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Una de las pacientes
ingresadas en el
hospital estatal
de Kinshasa.
Al fondo, su habitación en el pabellón
de psiquiatría.
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Semillas de dignidad
Una de cada seis personas sufre una enfermedad mental. Si, además, les toca vivir en África, están
condenadas al abandono más absoluto. Para dignificar su vida es necesario borrar la creencia de
que un mal espíritu causa la patología. Pero también hay que mejorar los recursos, el acceso a los
tratamientos y las posibilidades de reinserción social. Hemos visto cómo lo hacen en Congo y
Mozambique, dos de los países en los que trabaja la Fundación Benito Menni.
Texto y fotos: Silvia Melero Abascal
L
a bofetada de un olor nauseabundo, mezclado con el
oportunidades de desarrollo de todo un pueblo. “En el medio
calor y la humedad, despierta brutalmente los sentidos
urbano, el enfermo acaba siendo abandonado, los familiares
al entrar en las habitaciones del pabellón psiquiátrico.
lo justifican con la idea de que tiene un mal espíritu. Sin em-
Es el hospital general de Kinshasa, la capital de la República
bargo en el medio rural, donde la cultura tradicional es fuerte,
Democrática del Congo. Los pacientes ingresados aquí no tie-
el enfermo mental continúa jugando un rol importante en la
nen agua. Ni luz. Ni aseos. Tampoco les dan de comer. Sólo re-
sociedad, le atienden, le alojan, pero no son correctamente
ciben la visita de las Hermanas Hospitalarias. Ellas limpian sus
tratados porque hay ignorancia y se desconoce la enferme-
habitaciones, les traen agua para asearse y alimentos. Alguna
dad”, matiza Samuel Mampunza, catedrático de Psiquiatría
vez al llegar se han encontrado en el suelo a un enfermo muer-
en la Universidad de Kinshasa.
to. Pero al director del hospital no le constaba.
Tal es la dejadez y el abandono que sufren los pacientes
Dignidad y esperanza. En la capital es frecuente
con enfermedades mentales en África. “En las culturas cientí-
ver a las personas con enfermedades mentales deambulando
ficas, europeas, las enfermedades en general tienen un ori-
por las calles, buscando en la basura. No existe una estructura
gen biológico o psicológico. En nuestras culturas africanas la
sanitaria para abordar un problema que está subestimado fren-
enfermedad no es origen de una disfunción cerebral u orgáni-
te a otro tipo de patologías. Según la OMS, mil millones de per-
ca sino que tienen un origen sobrenatural. Eso hace que a un
sonas sufren en todo el mundo enfermedades mentales y tras-
enfermo mental se le conciba como alguien que tiene un es-
tornos neurológicos. Serán la segunda causa de incapacidad
píritu maligno o ha sido castigado con brujería”, explica Lau-
en 2020 si no se aplican los tratamientos adecuados. Por ejem-
rindo Miji, trabajador social y psicopedagogo.
plo, a pesar de que el 90% de las epilepsias pueden ser contro-
El estigma social y el rechazo familiar que sufren estas
ladas, en África el 85% no se tratan y lo mismo sucede con en-
personas, unido a los problemas de pobreza y violencia en
fermedades como la esquizofrenia o la psicosis. “En nuestros
un país arrasado por la guerra y la corrupción, merman las
países no existe la seguridad social, nuestra seguridad social es
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Charla de sensibilización en el centro Telema.
“Un enfermo mental en África es alguien que tiene un
espíritu maligno”
nuestra solidaridad familiar y comunitaria”, añade Mampunza.
res son una población vulnerable, están obligadas a llevar
Por eso, desde hace 50 años las Hermanas Hospitalarias del
toda la carga familiar porque el hombre no trabaja, y muchas
Sagrado Corazón de Jesús (congregación a la que pertenece la
además son maltratadas. La vida económica es muy dura, no
Fundación Benito Menni) trabajan en seis países de África dig-
tienen sustento, y eso provoca con frecuencia depresiones”.
nificando la vida de estos pacientes. Sus centros de salud men-
Muchas acaban en la calle y era necesario dar una respuesta
tal ofrecen una atención integral con un modelo de asistencia
a su problema, tal y como cuenta la hermana Ángela.
psiquiátrica basado en el tratamiento, la rehabilitación, la rein-
“Hemos abierto una casa de acogida porque hemos visto que
serción y la sensibilización. En Kinshasa, el centro de salud
la mujer es la más desgraciada, incluso son violadas en la
mental Telema recibe cada día a 150 personas que acuden a
calle. Muy a menudo ves a la enferma mental embarazada,
consulta. “Telema quiere decir levántate, ponte de pie. Para no-
con hijos, deambulando por ahí”. Es el caso de Mado. “Hace
sotras significa que los enfermos que llegan aquí tienen que re-
dos años salí a la calle con mis dos hijos, yo no me encontra-
encontrar su dignidad porque también son personas, tienen que
ba bien, había gente que me amenazaba y se llevaron a mis
ser respetados y también tenemos que darles esperanza por-
niños”. Gracias al tratamiento psiquiátrico ha retomado su
que pueden realizar maravillas”, dice la hermana Elisabeth.
vida y subsiste vendiendo pan en un puesto callejero, aunque
El 80% de las personas que acuden a consulta son mujeres, tal y como indica el psicólogo José Mpundu. “Las muje-
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nunca supo qué fue de sus hijos.
El psicólogo José Mpundu considera esencial que el en-
fermo tome conciencia de su problema y se responsabilice de
su curación. “Reivindico una psiquiatría humanista, que
ponga a la persona en el centro y que aborde no sólo los problemas internos sino también los externos, como el entorno
“Reivindico una psiquiatría
humanista, que ponga a
la persona en el centro,
y que aborde el entorno
social o familiar”
social o familiar”. Conscientes de la importancia de la sensibilización, en Telema realizan una vez al mes charlas populares en las que explican qué es la enfermedad mental eliminando tabúes y prejuicios. También hacen programas en la
Guy también se emociona cuando escucha a su madre.
radio que se emiten en francés y en lingala, y que ya están
Atrás quedaron los días en los que caminaba sucio y desaliña-
dando sus frutos concienciando a muchas familias, un pilar
do por las calles. “Me siento muy agradecido porque antes me
indispensable en la rehabilitación de los pacientes.
resultaba difícil convivir con otras personas, y hoy comparto.
Alphonsine y su marido no tenían recursos económicos para
Espero poder llevar una vida como todo el mundo y que la
abordar la enfermedad de su hijo y acudieron al centro. Hoy a
gente no me considere un loco, un enfermo mental. Me gustaría
esta madre se le saltan las lágrimas porque nunca pensó que su
ser un hombre respetado”.
hijo podría recuperarse. “La gente me acusó de que yo era la
culpable de la enfermedad de mi hijo, sufrí mucho, me decían
cosas que me hacían daño, me pegaban y me tiraban piedras a
Cuando hay medios. A miles de kilómetros, los de-
mi casa, me insultaban. Invito a todas las familias que tengan un
seos son los mismos, pero las posibilidades de conseguirlo
hijo con una enfermedad mental a que vengan al centro”.
aumentan cuando se vive en un país desarrollado como España. “No se tiene que asustar nadie, somos personas que
tenemos una enfermedad mental y merecemos respeto, pero
hay bastante estigma”. Txiki vive interno en la Clínica Psiquiátrica Padre Menni de Pamplona. “La enfermedad que me
diagnosticaron hace 15 años fue trastorno de la personalidad,
síndrome Gilles de la Tourette y trastorno obsesivo-compulsivo. Yo no dormía como duermo ahora, no era autónomo
como ahora, me encontraba super mal, me quería morir, y
ahora tengo muchas ganas de vivir”.
Manuel Martín, psiquiatra y director médico de los Centros HHSCJ Navarra, destaca la calidad de la atención cuando hay medios y recursos. “La atención que se practica en
España es fruto de más de un siglo de avances. La idea más
interesante es la de salud integral, cuando se trata al enfermo
mental se tratan aspectos múltiples: biológicos cerebrales,
psicológicos, sociales y, en el caso de nuestro centro, también espirituales o trascendentales”. Desde una perspectiva
rehabilitadora, se intenta que la persona alcance la mejor capacidad de funcionamiento posible en un entorno normalizado. “Para ello hay una serie de herramientas, como el equipo
multidisciplinar, los avances que se han producido en las últimas décadas en la psicofarmacología o los avances en el
campo de la psicoterapia”, puntualiza el psiquiatra.
Mado en su puesto de venta.
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Pero esos avances no siempre llegan a países como Mo-
que la ocupación hace parte del tratamiento de nuestra enfer-
zambique, donde la escasez de profesionales ensancha aún
medad. Estar por ahí, de un lado para otro, no es bueno”. A
más la brecha de las desigualdades sociales. Si en Europa
Fenías le han diagnosticado esquizofrenia y, aunque tuvo
existe un psiquiatra por cada 10.000 habitantes, en África hay
que dejar sus estudios cuando aún no estaba en tratamiento,
uno por cada tres millones de personas. Las Hermanas Hospi-
su sueño es dedicarse a la investigación en la universidad.
talarias gestionan el centro de día infantil Las Mahotas en Ma-
Los talleres le permiten desarrollar habilidades sociales y vivir
puto, donde hacen falta logopedas y fisioterapeutas. “Cuando
en un ambiente más humanizado. Celeste resalta que ayu-
los niños no reciben ese tratamiento, suelen quedarse con se-
darles a encontrar empleo es otra de sus principales tareas.
cuelas para toda la vida”, asegura el fisio Nico Muneme. Aquí
“Para fomentar su autonomía vamos a poner en marcha unas
tratan a niños con deficiencias psíquicas y físicas, dificultades
casas de transición donde los enfermos estarán aproximada-
en el aprendizaje, trastornos como autismo o daños irreversi-
mente un año hasta conseguir otras condiciones de vida. Es-
bles causados por la malaria cerebral. A menudo son abando-
tarán acompañados por los técnicos y el centro les irá apo-
nados por sus padres. “Piensan que no merece la pena cuidar-
yando según las necesidades de cada uno”.
los porque el día de mañana esos niños no van a poder producir nada”, explica la hermana Celeste.
Así, poco a poco, van sembrando autonomía, dignidad,
implicación de las familias, responsabilidad, afecto, profesionalidad, esperanza… Una combinación de elementos que ya
Salir a la luz. Otro de sus proyectos es el centro de
han mejorado la calidad de vida de cientos de personas, ha-
adultos, donde los pacientes realizan talleres ocupacionales
ciendo que salgan a la luz y recolocando el foco de atención
de costura, cocina, reciclaje o huerta. “Me siento mejor por-
en su derecho a la salud mental. •
www.hospitalarias.org
“Piensan que no merece la pena cuidarlos porque el día de
mañana esos niños no van a producir nada”
Uno de los pacientes en la huerta del centro de las Mahotas (Maputo).
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