropiadas para la edad aun
en ausencia de violencia o daño reales. En cuanto a la observación, se incluyen
accidentes graves o muerte no natural de otras personas
a causa de la guerra,
accidentes, ataques violentos, desastres o ser testigo inesperado de muertes,
amputaciones o fragmentación del cuerpo. Finalmente, en lo referente al relato de otras
personas se incluyen actos terroristas, accidentes graves o heridas de envergadura
vividos por un familiar o un amigo cercano, o la constancia de que un hijo padece una
enfermedad muy grave.
Queda claro que el trauma no va a producirse por el único hecho de sufrir la
agresión ambiental. El ser testigo de la misma o el hecho de oír el relato sobre los
acontecimientos pueden resultar, igualmente, traumáticos.
TRAUMA. CONCEPTOS ASOCIADOS.
Hay términos relacionados con el concepto de trauma que pueden dar lugar a
confusión. Suele hablarse de catástrofe, del griego katastropho, (abatir, destruir), para
designar un suceso infausto que altera gravemente el orden de las cosas. El término
desastre, del latín, astra (astro, hado, destino fatal), se define como desgracia grande,
suceso infeliz y lamentable, derrota. La palabra siniestro, del latín sinistra, suele usarse
en el ámbito legal para hacer referencia a avería grande, destrucción fortuita o pérdida
importante que sufren las personas o las propiedades. En cuanto a calamidad, del latín
calamitate, describe también una gran desgracia o infortunio que alcanza a muchas
personas.
Queda claro que todos los términos citados, a veces de uso indistinto, se refieren
a acontecimientos:
-trágicos (desgracia, pérdida, infortunio).
-imprevisibles (fortuito, fatal).
-se escapa al control de las personas.
-producen graves consecuencias.
835
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
Término cercano al de trauma es crisis, del griego crisis (decisión). La Real
Academia lo define como situación dificultosa o complicada. En otras acepciones se
marca un carácter temporal, duradero, de la situación conflictiva. Desde el ámbito de la
psicología tal vez Ericsson ha sido el mejor exponente del planteamiento de las crisis en
su teoría de la personalidad. Describe la maduración del individuo como etapas en las
que se enfrenta a una crisis que debe resolver. Del resultado dependerá el equilibrio
psicosocial que cada persona tenga. La resolución de las crisis implica un equilibrio
entre dos alternativas e incidirá de modo determinante en el desarrollo personal. Al
peligro se asocia la oportunidad de cambio y, con ello, el desarrollo.
En la idea de crisis está implícita la duración, el proceso. Frente a ello, el trauma
es algo más instantáneo, brusco en su aparición, imprevisible.
Por último, conviene hacer algunas consideraciones sobre otro concepto, estrés.
Este término hace referencia a una reacción que surge cuando el individuo es
amenazado por algún factor o factores del ambiente, llamados agentes estresantes o
estresares, que perturban o amenazan el estado de equilibrio u homeóstasis. Se trata de
un conjunto de respuestas inespecíficas que se ponen en marcha antes de haber podido
identificar la amenaza concreta. La finalidad es la preparación para la acción, lucha o
huída. El aspecto nuclear del estrés en el plano psicológico es la ansiedad. En el plano
colectivo, social, el estrés hace referencia a las transformaciones, evoluciones y
revoluciones que pretenden alcanzar una nueva estabilidad, el reequilibrio.
TRASTORNO POR (DE) ESTRÉS POSTRAUMÁTICO Y POR ESTRÉS
AGUDO (REACCIÓN A ESTRÉS AGUDO)
La ya mencionada Clasificación Internacional de Enfermedades incluye en su
capítulo
“Trastornos
Neuróticos,
Secundarios
a
situaciones
estresantes
y
Somatomorfos” el apartado Reacciones a Estrés Grave y Trastornos de Adaptación.
Incluye tres grandes entidades:
-Reacción a Estrés Agudo.
-Trastorno de Estrés Postraumático.
-Trastornos de Adaptación.
Añade, además, dos subapartados para Otras reacciones a estrés grave y
Reacción a estrés grave sin especificación.
836
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
Lo interesante de estos trastorno es que no se identifican sólo por la
sintomatología y el curso sino por la presencia de acontecimientos biográficos
excepcionalmente estresantes, cambios vitales significativos. Se trata de trastornos que
aparecen como consecuencia directa de un estrés agudo grave o de una situación
traumática sostenida. En su ausencia, no se habría producido el trastorno.
El trastorno de estrés postraumático tiene connotaciones más específicas como
veremos más adelante.
La otra clasificación a la que hicimos referencia, la DSM-IV-TR, no incluye los
trastornos citados en el mismo grupo. Tanto el trastorno por estrés postraumático como
el trastorno por estrés agudo se incluyen en el grupo de los Trastornos de Ansiedad. Por
otro lado, los Trastornos Adaptativos, merecen un apartado específico.
Las pautas para el diagnóstico, señaladas en la CIE-10 son:
-Reacción a Estrés Agudo:
*Debe haber relación temporal clara e inmediata entre el impacto de un
agente estresante excepcional y la aparición de los síntomas.
*Los síntomas se presentan a lo sumo al cabo de unos pocos minutos, si
no lo han hecho de modo inmediato.
*Los síntomas se presentan mezclados y cambiantes, sumándose al
estado inicial de embotamiento, depresión, ansiedad, ira, desesperación, hiperactividad
o aislamiento, aunque ninguno de estos síntomas predomina sobre los otros durante
mucho tiempo.
*Los síntomas tienen una resolución rápida, como mucho en unas pocas
horas en los casos en los que es posible apartar al enfermo del medio estresante. En los
casos en que la situación estresante es por su propia naturaleza continua o irreversible,
los síntomas comienzan a apagarse después de 24 a 48 horas y son mínimos al cabo de
unos tres días.
Los síntomas tienen gran variabilidad pero lo más característico es que haya un
periodo inicial de embotamiento con alguna reducción del campo de la conciencia,
estrechamiento de la atención, incapacidad para asimilar estímulos y desorientación. De
este estado puede pasarse a un mayor grado de alejamiento de la circunstancia (hasta el
estupor disociativo) o a una agitación e hiperactividad (reacción de lucha o de huida).
Suelen añadirse los signos vegetativos de las crisis de pánico (taquicardia, sudoración y
rubor). Finalmente, puede haber amnesia completa o parcial para el episodio.
837
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
-Trastorno de Estrés Postraumático:
*No debe diagnosticarse a menos que no esté totalmente claro que ha
aparecido dentro de los seis meses posteriores a un hecho traumático de excepcional
intensidad. Si han pasado más de seis meses, las manifestaciones clínicas son típicas y
no es verosímil otro diagnóstico alternativo, podría darse una diagnóstico “probable”.
*Además
del
trauma
deben
estar
presentes
evocaciones
o
representaciones del acontecimiento en forma de recuerdos o imágenes durante la
vigilia o de ensueños reiterados.
*También suelen estar presentes, pero no son esenciales para el
diagnóstico, desapego emocional claro, con embotamiento afectivo y la evitación de
estímulos que podrían reavivar el recuerdo del trauma.
*Los síntomas vegetativos, los trastornos del estado de ánimo y el
comportamiento anormal contribuyen también al diagnóstico, pero no son de
importancia capital para el mismo.
La clínica se caracteriza por los episodios reiterados de volver a vivenciar el
trauma en forma de reviviscencias o sueños que ocurren sobre un fondo persistente de
una sensación de entumecimiento y embotamiento emocional, de desapego de los
demás, de falta de capacidad de respuesta al medio, de anhedonia y de evitación de
actividades y situaciones evocadoras del trauma. Suelen temerse, e incluso evitarse, las
situaciones que recuerdan o sugieren el trauma. En raras ocasiones pueden presentarse
estallidos dramáticos y agudos de miedo, pánico o agresividad, desencadenados por
estímulos que evocan un repentino recuerdo, una actualización del trauma o de la
reacción original frente a él o ambos a la vez. Por lo general, hay un estado de
hiperactividad vegetativa con hipervigilancia, un incremento de la reacción de
sobresalto e insomnio. Los síntomas se acompañan de ansiedad y de depresión y no son
raras las ideaciones suicidas. El consumo excesivo de sustancias psicotropas o alcohol
puede ser un factor agravante.
El comienzo sigue al trauma con un periodo de latencia cuya duración varía
desde unas pocas semanas hasta meses (pero rara vez supera los seis meses). El curso es
fluctuante, pero se puede esperar la recuperación en la mayoría de los casos. En una
pequeña proporción de los enfermos, el trastorno puede tener durante muchos años un
curso crónico y evolución hacia una transformación persistente de la personalidad.
Por su parte, la DSM-IV-TR fija los siguientes criterios para el diagnóstico:
838
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
-Trastorno por Estrés Agudo:
*La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que
han existido:
1.-la persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o
más) acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o
la de los demás.
2.-la persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror
intensos.
*Durante o después del acontecimiento traumático, el individuo presenta
tres (o más) de los siguientes síntomas disociativos:
1.-sensación subjetiva de embotamiento, desapego o ausencia de
reactividad emocional.
2.-reducción del conocimiento de su entorno (por ejemplo, estar
aturdido).
3.-desrealización.
4.-despersonalización.
5.-amnesia disociativa (por ejemplo, incapacidad para recordar un
aspecto importante del trauma).
*El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente en al
menos una de estas formas: imágenes, pensamientos, sueños, ilusiones, episodios de
flashbacks recurrentes o sensación de estar reviviendo la experiencia, y malestar al
exponerse a objetos o situaciones que recuerdan el acontecimiento traumático.
*Evitación acusada de estímulos que recuerdan el trauma (por ejemplo,
pensamientos, sentimientos, conversaciones, actividades, lugares, personas).
*Síntomas acusados de ansiedad o aumento de la actividad (por ejemplo,
dificultades para dormir, irritabilidad, mala concentración, hipervigilancia, respuestas
exageradas de sobresalto, inquietud motora).
*Las alteraciones provocan malestar clínicamente significativo o
deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo, o
interfieren de forma notable con su capacidad para llevar a cabo tareas indispensables,
por ejemplo, obtener la ayuda o los recursos humanos necesarios explicando el
acontecimiento traumático a los miembros de su familia.
839
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
*Las alteraciones duran un mínimo de 2 días y un máximo de 4 semanas,
y aparecen en el primer mes que sigue al acontecimiento traumático.
*Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una
sustancia (por ejemplo, drogas, fármacos) o a una enfermedad médica, no se explican
mejor por la presencia de un trastorno psicótico breve y no constituyen una mera
exacerbación de un trastorno persistente.
-Trastorno por Estrés Postraumático:
*La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que
han existido:
1.-la persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o
más) acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o
la de los demás.
2.-la persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror
intensos. En los niños estas respuestas pueden expresarse en comportamientos
desestructurados o agitados.
*El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a
través de una (o más) de las siguientes formas:
1.-recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan
malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. En los niños
pequeños esto puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos
característicos del trauma.
2.-sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen
malestar. En los niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible.
3.-el individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento
traumático esta ocurriendo (se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia,
ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que aparecen
al despertarse o al intoxicarse. Los niños pequeños pueden reescenificar el
acontecimiento traumático específico.
4.-malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o
externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
5.-respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos
que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
840
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
*Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento
de la reactividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y como indican
tres (o más) de los siguientes síntomas:
1.-esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o
conversaciones sobre el suceso traumático.
2.-esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que
motivan recuerdos del trauma.
3.- incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma.
4.-reducción acusada del interés o la participación en
actividades significativas.
5.-sensación de desapego o enajenación frente a los demás.
6.-restricción de la vida afectiva (por ejemplo incapacidad
para tener sentimientos de amor).
7.-sensación de un futuro desolador (por ejemplo no espera
obtener un empleo, casarse, formar una familia o, en definitiva, llevar una vida normal).
*Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente
antes del trauma), tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:
1.-dificultades para conciliar o mantener el sueño.
2.- irritabilidad o ataques de ira.
3.-dificultades para concentrarse.
4.-hipervigilancia.
5.-respuestas exageradas de sobresalto.
*Estas alteraciones se prolongan más de 1 mes.
*Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro
social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
Finalmente, se considera la posibilidad de especificar si el trastorno es Agudo (si
los síntomas duran menos de 3 meses) o Crónico (si los síntomas duran 3 meses o más)
a sí como si tuvo un Inicio Demorado (entre el acontecimiento traumático y el inicio de
los síntomas han pasado como mínimo 6 meses).
VIOLENCIA DE GENERO
En la declaración de la ONU sobre la eliminación de la violencia contra la
mujer, en los artículos 1 y 2 se especifica que “violencia contra la mujer” significa
841
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
cualquier acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino, que tenga o
pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, que
incluye las amenazas de tales actos, la coacción, o la privación arbitraria de la libertad,
tanto si se produce en la vida pública como en la privada.
El British Council, señalaba en 1999 que una de cada cuatro mujeres en el
mundo sufre violación o intento de violación.
En el caso que ilustramos conviene recordar también el concepto de Malos
Tratos. Sería la violencia física, psicológica o sexual dirigida contra las mujeres y
ejercida por el marido, compañero, novio o expareja. El trastorno de estrés
postraumático tiene como causas más comunes en las mujeres la violación, el abuso
sexual en la infancia y la violencia de pareja. En España, el 22% de las mujeres hasta
los 17 años han sufrido alguna forma de abuso sexual. En el caso de mujeres
maltratadas, la prevalencia de trastorno de estrés postraumático ronda el 50%. La
Organización Mundial de la Salud señala entre las consecuencias de la violencia de
género la presencia de trastorno por estrés postraumático y los trastornos alimentarios.
EL CASO TPR
TPR es una paciente que acude a consulta solicitando ayuda por padecer un
Trastorno de la Conducta Alimentaria, de años de evolución y tratamientos previos sin
resultados aparentes. Durante la recogida de antecedentes personales de interés
psicopatológico refiere haber sido objeto de agresión sexual el 07 de julio de 1989.
A lo largo del proceso terapéutico entrega dos relatos en los que hace referencia
a lo sucedido.
Relato 1
“Eran las 6 de la mañana cuando llegaba a casa de la abuela, no me había
percatado de las manchas de sangre. Cuando abuelita me abrió sólo pudo dar un grito
de dolor y bombardearme con preguntas: ¿qué ha pasado?, ¿de dónde vienes así?,
¿quién te ha traído a casa?, ¿dónde están tus amigas?.... las recuerdo vagamente. Una
voz afónica salió por mi garganta, me escocía, atiné a decir que una pelea en la
discoteca había ocasionado todo eso, pero que no fui culpable, salí corriendo en cuanto
tuve la ocasión.
Subí a mi habitación, ni siquiera recordaba en qué cama debía dormir, por
aquello de que las sábanas estaban limpias en una de ellas y en la otra no.
842
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
No tuve tiempo de llegar al baño y comencé a vomitar por el camino, era sangre
mezclada con una especie de baba espesa. Entonces miré mi pantalón vaquero blanco,
tenía grasa de coches pegada en los bajos y sangre por la entrepierna. Al quitármelos
pude ver con horror cómo estaban mis piernas y mis muslos, el culo, las rodillas….
había arañazos por todas partes y algunas zonas comenzaban a ennegrecerse, sentía
dolor, mucho dolor. Muy despacio me desaté la camiseta cruzada verde al pecho,
estaba rota, mi estómago aparecía arañado, la cintura con sangre y los pechos parecía
que me iban a explotar. Miré de nuevo el reloj, eran las 6.25 de la madrugada, pronto
amanecería y Dios!!, no sabía con qué cara iba a mirar a mi abuela.
Dolorida me tumbé en la cama y comencé a llorar diciendo una y otra vez no es
real, no me pasó nada, no es real. Intenté descansar pero no podía, empecé a
recordarlo todo, segundo a segundo, desde que llegué con mi pandilla a la discoteca,
hasta que B me invitó a una copa. Salimos de la discoteca solos, riéndonos a
carcajadas y contando las anécdotas en moto de otras veces. Montamos en una de 125
cc, yo atrás llevaba los vasos, el mío sin alcohol y el suyo que olía a colonia. Suponía
que como otras veces nos íbamos a ir a las afueras de P a darnos unos morreos y nada
más, ya no éramos pareja, aquello acabó el año anterior, pero no podía salir con otra
persona, no podía besar a otro que no fuera él, siempre me quedaba la esperanza de
que en algún momento me pidiera volver a intentarlo, cómo lo deseaba, sólo quería que
él sintiera lo que yo por él, pero eso nunca ocurrió.
Me sorprendió que nos paráramos en una calle céntrica del pueblo y nos
bajáramos de la moto. ¿A dónde vamos?. Dejaremos la moto aquí, entra.
Confiando plenamente en él y dejando los vasos en la acera entré en una
especie de taller de motos clandestino, había tubos de escape por el suelo, latas de
pinturas, placas de matrículas…. no atiné a ver más porque no había luz, sólo la de las
farolas alumbraban algo el interior. Cerró aquella puerta marrón y todo retumbó.
Tranquila, ven aquí dentro, me decía a la vez que me daba su mano. Confié de nuevo en
él, la última vez que lo hice, después de aquella noche jamás nos volvimos a hablar.
Han pasado 15 años desde entonces y no logro superar aquel espanto. Empezó a
besarme como otras veces, no me sorprendió su brusquedad, pero un bocado en el
labio me hizo sangrar y grité apartándome de su lado. Entonces todo el encanto que
tenía para mi despareció, me empujó primero al suelo y una vez allí me levantó por la
camiseta y me tumbó a una especie de sillón sin brazos de cuero donde me clavé todas
843
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
las tuercas que por allí rodaban. No se en qué momento empecé a asustarme, pero n o
reaccionaba, solo atiné a decirle entre lágrimas ¿qué te pasa?, ¿qué te he hecho?.
Empezaron los bofetones a la vez que me abría el pantalón con intención de bajarlos.
Al no dejarme cogió una cuerda y me amarró por las manos a las rejas de una ventana.
No podía creer aquello que me pasaba. Hasta conseguir bajar los pantalones y las
bragas me defendí como pude, pero en cuanto gritaba llorando me pegaba, una y otra
vez, me tiraba del pelo hasta torcer la cabeza hacia donde quería. Estaba de espaldas a
la ventana y mis manos amarradas hacia detrás, sin ropa de cintura para abajo.
Entonces ocurrió lo que tenía que ocurrir, sentí un dolor que jamás había sentido, era
como si me estuvieran desgarrando por dentro, y así fue. Una y otra vez, el tiempo
corría despacio y yo sólo quería que eso acabara, no podía soportar tanto dolor. Al
cabo de un rato me desató de la ventana, entonces creí que había terminado, estaba
muy débil y no me ubicaba en el sitio, todo estaba a oscuras.
Entonces me arrastró al sillón, me tumbó boca abajo, con las piernas en
cuclillas siguió penetrando una y otra vez, mis brazos se resbalaban solos y cuando
intentaba poner la cabeza en el sillón, él me agarraba por el pelo y me subía, después
de eso fue boca arriba, con la boca tapada y sin poder respirar apenas, siguió y siguió
y siguió… Así pasé 5 horas, una eternidad. Sin poderme creer qué estaba pasando, por
qué yo, por qué de esa manera.
Según él, había bebido, había fumado porros y me deseaba desde el año
anterior cuando nos conocimos en el instituto, en la excursión a X, nunca había
conocido a una chica tan risueña como yo, con los ojos avispados, unos labios gruesos
y muy inteligente, con la que se podía hablar de todo, la amiga de sus amigos, la que
todos adoraban por su sencillez y alegría. Alguien así tenía que ser para él, debía
estrenarme él y luego reírse para siempre.
Cuando abrió la puerta para sacar la moto yo me había vestido tan rápida como
pude y salí corriendo calle arriba, con la moto me alcanzó y me empujó tirándome a la
acera, allí me dio dos patadas en las piernas y en el pecho. Nadie salió al oír los gritos,
me levantó por la camiseta y me abofeteó, después se fue haciendo un caballito en la
moto y yo, libre por fin, intenté orientarme y llegar a casa de la abuela. Eran casi las 6
de la mañana, no había nadie por la calle, la gente esperaba salir el siguiente fin de
semana que era la velada.
Pasé dos días más en P sin que mis amigas llamaran para saber de mi, me fui de
la discoteca sin despedirme de ellas. Mi abuela lavó los pantalones y no volvió a
844
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
preguntar nada, no se qué fue de la camiseta verde cruzada al pecho, nunca más la
volví a ver.
Pasé el verano más amargo de toda mi vida, hasta finales de agosto no conseguí
ponerme un bikini e ir a la playa con tía MT, allí me esperaba mi pandilla de la playa,
la de todos los veranos, pero no salí, sólo iba a la piscina de la urbanización con mi
primo y andaba por las mañanas con mi tía, en silencio.
El comienzo del curso fue más desagradable, empezaba COU y me tocó una
clase con solo 7 personas, la opción científico-técnica, pero frente a mi clase veía salir
todas las mañanas a B que repetía 3º de BUP, siempre con amigos y riéndose a mi
paso. No podía concentrarme, no podía estudiar, no quería ir al instituto, no podía
dormir…. pero jamás pedí ayuda. Eso era vergonzoso, mis amigas me rechazarían,
ahora era la no-virgen de la pandilla y eso no estaba bien. Mi papá no estaba en casa,
no vivía con nosotros y si él decidió dejarnos para irse con otra mujer fue porque no
quería saber nada de nosotros, yo no podía ir a contarle nada. Mamá siempre
trabajaba para llevar algo de comer y que no nos faltara ropa ni libros, su mentalidad
tampoco me lo ponía fácil. La mejor opción que se me ocurrió fue callarme y fingir que
no había pasado nada.
Conseguí terminar el curso y largarme de V y sus alrededores y me vine a
Sevilla. Conocí gente maravillosa, incluso me atreví a salir con más de un chico, pero
jamás hubo una relación sexual y con el paso de los años olvidé todo esto. Solo quería
no vivir y comenzó un infierno aún peor, la anorexia, la hiperactividad, los deportes
arriesgados, las horas de encierro estudiando…. y ahora, harta de luchar sigo
esperando una respuesta a todo esto, intento olvidar todo ese daño y vivir!!, pero a
veces creo que ya es demasiado tarde y las secuelas de la enfermedad son numerosas,
tengo que vivir medicada toda la vida, mi estómago no funciona, las crisis de ansiedad
son inoportunas, el miedo a salir, a hablar con la gente, a ser amable y cariñosa como
siempre lo había sido, a no tener el peso de aquella época, a no ser guapa, a no querer
mantener relaciones sexuales…. hay tantas que son innumerables. Sólo queda esperar
que el destino me indique por donde continuar hasta que llegue mi fin”.
Relato 2
“No se exactamente el día que comenzó mi enfermedad, solo puedo recordar
que el 7 de julio de 1989 mi vida cambió para siempre. Cuando se ha amado tanto a
una persona crees que algún día serás correspondida…. pero lo que jamás puedes
845
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
pensar es que el amor de tu vida, esa persona por la que estarías dispuesta a morir, una
noche cualquiera te humillara hasta el punto de no querer vivir, de perderlo todo, tu
casa, tus padres, tus hermanos, tus amigos, tu vida!!!.
Lo peor que puede ocurrirle a un ser humano es no llegar a ser lo que en
justicia debiera haber sido, sino convertirse en el resultado de una jugarreta del
destino.
Han pasado 15 años y todavía me cuesta mirarme a un espejo. El mundo ha
evolucionado, aquellos amigos de entonces están casados y tienen bebés, he conocido a
mucha gente, he hecho nuevas amistades pero también he perdido otras, así es la vida.
Once años llevo arrastrando el lastre de la anorexia, los primeros años sin tratamiento,
algunos con medicación inadecuada y estos últimos los que más me han ayudado. A
pesar de mi enfermedad yo también evolucioné, acabé mi carrera, matemáticas,
también me casé, pero creo que como persona me quedé estancada en 1989. Gracias a
unas duras terapias y una fuerte medicación es posible hablar de ello. Aquellas
torturas, vejaciones y violaciones siguen rondando por mi cabeza, unos días más que
otros. Se que tengo que aprender a vivir con esas pesadillas y que no debo hacerme
daño pensando lo imbécil que fui enamorándome de la persona no-adecuada, pero
quién sabía lo que podía ocurrir, ni siquiera ahora se si estoy a salvo, en eso consiste la
vida, por eso decidí que no quería vivir, no podría soportar algo así otra vez, pero
nunca sabré hasta dónde puede resistir mi cuerpo y mi mente.
Durante tres años llegué a pesar 27 kilos, aquellos maravillosos ojos verdes
sólo dejaban entrever que quería acabar con todo de una vez, ya no me importaba
terminar la carrera ni el daño que le estaba haciendo a mi familia, la cual se veía
desbordada sin poder hacer nada por salvarme. Nadie puede salvar a un suicida
cuando éste decide matarse, algo así me pasó a mi. Pero tras meses de hospitalización
y cuando ya todos habían tirado la toalla, porque realmente me moría, todo cambió, mi
vida dio un giro inesperado y volví a sobrevivir. Dios, no me lo podía creer, después de
todos los esfuerzos en años anteriores escondiendo comida, engañando a todos,
vomitando en los peores casos…. no sirvió para nada. Entré en el hospital con una talla
32 que me quedaba grande y salí con una 38, lo que la sociedad considera normal para
mi edad y estatura.
Pasaron meses hasta que conseguí tener el valor suficiente para mirarme al
espejo, y entonces ocurrió: allí estaba T, tal y como la dejé con 17 años, con sus
carnosos labios, sus brillantes ojos verdes, sus cachetes rosados…. y volví a tener
846
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
miedo…. y sigo teniendo miedo.
A pesar de que, como dice mi madre, tengo cientos de ángeles de la guarda
velando por mi, a pesar de que tengo a mi lado a una persona maravillosa, que soy
licenciada y que mi familia acepta por fin que tenga fallos y sea humana, en lo más
profundo de mi corazón siento que me falta algo. Lo he buscado en los libros, allí llevo
refugiándome desde que volví a nacer, lo he buscado dando clases para sentirme útil,
lo he buscado con nuevos amigos, lo he buscado en el deporte, pero sigo sin
encontrarlo. Quizá, el día menos esperado alguien llame a la puerta y me lo traiga en
bandeja de plata. Desde luego mi búsqueda sigue aunque no se por dónde continuar”.
ANALISIS PSICOPATOLÓGICO DE LOS RELATOS
Como ya mencionamos el Trastorno de Estrés Postraumático requiere para el
diagnóstico, la presencia del agente etiológico, del hecho traumático. Es este el primer
criterio diagnóstico para la DSM-IV-TR. Se señala que hace falta peligro para la
integridad física y una respuesta de temor, desesperanza u horror intensos.
En los relatos, encontramos:
Pero un bocado en el labio me hizo sangrar…
Me empujó primero al suelo y una vez allí me levantó por la camiseta y me tumbó… me
clavé todas las tuercas….
No se en qué momento empecé a asustarme, pero no reaccionaba…
Empezaron los bofetones…. me amarró por las manos…
En cuanto gritaba me pegaba, una y otra vez, me tiraba del pelo hasta torcer la cabeza
hacia donde quería…
Sentí un dolor que jamás había sentido, era como si me estuvieran desgarrando por
dentro…. no podía soportar tanto dolor…
Siguió penetrando una y otra vez
Me agarraba por el pelo… con la boca tapada y sin poder respirar apenas…
Con la moto me alcanzó y me empujó tirándome a la acera…. me dio dos patadas en
las piernas y en el pecho…
Me levantó por la camiseta y me abofeteó….
Pude ver con horror cómo estaban mis piernas y mis muslos, el culo, las rodillas….
847
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
Vemos claramente todos los contenidos que califican el hecho traumático como
de excepcional impacto, con vivencia de peligro para la integridad y respuestas de
horror.
La segunda característica del Trastorno de Estrés Postraumático es la
reexperimentación, en diversas formas, del hecho traumático. También en los relatos
hallamos datos al respecto.
Empecé a recordarlo todo, segundo a segundo….
Aquellas torturas, vejaciones y violaciones siguen rondando por mi cabeza unos días
más que otros…
Tengo que aprender a vivir con esas pesadillas…
La evitación de estímulos asociados al trauma es el tercer elemento a considerar.
En los relatos encontramos abundante información sobre estas conductas de evitación.
Hasta finales de agosto no conseguí ponerme un bikini e ir a la playa con tía MT….
Pero no salí, sólo iba a la piscina de la urbanización con mi primo y andaba por las
mañanas con mi tía, en silencio….
Veía salir todas las mañanas a B….. no quería ir al instituto….
Pero jamás hubo una relación sexual….
Miedo a salir, a hablar con la gente, a ser amable y cariñosa como siempre lo había
sido, a tener el peso de aquella época, a ser guapa, a querer mantener relaciones
sexuales….. [en los relatos esto no está bien redactado pero la paciente lo aclara en el
sentido expuesto a lo largo del tratamiento]
Han pasado 15 años y todavía me cuesta mirarme a un espejo…
Pasaron meses hasta que conseguí tener el valor suficiente para mirarme al espejo, y
entonces ocurrió: allí estaba T, tal y como la dejé con 17 años, con sus carnosos labios,
sus brillantes ojos verdes, sus cachetes rosados…. y volví a tener miedo…. y sigo
teniendo miedo….
El aumento de activación, otro criterio diagnóstico, está presente también a lo
largo de los relatos.
No podía concentrarme, no podía estudiar,….., no podía dormir…..
Ni siquiera ahora se si estoy a salvo, en eso consiste la vida….
A lo largo de las narraciones hallamos otros elementos típicos del Trastorno.
Así, por ejemplo, la incredulidad (sin poderme creer qué estaba pasando, por qué yo,
por qué de esa manera…. comencé a llorar diciendo una y otra vez no es real, no me
848
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
pasó nada, no es real), la vergüenza (eso era vergonzoso, mis amigas me rechazarían,
ahora era la no-virgen de la pandilla y eso no estaba bien), alteraciones en la vivencia
del tiempo (así pasé 5 horas, una eternidad) o la sensación de que la identidad personal
se ha alterado o vivencia de ser diferente (solo puedo recordar que el 7 de julio de 1989
cambió mi vida para siempre….lo peor que puede ocurrirle a un ser humano es no
llegar a ser lo que en justicia debiera haber sido, sino convertirse en el resultado de
una jugarreta del destino…. creo que como persona me quedé estancada en 1989….).
También sobre el hecho se recogen características habituales en estos traumas.
Así, por ejemplo, la falta de anticipación (suponía que como otras veces nos íbamos a ir
a las afueras de P a darnos unos morreos y nada más…. confiando plenamente en él y
dejando los vasos en la acera entré en una especie de taller…. confié de nuevo en él, la
última vez que lo hice…. empezó a besarme como otras veces, no me sorprendió su
brusquedad…. no se en qué momento empecé a asustarme…. ), el cambio abrupto de
escenario (salimos de la discoteca solos, riéndonos a carcajadas….. me sorprendió que
nos paráramos en una calle céntrica….. entré en una especie de taller de motos
clandestino…. no atiné a ver más porque no había luz…. cerró aquella puerta marrón y
todo retumbó), el momento de aparición siendo peor por la noche (libre por fin, intenté
orientarme… eran casi las 6 de la mañana, no había nadie por la calle…), las lesiones
(comencé a vomitar por el camino, era sangre mezclada por una especie de baba
espesa…. había arañazos por todas partes y algunas zonas comenzaban a
ennegrecerse, sentía dolor, mucho dolor….. mi estómago aparecía arañado, la cintura
con sangre y los pechos parecía que me iban a explotar…) o presencia de estímulos
traumáticos (había tubos de escape por el suelo, latas de pinturas, placas de
matrículas…. una especie de sillón sin brazos de cuero donde me clavé todas las
tuercas….. tenía grasa de coches pegada en los bajos…. miré de nuevo el reloj, eran las
6.25….).
Finalmente, tal vez, el elemento esencial de cara a la intervención es la pérdida,
en este caso no referida a cuestiones materiales sino a elementos intangibles que han
constituido la evolución psicopatológica de esta paciente. Así, TPR hace referencia a la
pérdida definitiva de su salud (a veces creo que ya es demasiado tarde y las secuelas de
la enfermedad son numerosas…), de su perspectiva vital (sólo puedo recordar que el 7
de julio de 1989 cambió mi vida para siempre) o de la integridad (lo que jamás puedes
pensar es que el amor de tu vida, esa persona por la que estarías dispuesta a morir, una
noche cualquiera te humillara hasta el punto de no querer vivir, de perderlo todo, tu
849
Ignacio Jáuregui Lobera. Trastornos de la Conducta Alimentaria 8 (2008) 833-850
casa, tus padres, tus hermanos, tus amigos, tu vida!!!.... convertirse en el resultado de
una jugarreta del destino…. como persona me quedé estancada en 1989…. mi
búsqueda sigue aunque no se por dónde continuar…).
REFERENCIAS
Clasificación Internacional de las Enfermedades (1992). Trastornos Mentales y del
Comportamiento. Madrid: Meditor.
Larousse 2000 (4ª ed.). Barcelona: Temáticos Larousse, S.A.
López-Ibor, J.J., Valdés, M. (2002). DSM-IV-TR. Manual Diagnóstico y Estadístico de
los Trastornos Mentales, texto revisado (versión española de la 4ª ed.). Barcelona:
Masson.
Real Academia Española (2001). Diccionario de la Lengua Española (22ª ed.). Madrid:
Espasa Calpe.
Robles, J.I., Medina, J.L. (2002). Intervención psicológica en las catástrofes. Madrid:
Síntesis.
Ruiz-Jarabo, C., Blanco, P. (2004). La violencia contra las mujeres. Madrid: Díaz de
Santos.
Sánchez, P. (2003). Mujer y salud. Familia, trabajo y sociedad. Madrid: Díaz de
Santos.
850